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Historia Caribe

ISSN: 0122-8803
historiacaribe@mail.uniatlantico.edu.co
Universidad del Atlántico
Colombia

Flórez Bolívar, Roicer


Cuidadanos y vecinos: Un acercamiento al proceso de construcción del ciudadano en Cartagena
durante el siglo XIX
Historia Caribe, vol. IV, núm. 11, 2006, pp. 111-127
Universidad del Atlántico
Barranquilla, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=93701107

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UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO, HISTORIA CARIBE, BARRANQUILLA (COL.) NO. 11, 2006

CUIDADANOS Y VECINOS: UN ACERCAMIENTO AL


PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL CIUDADANO EN
CARTAGENA DURANTE EL SIGLO XIX1

ROICER FLÓREZ BOLÍVAR2

Recibido Febrero de 2006


Aceptado Marzo de 2006

RESUMEN

Este ensayo analiza el proceso de construcción del ciudadano en Cartagena durante el siglo
XIX y se plantea que la persistencia de la vecindad se convirtió en un problema para el
desarrollo individual de la ciudadanía. Esta última tenía una dimensión comunitaria y con
una precisa adscripción espacial: la localidad.

PALABRAS CLAVE

Ciudadanía, vecindad, honor, localidad

ABSTRACT

This article reviews the process of construction of the citizen in Cartagena during XIX
century. The study assumes that the persistence of the vicinity became a problem for the
individual development of the citizenship. This last one had a communitarian dimension
and with one precise spatial allegiance: the locality.

1
Este articulo es una presentación parcial del capítulo segundo del proyecto de tesis de maestría “Estado
soberano de Bolívar: Sociedad, política y administración pública, 1857-1886”, convenio Universidad Pedagó-
gica y Tecnológica de Colombia-Universidad de Cartagena.
2
Historiador, candidato a magíster en historia, convenio interinstitucional Universidad pedagógica y tecnológi-
ca de Colombia / Universidad de Cartagena. Docente del programa de historia de la Facultad de Ciencias
Humanas de la Universidad de Cartagena

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO, HISTORIA CARIBE-111


, BARRANQUILLA
- (COL.) NO. 11, P.P. 135 - 152, 2006
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO, HISTORIA CARIBE, BARRANQUILLA (COL.) NO. 11, 2006

KEY WORDS

Citizenship, vicinity, honor, locality

El presente ensayo tiene por objeto co de carácter elegible era necesaria la


analizar el proceso de construcción del condición de vecindad. Durante la
ciudadano en Cartagena durante el si- constitución de 1853 el requisito de la
glo XIX. Para cumplir con éste objeti- vecindad desaparece como indispensa-
vo intento darle respuesta a los siguien- ble para acceder a cargos públicos; sin
tes interrogantes: ¿Qué significaba la embargo, nuevamente es exigido por
condición de vecino en el siglo XIX? algunos Estados durante el periodo de
¿Qué relación guardaba con la ciuda- la Constitución de Rionegro, uno de
danía? y ¿Por qué se estableció como ellos fue el Estado Soberano de Bolí-
condición para acceder a cargos públi- var. En el código político y municipal
cos? Estos interrogantes explican por expedido por la Asamblea legislativa
que desde 1812 hasta 1885, todas las de éste Estado en el año de 1872, se
leyes electorales de la Nueva Granada señalaba lo siguiente: “Además de
establecían unos requisitos para ser hallarse en el goce de los derechos de
acreditado como elector primario o de ciudadanía i saber leer i escribir, se
parroquia, así como elector secunda- requiere la de ser vecino del respecti-
rio y poder aspirar a cargos públicos vo distrito para poder desempeñar los
de carácter elegible. El requisito pri- siguientes empleos: De vocal del Con-
mordial era ser vecino de la localidad. cejo municipal, de procurador muni-
Por ejemplo, la Constitución política cipal, de administrador del tesoro
de Cartagena de 1812 afirmaba que municipal i de secretario del Concejo
para ejercer cualquier cargo público municipal”3 .
era necesario, además de los derechos
de ciudadanía, ser hombre libre, veci- La hipótesis que sustenta nuestra re-
no o padre de familia o tener casa po- flexión es que la persistencia de la fi-
blada y vivir de sus rentas o trabajo, gura del vecino confirió a la ciudada-
sin independencia de otro. De igual nía en Cartagena durante la primera
forma, las constituciones políticas de mitad del siglo XIX, la connotación de
1821 y 1832 señalaban enfáticamente ser orgánica a la localidad en la cual el
que para ser elector de cualquier gé- ciudadano-vecino estaba radicó, labo-
nero y poder aspirar a cualquier públi- ró y ejerció su acción política, social y

3
ARCHIVO HISTÓRICO DE CARTAGENA. Código político y municipal: expedido por la Asamblea Legisla-
tiva del Estado Soberano de Bolívar. Cartagena, tipografía de Antonio Araujo, 1925. Sobre la constitución de
Cartagena de Indias de 1812 ver: Gaceta de Cartagena de Indias, febrero 11 de 1813, p. 1. Sobre las constitucio-
nes de 1821 y 1832 en la Nueva Granada ver: POMBO, Manuel Antonio y GUERRA, José Joaquín. Constitu-
ciones de Colombia. Tomo II. Segunda Edición. Bogotá, Banco de la República, 1951.

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cultural. En este sentido, el ciudadano segunda. Gozaban de la ciudadanía


que aparece en los primeros textos política los que podían votar, elegir y
constitucionales no es aun el ciudada- ser elegidos. Todos los demás, la ma-
no moderno caracterizado por los atri- yoría de la población, eran ciudada-
butos de igualdad, individualidad y nos pasivos, solo portadores de la na-
abstracción. El ciudadano neogranadi- cionalidad. Como consecuencia, para
no de la primera mitad del siglo XIX adquirir la ciudadanía política se esta-
fue siempre un hombre concreto, en- blecieron condiciones claras y pocas
raizado en una localidad, llámese ciu- discutidas como la edad, el sexo y se
dad, villa, parroquia o pueblo. En de- estipuló una renta para acceder a los
finitiva, la continuidad de la vecindad derechos políticos, lo cual implicó la
en la Nueva Granada durante la pri- negación de éstos derechos a los es-
mera mitad del siglo XIX hizo más di- clavos, los menores de edad, las mu-
fícil el proceso de construcción del ciu- jeres y a quienes no poseyeran bienes
dadano. Pese a los discursos moderni- o rentas. Estos solo fueron otorgados
zadores de las constituciones políticas, a los sectores privilegiados de la so-
las comunidades seguían ancladas en ciedad: hacendados, terratenientes,
un orden y en un imaginario tradicio- comerciantes, sacerdotes, abogados,
nal y el ejemplo más palpable lo cons- militares y a los sectores intermedios
tituía el vecino, lo cual mantenía la de la población, como los artesanos,
participación en los asuntos públicos principalmente tipógrafos, sastres, car-
dentro de los marcos de un orden cor- pinteros, maestros de obras, orfebres,
porativo y jerárquico. etc.

1.1 Persistencia y redefinición de la No obstante, aunque el ciudadano se


vecindad durante el siglo XIX convirtió en el elemento central de la
“Nación” aún siguió persistiendo la
Después de lograda la independencia condición de la vecindad como nece-
e iniciado el proceso de construcción saria para ser sufragante, elector y as-
de la Nación en la Nueva Granada, se pirar a cargos públicos elegibles. Las
reconoció la igualdad formal de los explicaciones de la vigencia de este
individuos mediante el otorgamiento hecho son diversas. John Lynch seña-
de derechos civiles y de derechos po- la que aunque la independencia fue una
líticos consignados en la ciudadanía. gran tormenta que destruyó los lazos
Sin embargo, se estableció una dife- que ataban a Hispanoamérica con Es-
rencia radical entre ciudadanía pasiva paña y el armazón del gobierno, dejó
y ciudadanía inactiva, subrayándose la intactos los cimientos de la sociedad
universalidad de la primera y las limi- colonial impidiendo la centralización
taciones que debían imponerse a la estatal 4 . Por ello, la primacía de la

4
LYNCH, John. 1973, The Spanish American revolutions, 1808-1826. New York, p. 356.

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vecindad reflejaba una inocultable rea- de derechos territoriales fue tal que
lidad: era una expresión del arraigo y durante las tres primeras décadas de
del vigor del provincialismo, de la plu- vida independiente la ciudadanía ad-
ralidad política y social, de la fragmen- quirió rasgos precisos en lo social y
tación política-territorial; en una pa- territorial (local y regional). La doble
labra, de los particularismos tan exten- condición se expresaba en el hecho
didos en el subcontinente, producto de de que los derechos políticos se le re-
la herencia colonial.5 conocieron solo a quien tenía el status
de vecino.6
La mayoría de los países latinoameri-
canos, después de lograda la indepen- La Nueva Granada no era ajena a esta
dencia atravesaron por el gran proble- realidad. Al momento de la indepen-
ma de construir un Estado-Nación cen- dencia se caracterizaba por no existir
tralizado, ya que los antiguos centros como una verdadera unidad política-
de poder político que venían de la co- administrativa. A lo largo y ancho de
lonia no querían someterse a una au- su territorio existía una fragmentación
toridad central y por tanto, perder las regional producto de su accidentada
autonomías económicas y políticas de geografía y de la escasez de vías de
que gozaban. La debilidad de los nue- comunicación adecuadas. Lo que exis-
vos Estados se vio reflejada en muchos tía desde la colonia y bien avanzada la
aspectos, siendo uno de ellos la per- república era un mosaico de socieda-
sistencia de la vecindad que le permi- des regionales con sus particulares
tió a cada región, ciudad y villa tener economías, prácticas culturales y éli-
pleno control sobre los habitantes de tes locales.7 Debido al escaso inter-
su territorio. Por ejemplo, en el inte- cambio de población y comercio entre
rior del espacio geohistórico mexica- las provincias surgieron tipos regiona-
no se mantuvieron usos y costumbres les de población, rivalidades entre las
muy variadas, avivadas por la diferen- provincias y sobre todo, una adhesión
te convivencia interétnica y lingüísti- y amor a la localidad y a la provincia
ca, una notoria diferenciación econó- en vez del Virreinato. En particular,
mica y social, aunados a reglamentos eran reconocibles las regiones de la
y leyes particulares en cada entidad Costa, Antioquia, Cauca, Santander,
federativa e incluso en cada territorio. Cundinamarca y Boyacá. Así, cuando
El carácter esencial de esta pluralidad comenzó la independencia de la Nue-

5
SANCHEZ GÓMEZ, Gonzalo. “Ciudadanía sin Democracia o con Democracia virtual”, en: SABATO, Hilda.
Ciudadanía política y formación de las naciones, Op. Cit. p. 433.
6
CARMAGNANI, Marcelo y HERNANDEZ, Alicia. “La ciudadanía orgánica mexicana, 1850 -1910”; Sobre
el caso de la persistencia de la vecindad en América Latina durante la primera mitad del siglo XIX, ver el trabajo
de GUERRA, Francois-Xavier. “El Soberano y su Reino: Reflexiones sobre la génesis del Ciudadano en Amé-
rica Latina”. Los trabajos arriba citados aparecen en: SABATO, Hilda, Ciudadanía política y formación de
las naciones, Op. Cit.
7
Sobre este tema ver PALACIO, Marco. 1986, “La fragmentación regional de las clases dominantes en Colom-
bia: Una perspectiva histórica”, en: Estado y clases sociales en Colombia. Bogotá, Ed. Procultura.

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va Granada, la Nación como espacio cas que según él le reportaría a la Cos-


del Estado no existía; las particulari- ta el federalismo, también enumeró las
dades del desarrollo en el periodo co- diferencias culturales como la forma
lonial posibilitaron la formación de de hablar y el vestir que existían entre
“pueblos históricos”, aislados y distin- esta región y el interior andino. En
tos y que tenían muy poco en común, apartes de la carta, Nieto se quejaba
salvo quizás los intercambios y el uso de las burlas expresadas por las gen-
de una misma moneda, de una lengua, tes del interior hacia la educación de
una religión. No obstante, se diferen- los cartageneros, su “modo de hablar”,
ciaban en sus prácticas sociales, en la la tendencia a ridiculizar chocantemen-
forma de asumir sus relaciones con los te sus costumbres”. Años más tarde,
otros hombres y con la naturaleza, en Rafael Núñez también se quejaría de
las relaciones de poder y de domina- las críticas a los Estados de la Costa
ción que se instauraron, en la apropia- durante el año de su candidatura pre-
ción y formas de ordenamiento terri- sidencial “las designaciones
torial, en los tintes y grados de mesti- odiosas….contraídas a la raza y los
zaje, en las mentalidades desde las hábitos industriales” que predomina-
cuales abordaron su quehacer social.8 ban en la región.9
Esto propicio la construcción de prác-
ticas culturales que alcanzaron a in- Cabe señalar que este fraccionamien-
crustarse en las diferentes manifesta- to del territorio no solamente se pre-
ciones de la vida cotidiana y en la for- sentaba de región a región, sino que
ma particular de asumir las relaciones también se daba en el interior de és-
sociales en el más amplio sentido del tas. En 1852, la Sociedad Democráti-
término. ca de Barranquilla le recordó al Con-
greso que era su deber dar satisfacción
Por otro lado, estos pueblos histórica- a lo que la opinión pública demanda-
mente formados se diferenciaban con ba y que en ese momento se exigía
relación a los otros pueblos: eran cons- adquirir y gozar de autonomía políti-
cientes de su particularidad y se reco- ca y económica con respecto a Carta-
nocían en ella como condición de su gena. Entre las razones que esbozó la
existencia independiente. Por ejemplo, Sociedad se encontraban el área exten-
en 1835 Juan José Nieto le escribió una sa de los cantones de Barlovento, su
carta al General Francisco de Paula posición geográfica, su comunidad de
Santander en la cual además, de seña- intereses pero sobre todo, las diferen-
lar las ventajas económicas y políti- cias que existían en el vestuario y las

8
URIBE DE HINCAPIE, María Teresa y ALVAREZ, Jesús María.1987, Poderes y Regiones: Problemas en
la construcción de la Nación colombiana, 1810-1850, Medellín, Ed. Universidad de Antioquia, p. 47.
9
NIETO, Juan José. «Una temprana argumentación a favor del federalismo, carta dirigida al General Santander”,
1993 en: Selección de textos políticos, geográficos e históricos. Barranquilla: Gobernación del Atlántico;
POSADA CARBO, Eduardo. 1999, “El regionalismo político en la Costa Caribe de Colombia”, en: Revista
Aguaita Nº 1, Cartagena, Ed. Observatorio del Caribe colombiano, pp. 9-23.

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costumbres entre los habitantes de de baja por que él, no era un vago como
Barlovento y Cartagena.10 se decía en los informes de las autori-
dades provinciales sino un ciudadano
La existencia de éstos “pueblos histó- honrado. Para los vecinos era escan-
ricos” en la Nueva Granada durante la daloso que un padre de familia, pací-
primera mitad del siglo XIX, también fico y laborioso ciudadano, leal a sus
es perceptible a través del lenguaje deberes y que había figurado en los
político de la época. En la percepción trastornos pasados con honor y patrio-
de un cartagenero de la primera mitad tismo: “Se vea por mandato de sus
del siglo XIX, el país coincidía con la enemigos enrolado en el ejercito por
jurisdicción de la Provincia de Carta- vago, privado de sus bienes, que su-
gena, por oposición a las jurisdiccio- frirán notables pérdidas, i condenado
nes de, por ejemplo, Santa Marta o a la indigencia en país ajeno”,12 es
Santa Fe. Esta reducción imaginaria decir, en la provincia de Cartagena.
del país a las dimensiones de la pro-
vincia en la cual se ha nacido, o mejor En fin, como en todos los países lati-
dicho esta identificación de la provin- noamericanos la sociedad neogranadi-
cia con el país, era el punto de partida na se caracterizaba por la pluralidad y
del imaginario político de los nuevos segmentación de jerarquías raciales,
ciudadanos de las provincias neogra- sociales y políticas; esta sociedad se
nadinas de la primera mitad del siglo hallaba compuesta por blancos, indios,
XIX. En la imaginación de los neogra- negros y ordenada en castas: mesti-
nadinos la patria era la tierra nativa, el zos, pardos, mulatos, zambos. Esto tra-
país comprendido por la tradicional jo como consecuencia que al introdu-
jurisdicción provincial.11 Así lo hicie- cirse el liberalismo en la Nueva Gra-
ron saber algunos vecinos de Cartage- nada, se encontrara esencialmente con
na en 1843, luego de haber elevado una una “Sociedad de Sociedades”13 que
representación ante las autoridades dificultó la afirmación de un criterio
provinciales solicitando que el solda- exclusivamente político y general para
do Luís Cayetano Barrios, vecino de todos los eventuales poseedores de
la Provincia de Mariquita, fuese dado derechos políticos.

10
GILMORE, Robert Louis. 1995, El federalismo en Colombia, 1810-1858. Tomo1. Bogotá, Coed. Socie-
dad Santanderista de Colombia y Universidad Externado de Colombia, p. 48. Sobre el fraccionamiento territo-
rial al interior de la Provincia de Cartagena durante el periodo colonial ver: CONDE CALDERON, Jorge. 1998,
Espacio, Sociedad y conflictos en la Provincia de Cartagena, 1740- 1815, Op. Cit.
11
MARTÍNEZ GARNICA, Armando. 1998, El legado de la Patria boba. Bucaramanga, Ed. Universidad
Industrial de Santander, pp. 25-26.
12
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, Sección microfilm. Semanario de la. Provincia de Cartagena.
Cartagena, septiembre 10 de 1843, p. 4.
13
Esta idea es tomada de CARMAGNANI, Marcelo y HERNANDEZ, Alicia. “La ciudadanía orgánica en
México, 1850- 1910”. En: SABATO, Hilda. Ciudadanía política y formación de las naciones, Op. Cit. p.
374.

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La mejor forma de solucionar este Art.51. Son vecinos de un dis-


problema fue recurriendo a que cada trito parroquial los individuos
localidad, región o territorio reafirmara que se hallan radicados en él,
a sus miembros la condición de veci- con casa habitada por ellos o por
nos, condición ratificada por la cons- sus familias, la mayor parte del
titución de 1843 pese a sus intentos año. Son vecinos de cualquiera
centralizadores, dejando claro la inca- otra sección territorial más es-
pacidad del Estado para someter e im- tensa que el distrito, todos los
poner su autoridad a las regiones y lo- que lo sean en unos de los dis-
calidades neogranadinas que gozaban tritos que componen dicha sec-
de autonomías políticas y económicas ción.
sobre sus habitantes. De esta forma, Art. 52. Adquiere vecindad en
la vecindad se convirtió en una defen- un distrito el que declara ante el
sa del sistema más viejo de privilegios funcionario que en él está encar-
y fueros, dejando en entredicho al Es- gado de promulgar las leyes, que
tado como institución. quiere ser vecino, siempre que
al hacerlo tenga su residencia
Cabe señalar, que con la creación de habitual dentro del distrito. Esta
la república, la vecindad fue otorgada declaración solo pueden hacer-
a la mayor parte de la población, que- la las personas que no están bajo
dando excluidos los forasteros y resi- la dependencia doméstica de
dentes. Estos se diferenciaban de los otro.
vecinos por que los primeros no po- Art. 53. También se adquie-
dían intervenir en los asuntos públi- re la vecindad por uno de los
cos como electores o elegibles y los hechos siguientes: 1. Vivir cons-
segundos al igual que no participaban tantemente en el distrito por más
en dichos asuntos, solo eran conside- de un año; 2. posesionarse de un
rados residentes si permanecían en la destino público que obligue a
localidad, pero la perdían al salir del residir en aquel distrito i cuya
lugar. Ahora bien, ¿Cómo se definía y duración sea indefinida o más de
se obtenía la vecindad durante la pri- un año14 .
mera mitad del siglo XIX en la Nueva
Granada? En 1843 el Gobernador de Lo que da entender la anterior defini-
la Provincia de Cartagena, Antonio ción era que para ser vecino no era
Rodríguez Torices presentaba la si- necesario el requisito de la edad o la
guiente definición: propiedad, si se exceptúa el requisito

14
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, Semanario de la. Provincia de Cartagena.
Cartagena, Mayo 3 de 1843, p. 2. En la Constitución Política de la Nueva Granada de 1832 se definía como
vecino para el efecto de sufragar “el que haya residido en un distrito parroquial por un año a lo menos antes
de la elección, o manifestando ante la autoridad legal competente, conforme a la ley, el ánimo de avecindarse
en él. POMBO Y GUERRA. Constituciones políticas de Colombia. Op-cit.

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del solar (afincado). Además, una per- en el periodo colonial, seguían adscri-
sona que no era natural de un determi- tos a una comunidad de tipo social an-
nado distrito y deseaba obtenerla, la tiguo: la localidad, en la cual poseían
podía adquirir declarando ante un fun- todos sus derechos y obligaciones, re-
cionario público su deseo de avecin- afirmando los lazos corporativos o co-
darse en dicho distrito siempre y cuan- munales. Esto posibilitaba que el indi-
do no dependiera de otro. Los funcio- viduo, figura abstracta que solo tenía
narios públicos adquirían la vecindad un uso discursivo, se disolviera en la
en el lugar en donde laboraban. Ahora comunidad local que tenía un dominio
bien, es preciso señalar que la condi- completo sobre él y que constituía la
ción de la vecindad funcionaba en di- unidad fundamental de la sociedad. La
ferentes grados. Por ejemplo existía parroquia era, en efecto, la célula bá-
una vecindad a nivel distrital en la que sica de la sociedad tradicional: una
los vecinos poseían sus derechos y de- comunidad muy fuerte unida por es-
beres. No obstante, también existía la trecho vínculos de parentesco y soli-
vecindad a nivel cantonal y nivel pro- daridad material. La seguridad, los
vincial. Es decir, los habitantes del dis- negocios, la política, etc., eran asun-
trito parroquial de Santo Toribio eran tos colectivos.16
vecinos de ese distrito pero también lo
eran del cantón de Cartagena y de la Además de cumplir con sus deberes
Provincia del mismo nombre y sus de- en su distrito parroquial, los vecinos
rechos y obligaciones comenzaban y que gozaran de los derechos de ciuda-
terminaban en los límites de éstas en- danía debían ejercer sus derechos
tidades territoriales. De igual forma, la como votantes, electores, aspirantes a
condición de la vecindad se perdía por cargos públicos e integrar la Guardia
el hecho de adquirirla en otro distrito Nacional por el mismo distrito parro-
y por permanecer ausente del distrito quial y Provincia a que estaban ads-
por más de tres años, estando dentro critos. No estaba permitido por la ley
del territorio de la República. En el que un individuo, con los derechos de
caso de las mujeres casadas que vivie- ciudadanía sufragara o aspirase a car-
ran unidas a sus maridos, adquirían y gos públicos por un distrito parroquial
perdían la vecindad por los hechos que diferente al suyo. Aunque algunas ve-
se la hacían adquirir y perder a éstos15 . ces ésta disposición era violada, como
ocurrió en 1850 cuando el señor Ra-
Aunque con la independencia se abo- món Benedetti, siendo vecino del dis-
lió el régimen de castas, las personas trito parroquial de la Catedral, aspiró
(en este caso los vecinos), al igual que y obtuvo el cargo de cabildante por el

15
Ibíd.
16
Sobre este tema ver. GUERRA, Francois-Xavier. «El Soberano y su Reino” y ANNINO, Antonio. “ciudada-
nía “versus” gobernabilidad republicana en México”. En: SABATO, Hilda. Ciudadanía política y formación
de las naciones, Op. Cit.

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distrito del Pie de la Popa, hecho de- tivas filiaciones”. O algunas veces los
nunciado por algunos vecinos de este vecinos se excusaban y se negaban a
distrito parroquial: cumplir con sus deberes, como el pa-
gar el servicio personal subsidiario,
Es sabido que para ser miem- argumentando ser vecinos de otros dis-
bro de un cabildo parroquial, se tritos como ocurrió en la parroquia de
necesita ser vecino del mismo Santa Rosa en 1849. El Gobernador de
distrito, más a despecho de esta la Provincia de Cartagena, Antonio
disposición terminante de la lei, Rodríguez Torices señalaba: “visto el
vemos al Sr. Dr. Ramón Bene- presente oficio de la jefatura política
deti, ocupando un asiento en el de este Cantón en que manifiesta que
cabildo parroquial del Pie de la algunos individuos residentes en el dis-
Popa, siendo vecino del distri- trito de Santa Rosa se escusan de pres-
to de la Catedral, donde como tar allí el servicio personal subsidiario
tal vecino sufragó en las elec- diciendo ser vecinos de otros distri-
ciones de Diciembre último... tos….”18
Denunciamos este hecho, para
que se dicten por quien corres- Nada ilustra mejor la fuerza y la in-
ponda las providencias del fluencia de la vecindad en la nueva
caso, a fin de que se corrija el Granada durante la primera mitad del
abuso.17 siglo XIX que la institución militar de
la Guardia Nacional. Si bien ésta esta-
No obstante, la persistencia de la ve- ba conformada por “ciudadanos” neo-
cindad se convirtió en un problema granadinos, éstos tenían que defender
para que el Estado ejerciera su autori- solamente los límites de su Provincia.
dad. Por ejemplo, las mismas autori- No era permitido por la ley movilizar
dades provinciales se excusaban y ne- a los vecinos que hacían parte de la
gaban a perseguir, capturar y mandar Guardia Nacional a otra Provincia di-
los reemplazos de los desertores del ferente a la suya. Por ejemplo, en el
ejército, argumentando que los solda- año de 1839, durante la Guerra de los
dos prófugos no eran vecinos de su Supremos, el General Joaquín Posada
parroquia, como ocurrió en la Provin- Gutiérrez solicitó la movilización de
cia de Cartagena en 1843: “Ha notado cincuenta hombres armados de la
la Gobernación que algún jefe Políti- Guardia Nacional de la Provincia de
co, al pedírsele los reemplazos no los Cartagena para ser conducidos a so-
remite, fundándose en que los deser- meter un levantamiento armado en la
tores no son vecinos de su Cantón, aun- Provincia de Santa Marta. Entre las
que como tales aparecen en sus respec- razones que aducían para no aprobar

17
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, Sección microfilm, EL PORVENIR. Cartagena, septiembre 22 de
1854, p. 2.
18
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, Semanario de la Provincia de Cartagena,
Cartagena, septiembre 22 de 1844, Pág. 2, y Agosto 20 de 1845, Pág. 2.

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ésta medida se encontraba: “El Artí- ción que dirigió al Concejo Municipal
culo 69 de la ley orgánica de Provin- de Cartagena en donde se señalaba que
cia, señala que de ninguna manera se renunciaba al destino por haber mu-
sacará del Cantón para Provincia di- dado de domicilio a la parroquia de la
ferente a la Guardia Nacional…..hacer Catedral, cuya circunstancia la apoya-
lo contrario es quebrantar la ley” 19 ba en una boleta dada por el Alcalde
de ese distrito en la cual constaba “que
En Ciudades como Cartagena, confor- el señor Palas le manifestó que se ha-
mada por tres distritos parroquiales: La bía avecindado en dicha parroquia”.
trinidad, Santo Toribio y La Catedral, Sin embargo, el Alcalde de Santo To-
la vecindad se convertía en un proble- ribio le manifestó “que aunque había
ma más serio debido a que los habi- dado curso a su representación, debía
tantes cambiaban de vecindad mudán- encargarse del juzgado y continuar
dose al frente de su casa o a la calle desempeñándolo hasta tanto fuese exo-
contigua. La estrategia empleada por nerado por el Concejo municipal”. En
muchos empleados públicos (de carác- respuesta a esta nota, Agustín Palas
ter no remunerable) que no querían contestó negándose a encargarse del
seguir ejerciendo los cargos consistía juzgado amparado en las siguientes
en cambiar su residencia a otro distri- razones: “Fundado en que por el artí-
to parroquial, como ocurrió en Carta- culo 182 de la Constitución ningún
gena en el año de1840. El caso que granadino puede ser distraído de sus
mostramos a continuación es muy ilus- jueces naturales, y que no siendo él
trativo para lo que tratamos demostrar vecino de la parroquia de Santo Tori-
y en el cual se vieron envueltos el juez bio, no podía serlo de aquella parro-
parroquial del distrito de Santo Tori- quia”. Agregaba: “Por otra parte, vi-
bio, el Concejo municipal y el Jefe viendo yo en la parroquia de la Cate-
Político del Cantón de Cartagena. dral ¿podré ser juez de los vecinos de
Santo Toribio?, ¿con razón no se im-
En el mes de Marzo se le concedió primiría una nulidad permanente en
una licencia por treinta días al Juez todas aquellas cosas en que yo ponga
del distrito parroquial de Santo Tori- mi mano?, ¿Mil responsabilidades no
bio, Agustín Palas, con el compromi- me acarreará la determinación del se-
so de asumir el cargo una vez termina- ñor gefe político a mi cualidad de ciu-
da dicha licencia. Cumplida ésta, el dadano neogranadino?”.
Alcalde del distrito de Santo Toribio,
a petición del suplente que quedó en- Finalmente, Agustín Palas fue obliga-
cargado del juzgado, le instó a que do por el jefe político del Cantón de
volviese al ejercicio de sus funciones. Cartagena a encargarse del juzgado,
No obstante, en respuesta a esta soli- pero sobre todo a volver a su antigua
citud, Palas le mostró una representa- residencia en el distrito de Santo Tori-

19
ARCHIVO HISTÓRICO DE CARTAGENA. Fondo milicias y Militares. Cartagena, Enero 5 de 1839, Pág.2

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bio y adquirir nuevamente la vecindad están divididas en varios distri-


en ese distrito para que no existiera tos parroquiales, como ésta ciu-
ningún impedimento de orden legal. dad, en donde se muda de ve-
Entre las razones que esbozó el Jefe cindario pasándose al frente de
político, Francisco Pacheco, se encon- la calle....20
traban las siguientes:
Así, hacia mediados del siglo XIX,
Es incuestionable que conforme encontramos en la Provincia de Carta-
al artículo 200 de la gena una vecindad que cobra signifi-
Constitución, los granadinos cado en su dimensión territorial, so-
tienen la libertad de mudar de cial y política y que representaba para
domicilio, de ausentarse de la quienes tenían ese rango derechos y
República y volver a ella; pero deberes, que no los poseían los foras-
el mismo artículo añade que sea teros y residentes, aunque su nivel de
observando las formalidades riqueza, ingreso o profesión fuera si-
legales. Estas formalidades no milar o superior a los reputados por
son otras, que las de no tener vecinos.
ninguna causa que le impida el
ausentarse de la parroquia como Ahora bien, es necesario señalar que
en el caso lo es, la de tener a su durante la primera mitad del siglo XIX
cargo una judicatura parroquial en la Provincia de Cartagena, a la ca-
que legalmente se le confirió y tegoría de vecino se le anexaron unas
que el juró desempeñar sin condiciones de tipo moral, establecién-
protestar, ni alegato alguno. dose una notoria diferencia entre buen
....El destino de juez parroquial vecino y mal vecino. Ser catalogado
tiene por ley la duración de un como buen o mal vecino era una con-
año, y en el hecho de aceptarlo dición cualitativa que se acreditaba
queda comprometido el nombra- solo a partir de la realidad local en la
do a residir en el lugar por todo cual operaba la persona. Es decir, para
el tiempo de la duración del des- que una persona fuese reputada como
tino, a menos que antes se le buen vecino era necesario ser acredi-
exonere de él legalmente. Si se tado como buen padre, buen esposo,
autoriza un procedimiento como buen hijo, buen feligrés, no estar acu-
el del señor Palas, no sería difí- sado de ninguna falta contra la ley ni
cil que el Alcalde y Jueces de la moral, ser una persona virtuosa,
Parroquia huyendo de las cargas etc.21 En síntesis, se necesitaba tener
concejiles se ausentasen todos lo que en la época se denominaba un
a la vez, y mudasen de vecinda- modo honesto de vivir o ser estimado
rio, y algunas poblaciones que por la honradez de su casa.
20
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, La Ronda, Cartagena, Abril 16 de 1840, Pág. 2.
21
CARMAGNANI, Marcelo y HERNANDEZ, Alicia. “La ciudadanía orgánica mexicana, 1850 -1910”. En:
SABATO, Hilda. Ciudadanía política y formación de las naciones, Op. Cit. p. 375.

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Esos atributos se exigían para que el rá fijada hasta que terminen las
ciudadano pudiese aspirar y desempe- elecciones. Todo ciudadano-
ñar algún cargo público. Esto necesa- vecino del distrito tiene dere-
riamente implicaba el conocimiento cho a ser incluido en la lista de
de la vida del aspirante, ya que dada la electores; i el que no haya sido,
particular combinación de cualidades lo será precisamente por recla-
requeridas en el candidato, su vida pri- mación suya, hecho personal-
vada no se entendía como separada de mente ante el jurado, proban-
la vida pública y su persona toda po- do que tiene las cualidades
día ser objeto de debate, testimonio y morales necesarias. Además
juicio en la arena pública, debido a que también queda a cualquier ciu-
los vecinos tenían derecho a protestar dadano, el derecho de hacer
por el comportamiento de los emplea- reclamaciones, para que se
dos públicos. Era una práctica de la borren de la lista los que, es-
época en que los alcaldes de los dis- tando incluidos en ella, carez-
tritos parroquiales debían leer la lista can de las cualidades morales
de los vecinos que podían votar y as- y de las cualidades de ciuda-
pirar a los cargos públicos; luego, esta danos vecinos del distrito.23
lista era colocada en un lugar público
con el objeto de que cada uno de los Era el conocimiento personal y el jui-
vecinos dijera lo que sabía de los as- cio valorativo que la comunidad con-
pirantes y electores sobre sus cualida- fería a la persona lo convertía en buen
des personales, género de vida, cali- o mal vecino, lo distinguía del residen-
dad de vida u ocupación y también te y del forastero. Esto se debía en
hablara sobre sus defectos.22 buena parte a lo expuesto que estaba
la vida privada en la Nueva Granada
En 1853, el Diario cartagenero “El durante la primera mitad del siglo XIX.
Monitor del Pueblo” publicó la ley de No era posible en realidad crear gran-
elecciones aprobada ese mismo año; des distancias sociales y nichos invi-
el artículo 4 de ésta ley señalaba lo si- sibles en un país en donde el espacio
guiente: natural en que se desenvolvía la vida
era la localidad. Las intimidades de los
Copia de la lista de que habla hombres políticos se convertían rápi-
el artículo 1, será fijada en un damente en asunto de dominio públi-
lugar público, a lo más tarde co y entraban a hacer parte decisiva
el día 10 de Julio i permanece- del juicio que sobre ellos se emitiera.24

22
GARRIDO, Margarita. Reclamos y Representaciones, Op. Cit., p. 123.
23
BIBLIOTECA LUÍS ANGEL ARANGO, (En adelante B. L. A. A). sección microfilm,El monitor del pue-
blo, Cartagena, Agosto 20 de 1853, p. 3
24
GUTIERREZ SANIN, Francisco. 1995, Curso y discurso del movimiento plebeyo, 1849-1854. Bogotá,
Coed. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales/ El Ancora Editores, p. 45

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Un ejemplo de lo anterior ocurrió en sino que son co-herederos sus


Cartagena en 1840 con la designación hermanos en número según
de Juan Antonio Calvo para la Cáma- creemos de seis, además de que
ra de Representantes. El Diario de la casa tiene gravámenes consi-
Cartagena “El Tiempo” anotaba que derables. Esta propiedad no pue-
Calvo no podía ejercer dicho cargo por de suplirse con la renta por que
que no reunía las condiciones estable- el producto de la imprenta en su
cidas por la Constitución política de séptima parte, ni el insignifican-
la Nueva Granada. En apartes del artí- te provecho de la tesorería de
culo publicado por el diario se señala- rentas provinciales puede alcan-
ba lo siguiente: zar a 400 pesos anuales.25

Desde que el hombre se encuen- El honor de la casa no era un bien


tra en un puesto público ya su privado sino público. El ocultamiento
vida entera y sus buenas o ma- de su pérdida o el desprecio de su va-
las cualidades son del dominio lor eran delatados por la comunidad.
de la sociedad, por que de ellas A través de actos simbólicos, de rumo-
va a depender la observancia o res, de injurias verbales y de escritos
desobediencia a la ley escrita. Se satíricos los vecinos ejercían un con-
nos ha remitido un artículo so- trol y un castigo a quienes lo perdían.
bre la nulidad del nombramien- La materia de las que se servían los
to del Sr. Juan Antonio Calvo alcaldes y los jueces para inquirir en
para Representante por ésta Pro- el mundo doméstico eran los rumores
vincia, y aunque por su esten- y las palabras callejeras. El alcalde de
sión y por que deseamos evitar barrio era una escucha del rumor po-
personalidades e insultos, nos pular, sus acciones, además, daban fue-
hemos negado a insertarlo, go al cotilleo del vecindario. El honor
como las ideas nos han pareci- era una joya delicada que puesta en
do exactas, las emitimos exci- labios ligeros podía ser destrozada.
tando a la Cámara de Represen- Todo se veía y todo se comentaba. La
tantes a que ecsamine la verdad mejor referencia de esto la constituía
de los hechos. la expresión “público y notorio”, lo
El Sr. Calvo carece de la pro- cual se refería a lo sabido por todos e
piedad ecsiguida por el Artícu- incluía los distintos aspectos de la vida
lo 54, inciso 4 de la Constitu- de los vecinos en la calle, la plaza, la
ción, pues una casa apenas re- iglesia o el cabildo y en ocasiones la
gular y la imprenta, únicos bie- vida de las personas dentro de sus ca-
nes conocidos a su familia, no sas. las reglas de la comunidad impo-
le pertenecen esclusivamente, nían cierta disciplina cuyo quebrante

25
BIBILOTECA BARTOLOME CALVO, sección microfilm, El Tiempo, Cartagena, Junio 20 de 1840, Pág.3

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recibía una sanción de carácter ritual empleaba contra quienes transgredían


o también punitiva.26 el orden social y afectaban muy espe-
cialmente -por supuesto- a quienes vi-
La comunidad constituía un importan- vían en una alta estima social. La co-
te mecanismo de regulación de los munidad castigaba a sus miembros
comportamientos sociales. Estos com- haciendo público aquello que se que-
portamientos implicaban valores mo- ría mantener en secreto. Así, las auto-
rales y sociales practicados y acepta- ridades retomaban en forma de decla-
dos por la mayoría y considerados en ración los veredictos que públicamen-
consenso como adecuados y legítimos; te ya habían sido emitidos por la co-
por tanto, una amenaza en contra de munidad. Más aún, se sacaba al con-
éstos determinaba la protesta y defen- denado de la “cárcel” y se le hacía re-
sa de la comunidad. El poder y la in- correr las principales calles de la ciu-
fluencia de ésta se ejercía en todos los dad, acompañado del pregonero que
aspectos de la vida de los vecinos. gritaba el nombre del prisionero y el
Dados los lazos de comunidad, aún delito cometido.27
durante la primera mitad del siglo XIX
las penas contra los delitos consistían Algunas veces era más importante para
básicamente en el destierro y la ver- desempeñar cargos públicos de carác-
güenza pública. El primero se hacía ter local ser considerado por la comu-
con el objeto de aislar y marginar al nidad como un buen vecino que po-
individuo debido a que durante esos seer los derechos de ciudadanía. Ejem-
años, el hombre se definía por su per- plo, en Cartagena en el año de 1847
tenencia a un territorio y quien no lo fueron elegidos algunos jueces parro-
estaba era en la práctica un vagabun- quiales y Alcaldes sin tener los dere-
do, un mendigo, en definitiva un mar- chos de ciudadanía, pero que eran con-
ginal. Por otro lado, el escándalo o la siderados por la comunidad como
famosa “pública voz y fama”, eran las hombres de honor y buenos padres.
formas de sanción que la comunidad

26
RODRIGUEZ, Pablo. 2002, “Hablando del honor: ¿donde estaba el de las mujeres coloniales?», en: En
busca de lo cotidiano. Honor, sexo, fiesta y sociedad, Siglos XVII- XIX. Bogotá, Ed. Universidad Nacional,
pp. 190-191. Además ver: JARAMILLO, Antonio Javier. 2004, “Las relaciones conyugales y el uso social de la
justicia, Santafé de Bogotá a fines del siglo XVIII”, En: Historia y cultura Nº 1, segunda época. Cartagena,
Ed .Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena, pp. 13-27.
27
Otra esfera en que se evidenciaba el poder de la comunidad era en las relaciones laborales. Por ejemplo, los
trabajadores independientes requerían de fiadores, de responsables de su comportamiento, de un ciudadano de
reconocida solvencia económica y moral que avalará ante las autoridades la bondad de su quehacer, su dedica-
ción al trabajo y la idoneidad de su persona, es decir la institución de la recomendación. Esto se puede observar
a través de la documentación notarial de la primera mitad del siglo XIX que contienen la expresión ritual y
formal: “ciudadano y vecino de esta ciudad a quien doy fe que conozco. Sobre la figura del fiador durante la
primera mitad del siglo XIX en la Nueva Granada ver. SOLANO DE LAS AGUAS, Sergio. Hombres de honor.
Trabajadores notables en el Caribe colombiano, 1850-1930. Artículo inédito.

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Hoy debe reunirse el cabildo la Provincia de Cartagena en 1847,


abierto por que para hoy ha sido recomendaba con especial cuidado a
convocado para admitir o no la la Asamblea Electoral “no se llamen a
renuncia que de juez suplente servir a los destinos de jefes políticos
parroquial ha hecho el Sr. José i Alcaldes, sino a personas conocidas
María Vives; por consiguiente, por su amor al país, por su honradez,
caso que se admita es necesario por su probidad i aptitudes”.30
que el cabildo piense bien a
quien nombra i que no sea solo Era una práctica de la época que los
buen vecino, buen padre de fa- vecinos, por medio de la prensa, pro-
milia, honrado i apto para des- pusieran a algunos individuos para
empeñar el destino, si no que desempeñar los diferentes cargos pú-
tenga las cualidades requeridas blicos, rindiéndoles un reconocimien-
por la constitución, es decir, ser to a sus cualidades morales. Desde la
granadino en ejercicio de los de- prensa se llamaba la atención de los
rechos de ciudadano, pues el año sufragantes, recomendándoles en quie-
pasado se han elegido jueces nes debían fijarse para votar por ellos.
parroquiales sin tener las cuali- En 1849, el periódico El Porvenir le
dades de ciudadano i hasta aho- recomendaba a los sufragantes:
ra ha quedado todo en silencio,
así como también la elección de Tengan presentes los electores
un Alcalde que no hace poco ha que no es una cosa indiferente
sido nombrado sin tampoco te- votar por esta o la otra persona
ner los requisitos de ciudadano sin tener más en cuenta que las
neogranadino.28 simpatías personales, la mira
de congraciarse con un
El General Joaquín Posada afirmaba acreedor….no, una función tan
que la Constitución de 1843 estable- grande, un derecho tan sagra-
cía que para ejercer cargos públicos se do, no debe cumplirse sino en
necesitaba, además de la experiencia, bien de la Patria. Por tanto, es
el saber y la independencia, una hon- preciso que al votar conozca-
radez probada y añadía que para ser mos bien a las personas por
Gobernador y Prefecto era necesario quienes votamos i es preciso
poseer los derechos de ciudadanía y que sepamos de ellas que son
gozar de buen concepto público.29 Este patriotas, honrados, amigos del
mismo General, siendo Gobernador de país, bastantes inteligentes…31
28
BIBILOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, Semanario de la Provincia de Cartagena, Cartagena,
Agosto 20 de 1843, Pág. 2
29
POSADA GUTIERREZ, Joaquín. 1929, Memorias histórico- políticas, tomo IV, Bogotá, Ed. Biblioteca
de Historia Nacional, p. 124.
30
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, Semanario de la Provincia de Cartagena, Cartagena,
octubre 10 de 1847, p. 5
31
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, El Porvernir. Cartagena, junio 18 de 1849, p. 3.

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Ahora bien, como la condición de buen mismo el recato bogotano al antioque-


vecino basado en el ”modo honesto ño o al costeño. Lo que escandalizaba
de vivir” no respondía a un ingreso, al primero podía hacerlo en menor gra-
renta o salario capaz de ser cuantifica- do al segundo.33
do o moneterizado, sino que era de
naturaleza subjetiva, al igual que las De este modo, la coexistencia de esta
condiciones morales, recaía en manos pluralidad de sociedades confirió a la
de los comisionados (Asamblea elec- condición de buen vecino una conno-
toral, jefes políticos, gobernadores, tación distinta y particular a cada lo-
alcaldes) la responsabilidad de califi- calidad. Esta situación fue aprovecha-
car a partir de criterios cualitativos, da, utilizada y manipulad por los par-
fundados en valores consuetudinarios tidos Liberal y Conservador, que re-
-como la honradez, el prestigio, el movían de los cargos públicos a sus
modo de razonar, la estima, los servi- opositores políticos manifestando no
cios prestados a la comunidad- si un reunir las condiciones morales para
habitante de la localidad debía ser con- desempeñarlo, como ocurrió en 1849,
siderado un buen vecino. Esto se con- cuando asumió la Presidencia de la
vertía en un problema para decidir si República José Hilario López, quien
una persona era honorable. Primero, por medio de sus agentes como gober-
por que aunque ciertas creencias, va- nadores y jefes políticos, comenzó a
lores y nociones sean compartidos por destituir de sus cargos a los emplea-
todos los miembros de un sistema, dos de afinidad política conservadora.
cada grupo social produce una repre-
sentación con matices propios y ella En noviembre de 1849, los vecinos de
inspira en buena parte su comporta- Soledad (actual Departamento del
miento. 32 Por ejemplo el “rapto de Atlántico) se quejaban ante el perió-
doncellas” podía escandalizar a las éli- dico El Porvenir por la injusta remo-
tes de una región más no a los estratos ción que había sufrido el director del
bajos de la misma. De igual forma, el colegio de Santo Tomás. Hecho que
concubinato, además de ser común, era precipitó la renuncia del Jefe Político
visto como normal entre los sectores del Cantón. Los vecinos manifestaban
populares. Segundo, por que a lo lar- que la Gobernación, por medio de una
go del territorio neogranadino existían circular dirigida a todos los jefes polí-
varios pueblos históricos que enten- ticos solicitó informes sobre la mora-
dían de modo diferente lo que era ser lidad y buen desempeño de los direc-
una persona “honorable”. No era lo tores de escuelas públicas oyéndolos

32
Sobre este tema ver. THOMPSON, E. P. 1995, “La economía moral de la multitud en la Inglaterra del siglo
XVIII”, en: Costumbres en común. Barcelona, Ed. Crítica.
33
Los patrones culturales del siglo XIX tenían diferencias de tipo étnico- social, cosa que afectaba el compor-
tamiento familiar: las familias ricas tenían comportamientos distintos a las de recursos medios y a las pobres; lo
mismo que las familias blancas vivían diferente a las negras, mulatas, mestizas e indias.

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previamente, para después escuchar a Santo Tomás salieron en defensa de


los cabildos respectivos, y del direc- Álvarez y de Osorio. En una repre-
tor de Santo Tomás, Señor Manuel sentación dirigida al Gobernador le
Álvarez, el cabildo informó que “en recordaban a éste:
su concepto, el director era de conduc-
ta moral arreglada i que llenaba sus Señor Gobernador Usted puede
deberes completamente”. Mientras estimar cuanto quiera de sus dig-
tanto el Jefe Político, el señor José nos informantes, pero nosotros
Manuel Osorio, no contradijo el infor- estimamos al Dr. Osorio más
me que se oyó en el cabildo y también que a ellos, por que este es un
elevó un informe al Gobernador de la verdadero patriota, honrado, jo-
Provincia, en los siguientes términos: ven de ilustración e influencia a
“Nada desfavorable puedo decir a Us- quien no se le debiera sojuzgar
ted, respecto del director de la escuela en ningún caso, sino para moti-
del distrito de Santo Tomás, en quien vos especiales i a nuestra vez
la jefatura i cabildo respectivo reco- estimamos como se merece i
nocen moralidad i una absoluta con- calificamos de peregrina, injus-
sagración en el desempeño de sus de- ta i apasionada la resolución de
licadas funciones”. Usted que censuramos.34

Pese a los informes emitidos por el En definitiva, la continuidad de la


cabildo y el Jefe Político de Santo To- vecindad en la Nueva Granada duran-
más, el Gobernador de la Provincia, te la primera mitad del siglo XIX,
desestimando a las autoridades de ese hizo más difícil el proceso de cons-
distrito, declaró gubernamentalmente trucción del ciudadano. Pese a los
y fundado en el informe extra-admi- discursos modernizadores de las
nistrativo de algunos particulares que constituciones políticas, las comuni-
Álvarez debía ser removido de su car- dades seguían ancladas en un orden
go por que la Gobernación: “tiene in- y en un imaginario tradicional y el
formes de personas fidedignas referen- ejemplo más palpable lo constituía el
te a la conducta inmoral del director vecino, lo cual mantenía la partici-
de la escuela de santo Tomás”. Ante pación en los asuntos públicos den-
la posición asumida por el Goberna- tro de los marcos de un orden corpo-
dor de la Provincia, los vecinos de rativo y jerárquico.

34
BIBLIOTECA BARTOLOMÉ CALVO, sección microfilm, El Porvenir, Cartagena, noviembre 25 de 1849,
p. 2.

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