Está en la página 1de 6

Trueque

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Una ilustración de un periódico de 1874 de Harper's Weekly, que muestra a un hombre


involucrado en el trueque: ofreciendo pollos a cambio de su suscripción anual al periódico.

El trueque es el intercambio de bienes materiales o de servicios por otros objetos o servicios. Se


diferencia de la compraventa habitual en que no intermedia el dinero como representante del
valor en la transacción. Al contrato por el cual dos personas acceden a un trueque se le denomina
permuta.

Según la corriente liberal de la economía fundada por Adam Smith, el trueque, como intercambio
libre entre individuos, es una práctica natural del ser humano para la cual debe existir previamente
el excedente (exceso de bienes que no necesitan consumirse) y la división del trabajo (necesidad
de un bien que no produce uno mismo), lo que desemboca en el concepto de propiedad privada.1

Sin embargo, según diversos antropólogos, no se ha descrito ninguna comunidad en la que el


trueque existiera como el medio principal de acceso a bienes, lo que desmiente la extendida
concepción de que el trueque era una fase previa a la aparición del dinero. Tan solo se ha
documentado el trueque como una práctica ejercida entre comunidades rivales (debido a que el
reparto de los bienes dentro de la propia comunidad se realizaba en común) o en periodos
posteriores a las caídas de los grandes imperios y sistemas económicos que ya estaban basados
con anterioridad en la moneda y en el intercambio.2

Índice

1 Teoría económica del intercambio

2 El intercambio según Karl Marx

3 Antecedentes históricos

3.1 División del trabajo

4 Ventajas y desventajas.

4.1 Ventajas

4.2 Desventajas

5 El trueque actual
5.1 En la era digital: el trueque activo

5.1.1 El trueque en México

6 Véase también

7 Referencias

8 Enlaces externos

Teoría económica del intercambio

La teoría subjetiva del valor explica tanto el intercambio que se da en el trueque como el de una
economía monetaria.

El intercambio solo se produce si ambas partes valoran más subjetivamente aquello que tiene la
otra, que lo que esperan dar a cambio en el intercambio. Así, supongamos que Rodrigo tiene A, y
Martín tiene B. Solo si Rodrigo valora más B que A, y Martín valora más A que B, se realizará el
intercambio (o esto es, por lo menos, una condición necesaria para que se produzca).

Técnicamente, se podría sintetizar de la siguiente manera: la utilidad marginal que le representa a


Juan el bien B dentro de su escala de valoraciones, debe ser mayor que la utilidad marginal que le
representa el bien A. De la misma forma, la utilidad marginal que le representa a Marcos el bien A
dentro de su escala de valoraciones, debe ser mayor que la utilidad marginal que le representa el
bien B. Es, en definitiva, la desigualdad de valoraciones subjetivas una importante condición
necesaria para que se produzca el intercambio.

El precio, como ratio de intercambio, se determina al momento de efectuarse éste. El precio al


que llegarán ambas partes para efectuar el intercambio depende de sus valoraciones subjetivas.
En efecto, el precio máximo al que está dispuesto a pagar el comprador debe ser mayor que el
precio mínimo al que está dispuesto a vender el vendedor. El precio, en este modelo simplificado
con solo un oferente y un demandante, se establecerá dentro del rango que esos márgenes
determinen, con la imposibilidad teórica de saber con exactitud cual será precisamente el precio,
solo determinando los márgenes entre los cuales se acordará efectivamente un precio. Si el precio
máximo del comprador es menor que el precio mínimo del vendedor, el intercambio no tendrá
lugar.

Así, a este modelo de intercambio le continúan los modelos de competencia unilateral (donde hay
un demandante y varios oferentes; o un oferente y varios demandantes) y el modelo de
competencia bilateral; todos modelos explicados y desarrollados en primera instancia por el
economista austríaco Eugen von Böhm-Bawerk.
El intercambio según Karl Marx

Esquema del trueque (M-M), de acuerdo del enfoque marxista.

Para Karl Marx, el intercambio solo tiene lugar cuando dos bienes tienen un valor equivalente y
que puede determinarse objetivamente, esto es, cualquier tercero no involucrado puede
determinarlo de acuerdo a criterios objetivos. Así, haciendo una abstracción del valor de uso de las
mercancías, Marx llega a la conclusión de que el valor está determinado exclusivamente por la
cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario para producir determinada mercancía. Esto
es, en síntesis, la teoría del valor-trabajo que defendían muchos de los economistas clásicos,
aunque en diferentes versiones, como Adam Smith y David Ricardo.

Esta teoría deriva luego en la teoría de la explotación, [cita requerida] pues si el valor de un bien o
servicio está determinado por el trabajo necesario para su producción, el fenómeno del interés
solo puede explicarse dentro de este marco teórico como una expoliación, un robo, que realizan
los capitalistas sobre los trabajadores, apropiándose aquellos del trabajo de estos, y
específicamente, haciéndoles trabajar más horas de las que les terminan remunerando.

Antecedentes históricos

El trueque es una práctica que existe desde el periodo neolítico,34 desde hace aproximadamente
10.000 años (10 por ciento del tiempo de la existencia de la especie humana), con la aparición de
la sociedad agricultora-ganadera.

En el neolítico, la economía, que había sido depredadora en el paleolítico, en las sociedades


cazadoras-recolectoras (90 por ciento del tiempo de la existencia de la especie humana), pasó a
ser productiva, por la aparición de la agricultura y la ganadería, y ello dio lugar al excedente, un
exceso de bienes que no necesitan consumirse. Con el excedente, un grupo de personas no
necesitan trabajar en la agricultura y la ganadería, y pueden dedicarse a producir otros productos,
como la cerámica, e intercambiarlos con el agricultor o ganadero por el excedente. Con ello,
apareció por primera vez el trueque[cita requerida] y, como consecuencia, la propiedad privada y
el concepto de riqueza.[cita requerida] La cantidad de producción sobrante es el inicio de la
riqueza: cuanto más excedente, más riqueza. Pero el excedente sólo tiene consecuencias cuando
se consolida gracias a la aplicación del riesgo o el abonado, y permite la división social del trabajo.
[cita requerida]

División del trabajo

Cuando aparece el excedente consolidado, no se dedican todos a la agricultura o a la ganadería; le


busca producir bienes que ninguno de estos dos trabajos productivos producen.
En los pequeños mercados era donde se originaron los primeros trueques entre una gran variedad
de artículos, por ejemplo: herramientas de sílex, lanzas, zapatos, collares y hasta productos
agrícolas. Hoy en día, en algunos mercados se siguen usando este tipo de transacciones.

Más tarde, apareció el dinero, con lo que los bienes y servicios se obtenían a cambio de dinero en
monedas.

Ventajas y desventajas.

Ventajas

Las ventajas del trueque o intercambio para las empresas son muchas, como por ejemplo

comprar productos o servicios sin realizar movimientos monetarios.

mantener la liquidez de la empresa.

optimizar los resultados financieros del negocio.

mejorar la productividad.

compensar la variación de producción por temporadas, es decir, obtener más clientes incluso en
temporada baja.

reducir la acumulación de existencias de productos en el inventario, y hallarles una salida rentable


alternativa.

ampliar las relaciones comerciales con empresas de otros sectores.

conseguir nuevos canales comerciales para el negocio sin modificar la agenda de clientes.

Desventajas

El trueque tiene diversas desventajas:

cuantitativa: dificultad para intercambiar bienes de muy distinto valor;

temporal: dificultad para vender hoy y comprar mañana;

espacial: dificultad para encontrar a la persona ideal para intercambiar.

La más importante desventaja del trueque es que podría no encontrarse a alguien que quiera
intercambiar lo que se desea por lo que puede ofrecerse. Esto es lo que se conoce como el
problema de la doble coincidencia de necesidades. Este problema impide la ampliación de la
división del trabajo, que vendría luego a ser facilitada por la introducción del dinero como medio
común de intercambios indirectos.

Otro inconveniente en el proceso del trueque es la complejidad del cálculo en el valor exacto entre
las cosas que van a intercambiarse (falta de unidad de valor). De todas formas, suele establecerse
el precio de los productos o servicios según su valor en el mercado, aunque, en caso de que no
haya una unidad de cuenta objetiva en común, el cálculo económico a gran escala resulta
imposible sin dinero.

A veces, el trueque tiene un valor más bien simbólico, según la necesidad que un valor capital. Es
decir, si alguien tiene una casa que no está utilizando y necesita con urgencia un automóvil, no le
dará un valor capital a la casa, sino un valor de necesidad.

El trueque actual

Desde la antigüedad, es habitual que el trueque recobre importancia en tiempos de crisis


económica, y principalmente en casos de hiperinflación, dado que el dinero pierde en gran medida
su valor.

Algunas formas de trueque son el banco del tiempo o los mercados de trueque, como los que han
proliferado en Argentina tras la caída del peso. Este sistema está experimentando un auge en
países de todo el mundo.

A veces el trueque es utilizado en grandes cantidades por empresas, en mercados de intercambio.


Para la empresa que da el producto o el servicio, que ella misma ha producido, le resulta más
barato el mismo pago que si fuese con dinero. Además, supone que un cliente más, ha probado y
conocido su producto o servicio. Además ha vendido un producto que, a veces, no habría vendido
de otra forma. Que le supone terminar las existencias o compras mayoristas en cantidades
mayores que suelen suponer descuentos mayores. Para la empresa receptora del servicio o
producto, le supone haberlo conseguido más barato que si lo hubiese tenido que pagar con
dinero. Además, esta empresa obtiene productos o servicios sin tener que realizar movimientos de
tesorería. Como ventaja adicional, el receptor puede probar un servicio o producto de forma más
económica.

En la era digital: el trueque activo

El surgimiento de internet y las redes sociales facilitó la labor de búsqueda y localización de los
mejores candidatos para realizar el trueque; las partes interesadas se reúnen en un punto en
común como, por ejemplo, las plazas públicas. En la red existen plataformas que facilitan el
contacto gratuito entre quienes desean intercambiar sus productos o servicios. La evolución de
este tipo de páginas ha derivado en algo conocido como el trueque activo, es decir, no
simplemente limitarse a anunciar un artículo, sino que se posibilite la interacción con otros
usuarios de la misma red. En definitiva, es la creación de comunidades de usuarios que deseen
intercambiar cosas.

El trueque en México

En México, aún puede observarse en el poblado de Zacualpan de Amilpas, en el estado de


Morelos, que se ha convertido en un importante punto de encuentro comercial y cultural a través
de su tianguis dominical, y se trata del único sistema de comercio prehispánico que sobrevive
hasta la fecha y que mantiene todas sus características de organización y simbolismo de la
población local.[cita requerida]

También podría gustarte