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Ana Luisa Peluffo estrella y ​socialité ​de El Heraldo de México

Andrea Solís González

​ s una tarea tan sencilla como compleja, el término que


Definir el término ​socialité e
parece hablar por sí solo, es un término más común en la prensa escrita que en el
ámbito académico, es un término que nos remite más al día a día, al cine y a la
televisión, a aquellas personas que admiramos y celosamente seguimos a la
distancia, quienes se encuentran más allá de la fama por haber nacido en cuna de
oro, rodeadas de lujos, de exclusivos viajes, educadas en escuelas exclusivas y con
vidas privilegiadas.

​ ás reconocida sin lugar a dudas es


En tiempos recientes una de las ​socialités m
Paris Hilton, ahora también una fuerte mujer empresaria, saltó a la fama por
protagonizar numerosas portadas de revistas de nota rosa y páginas de sociales en
periódicos locales que cubrían sus salidas de compras por las calles más exclusivas
de Los Ángeles, así como su gusto por la vida nocturna y claro, por tener la fortuna
de ser la bisnieta de Conrad Hilton, el fundador de la extensa cadena de hoteles
Hilton​.

Pero Paris Hilton no fue ni la primera ni la última mujer en generar interés de la


prensa y el público por su glamuroso estilo de vida. El término ​socialité no es nuevo,
se le atribuye a Briton Hadden, fundador de la revista TIME y a sus compañeros
editores en 1928, surgió para describir a las mujeres jóvenes rebeldes de la época
del jazz “una ​socialité ​era enérgica y alegre, radiante y despreocupada. Encarnaban
la juventud, la libertad, la modernidad” (Whilner 2007). Actualmente la Fundación del
Español Urgente1 la define como un anglicismo que se refiere a una persona que es
“célebre sobre todo por las relaciones sociales” (Fundéu BBVA), a lo que diversos
portales noticiosos le agregan la característica de provenir de una familia de clase
social alta que participa en una gran cantidad de eventos sociales exclusivos​.

El término ​socialite es un anglicismo que describe a una persona famosa que además goza de
una posición superior en el interior de la ​clase social alta​; generalmente proviene de familias

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La Fundación del Español Urgente es una fundación española patrocinada por la Agencia Efe y
BBVA, asesorada por la Real Academia de la Lengua Española, cuyo objetivo es colaborar con el
buen uso del español en los medios de comunicación y en Internet.
adineradas o ​aristócratas y pasa gran parte del tiempo participando en actividades sociales
como eventos benéficos, fiestas privadas, desfiles de moda, comidas, festivales y otros
acontecimientos exclusivos.​1​2​3​​

El concepto data de los siglos XVIII y XIX; la mayoría de las primeras ​socialites eran esposas o
amantes de reyes o nobles y serlo era más un deber y un medio de supervivencia que un placer.
Las esposas tímidas a menudo eran obligadas a representar el papel de anfitrionas prósperas y
simpáticas ante personas que incluso las despreciaban. Las amantes tenían que pagar la cuota
para mantener su reputación y usaban sus habilidades sociales para obtener un lugar en la corte
y poder conservar a sus amantes.​4​​

Si bien el término surge en Estados Unidos y se vuelve común bajo apellidos como
Hilton y en la última década Kardashian, en nuestro país no nos quedamos atrás,
apellidos como Longoria y de la Madrid, tal vez hoy en día no nos signifiquen mucho
o nos remiten únicamente al expresidente Miguel de la Madrid, pero entre mediados
de los años 60 y hasta comienzos de los dosmiles en México acapararon las
páginas de sociales de un periódico muy particular: ​El Heraldo de México​.

Conocido popularmente como ​El Heraldo estuvo en circulación del 9 de noviembre


de 1965 al 19 de noviembre de 20032, bajo la dirección de la familia Alarcón con una
línea editorial oficialista y siempre cercana al poder político mexicano, junto a ​El Sol
de México fue uno de los primeros periódicos en darle una gran importancia al
aspecto visual de su diseño, lo cual llevó al periódico a contar con grandes
reportajes deportivos, de espectáculos y de sociales, esto último, llevó a ​El Heraldo
a posicionarse como el diario de la clase alta mexicana, el mismo Óscar Alarcón,
hijo del fundador Don Gabriel Alarcón, “admitió sin pudor y sin rubor que el público
meta del periódico había sido siempre el mercado de lectores de mayores ingresos:
la clase alta, las élites, los residentes de Polanco, de las Lomas, sin eufemismos: los
ricachones” (Ortiz Murillo, 2012) por lo que en sus páginas de sociales destacan la
crónica visual, los rostros y el estilo de vida de la alta burguesía mexicana, llegando
incluso a las clases medias y populares gracias a sus fotografías a color. “El

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Actualmente El Heraldo de México se encuentra nuevamente activo, pero ya no a cargo de la
familia Alarcón. El pasado 2 de mayo de 2017 inició su segunda etapa bajo el mando de los
empresarios Ángel Mieres, Roberto Henaine y Alejandro Araí.
periodismo de sociales basado en extensos fotorreportajes, crónicas ilustradas, así
como notas de las celebraciones, eventos, aniversarios, viajes, exposiciones y todos
aquellos actos de la gente bien inventado por ​El Heraldo prevalece en buena parte
de las publicaciones que dan espacios a esos contenidos” (Ortiz Murillo 2012).

En entrevista Cucú Estévez, antigua reportera y redactora de ​El Heraldo recuerda


que el periódico “se caracterizó, sin demeritar su información general y de deportes,
por la sección de sociales, cubría por excelencia todos los eventos sociales más
importantes, a lo que los denominaban los del ​jet set o ​los de piel dorada​, porque
salían de vacaciones y se bronceaban (...) en sociales cubríamos bautizos, bodas,
las grandes fiestas de la época como las del club Variety o las famosas cenas-show”
de la clase alta mexicana. Un evento que a la luz de hoy, con la masificación de
redes sociales que aparentan acercarnos a las vidas privadas de las ​socialités
actuales, pudiera parecer difícil de entender como una cena llenaba páginas y
páginas en la sección de sociales para ser consumidas masivamente en los días
posteriores, dichas cenas consistían en abrir tu casa, decorarla especialmente para
la ocasión y reunir a un par de cientos de personas, entre familiares, amigos,
artistas y empresarios para hacer eso, cenar. “Una cena de ese tipo a veces tenían
baile, no era como en las películas gringas que tenían grandes bailes, con grandes
orquestas, pero sí a veces había un grupo musical. Era más bien una cena donde te
recibía el mayordomo o la ama de llaves, había meseros, valet parking, la casa
arreglada espectacular, bocadillos de primera” comenta Estévez.

El proceso para salir en las páginas de sociales era relativamente sencillo, explica
Estévez, simplemente marcabas y solicitabas que el periódico cubriera tu evento,
dando acreditación a un reportero y a un fotógrafo, “antes la gente quería salir en las
páginas de sociales, querías que todos vieran que tu casa era ​wow,​ que vieran los
cuadros que tienes en tu casa, hoy en día ya nadie quiere se sepa donde vives”; el
proceso de selección llegaba después, dependiendo de tu estatus económico, el
renombre de tu apellido o tu relación personal con los altos mandos del periódico.

Otro gran bastión de ​El Heraldo fue la sección de entretenimiento, donde entre sus
páginas podías encontrar además de la cartelera de cine, teatro y televisión,
reseñas críticas de películas y obras de teatro, filmaciones en curso así como notas
similares a las de la sección de sociales, pero respecto al quehacer social de
actores, actrices, cantantes, directores, productores y demás personalidades del
mundo del espectáculo, así como semblantes de artistas nacionales e
internacionales. La sección de entretenimiento fue tan importante que de 1966 al
2002, casi toda la historia de la primera etapa del periódico, se llevaron a cabo los
Premios El Heraldo de México​, fundados por Raúl Velasco y transmitido por el
Canal 2 de Televisa, donde premiaban a lo mejor del cine, la televisión, la música, el
teatro y los deportes (Heraldo de México 2018), llegando incluso a impulsar grandes
y fructíferas carreras a partir de sus reconocimientos “La Voz” y “El Rostro” como fue
el caso del cantante Emmanuel y de Verónica Castro.

A pesar de que las secciones de sociales y de espectáculos eran dirigidas por


distintos editores y contaban con redactores especializados en cada área, la línea
entre ambas se cruzaba frecuentemente, especialmente en conciertos y en aquellas
glamurosas cenas descritas por Cucú Estévez, por lo que diversas personalidades
podían ser encontradas de manera casi indistinta entre ambas secciones, pero
pocas con el glamour y la elegancia que caracterizaban a Ana Luisa Peluffo.

Ana Luisa de Jesús Quintana Paz Peluffo nació el 9 de octubre de 1929 en


Querétaro, hija de Ana María Paz y Luis Quintana, obtiene su apellido del segundo
matrimonio de su madre con el productor uruguayo Manuel Peluffo. Tuvo una
infancia privilegiada, asistió a colegios de gran renombre como la Universidad
Femenina de Mëxico de la escritora, educadora, feminista y activista Adela
Formoso, donde estudió decoración de interiores, inglés, francés, italiano,
portugués, pintura, danza clásica, natación artística y deportiva.

Peluffo se desarrolló principalmente como actriz de cine, cuenta con más de 200
películas en su filmografía, aunque también incursionó en un centenar de obras de
teatro, shows y telenovelas (Redacción El Universal 2017). Tuvo su debut
cinematográfico en 1948 con un rol pequeño en la película estadounidense ​Tarzán y
las sirenas,​ dirigida por Robert Florey y con la fotografía del aclamado fotógrafo
Gabriel Figueroa, aunque su primer gran papel fue en 1955 interpretando a Silvia en
La fuerza del deseo ​dirigida por Miguel M. Delgado y producida por Pedro Calderón,
por su participación en esta cinta se le atribuye el primer desnudo realizado en el
cine mexicano (El Universal 2017).

Al crecer con un padrastro reconocido en la industria cinematográfica


latinoamericana “siempre se movió (cerca de) familias del cine, como los Gascón,
los Galindo, los De Anda, los Rosas Priego, los Pérez Grovas, por eso hacía tantas
películas” menciona Cucú Estévez, esto la llevó a tener una relación cercana
también con empresarios y gente de la clase alta mexicana, adicionalmente su
carrera la llevó a ser reconocida, principalmente por sus actuaciones en el cine “y al
ser una estrella de cine era una mujer muy solicitada para ir a fiestas de sociales”
continúa Estévez, fiestas que cubrían reporteros de ​El Heraldo de México,​ “Ana
Luisa Peluffo era una consentida del Heraldo, iba a muchos eventos sociales y era
una mujer muy solicitada, siempre llegaba muy bien vestida y muy atrevida para su
época”.

Como podemos apreciar en el archivo fotográfico de ​El Heraldo de México3, bien


podías encontrarte a Ana Luisa Peluffo entre las páginas de sociales asistiendo a
una comida, a una función dedicada en su honor, en una comida en honor a Roman
Polanski, como en la cartelera de la semana, en una reseña teatral, así como ​stills
de su más reciente película acompañadas de un pie de foto con la reseña de la cinta
o incluso en el hangar del aeropuerto llegando a Chihuahua, siempre con un porte
ejemplar, elegantemente vestida y adornada de joyas que hoy en día con la
inseguridad que aqueja a la Ciudad de México, sólamente podemos soñar con
poseer y utilizar.

La vida que proyectaba Ana Luisa Peluffo en las fotografías pertenecientes al


archivo fotográfico de El Heraldo de México proyectaban todo lo que cuenta Cucú
Estévez, es el retrato de una élite particular en un momento histórico específico de
nuestro país que no se volverá a vivir.

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Si bien, el archivo fotográfico de ​El Heraldo de México ​con el que fue realizado el presente artículo
es un archivo en estado de recuperación del cual siguen saliendo fotografías nuevas continuamente,
en las carpetas que se encuentran actualmente disponibles hay una gran cantidad de fotografías de
Ana Luisa Peluffo con recortes de pies de foto en la parte posterior, lo que nos lleva a inferir que una
gran parte de las fotografías de su archivo fueron publicadas.
Bibliografía

Chapa, M. ​El Sabor del Saber​. México. TV Mexiquense. Recuperado de:


https://www.youtube.com/watch?v=-U7WL4z8hj4

Ortiz Murillo, M. (enero-marzo de 2012). ​El Heraldo de México: la historia del


periódico que impuso la modernidad industrial.​ Revista Bicentenario. N° 15. México.

Redacción (15 de junio de 2017). ​Ana Luisa Peluffo y el escándalo por el primer
desnudo en el cine​. El Universal. Ciudad de México. México. Consultado el 24 de
septiembre de 2019 recuperado de:
https://www.eluniversal.com.mx/articulo/espectaculos/2017/06/15/ana-luisa-​peluffo-e
l-rostro-del-primer-desnudo-en-el-cine-mexicano#imagen-1

Sánches S. (8 de mayo de 2017). ​El regreso de El Heraldo de México.​ Lado B.


México. Recuperado de:
https://ladobe.com.mx/2017/05/regreso-heraldo-mexico/#targetText=En%20la%20hi
storia%20de%20la,M%C3%A9xico%20de%201964%20a%201970.

Wikipedia - ​https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Luisa_Peluffo

Wilner, I. (24 de octubre de 2007). ​The Number-One Girl.​ New York Magazine.
Nueva York., Estados Unidos. Consultado el 3 de noviembre de 2019 recuperado
de: ​http://nymag.com/news/people/31555/

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