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Definición de Ontología del Lenguaje

Introducción a los procesos comunicacionales humanos

¿Qué se entiende por ontología?

Una nueva comprensión del ser humano: No metafísica

Referencias
LECCIÓN 1 de 4

Introducción a los procesos comunicacionales


humanos

Aspectos filosóficos: la Ontología del Lenguaje

Desde la ontología del lenguaje, Rafael Echeverría (2008, p. 14) parte de un supuesto fundador: somos
participantes activos:

 “Una transformación histórica fundamental: se está gestando una nueva y radicalmente


diferente comprensión de los seres humanos. Este es uno de aquellos acontecimientos
especiales de la historia que tienen el poder de reconfigurar lo posible y de modificar el
futuro.” (2008, p. 14).

Esto implica que se nos presenta una nueva forma de comprender al ser humano o, yendo más allá, de poder
encontrar otra respuesta a la noción de Ser. La Ontología del Lenguaje parte precisamente de la idea de
revolucionar la noción misma de lo que entendemos por ser humano. Esta pregunta, que ha cautivado a los
filósofos a lo largo de la historia: ¿qué es el ser?, es algo que también busca responder la Ontología del
Lenguaje y lo hace desde una postura propia. Esto es precisamente lo que, en el marco del primer módulo,
pretendemos dilucidar.

Alguno de los fenómenos que nos llevan a la necesidad de repensar la noción misma de ser se encuentran
presentes en la sociedad desde finales del siglo pasado. Estos son:
Globalidad.

Velocidad e inmediatez.

Personalización versus masividad.

Interconexión.

Búsqueda de bienestar.

Diversidad.

Los seres humanos como eje clave

Cada uno de estos fenómenos nos agrega elementos claves para repensar al Ser Humano. De este modo, la
globalización nos impone la idea de un Ser Humano en relación íntima con otros que no son los próximos o
cercanos, sino que se contempla la necesidad de tener en cuenta a otro que está más allá de las fronteras, y
que comparte lo cotidiano a través de, por ejemplo, las nuevas tecnologías.

Figura 1
Fuente: Martínez, 2015, http://goo.gl/HcB0zj

La velocidad de los cambios acontecidos y la inmediatez de los cambios que continúan aconteciendo
imponen tanto nuevas formas de adaptación y desarrollo como nuevas formas de comprensión de estas
dinámicas.

Lo individual y lo grupal forman parte más que nunca de un desafío por emprender. Así, organismos como la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus iniciales en
inglés) han planteado esta dualidad como una tensión a nivel del globo que debe ser afrontada
principalmente a través de la educación. Aparece así en la Ontología del Lenguaje la idea y el pilar de
aprender a convivir. Aquí cobra relevancia también la idea de diversidad, de lo múltiple, de lo complejo, como
elementos que están en el núcleo mismo de la relación con otros. La necesidad de aceptación y respeto
también subyacen este desafío.

La ontología lo pone al ser humano, como eje clave para pensar en los cambios acontecidos y por acontecer.

Las nuevas generaciones que comienzan a irrumpir en la sociedad presentan diferencias notorias respecto
del resto coexistente. Esas diferencias son marcas debidas a los cambios importantes mencionados, entre
otros, y modifican las expectativas y los comportamientos, impactando sustantivamente en diversos
ámbitos y dando lugar a la denominada turbulencia generacional. Es entonces que la sociedad comienza a
preocuparse por entender el fenómeno y sus impactos; de este modo, nos aparecen interrogantes como:
 ¿Cómo vamos a entendernos? ¿Cómo nos vincularemos? ¿Cómo vamos a convivir teniendo
en cuenta que nos necesitamos mutuamente para crecer y desarrollarnos?

Es así que iniciamos la activa participación en una transformación histórica fundamental: se está gestando
una nueva y radical forma de comprensión del Ser Humano, poniéndonos de esta manera en la puerta de un
camino que nos demanda nuevos cuestionamientos, con ventajas y dificultades, gestando así nuevas
formas de liderazgo, nuevos líderes.

Podemos decir que estamos enfrentando así una revolución radical en la forma en la que nos comunicamos
con los demás. La convivencia, la comunicación, el entendimiento, el pensamiento, la comprensión de uno
mismo y del otro, de lo humano, se presentan como claves significativas a dilucidar.

Algunos filósofos de gran influencia como Descartes (Cartesianismo) la frase paradigmática “Pienso, luego
existo” que es la base del ser. La razón es lo que no hace seres humanos. El pensamiento es nuevamente la
base para entender el ser humano. El pensamiento siempre adquiere precedencia. A pesar de ello podemos
rastrear que este concepto, responde a postulados griegos que rondan en la comprensión del ser como
seres racionales; nos estamos refiriendo así a postulados metafísicos.

René Descartes (1596.1650).

Postulamos que el pensamiento filosófico planteado por Descartes ha sido el más influyente de los tiempos
modernos. La Modernidad se desarrolló dentro de esta modalidad de pensamiento, aceptando los
principales supuestos formulados por Descartes tales como la noción de que las ideas, el pensamiento y la
razón nos configuran como seres, como ya se señaló, el pensamiento siempre adquiere precedencia.

Es a partir de la posibilidad de pensar que podemos aceptar que nuestra existencia se sostiene en el
postulado de la antigua tradición griega “pienso, luego existo”. El pensamiento se erige, entonces, como la
base del ser, lo que permite comprender a los seres humanos como seres racionales.

La razón es aquello que nos hace seres humanos.

La esencia del ser humano radica en su pensamiento.

Dice Rafael Echeverría (2008) que:

La Filosofía de Descartes es una expresión histórica del impulso dado al alfabetismo por
medio de la invención de otro cambio de suma importancia en el modo de comunicarnos:
la prensa escrita o imprenta. Con la prensa escrita, la separación inicial entre el orador, el
lenguaje y la acción que había producido la invención del alfabeto, se profundiza y extiende
a todos los niveles de la sociedad. Con la imprenta, los libros se convirtieron en artículos
fácilmente adquiribles, lo que generó profundas consecuencias sociales, permitiendo la
emergencia del sistema escolar, la expansión social del alfabetismo (las competencias de
leer y escribir) y la democratización y extensión de la racionalidad a todos los rincones de
la vida social. (2008, p. 17).

La Ontología del Lenguaje sostiene una comprensión radicalmente nueva acerca de la concepción del ser
humano. Para aclarar un poco lo hasta aquí introducido, animémonos a recorrer algunos antecedentes
filosóficos.

La historia ha dejado su huella, sin embargo, no todo lo que conocemos, o creemos conocer, acerca del
pasado tiene implicancias en el futuro, o ha generado grandes oportunidades (o posibilidades), abriendo o
cerrando así grandes periodos para la humanidad.

Como antecedente destacado podemos nombrar la aparición del alfabeto, que dio origen (así) a una forma
de sociedad con nuevas formas de convivencia y con nuevos interrogantes.

La reducción y codificación de los signos y la inclusión de las vocales para lograr la pronunciación adecuada
al lenguaje oral tuvo como consecuencia en Grecia la determinación del alfabeto occidental. El alfabeto
inicia su intervención en el lenguaje, cambiando la forma de pensar acerca de las cosas, dejando de lado el
lenguaje del devenir y otorgándole el ingreso al lenguaje del ser. Se genera de esta manera un poderoso
cambio: el pensar, el rey de todas las acciones; queda así postulado el concepto: los seres humanos somos
seres racionales.
LECCIÓN 2 de 4

¿Qué se entiende por ontología?

Puede denominarse Ontología al estudio del Ser en tanto lo que el Ser es y cómo es el Ser. La Ontología
define al Ser y establece las categorías fundamentales de las cosas a partir del estudio de sus propiedades,
sistemas y estructuras. En tanto se define al Ser, también lo circunscribe, lo limita, es decir, cuando
afirmamos que algo es, al mismo tiempo estamos diciendo que algo “no es”. En la propia definición de la
perspectiva metafísica está inscripta la limitación del ser humano: ahí se establece lo que se es y lo que no
se puede ser. Y algo más importante aún: sabemos lo que somos, pero no lo que podríamos llegar a ser.

Para los antiguos griegos el término Ontología significaba la comprensión general del Ser. Por lo tanto si
tomamos el término en este marco, nos encontraremos atrapados en el mundo metafísico, y es de donde
precisamente la Ontología del Lenguaje quiere alejarse a través de su propuesta, apoyada en las tres
vertientes antes mencionadas.

Rafael Echeverría (2008) dice al respecto que:

El término Ontología del Lenguaje, abarca un doble sentido. Considerando los aportes del
Martin Heidegger, con su investigación acerca del Dasein, que en síntesis hace referencia
al modo particular de ser como somos los seres humanos, así la ontología hace referencia
a una comprensión genérica- nuestra interpretación-de lo que significa el ser humano (…)”
y que (…) “cuando decimos de algo que es ontológico, hacemos referencia a nuestra
interpretación de las dimensiones constituyentes que todos compartimos en tanto seres
humanos y que nos confieren una particular forma de Ser. (Echeverría, 2008, p. 19).

En este sentido, la Ontología nos muestra una propuesta, desde el ser metafísico, de lo que es el ser
humano; pero en tanto propuesta, implica la posibilidad de pensar una Ontología no metafísica, como lo
reivindica la Ontología de Lenguaje.
Para Rafael Echeverría esto nos lleva a pensar que:

Cualquier postulado que hagamos sobre el ser «en general», o sobre otros seres distintos
de los seres humanos (como está involucrado en el sentido clásico del término ontología)
está basado, a fin de cuentas, en una comprensión subyacente del ser que formula ese
postulado.

Consecuentemente, la Ontología tal como la hemos definido, en cuanto a comprensión de


lo que significa ser humano, sienta las bases para la antigua noción de la Ontología como
comprensión general del Ser. (Echeverría, 2008, p. 19).

Esto quiere decir que siempre que hagamos o digamos algo como “esto o aquello es así”, estaremos
hablando desde nuestra propia concepción ontológica sobre el “esto o aquello”. Si yo digo que “Juan Pablo
es tímido”, estoy diciendo y dando sentido desde un juicio muy particular que yo poseo sobre las conductas
que muestran los seres humanos, a los cuales yo les atribuyo la idea de timidez. Esta afirmación a su vez
habla de mí, ya no de Juan Pablo si no de lo que yo creo acerca de tales conductas. No quiere decir que el
otro sea tímido, si no que yo creo que el otro es.

Rafael Echeverría sintetiza lo expuesto de la siguiente manera:

 “Cada planteamiento hecho por un observador nos habla del tipo de observador que ese
observador considera que es” (Echeverría, 2008, p. 19). Este es un principio fundamental en
nuestro acercamiento al tema. Podemos no darnos cuenta de que al hablar o al actuar
estamos revelando estos supuestos ontológicos subyacentes, pero lo hacemos a pesar de
todo.

Este mismo principio en una versión modificada, nos lleva a inferir el siguiente postulado: todo lo que
hacemos, sea lo que sea, revela nuestro juicio, nuestra propia forma de pensar y hablar, revela quiénes
somos; ésta es precisamente la base de uno de los usos quizás más poderosos de la Ontología del
Lenguaje: la práctica del coaching ontológico.
El tema de los juicios será abordado más adelante como se merece.

De este modo, la nueva concepción de lo que es el ser humano, teniendo en cuenta el nuevo concepto de la
Ontología del Lenguaje, constituye la piedra angular de la propuesta Ontología del Lenguaje.

Rafael Echeverría postula una nueva interpretación acerca de una nueva concepción del ser humano que
somos.
LECCIÓN 3 de 4

Una nueva comprensión del ser humano: No


metafísica

En este punto del desarrollo de los postulados de la perspectiva metafísica como desde los postulados de la
Ontología, podemos concebir una nueva comprensión de los seres humanos.

Decíamos que desde la tradicional concepción de hombre, se asume normalmente que cada individuo nace
dotado de una particular forma de ser; que cada uno posee una manera de ser que tiene la cualidad de ser
permanente, fija o inmutable (este concepto es el que muchas veces hemos encontrado utilizado como
“alma”). Desde esta perspectiva, la vida es algo que nosotros atravesamos. Está, de alguna forma,
previamente determinada y sólo tendremos que atravesarla de la mejor forma posible.

La propuesta de la Ontología del Lenguaje asume una posición radicalmente diferente al planteo metafísico
porque esta concepción sostiene que la vida es, por el contrario, el espacio en el que los individuos se
inventan y crean constantemente a sí mismos.

Como nos dice Nietzsche, “en el ser humano la criatura y el creador se unen”

(Echeverría, 2008, p. 23), y continua más adelante, “Como escribiera Shakespeare: ‘Sabemos lo que somos,
pero no sabemos lo que podríamos ser.’” (Echeverría, 2008, p. 24). “Nuestro ser es indeterminado, es un
espacio abierto apuntando hacia el futuro.” (Echeverría, 2008, p.24).

La Ontología del Lenguaje sostiene la concepción de un ser humano


como un ser en constante proceso de devenir, de inventarnos y
reinventarnos dentro de una deriva histórica.
La Ontología del Lenguaje sostiene la concepción de un ser humano como un ser en constante proceso de
devenir, de inventarnos y reinventarnos dentro de una deriva histórica. No sabemos lo que somos capaces
de hacer o en lo que podemos transformarnos.

La concepción ontológica de nosotros mismos nunca podrá darnos una respuesta concreta y determinada a
la pregunta de lo que significa el ser humano. Solo podrá brindarnos distinciones generales que nos guían
como parámetros para definir una estructura básica de posibilidades siempre abiertas al devenir, somos
seres abiertos al diseño.

Echeverría dice que “esta estructura general de posibilidades, que compartimos todos en tanto seres
humanos, es lo que Martín Heidegger llamó el Dasein, el «ser en el mundo» que somos. Ontología es la
indagación en el Dasein” (2008, p. 24).

Dos filósofos más importantes que han visto de esta manera el alma humana han sido Heráclito y
Nietzsche. Heráclito (535 a. C - 484 a. C), filósofo presocrático, de alguna manera plantea algo totalmente
diferente al pensamiento que más adelante se llamaría Metafísica. Planteó que estamos en un proceso de
flujo constante, que nunca permanecemos iguales, que estamos cambiando constantemente, tal cual lo
hace un río. En este punto cobra sentido el famoso dicho de Heráclito: “no te sumergiréis nunca en el mismo
río”. La idea de la mutación del ser, de la transformación, subyace en la perspectiva de Heráclito. Somos
seres en continua transformación, mutación, como un río que nunca es el mismo.

Nietzsche por su lado llega a la Filosofía a través de la Filología, una disciplina que se interesa por el
lenguaje y, en su caso, por el estudio de las lenguas y la literatura de los antiguos griegos y romanos. Esto le
permitió contactarse muy tempranamente con el trabajo de los presocráticos, los filósofos que vivieron
antes de Sócrates, Platón y Aristóteles. Una vez que Nietzsche tomó contacto con el pensamiento de
Heráclito, comprendió que en él estaba presente una perspectiva totalmente diferente de la que ofrecía el
programa metafísico. Declaró a Heráclito su mentor.

Tanto Heráclito como Nietzsche entendieron que la forma para poder comprender al ser humano no podría
estar centrada en el solo foco del “ser”, sino que se hace indispensable poder mirar hacia otra idea, la del
“no ser”, en donde existe un espacio para la transcendencia de lo que se es, hacia lo que se puede ser (no
ser), hacia el devenir.
Es en este devenir en donde se debe poder concebir y aceptar la idea del ser como el no-ser, a este ciclo que
reúne el ser y la nada, esta eterna recurrencia del uno y del otro. Echeverría, citando a Nietzsche, dice que:

Ser humano, según Nietzsche, puede ser visto como un proceso en el que estamos
permanentemente huyendo de la nada, mientras que, al mismo tiempo, somos impulsados
hacia ella, hacia el «sin sentido» de nuestras vidas, e inducidos a la necesidad de
regenerarnos constantemente un sentido. (Echeverría, 2008 p.25).

En este video tratamos de entender que es la Ontología del Lenguaje y la importancia que tiene en nuestros
actos cotidianos, te invito a mirarlo.

Video 1: Postulados básicos

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LECCIÓN 4 de 4

Referencias

Echeverria, R. (2008). Ontología del lenguaje. Buenos Aires: editorial Granica (5ta edición).

Martínez, L.  (s.f.). Aumentan críticas ante la alerta de OMS por uso de celulares. Recuperado de
http://www.salud180.com/adultos-mayores/aumentan-criticas-ante-la-alerta-de-oms-por-uso-de-celulares

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