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La realidad se hace presente en la conciencia humana y la

verdad es lo real en esta misma conciencia, además la verdad es un


acto de intelección que manifiesta la realidad, por lo cual Santo
Tomás dice que “entender es como leer dentro de, porque el
conocimiento intelectivo penetra hasta la esencia de la realidad” 1.
El concepto más conocido sobre verdad se remota a Aristóteles,
trasmitido a lo largo del tiempo como “conformidad o adecuación
intencional del entendimiento con la realidad”. Por su parte,
Heidegger define la verdad como “sacar del olvido lo real”, es por esto
que se puede decir que, el conocimiento humano viene concebido
como apertura relativa del ser concreto y que es un tomar conciencia
de la verdad del ser, sin caer en el dualismo “pensar y ser” como
realidades adecuadamente distintas. Además, la verdad no es solo
iluminación de lo real, sino más bien un reconocer la realidad que se
devela a sí misma y se hace patente en el hombre cuando llega a una
etapa auténtica.
Como puede observarse, ese conocimiento tiene un valor
absoluto por el principio de Parménides “lo que es, es, y lo que no es,
no es”, significa entonces que el pensar deja penetrar por el ser para
decir la verdad del ser, y éste a su vez tiene un valor absoluto. Cabe
agregar que cuando se da la unidad de “ser y pensar” se da la verdad
ontológica del ser; es decir, su inteligibilidad se hace presente en el
acto humano y entonces se da la verdad lógica.
Por otra parte en los últimos tiempos, en la cultura occidental,
la noción de verdad ha padecido una desestima de su valor objetivo y
real, a todo esto que se ha dado se le puede llamar postmodernismo,
cuya característica principal es repudiar toda verdad absoluta.
Además, en esta época no hay verdades ni interpretaciones de
conjunto, solo hay fragmentos de vida sin fundamentación racional
alguno, se puede decir entonces, que es un nihilismo del que fue
inductor Nietzsche, el enemigo de toda verdad, para él nada es bueno
ni malo, verdadero o falso, sino que cada quien decide sus propias
verdades y sus propios valores, es decir, no hay que buscar verdades
absolutas porque no existen.

1
Santo Thomás, Suma Teoloógica II-IIa. (Editorial: Biblioteca de autores cristianos,
Madrid 2002), Cuestión 8, art. 1, solución, pág, 96.
Seguidamente, la certeza se define como el firme asentimiento
fundado en la evidencia del objeto y que tiene tres grados: certeza
metafísica, certeza física y certeza moral, que según los motivos que
justifican este asentimiento a la realidad contenida en el enunciado
sean de grado metafísico (lo enunciado es así y absolutamente no
puede no ser así), de grado físico (la naturaleza o leyes físicas de las
cosas), o de grado moral (lo que nace del modo normal y constante
de actuar de los hombres). Pero en muchos casos solo se puede
alcanzar la certeza moral, teniendo en cuenta que con ella es
suficiente para una actuación completamente humana, con esa
certeza moral nos movemos y actuamos en vida cotidiana y no
necesitaremos más, es por esto que también se le conoce como
certeza práctica.
Es por esto que la certeza es una actitud subjetiva basada en la
verdad o realidad de las cosas presentadas a una luz evidente, si
dicha certeza no nace de la verdad de la realidad puede convertirse
en una ideología, es decir, en conjuntos de ideas subjetivas sin
suficiente referencia real y que puede ser utilizada para justificar
interés personales o sistemas políticos, sociales o económicos que
puede ser inhumanos. Por lo tanto, el retorno de la realidad es lo que
generará la verdad y en consecuencia libera de los subjetivismos, es
decir, es la verdad la que nos hace libres.
Así como se ha hablado de la verdad y de la certeza, ahora es
importante hablar sobre la falsedad y el error, porque el hombre, así
como puede encontrar lo real, puede no encontrarlo y creer que lo ha
encontrado, o peor aún deformarlo en su psique dada la complejidad
de éste. Ahora bien, si existiera el entendimiento puro y la razón
pura, sería imposible el error, pero como es el hombre entero el
conoce y piensa, hay veces que tendrá por verdadero lo que es falso o
por cierto lo que es erróneo.
Por otra parte, entre el error lógico y la falsedad lógica no existe
gran diferencia, la única sería que la falsedad lógica mira a la relación
objetiva entre juicio y realidad, mientras que el error incluye una
toma de posición subjetiva, es por esto, que se suele considerar que
el error se opone más a la certeza que a la verdad.
Cabe agregar que la posibilidad de la falsedad y del error no
suprime la posibilidad de alcanzar la verdad y que no conducen al
escepticismo, sino que solo previenen al hombre en que deben
proceder con cautela y prudencia, además la posibilidad de errar
también supone la posibilidad de alcanzar la verdad.

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