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Depresión

¿Qué es la depresión?

El sentimiento o emoción más característico de la depresión es la tristeza que se


experimenta de forma continua e intensa; de tal manera que este estado de ánimo parece
que no va a acabar nunca y además impide funcionar adecuadamente, interfiriendo en su
calidad de vida.

A la tristeza se puede unir una sensación de vacío, de abatimiento o infelicidad. Es como si


se hubiera perdido la alegría o la capacidad de ser feliz. A veces el sentimiento que la
persona experimenta es de irritabilidad, de estar muy sensible a todo lo que le rodea
(cualquier cosa que ocurra afecta de forma importante), reaccionando bien con brusquedad,
bien con llanto a lo que le sucede.

La persona además experimenta una falta de motivación para llevar a cabo las tareas más
simples; puede sentir que ha perdido el interés por cosas que antes le gustaban, que le
hacían sentirse bien. O incluso, puede pensar que es del todo incapaz de hacerlas.

La persona que sufre depresión se caracteriza por tener pensamientos básicamente de


inutilidad y/ o culpa (por ejemplo: 'soy un fracaso', 'soy torpe', 'soy un inútil', 'no sirvo para
nada'). Pensamientos que ocupan gran parte del día, y que son difíciles de controlar. A
estos, se le unen en ocasiones pensamientos sobre la muerte que pueden variar, desde la
creencia de que 'los demás estarían mejor si no estuviera', hasta 'mi vida no tiene sentido', '
he de hacer algo para terminar con este sufrimiento', hasta incluso referidos al propio hecho
de terminar con su vida, planificar la forma de hacerlo, o intentarlo.

Otros síntomas característicos de la depresión son las alteraciones del sueño. Por ejemplo,
problemas para conciliar el sueño, o despertarse durante la noche y tener problemas para
volver a dormirse, despertarse demasiado pronto de forma súbita y repentina. Si bien, en
algunas ocasiones las personas deprimidas se quejan de exceso de sueño.

La fatiga, el cansancio y la falta de energía son también habituales, incluso el menor trabajo
parece requerir un gran esfuerzo. Además, el apetito y el peso pueden verse alterados.
También puede haber otros síntomas motores, desde la agitación, en que la persona tiene
dificultades para permanecer sentado, hasta el enlentecimiento motor (bajo volumen de la
voz, movimientos corporales lentos, etc.). Muchas personas manifiestan que tienen
dificultades para pensar, mantener la concentración a lo largo de una tarea (p. ej. leer un
libro), o tomar decisiones.

Pánico
¿Qué es el pánico?
Las personas con pánico experimentan una serie de sensaciones que aparecen de forma
inesperada. En la mayoría de casos, la persona siente un miedo repentino sin saber porqué,
nota malestar sin ninguna causa aparente, lo que contribuye a que se asuste más.

Es probable que además el corazón se acelere, se empíeza a sudar, puede aparecer temblor
en las manos, sensación de debilidad, flaqueza; podemos notar una fuerte opresión en el
pecho unida a una sensación de ahogo, de falta de aire, mareos...

Todas estas sensaciones se suelen interpretar de forma muy catastrófica, así podemos creer
que vamos a sufrir un ataque al corazón, que algo grave nos va a ocurrir, o incluso que la
muerte es inminente.

En ocasiones se da una sensación de irrealidad, la persona no da crédito a lo que le está


pasando, teme perder el control, e incluso cree que va a volverse loca.

Todos estos síntomas afectan de forma importante el funcionamiento habitual de las


personas, pues se reduce el número de actividades, produciéndose, por ejemplo, absentismo
laboral, las personas pueden creer que sufren determinada enfermedad (por las sensaciones
físicas molestas que notan), suelen acudir a los servicios de urgencias porque creen que les
sucede algo grave,...

Si además empieza a evitar asistir a situaciones tales como ir de compras, conciertos, e


incluso el simple hecho de salir de casa solos, porque teme que algo grave le puede pasar,
nos encontramos con una característica más añadida al pánico, ésto es la Agorafobia. En
este caso cree que si le ocurre algo, nadie va a poder ayudarle, que se encontrará 'solo ante
el peligro'. En ocasiones puede necesitar que alguien de confianza le acompañe, en ese
caso, se enfrentará a esas situaciones, pero puede que al final ni la compañía de otro le
tranquilice, y evite todo lugar 'peligroso' donde puede darse el ataque de pánico.

A pesar de que el miedo y las sensaciones que experimentan las personas con pánico son
desagradables e incluso piensan que su problema no tiene solución, existen tratamientos
psicológicos eficaces que resuelven este problema

Fobia social
¿Qué es la fobia social?

Ponerse nervioso al relacionarse con otras personas o cuando uno anticipa que va a tener
que hacer algo delante de otros es algo muy común. La mayoría de las personas ante
situaciones importantes como una presentación oral en público, una entrevista de trabajo, o
una primera cita, es posible que experimenten síntomas físicos de ansiedad como rubor,
palpitaciones, temblores o sudoración; que tengan pensamientos y dudas acerca de su
actuación o de cómo la verán y será vista por los demás; y en algunos momentos, deseen
acabar cuanto antes. Aunque la ansiedad social y la ansiedad ante la evaluación por parte de
otros, son muy comunes, la experiencia de la persona con fobia social es mucho más grave,
perturbadora e incapacitante.

Actualmente, la fobia social se define como un miedo intenso (y, a veces, evitación) a
situaciones en las que la persona teme actuar de modo embarazoso, ridículo o humillante
delante de otros, o a que estos noten sus síntomas de ansiedad. Estas situaciones sociales
varían de persona a persona, pero son frecuentes los miedos a iniciar y mantener
conversaciones con otras, acudir a fiestas, hablar con personas de autoridad, participar en
reuniones o clases, hablar, escribir, comer o beber en público, etc. Cuando se encuentra en
alguna situación de este tipo, la persona con fobia social teme y cree que los demás notarán
su nerviosismo y su ansiedad y la tacharán de débil, insegura, rara o tonta. De hecho, puede
que evite hablar en público por miedo a "quedarme en blanco", que no quiera comer o
beber delante de otros para que no vean "cómo me tiemblan las manos", o se niegue a ser
presentada en una reunión porque "me pondré como un tomate". Los síntomas de ansiedad
pueden ser varios, como palpitaciones, sudoración, molestias en el estómago, temblor,
tensión muscular, rubor, sequedad de boca, bloqueo mental, etc., y la intensidad de los
mismos hace que la persona tema que los demás también se den cuenta de lo nerviosa que
está y de lo mal que lo está pasando lo que, a su vez, es motivo de preocupación y mayor
malestar.

Aparte del malestar que experimenta la persona, en muchas ocasiones el miedo y/o la
evitación afectan de manera importante a una o varias áreas de su vida: puede que rechace
con frecuencia invitaciones a ir a sitios por miedo a no saber qué decir o que se quede
apartada en un rincón porque cree que va a hacer el ridículo; que rehúse una promoción en
el trabajo porque supone tratar con el público o dar charlas con cierta frecuencia; quizá
obtenga peores calificaciones porque evita presentar trabajos en clase o porque se siente
incapaz de presentarse a exámenes orales, etc.

Diversos estudios señalan que entre un 3 y un 13 % de la población tiene un problema de


fobia social, aunque es probable que estas cifras sean más elevadas ya que no es algo por lo
que las personas acuden a la consulta de un psicólogo. Muchas personas creen que "son así"
y que no hay nada que puedan hacer además de resignarse a vivir con este problema y
adaptarse a las limitaciones que supone. Esto no es cierto: existen programas de tratamiento
eficaces para ayudar a las personas con fobia social a superar este problema.

Miedo a hablar en público


¿Qué es el miedo a hablar en público?

¿Le da miedo la idea de dar una charla, pronunciar un discurso, hacer un examen oral o
exponer un trabajo ante un grupo de personas? ¿Ha perdido oportunidades de promoción en
el trabajo o de obtener mejores calificaciones en sus estudios por no atreverse a hablar en
público?

Las personas con miedo a hablar en público, cuando tienen que enfrentarse a este tipo de
situaciones, experimentan una gran ansiedad, además, suelen pensar que van a hacerlo mal
y con frecuencia, creen que su actuación ha sido mala. Piensan que los demás se darán
cuenta de que su voz o sus manos están temblando, o creen que en cualquier momento les
puede invadir una extrema ansiedad, o que no podrán articular correctamente las palabras,
etc.

Estrés postraumático
¿Qué es el estrés postraumático?

Cuando una persona ha vivido o presenciado un acontecimiento en el que su vida, su


integridad física o psicológica se han visto seriamente amenazadas, decimos que ha sufrido
una experiencia traumática. Este tipo de vivencia sacude los cimientos de lo que la persona
cree que es seguro, y en qué o en quién puede confiar. Puede tratarse de una catástrofe
natural, un accidente o un desastre provocado por el hombre. Inundaciones, incendios,
terremotos, accidentes de tráfico, asaltos, violaciones, abusos y malos tratos infantiles,
atentados, tiroteos, torturas, secuestros, ser tomado como rehén, combates en el frente de
guerra, encarcelamiento como prisionero de guerra o internamiento en campos de
concentración, son experiencias tan alejadas de lo cualquier persona espera que le ocurra
que provocan reacciones perturbadoras para las que no se está preparado pero que, en el
fondo, son reacciones NORMALES a sucesos ANORMALES.

Desde la psicología, los síntomas que surgen a partir de la experiencia traumática se


agrupan en lo que se llama trastorno por estrés postraumático. Sin embargo, no todas las
personas reaccionan de igual manera ante un acontecimiento traumático: algunas
reaccionan inmediatamente, mientras que en otras la respuesta se retrasa meses e incluso
años. Se estima que, aproximadamente, un 75% de las personas quedan en estado de shock
durante varios minutos, muestran síntomas que pueden durar varios días, y para un 15%-
20% los síntomas permanecen entre 2-4 semanas. .

Como respuesta al trauma, la persona puede experimentar cambios en sus sentimientos,


pensamientos y forma de comportarse, tales como miedo y ansiedad provocados por
situaciones que recuerdan al suceso (aunque a veces parecen venidos de la nada);
pensamientos, recuerdos e imágenes muy vívidos que pueden hacer sentir a la persona que
el suceso está ocurriendo de nuevo; pesadillas, inquietud, irritabilidad, sobresaltos,
problemas para concentrarse, para dormir, etc. La persona, además, evita no sólo pensar en
lo ocurrido sino también cualquier cosa que le pueda recordar lo ocurrido; la evitación
puede ser tan intensa que incluso la persona se siente como embotada, incapaz de sentir
emociones. Muchas personas se sienten enfadadas, culpables e incluso avergonzadas por lo
que ocurrió o por cosas que hicieron o no hicieron para sobrevivir, y estos sentimientos
pueden provocar sentimientos de depresión, desánimo, desesperanza, etc. Es frecuente
pensar que el mundo es peligroso y que no hay que confiar en los demás, así como empezar
a tener una idea muy negativa acerca de uno mismo.

Algunas personas creen que estas reacciones significan que van a "volverse locas" o a
"perder el control", que son "débiles" o "indignas", o que "se lo merecían". Sin embargo,
como hemos señalado antes, son respuestas NORMALES a sucesos ANORMALES. Esto
no significa que haya que sentarse a esperar a que los síntomas desaparezcan por sí solos.
Cuando la reacción es muy intensa y está causando un serio malestar a la persona o está
interfiriendo en su vida, puede facilitarse el proceso de asimilar la experiencia y reducir los
síntomas mediante el tratamiento psicológico adecuado.

Trastornos de la Personalidad
Los trastornos de la personalidad se caracterizan por un patrón de funcionamiento rígido
e inflexible, como para experimentar dificultades de adaptación al entorno (área social,
familiar, académica o laboral, etc.), lo cual genera en muchas ocasiones importantes
frustraciones tanto para ellos como para los familiares.

Las personas que padecen un trastorno de personalidad (TP) tienen una forma
de percibir y entender la realidad que se desvía notablemente de las expectativas sociales y
culturales. Esta percepción de la realidad, hace que estas personas tiendan a responder a las
demandas externas de una forma más disfuncional experimentando en muchas ocasiones
malestar o sufrimiento.

Ataques de ira
¿Qué son los ataques de ira?

El enfado es una emoción normal en todos los seres humanos. Las personas se sienten
enfadadas cuando perciben que han sido objeto de un desaire o trato injusto, cuando otros
han invadido su terreno personal, cuando se les impide o dificulta la consecución de sus
objetivos, cuando se les lleva la contraria, etc. En definitiva, el enfado aparece cuando la
persona se siente provocada por algo que percibe como una ofensa humillante para sí, los
suyos, o terceras personas. No obstante, si la persona se enfada con cierta facilidad y/o
frecuencia, podría ser vulnerable a tener explosiones de ira.

En una explosión de ira la persona reacciona ante la injusticia u ofensa percibidas de forma
repentina y violenta. Esta violencia puede manifestarse gritando, insultando, arrojando
objetos, golpeando cosas, e incluso, agrediendo físicamente a las personas implicadas.
Aunque las personas pueden enfurecerse contra objetos inanimados, situaciones frustrantes,
o personas anónimas o con las que se tiene una relación casual, lo más frecuente es que se
enfurezcan con las personas más cercanas y con las que más se relacionan, esto es,
cónyuges, padres, hijos, compañeros de trabajo o amigos.

Son muy numerosas las consecuencias nocivas de las explosiones de ira. Uno de los costes
más frecuentes es el daño que causa a las relaciones personales, y precisamente a las
relaciones que tienen más valor para la persona como son la familia y los amigos. Además,
la ira puede afectar a la vida laboral, no sólo en cuanto que afecta a las relaciones
personales con los compañeros, jefes, clientes o empleados, sino también porque puede
bloquear a la persona y limitar su capacidad para tomar decisiones o realizar un buen
trabajo. Por último, "la ira fomenta la ira" y puede provocar una respuesta agresiva por
parte de los demás, lo cual, puede agravar en gran medida la situación. Por otro lado, la
persona puede llegar a perder el control, o ocasionar un accidente (al enfurece con un
conductor que acaba de adelantarle a gran velocidad y emprende una carrera alocada para
"darle una lección"), o sobrellevar problemas con las autoridades y/o de tipo legal (por
ejemplo, en el caso de agresiones físicas).

Autoestima
¿Qué es la baja autoestima?

¿Siente que no vale para nada? ¿Tiene la sensación de que los demás son mejores que
usted? ¿Tiende a disculparse por casi todo lo que hace? ¿Desearía sentir más aprecio hacia
sí mismo?

Uno de los principales factores que diferencian al ser humano de los animales es la
conciencia de sí mismo: la capacidad de establecer la propia identidad y darle un valor. En
otras palabras, cada uno de nosotros tiene la capacidad de definir quienes somos y luego
"decidir" si nos gusta nuestra identidad o no. El problema surge cuando se rechazan partes
de uno mismo. Cuando una persona se juzga a sí misma y concluye que no se gusta, que
globalmente se considera una persona poco válida, decimos que esa persona tiene
problemas de autoestima.

La autoestima es una condición fundamental para la supervivencia psicológica, ya que sin


ciertas dosis de autoestima la vida puede resultar enormemente penosa. El hecho de
juzgarse y rechazarse a uno mismo produce un enorme dolor. Como consecuencia, es
frecuente que la persona con problemas de autoestima evite con todas sus fuerzas que
aumente el rechazo que siente hacia sí misma. De forma que evita situaciones que
conllevan nuevos juicios y posibles rechazos. Por lo tanto, puede que asuma menos riesgos
sociales, académicos o profesionales (Se implica en menos cosas, y consecuentemente,
acaba consiguiendo menos cosas).

La persona con baja autoestima limita su capacidad para abrirse a los demás, expresar su
sexualidad, ser el centro de atención, tolerar las críticas, pedir ayuda o resolver problemas.
Es probable que tenga dificultades para relacionarse con la gente, entrevistarse para
conseguir un trabajo, intentar algo en lo que pudiera no triunfar, etc. Quizá se autoinculpe o
se empeñe en lograr la perfección a toda costa, o bien se ponga excusas, o incluso puede
llegar a recurrir al alcohol o a las drogas para poder afrontar determinadas situaciones.

La baja autoestima puede estar presente en muchos problemas psicológicos, como por
ejemplo, en la fobia social o en la depresión, (las dificultades en la autoestima suelen tener
una importancia central), y el bajo rendimiento académico y/o profesional también está
asociado a una baja autoestima. Y es que, la opinión que tenga la persona de su rendimiento
influirá en su auto-evaluación y a su vez en su autoestima. Si la persona piensa que no vale
para nada, que no está capacitada, ni puede alcanzar ninguna meta es difícil que se esfuerce
y trabaje para lograrlo. A la inversa, el fenómeno bien conocido de las "profecías
autocumplidas" pone de manifiesto que las opiniones de uno mismo ejercen un importante
efecto en la propia actuación. De hecho, alguien con gran confianza en sí mismo puede
rendir mucho más de lo que sería de esperar, teniendo en cuenta su edad o su capacidad.

2. Trastornos de la Personalidad

Los seres humanos tienen una colección de rasgos de la personalidad que se basan en
nuestras experiencias e influyen en nuestra interacción social, nuestro comportamiento y
forma de pensar. Estos rasgos están profundamente arraigados en nuestra cultura. Las
personas con trastornos de la personalidad tienen rasgos de carácter muy rígidos que
pueden afectar a su capacidad para funcionar en situaciones cotidianas.

Entre los trastornos de personalidad más comunes se encuentran:

* Trastorno de la personalidad antisocial: se refiere a aquellas personas que no siguen


las reglas sociales y tienen poca consideración por los sentimientos de los demás. A
menudo muestran un comportamiento criminal y no muestran remordimiento.

* Trastorno límite de personalidad: este trastorno hace que la gente sea inestable e
impulsiva. Temen el abandono y tienen dificultades para mantener relaciones estables.

El diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la personalidad son difíciles porque hay


muchos factores biológicos y ambientales que interfieren. Además, muchas personas que
sufren algún tipo de trastorno de la personalidad suelen padecer algún otro tipo de
trastorno mental, como los trastornos de ansiedad, el TDAH, la depresión y el trastorno
bipolar.

4. Déficit de Atención e Hiperactividad

¿Te acuerdas del compañero de tu colegio que no podía quedarse quieto, siempre estaba
hablando o interrumpiendo, se le olvidaba hacer la tarea y parecía perderlo todo? Lo más
probable es que el niño sufría de trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH).

El TDAH es un trastorno común en la niñez. Por lo general se diagnostica en niños muy


activos que tienen dificultades para concentrarse y controlar su comportamiento. La
genética pone algunos niños en situación de riesgo.

Para diagnosticar y posteriormente tratar el TDAH, los profesionales médicos evalúan


primero la salud física del niño para descartar otras enfermedades, como la mala visión o
pérdida de audición. Las observaciones y los informes de los maestros y los miembros
de la familia ayudan a un médico a establecer un diagnóstico y comenzar el tratamiento.
Muchos niños reciben medicación y terapia conductual.

La mayoría de los niños con TDAH superan o aprenden a manejar muchos de los síntomas.
Sin embargo, algunos continúan teniendo este trastorno en su vida adulta, por lo que su
vida personal y profesional resulta difícil de manejar.

Trastorno del espectro autista

Se clasifican como un grupo de síntomas y de conductas que se observan en niños que han sido
diagnosticados con este trastorno. Consiste en que los niños y jóvenes afectados se aíslan y crean
un mundo interno a donde muy poca gente puede acceder. Existen variantes del trastorno y
diversos grados del mismo: hay niños completamente aislados del mundo y otros que entran en
contacto con la realidad en algunas oportunidades. En otra variante, la persona tiene una
conducta indiferente en lo social, teniendo episodios de aislamiento. Cabe señalar que no existe
ninguna prueba o examen que pueda realizarse para el diagnóstico del trastorno del espectro
autista; sólo ha sido catalogado por neurólogos que han encontrado variaciones en la actividad
cerebral.

Trastorno del Déficit de Atención con hiperactividad

Las investigaciones recientes han indicado que, aunque los exámenes cerebrales de niños y
adultos con trastorno de déficit de atención son completamente normales, en el aspecto cognitivo
se ha comprobado la existencia de actividad cerebral desordenada, los niños con hiperactividad
tienen dificultad para concentrarse en una sola cosa; constantemente se distraen, generado una
gran cantidad de conductas inquietas llamadas trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

Trastorno oposicionista desafiante

Se trata de un niños con conductas de negación y oposición a normas y a órdenes de los adultos.
no se adaptan con facilidad a las reglas de la escuela ni a ningún lugar donde van, tienden a tener
conflictos con otros niños y conductas agresivas con otras personas, proponen retos a las demás
personas y niños, nunca están de acuerdo con las reglas y desobedecen con mucha frecuencia, aun
cuando el trastorno psicológico esta descrito, no hay pruebas ni exámenes que puedan hacerse
para determinar si existe o no, solo se ha relacionado con otros trastornos, frecuentemente en
déficit de atención con o sin hiperactividad y des espectro autista.
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reconocerlo

Trastorno obsesivo compulsivo

Es un trastorno donde se combinan pensamientos constantes (obsesiones) y acciones repetitivas


(compulsiones) que una persona realiza creyendo que el comportamiento le da el control de la
obsesión. Las personas con el trastorno tienen pensamientos fijos, fijaciones y se centran en un
mismo tema por una gran cantidad de horas y días, llegan a desarrollar conductas exagerada
como, lavarse las manos, bañarse varias veces al día, pensar todo el tiempo en una misma
situación, hablan sobre el mismo tema una y otra vez y en general el trastorno , aunque es
diagnosticable por un psiquiatra constituye uno de los trastornos más comunes que existe y muy
al contrario de los que puedas crear cualquier puede llegar a padecerlo.

Trastornos de Ansiedad

En la actualidad es el trastorno más difundido y que es objeto de estudios recientes que


determinan que este trastorno puede hacer que la persona se auto destruya, desarrollando
adicciones, comiendo en exceso, consumiendo café, y otros estimulantes para mantener la
ansiedad a raya, este trastorno también ha sido relacionado con la depresión y con el trastorno
obsesivo compulsivo, por eso la mayoría de los trastornos se relacionan con los de ansiedad,
ataques de pánico son frecuentes en este trastorno, (momento en el cual la ansiedad ha llegado al
máximo y se comienzan a manifestar un conjunto de síntomas fisiológicos como taquicardia,
llanto, palpitaciones y otras.

Trastornos de la alimentación

Seguramente has oído hablar sobre la anorexia y la bulimia, son condiciones o conductas que no
permiten a las personas alimentarse debido a que emocionalmente siempre se sienten gordas, por
lo que no comen casi nada o nada para permanecer en “línea”. El extremo de la anorexia es la
bulimia, condición en la que la persona comienza a comer en exceso y luego se provoca en vómito
para no engordar, esto significa que este trastorno puede estar combinado con trastornos
obsesivos.

Trastorno bipolar

Es un trastorno con un conjunto de síntomas que pueden llevar a la persona a tener un estado de
ánimo cambiante repentino, en un momento, están muy contentos y a los pocos minutos
deprimidos, es un estado emocional que contrapone una conducta con otra en pocos minutos o
pocas horas, en otras palabras existen conductas contradictorias. No hay formas de detectar
mediante pruebas o exámenes el trastorno bipolar. Para diagnosticar este trastorno se basan en la
historia clínica y normalmente puede diagnosticarse después de los 25 años de edad.

Trastornos del Sueño

Cuando los problemas de sueño se producen con frecuencia y de manera persistente, pueden
repercutir de manera negativa en nuestra vida, tanto en el descanso como en el funcionamiento
cotidiano.Los trastornos de sueños, aunque no lo creas están relacionados con los trastornos de
ansiedad, entre los que podemos mencionar insomnio, dificultad para dormir, apneas de sueño,
despertar y no poder volver a dormirse, despertarse asustado sin razón, son síntomas ligados a los
trastornos del sueño. Resulta muy importante controlar la ansiedad, no hay nada peor que tener
cansancio o sueño y no poder dormir, algunos exámenes y pruebas médicas existen para manejar
el sueño.

Trastornos de pánico

Es un conjuntos de síntomas que desencadenan en un ataque de pánico que se producen por un


miedo excesivo a diferentes situaciones, morir, padecer una enfermedad grave. El miedo es
irracional y sólo puede manejarse con alternativas de tratamiento, para calmar el pánico, hay
técnicas y alternativas naturales que te plantearemos más adelante.

También puedes leer: Haz que el resto de tu vida sea lo mejor de tu vida

Trastornos de la personalidad

Son trastornos que se relacionan con la personalidad y entre los más comunes que encontramos,
podemos mencionarte: el trastorno de la personalidad límite y el trastorno de la personalidad
antisocial, generalmente son personas con personalidad agresiva e impulsiva, son de pocos amigos
y tienen tendencia a delinquir sin llegar a tener remordimiento alguno. Los trastornos de la
personalidad son un conjunto de rasgos presentes ligados a muchos otros trastornos, por lo que
estos trastornos suelen relacionare con el déficit de atención y trastornos obsesivos compulsivos.

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