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De las 54 cuencas que tiene el Perú, 52 desaguan al Océano Pacífico.

Las otras dos son la Cuenca Amazónica, que ocupa el 75% del territorio peruano, que desagua al Océano Atlántico a través del sistema fluvial más grande del mundo, y la cuenca endorreica del Lago Titicaca, contenid a por los Andes.El recorrido de las otras 52 cuencas costeras son cortas y abruptas, normalmente tormentosas, con flu jo irregula r, produciendo deslizamientos en verano y seguías en invierno, constituyendo la principal causa del estrés hídrico en esta región.Si bien el Perú tie ne cerca al 5% del agua
dulce superficial del mundo, solo cuenta con 0.4% de la pobla ción del mundo (Schütze, M. et al., 2007). No obstante, inclu so teniendo parte del Río Amazonas y del Lago Titicaca dentro de su territorio, Perú es el único país de Sudamérica listado entre los 13 países más pobres del mundo en términos de escases de agua y estrés hídrico a nivel nacional (Valee, D. et al., 2009; Boghetto E., 2006). ESCACES DE AGUALa escasez de agua ocurre cuando la disponibilidad de agua dulce es menor a 1,700 m3 por habitante al año (Arbenz, P., 2005). La escasez de agua en Lima es ala rmante, sabiendo que la disponibilidad de agua dulce es menos de 1,000 m3 por habitante al año (Arbenz, P., 2005).

Vemos que la gran mayoría de recursos hídricos del Perú (97.7%) están en la cuenca Amazónica (Cuenca del Pacífico), donde hay una menor densidad de población. Sin embargo, la costa (Cuenca del Pacífico) tiene solo el 1.8% de los recursos hídricos, con la que debe abastecer al 70% de la pobla ción, aproximadamente.A primera vista, lo s factores geoló gicos y climatológicos parecieran ser lo s responsables por la discontinuid ad y falta de abastecimiento y distribución, pero mirando el problema de cerca, podemos observar que no solo se debe a razones naturales, sin más aún, debid o a factores de
comportamiento de los consumidores, influenciados factores sociales y culturales.El mal manejo de recursos y falta de planificación en infraestructura por parte del gobierno y autoridades, así como la falta de concientización entre la pobla ción en relación a prácticas de consumo, generan la situación de escasez de agua en la que Lima está in serta.Si sumamos a esto factores como el calentamiento global, el deshielo de glaciares y tendencias socioculturales, y no tomamos accio nes concretas para revertir este proceso, se pronostica que la escasez de agua alcance escala nacional para el 2025 (Valee, D. et al., 2009). ESTRÉS HÍDRICOEl estrés hídrico ocurre cuando la demanda de agua es mayor a la disponibilidad en un determinado momento. En ese sentido, el estrés hídrico es relativo. El término es comúnmente utilizado en relación a regiones desérticas, países pobres en desarrollo, y áreas donde el mal uso del agua potable y la falta de
información y educación es una práctica común. Según UNESCO, desde 2005, el Perú está expuesto a una situación permanente de estrés hídrico (Valee, D. et al., 2009; IMP, 2008).

En IVV, como gestores de desarrollo urbano sostenible, tenemos el compromiso de


innovar y buscar el mejor aprovechamiento de recursos en nuestros proyectos. Debido a
las especiales condiciones de clima de Lima, el aprovechamiento del agua es uno de los
puntos centrales de nuestra propuesta.
LA IMPORTANCIA DEL AGUA

El planeta tiene una cantidad fija de agua, cuya forma y ubicación varía de acuerdo al
tiempo y el espacio (World Water Assessment Programme 2009). Los humanos
tenemos poco control sobre la gran mayoría, ya que el agua salada de los océanos, el
agua dulce de los glaciares o el vapor de agua en la atmosfera no es de fácil acceso
(World Bank, 2010).

El agua dulce es un recurso finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el


desarrollo y el medio ambiente. Por lo tanto, un manejo efectivo de los recursos
acuíferos requiere de un enfoque integral, que conecte el desarrollo socioeconómico con
la protección de ecosistemas naturales. Un manejo eficiente debe integrar el uso de la
tierra y el agua a lo largo de toda la cuenca hidrológica.

La gente mata por diamantes y los países entran en guerra por petróleo o tierra. Sin
embargo, las materias primas más valiosas pierden valor si no tenemos agua. El agua es
vital y no tiene substituto. A pesar de estar subvaluada, el agua es lo más valioso que
hay. Es una materia prima que tiene un valor económico, pero este varía de acuerdo a su
ubicación, propósito y circunstancias (The Economist, 2010). El agua puede estar
devaluada, pero es un recurso que se está volviendo más costoso, y algunos lugares ya
están agobiados por una demanda insaciable.

Ya sea abundante o escaza, el agua es sobre todo, local. Es pesada (un metro cúbico
pesa una tonelada), así que es costoso moverla. Si queremos controlarla, primero
debemos dividir las áreas de manejo en cuencas hídricas (The Economist, 2010).

La demanda por agua continua creciendo, mientras la población mundial aumenta en


cantidad y riqueza, volviéndonos cada vez más demandantes. Claramente, la demanda
de agua sigue creciendo, mientras su disponibilidad no solo no puede aumentar, sino
que puede incluso reducirse.

Cuando pensamos en temas de impacto global como este, es razonable pensar que se
requiere de una colaboración integrada, planificación y acciones de todos los campos
profesionales y áreas de experiencia. Hay mucho que se puede aportar desde el área de
gestión de proyectos de arquitectura y urbanismo.
EL AGUA EN EL PERÚ

El Perú ocupa sólo el 0.84% de la superficie continental del planeta, sin embargo,
contiene casi el 5% del volumen de agua dulce superficial del mundo (Peña-Herrera,
2004). En el papel, esto se ve muy bien para el país, pero la realidad es muy distinta si
tomamos en cuenta la distribución del agua en el territorio.

 
De las 54 cuencas que tiene el Perú, 52 desaguan al Océano Pacífico. Las otras dos son
la Cuenca Amazónica, que ocupa el 75% del territorio peruano, que desagua al Océano
Atlántico a través del sistema fluvial más grande del mundo, y la cuenca endorreica del
Lago Titicaca, contenida por los Andes.

El recorrido de las otras 52 cuencas costeras son cortas y abruptas, normalmente


tormentosas, con flujo irregular, produciendo deslizamientos en verano y seguías en
invierno, constituyendo la principal causa del estrés hídrico en esta región.

Si bien el Perú tiene cerca al 5% del agua dulce superficial del mundo, solo cuenta con
0.4% de la población del mundo (Schütze, M. et al., 2007). No obstante, incluso
teniendo parte del Río Amazonas y del Lago Titicaca dentro de su territorio, Perú es el
único país de Sudamérica listado entre los 13 países más pobres del mundo en términos
de escases de agua y estrés hídrico a nivel nacional (Valee, D. et al., 2009; Boghetto E.,
2006).
ESCACES DE AGUA

La escasez de agua ocurre cuando la disponibilidad de agua dulce es menor a 1,700 m3


por habitante al año (Arbenz, P., 2005). La escasez de agua en Lima es alarmante,
sabiendo que la disponibilidad de agua dulce es menos de 1,000 m3 por habitante al año
(Arbenz, P., 2005).
Vemos que la gran mayoría de recursos hídricos del Perú (97.7%) están en la cuenca
Amazónica (Cuenca del Pacífico), donde hay una menor densidad de población. Sin
embargo, la costa (Cuenca del Pacífico) tiene solo el 1.8% de los recursos hídricos, con
la que debe abastecer al 70% de la población, aproximadamente.

A primera vista, los factores geológicos y climatológicos parecieran ser los responsables
por la discontinuidad y falta de abastecimiento y distribución, pero mirando el problema
de cerca, podemos observar que no solo se debe a razones naturales, sin más aún,
debido a factores de comportamiento de los consumidores, influenciados factores
sociales y culturales.

El mal manejo de recursos y falta de planificación en infraestructura por parte del


gobierno y autoridades, así como la falta de concientización entre la población en
relación a prácticas de consumo, generan la situación de escasez de agua en la que Lima
está inserta.

Si sumamos a esto factores como el calentamiento global, el deshielo de glaciares y


tendencias socioculturales, y no tomamos acciones concretas para revertir este proceso,
se pronostica que la escasez de agua alcance escala nacional para el 2025 (Valee, D. et
al., 2009).
ESTRÉS HÍDRICO

El estrés hídrico ocurre cuando la demanda de agua es mayor a la disponibilidad en un


determinado momento. En ese sentido, el estrés hídrico es relativo. El término es
comúnmente utilizado en relación a regiones desérticas, países pobres en desarrollo, y
áreas donde el mal uso del agua potable y la falta de información y educación es una
práctica común. Según UNESCO, desde 2005, el Perú está expuesto a una situación
permanente de estrés hídrico (Valee, D. et al., 2009; IMP, 2008).

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