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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA FUERZA ARMADA
BOLIVARIANA
VICERRECTORADO DE DEFENSA INTEGRAL

Profesora: Milagros Lugo.

Participante: Wilter Mendoza

PROBLEMAS GLOBALES DE SEGURIDAD EN EL MUNDO ACTUAL

El mundo de las relaciones internacionales está en constante mutación, pues el cambio


es un hecho consustancial a las sociedades humanas y a todas las actividades que emprende
en el entorno que lo envuelve. Frente al cambio también se establecen procesos de
continuidad que se resisten o que se mantienen firmes a la estructura que sostiene al orden
internacional. No se trata meramente de la seguridad nacional sino de la seguridad colectiva
en un mundo frágil y cada vez más interdependiente. Pero, por desgracia y una vez más, los
primeros afectados serán los más vulnerables y los menos capaces de sobrellevar el
impacto. No se trata de elegir entre un clima estable y la lucha contra la pobreza, sin el
primero, la segunda resultará indudablemente un fracaso.

La visión de seguridad es cada vez más difícil de explicarla en el mundo globalizado


actual porque su espectro de cobertura abarca muchas áreas que para la conceptualización
anterior a la Guerra Fría se enfocaba y encaminaba únicamente al campo militar,
tecnológico y económico; en la actualidad se mantienen las necesidades anteriores y se
proliferan y amplían las demandas adicionales de seguridad que pretenden integrar los
ámbitos nacional, regional e internacional.

La Ciberguerra y Otros Fenómenos Negativos en las Redes

Sin duda alguna, la historia nos demuestra que la guerra, tradicionalmente llevada a cabo
con armas convencionales, ha representado siempre enormes riesgos y daños para los
activos económicos de los países beligerantes; tanto por sus efectos indirectos en las
infraestructuras como en los hábitos de consumo, los procesos económicos y las relaciones
comerciales, así como, en general, en el funcionamiento de las sociedades. También los
daños secundarios no intencionados, en los cuales los efectos sobre objetivos estrictamente
militares han afectado ampliamente a la sociedad, con especial atención en quebrantar la
moral del adversario y a minar el deseo de sus pueblos de luchar y resistir.

Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) han revolucionado los asuntos


militares, incluyendo la información sobre los campos de batalla, sus comunicaciones y los
sistemas armamentísticos, al tiempo que han incrementado la vulnerabilidad a este tipo de
invasiones. Al adentrarnos en la era digital, son otras las reglas que gobiernan. Los ataques
digitales, incluyendo aquellos con objetivos militares, son primordialmente, no violentos y
de un coste relativamente bajo y se desarrollan exclusivamente a través de la invasión
electrónica de sistemas y estructuras de red.

Un ataque digital llega desde un enemigo invisible, siendo difícil de identificar y de


seguir; es asimétrico, difícil de evaluar en lo que respecta a su amplitud y efectos finales, lo
que hace incierto tratar de evaluar sus efectos más allá de las consecuencias
económicamente mensurables. Si bien es cierto que de ello se desprende un menor
derramamiento de sangre y una menor destrucción física el terrorismo informático tiene
ciertamente motivaciones políticas, pero no persigue objetivos bélicos entre estados, sin
embargo, los ataques pueden ser promovidos por países.

Hoy en día muchos países reconocen que los delitos cibernéticos se están convirtiendo
en una amenaza de importancia primordial, lo que les obliga a desarrollar estrategias de
defensa para detener cualquier riesgo de ciberguerra y esto es un tema que sin dudas
amerita una importancia imperativa en esta nueva era tecnológica, donde ninguna de las
naciones del mundo está realmente a salvo de no padecer este tipo de conflictos, que distan
de lo que estamos acostumbrados, lo que demuestra que actualmente en una guerra es más
factible derrotar al enemigo atacando su infraestructura informática, que empleando
cualquier otro tipo de ataque físico, estrategia que ha sido empleada en diversas
situaciones, ya sea en ofensivas militares de un país contra otro, de un grupo armado en
contra del gobierno, o simplemente ataques individuales de uno o varios hackers.
Por lo tanto, ahora las armas son los virus informáticos y programas especiales para
anular la seguridad de los sistemas informáticos y los combatientes son los expertos en
informática y telecomunicaciones. Generalmente, los blancos de los ataques son los
sistemas financieros, bancarios y militares, aunque se han visto numerosos casos donde se
ven afectados los sistemas de comunicación y no existe regulación o norma alguna en el
derecho internacional humanitario que dicte acerca de la guerra informática.

Entre las guerras cibernéticas ocurridas alrededor del planeta, se puede mencionar a las
de: Kosovo en 1999, Taiwán en 2003, Estonia en 2007, Georgia 2008, Irán 2010, Canadá
2011, Medio Oriente 2012 y EEUU 2013. Actualmente en lo que se refiere a esta
problemática en Latinoamérica, fuentes periodísticas aseveran que Estados Unidos está
armando un escenario de guerra en Latinoamérica, que luego amenazará a todos los países
de la región, incluso a los que hoy se prestan para los planes contra Venezuela. La sociedad
enfrenta amenazas no únicamente múltiples, sino, incluso, difusas. Los avances
tecnológicos del siglo XXI y, con ellos, nuestra dependencia a la interconectividad nos hace
vulnerables a otro tipo de peligros, como las ciberamenazas, clasificadas como: ciberguerra,
ciberataque, ciberterrorismo y hacktivismo. Debido a la existencia de estas amenazas
reales, el ciberespacio ha sido añadido a la lista de factores sensibles que pueden
desestabilizar la seguridad mundial.

Deterioro Ecológico Mundial Como Resultado del Calentamiento Global.

Las circunstancias que afectan nuestro entorno están ligadas a las modificaciones
climáticas. El medio ambiente posee una relación profunda con el desarrollo económico de
los países y muchos de los inconvenientes referentes a este tema tienen su origen en la
pretensión de crecimiento de las naciones. El tema de las leyes de la biodiversidad es
importante ya que el deterioro avanza a pasos agigantados y una de las variables que
muestran sus efectos es la elevación del nivel del mar, prueba fehaciente de que el
calentamiento impacta al planeta de forma permanente.

La causa del deterioro continuo del medio ambiente, es el insostenible modelo de


producción y consumo, particularmente en los países industrializados. En tanto que, en los
países en desarrollo, la pobreza y la degradación ambiental están estrechamente
interrelacionados, resultando cada vez más evidente que el cambio climático tiene
consecuencias que afectan a las cuestiones fundamentales de seguridad como inundaciones,
enfermedades y hambrunas que ocasionan migraciones a una escala sin precedentes en
zonas ya sometidas a gran tensión; sequías y pérdida de cosechas que llevan a una
competición más intensa por los alimentos, el agua y la energía en regiones en las que los
recursos ya están explotados hasta el límite.

Por lo tanto, el desarrollo del sistema capitalista ha llevado a una contaminación


generalizada del medio, a la destrucción de la capa de ozono y de los recursos naturales, ya
que por la deforestación se pierden por año 17 millones de hectáreas de bosque tropical.
Además, cada año se pierden cuatro millones de hectáreas de zonas cultivables, por
procesos de desertización, lo que evidencia la imposibilidad de seguir manteniendo unos
estilos de desarrollo que se han basado históricamente en la explotación del medio
ambiente en general, del ser humano y regiones del sistema mundial en particular.

Con el progreso científico y tecnológico, el creciente abuso y deterioro de la naturaleza


ha ido aumentando la crisis del medio ambiente y se ha ido acelerando junto con la
expansión capitalista. En última instancia, los procesos socioeconómicos y tecnológicos
desencadenantes de la crisis ambiental, se unen a la incapacidad de comprensión humana
del ambiente, del mundo y de la vida en su compleja totalidad, para admitir la verdadera
dimensión del hombre en la naturaleza, lo que produce de forma paralela un cambio social
global que obedece a la propia dinámica del sistema mundial, cuya naturaleza exponencial
alienta la expansión demográfica, los procesos de desarrollo económico y la tendencia
hacia la globalización de la economía y de la tecnología, por medio de potentes redes de
interdependencia.

Para lograr un desarrollo económico acorde con el medio ambiente, es necesario una
reducción de la exuberancia y el despilfarro en los países desarrollados y una
transformación radical de las estructuras económicas que conforman el orden mundial
vigente. Para ello, será necesario modificar el crecimiento económico, o cambiar la
estrategia en cuanto a eso, en función de minimizar la incidencia de forma negativa en el
deterioro del medio ambiente.

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