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coronavirus
Redacción ACI Prensa
Estos, dijo el Prelado en su carta pastoral, “son virus tan conocidos como
forzosamente aceptados, pareciera que tampoco hay vacunas contra éstos”.
"Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los
ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la
Misa”.
"Tened por cierto el tiempo que empleéis con devoción delante de este
divinísimo Sacramento, será el tiempo que más bien os reportará en esta vida
y más os consolará en vuestra muerte y en la eternidad. Y sabed que acaso
ganaréis más en un cuarto de hora de adoración en la presencia de Jesús
Sacramentado que en todos los demás ejercicios espirituales del día”.
"La oración, unida con ese divino sacrificio de la Misa, tiene una fuerza
indecible; de modo que por este medio abunda el alma de celestiales favores
como apoyada sobre su Amado".
“Si supiéramos el valor del santo sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan
grande haríamos por asistir a ella”.
Catequesis del Papa Francisco sobre la oración y la lucha con Dios de Jacob
Redacción ACI Prensa
El Papa Francisco abordó este miércoles 10 de junio el tema de “la lucha con
Dios” basándose en el patriarca Jacob para explicar que “todos nosotros
tenemos una cita en la noche con Dios, en la noche de nuestra vida, en las
muchas noches de nuestra vida: momentos oscuros, momentos de pecados,
momentos de desorientación. Ahí hay una cita con Dios, siempre”.
El relato bíblico nos habla de la difícil relación que Jacob tenía con su
hermano Esaú. Desde pequeños hay rivalidad entre ellos y nunca la
superarán. Jacob es el segundo hijo -eran gemelos-, pero mediante engaños
consigue arrebatar a su padre Isaac la bendición y el don de la primogenitura
(cf. Génesis 25,19-34). Es solo el primero de una larga serie de ardides de los
que este hombre sin escrúpulos es capaz. También el nombre de “Jacob”
significa alguien que tiene sagacidad al moverse.
Y un día siente la llamada del hogar, de su antigua patria, donde todavía vivía
Esaú, el hermano con el que siempre había mantenido una pésima relación.
Jacob parte y lleva a cabo un largo viaje con una caravana numerosa de
personas y animales, hasta que llega a la última etapa, al vado de Yabboq.
Aquí el libro del Génesis nos ofrece una página memorable (cf. 32,23-33).
Relata que el patriarca, después de haber hecho atravesar el río a toda su
gente y a todo el ganado -que era mucho-, se queda solo en la orilla
extranjera. Y piensa: ¿Qué lo espera para el mañana? ¿Qué actitud tomará su
hermano Esaú, al que había robado la primogenitura? La mente de Jacob es
un torbellino de pensamientos… Y, mientras oscurece, de repente un
desconocido lo aferra y comienza a luchar con él. El Catecismo explica: «La
tradición espiritual de la Iglesia ha tomado de este relato el símbolo de la
oración como un combate de la fe y una victoria de la perseverancia» (CIC,
2573).
Jacob luchó durante toda la noche, sin soltar nunca a su oponente. Al final es
vencido, golpeado por su rival en el nervio ciático, y desde entonces será cojo
para toda la vida. Aquel misterioso luchador pregunta el nombre al patriarca
y le dice: «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido
fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido» (v. 29). Como
diciendo: nunca serás el hombre que camina así, sino recto. Le cambia el
nombre, le cambia la vida, le cambia la actitud. Te llamarás Israel. Entonces
también Jacob pregunta al otro: «Dime por favor tu nombre». Aquel no se lo
revela, pero, en compensación, lo bendice. Y Jacob entiende que ha
encontrado a Dios «cara a cara» (cf. vv. 30-31).
Luchar con Dios: una metáfora de la oración. Otras veces Jacob se había
mostrado capaz de dialogar con Dios, de sentirlo como una presencia amiga y
cercana. Pero en esa noche, a través de una lucha que duró mucho tiempo y
que casi lo vio sucumbir, el patriarca salió cambiado. Cambió de nombre,
cambió del modo de vivir y cambió de la personalidad: sale cambiado.
Una vez escuché decir a un anciano -buen hombre, buen cristiano, pero
pecador que tenía tanta confianza en Dios- decía: “Dios me ayudará; no me
dejará solo. Entraré en el paraíso, cojeando, pero entraré”. Antes era alguien
que estaba seguro de sí mismo, confiaba en su propia sagacidad. Era un
hombre impermeable a la gracia, refractario a la misericordia; no conocía lo
que es la misericordia. “¡Aquí estoy yo, mando yo!”, no consideraba que
necesitaba misericordia. Pero Dios salvó lo que estaba perdido. Le hizo
entender que estaba limitado, que era un pecador que necesitaba
misericordia y lo salvó.
Para Alison González, vocera de Pasos por la Vida, que organiza cada año la
Marcha por la Vida en Ciudad de México, resulta “increíble que ante los
tiempos que estamos viviendo haya instituciones que solo piensan en el
aborto, poniendo en riesgo a cientos, quizás a miles de mujeres”.
En diálogo con ACI Prensa, González señaló que “de todos es conocido cómo
algunos organismos internacionales hacen presión para introducir este tipo
de prácticas en lugar de promover políticas públicas en todos los países para
acabar con las verdaderas causas del aborto”.
“En fin una serie de políticas reales que permitan bajar definitivamente los
niveles de aborto en nuestro país y brindar soluciones reales a las mujeres,
no ideologías ni imposiciones que vienen del exterior”, dijo González.
“La mujer debe ser protegida, acompañada y apoyada para que pueda
desarrollarse integralmente con su familia”, añadió.
Varela criticó que “durante la pandemia ha habido una fuerte promoción del
aborto en casa”, y señaló que “no entiendo cómo es que dicen que quieren
hacer el aborto legal para que las chica no aborten en casa y terminen
desangradas, si al final lo que están promoviendo durante la pandemia es el
aborto en casa”.
“Invitamos a que las personas no vean a los hijos como el enemigo”, dijo, y
subrayó que “si hay más bebés, bienvenidos, son seres humanos que
merecen los mismos derechos y oportunidades que nosotros”.
La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, que se encontraba muy cerca
en Orvieto, y pidió que le trajeran el corporal. La venerada reliquia fue
llevada en procesión y se dice que el Pontífice, al ver el milagro, se arrodilló
frente al corporal y luego se lo mostró a la población.
Más adelante, el Santo Padre publicó la bula “Transiturus”, con la que ordenó
que se celebrara la Solemnidad del Corpus Christi en toda la Iglesia el jueves
después del domingo de la Santísima Trinidad.
San Juan Pablo II, durante su visita a la Catedral de Orvieto en 1990, señaló
que “Jesús se ha convertido en nuestro alimento espiritual para proclamar la
soberana dignidad del hombre, para reivindicar sus derechos y sus justas
exigencias, para transmitirle el secreto de la victoria definitiva sobre el mal y
la comunión eterna con Dios”.
En los tres primeros días que preceden a la creación del sol y de la luna, el
Obispo ve imágenes de la Trinidad: “Los tres días que preceden a la creación
de los cuerpos luminosos son símbolos de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y
de su Sabiduría”. (Para Autólicus 2:15)
"Ustedes son mis testigos, dice Yahvé, y son mi servidor, que he elegido;
sépanlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue
formado antes de mí, y ningún otro existirá después”. (Is. 43:10)
“Así habla el rey de Israel y su redentor, Yahvé de los Ejércitos: ‘Yo soy el
primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí’. (Is. 44: 6).
Por ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: “¡Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de los misericordias y Dios
de toda consolación (…)”. (II Cor. 1: 3).
“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. (Ef. 4: 5-
6)
“En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era
Dios (…) Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos
visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don
amoroso y verdad”. (Jn. 1: 1, 14)
También: “Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y mira mis manos;
extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree’. Tomás
exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios’”. (Jn. 20: 27-28)
“En aquella ocasión Jesús exclamó: ‘Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la
tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y
las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi
Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo
quiera dar a conocer”. (Mt. 11: 25-27).
“y yo pediré al Padre y les dará otro Paráclito, para que esté con ustedes para
siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque
no le ve ni le conoce. Pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes”.
(Jn. 14: 16-17)
12. El Hijo procede del Padre y el Espíritu procede del Padre y del Hijo
“Es ciertamente de fe que el Hijo procede del Padre por una verdadera
generación. Según el Credo Niceno-Constantinopolitano, Él es “engendrado
antes de todos los siglos". Pero la procesión de una Persona Divina, como el
término del acto por el cual Dios conoce su propia naturaleza, es
propiamente llamada generación” (Enciclopedia Católica).
El hecho de que el Hijo es generado por el Padre está indicado por los
nombres de esas Personas. La segunda persona de la Trinidad no sería un
Hijo si no hubiera sido generado por la primera persona de la Trinidad.
El hecho de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo se refleja en
otra declaración de Jesús:
“Cuando venga el Paráclito que les enviaré desde el Padre, por ser él el
Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de mí”. (Jn. 15:
26)
Esto representa al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo ("que yo os
enviaré"). Las funciones exteriores de las Personas de la Trinidad reflejan sus
relaciones mutuas entre sí. También puede decirse que el Espíritu Santo
procede del Padre por medio del Hijo.
El Santo Padre “Los niños son el futuro de la familia humana: ¡A todos nos
concierne la tarea de favorecer su crecimiento, salud y serenidad!”, exhortó
el Pontífice quien dirigió también un llamado a todas las instituciones para
hacer lo posible por proteger a los menores.
Por ello, el Papa Francisco pidió a todas las instituciones “que hagan todo lo
posible por proteger a los menores, llenando las lagunas económicas y
sociales que están en la base de la dinámica distorsionada dinámica en la
que, lamentablemente, ellos se ven envueltos”.
¡Juntos contra la trata! Solo juntos podemos derrotar esta plaga y proteger a
las víctimas. La oración es la fuerza que sostiene nuestro compromiso.
#PrayAgainstTrafficking
Por último, el Santo Padre pidió también oraciones el 24 de febrero de 2020,
Jornada de Oración contra la Trata de personas, por quienes que son
“víctimas del tráfico criminal y de la trata de personas” para que su clamor
“sea escuchado y considerado”.
“Casi la mitad de los 152 millones de niños víctimas del trabajo infantil tienen
entre 5 y 11 años; 42 millones (28%) tienen entre 12 y 14 años; y 37 millones
(24%), entre 15 y 17 años”, señala la OIT.
“Se estima que este año entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en la
pobreza extrema como resultado de la crisis, lo que se suma a los 386
millones de niños que en 2019 ya se encontraban en situación de pobreza
extrema”, pronostica.
El Santo Padre resaltó que el trabajo infantil se trata de “un fenómeno que
priva a niños y niñas de su infancia y pone en peligro su desarrollo integral”.
Ante esta difícil realidad, el Papa Francisco hizo un nuevo llamado a todas las
instituciones “para que hagan todo lo posible por proteger a los menores,
llenando las lagunas económicas y sociales que están en la base de la
dinámica distorsionada dinámica en la que, lamentablemente, ellos se ven
envueltos”.
A lo largo de los siglos, la Iglesia y los santos han animado a los fieles a amar
la Eucaristía e incluso hay quienes han dado su vida por protegerla. En la
Solemnidad del “Corpus Christi” te presentamos 10 cosas que todo cristiano
debe saber en torno a este gran milagro.