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Sacerdote advierte que para México la violencia podría ser peor que el

coronavirus
Redacción ACI Prensa

El P. Hugo Valdemar, canónigo penitenciario de la Arquidiócesis Primada de


México, advirtió que la violencia podría ser “peor que el coronavirus” para el
país.

En un artículo publicado el 8 de junio en el diario mexicano ContraRéplica, el


P. Valdemar destacó la “valiente y emotiva carta pastoral” que envió a
mediados de mayo Mons. Cristóbal Ascencio García, Obispo de Apatzingán,
en el estado de Michoacán.

En su carta, dijo el sacerdote mexicano, el Obispo de Apatzingán “da aliento y


consuelo espiritual a su pueblo, pero a la vez hace una denuncia firme y
profética de un virus que es peor que el COVID-19, el de la violencia
provocada por el crimen organizado, que ocasiona muerte y dolor, ante la
inacción de las autoridades que prácticamente han abandonado a su suerte a
la población”.

En efecto, Mons. Ascencio García aseguró que el pueblo mexicano, afectado


por la pandemia de coronavirus, “sufre más por otros virus, que se han
venido añejando, como son: la indiferencia, la corrupción, la inseguridad, la
violencia, la impunidad, el cobro de piso, los secuestros, y las pugnas de
cárteles por los territorios”.

Estos, dijo el Prelado en su carta pastoral, “son virus tan conocidos como
forzosamente aceptados, pareciera que tampoco hay vacunas contra éstos”.

De acuerdo al Gobierno de México, entre enero y el 9 de junio de 2020 han


sido asesinadas 12.963 personas.

El 2019 se convirtió en el año más violento del que se tenga registro en


México, con un total de 35.588 asesinatos.

Con 124.301 casos confirmados, las autoridades mexicanas han informado de


14.649 muertes debido a COVID-19.
“Estoy convencido que aún más que en la lucha contra el COVID-19, para
eliminar estos virus sociales, nos necesitamos todos, solo juntos con Cristo a
la cabeza lograremos cualquier objetivo, porque Cristo Resucitado
proporciona al mundo el remedio que necesita”, dijo el Obispo mexicano en
su carta pastoral.

10 consejos de los santos para amar la Eucaristía


Redacción ACI Prensa

La Iglesia siempre ha destacado la presencia real del Señor en el Sacramento


de la Eucaristía y durante siglos ha animado a amar este gran milagro del
amor de Dios.

A continuación, 10 consejos de los santos sobre la Eucaristía:

1. San Francisco de Asís

"Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los
ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la
Misa”.

2. San Alfonso María de Ligorio

"Tened por cierto el tiempo que empleéis con devoción delante de este
divinísimo Sacramento, será el tiempo que más bien os reportará en esta vida
y más os consolará en vuestra muerte y en la eternidad. Y sabed que acaso
ganaréis más en un cuarto de hora de adoración en la presencia de Jesús
Sacramentado que en todos los demás ejercicios espirituales del día”.

3. San Francisco de Sales

"La oración, unida con ese divino sacrificio de la Misa, tiene una fuerza
indecible; de modo que por este medio abunda el alma de celestiales favores
como apoyada sobre su Amado".

4. San Luis María Griñón de Monfort


"Antes de la Comunión... suplica a esta bondadosa Madre que te preste su
corazón para recibir en él a su Hijo con sus propias disposiciones”.

5. Santa Teresa de Jesús (o de Ávila)

"Acabando de recibir al Señor, pues tenéis la misma persona delante,


procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma, y miraros al corazón”.

6.- El Cura de Ars, San Juan María Vianney

“Si supiéramos el valor del santo sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan
grande haríamos por asistir a ella”.

7. Santa Teresita de Lisieux

“Recordé haber oído decir que el día de la primera comunión se alcanzaba


todo lo que se pedía. Aquel pensamiento me consoló y, aunque todavía no
tenía más que seis años, me dije para mí: ‘el día de mi primera comunión
rezaré por mi pobre’”.

8. San Juan Pablo II

“Queridos hermanos y hermanas: debemos sentirnos interpelados por las


necesidades de tantos hermanos. No podemos cerrar el corazón a sus
peticiones de ayuda. Y tampoco podemos olvidar que ‘no solo de pan vive el
hombre’. Necesitamos el ‘pan vivo bajado del cielo’. Este pan es Jesús.
Alimentarnos de él significa recibir la vida misma de Dios, abriéndonos a la
lógica del amor y del compartir”.

9. Santa Catalina de Siena

“¡Oh Caridad inestimable! Te quedaste con nosotros como alimento,


mientras somos peregrinos en esta tierra, para que no desfallezcamos por el
cansancio, sino que fortalecidos por ti, alimento celestial, sigamos el
camino”.

10. Don Bosco (San Juan Bosco)


“Queridos jóvenes, ¿queremos estar contentos y alegres? Amemos con todo
el corazón a Jesús Sacramentado".

Catequesis del Papa Francisco sobre la oración y la lucha con Dios de Jacob
Redacción ACI Prensa

El Papa Francisco abordó este miércoles 10 de junio el tema de “la lucha con
Dios” basándose en el patriarca Jacob para explicar que “todos nosotros
tenemos una cita en la noche con Dios, en la noche de nuestra vida, en las
muchas noches de nuestra vida: momentos oscuros, momentos de pecados,
momentos de desorientación. Ahí hay una cita con Dios, siempre”.

“En aquella misma noche, combatiendo contra lo desconocido, tomaremos


conciencia de ser solo pobres hombres -me permito decir “pobrecitos”-,
pero, precisamente entonces, no deberemos temer: porque en ese momento
Dios nos dará un nombre nuevo, que contiene el sentido de toda nuestra
vida; nos cambiará el corazón y nos dará la bendición reservada a quien se ha
dejado cambiar por Él. Esta es una hermosa invitación a dejarnos cambiar por
Dios. Él sabe cómo hacerlo, porque conoce a cada uno de nosotros. “Señor,
Tú me conoces”, puede decirlo cada uno de nosotros. “Señor, Tú me
conoces. Cámbiame”, explicó el Santo Padre.

A continuación, el texto completo de la catequesis del Papa Francisco:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuamos nuestra catequesis sobre el tema de la oración. El libro del


Génesis, a través de las vivencias de hombres y mujeres de épocas lejanas
nos cuenta historias en las que podemos reflejar nuestra vida. En el ciclo de
los patriarcas encontramos también la de un hombre que había hecho de la
sagacidad su mejor cualidad: Jacob.

El relato bíblico nos habla de la difícil relación que Jacob tenía con su
hermano Esaú. Desde pequeños hay rivalidad entre ellos y nunca la
superarán. Jacob es el segundo hijo -eran gemelos-, pero mediante engaños
consigue arrebatar a su padre Isaac la bendición y el don de la primogenitura
(cf. Génesis 25,19-34). Es solo el primero de una larga serie de ardides de los
que este hombre sin escrúpulos es capaz. También el nombre de “Jacob”
significa alguien que tiene sagacidad al moverse.

Obligado a huir lejos de su hermano, parece tener éxito en cada gesta de su


vida. Es hábil en los negocios: se enriquece mucho, convirtiéndose en
propietario de un rebaño enorme. Con tenacidad y paciencia consigue
casarse con la hija más hermosa de Labán, de la que estaba realmente
enamorado. Jacob – diríamos con lenguaje moderno – es un hombre que “se
ha hecho a sí mismo”, con ingenio, sagacidad, es capaz de conquistar todo lo
que desea. Pero le falta algo. Le falta la relación viva con sus raíces.

Y un día siente la llamada del hogar, de su antigua patria, donde todavía vivía
Esaú, el hermano con el que siempre había mantenido una pésima relación.
Jacob parte y lleva a cabo un largo viaje con una caravana numerosa de
personas y animales, hasta que llega a la última etapa, al vado de Yabboq.

Aquí el libro del Génesis nos ofrece una página memorable (cf. 32,23-33).
Relata que el patriarca, después de haber hecho atravesar el río a toda su
gente y a todo el ganado -que era mucho-, se queda solo en la orilla
extranjera. Y piensa: ¿Qué lo espera para el mañana? ¿Qué actitud tomará su
hermano Esaú, al que había robado la primogenitura? La mente de Jacob es
un torbellino de pensamientos… Y, mientras oscurece, de repente un
desconocido lo aferra y comienza a luchar con él. El Catecismo explica: «La
tradición espiritual de la Iglesia ha tomado de este relato el símbolo de la
oración como un combate de la fe y una victoria de la perseverancia» (CIC,
2573).

Jacob luchó durante toda la noche, sin soltar nunca a su oponente. Al final es
vencido, golpeado por su rival en el nervio ciático, y desde entonces será cojo
para toda la vida. Aquel misterioso luchador pregunta el nombre al patriarca
y le dice: «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido
fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido» (v. 29). Como
diciendo: nunca serás el hombre que camina así, sino recto. Le cambia el
nombre, le cambia la vida, le cambia la actitud. Te llamarás Israel. Entonces
también Jacob pregunta al otro: «Dime por favor tu nombre». Aquel no se lo
revela, pero, en compensación, lo bendice. Y Jacob entiende que ha
encontrado a Dios «cara a cara» (cf. vv. 30-31).
Luchar con Dios: una metáfora de la oración. Otras veces Jacob se había
mostrado capaz de dialogar con Dios, de sentirlo como una presencia amiga y
cercana. Pero en esa noche, a través de una lucha que duró mucho tiempo y
que casi lo vio sucumbir, el patriarca salió cambiado. Cambió de nombre,
cambió del modo de vivir y cambió de la personalidad: sale cambiado.

Por una vez ya no es dueño de la situación -su sagacidad no sirve-, ya no es el


hombre estratega y calculador; Dios lo devuelve a su verdad de mortal que
tiembla y tiene miedo, porque Jacob en la lucha tiene miedo. Por una vez
Jacob no tiene otra cosa que presentar a Dios que su fragilidad y su
impotencia, también sus pecados. Y es este Jacob el que recibe de Dios la
bendición, con la cual entra cojeando en la tierra prometida: vulnerable y
vulnerado, pero con el corazón nuevo.

Una vez escuché decir a un anciano -buen hombre, buen cristiano, pero
pecador que tenía tanta confianza en Dios- decía: “Dios me ayudará; no me
dejará solo. Entraré en el paraíso, cojeando, pero entraré”. Antes era alguien
que estaba seguro de sí mismo, confiaba en su propia sagacidad. Era un
hombre impermeable a la gracia, refractario a la misericordia; no conocía lo
que es la misericordia. “¡Aquí estoy yo, mando yo!”, no consideraba que
necesitaba misericordia. Pero Dios salvó lo que estaba perdido. Le hizo
entender que estaba limitado, que era un pecador que necesitaba
misericordia y lo salvó.

Todos nosotros tenemos una cita en la noche con Dios, en la noche de


nuestra vida, en las muchas noches de nuestra vida: momentos oscuros,
momentos de pecados, momentos de desorientación. Ahí hay una cita con
Dios, siempre. Él nos sorprenderá en el momento en el que no nos lo
esperemos, en el que nos encontremos realmente solos.

En aquella misma noche, combatiendo contra lo desconocido, tomaremos


conciencia de ser solo pobres hombres -me permito decir “pobrecitos”-,
pero, precisamente entonces, no deberemos temer: porque en ese momento
Dios nos dará un nombre nuevo, que contiene el sentido de toda nuestra
vida; nos cambiará el corazón y nos dará la bendición reservada a quien se ha
dejado cambiar por Él. Esta es una hermosa invitación a dejarnos cambiar por
Dios. Él sabe cómo hacerlo, porque conoce a cada uno de nosotros. “Señor,
Tú me conoces”, puede decirlo cada uno de nosotros. “Señor, Tú me
conoces. Cámbiame”.

Abortos habrían disminuido hasta en 40% por coronavirus en Ciudad de


México
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa

Las clínicas de aborto en Ciudad de México admitieron recientemente que


esta práctica ha disminuido hasta en 40% en los últimos meses debido a la
pandemia de coronavirus COVID-19.

Según testimonios de directivas de clínicas de aborto recogidos por el diario


mexicano El Universal el 7 de junio, las medidas sanitarias implementadas
por las autoridades en el país han evitado que las mujeres embarazadas
asistan a sus instalaciones.

En Ciudad de México, desde 2007, el aborto a pedido es legal hasta las 12


semanas de gestación.

Para Alison González, vocera de Pasos por la Vida, que organiza cada año la
Marcha por la Vida en Ciudad de México, resulta “increíble que ante los
tiempos que estamos viviendo haya instituciones que solo piensan en el
aborto, poniendo en riesgo a cientos, quizás a miles de mujeres”.

En diálogo con ACI Prensa, González señaló que “de todos es conocido cómo
algunos organismos internacionales hacen presión para introducir este tipo
de prácticas en lugar de promover políticas públicas en todos los países para
acabar con las verdaderas causas del aborto”.

“Por ejemplo se debería promover: el acceso a la educación pues por lo


menos en México es insuficiente, desigual y de baja calidad, tener un seguro
de maternidad generalizado para toda mujer embarazada, oportunidades de
trabajo para mujeres”, señaló.

Además, es necesario que se implemente “acceso a servicios de guardería,


disminución de la pobreza, bonos para productos de primera infancia,
programas de acompañamiento para mujeres embarazadas, planes de
vivienda para mujeres en situación vulnerable”.

“En fin una serie de políticas reales que permitan bajar definitivamente los
niveles de aborto en nuestro país y brindar soluciones reales a las mujeres,
no ideologías ni imposiciones que vienen del exterior”, dijo González.

“La mujer debe ser protegida, acompañada y apoyada para que pueda
desarrollarse integralmente con su familia”, añadió.

Por su parte, María Lourdes Varela, directora de 40 Días por la Vida en


Iberoamérica, a las clínicas de aborto “no les importa la vida”, pues “la
industria de la muerte realmente está desesperada por seguir matando”.

Varela criticó que “durante la pandemia ha habido una fuerte promoción del
aborto en casa”, y señaló que “no entiendo cómo es que dicen que quieren
hacer el aborto legal para que las chica no aborten en casa y terminen
desangradas, si al final lo que están promoviendo durante la pandemia es el
aborto en casa”.

La directora de 40 Días por la Vida denunció también que las clínicas de


aborto, que han seguido abiertas durante la pandemia en México, no han
tomado mayores medidas para prevenir el contagio de COVID-19 en sus
instalaciones.

Si en verdad se están realizando menos abortos, precisó, “lo que va a pasar


es que va a nacer un bebé, va a tener la oportunidad de vivir y no se le va a
asesinar brutalmente en el vientre de su madre”.

“Invitamos a que las personas no vean a los hijos como el enemigo”, dijo, y
subrayó que “si hay más bebés, bienvenidos, son seres humanos que
merecen los mismos derechos y oportunidades que nosotros”.

El milagro eucarístico con el que se instituyó la Solemnidad del Corpus


Christi Redacción ACI Prensa
La Catedral de Orvieto en Italia custodia uno de los milagros eucarísticos más
importantes en la historia de la Iglesia y que motivó que el Papa Urbano IV
instituyera la Solemnidad del Corpus Christi.

A mediados del siglo XIII, el P. Pedro de Praga dudaba de la presencia de


Cristo en la Eucaristía y realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la
tumba de San Pedro una gracia de fe.

A su regreso, mientras celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la cripta de


Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró y manchó el corporal con la
preciosísima sangre.

La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, que se encontraba muy cerca
en Orvieto, y pidió que le trajeran el corporal. La venerada reliquia fue
llevada en procesión y se dice que el Pontífice, al ver el milagro, se arrodilló
frente al corporal y luego se lo mostró a la población.

Más adelante, el Santo Padre publicó la bula “Transiturus”, con la que ordenó
que se celebrara la Solemnidad del Corpus Christi en toda la Iglesia el jueves
después del domingo de la Santísima Trinidad.

Asimismo, el Papa Urbano IV encomendó a Santo Tomás de Aquino la


preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos,
que se entonan hasta el día de hoy como el Tantum Ergo.

La santa reliquia se conserva en la Catedral de Orvieto y se puede apreciar en


una capilla edificada en honor a este milagro Eucarístico. El corporal sale en
procesión cada año durante la Solemnidad del Corpus Christi y preside las
celebraciones Eucarísticas en la Catedral.

San Juan Pablo II, durante su visita a la Catedral de Orvieto en 1990, señaló
que “Jesús se ha convertido en nuestro alimento espiritual para proclamar la
soberana dignidad del hombre, para reivindicar sus derechos y sus justas
exigencias, para transmitirle el secreto de la victoria definitiva sobre el mal y
la comunión eterna con Dios”.

12 claves para comprender el dogma de la Santísima Trinidad


Redacción ACI Prensa
Este domingo la Iglesia celebra la Solemnidad de la Santísima Trinidad,
misterio central de la fe cristiana. Aquí te presentamos 12 claves para
adentrarnos un poco más en este dogma:

1. La palabra Trinidad nace del latín

Proviene de la palabra latina “trinitas”, que significa “tres” y “triada”. El


equivalente en griego es “triados”.

2. Fue utilizada por primera vez por Teófilo de Antioquía

El primer uso reconocido del término fue de Teófilo de Antioquía alrededor


del año 170 para expresar la unión de las tres divinas personas en Dios.

En los tres primeros días que preceden a la creación del sol y de la luna, el
Obispo ve imágenes de la Trinidad: “Los tres días que preceden a la creación
de los cuerpos luminosos son símbolos de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y
de su Sabiduría”. (Para Autólicus 2:15)

3. Trinidad significa un solo Dios y tres personas distintas

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (CCIC) lo explica así: “La


Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo Dios en tres Personas:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas Personas son un solo Dios porque
cada una de ellas es idéntica a la plenitud de la única e indivisible naturaleza
divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas:
el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu
Santo procede del Padre y del Hijo”. (CCIC, 48)

4. La Trinidad es el misterio central de la fe cristiana

Sí, y el Compendio lo explica de esta forma: “El misterio central de la fe y de


la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son
bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (CCIC, 44)

5. La Iglesia definió de forma infalible el dogma de la Santísima Trinidad


El dogma de la Trinidad se definió en dos etapas, en el primer Concilio de
Nicea (325 D.C.) y el primer Concilio de Constantinopla (381 D.C.).

En el Concilio de Nicea se definió la divinidad del Hijo y se escribió la parte


del Credo que se ocupa de Él. Este concilio fue convocado para hacer frente a
la herejía arriana, que afirmaba que el Hijo era un ser sobrenatural pero no
Dios.

En el Concilio de Constantinopla se definió la divinidad del Espíritu Santo.


Este concilio combatió una herejía conocida como macedonianismo (porque
sus defensores eran de Macedonia), que negaba la divinidad del Espíritu
Santo.

6. La Trinidad se sustenta en la revelación divina dejada por Cristo

La Trinidad solo puede probarse a través de la revelación divina que Jesús


nos trajo. No se puede demostrar por la razón natural o únicamente desde el
Antiguo Testamento. El CCIC explica:

“Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el Antiguo


Testamento, pero la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye un
misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel, antes
de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este misterio
ha sido revelado por Jesucristo, y es la fuente de todos los demás misterios”.
(CCIC, 45).

Aunque el vocabulario utilizado para expresar la doctrina de la Trinidad tomó


tiempo para desarrollarse, se puede demostrar los distintos aspectos de esta
doctrina con las Sagradas Escrituras.

7. La Biblia enseña que existe un solo Dios

El hecho de que solo hay un Dios se puso de manifiesto en el Antiguo


Testamento. Por ejemplo, el libro de Isaías dice:

"Ustedes son mis testigos, dice Yahvé, y son mi servidor, que he elegido;
sépanlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue
formado antes de mí, y ningún otro existirá después”. (Is. 43:10)
“Así habla el rey de Israel y su redentor, Yahvé de los Ejércitos: ‘Yo soy el
primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí’. (Is. 44: 6).

8. El Padre es proclamado como Dios numerosas veces en el Nuevo


Testamento

Por ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: “¡Bendito sea
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de los misericordias y Dios
de toda consolación (…)”. (II Cor. 1: 3).

“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. (Ef. 4: 5-
6)

9. La Biblia también demuestra que el Hijo es Dios

Esto es proclamado en varias partes del Nuevo Testamento, incluyendo al


comienzo del Evangelio de San Juan:

“En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era
Dios (…) Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos
visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don
amoroso y verdad”. (Jn. 1: 1, 14)

También: “Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y mira mis manos;
extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree’. Tomás
exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios’”. (Jn. 20: 27-28)

10. El Espíritu Santo es Dios y así lo afirman las Escrituras

En el libro de Hechos, el Espíritu Santo es retratado como una persona divina


que habla y que a la que no se le puede mentir:

“Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo:


‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado’”.
(Hechos 13: 2)
“Pedro le dijo: ‘Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu
corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al
Espíritu Santo? Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también
quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres,
sino a Dios’”. (Hechos 5: 3-4)

11. La distinción de tres Personas divinas se demuestra con la Biblia

La distinción de las Personas se puede demostrar, por ejemplo, en el hecho


de que Jesús habla a su padre. Esto no tendría sentido si fueran una y la
misma persona.

“En aquella ocasión Jesús exclamó: ‘Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la
tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y
las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi
Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo
quiera dar a conocer”. (Mt. 11: 25-27).

El hecho de que Jesús no es la misma persona que el Espíritu Santo se revela


cuando Jesús -que ha estado funcionando como Paráclito (en griego,
Parakletos) de los discípulos- dice que va a orar al Padre y el Padre les dará
“otro Paráclito", que es el Espíritu Santo. Esto demuestra la distinción de las
tres Personas: Jesús que ora; el Padre que envía; y el Espíritu que viene:

“y yo pediré al Padre y les dará otro Paráclito, para que esté con ustedes para
siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque
no le ve ni le conoce. Pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes”.
(Jn. 14: 16-17)

12. El Hijo procede del Padre y el Espíritu procede del Padre y del Hijo

“Es ciertamente de fe que el Hijo procede del Padre por una verdadera
generación. Según el Credo Niceno-Constantinopolitano, Él es “engendrado
antes de todos los siglos". Pero la procesión de una Persona Divina, como el
término del acto por el cual Dios conoce su propia naturaleza, es
propiamente llamada generación” (Enciclopedia Católica).
El hecho de que el Hijo es generado por el Padre está indicado por los
nombres de esas Personas. La segunda persona de la Trinidad no sería un
Hijo si no hubiera sido generado por la primera persona de la Trinidad.

El hecho de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo se refleja en
otra declaración de Jesús:

“Cuando venga el Paráclito que les enviaré desde el Padre, por ser él el
Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de mí”. (Jn. 15:
26)

Esto representa al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo ("que yo os
enviaré"). Las funciones exteriores de las Personas de la Trinidad reflejan sus
relaciones mutuas entre sí. También puede decirse que el Espíritu Santo
procede del Padre por medio del Hijo.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en


National Catholic Register.

Papa Francisco pide proteger a los menores en el Día Mundial contra el


Trabajo Infantil
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

El Papa Francisco se sumó este viernes 12 de junio al Día Mundial contra el


Trabajo Infantil y realizó un nuevo llamado a las instituciones “para que se
esfuercen al máximo a fin de proteger a los menores”.

A través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex, el Santo Padre advirtió


que “muchos niños se ven obligados a realizar trabajos inadecuados para su
edad que les privan de su infancia y ponen en peligro su desarrollo integral”.

“Hago un llamamiento a las instituciones para que se esfuercen al máximo a


fin de proteger a los menores”, indicó el Santo Padre.

Muchos niños se ven obligados a realizar trabajos inadecuados para su edad


que les privan de su infancia y ponen en peligro su desarrollo integral. Hago
un llamamiento a las instituciones para que se esfuercen al máximo a fin de
proteger a los menores. #NoChildLabourDay
Previamente, en la Audiencia General realizada el miércoles pasado, el Papa
Francisco abordó también este tema al mencionar que este 12 de junio se
celebra el Día mundial contra el Trabajo Infantil, tema que calificó como “un
fenómeno que priva a niños y niñas de su infancia y pone en peligro su
desarrollo integral”.

El Santo Padre “Los niños son el futuro de la familia humana: ¡A todos nos
concierne la tarea de favorecer su crecimiento, salud y serenidad!”, exhortó
el Pontífice quien dirigió también un llamado a todas las instituciones para
hacer lo posible por proteger a los menores.

“En la actual situación de emergencia sanitaria, en varios países muchos


niños y jóvenes se ven obligados a realizar trabajos inadecuados para su
edad, a fin de ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza. En
no pocos casos se trata de formas de esclavitud y reclusión, que provocan
sufrimiento físico y psicológico”, advirtió el Santo Padre quien añadió:
“¡Todos somos responsables de esto!

Por ello, el Papa Francisco pidió a todas las instituciones “que hagan todo lo
posible por proteger a los menores, llenando las lagunas económicas y
sociales que están en la base de la dinámica distorsionada dinámica en la
que, lamentablemente, ellos se ven envueltos”.

Oraciones por las víctimas de trata


Asimismo, hace tres meses, el Santo Padre pidió rezar por las víctimas de
trata en general, sin especificar si son menores de edad, mujeres o varones, o
personas vulnerables.

El Papa indicó el 8 de febrero en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex que


“solo juntos podemos derrotar esta plaga y proteger a las víctimas” porque
“la oración es la fuerza que sostiene” este compromiso juntos contra la trata.

¡Juntos contra la trata! Solo juntos podemos derrotar esta plaga y proteger a
las víctimas. La oración es la fuerza que sostiene nuestro compromiso.
#PrayAgainstTrafficking
Por último, el Santo Padre pidió también oraciones el 24 de febrero de 2020,
Jornada de Oración contra la Trata de personas, por quienes que son
“víctimas del tráfico criminal y de la trata de personas” para que su clamor
“sea escuchado y considerado”.

Hoy se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil


Redacción ACI Prensa

Este 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, sin


embargo, para este 2020, sus avances se han visto comprometidos debido al
impacto de la crisis actual ocasionada por la pandemia de coronavirus COVID-
19.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) “152 millones son


víctimas del trabajo infantil, y casi la mitad, 73 millones, están en situación de
trabajo infantil peligroso”.

“Casi la mitad de los 152 millones de niños víctimas del trabajo infantil tienen
entre 5 y 11 años; 42 millones (28%) tienen entre 12 y 14 años; y 37 millones
(24%), entre 15 y 17 años”, señala la OIT.

Asimismo, el organismo internacional apunta que el trabajo infantil se


concentra principalmente en el sector de agricultura (71%), tanto de
subsistencia como la comercial; otro 17% trabaja en servicios y un 12% se
encuentra en el sector industrial, principalmente en minería.

En un documento reciente de la OIT que aborda el “impacto del COVID-19 en


el trabajo infantil y el trabajo forzoso”, se afirma que la crisis económica y
social afectará especialmente a los niños.

“Se estima que este año entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en la
pobreza extrema como resultado de la crisis, lo que se suma a los 386
millones de niños que en 2019 ya se encontraban en situación de pobreza
extrema”, pronostica.

Al finalizar la Audiencia General del miércoles 10 de junio de 2020, el Papa


Francisco realizó un llamado a favor de los niños y niñas que son explotados
en el trabajo, y recordó que los menores “son el futuro de la familia
humana”, y por ello a “todos nos concierne la tarea de favorecer su
crecimiento, salud y serenidad”.

El Santo Padre resaltó que el trabajo infantil se trata de “un fenómeno que
priva a niños y niñas de su infancia y pone en peligro su desarrollo integral”.

“En la actual situación de emergencia sanitaria, en varios países muchos


niños y jóvenes se ven obligados a realizar trabajos inadecuados para su
edad, a fin de ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza. En
no pocos casos se trata de formas de esclavitud y reclusión, que provocan
sufrimiento físico y psicológico”, advirtió el Obispo de Roma.

Ante esta difícil realidad, el Papa Francisco hizo un nuevo llamado a todas las
instituciones “para que hagan todo lo posible por proteger a los menores,
llenando las lagunas económicas y sociales que están en la base de la
dinámica distorsionada dinámica en la que, lamentablemente, ellos se ven
envueltos”.

10 cosas que todo cristiano debe saber del Corpus Christi


Redacción ACI Prensa

A lo largo de los siglos, la Iglesia y los santos han animado a los fieles a amar
la Eucaristía e incluso hay quienes han dado su vida por protegerla. En la
Solemnidad del “Corpus Christi” te presentamos 10 cosas que todo cristiano
debe saber en torno a este gran milagro.

1. Jesús instituyó la Eucaristía

Jesús reunido con sus apóstoles en la Última Cena instituyó el sacramento de


la Eucaristía: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo…” (Mt, 26, 26-28). De esta
manera hizo partícipes de su sacerdocio a los apóstoles y les mandó que
hicieran lo mismo en memoria suya.

2. Eucaristía significa "acción de gracias"


La palabra Eucaristía, derivada del griego εὐχαριστία (eucharistía), significa
"Acción de gracias" y se aplica a este sacramento porque nuestro Señor dio
gracias a su Padre cuando la instituyó. Además, porque el Santo Sacrificio de
la Misa es el mejor medio de dar gracias a Dios por sus beneficios.

3. Cristo se encuentra de forma íntegra en el Sacramento del Altar

El Concilio de Trento (siglo XVI) define claramente: "En el Santísimo


Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el
Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y
Divinidad. En realidad Cristo íntegramente". Asimismo, en el Derecho
Canónico de la Iglesia ninguna otra festividad recibe tanta atención como la
Solemnidad del Corpus Christi.

4. Los sucesores de los apóstoles convierten el pan y el vino en Cuerpo y


Sangre de Cristo

En la Santa Misa, los obispos y sacerdotes convierten realmente el pan y el


vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo durante la consagración; el proceso es
llamado Transubstanciación. La Solemnidad del Corpus Christi es una de las
cinco ocasiones en el año en que un Obispo no puede estar fuera de su
diócesis, salvo por una urgente y grave razón.

5. Se debe recibir la Eucaristía al menos una vez al año

La Comunión es recibir a Jesucristo sacramentado en la Eucaristía. La Iglesia


manda comulgar al menos una vez al año, en estado de gracia, y recomienda
la comunión frecuente. Es muy importante recibir la Primera Comunión
cuando se llega al uso de razón, con la debida preparación.

6. Para comulgar se necesita del ayuno eucarístico y confesarse

El ayuno eucarístico consiste en abstenerse de tomar cualquier alimento o


bebida, al menos desde una hora antes de la Sagrada Comunión, a excepción
del agua y las medicinas. Los enfermos y sus asistentes pueden comulgar
aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior. El que
comulga en pecado mortal comete un grave pecado llamado sacrilegio. El
que desea comulgar y está en pecado mortal no puede recibir la Comunión
sin haber acudido antes al sacramento de la Penitencia, pues no basta el acto
de contrición.

7. Es mandamiento de la Iglesia asistir a Misa domingos y días de precepto

Frecuentar la Santa Misa es un acto de amor a Dios que debe brotar


naturalmente de cada cristiano. Es también obligatorio asistir los domingos y
feriados religiosos de precepto, a menos que se esté impedido por una causa
grave.

8. La Eucaristía es alimento espiritual para enfermos y agonizantes

La Eucaristía en el Sagrario es un signo por el cual Nuestro Señor está


constantemente presente en medio de su pueblo y es alimento espiritual
para enfermos y moribundos. Se le debe agradecimiento, adoración y
devoción a la real presencia de Cristo reservado en el Santísimo Sacramento.

9. La fiesta del Corpus Christi se celebra el jueves posterior al domingo de la


Santísima Trinidad

La Solemnidad del Corpus Christi fue establecida en 1246 por el Obispo


Roberto de Thorete y a sugerencia de Santa Juliana de Mont Cornillon.
Después del milagro eucarístico de Bolsena, a mediados del Siglo XIII, el Papa
Urbano IV expandió esta celebración a toda la Iglesia Universal en 1264 con
la bula “Transiturus”, fijándola para el jueves posterior al domingo de la
Santísima Trinidad. El Pontífice encomendó a Santo Tomás de Aquino que
compusiera un oficio litúrgico propio e himnos que se entonan hasta
nuestros días.

10. También es posible celebrarla el domingo posterior a la Santísima


Trinidad

En el Vaticano, el Corpus Christi se celebra el jueves después de la


Solemnidad de la Santísima Trinidad. Mientras que en varias diócesis se
traslada al domingo posterior a la Santísima Trinidad por una cuestión
pastoral. El Papa San Juan Pablo II fue quien llevó la procesión anual del
Corpus Christi de la Plaza de San Pedro a las calles de Roma.

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