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LA ESTRELLA DEL CREPÚSCULO

POR ARIEL LAWRENCE

Hay demasiadas cosas que quiero preguntarle. La miro de reojo mientras


caminamos. Ella mira fijamente hacia adelante. Observo como barre con
la mirada de un lado a otro el perímetro alejado del parque, con los
últimos retazos de luz reflejándose en su melena pelirroja a cada
paso. ¿Ha visto algo? ¿Así es como patrulla normalmente? ¿Está aburrida?
¿Por qué está aquí? No me puedo creer que quisiera venir. ¿Por qué ha
venido? Acelero el paso para mantenerme a su lado.
—Fortun... Sarah —me corrijo al acordarme.
No desvía la mirada del camino que tenemos delante, así que sigo
andando.
—Gracias por venir. Sé que te lo he pedido con muy poco tiempo. Lulu
dibuja cosas raras a veces. Muchas veces, en realidad. Y las demás
guardianas de las estrellas de tu equipo...
—Ez está castigado de verdad, Lux —dice.
—Ah —titubeo—. No pasa nada. Noto que se me suben los colores. Tiro
un poco de las puntas de mis guantes. Se gira para mirarme con una
sonrisa arrogante que suaviza la expresión de su rostro.
—Él quería venir —dice—. Soraka también, pero Pantheon anda escaso
de personal. Y, esta noche, Syndra tiene clase de astronomía en la
universidad...
—¿Y Ahri? —le espeto demasiado rápido.
La sonrisa de Sarah se vuelve más forzada. —Está ocupada últimamente.
—No importa —respondo intentando cambiar de tema. En medio del
parque, Janna empuja un carrusel chirriante en el que están montadas
Poppy y la caradura de Jinx. Al lado, Lulu se mece absorta en un
columpio con cadenas de metal que suenan como carrillones solitarios.
No hay nadie más en el parque aparte de nosotras. —Está todo bastante
tranquilo.
—Como decías, seguramente no sea nada —dice despreocupada.
Saco del bolsillo la hoja de papel doblada. El borde rasgado por donde lo
arranqué del cuaderno de Lulu se agita con la brisa. Las formas del
parque infantil de la ciudad de Valoran y el tendido eléctrico que lo rodea
estaban bien claros, pero lo que me preocupaba eran las decenas de
círculos en el cielo. Poppy decía que hacía demasiado calor en clase de
física, y que Lulu solo estaba haciendo garabatos para no dormirse.
—¡Mirad! —grita Lulu desde el columpio, sacándome de mis
pensamientos. Se ha subido encima del arco del columpio y señala
emocionada al horizonte. Un punto brillante acaba de aparecer sobre la
silueta de la ciudad. —¡La Estrella del Crepúsculo! Yo la he visto primero.
Dejo escapar el aliento; no me había dado cuenta de que lo estaba
conteniendo. —Es solo una estrella. Las estrellas no nos pueden hacer daño.
—La Estrella del Crepúsculo no es una estrella de verdad —gruñe
Poppy—. Técnicamente, es un planeta.
—Janna dice que todo tiene luz estelar —replica Lulu.
Janna asiente con la cabeza para darle la razón.
—¿Qué deseo vas a pedir, Lups? —Jinx juguetea distraída con Shiro y
Kuro mientras el carrusel da vueltas. Lulu mueve las piernas en el
columpio para impulsarse más alto.
—¡Más estrellas! —grita—. Quiero ver más estrellas.
—Pero todavía no es de noche —responde Jinx—. Aún no han salido las
demás estrellas.
—Da igual —Lulu se impulsa más alto—. Las demás estrellas siempre
están ahí. Aunque no las puedas ver.
—Caracohete tiene razón —dice Poppy mientras examina un arañazo
inexistente de su martillo para intentar disimular que le cuesta darle la
razón a Jinx—. Tiene que estar muy oscuro para que puedas ver las
estrellas en la ciudad. No es como en el campamento.
Ahueco las manos y las uso para responderles a voces. —Tenéis todas
razón —les digo. Jinx abre la boca para replicar, pero se encoge de
hombros y acepta la victoria.
Me giro hacia Sarah.
—¿Siempre están así? —pregunta. Estoy segura de que, en su cabeza,
nos está comparando con su propio equipo. Estas conversaciones no se
darían nunca si estuviese con su equipo. Se pondrían manos a la obra
directamente. Registrarían el parque y listo. No sé si está decepcionada o
molesta, o las dos cosas.
—¿Te refieres a si siempre discuten tanto? —le sugiero—. No, quiero
decir, bueno, sí..., a veces...
—Pobre inocente —dice en voz baja.
—Bueno, vosotras tenéis a Ahri como líder. Claro que sabéis lo que
hacéis. Nosotras, bueno... Solo me han tenido a mí.
—Ser inocente no tiene por qué ser siempre malo —responde. Tiene la
mirada perdida, como si estuviera intentando recordar algo que soñó hace
mucho tiempo. Asiente despacio como si le diera la razón a su memoria.
—Sí, me recuerdas a ella.
—¿Yo? ¡¿Te recuerdo a Ahri?! —le pregunto tratando desesperadamente
de no parecer desesperada. ¿De verdad piensa que me parezco a Ahri? ¿En
qué? ¿Quizá cuando Ahri era más joven? Bueno, ella sabrá; es la teniente de
Ahri. ¿Ahri tenía varias tenientes en su anterior equipo? A lo mejor, si unimos
nuestros equipos, ¿puedo ser otra teniente, como Sarah?
—No —me salta. Se ríe con una carcajada. No sé si es que Sarah puede
leer la mente, pero mi gozo acaba en un pozo.
—Otra persona. Me recuerdas a otra persona —dice más suave—.
Alguien a quien perdí hace mucho tiempo. También tenía el pelo rosa.
Me vuelve a mirar, y yo intento no encogerme mientras me examina.
—Ahora que lo pienso, también eres demasiado leal... y una soñadora.
Eres como una mezcla de todas ellas —dice.
¿Ellas? ¿El equipo que perdiste? ¿Eso es malo? ¿Quiénes eran? Añado otras
diez preguntas que quiero hacerle a la lista que siempre tengo en la
cabeza.
¿Cómo pasó?
—¡Lux! ¡Sarah! Mirad —nos grita Lulu alegre. Interrumpe mis
pensamientos antes de que pueda seguir avanzando. —¡Mi deseo!
Miramos otra vez al parque que está a lo lejos. Hago una comprobación
rápida. Lulu. Jinx. Poppy. Janna. Todas sanas y salvas. El crepúsculo ha
suavizado sus rasgos y las hace parecer más jóvenes de lo que son en
realidad. Las farolas del parque se enciendan a la vez. Inquietante. Hay
un enjambre de luces que parpadean sobre el equipo. Parece que están
atrapadas en un sueño mágico.
—Lups, es lo que decía la canija, no está lo bastante oscuro... —el
chirrido del carrusel desaparece lentamente cuando Janna, Poppy y Jinx
miran al cielo también. Está oscureciendo muy rápido. Demasiado rápido.
Apenas puedo ver los árboles que bordean el parque. Sarah y yo
empezamos a caminar hacia el parque más rápido.
—Eso no son estrellas —dice Sarah. Entrecierro los ojos para ver mejor.
Los puntos de luz titilan, apenas relucientes. Cuando nos acercamos,
puedo ver lo que quería decir Sarah. Decenas de finas esferas
translúcidas reflejan la luz de las farolas. ¿Burbujas? Eran... ¿burbujas? Meto
el dibujo de Lulu bajo mi guante.
—No creo que la Estrella del Crepúsculo te haya oído bien, Lulu —dice
Poppy—. Son burbujas.
No son solo burbujas. Una de ellas baja flotando hacia Poppy, casi como si
siguiera el sonido de su voz. Poppy da un paso atrás y deja que flote
hacia la barandilla de metal del tiovivo. El profundo silencio es
interrumpido por la risa burlona de Jinx.
—Venga ya. Son inofensivas.
Un rastro de burbujas comienza a aproximarse a ella. Agarro mi vara
mientras echo a correr.
—¡Jinx!
Lanzo el bastón por delante de mí. El bastón y un arcoíris prismático de
luz estelar rozan la punta de las coletas de Jinx antes de regresar a mi
mano. Una esfera de luz multicolor cubre a Jinx y a Poppy. Unas cuantas
burbujas rebotan contra la barrera y explotan en los columpios dejando
tras de sí un remolino de niebla oscura, formas negras ondulantes (puede
que bichos, ¿o polillas?) y una risa aguda, como la carcajada de deleite
de un niño.
—Eso no puede ser nada bueno, ¿verdad? —Jinx susurra a voces—.
¡Vamos a reventarlas todas!
—Justo lo que estaba pensando.
Un disparo doble sale de las pistolas gemelas de Sarah antes de que
pueda terminar la frase. Una ola de burbujas explota dejando una lluvia
de niebla negra y mariposas retorcidas.
—Lo que hay dentro tampoco es para tanto —dice Poppy.
—No dejéis que os toquen.
Los ojos de Janna brillan de color lavanda. Se levanta una brisa en el
parque a la vez que ella comienza a elevarse del suelo. La corriente de
aire arrastra hojas caídas mientras comienza a arremolinar las burbujas.
Janna las acorrala junto a la oscuridad que contienen en un espacio
reducido. Cada una empuja a las demás, casi como si les molestase estar
atrapadas.
La risa aguda se detiene de golpe y es rápidamente reemplazada por un
quejido de fastidio. El ruido hace eco a nuestro alrededor. Me pone los
pelos de punta. En el centro del grupo de burbujas tóxicas que Janna ha
reunido, toma forma un delgado círculo. El círculo se abre y se transforma
en un portal, y largos tentáculos reptan desde alguna dimensión oscura.
Se abre un inquietante ojo de calamar, seguido de otro más. La masa
gelatinosa se despliega dando forma a un cruce entre un pulpo malvado y
una medusa demoníaca.
—Acabad con eso —grita Sarah.
Shiro y Kuro disparan con entusiasmo. Poppy gira, llevando hacia atrás
su martillo para asestar un golpe trazando un gran arco. Gruñe por el
esfuerzo mientras blande el martillo a su alrededor. Con un golpe
atronador, acierta contra la masa de burbujas, arrojando fuera del centro
a la enfadada y desorientada medusa. La masa amorfa, insatisfecha, se
tambalea durante un momento, pero se recompone junto al grupo de
burbujas esparcidas. Se mueven hacia Sarah deliberadamente.
—¡Agáchate, Sarah! —grito. Siento el gran poder de la luz estelar pura
que se canaliza por mi bastón y que hace que me vibren los huesos de
los dedos y del brazo.
La criatura sale disparada y se oculta tras las burbujas. Lanzo un rayo de
luz incandescente. La pequeña medusa se escabulle entre las burbujas y
fallo. Intento acercarme más, pero parece como si el tiempo se hubiera
detenido.
—¡No, Lups! —grita Jinx.
Es demasiado tarde. La pequeña Lulu sale de la nada y empuja a Sarah a
un lado. Sarah se lleva un duro golpe contra el suelo, pero rueda sobre su
espalda mientras sigue disparando.
Una burbuja escapa del grupo que se encuentra encima. Desciende
flotando, esforzándose por acercarse. Se rompe contra la mejilla de Lulu
con una explosión húmeda. La oscuridad escapa, se extiende, y en pocos
segundos Lulu queda envuelta en una nube de tinta. Sus ojos se cierran a
la vez que se desploma en el suelo hecha un ovillo. Me lanzo a por Lulu y
la levanto en mis brazos. Más burbujas explotan encima de mí mientras
Sarah y Jinx acaban con las últimas. Un portal se abre encima de la
medusa oscura. La risa histérica se hace más fuerte y la pequeña bestia
flota hacia la apertura, como atraída por el sonido. Cuando cruza el
umbral del portal, desaparece, llevándose con ella los restos de la magia
oscura.
Acerco el oído a la cara de Lulu. Respira de forma lenta y regular... ¿Está
dormida?
—¡Lulu! —la sacudo por los hombros. Lulu deja escapar un leve gemido y
sus ojos se agitan durante un segundo. Levanto mi bastón, el brillo es
casi cegador. Lulu cierra con fuerza los ojos. —¡Por la luz estelar,
despierta, Lulu!
—Perdidas. Estaban perdidas —la voz de Lulu apenas es un susurro. Sus
ojos se cierran con más fuerza por la luz y sus labios tiemblan. Es como si
estuviera atrapada en una pesadilla.
—Oscuridad ahora —dice.
Lulu se sienta de repente, con sus ojos azules abiertos como platos. Mira
más allá de nosotras, como si no estuviéramos ahí, como si mirase a
través de nosotras hacia otro lugar. Como si estuviera en otro sitio.
—Ya viene —dice Lulu.
—¿Qué? ¿Quién, Lulu? ¿Quién viene? —le pregunto.
Esto es importante. Un pensamiento estridente silencia todos los demás
en mi cabeza. ¿Será ella? ¿Viene Ahri? Me muerdo el labio. Miro a mi
alrededor hacia Janna, Poppy, Jinx y, por último, a Sarah.
—¡Ahri! —digo—. Ahri lo sabrá.
—No —dice Sarah.
—Claro que sí —aparto su respuesta callada intentando mantener una
sonrisa optimista por las demás—. ¿Puedes llamarla, Sarah?
—No puedo —Sarah no me mira.
—Espera, ¿por qué?
—No nos hablamos ahora mismo —responde en voz baja.
—Sarah, creo que esto es más importante que...
—La fiesta de pijamas —me interrumpe mientras me mira directamente a
los ojos—. Esa noche. Se suponía que iba a venir. En el último momento,
dijo que se tenía que encargar de algo. Algo con lo que yo no podía
ayudar. Creo que solo estaba siendo...
—Ahri —termino la frase mientras ella asiente—. ¿No la has visto desde
entonces?
Sarah niega con la cabeza mientras aprieta aún más la pareja de pistolas
que tiene en el regazo. Antes de que Sarah aparte la mirada, puedo ver
un atisbo de pánico. Puedo sentir el corazón palpitando con fuerza en mi
pecho.
Cien preguntas más me inundan la cabeza. Se me encoge el estómago.
¿Qué puede ser lo que hace a Sarah sentir ese miedo? ¿Dónde está Ahri? ¿Qué es
lo que viene?
¿Somos lo bastante fuertes como para enfrentarnos a ello?
¿Soy lo bastante fuerte?
Quiero preguntárselo, pero no puedo.

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