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BASES DE LA GEOPOLÍTICA
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN A LA GEOPOLÍTICA
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campo doméstico sea capaz de desarrollar un Estado para jugar un papel
adecuado en las relaciones internacionales.
D.- Jorge Atencio:Dice que la Geopolítica “estudia la influencian de los factores
geográficos en la vida y evolución de los Estados, a fin de extraer
conclusiones de carácter político”.
Tomando en cuenta estos antecedentes, nosotros proponemos la siguiente
definición: “Es el estudio de las condiciones geográficas, históricas,
económicas y sociales de un Estado, así como la promoción de sus recursos
naturales y de sus valores culturales, para hacer que jueguen un papel
acorde a sus intereses en el campo internacional”.
En efecto, nosotros concebimos la geopolítica como una ciencia dinámica en
evolución constante como las demás ciencias sociales, puesto que el Estado
es, evidentemente, un organismo vivo y no un espacio muerto (participamos
en esto, del pensamiento de Kjellen). Las definiciones que nos hablan
meramente de “estudio” o de “la relación” entre determinados factores
geográficos y políticos, parecen detenerse allí, sin considerar la proyección
de esos estudios y relaciones al terreno práctico en que se desenvuelve el
Estado como actor en las relaciones internacionales. En otras palabras:
¿para qué serviría el estudio de esos datos o la apreciación de esas
relaciones, si no desarrolláramos en base a ellos las políticas (interna y
externa) que más convinieran a la supervivencia y proyección futura del
Estado en el ámbito internacional?.
Se observará, por otra parte, que nuestra definición no se limita al estudio de
las condiciones geográficas, como tradicionalmente se ha hecho al apreciar
lo que debe entenderse por Geopolítica, sino que incluimos las condiciones
históricas, económicas y sociales que son inseparables de aquéllas, sin las
cuales es imposible realizar un análisis y una proyección geopolítica de un
Estado.
III.- LA GEOPOLÍTICA ES UNA CIENCIA?
De las definiciones que hemos transcrito se deduce que esta materia es una
ciencia, puesto que es un conjunto ordenado de conocimientos que permiten
establecer una relación de causa y efecto, como se define comúnmente la ciencia.
En efecto, los conocimientos que nos proporciona la Geopolítica sirven para
mostrarnos la realidad objetiva, interna y externa de un Estado-Nación y la
posición que ocupa en el plano internacional.
La ciencia se define también como “el conocimiento racional, sistemático, exacto y
verificable de la realidad” (Galiano, 1979), y la Geopolítica se propone
precisamente estudiar la manera racional (no utópica ni subjetiva), sistemática (no
en forma desordenada ni confusa), la realidad actual del Estado y su proyección
futura verificable.
A.- Fuentes de la Geopolítica.
Las fuentes de esta materia son básicamente otras dos ciencias de las cuales
arranca: por una parte la geografía física, política y económica, y por otra la
política (Ciencia Política, Teoría del Estado, Derecho Público, Historia de las
Ideas Políticas, etc.)
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B.- Objetivos de la Geopolítica.
La Geopolítica tiene un objetivo primario y dos que concurren a la
consecución de aquél. El objetivo primario es la consolidación y/o
preservación del Estado-Nación como unidad socio-política independiente,
objetivo que se alcanza a través de dos objetivos secundarios o
concurrentes: por una parte el desarrollo económico y social, para crear y/o
acrecentar el Poder Interno, y por otra parte la diplomacia y la estrategia
como instrumentos indispensables para mantener y/o acrecentar el Poder
Externo que será reflejo del primero. Ambos, poder interno y externo, son las
dos expresiones del elemento Poder, sin el cual no se concibe la existencia
del Estado.
C.- Utilidad de la Geopolítica.
De lo expuesto en los párrafos precedentes, colegimos que esta materia no
es meramente especulativa o teórica, sino científicamente útil, porque se
aplica a la vida real de todos los Estados, grandes, pequeños, desarrollados
y subdesarrollados.
Todo Estado requiere de un estudio serio de esta disciplina para sobrevivir,
desarrollarse y mejorar constantemente su condición de actor internacional,
asegurando así el destino de la comunidad de intereses de su población.
Es cierto, como lo hace notar Zorgbibe, que la Geopolítica fue afectada
moralmente antes y durante la II Guerra Mundial, porque se la identificó como
la “Geopolitik” alemana y su teoría del “espacio vital”, francamente
expansionista, así como con los crímenes del nazismo (conquista de territorio
por la fuerza de las armas, racismo, genocidio, etc.) (5). Pero la derrota del
eje nazi-fascista en esa guerra y la proclamación de los derechos universales
del hombre en las Cartas del Atlántico, de las Naciones Unidades, de la OEA,
así como en las declaraciones del 10 de Diciembre de 1948 y otras, echaron
una lápida sobre las “ideas” de esa escuela y dieron a esta materia el
carácter científico que le es inherente en la convivencia pacífica de las
naciones.
IV.- RELACIONES DE LA GEOPOLÍTICA CON OTRAS CIENCIAS.
De las definiciones y propósitos que hemos mencionado, se colige que la
Geopolítica es una ciencia compleja que se relaciona directamente con muchas
ciencias, entre las cuales consideramos que son las principales las siguientes:
A.- La Geografía.
La que aparece a primera vista es, por supuesto, la Geografía, de la que en
parte toma su nombre. En efecto, ya hemos dicho que la Geopolítica es el
estudio de las condiciones geográficas….de un estado, considerado por
separado y en el escenario geográfico regional y universal. Estas condiciones
se refieren a ubicación o situación, superficie, extensión superficial, relieve,
clima, fronteras, recursos naturales, población distribución de ésta, etc.; o sea
que la Geografía comprende otras ciencias que se desprenden de éstas,
como la geografía física, la geografía política, la geografía económica, etc.
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La Geografía política es relevante en estas relaciones, a tal punto que en un
comienzo se la asimiló a la geopolítica, como si fueran la misma cosa.
Naturalmente que no es así, como se infiere de lo que ya llevamos dicho, y
conviene señalar claramente las diferencias entre ambas, empezando por
identificar lo que es Geografía Política que, según la nueva Enciclopedia
Sopena, 1.952, citada por Atencio, “estudia la tierra como habitación de las
sociedades humanas”, y así considera las divisiones convencionales de su
superficie, la distribución de la sociedad humana en estados o naciones, y la
vida y condiciones de existencia de cada agrupación ética, social, religiosa,
política, etc.
Atencio señala las siguientes diferencias entre Geopolítica y Geografía
Política:
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grado de su desarrollo, sus metas, sus valores culturales y morales, etc. El
Estado es, por otra parte, la sociedad organizada jurídica y políticamente. En
consecuencia, salta a la vista la necesidad que tiene la Geopolítica de los
estudios sociológicos para alcanzar sus propósitos y objetivos, de manera
que hay una estrecha relación entre ambas materias.
G.- La Estrategia.
Según el “Dictionary of Political Science” (Ob. Cit. pág. 503), Estrategia “es el
arte de hacer planes generales para el uso provechoso, coherente y
deliberado de los recursos o de cualquier forma de poder, hacia la
consecución de objetivos específicos”. El “Diccionario Político para
Occidente” por su parte dice que “es la planificación a largo plazo de la
utilización de los instrumentos disponibles para la acción. El término, aunque
proviene del vocabulario militar, tiene aplicación creciente en la esfera de lo
político. En efecto: partidos, sindicatos, movimientos revolucionarios, grupos
de presión, sectas mundialistas, organizaciones internacionales, minorías
dirigentes, programan cuidadosamente sus actividades en miras de sus
últimos objetivos…”.
Como toda actividad administrativa debe ser necesariamente planificada y
como la administración es una ciencia que se aplica a todas las actividades
humanas, sin excepción, fluye de aquí que todo tiene su propia estrategia y
no solo lo militar. Con mayor razón la Geopolítica, cuyos estudios conciernen
a la vida y destinos del Estado, requiere de diversas estrategias: militares,
políticas, económicas, etc.
La Geoestratégica, que es la ciencia de las relaciones entre la estrategia y la
geografía, es decir, el estudio de los factores geográficos para una
concepción estratégica militar, política, económica, etc., tiene también una
directa relación con la Geopolítica, porque como dice Pierre Célerier, “los
factores físicos estables a la geopolítica merecen que se los estudie más
especialmente en su papel en geoestratégica”. (6)
H.- Las Relaciones Internacionales.
Consisten en la compleja trama de acciones y reacciones, influencia,
presiones, demandas y respuestas que ejercen y experimentan los actores
en la vida internacional.
Estos actores, como se sabe, son los Estados, los organismos
internacionales, los conjuntos regionales y sub-regionales (integrados o no),
de donde se deduce que los elementos principales de dichas relaciones son
el Estado y el poder, conceptos políticos ambos que tienen, por su puesto,
connotaciones geográficas, económicas, sociológicas, militares, estratégicas,
etc., es decir, trascendencia geopolítica general y particular.
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CAPÍTULO II
I.- ANTECEDENTES.
Aunque la Geopolítica es una ciencia nueva, nacida en este siglo y particularmente
después de la I Guerra Mundial, arranca sus orígenes como todo conocimiento
humano, desde la antigüedad.
Seguidamente haremos una breve reseña de lo que consideramos pertinente a
través del pensamiento de diversos autores en épocas pasadas.
A.- En la Antigüedad.
Heródoto:(484-424 a.c.) Considerado el padre de la Historia, afirma que Ciro
explicaba a sus soldados que él podría llevarles a tierras mejores que las
suyas (la antigua Persia), pero que eso les convertiría en esclavos en vez de
señores, teniendo en cuenta que “las tierras risueñas producen hombres
afeminados, no pudiendo dar, a la vez, frutos óptimos y guerreros valerosos”.
En su “Historia de la Guerra del Peloponeso”, Tucídides (460-395 a.c.)
expone ideas sobre la influencia de la tierra en el carácter de los pueblos y
acercad de la expansión de unos estados a costa de la debilidad de otros.
Describe en detalle las operaciones navales y militares y aplica el estudio de
la historia a la política, aunque también utiliza sus conocimientos políticos
para estudiar a la historia.
Platón: (429-347 a.c.) como es sabido, construye una república ideal en el
libro V de su obra sobre “Las Leyes”, pero consigna algunas observaciones
sobre el carácter de los pueblos en relación al terreno que ocupan.
Aristóteles: (384-322 a.c.) en su “Política”, enseña que el Estado “es una
comunidad de estirpes y lugares, en una existencia perfecta y que se basta a
sí misma”. En otra parte de su obra observa el Estagirita que “la mejor
definición de los límites correspondientes a la magnitud de una polis es
evidentemente la que sigue: La mejor densidad de población a la que pueda
asegurarse una vida autosuficiente y una permanencia en las mismas
condiciones”. En esto reside la idea de autarquía según Aristóteles, aplicada
al campo de la administración general del Estado, y no al de las instituciones
creadas por éste, como se llama ahora en Derecho Administrativo a los entes
descentralizados.
Alrededor del año 20 d.c., un geógrafo griego llamado Estrabónde Amasia
escribió en Roma una “Geografía” en la cual relaciona la expansión del
imperio romano con las condiciones geográficas de la península itálica.
Cicerón: (103-43 a.c.) observó las influencias geográficas sobre poblaciones
y sus organizaciones políticas, mostrándose en desacuerdo con Platón y
Aristóteles en cuanto a que éstos daban importancia a la situación marítima
de los Estados. Cicerón opinaba que la decadencia de Cártago, Corinto y
Grecia, se debió precisamente a su vulnerabilidad por el lado del mar.
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B.- En la Edad Media.
El feudalismo propio de esta época hizo que el poder político se dispersara
en multiplicidad de centros llamados feudos, que se encerraron en sus límites
mezquinos sin mantener relaciones con el mundo exterior. Esto ocurrió en
gran parte porque las invasiones bárbaras del siglo V determinaron la
decadencia y muerte del imperio romano.
El feudalismo se asentó en una economía agraria primitiva y el aislamiento de
los feudos ocasionó la decadencia de los transportes y de las
comunicaciones. Fue una época de oscurantismo, de la que estuvieron
ausente los estudios geográficos, a tal punto que W. M. Jackson (citado por
Atencio), observó que “ni una obra más, ni un descubrimiento. Algunos
nombres flotan vagamente en este triste crepúsculo, nombres oscuros,
inútiles, que no representan ni un hecho, ni una idea y que ofrecen apenas en
el débil y vacío interés que se enlaza con las cosas muertas, el interés
bibliográfico: son en su mayoría compendiadores, compiladores o copistas”.
Es natural que en este panorama no encontremos ningún antecedente
relevante sobre la materia que nos ocupa.
C.- En la Edad Moderna.
La invención de la brújula y de la navegación a vela, acicateó la era delos
descubrimientos geográficos que caracterizan a los tiempos modernos, junto
con la aparición de los primeros Estados nacionales. Estos dos hechos
promovieron un renovado interés por los estudios geográficos y políticos.
Nicolás Maquiavelo: (1.469 - 1.527), fue uno de los pensadores más
esclarecidos del Renacimiento, cuyos escritos tuvieron gran influencia en las
ideas políticas y en la concepción del Estado como una entidad moderna. En
su obra “El Príncipe” dice por ejemplo, que los principales fundamentos de los
estados, antiguos y modernos, son las leyes y el Ejército (o sea el elemento
poder constituido por el Derecho, que tiene como respaldo la fuerza pública o
legítima).
II.- PRINCIPALES ESCUELAS GEOPOLÍTICAS.
En este punto presentaremos una breve reseña del pensamiento de diversos
teóricos de la Geopolítica, agrupados por sus países de origen; pensamiento que
en la mayoría de los casos pretendía interpretar los intereses de sus pueblos,
aunque en otros responde a conceptos de interés general.
A.- Escuela Alemana.
Es indudable que la Geopolítica nació en este país con la obra de Ratzel,
Kjellen, Haushofer e Hitler.
Friedrick Ratzel: (1.844 - 1.904)Profesor de geografía y de antropología, es
considerado el verdadero precursor de la Geopolítica y el padre de la
geopolítica alemana. Autor de “Antropogeografía” (1.891), “Geografía Política
(1.897), “La Tierra y la Vida (1.902); investigó principalmente la relación que
existe entre el espacio y la suerte de los Estados, originando la idea de
“espacio vital” (lebensraum) y de los grandes espacios (grosses raum).
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El tamaño y el crecimiento del espacio son determinantes en la vida de los
Estados; el espacio aumenta con el crecimiento de la cultura y hay una
tendencia general hacia la expansión territorial. Veremos más adelante cómo,
sin proponérselo tal vez, esta concepción ratzeliana del espacio dominó la
geopolítica alemana después de la I Guerra Mundial y desencadenó en 1.939
la segunda gran conflagración.
Rudolf Kjellen (1.864 - 1.922), Profesor de Derecho Político en Suecia, su
país natal, acuñó el término geopolíticay continuó la obra de Ratzel en cuanto
a la relación entre Estado y Poder. En su obra “El Estado como Forma de
Vida” (1.918), asimila a éste como un ser vivo que nace, crece, se desarrolla
y muere. Dice que “el Estado no es un conglomerado accidental o artificial de
vida humana que se mantiene unida de fórmula por medios legales: está
profundamente arraigado en realidades históricas y afectivas; crece
orgánicamente, es una entidad del mismo tipo fundamental que el hombre
individualmente considerado…. Los Estados vigorosos y llenos de vida que
cuentan con un espacio limitado, obedecen al categórico imperativo de
extender su espacio, ya sea por colonización, amalgamación o conquista”.
Kjellen dividió el estudio de la Ciencia Política en cinco ramas: la geopolítica,
que como ya dijimos, estudia al Estado como organismo vivo; la ecopolítica,
que se ocupa de la economía en relación al Estado; la demopolítica, de la
población como elemento del estado; la sociopolítica, de la organización
social dentro del Estado; y la cratopolítica, del gobierno y administración del
Estado. La fuerza de un Estado depende -sostenía- del desarrollo
armonioso de los cinco elementos de que se ocupan las materias precitadas.
Elevó al Estado a la categoría de un fin en sí mismo, puesto que pensaba que
no cumple sus actividades con propósitos éticos ni en beneficio de sus
ciudadanos, sino en beneficio del propio Estado, lo que es un error por donde
se le mire, sea desde la Ciencia Política o desde el sentido común, ya que el
Estado no es una entelequia a la que se pueda endiosar, sino una
organización hecha por el hombre para el bien común.
Es indudable que las ideas de Kjellen influyeron en el concepto nacional-
socialista del Estado y en el pensamiento de la escuela alemana.
Karl Haushofer: (1.869 - 1.946), fundó en 1.904 la Revista de Geopolítica y
en 1.933 el Instituto Geopolítico de Munich. Escribió “La Importancia
Geográfica y Política de las Fronteras” (1.927), “Geoestratégica” (1.932),
“Poder y Mundo” (1.934) y “Política Mundial de Hoy” (1.934).
Como Ratzel, Haushofer subraya la importancia geográfica, política,
económica y militar del espacio. Era indispensable -decía- que los
alemanes comprendieran que carecían “del más mínimo espacio vital”. Fue
uno de los sostenedores de la tesis de las fronteras vivas o movibles. “Es un
grave error en términos de la política mundial, considerar las fronteras como
líneas rígidas e inmutables. Las fronteras podrán ser lo que se quiera, menos
elementos muertos; son organismos vivos que se extienden y se contraen,
del mismo modo que la piel y otros órganos protectores del cuerpo humano”.
Adolfo Hitler: (1869-1945) aplicó en la práctica como político y militar, las
ideas sobre el espacio vital y la movilidad de fronteras que sus mentores de la
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geopolitik habían divulgado en Alemania para hacer de este país la primera
potencia mundial. En su libro “Mein Kampf” sostenía que la importancia
territorial de un país es, por si sola, un factor esencial de seguridad exterior.
Mientras mayor sea el territorio de que dispone un pueblo, mayor será su
protección natural. “Solo un espacio suficiente sobre la tierra asegura a un
pueblo la libertad de su existencia”, observaba y agregaba que: “…a la
importancia de la extensión territorial de un Estado como fuente de su
alimentación se agrega su importancia política y militar”. Y sobre el mismo
tema sentenciaba: “el derecho al suelo y a la tierra puede convertirse en un
deber cuando un gran pueblo parece condenado a la ruina por falta de
extensión territorial”.
No cabe duda que el pequeño caporal había asimilado muy bien la teoría de
los geopolíticos alemanes.
B.- Escuela Inglesa.
La ubicación insular de Inglaterra favoreció, como es sabido, su desarrollo
económico, la evolución de sus instituciones políticas y la expansión de su
dominio a través de los mares y de los continentes, al punto de convertirse
durante el siglo XX en un imperio mundial, el más grande que haya conocido
la historia desde el imperio romano.
Mientras no existían la guerra aérea ni los cohetes intercontinentales, fue
relativamente fácil para Inglaterra asegurar su defensa, ya que su posición
era prácticamente inexpugnable. Reducida a una pequeña superficie de
territorio, con una gran población y rodeada de agua por todos lados,
Inglaterra hubo de buscar su expansión a través de los mares y de las tierras
de ultramar. Para lo que desarrolló una gran flota mercante, impulsó el
mercantilismo y acuñó la revolución Industria.
Sir Halford Mackinder (1.861 - 1.947), fue profesor de geografía en la
Universidad de Londres, miembro del Parlamento británico, Director de la
Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres y autor del famoso
ensayo “El Pivote Geográfico de la Historia”(1.904), según el cual“el mundo
se divide en dos grandes zonas: “Eurasia”, que es el “Heartland”, y el resto
del globo, que tarde o temprano será dominado por aquella”. Aunque sus
ideas tuvieron mayor eco en la escuela alemana que en su propio país, lo
consignamos en este capítulo por haber nacido, vivido y elaborado su
producción intelectual en Inglaterra.
El ensayo de Mackinder se extiende en consideraciones geográficas e
históricas. “El contraste más notable que muestra el mapa política de la
Europa moderna es el que presenta la vasta zona de Rusia que ocupa la
mitad del continente y los reducidos territorios que ocupan las potencias
occidentales. Esta masa (Eurasia), comprendida entre el océano y el
desierto, tiene 54,4 millones de kilómetros cuadrados, o sea la mitad de la
extensión de las tierras del globo, si excluimos del cálculo a los desiertos del
Sahara y de Arabia”. Más adelante agrega: “Los espacios comprendidos por
el imperio ruso y la Mongolia son tan extensos y son hasta tal punto
incalculables sus potencialidades en cuanto a población, trigo, algodón,
combustibles y metales, que es inevitable que allí se desarrolle un gran
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mundo económico, más o menos aislado, que será inaccesible al comercio
oceánico”.Anota que: “…toda esa inmensa área es inexpugnable desde el
mar, porque está alejada de los grandes océanos y carece de ríos
navegables que desemboquen al mar. Su movilidad está asegurada por una
gran red de ferrocarriles…” que estaban en construcción. Concluye su
ensayo con esta observación: “El equilibrio real del poder político es en un
momento dado, por supuesto, el producto de condiciones geográficas, tanto
económicas como estratégicas, por una parte, y del número relativo, la
virilidad, los equipos y la organización de los pueblos competidores, por otra”.
La conclusión que Mackinder sacó de estos planteamientos se condensa en
su famosa “profecía” de 1918, formulada 14 años después de haber
pronunciado su célebre conferencia: “Quien domina la Europa Oriental
controla el corazón continental; quien controla el corazón continental controla
la isla mundial; quien domina la isla mundial controla el mundo”.
La tesis de Mackinder ejerció una gran influencia sobre el pensamiento de
Haushofer. Es claro que sus ideas han perdido actualidad con la aparición
posterior de la guerra aérea y de la balística intercontinental, para no hablar
del armamento nuclear; pero en su momento causaron una profunda
impresión a los estudiosos de esta materia.
Sin embargo, las ideas de Mackinder, complementadas con las de Spykman
en los años cuarenta tuvieron gran influencia en el desarrollo de la Guerra
Fría que se prolongó durante cuatro décadas hasta 1990, pues la tesis
norteamericana de la “contención” del expansionismo soviético elaborada
sobre una idea de George F. Kennan por Truman y los gobiernos que le
siguieron, partía del supuesto de que la URSS tenía una posición geográfica
y estratégica superior. R.E. Walters sostiene que la estrategia norteamericana
de la disuasión nuclear nació porque EE. UU.creía que el heartland soviético
tenía una abrumadora ventaja estratégica en Europa en función de su
ubicación geográfica.
Otro autor norteamericano, Colin Gray, se basa en las ideas de Mackinder y
Spykman para escribir su “Geopolitics of Suerpower” (1.988) que “…la visión
del mundo de Mackinder-Spykman, reducida a sus elementos relativos de
poder, consiste en una superpotencia heartland encerrada en una lucha
permanente con la superpotencia continental insular extracostera, EE.UU.,
por el control efectivo de los “rimland”y los mares marginales de la Isla
Mundial”. Partiendo de esas premisas, Gray coincide totalmente con la
política de “contención” norteamericana, porque “la extensión geográfica del
imperio soviético debería obligar a EE.UU. a pensar, planear y prepararse
para un conflicto armado en una escala verdaderamente global”. (2)
Zbigniew Brzezinski, que fue Consejero Nacional de Seguridad del Presidente
Carter, opina en su libro “El Juego Estratégico” que quien controlara Eurasia
dominaría el mundo, encerrando a EE.UU. en América del Norte. La misma
tesis se sostiene en la “Estrategia de Seguridad Nacional de los EE.UU.”,
publicada en enero de 1.988 por el gobierno de Ronald Reagan. Se dice allí
que la seguridad nacional norteamericana sería amenazada si un Estado o
grupo de Estados hostiles, llegaran a dominar Eurasia. (3) Como se ve, las
ideas de Mackinder se propagaron a lo largo del siglo XX en la obra de
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autores alemanes y de EE.UU. y de gobernantes de este último país, quienes
alimentaron la guerra fría con el temor de que se concretara el predominio de
la “Isla Mundial”.
C.- Geopolítica de los EEUU.
Las líneas maestras de la política de expansión interior y exterior de EE.UU.
que han hecho de este país la primera potencia mundial en el siglo XX,
pueden resumirse así:
1.- La Doctrina Monroe.
Después de la derrota de Napoleón en Waterloo, la Santa Alianza
constituida por Austria, Francia, Prusia y Rusia, se propuso restablecer
el viejo orden y, con éste, los imperios coloniales español, francés y
portugués en América. Esta amenaza movió al presidente Monroe de
EE.UU. a dirigir un mensaje al Congreso norteamericano el 2 de
diciembre de 1.823, en el que, entre otras cosas, advertía que: “…
consideraríamos un peligro para nuestra paz y seguridad cualquier
tentativa de parte de ellas (las potencias europeas) que tuviera por
objeto extender su sistema a alguna porción de este hemisferio…
Cualquier intervención de una potencia europea con el objeto de
oprimirlos (a los nuevos países de América Latina) o de dirigir de alguna
manera sus destinos, no podrá ser vista por nosotros sino como la
manifestación de una actividad hostil hacia los EE.UU.”.
Al resumir el mensaje de Monroe en la fórmula “América para los
americanos”, se lo ha interpretado como la previsión de una política
expansionista que necesariamente habría de comenzar a costa de la
integridad territorial y de la dependencia económica de los países de
Centro y Sud América.
2.- El “Destino Manifiesto”.
(Manifest Destiny) de EE.UU. era, desde comienzos del siglo XX, según
se lo pregonaba allí, la expansión territorial hacia el Oeste y hacia el Sur,
para asegurar la grandeza y prosperidad del país, lo que se cumplió
mediante la “marcha hacia el Oeste” por una parte, que se hizo a costa
de la eliminación física de las poblaciones indígenas asentadas en el
centro y el occidente de la nación. Y mediante la anexión pacífica o
violenta de grandes extensiones de tierra perteneciente a México (Texas,
California), a Francia (Louisiana) y a España (Florida, Cuba, Puerto
Rico, etc.).
La idea de la expansión territorial predestinada de EE.UU. se remonta a
los comienzos de la Unión, pero el término se originó, según se dice, en
dos notas editoriales escritas por John L. O’ Sullivan en “The United
States Magazine and Democratic Review”, de Julio-Agosto de 1.845, y
en el “New York Morning News” del 27 de diciembre del mismo año. Se
esgrimía a favor del expansionismo varias razones: vecindad geográfica,
necesidad económica, similitud de pueblos, etc.; pero O ‘Sullivan hizo
hincapié en tres: el crecimiento irresistible de la población, la
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superioridad de sus instituciones políticas y la bendición de Dios sobre
las dos anteriores.
La idea se remonta, en verdad, al pensamiento y escritos británicos aún
antes de la fundación de las primeras colonias inglesas en
Norteamérica. En el siglo XVI, Richard Hakluyt y otros, escribían que,
como los primeros romanos, los ingleses estaban predestinados a
apoderarse, colonizar y desarrollar el Nuevo Mundo. Ningún otro, pueblo
-según ellos-era capaz de acometer tan gigantesca tarea. (ver figuras 3,
4, 5 y 6).
3.- Autores Norteamericanos.
Entre los autores norteamericanos que han escrito sobre cuestiones
geopolíticas, mencionaremos a Alfred Thayer Mahan (1840-1914),
Nicholas Spykman (1.893 - 1.943) y otros.
Alfred Thayer Mahan:(1.660-1.783), El “apóstol del poder marítimo”,
como le llama Margareth Tutle Sprout (4), publicó en 1.890 “La Influencia
del Poder Marítimo en la Historia” en 1.892, “La Influencia del Poder
Marítimo en la Revolución Francesa y el Imperio”, y en 1.905 “El Poder
Marítimo y la Guerra de 1.812”. En estos libros parte el autor de la
premisa de que el poder marítimo es esencial para el crecimiento,
prosperidad y seguridad nacionales, y que el mismo depende de seis
elementos fundamentales: la posición geográfica, la configuración física,
la extensión del territorio, la población, el carácter nacional y las
instituciones de gobierno.
En la época en que aparecieron estos estudios, EE.UU. carecía de
poder naval y de una política clara en la materia. La tesis de Mahan
persuadió a los gobernantes norteamericanos de la necesidad de
establecer esa política para acrecentar su prestigio y poderío en el
mundo y el Congreso aprobó la Ley Naval de 1.890.
Más tarde (1.901), con Teodoro Roosevelt en la presidencia, la tesis de
Mahan fue oficialmente adoptada y cuando el presidente Wilson
propugnaba una marina “igual a la más poderosa del mundo”, la Ley
Naval de 1.916 dotó a ese país de “la primera marina del mundo”.
Después de la I Guerra Mundial, el poderío naval de EE. UU. se
extendió a todos los océanos y en el apogeo de la guerra fría contaba
con 374 bases militares en 21 países, con un total de 526.000 efectivos
militares fuera de sus fronteras, cuyo sostenimiento le demandaba más
de dos tercios del presupuesto anual de 290 billones de dólares del
Departamento de Defensa. (5).
Nicholas Spykman: (1.893-1.943), Nació en Holanda, emigró a EE.UU. y
se naturalizó ciudadano de ese país en 1.928. Instructor de Ciencias
Políticas y Sociología, profesor de Relaciones internaciones, escribió
“EE.UU. Frente al Mundo” (1.942), libro en el que analiza la evolución
económica y social de ese país, su política exterior y el papel directivo
que debe desempeñar en las relaciones internacionales. En un libro
póstumo, “The Geography of Peace” (1944). Spykman pensaba que más
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importante que el heartland de Mackinder era el rimland(tierra de la
orilla), que comprende toda la faja del oriente medio, el norte de África,
el Sur y Este de la URSS, China, India, Corea, Vietnam, Inglaterra,
Japón y Australia. El dominio de esta “orilla” en la que se asienta la
mayoría de la población del mundo y gran parte de sus recursos,
permitiría dominar Eurasia, no enteramente habitada. Alertaba por ello,
sobre el peligro potencial de una alianza ruso-alemana o chino-
japonesa.
Spykman proponía que EE.UU. reconociera la responsabilidad que le
cabía por su propia seguridad, la importancia de un equilibrio mundial de
poderes y la necesidad de emplear su poder para estabilizar ese
equilibrio. Al referirse a las medidas necesarias para la seguridad
norteamericana, mencionaba estos factores:a) geografía (ubicación,
tamaño, topografía); b) recursos económicos, agrícolas e industriales:
población, producción industrial; y c) Requisitos políticos, moral nacional,
estabilidad interna, integración social, etc.
Entre los seguidores de Spykman mencionaremos a John Slessor, quien
en 1.954 dijo que el heartland de Mackinder perdió importancia en la era
de los super bombarderos de gran alcance aéreo, porque Rusia Central
quedaba abierta a sus ataques y casi indefensa, dada la inmensidad de
su territorio, vulnerable por todos lados. Preconizaba por esto el dominio
aéreo del rimland. Alexander deSeversky subordinaba totalmente las
fuerzas navales y terrestres a las aéreas, basándose en la superioridad
del transporte de las bombas nucleares en los bombarderos
norteamericanos, que debían sobrevolar la tierra 24 horas al día con
instrucciones de atacar cuando recibieran la orden precisa. Para De
Seversky, la guerra terrestre y las bases de ultramar perderían, así, toda
importancia.
Posteriormente apareció la tesis de la “contención” del avance
comunista hacia el Oeste de Europa y hacia el Este y Sur de Asia,
basada en la“doctrina Truman”, según la cual este presidente dijo que
defendería a todos los pueblos libres que fueran atacados por minorías
armadas internas o por fuerzas exteriores. Esta doctrina, eminentemente
defensiva, cuya paternidad se asigna a George Kennan, ex embajador
de EE.UU. en Moscú, dio nacimiento a la OTAN y a otros pactos
regionales de defensa.
Henry Kissinger nombrado Consejero de Seguridad Nacional de la
administración Nixon a fines de 1.968 y más tarde Secretario de Estado,
concibió y ejecutó con el Presidente, una política internacional basada
en el equilibrio de poderes y para esto echaron a un lado la retórica
ideológica de la guerra fría y negociaron con Moscú y Pekin. Kissinger
buscaba un orden mundial “legítimo” en que los Estados, en status quo
no temiesen a sus vecinos y nadie buscase la seguridad absoluta que,
en sus propias palabras, “significa inseguridad absoluta para las otras
potencias”. Nixon, por su parte, creía en 1.971 que “el mundo será mejor
y más seguro con EE.UU., Europa, la URSS, China y Japón más
fuertes, equilibrándose entre sí y no poniéndose uno contra el otro…”.
14 - 146
El pensamiento geopolítico que guió a Kissinger como arquitecto de la
política exterior de esos años se halla explicado en sus memorias,
particularmente en “White House Years” (1.979), donde explica
que:“Nixon y yo queríamos basar la política exterior norteamericana en
una sobria percepción de intereses nacionales permanentes, más que
en emociones transitorias que nos habían llevado a excesos tanto en
intervención como en abdicación en el pasado”. Perseguían el equilibrio,
dice, y no el alineamiento con China en su confrontación con la URSS,
aunque concordaban en la necesidad de sofrenar las pretensiones
geopolíticas de Moscú, desechando, sin embargo, la política de
“contención” que daba énfasis al poderío militar y a la ideología.
Kissinger anota en sus memorias que hay diversas tradiciones en la
política exterior norteamericana: una tradición idealista que solo ve la
lucha entre el bien y el mal; una tradición pragmática que trata de
resolver los problemas cuando se presentan; una tradición legalista que
enfoca los asuntos internacionales como si todos fueran casos jurídicos.
(6)
La visión que tenía Kissinger de los asuntos mundiales era historicista y
relativista, según Paul Kennedy: los observaba en su contexto amplio,
relacionándolos entre sí. Las grandes potencias -pensaba- debían ser
juzgadas por sus actos, no por su ideología. Su tesis del equilibrio de
poderes partía del reconocimiento de que no cabe esperar un mundo por
completo armónico, por lo que es siempre necesario negociar. Como los
estadistas sobre los que había escrito -dice Kennedy- creía que:“el
principio de la sabiduría, tanto en los asuntos humanos como en los
internacionales, estaba en saber cuándo pararse”.(7)
Saúl B. Cohen piensa que en el mundo existen tres grandes regiones
dirigidas por superpotencias que tienden a un equilibrio geoestratégico.
Cada una de esas regiones se divide en regiones geopolíticas. Una
región geoestratégica se caracteriza por su situación, vínculos
económicos, comerciales, culturales e ideológicos, que conducen a una
alianza militar, sin llegar a formar una unidad político-económica
propiamente dicha. Con estos parámetros, COHEN distingue las
siguientes grandes regiones: 1) América del Norte (norte, centro y sur),
África (al sur del Sahara), Europa marítima y el Magreb y las islas de
Asia y Oceanía; 2) Eurasia (Europa Oriental y Asia Central continental);
y 3) Asia monzónica (Asia Oriental y Meridional).
La primera de estas regiones está delimitada por fronteras marítimas: la
segunda por zonas yermas y estepas montañosas y la tercera por
masas terrestres y marítimas. Las tres están separadas por
“Shatterbelts”, cinturones fragmentados (de quiebra) o Zona Dividida de
Fricción que amortiguan sus impulsos expansivos, como es el caso del
Oriente Medio y el Sud este de Asia, donde la inestabilidad política y los
conflictos permanentes impiden su absorción por una sola de las
grandes regiones.
Estas ideas fueron expuestas por Cohen en su libro “Geografía y Política
en un Mundo Dividido” (1973) (ver mapa Nº 1). Posteriormente (1982)
15 - 146
introdujo otras divisiones, asignando al África sub sahariana la condición
de “shatterbelt” (mapa Nº 2). Tres regiones geopolíticas: Japón, China y
Europa, han desarrollado nuevas potencias en un mundo multipolar
poblado por potencias regionales como Brasil y Argentina, India y
Australia. Estas potencias de segundo orden -dice- tienen
superioridad intra regional, pueden influir sobre los acontecimientos
extra regionales y tener el apoyo de las grandes potencias sin ser
dominadas por éstas. El modelo de Cohen presenta así un mundo
multipolar, con zonas de influencia que se sobreponen y es, por tanto,
más dinámico que los modelos históricos bipolares de Mackinder y de
Spykman. (8)
D.- Escuela Francesa.
La escuela “posibilista” francesa está representada por Pablo Vidal de la
Blache (1843-1918) y por Camille Vallaux (1870-1945), quienes criticaron
las ideas de Ratzel diciendo que ninguna sociedad política está totalmente
condicionada en su evolución por el suelo en que vive, sino que éste
posibilitasimplemente soluciones favorables de su destino. Vidalde la Blache
sostiene que la conducta humana se liga al territorio y al tiempo, así como a
otros factores no geográficos, desde el momento en que el hombre no sólo
domina a su medio, sino que lo modifica. Después de ellos, en 1922,
LucienFebvredijo que:“en ninguna parte hay necesidades, en todas las
posibilidades, y el hombre como dueño de esas posibilidades es el juez de
su utilización”.yOrtegay Gassetpensaba que “con el mismo material
geográfico y aún antropológico se producen historias diferentes”.
E.- La URSS y la Geopolítica.
A la luz del materialismo histórico, los marxistas no consideran a la
Geopolítica como una ciencia, puesto que no es la geografía, ni la tierra, ni
las condiciones naturales de ésta las que determinan el destino de los
pueblos, sino la economía, las relaciones del intercambio comercial y la
propiedad de los medios de producción. Sin embargo, esto no impedía que
los soviéticos tuvieran su propia interpretación de la historia, de su realidad
nacional y de sus relaciones internacionales, lo que configuraba -quiérase
o no- una teoría global y particular de geopolítica.
Los intereses del Estado soviético coincidían con la ideología marxista-
leninista aplicada a las etapas de su desarrollo interno y a la evolución de la
sociedad humana. Sin detenernos en el análisis de esa ideología ni en el
origen de ese Estado -que no corresponden a este texto- será útil
conocer algunas ideas expuestas por Mijail Gorbacheven su libro
Perestroika, para apreciar los rasgos salientes de la política exterior
soviética desde 1985.
Decía el dirigente soviético que “las diferencias ideológicas no debieran
transferirse a la esfera de las relaciones inter estatales, ni la política exterior
debiera subordinarse a ellas, porque las ideologías pueden ser polos
opuestos, mientras que el interés de la supervivencia y la prevención de la
guerra permanece como algo universal y supremo”.En otra parte de su libro,
aclaraba que: “una correcta comprensión de la Perestroika es también la
16 - 146
clave para comprender la política exterior de la URSS… porque el vínculo
orgánico que une las políticas exteriores e interna de cada Estado se vuelve
particularmente estrecho y especialmente significativo en momentos
cruciales. Un cambio en la política interna conduce invariablemente a
cambios de actitud hacia los problemas internacionales”.
Consecuentemente, con estas ideas Gorbachev entendía -y lo decía con
franqueza- que: “todos nosotros en el mundo actual vamos a depender
unos de otros cada vez más, y nos volveremos cada vez más necesarios
los unos a los otros…, pues ni la URSS ni EEUU serán capaces de imponer
su voluntad a los demás”. Esta parece cer una política realista, como que el
propio autor parte en su libro de la premisa, por todos aceptada, de que “la
política debe basarse en realidades”, y de que “la política es el arte de lo
posible”. “Desde tiempos inmemoriales -agrega- los intereses de clase
fueron la piedra angular, tanto de la política exterior como de la interna”.
Respecto a las relaciones de la URSS con América Latina, declaraba con
énfasis que: “no buscamos ningún provecho en América Latina. No
queremos ni sus materias primas ni su mano de obra barata”.Estas
relaciones experimentaron un acercamiento desde el XX Congreso del
PCUS realizado en 1.956, que introdujo cambios en la política de
coexistencia pacífica. Se ha hecho notar que a comienzos de los años 50
las relaciones bilaterales de la URSS con países de América Latina eran
casi inexistentes, mientras que a mitad de los años 80 ese país mantenía
relaciones diplomáticas con 16 Estados de esta región. De 1960 a 1983, el
volumen del comercio exterior de los países del CAME y los de América
Latina se multiplicó por 15 y en las votaciones en los organismos de las
Naciones Unidades, los países socialistas y los latinoamericanos coincidan
en un 75 a 80 % de los casos.
17 - 146
CAPÍTULO III
GEOPOLÍTICA Y ESTRATEGIA
I.- GENERALIDADES.
En los dos primeros capítulos hemos visto los aspectos generales relativos a la
geopolítica, sus antecedentes históricos, su desarrollo como ciencia
contemporánea, las diferentes escuelas, etc. Nos proponemos en este capítulo
señalar la relación directa que guarda la materia con la estrategia, para lo que
empezaremos dando un concepto de ésta.
Además de las definiciones incluidas en el punto G del párrafo IV del capítulo I,
consignamos seguidamente otra: “Es el arte de hacer que fuerza concurra para
alcanzar las metas de la política… un método de pensamiento que permite
clasificar y jerarquizar, para luego escoger los procedimientos más eficaces”; Gral.
André Beaufre (1). “Es la elección de los puntos de aplicación de las fuerzas”;
Lenin (2)
“Es la adaptación de los medios puestos a disposición de un General al logro del
objetivo fijado”; Moltke (3).
Se dice que antes del siglo XVIII la estrategia era privativa de los generales y tenía
un sentido puramente militar. Hasta la Revolución Francesa, las guerras no
involucraban sino a quienes las decidían y a los ejércitos mercenarios,
generalmente. Desde 1793, las campañas napoleónicas, cuyo objeto declarado
era propagar la revolución, tuvieron carácter nacional y fueron preocupación de
todos los ciudadanos. “La guerra nacional, al envolver a la nación entera en la
suerte de los conflictos bélicos, produjo una generalización del concepto de
estrategia”, dice Meira Matos (4), que se extiende a los campos político,
económico, diplomático, etc.
II.- PRINCIPIOS DE LA ESTRATEGIA.
Dada la importancia de esta materia, debemos examinar, aunque someramente,
cuáles son los principios generales de la misma. El Mariscal Foch los resumió en
su célebre trilogía: “Economía de fuerzas, seguridad y libertad de maniobra”. En
palabras de Pierre Célerier, la maniobra estratégica se propone ser el más fuerte
en el momento y en el punto deseado, aún cuando se disponga en conjunto de
fuerzas inferiores.
La aplicación de estos principios se hace en tres etapas: previsión o planificación,
preparación y ejecución de la maniobra estratégica.
A- La Previsión.
Se basa en el conocimiento de los medios efectivos o instrumentos con que
cuentan las partes y de las condiciones planteadas por la situación o
conflicto. Se traduce en la anticipada elaboración de planes de operaciones,
teniendo en cuenta los objetivos que se persigue.
B.- La Preparación.
Consiste en reunir y disponer anticipadamente de los medios, instrumentos y
efectivos necesarios para ejecutar la maniobra estratégica, así como las
18 - 146
medidas de refuerzo, de seguridad y de movilización. Preparar es concentrar
las fuerzas que han de emplearse en el momento indicado, de acuerdo con
los planes elaborados en la etapa de la previsión.
C- La Ejecución.
Comienza con el despliegue, o sea la marcha y la colocación o apronte de las
fuerzas necesarias para la batalla (o para la solución de un conflicto); luego
en las operaciones de conjunto durante y después de la batalla.
D.- Otros Principios Estratégicos
Debido al carácter dialéctico del proceso histórico y de los fenómenos
sociales, “toda acción genera una interacción debida a factores
aparentemente opuestos que no siempre obran en sentido contrario y con
igual intensidad”. Por otra parte “en estrategia, no siempre el camino más
corto es el más directo hacia el objetivo. Y no siempre las mismas estrategias
producen los mismos efectos, aunque ya es sabido que nunca pueden ser
iguales”. De esto se deduce también que “Las consecuencias de un acto
estratégico son previsibles en medida limitada, pues al estar en juego dos o
más voluntades opuestas, las combinaciones posibles obligan a afrontar las
circunstancias con extrema flexibilidad”. (5)
De los principios antes mencionados, fluye que toda estrategia requiere del
cumplimiento de dos condiciones indispensables: la primera es la
observación objetiva de la geografía (o del escenario político, internacional,
comercia, industria, etc.) para comprender mejor las relaciones espaciales
entre los Estados o personas y sus influencias; la segunda es mantener una
actitud alerta, dinámica y pragmática, que nos mantenga al corriente de la
evolución de las operaciones en el teatro en que se desarrollan a fin de
adoptar constantemente los planes y emplear los medios según las
circunstancias. La primera condición tiene que ver con la reflexión estratégica
o previsión, y la segunda con la preparación y con la ejecución.
III.- CARACTERÍSTICAS DE LA ESTRATEGIA.
A.- Campo de Acción.
La estrategia no solo se aplica en el orden castrense, sino en todas las
actividades humanas donde haya que planificar, preparar y ejecutar algo,
como ocurre con la administración en general (6); o donde exista un conflicto,
contraposición de voluntades o intereses encontrados. Por esta razón puede
hablarse de estrategia militar, economía, comercial, industrial, política,
deportiva, educacional, etc.
De una estrategia general a la que corresponden los principios anteriormente
señalados, se pasa a las estrategias especiales o específicas para cada
ciencia y/o actividad. Esta amplitud de la estrategia hizo que el almirante
Castex la comparara con el espectro solar: “Tiene un infrarrojo que es el
dominio de la política y un ultra-violeta que es el de la táctica… estrategia
más allá y más acá del combate, arte supremo de los jefes de cierta
elevación jerárquica”. (7)
19 - 146
B.- Realismo.
Como la política, la geopolítica y las relaciones internacionales, la estrategia
debe ser realista, objetiva y pragmática; es decir que debe basarse en la
compulsa verdadera de protagonistas, situaciones, medios y circunstancias,
porque de otra manera fallará por la base.
C.- Futuro.
Es una ciencia que se inscribe principalmente en el campo de la futurología,
porque mira hacia delante, y raramente hacia atrás. Como dice Rattembach:
“La estrategia moderna aprovecha muy relativamente las experiencias
pasadas y las vivencias históricas, desde el momento que debe afrontar
circunstancias rápidamente cambiantes e inéditas”.
IV.- ESTRATEGIA Y TÁCTICA.
Se ha definido la táctica como “esa parte del arte de la guerra determinada
principalmente por factores locales, que comprende la teoría y práctica de las
batallas, la cooperación entre unidades, el uso de diversas armas en el campo de
batalla, la disposición de las tropas y la ejecución de sus movimientos”. (8) Para
Rattembach es “el empleo adecuado de los medios técnicos disponibles (usados
singular o combinadamente) dentro del espacio y del tiempo asignados para el
logro de un objetivo”. Este autor aclara que la táctica es eminentemente aplicativa
o coyuntural, es decir, un auxiliar valioso de la estrategia a la cual va unida
inseparablemente, porque ésta determina el momento y forma de aplicación de
aquélla. La estrategia crea las condiciones favorables y necesarias para que la
táctica se efectiva. El táctico debe tener “sentido de la situación, rapidez para
apreciarla, sangre fría, solidez, astucia, todas las disposiciones particularmente
operativas”. (9)
La táctica corresponde, pues, al nivel de ejecución de la estrategia, a que hemos
aludido en el punto relativo a los principios de esta última. Por consiguiente, ambas
disciplinas son inseparables, ya que no puede haber estrategia sin táctica y a la
inversa.
21 - 146
nacional a través de objetivos concurrentes que deben ser conquistados
principalmente en tiempo de paz por el desarrollo económico y social (poder
interno) y por la diplomacia y la estrategia (poder externo). Es natural, entonces,
que geopolítica y estrategia marchen unidas en la guerra como en la paz, sobre
todo si el mundo vive un estado que provoca cambios geopolíticos globales y
regionales en función a los cuales debe evolucionar necesariamente la estrategia.
Como lo observa Célerier: …”sean cuales fueren las dimensiones de un conflicto,
la estrategia debe proyectarse en un cuadro muy amplio, siempre más extenso
que la parte del globo a la que concierne directamente, y en cuanto el conflicto
cobre importancia conviene colocarlo en una estrategia de escala planetaria que,
más que cualquier otra cosa, debe sustentarse sobre vistas geopolíticas del
mundo”.
VII.- INTELIGENCIA ESTRATÉGICA.
Es la disciplina cuyo objeto es acopiar información reservada sobre los Estados
susceptibles de influir en la política exterior y en la defensa del propio Estado
Nacional. Por este motivo, la información estratégica abarca todos los campos de
la vida civil y militar y demanda el trabajo de especialistas muy diversos, como
militares, geógrafos, economistas, sociólogos, políticos, cuyas investigaciones
deben ser debidamente combinadas para obtener un panorama estratégico
general. La información estratégica es utilizada por la inteligencia, que la analiza,
valora, crítica, integra e interpreta. “Sin desconocer la estrecha relación que existe
entre los aspectos externos e internos de la política de una nación -dice José
Alberto Vidal Díaz- estimamos sin embargo que las organizaciones de inteligencia
estratégica se deben ocupar exclusivamente de los primeros bajo riesgo de
comprometer su eficacia y sin posición al tener que incursionar en la política
interna.
La inteligencia estratégica trabaja para orientar la política exterior del país en todos
sus aspectos y proveer a la Seguridad Nacional. En caso de guerra, proporciona
aquellas informaciones, también referidas a todos los aspectos que permitan
obtener mayores resultados en el menor tiempo y con el menor desgaste”.
El mismo autor define la inteligencia estratégica como “el conocimiento de
aquellas áreas que son o pueden ser de interés para la determinación de la propia
política exterior y la preparación de la Defensa Nacional. Debe proporcionar al
conductor estratégico un cuadro completo sobre la capacidad de las naciones
objeto de estudio, facilitando con ello puedan deducirse los posibles cursos de
acción de las mismas y formular una apreciación sobre bases firmes, sobre sus
probables intenciones. Luego resume las tareas de la inteligencia estratégica así:
A.- Capacidad estratégica del país de estudio, efectuado en forma breve y clara.
Los fundamentos deben ser contenidos en trabajo aparte, a objeto de facilitar
su consideración si resultara necesario.
B.- Enunciación de informaciones fundamentales que no se han obtenido.
CAPÍTULO IV
GEOPOLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES
22 - 146
I.- CONCEPTOS.
Comenzaremos por aclarar algunos conceptos relativos a la actuación de los
Estados en las relaciones internaciones, que comúnmente se toman como
sinónimos, pero que no lo son.
A.- Política Exterior:
Es la acción que desarrolla cada Estado en el campo internacional, frente a
uno, a varios o todos los demás Estados, así como con referencia a los
organismos internacionales y demás actores internacionales. Política exterior
es, según James Rosenau, “el esfuerzo de una sociedad nacional de
controlar su medio externo para la preservación de situaciones favorables y la
modificación de las situaciones desfavorables”. Hartmann, desdobla la
política exterior en tres fases: concepción (estimación estratégica de las
metas deseables y factibles); contenido (resultado de la concepción); y
ejecución (coordinación de medios y recursos). Estos pensamientos
concuerdan con el esquema que, según Snyder, Bruck y Sapin, deben seguir
quienes formulan una política exterior: 1) el marco organizativo institucional
donde actúan; 2) el marco interno del Estado mismo; 3) el marco externo del
Estado mismo; y 4) la situación, problema o suceso que se trata de decidir.
Estos autores fueron los primeros en aplicar conceptos de toma de
decisiones en el campo de las relaciones internacionales, en una monografía
que publicaron en 1953 y más tarde, en 1962, en un libro.
B.- Política Internacional:
Es el conjunto de relaciones de los Estados en la interacción de unos y otros,
de suerte que la política exterior es una parte de aquélla, porque el estudio
de ésta supone un análisis micro político, mientras que la política
internacional se relaciona con la macro política. La micro política es, pues, la
política exterior de cada Estado y las decisiones que se toman en el interior
de cada Estado y que repercuten en su política exterior. La macro política es
el análisis de las fuerzas externas que actúan sobre el Estado y que no sólo
provienen de otros Estados, sino también del contexto universal. La macro
política, así, comprende el trabajo de políticos, juristas, cientistas sociales,
demógrafos, agrónomos ecologistas, hombres de negocios, biólogos y físicos
que contribuyen a la comprensión de un mundo tan pequeño y vulnerable
que para subsistir debe consultar las necesidades globales y actuar sobre
ellas con la misma decisión como se hace con relación a las necesidades
nacionales.
Los objetivos de la política exterior son más o menos permanentes, “con una
tradición en materia de comportamiento internacional del Estado”, dice Luis
Dallanegra, quien observa que, “por el contrario, la política internacional de
un Estado es la respuesta... ante una situación determinada y al solo efecto
de esa situación adhoc”. Sin embargo, el mismo autor anota que el
comportamiento de algunos Estados es de política internacional y no de
política exterior, porque ésta se reduce a la necesidad de supervivencia, a
resolver problemas.
23 - 146
Según Horacio Baldomir, son actores en política internacional los Estados
soberanos sujetos de derecho internacional. “y todo poder que esté en
condiciones de ejercer directamente influencia sobre el curso de las
relaciones internacionales, ya sea expresando la solidaridad de grupos de
intereses privados, aunque no estén reconocidos como sujetos del derecho
internacional”. Algunos autores distinguen entre sujetos y actores de la política
internacional; los primeros tiene personalidad jurídica (Estados), mientras que
¡os segundos pueden o no tenerla, yabarcan una diversidad mayor como son
las organizaciones no gubernamentales, partidos políticos,asociaciones
profesionales, órganos comunitarios, etc. La teoría prevaleciente ahora
considera que los Estados son los actores principales, pero que hay otros
secundarios. Como los mencionados, ya que “desde el individuo hasta la
sociedad global.... (son) actores reales o potenciales”.
Según Manfred Wilhelmv, “son actores internacionales las entidades capaces
de modificar en algún grado el funcionamiento del sistema internacional
mediante ¡a participación en los procesos del mismo: planteando demandas,
combinando sus recursos con otros actores, en general promoviendo sus
intereses mediante el desarrollo de relaciones recíprocas”. Johami Galtung.
citado por Dallanegra, clasifica a los actores internacionales en IGOS. INGOS
y BINGOS. Los primeros son las organizaciones internacionales
gubernamentales (ONU. OEA, Etc.), los segundos son las organizaciones
internacionales no gubernamentales, de las que hay varios centenares
Amnistía Internacional, Freedom House: Asociaciones pro Derechos
Humanos, Etc.); los terceros son las organizaciones internacionales no
gubernamentales de negocios o empresas transnacionales.
II.- RELACIONES INTERNACIONALES.
Aclarados los conceptos precedentes, resulta que política internacional y
relaciones internacionales son términos equivalentes, según hemos definido a
estas últimas en el capítulo I.
Las relaciones internacionales son tan complejas que su estudio puede hacerse
desde diversas perspectivas, Celso Lafer ha agrupado seis categorías de
perspectivas que son las siguientes: la primera corresponde a los llamados
sistemas internacionales que según Marcel Merle son “conjuntos de relaciones
entre actores situados en un medio específico y sometidos a un modo de
regulación”.Para Dellanegra, el sistema internacional es “el conjunto de patrones
de interacción entre los actores, quienes establecen relaciones de poder,
conflictivas o no, según la compatibilidad de intereses, para alcanzar sus
objetivos”. Karl Deutsch, dice que un sistema internacional posee “un grado
significativo de interdependencia entre sus componentes”, entendiéndose por
interdependencia la probabilidad de que un cambio sufrido por uno de esos
componentes genere un cambio predecible en el otro. Holst, define este sistema
como “una colección de entidades políticas independientes (...)que interaccionan
con considerable frecuencia y de acuerdo con procesos regularizados”. Raymond
Aron, por su parte, opina que es “el conjunto constituido por las unidades políticas
que entretienen unas con otras relaciones regulares y que son todas susceptibles
de ser implicadas en una guerra general”. Un sistema homogéneo, según el mismo
24 - 146
autor, está formado por Estados que obedecen a igual concepción de la política y
valores, siendo heterogéneo el sistema contrario.
El concepto de sistema internacional fue empleado por primera vez por Morton A.
Kaplan en 1.957, en su libro “Sistema y proceso en política internacional”, en el
que menciona seis tipos de sistemas: el de equilibrio de poder, el bipolar laxo, el
bipolar tenso (o estricto), el universal, el jerárquico y el de unidades con derecho a
veto. El primero es el más antiguo en el ámbito de las relaciones internacionales,
sobre cuyo significado se ha especulado mucho, asignándosele múltiples sentidos,
como estos:
Cualquier distribución de poder.
Un equilibrio o proceso de equilibrio.
Hegemonía o busca de hegemonía.
Estabilidad y paz en un concierto de poder.
Inestabilidad y guerra.
Política de poder en general.
Una ley universal de la historia.
Un sistema y guía para políticos.
El equilibrio de poder -dice otro autor-”puede significar casi todo, y se usa no
solamente en sentidos diferentes por personas diferentes, o en sentidos diferentes
por las mismas personas en tiempos diferentes, sino en sentidos diferentes por la
misma persona en el mismo tiempo”.
El equilibrio de poder es una política por la cual un Estado o grupo de Estados
tratan de igualar el poder de otro u otros con fines defensivos. Un equilibrio de
poder se busca incrementando su propia fuerza mediante el armamentismo y/o la
adquisición de nuevos territorios, o mediante alianza con otros. Esta expresión se
empleó para designarla situación reinante entre l.815 y 1.914, o sea desde la caída
de Napoleón 1 hasta la 1 Guerra Mundial. Correspondió a Inglaterra jugar el papel
de “equilibrador o “árbitro del equilibrio” en ese período, debido a su supremacía
naval y a su insularidad, que la ponían entonces a cubierto de cualquier invasión.
Antes del siglo XX el mundo se descomponía en varios sistemas de equilibrios de
poderes separados e independientes, como los de Europa, Estados Unidos, China
e India. La I y II Guerra Mundiales se libraron entre dos bloques que trataban de
erigirse en árbitros del equilibrio de poder; pero la II Guerra Mundial concluyó en
un mundo bipolar que engendró la guerra fría, de la que se hablará en la segunda
parte de este libro.
Una segunda categoría en el estudio de las relaciones internacionales se
concentra en la política exterior de un Estado cuya actuación lo tipifica como
protagonista en ese campo. (EE.UU., URSS.) En este caso los estudios pueden
abarcar desde los acontecimientos históricos hasta la perspectiva estratégica,
pasando por la coyuntura actual. El Medio Oriente es, por ejemplo, un foco de
conflictos reales y potenciales desde hace varios lustros, y en este sentido tienen
relevancia Israel, los Estados Árabes y la OLP. Debe tenerse en cuenta que los
objetivos de una política exterior se establecen en función del interés nacional.
El interés nacional supone un conjunto de valores como el bienestar y seguridad
de la sociedad, mejoramiento de su nivel de vida, integridad territorial. Para
25 - 146
proteger lo que consideran su interés nacional algunos Estados se limitan a
preservar su statu-quo otros tratan de aumentar su territorio o esfera de influencia;
otros, neutralizando las amenazas o riesgos procedentes del exterior; otros en fin,
tratando de dominar a los más débiles. Como la política internacional es un medio
para conciliar los intereses en juego en la comunidad de Estados, los intereses
nacionales se definen según una escala de valores o jerarquías en la cúspide de la
cual se colocan los llamados intereses vitales que, cuando son amenazados,
pueden provocar el uso de la fuerza.
Una tercera categoría es la relación entre las políticas internas y externas de los
Estados. Esta línea puede asimismo incluir estudios de la más diversa índole,
como la influencia de los partidos políticos, de los grupos de presión, de las
Fuerzas Armadas, de las organizaciones laborales, profesionales y estudiantiles en
las políticas interna y externa de uno o más países; ¡a acción de corrientes
regionales o subregionales como el panamericanismo, el pan-germanismo, el pan-
eslavismo, el ibero-americanismo, etc.
Una cuarta perspectiva es la influencia ejercida por la integración regional y
subregional (ALADI, SELA, GRUPO ANDINO, MERCOSUR, CEE., etc.) La
integración económica, como es sabido, es una corriente moderna impuesta por el
tamaño de los mercados y las economías de escala, que, sin embargo, tiene
antecedentes en la antigüedad (las anfictionías griegas) y en la Edad Media (las
ciudades Hanseáticas).
Una quinta categoría es el pensamiento estratégico militar, que investiga los
medios necesarios para mantener la paz o para ganar la guerra en determinada
circunstancias. Esta categoría de estudios tiene mucho que ver con el uso de la
fuerza en las relaciones internacionales y con la reflexión acerca de si las armas
nucleares han transformado esa eventualidad (del uso de la fuerza) en un
mecanismo de disuasión más bien que de intervención militar.
La sexta categoría enfoca los problemas conducentes al establecimiento de la paz
en un mundo plagado. desde antiguo, por la proliferación de conflictos armados
universales, regionales y locales, y que. sin embargo, no ha abandonado la
esperanza de eliminar las guerras, aunque esto parezca una utopía para muchos.
Es cierto que el estudio de las relaciones internacionales puede abarcar otros
aspectos o incluidos en las seis perspectivas mencionadas. Lo evidente es que,
desde cualquier ángulo o conjunto de perspectivas que se los haga, esos estudios
abarcan varias disciplinas, como la historia, la economía, el derecho, la ciencia
política, la sociología, etc.
III.- TEORÍAS SOBRE RELACIONES INTERNACIONALES.
Hans J. Morgenthau, ha explicado lúcidamente las teorías principales que se
enfrentan en el campo de las relaciones internacionales “La historia del
pensamiento político moderno -dice-es la historia de la confrontación entre dos
escuelas que en lo sustancial difieren en sus concepciones sobre la naturaleza del
hombre, de la sociedad y de la política”. Unos como GROCIO. considerado el
padre del Derecho Internacional, son partidarios de un orden político racional,
moral e idealista, basado en principios abstractos como la buena fe, la bondad
original, la conciliación de intereses, cuya aplicación no se concreta por falta de
comprensión. de educación y por la acción de grupos e individuos aislados,
26 - 146
perversos y ambiciosos. La otra escuela, denominada realista, sostiene que el
mundo, imperfecto como es objetivamente hablando, es el resultado de impulsos
inherentes a la naturaleza humana.Morgenthau, es partidario de esta corriente
porque piensa que toda teoría debe ser empírico-pragmática antes que apriorística
y abstracta.
El autor destaca seguidamente seis principios en los que se asienta la doctrina del
realismo político:
A.- Parte de la premisa de que la política, como toda la sociedad, obedece a
leyes objetivas, la naturaleza del hombre no ha variado -nos lo recuerda-
desde que las filosofías clásicas de China, India y Grecia expusieron estas
leyes, a través del pensamiento de Tucidides, Kautilya, Maquiavelo y otros.
B.- El elemento principal del realismo político en las relaciones internacionales es
el interés traducido en términos de poder. La historia evidencia que los
estadistas piensan y actúan movidos por el interés que se apoya en el poder.
Bismarck, Washington, Churchill y Stalin anduvieron el mismo camino, en
distintas épocas, con el designio de utilizar el poder que investían o
detentaban en interés de sus Estados, y en su propio interés, desde luego.
Ellos nos enseñaron que en política internacional lo que cuenta es el poder; lo
demás, las leyes, la moral, son simples reglas de juego impuestas por los
poderosos de todos los tiempos, como dirían Karl Marx y Max Weber.
A propósito, Richard W. Sterling, nos recuerda que la fuerza ha sido llamada
a menudo la última ratio en la vida política. Cuando todas las otras formas de
poder no consiguen persuadir, se puede entonces acudir a las armas de la
coerción, dice: “Las palabras que Tucidides pone en boca de los atenienses
en su ultimátum a Melos resuenan en la historia: “El fuerte hace lo que puede
y el débil sufre lo que debe”. Versiones modernas de esta vieja proposición
incluyen el dicho de Napoleón de que Dios está del lado de los batallones
más grandes y la pregunta retórica de Stalin sobre cuántas divisiones tenía el
PAPA.“
El realismo político, explica Morgenthau, no menosprecia los ideales políticos
ni los valores morales; pero hace una clara diferencia entre lo deseable y lo
posible. No todas las políticas exteriores han seguido un curso tan racional,
objetivo y no emocional, agrega; entran en juego en su trama los prejuicios,
preferencias y debilidades de la personalidad.
C.- Este concepto llave del interés apoyado en el poder no es inmutable, pese a
su validez universal, pues intervienen, como en todo, las circunstancias de
tiempo y lugar. El interés determinante de las acciones políticas en un período
particular de la historia depende del contexto político y cultural dentro del que
se formula la política exterior.
D.- El realismo político no desconoce el significado moral de la acción política, y
tampoco olvida la tensión inevitable entre los principios morales y las
exigencias de la realidad. Pero mientras el individuo, como tal, puede
proclamar “fiat justitia, pereat mundus” (hágase justicia aunque el mundo
perezca), el Estado no puede decir otro tanto en nombre de la sociedad que
le cumple defender. Por otra parte, “no puede existir moralidad política sin
27 - 146
prudencia, esto es, sin consideración de las consecuencias políticas de una
acción aparentemente moral”, advierte Morgenthau, y cita a Lincoln en su
apoyo, quién en cierta ocasión respondió a sus críticos diciendo: “Hago las
cosas como mejor sé hacerlas, como mejor puedo, y así continuaré haciéndo-
las hasta el fin. Si el fin me justifica, todo lo que se ha dicho en mi contra
carecerá de importancia. Si el fin me demuestra que estaba equivocado, ni
diez ángeles jurando que actué correctamente me salvarán”.
E.- El realismo político no reconoce identidad entre las aspiraciones morales de
una nación en particular y los preceptos morales que gobiernan el universo.
Todas las naciones se inclinan -dice- a encubrir sus propios actos y
aspiraciones con los principios morales universales.
F.- Morgenthau, concluye comprobando que la diferencia entre el realismo
político y otras escuelas es de fondo. De la misma manera que el abogado, el
economista y el moralista aplican sus propios criterios (el abogado conforma
sus actos a la ley; el economista actúa en términos de interés o beneficio y el
moralista se adapta a sus principios morales), el realista político se pregunta
cómo afecta determinada conducta suya al poder de su nación.
“Esta posición de los realistas, sus predecesores y continuadores - dice
Tomasini - ha dominado la visión de las relaciones internacionales en el
mundo moderno, desde la paz de Westfalia hasta la declinación de Reagan.
Todos los intentos por presentar una imagen de la política internacional como
un proceso más cooperativo, racional, regulado y predecible, han ocupado un
lugar más o menos marginal en el análisis, desde la propuesta de Grocio en
su tratado “De Jure Belli Ac. Pacis”, publicado durante la Guerra de los
Treinta Años, hasta la Paz Perpetua de Kant en 1.795...”
Karl Deutsch, por su parte, considera que hay dos ingredientes principales en
la concepción de una política exterior: primero la manutención de la
independencia y seguridad del Estado, y luego la promoción y protección de
sus intereses económicos, sobre todo los de sus grupos más influyentes.
Profundamente ligados a dichos intereses están la preocupación de
contrarrestar toda penetración y manipulación de países e ideologías.
Además, íntimamente relacionadas con la seguridad nacional y con los
intereses económicos y militares (incluso los clandestinos) de las grandes
potencias, están sus consignas políticas de ayuda económica a naciones
extranjeras sometidas a su influencia, así como sus directivas para difundir su
propia propaganda nacional e ideológica en países extranjeros, y su apoyo a
misiones de intercambio cultural y científico que favorecen aquel objetivo.
Alrededor de las actividades mencionadas en el párrafo que precede se
desarrollan otras concomitantes o auxiliares que generan la formación de
aparatos y organismos burocráticos, formales e informales, de interés público
y privado; de suerte que la “seguridad nacional” consume ingentes recursos,
principalmente en las súper-potencias y en sus aliados. Esto conduce-dice
Deutsch- a una especie de “Ley de Parkinson” de la seguridad nacional: el
sentimiento de inseguridad de una nación aumenta en razón directa de su
poderío, y de este modo las grandes potencias se sienten obligadas a dedicar
cada vez mayores recursos y esfuerzos a su desempeño en el campo de las
relaciones internacionales.
28 - 146
Stanley Hoffmann, tiene una visión parecida a la de Deutsch cuando afirma
que: La teoría tradicional de las relaciones internacionales que los profesores
han enseñado a sus estudiantes, y que los estadistas han puesto en práctica,
trata la política internacional como si fuera un juego exclusivamente
estratégico y diplomático entre los Estados como el que se jugaba en los
tiempos de Tucídides o en el Siglo XVIII. Pero la realidad fundamental del
período posterior a 1.945 es que los Estados interactúan en dos arenas
diferentes. La primera es la arena estratégica y diplomática tradicional, en
donde no existe un amplio consenso internacional, y. en la cual el poder
tiende a ser utilizado en la forma en que siempre lo ha sido, es decir, como
una confrontación en que las ganancias de uno implican necesariamente
pérdidas para otros. La segunda es la arena económica, en que se desarrolla
una gran variedad de juegos -sobre comercio, finanzas, energía, materias
primas, el medio ambiente, (tecnología, narcotráfico, migraciones) y otros
temas- y en que la mayoría de los países, pero no todos ellos al mismo
tiempo, están estrechamente vinculados; en estos ámbitos dichos países son
interdependientes, en el sentido de que incluso los más poderosos y menos
vulnerables están afectados por lo que ocurre en algunos de esos juegos”.
Esta interdependencia ha sido también analizada por Robert O. Keohane y
Joseph Nye en un libro llamado “Poder e interdependencia”, en términos de
“efectos recíprocos en los intercambios”, aunque éstos no sean
necesariamente simétricos. La “interdependencia compleja”, como la llaman,
tiene tres características: a) canales múltiples conectan ¡as sociedades; b) la
agenda internacional presenta temas que no están jerarquizados clara y
sólidamente; c) la fuerza militar no siempre es preponderante. Según los
autores, hay nexos informales entre elites gubernamentales y no
gubernamentales. Resulta así -agregan- que la política exterior no es trabajo
exclusivo de los ministerios de relaciones exteriores, pues diversos agentes
gubernamentales toman contacto por teléfono o fax en diferentes países.En
cuanto a los temas de la agenda internacional, aparecen problemas relativos
a la agricultura, al narcotráfico, al medio ambiente, la deuda externa, la
transferencia de tecnología, que se sobreponen unos a otros, según las
circunstancias, y que interesan a varios grupos. “La fuerza militar no es
empleada por los gobiernos contra otros gobiernos de la región cuando
predomina la interdependencia compleja. Sin embargo, puede ser importante
en esas relaciones de los gobiernos con otros situados fuera de esa región o
en otras cuestiones”, dicen los autores, quienes agregan que la fuerza militar
sigue teniendo peso en las relaciones Norte Sur y entre los países del Tercer
Mundo.
Se concluye de lo anterior que las formas y estrategias de negociación
internacional cambian en “un mundo mucho más complejo y diversificado”. Es
cierto que la “interdependencia compleja” se aplica sobre todo al mundo
desarrollado; pero los problemas del Norte dominan el sistema internacional
contemporáneo y se reflejan, por supuesto, en el Sur.
29 - 146
IV.- POLÍTICA Y MORAL.
El debate entre idealistas y realistas, que es muy antiguo. parte de la relación entre
moral y política. Hasta qué punto debe influir la moral en la política como arte y
ciencia del gobierno, y en la política internacional? Las opiniones varían, desde
antiguo también, entre quienes piensan que ambas son inseparables hasta los que
sostienen que nada tienen que hacer la una con la otra.
La oposición entre idealistas y realistas sugiere esta observación a Paul Seabury:
“Los idealistas toman como un hecho la validez objetiva, la autoridad y supremacía
de normas, leyes y principios universales. En su opinión, los gobiernos que actúan
contra esos preceptos son ilegales e inmorales. Los realistas, que parten de la
primacía del interés nacional, consideran esas normas universales sólo como
vinculantes bajo ciertas condiciones. Especialmente cuando están en juego
intereses vitales, las consideraciones sobre legalidad y moralidad deben dar paso
a prudentes consideraciones sobre la supervivencia nacional y el bienestar
particular”.
En esta línea de pensamiento, el historiador alemán Leopold Von Ranke, otorga
primacía a la política exterior porque los intereses de la seguridad nacional tienen
precedencia sobre los requerimientos domésticos, y la política interna debe
acomodarse a las necesidades externas del Estado. Richard Nixon dice que
ambas políticas (interna y externa) son como hermanas siamesas; no pueden
sobrevivir una sin la otra. Arthür Schlesinger Jr., profesor de la Universidad de
Nueva York. escribe: “La materia prima de los asuntos exteriores es, muchas
veces, moralmente neutra o ambigua. Luego, los principios morales no son
decisivos en la gran mayoría de las transacciones de política exterior. Estas son,
puede decirse, transacciones técnicas”.
Los realistas se basan en la esencia invariable de la naturaleza humana y en la
conducta de las naciones, mientras que los idealistas creen que el cambio apareja
progreso hacia formas de asociación humana más perfectas, racionales y amplias.
Woodrow Wilson, que era un idealista, dijo en su mensaje al Congreso sobre
declaración de la guerra en 1.917: “Estamos al comienzo de una era en la que
debe insistirse que entre las naciones y sus gobiernos debe observarse las
mismas normas de conducta y de responsabilidad que entre los individuos,
ciudadanos de Estados civilizados”. Años más tarde, durante la II G4erra Mundial,
John Foster Dulles, quien fuera secretario de Estado del presidente Eisenhower,
dijo que “los grandes principios que deben gobernar nuestra conducta
internacional son claros. Emergen de la práctica. por la naciones, de las simples
enseñanzas de Cristo”.
No faltan quienes, en esta materia, adoptan una posición pragmática que huye de
los extremos, Seymour Martín Lipset afirma que “lo que se necesita es un
moralismo práctico, un compromiso con la democracia y los derechos que esté
ligado al interés nacional”,Irwing Kristol, escribiendo en “The Wall Street Journal” el
8 de abril de 1981 observaba que “en el mundo real de la política internacional del
poder estamos siempre obligados, con mayor frecuencia de la que nos gustaría, a
negociar nuestros principios.
30 - 146
V.- POLÍTICA DE PODER.
A propósito del realismo en política internacional, hay una expresión
estadounidense, “power politics”, que según Thomas H. Etzold es uno de los
términos más equívocos en el léxico de los asuntos internacionales. No tiene una
expresión equivalente -sostiene- en inglés, alemán, francés ni español. En inglés
estadounidense -agrega- es “política basada primariamente en la coerción, más
que en la ética, sea coerción militar -económica”.
Para Maestre Vives, en español habría que decir “política de poderío” o “política de
potencia”, puesto que, como lo aclara Aron, hay diferencia entre política de la
fuerza y política de poder, ya que éste “es la capacidad de influir o de controlar a
otros”. En ocasiones, pero no siempre, esto puede requerir el uso o la amenaza de
la fuerza. “Power Politics” significa una política basada en la fuerza, o en la
amenaza del uso de la fuerza, para obligar a otros a seguir la conducta que se le
impone en beneficio del que la impone.
Algunos teóricos de la escuela realista -dice Etzold- piensan que los Estados
buscan el poder por el poder, “de suerte que las relaciones internacionales están
dominadas por la lucha y la competencia”. Otros ven en el poder un medio, y no un
fin, para conquistar su seguridad a través de sus intereses nacionales. A los
primeros se les aplica la expresión “power politics”, que es una exacerbación de la
teoría realista, aplicable a los segundos.
31 - 146
CAPÍTULO V
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
Durante los últimos tres siglos aparece el Estado-nación como el actor más importante
en la vida internacional. El estado moderno evolucionó desde el colapso del feudalismo
(fines de la Edad Media) y del sistema dual imperio-papado. Después de desarrollarse
durante los siglos XV y XVI fue legalmente institucionalizado por el tratado de Westfalia
(1.648) que reconoció la independencia de Estados Nacionales seculares del Imperio y
el Papado.
I.- CONCEPTO.
32 - 146
En relación al territorio debemos considerar su tamaño o extensión, su
posición geográfica, su ubicación relativa, su forma, su relieve, clima etc.
La extensión o tamaño es, naturalmente, un factor de primer orden en la
geopolítica de los Estados. A mayor extensión corresponde una mayor
capacidad de desarrollo económico dada la variedad y cantidad de recursos
naturales que suele encerrar un gran espacio geográfico, la cantidad de
población que puede albergar, y, consecuentemente, la magnitud del mercado
nacional. Las dos superpotencias de la guerra fría cuentan con territorios muy
extensos y lo propio ocurre con Canadá, México, Brasil y Argentina, que son,
después de EE.UU., los Estados más desarrollados del continente
americano. Por supuesto que hay Estados como India y China con inmensos
territorios que están todavía muy atrasados, debido a otras circunstancias
como son el régimen colonial a que estuvo sometida India hasta 1.947 y el
aislamiento multicelular en que vivió China, dominada por regímenes
imperiales a los que convenía mantener estructuras sociales arcaicas y
caducas. Por otra parte, hay países muy desarrollados y con pequeños
territorios como los de Europa Occidental, a los cuales favoreció la coyuntura
histórica de la revolución industrial operada allí en los siglos XIX y XX, así
como el colonialismo que éste engendró y que partió precisamente de
Europa.
Cabe decir que, en general, es correcta la observación de Ratzel sobre que
“cuando dos territorios de desigual magnitud se halla juntos, el mayor de ellos
prepondera sobre el más pequeño, como expresión de poder”. Este es el
caso de EEUU con referencia a México, Brasil con relación a sus vecinos,
China con respecto a Nepal y otros. Esto es natural, si consideramos que, en
palabras del mismo autor “Como todos los seres vivos, también el hombre
expandirse. Cuando más movilidad y capacidad de adaptación posea un
organismo, tanto más lejos se expandirá y tanto más rápidamente desplazará
a los débiles”.
Algunos autores distinguen la posición o situación (geográfica) de su
ubicación relativa (entre qué países, bajo qué influencias geopolíticas). Así,
México, cuyo territorio está situado en el hemisferio noroccidental entre los
paralelos 10 y 30 de latitud Norte, entre el trópico de Cáncer y el Ecuador,
con costas sobre los océanos Atlántico y Pacífico, lo que le confiere una
posición geográfica privilegiada (que se suma a su gran espacio), tiene una
frontera común al norte con EE.UU., con las ventajas e inconvenientes que
supone esa vecindad con la primera potencia mundial y otra frontera al sur
con Centro América, sobre cuyos Estados ejerce innegable influencia
económica y política.
Para Ratzel, la ubicación implica pertenencia o vinculación a determinados
sistemas, continentes, cuencas. Así por ejemplo, los países del Mar
Mediterráneo comparten no solamente una posición geográfica definida, con
sus particularidades de clima, recursos naturales, etc. Y la influencia que
sobre la idiosincrasia de los pueblos ejercen tales elementos, sino una
historia y una cultura común, como es el caso de Grecia, Roma, Italia,
España y otros. En el Atlántico Sur tiene intereses comunes Brasil, Argentina,
Sud África y Namibia.
33 - 146
Ratzel divide la ubicación en inter-relacionada y dispersa. En la primera
categoría distingue la ubicación central (Austria y Suiza en Europa, Bolivia en
Sud América); la ubicación periférica (Grecia en Asia Menor, los vascos en el
Golfo de Vizcaya); la ubicación lineal (los lapones en las montañas
escandinavas); y la ubicación serial (los pueblos de Sudán Central entre los
océanos Atlántico e Índico). La ubicación dispersa es aquella que carece de
coherencia por la separación espacial. Da como ejemplo “las razas dedicadas
al comercio” (judíos, armenios y árabes),
Las ubicaciones central y periférica se condicionan y se complementa, dice,
cuando un pueblo ocupa el interior de un continente o de una isla, cuyos
bordes son ocupados por otros pueblos. Esta ubicación tiene un carácter
totalmente pasivo, agrega, cuando los pueblos involucrados no se encuentran
en avance. “Normalmente, el encierro de un pueblo en una situación central
representa la declinación de su sentimiento nacional, como lo atestigua el
ejemplo actual de Polonia y los escoceses en la antigüedad. A la inversa,
resulta mucho más prometedor cuando un pueblo consigue producir una
brecha en el cinturón que lo rodea o cuando consigue manifestar alguna
fuerza expansiva”. Ratzelse equivoca al citar a Polonia como un ejemplo de
declinación de su sentimiento nacional, pues, al contrario, este pueblo ha
demostrado su cohesión histórica y el arraigo de su cultura pese a las
agresiones y repartijas que su territorio ha sufrido en diversas ocasiones.
Para Couto e Silva la posición no se limita a la situación geográfica del
territorio, sino a su ubicación en el ámbito mundial, en el espacio regional y
en las relaciones inter regionales; a la accesibilidad a las corrientes del tráfico
marítimo y aéreo, así como el grado de dependencia con relación al comercio
exterior; la proximidad o el alejamiento de los principales centros de poder,
teniendo en cuenta la dirección e intensidad de las presiones externas, las
razones de fricción actuales o potenciales. El espacio se relaciona
principalmente con la definición de una geopolítica aplicada al campo interno
-dice Couto- , mientras que la posición interesa, sobre todo, a la geopolítica
orientada hacia el exterior en un sentido positivo de ataque o negativo de
defensa. De esta manera, el mismo autor anota que el ángulo Noreste de
Brasil que penetra en el Atlántico y se aproxima al África , es como un porta-
aviones insumergible para las fuerzas aéreas norteamericanas en un posible
conflicto bélico inter continental, y es también una inmejorable base para
atacar a través de África el flanco sur del bloque socialista.
La ubicación de los territorios en los ámbitos regional y mundial hace que
éstos tengan importancia estratégica, aunque sean muy pequeños, como son
los casos de Panamá, Cuba Centroamérica, Egipto y el Cuerno de África, etc.
Esta calidad estratégica de los pequeños territorios se convirtió en una
mercancía durante la guerra fría, pues se “vendía” a las superpotencias por
grandes sumas de “ayuda” o subvenciones, como ocurrió con Cuba, que
recibía de la URSS más de cinco mil millones de dólares anuales, y con
Egipto e Israel, los mayores beneficiarios de la ayuda norteamericana. Con el
final de la guerra fría, este “negocio” ha disminuido y ya no es ahora
imprescindible tener bases militares en esos territorio, dado que, como lo
observa Alvin Toffler, “a medida que las capacidades logísticas aumentan, a
34 - 146
medida que los radios de acción de aviones y misiles crecen, a medida que
los submarinos proliferan y a medida que las operaciones de transporte aéreo
militar de acelera, es lógico que se produzca un declive de la necesidad de
tener bases militares e instalaciones de reparación y de almacenaje de
suministros en el extranjero”.
Esta comprobación le hace deducir que “mientras EE.UU. es líder del
Atlántico Norte, Brasil está destinado a ser la potencia hegemónica en el
Atlántico Sur”, que es “casi como un lago brasileño”, donde hay que
neutralizar o anular la competencia de Argentina y del África del sur.
El relieve del territorio es otro factor geopolítico que influye sobre el carácter
de los pueblos, sus condiciones de vida, su economía y las condiciones
estratégicas de su conservación. Hay diferencias muy marcadas entre los
montañeses y los habitantes de la llanura, lo que puede apreciarse bien en
Bolivia y en otros Estados del continente. Los montañeses (collas en Bolivia)
son por lo general ásperos, rudos, introvertidos, como el ambiente en que
viven, al paso que los llaneros (cambas en nuestro país) son expansivos,
cordiales, alegres. El geopolítico alemán R. Henning (citado por Vicens Vives)
dice al respecto que los “montañeses tienden al particularismo y al
microestatismo y se oponen enérgicamente a los intentos de conquista y de
asimilación. Los habitantes de las llanuras anchas y fértiles, por el contrario,
saben adaptar su fisonomía cultural y política a las innovaciones y tienden en
consecuencia al macroestatismo”. Ejemplos de pueblos montañeses los
tenemos en Suiza (Confederación Helvética), formada por pueblos de
diversas culturas (germanos, franceses e italianos) y por cantones con
diferentes costumbres y legislaciones, que configuran micro-estados; en
Grecia, donde las ciudades-estado de la antigüedad eran asimismo micro
estados que mantenían pugnas y antagonismos entre sí; en Chile, el país
más montañoso de nuestro continente, donde Pinochet propone -como se
verá en la segunda parte- que se cree una “conciencia de montaña” entre la
población, como parte de una escuela geopolítica chilena. Brasil es un país
llano, con escasas elevaciones en su territorio, que tiende al macro estatismo,
según hemos visto, y que es ya uno de los gigantes del planeta. Lo mismo
puede decirse de Argentina.
A propósito de esta oposición, Vincens Vives nos recuerda que los estudios
de geografía humana han demostrado “la repulsión recíproca entre los
habitantes de la montaña y del llano…. Fuera de sus dominios respectivos, el
montañés y el llanero se encuentran desplazados, como si estuvieran en el
exilio. Ello no obedece a una previa actitud espiritual (prejuicio), sino a la
fundamental discrepancia en sus géneros de vida”.
Se ha dicho que la montaña ejerce estímulos neo históricos en su población
por las duras condiciones de vida que le impone. Esto ha sido largamente
explicado por Arnold J. Toynbee en el Cap. VII del volumen I del resumen de
su obra “A Study of History”, capítulo denominado “El Desafío del Medio
Ambiente” (The Challenge of the Enviromment), donde consigna muchos
ejemplos históricos que avalan su tesis de que el estímulo hacia la civilización
es positivamente más fuerte en proporción a la dureza del medio ambiente.
Allí analiza las condiciones de vida en los valles inferiores de los dos grandes
35 - 146
ríos de China; el Amarillo y el Yangtsé. Nos dice que hace muchos siglo el
primero de éstos colosos no era navegable en ninguna época, porque en
invierno estaba congelado o cubierto de grandes masas de hielo flotante, y en
primavera el deshielo ocasionaba grandes inundaciones que cambiaban con
frecuencia el curso del río, dejando los viejos canales cubiertos de maleza y
de vegetación. Aún ahora, después de tres o cuatro mil años de esfuerzos por
drenar y canalizar el río, sigue provocando devastadoras inundaciones. El
Yangtse por el contrario, ha sido siempre un río navegable, y aunque suele
desbordarse en raras ocasiones, los efectos de sus inundaciones son mucho
menores que los del río Amarillo. Sin embargo -anota- fue en el valle del
Amarillo que nació y floreció la civilización Tsínica, y no en el Yangtse.
Otro contraste que presenta Toynbee es el de las tierras rocosas y desnudas
donde se desarrolló la cultura helénica en Grecia, frente a las llanuras suaves
del Norte que no albergaron a ninguna civilización. Los griegos llamaron
Beocia a la zona de llanuras ondulantes y fértiles que se dilatan hacia el
Norte, y Toynbee nos recuerda que en el lenguaje de los helénicos beocio
quería decir rústico, torpe, sin imaginación (de allí pasó esta voz al idioma
español, donde, en lenguaje figurado beocio significa torpe, grosero).
En nuestro propio país y en América encontramos que las civilizaciones de
Tiahuanacu, Inca, Azteca, Maya y Chibcha florecieron en zonas montañosas
de lo que ahora son Bolivia, México, Perú, Ecuador, Colombia, Argentina y
Guatemala, donde el clima es templado y frío por estar ubicadas dichas
zonas en las regiones tropicales y sub-tropicales, a diferencia de los llanos
tórridos y húmedos, generalmente malsanos, del oriente boliviano y del
continente.
Desde la antigüedad los pensadores políticos han asignado gran influencia al
climaen el carácter y el desarrollo de los pueblos. Toynbee nos informa sobre
un tratado llamado “Influencia de la atmósfera, del agua y de la situación”,
escrito en Grecia en el siglo V a.c. y preservado entre las obras de la Escuela
de Medicina hipocrática. En dicho texto puede leerse por ejemplo que “los
habitantes de las regiones montañosas, rocosas, con agua abundante y a
gran altitud, donde hay un ancho margen de variaciones climáticas tienden a
ser robustos, con cuerpos físicamente adaptados al esfuerzo y al valor… Los
habitantes de las tierras bajas y calurosas, cubiertas de praderas pantanosas,
que están expuestos más a los vientos cálidos que a los fríos y beben agua
tibia, no tienen cuerpos robustos ni delgados, sino que son rechonchos,
carnosos y de cabellos oscuros…”.
Muchos autores observan que los grandes Estados han surgido y
predominado en las grandes zonas templadas del hemisferio Norte del globo,
Históricamente se observa un desplazamiento, a través de las edades, de los
principales focos de cultura y de hegemonía política “desde las zonas
templadas subtropicales y meridionales, hacia las zonas frías y húmedas del
Norte”. Así, las primeras culturas surgieron en los valles de la Mesopotamia y
del Nilo: declinaron éstas cuando el foco de irradiación se trasladó a la
cuenca del Mediterráneo (Grecia y Roma). A mediados de la Edad Moderna
ese foco se desplazó al Norte y Occidente de Europa, siguiendo siempre un
rumbo nor occidental. Esta comprobación parece apoyar el aserto de que
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“todos los núcleos de civilización y todos los grandes imperios se han hallado
enclavados entre el trópico de cáncer y los 60º de latitud norte”.
La evolución histórica de las culturas y de los centros de poder confirma,
pues, la influencia geopolítica del clima, entendido éste como una
combinación de temperatura, humedad, lluvias, vientos, fenómenos
atmosféricos, etc.
La escuela norteamericana de Geografía Económica dirigida por el profesor
Huntington realizó gráficos especiales llamados climatógrafos, cuyas
coordinadas asocian las temperaturas y las precipitaciones pluviales con los
meses en que se registran unas y otras. Basándose en estadísticas sobre
nacimientos, defunciones, analfabetismo, productividad industrial, transportes
y comunicaciones, alimentación popular, etc.; dicha escuela destaca un
elemento que había sido ignorado en estudios anteriores, o sea el de la
variabilidad diurna o estacional, y sobre todo - nos dice Vicens Vices - el de
los bruscos cambios climatológicos producidos por las tempestades
ciclónicas. Los ciclones son perturbaciones atmosféricas formadas por
depresiones que aparecen en el hemisferio Norte entre los 30 y los 70 grados
de latitud septentrional; ciclones que corren a gran velocidad de Este a Oeste
y ocasionan, junto con los frentes polares, períodos muy inestables y
alternativos de lluvias, temperatura y vientos. En algunos casos estos
fenómenos tienen efectos devastadores, como los vientos monzónicos
acompañados de intensas lluvias que suelen registrarse en el Sudeste de
Asia, y los huracanes de la zona del Caribe, corrientes en los meses de
agosto a octubre.
Según los gráficos y mapas elaborados por la Escuela de Huntington, la zona
atlántica euro-americana al Norte, y la de Australia y Nueva Zelanda al Sur,
parecen ser las que poseen una mayor adecuación climatológica a las
circunstancias de la civilización moderna. En las latitudes medias de ambos
hemisferios las costas ofrecen mejores estímulos que el interior de los
continentes, por las alteraciones de tiempo que ocasiona el contacto entre el
océano y la tierra. Comentando estas investigaciones, Vicens Vives opina que
“parece indudable, al lado de la herencia biológica y de las costumbres
históricas, que parte de la “efervescencia” (inquietud, intranquilidad) del
hombre europeo moderno y de su versión norteamericana, se debe al
estímulo del régimen ciclónico norte-atlántico, acrecentado a partir del siglo
XII de nuestra era”. Más adelante agrega que, aunque “el clima no imprime
una marcha ni a la cultura ni a los pueblos… en el estado actual de la cultura
la supremacía política, técnica y espiritual corresponde a aquellos pueblos
que se hallan situados en zonas de grandes contrastes climatológicos. En
este caso, como en todos -concluye- la oposición y la adversidad naturales
se convierten en formidables acicates de las creaciones humanas”.
En su ensayo “Ubicación y Espacio”, escrito hace cerca de un siglo, Ratzel
consigna observaciones similares a las que estamos comentando cuando
escribe que “el área templada norteamericana va a ser siempre más
poderosa que la correspondiente de Sudamérica pues la primera se extiende
a lo ancho de la zona templada, mientras que la segunda tiende a disminuir
en dirección al Polo Sur. Por lo tanto, Norteamérica posee, en mayor medida,
37 - 146
condiciones más favorables que Sudamérica, como son las proporciones por
una mayor disponibilidad de áreas templadas”. Ilustra su afirmación con
ejemplos de otros países, como las partes septentrionales de Francia, Italia y
España, que son comparativamente más desarrolladas que las respectivas
regiones del Sur. “De los grupos humanos radicados en penínsulas suelen
tener preponderancia los que se encuentran más próximos a la amplia base
contigua al continente”. Esto se confirma en los casos de las penínsulas
itálica e ibérica. El desarrollo industrial y económico se ha concentrado
mayormente en las ciudades del Norte (Turín y Milán) en Italia; Barcelona,
Madrid y Bilbao en España). El sur de Italia es predominantemente agrícola,
como lo es el de España, regiones relativamente pobres si se las compara
con las del Norte y con los otros países del continente.
38 - 146
CAPÍTULO VI
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
ESPACIO Y PODER
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varios siglos, siendo su permanencia y su universalidad el común denominador
que las distingue.
III.- ESPACIO Y ESTRATEGIA.
Es indudable la importancia estratégica de los grandes espacios, como los de
China, Rusia y EEUU. La primera ha mantenido su unidad a lo largo de milenios,
resistiendo innumerables invasiones, por su dilatado territorio. Lo propio puede
decirse de Rusia, que sobrevivió a más de doscientos años de ocupación
mongólica y a dos invasiones devastadoras en 1812 y en 1241. En cuanto a los
EE.UU., no ha sufrido hasta el momento ninguna invasión de sus territorio y menos
una derrota, si tenemos en cuenta que ha tomado parte en las dos guerra
mundiales de este siglo y en otros conflictos menores. En una perspectiva inferior
puede decirse lo mismo de Brasil, poseedor de un enorme espacio.
Los espacios insulares, aunque sean pequeños, son fortalezas a veces
inexpugnables, como ha ocurrido con Inglaterra, que durante siglos se vio envuelta
en guerras con otros Estados y en las dos conflagraciones mundiales, sin ser
invadida una sola vez.
IV.- ESPACIOS ECONÓMICOS Y PODER.
En su obra “Espacios económicos y poder”, André Hillion marca las relaciones
estrechas que hay entre el espacio territorial y el espacio económico,
recordándonos que lo que en economía se llama ahora espacio funcional equivale
al espacio vital de los geopolíticos alemanes. A partir de la distinción que Francois
Perroux hizo entre espacio territorial y espacio funcional, y las consecuencias de
esta dualidad. Hillion observa que históricamente hay que distinguir tres nociones
de espacio:
A.- El espacio homogéneo:Basado sobre circunscripciones territoriales bien
delimitadas, que dependían de una autoridad, de un único poder de decisión
(las civitates de los romanos, los municipios feudales, los principados).
B.- Los espacios polarizados: Que aparecieron con la dispersión de aquéllos,
como consecuencia del progreso técnico y de la multiplicación de los medios
de transporte y de las desigualdades en el progreso social que tradujeron las
desarticulaciones internas acumuladas durante siglos.
C.- El espacio - programa: Que es aquel cuyas partes constituyentes dependen
de una misma decisión, “como las filiales dependen de una misma casa
matriz, esté o no el centro de decisión localizado en el territorio”. La noción
de espacio-programa o espacio-plan nace con la necesidad de “no dejarse
sorprender ni dominar por los acontecimientos”.
Según Boudeville, el espacio homogéneo, corresponde a una economía
agraria; el espacio polarizado se inscribe en el marco de una economía
industrial y comercial, y el espacio-programa corresponde a la prospectiva,
que es la ciencia que trata de alcanzar determinados objetivos lo más
económicamente posible, o, en palabras de Gastón Berger, a quien se
considera el padre de la prospectiva; “Anteayer seguíamos ciegamente lo
que llamamos naturaleza. Ayer nos conformábamos a esta naturaleza con
conciencia y aplicación. Hoy nos corresponde a veces proteger la naturaleza,
41 - 146
a veces orientarla hacia el rumbo que nos parece favorable. En cierta
manera somos responsables de la evolución”.
43 - 146
VI.- DENSIDAD, CONCENTRACIÓN Y DISPERSIÓN DEL PODER
Mackinder observaba en 1904 que, antes de la era de los descubrimientos
realizados en el siglo XV, Europa era un mundo políticamente encerrado por sus
cuatro costados: al Norte lo inmovilizaban los hielos del Océano Ártico; al sudeste
y sur el imperio Otomano le cerraba el paso, lo mismo que los mongoles y otros
pueblos nómadas por el Este; al oeste, el Océano Atlántico era un inmenso
espacio desconocido.
Los portugueses se adelantaron a romper este encierro, puesto que expulsaron a
los árabes de su territorio en el siglo XIII; en 1415 se apoderaron de Ceuta, en el
norte de África, frente al peñón de Gibraltar: llegaron a las islas Madeira en 1.415-
18 y a las Azores en 1.427. Aprovechando de los adelantos técnicos disponibles en
esa época (la carabela, la navegación a vela y la brújula) prosiguieron su marcha
hacia el sur por la costa occidental africana hasta llegar al cabo de las Agujas en
1488, cuatro años antes del primer viaje de Colón. Los descubrimientos de éste y
de los portugueses, así como los viajes de holandeses, franceses e ingleses,
expandieron el poder político de Europa por nuestras tierras de Occidente
(América) y por las viejas de Oriente que no habían dominado, empresa que
culminó en el siglo XIX con el proceso de colonización de África y Asia (India y
China en esta última).
Al revisar esta época de la historia Mackinder agregaba en 1.904 que el planeta se
había agotado para los exploradores y que no quedaban ya regiones vacías de
poder. Si antes de Colón Europa era un sistema político cerrado, en 1904 el
mundo era un sistema político cerrado, porque las ondas expansivas del poder
político no encontraban válvulas de escape y regresaban hacia los lugares de
origen arrasando los lugares más débiles que encontraban a su paso.
Esta expansión del poder hace que el siglo XX se caracterice por su agresividad
que fue capaz de producir dos guerras mundiales en el breve lapso de 25 años.
Estos hechos revelan, según Hugo Gastón Sarno, que el poder ha crecido
sostenidamente desde la época de los grandes descubrimientos, y que “el poder
crece pero el planeta no crece; por lo tanto, aumenta incesantemente la “densidad”
del poder en la superficie terrestre”, fenómeno que explica la aparición de las
grandes potencias y de las “superpotencias” para las cuales “no existe país, ni
región, ni océano, ni órbita donde no mantengan intereses”. Siguiendo una ley
natural, “el poder no solamente tiende a crecer, sino también a concentrarse”.
Para defenderse de esta acumulación de poder los débiles se agrupan y buscan la
integración que resulta asimismo un fenómeno natural (la CEE, la OPEP, los
Países no Alineados, la Liga Árabe, etc.). En otras palabras, la intensificación del
comercio, de las comunicaciones y del transporte a escala mundial, que han
“empequeñecido” el mundo, por una parte, y la expansión y concentración del
poder, por otra, hacen que nadie pueda vivir aislado y que los débiles busquen
asociarse o integrarse para defender sus intereses, ya que el aislamiento es no
sólo imposible, sino peligroso. Hasta ahora no existe una clara delimitación entre el
espacio aéreo y el espacio ultraterrestre. Se ha propuesto que el primero alcance
44 - 146
una altura de 100 a 110 km. sobre el nivel del mar, o que abarque hasta donde
termina la turbopausa, o sea el punto donde el aire carece ya de oxígeno.
La concentración del poder, a su vez - observa Sarno - está acompañada por la
dispersión del mismo en escala reducida, como es el hecho de que diferentes
grupos locales, regionales e internacionales ejercen presión e imponen su voluntad
pacífica o violentamente (empresas transnacionales, terroristas, narcotraficantes,
traficantes de armas, contrabandistas, etc.)
Esta realidad aplastante de la expansión, concentración y dispersión del poder en
un mundo político cerrado ha obligado a buscar una válvula de escape fuera de si,
y la ha encontrado, al parecer, en el espacio ultraterrestre, es decir, más allá de la
zona sobre la cual los Estados ejercen soberanía. Desde que Julio Verne
escribiera su fantasía “De la tierra a la Luna”, el hombre no cesó de investigar la
posibilidad de salir fuera de la atmósfera.
Es larga la lista de científicos que desde el siglo pasado se ocuparon de esta
materia, y el 3 de octubre de 1.942 ha quedado marcado en la historia como el
primer día en que un objeto creado por el hombre (la bomba V-2) salió de la
atmósfera, penetró en el espacio sin aire, a 83 km. de altura y cayó a 185 km. de
distancia de su punto de lanzamiento. Dos años después comenzó el bombardeo
de Londres con este instrumento mortífero. La URSS logró fabricar después el
primer cohete balístico inter continental (ICBM) y el primer satélite, y colocó al
primer hombre en el espacio exterior. En efecto, el 4 de octubre de 1.957 la URSS.
puso el órbita al “Sputnik I”, EEUU hizo lo propio con el “Explorer I” cuatro meses
después, y el 20 de julio de 1.969 el “Apolo XI” colocó dos hombres por primera
vez en la superficie lunar.
Lo grave de estas investigaciones es que, según se afirma, de los 2.800
instrumentos lanzados al espacio exterior hasta mediados de la década última, el
70 % llevaban fines bélicos (agresivos y defensivos) y el 30 % solamente tenían
carácter científico. Es decir que la onda expansiva del poder terrestre se extiende
ahora hacia el espacio exterior, desde el cual pende una gigantesca espada de
Damocles que amenaza destruir la humanidad en cualquier momento.
45 - 146
CAPÍTULO VII
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
47 - 146
Internacional Público recogido en las Cartas de las Naciones Unidas y de la OEA.
y en numerosas declaraciones, no reconoce las conquistas territoriales hechas por
la fuerza de las armas. Este principio apareció escrito formalmente por primera vez
en la Constitución francesa de 1.791, que fue la primera que se dio la república y
la segunda Constitución escrita que se conoce. Allí se decía que “la nación
francesa renuncia a emprender ninguna guerra con miras a hacer conquistas y no
empleará jamás sus fuerzas contra la libertad de ningún pueblo”.
Una de las leyes geopolíticas de Ratzel sostenía gráficamente que la “frontera es
el órgano periférico del Estado y, como tal, es prueba de crecimiento y de fuerza”.
En concordancia con este pensamiento los geopolíticos alemanes y sus
seguidores (nazis, neo-nazis, pangermanistas, etc.) han hablado de fronteras del
pueblo alemán, no del Estado; siendo un ejemplo de esta tesis los mapas
escolares de PUTZGER que incluyen en el “suelo del pueblo alemán (“deutscher
volksboden”) a los Países Bajos, Alsacia, Suiza alemana y Austria. También se ha
mencionado las fronteras culturales, que hacen referencia al “área de la civilización
alemana” (“Deutscher Kulturbode”), de la que forman parte los países bálticos,
Polonia occidental, Checoslovaquia, parte de Hungría y de Rusia del Sud.
Siguiendo esta misma línea se habla de fronteras de presión, que se extienden o
se contraen según el equilibrio más o menos inestable de los Estados, y que se
representan con líneas temporales. Este concepto es el mismo de las fronteras
vivas, desgajado del citado pensamiento ratzeliano.
No cabe duda que los Estados débiles rodeados de varios Estados
comparativamente más fuertes sufren presiones fronterizas que determinan, en
muchos casos desmembraciones territoriales, como le ha ocurrido a Bolivia y a
Polonia. “Es un grave error, en términos de la política mundial, considerar las
fronteras como líneas rígidas e inmutables”, dice Karl Haushofer, quien agrega:
“Las fronteras podrán ser lo que se quiera, menos elementos muertos; son
organismos vivos que se extienden y se contraen del mismo modo que la piel y
otros órganos protectores del cuerpo humano”.
En el capítulo sobre “la teoría de las fronteras vivas en la práctica” Paulo Schilling
informa algo que ya es conocido desde muchas décadas, al decir que “desde los
valles de los ríos Abuná, Xipumanu y Acre (en la Amazonia boliviana) y de los ríos
Purús (en la Amazonia peruana), hasta la provincia argentina de Misiones y el
territorio uruguayo al Norte del río Negro, pasando por la provincia boliviana de
Santa Cruz de la Sierra y por el propio Paraguay, el expansionismo geográfico, el
avance de las “fronteras vivas” es una realidad actual que ya no puede ser negada
por sus protagonistas -el régimen militar brasileño-ni por sus víctimas...”.El mismo
autor cita textualmente la opinión del ex-jefe de la división de Fronteras de Itama -
raty, Texeira Soares, de que”... la frontera hoy no tiene más la concepción lineal de
otros tiempos. Es diferente y dinámica, porque ella avanza o retrocede conforme
las circunstancias. Siendo algo vivo, ella ejerce una presión natural sobre la
frontera económica y demográficamente más débil”.
El brasileño Delgado de Carvalho (citado por Meira Mattos) opina que “la frontera
es la obra de la fuerza política e indica el poder de expansión a que llegó el cuerpo
social que envuelve”, y agrega que “las fronteras políticas presentan un carácter
temporario y pasajero que depende de la política territorial del momento. Por eso
son llamadas por los autores alemanes “fronteras de fuerza...”
48 - 146
Con motivo del golpe militar ocurrido en Brasil en 1.964, a partir del cual se
sucedieron varios gobiernos de facto hasta 1.985, la Escuela Superior de Guerra
de ese país elaboró un conjunto de tesis llamadas “doctrina de la Sorbonne”,
basada en la bipolaridad de las relaciones internacionales en un mundo dominado
por Washington y Moscú y en la inevitabilidad de la III Guerra Mundial. En esta
situación “para mantenerse fiel a su formación occidental y cristiana”, debía el
Brasil alinearse forzosamente con los Estados Unidos, porque, según lo resumían
el presidente Castello Branco y su ministro de Relaciones Exteriores Vasco Leitao
da Cunha, “la preservación de la independencia presupone la aceptación de un
cierto grado de inter-dependencia, ya sea en el campo militar o en el político”.
ltamaraty. por su parte, decía que “las fronteras físicas entre los países americanos
son anticuadas: la hora exige el sacrificio de una parte de la soberanía nacional; la
interdependencia deberá sustituir a la independencia”. En ese momento el
Mariscal Castello Branco hablaba de las fronteras ideológicas, por encima de las
fronteras físicas tradicionales.
En un texto sobre las fronteras jurídicas y políticas en la Cuenca del Plata,
publicado en 1976, Rubén J. de Hoyos dice que los grandes países tienen dos
cIases de fronteras, las jurídicas y las políticas: y que éstas transcienden (rebasan)
a aquéllas configurando el área contigua donde se ejerce gravitación.
Algunos autores (Guglialmelli, entre otros) tienen en cuenta lo que llaman fronteras
interiores y exteriores. Estas corresponden a las fronteras físicas o lineales que
delimitan oficialmente el territorio de los Estados, mientras que aquéllas son la
franja interior contigua a la frontera lineal que sirve de escudo o protección a la
frontera exterior. Esta frontera interior es tanto más amplia (5.10 o 20 kms.), según
pueda el Estado poblar las zonas fronterizas, establecer allí escuelas, colegios,
polos de desarrollo y fortificaciones militares que sirvan como “parachoque” o
contención a las invasiones pacíficas o violentas de las poblaciones de los Estados
vecinos. Cuando no existen estas fronteras interiores, las exteriores están
desguarnecidas, indefensas, a merced de la voracidad extranjera, que no sólo
penetra en el territorio abierto y desocupado, sino que lo depreda (caso de Bolivia).
III.- FRONTERAS Y SOBERANÍA.
La soberanía se define como “el poder que tiene el pueblo de darse sus propias
leyes, de organizarse políticamente y gobernarse por sí mismo” (Rousseau). Para
Esmein, es “la autoridad suprema que no reconoce poder alguno superior o
concurrente en cuanto a las relaciones que regula”. El concepto abarca dos
planos, según dicho autor: la soberanía interior o imperio sobre todo lo que ocurre
en el territorio de un Estado; y la soberanía exterior o independencia con
referencia a otros Estados y a la comunidad jurídica internacional.
Siguiendo este concepto, las fronteras, que delimitan losterritorios de los Estados,
tienen una relación directa con la soberanía en sus dos planos, puesto que definen
la personalidad jurídica de aquellos en Derecho Público interno y en Derecho
Internacional. El imperio del Estado llega (o debe llegar) hasta donde abarcan sus
fronteras, y a partir de éstas desarrolla sus relaciones con otros Estados. Así se
explicaba el concepto clásico de soberanía, y así se lo entiende aún en teoría.
Pero sabido es que desde la II Guerra Mundial las relaciones internacionales, los
transportes, las comunicaciones, la tecnología y el conocimiento han transformado
49 - 146
el mundo en un espacio más reducido e interdependiente en el que son revisados
conceptos como los de soberanía y no intervención.
La flexibilidad de las fronteras de la que han hablado los geopolíticos alemanes y
brasileños, entre otros, se ve confirmada en los hechos por la globalización de la
economía, más evidente ahora con el colapso del comunismo y el eclipse de la
economía centralmente planificada. Esta circunstancia, que no es nueva, ha sido
señalada por numerosos autores, como es el caso de André Hillion, para quien “la
economía moderna se caracteriza, a partir principalmente del siglo XIX, por
concentraciones cada vez más importantes de espacios económicos y financieros,
acompañados de presiones políticas directas o indirectas, que quitan a las
fronteras territoriales y a las soberanías nacionales buena parte de su antigua
importancia. Hoy se puede decir que la fuerza de la soberanía está en proporción
directa al potencial económico”.El mismo autor opina que “parece muy probable
que el progreso de la ciencia y de las técnicas haga más sensible todavía este
proceso en el futuro, y altere más aún la noción que tenemos de la frontera
tradicional y convencional, porque “hoy todos los grandes centros de producción
de energía, de materias primas y de industrias pesada, por una parte, y los
grandes servicios: bancos, seguros, transporte y comunicación, por la otra, tienen
la vocación de actuar espacios que sobrepasan en mucho el cuadro de las
naciones, incluidas las más grandes”.
IV.- LEYES GEOPOLÍTICAS SOBRE FRONTERAS.
En relación a las fronteras se ha expresado algunos pensamientos que, por su
aceptación general, han’ cobrado categoría de leyes, como la llamada Ley de
Puntas de Penetración, según la cual “cuando una punta se forma en una frontera
y penetra en un territorio cualquiera, tiende a ensancharse si su dinamismo es
superior al del medio circundante, o es absorbida por este medio en caso
contrario”.
La penetración pacífica de pobladores brasileños en las fronteras con Bolivia y
otros países que constituye la fase inicial del expansionismo brasileño, es una
demostración palmaria de esta ley geopolítica fronteriza. En relación a esta ley,
Lord Curzon habló en 1.907 sobre las esferas de interés y de influencia (son
prácticamente lo mismo), que aparecen en ciertos lugares fronterizos cuando un
Estado más vigoroso, económica y demográficamente 1 atrae hacia su territorio
zonas del vecino sobre las cuales tiene interés y ejerce una influencia directa o
indirecta.
En el punto II de este capítulo mencionamos la ley ratzeliana según la cual “la
frontera es el órgano periférico del Estado y, como tal es prueba de crecimiento y
de fuerza”. En esta ley se inspiró probablemente Kjellen para escribir su obra “El
Estado como una forma de vida” (1.918). en la cual sostiene que el Estado es un
organismo que nace, crece, se desarrolla y muere, como cualquier ser vivo. En
efecto, si el Estado es un ser viviente, resulta natural que la frontera sea su piel,
que se contrae o se extiende según crece, se desarrolla o declina en su vitalidad.
Del concepto de fronteras vivas, que se opone al de fronteras rígidas o inmutables,
derivaron los alemanes su teoría del “espacio vital”, ya explicada anteriormente.
V.- LAS FRONTERAS COMO ZONA DE COOPERACIÓN Y NO DE
CONFRONTACIÓN.
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El movimiento hacia la integración económica es muy antiguo, pero tiende a
generalizase después de la II Guerra Mundial en la convicción de que para
mantener la paz hay que reforzar los vínculos que acercan a los pueblos en lugar
de aferrarse a los prejuicios que los separan. La integración persigue también
otros beneficios mutuos como son el desarrollo industrial y comercial mediante la
aplicación de los mercados que permite operar sobre la base de las economías de
escala, las cuales, a su vez, disminuyen los costos de producción y los precios de
los productos, satisfaciendo por esta vía las necesidades de un mayor número de
consumidores que en las economías reducidas quedan al margen del mercado.
En muchos procesos industriales, si se duplica el uso de los insumos, la
producción será superior al doble de la anterior, fenómeno que en economía se
llama “rendimientos crecientes a escala” o economías de producción en masa.
Esto tiene lugar cuando intervienen diversos factores como el empleo de fuentes
de energía mecánicas, a vapor, electricidad, motores de combustión interna, etc.,
en lugar de la fuerza humana o animal; asimismo por la división del trabajo y la
especialización y por la incorporación de más avanzadas tecnologías. Pero estas
innovaciones, que al comienzo son muy costosas, sólo pueden incorporarse a la
producción masiva, ya que no se justificarían económicamente en pequeña escala.
La integración económica se realiza a través de las fronteras nacionales, que en
una etapa avanzada del proceso quedan abiertas para fines de la libre circulación
de personas, capitales, bienes y servicios. En tales casos, y para esos efectos, las
fronteras desaparecen, como si no existieran, perdiendo el carácter de
fortificaciones inexpugnables que se les quiso dar en tiempos remotos y en la
época contemporánea (la gran muralla China, la línea Maginot, etc.).
Desde hace algunas décadas se trata de convertir a las fronteras en zonas de
cooperación mediante la ejecución concertada de actividades tan diversas como el
desarrollo económico, social, cultural, comercial, turístico, científico, deportivo, etc.,
en las áreas fronterizas; la reglamentación del tránsito y de las comunicaciones
fronterizas; el control de las emigraciones y de otras actividades ilegales. Para el
efecto se propugna la formación de Comités bi-nacionales, trinacionales o
multinacionales de frontera, si tal es el caso. En la reunión de Presidentes de los
Estados del Grupo Andino celebrada en Machu Pichu, Perú, los días 21 y 22 de
Mayo de 1.990, se recomendó la formación de Comisiones de Vecindad entre los
países miembros.
VI.- ESTADO-TAPÓN.
Suele darse esta apelativo al Estado ubicado entre dos Estados vecinos cuyas
fuerzas se equiparan y que por razones geopolíticas o de intereses contrapuestos
pueden, eventualmente, entrar en conflicto. El Estado-tapón se reputa en tales
casos una especie de frontera militar porque es ajeno (neutral) a las controversias
históricas, latentes o declaradas, de los Estados a los cuales separa, y cuyo
choque directo evita, ya que éstos no pueden agredirse a través del territorio de
aquél, sin violar su soberanía.
Un ejemplo de Estado-tapón era Siam (actualmente Tailandia), cuyas fronteras en
1.904 fueron definidas por un convenio franco-inglés que le colocó entre las
Indochinas francesa y británica. Afganistán, por otra parte, cuyas fronteras
variaban constantemente según los intereses de Ios imperios inglés y ruso, que
51 - 146
tenían posesiones en su vecindad y en el siglo XIX provocaron varios conflictos
armados anglo-afganos, fue demarcado por el tratado anglo-ruso del 31 de Agosto
de 1.907, para cumplir ese papel. En cierto modo se considera a Uruguay un
Estado-tapón entre Brasil y Argentina.
VII.- HINTERLAND Y HEARTLAND.
Estos términos se relacionan directamente con el concepto defrontera, como
veremos en seguida:
Hinterland: Significa originalmente la zona ubicada detrás de un país costero, que
se consideraba parte (complemento) del mismo por razones geográficas o
económicas. El vocablo, que puede traducirse como “tierra de atrás”, es de origen
alemán y se empleó en 1883-85, cuando Alemania alegaba el derecho a ejercer
jurisdicción en los territorios ubicados detrás de los territorios costeros de África
que había ocupado.
La tesis del hinterland reactualizó la teoría de la continuidad y de la contigüidad del
territorio de la unión Norteamericana, expuesta por los secretarios de Estado John
C. Calhoun y Daniel Webster en el siglo pasado, basada en el supuesto de que un
Estado que ocupa un territorio tiene el derecho de preferencia a disponer en el
futuro de los territorios contiguos. Después de 1895, Gran Bretaña, Francia,
Alemania y Portugal reclamaron grandes zonas de África basándose en la teoría
del hinterland. Ni la tesis estadounidense de la contigüidad territorial ni la del
hinterland fueron generalmente aceptadas. La debilidad de ambas consistía en la
falta de ocupación y de control efectivos sobre los territorios reclamados.
En su sentido actual, encontramos acertada la apreciación que hace, Boscovich
sobre que “hinterland es el contorno geoeconómico atraído por un centro, región
polarizada o puerto sobre un litoral marítimo o fluvial. Esta atracción -añade- no es
sólo resultante de la distancia con respecto a otro centro polarizante (menor
distancia), sino fundamentalmente del costo-kilómetro de los distintos medios de
transporte, la disponibilidad y capacidad de carga en ellos, los tipos de productos
para el intercambio y el carácter de perecedero o no de los mismos”.
El vocablo heartland, fue usado por primera vez por Sir Halford Mackinder, cuando
en 1904 pronunció su célebre conferencia sobre “El pivote geográfico de la
historia”, en la cual, como ya sabemos, enunció la tesis de que Eurasia es la isla
mundial, centro del mundo (heartland) o pivote geográfico alrededor del cual gira el
resto del planeta, y cuyo control determinaría el dominio del mundo. Como es
sabido, esta teoría fue adoptada después de la I Guerra Mundial por los alemanes
y luego por los nazis, por lo que Hitler basó su estrategia ofensiva durante la II
Guerra Mundial en la expansión continental, la autarquía (auto-suficiencia
económica nacional) y el espacio vital (lebensraum).
Heartland, se traduce literalmente como corazón o centro de la tierra y equivale a
la zona donde se concentra la mayor población y actividad económica y social, de
suerte que de allí se irradia hacia la periferia el aliento de la nacionalidad. Por lo
general el heartland está ubicado en una región costera, que tiene contacto directo
con otros países, o en una zona de mejor clima, de mayores recursos naturales y
de mejores comunicaciones.
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De esta manera, entiéndase ahora por hinterland el espacio existente entre el
heartland y las fronteras, que proporciona materias primas para satisfacer las
necesidades del Estado y que ofrece una protección mayor o menor al heartland,
porque interpone un territorio más o menos dilatado entre éste los límites
exteriores. A propósito de estos dos conceptos se ha elaborado dos leyes
geopolíticas:
“En todo espacio hay un núcleo de cohesión o Zona- Eje que da unidad al área
que lo rodea en proporciona directa a su fuerza de atracción”.
“La existencia de un núcleo de cohesión( Zona- Eje, heartland) determina el
nacimiento de tres zonas distintas: una zona nuclear o de resistencia, una zona
periférica o de frontera y una zona intermedia o Hinterland, que tiene por misión
tonificar la zona nuclear y servir de conexión entre ella y la zona periférica”
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CAPÍTULO VIII
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
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Paraguay-Paraná, que responden, evidentemente, a la unidad geográfica,
económica y política (Cono Sur), señalada por Ratzel y comentada por Badia
Malagrida.
G.- El mismo Ratzel dice que “las diferencias nacionales en una misma cuenca
hidrográfica se forman no en sentido horizontal, sino vertical, en correlación
con los distintos sectores de su curso, el superior, el medio y el inferior. Los
territorios situados en este último son los más independientes, y el río les
asegura una vida propia…”. Los territorios del curso superior serán los más
aislados y los del curso medio servirán de punto de transición entre el primero
y el último, pero unidos con el sector inferior por la atracción incontestable del
mar”.
Badia Malagrida aplica las observaciones de Ratzel a los casos de Argentina,
Paraguay y Bolivia, que respectivamente ocupan los cursos inferior, medio y
superior de la hidrovía Paraguay-Paraná. “La primera -dice- será la principal
y la más independiente, y las dos restantes estarán en cierto modo sometidas
a su influjo. La más apartada de su centro de atracción será Bolivia, que
logrará en ciertos momentos esquiva la hegemonía argentina, aún cuando no
alcance a evitar los perjuicios económicos y sociales de su aislamiento. Por
último, Paraguay, situado entre ambas y con ambas relacionada, sirviéndoles
de enlace y de comunicación, vivirá no obstante más afectada por la
Argentina que por Bolivia, y estará en condiciones de superioridad, respeto a
ésta, para su progreso económico”.
No cabe duda que son objetivos la observación de Ratzel y el comentario que
le hace Badia Malagrida. Pero ambos olvidan el control que sobre los ríos
pueden ejercer los países del curso superior, que les coloca en ventaja sobre
los de los cursos medio e inferior. Esto ocurre, por ejemplo, con Brasil, en el
ejemplo citado; tanto es así que hubo graves controversias entre Argentina y
Brasil por la construcción de las represas de Itaypú y Corpus en el alto
Paraná, a que nos hemos referido en el punto 2 de estos principios geo
fluviales.
H.- Seguimos con Ratzel: “Si a los distintos sectores del curso del río se
corresponden terrazas de dislocación que den un nivel distinto al territorio, las
diferencias entre aquellos pueblos serán mucho más notorias, llegando a
extremos de verdadera contraposición. Es evidente, conviene Badia
Malagrida, que las diferencias de relieve en el curso de los ríos de la Cuenca
del Plata “contribuirán a contrarrestar la fuerza unitiva de aquellos ríos,
dejando a salvo la natural separación de los dos pueblos del Brasil y del
Plata”.
I.- En cuanto al papel fronterizo de los ríos el mismo Ratzel anota que “desde el
momento en que se forma una vía fluvial propiamente dicha, no puede servir
de límite fronterizo más que con carácter transitorio. El curso del río puede
ser límite político cuando marca la línea de separación entre dos países que,
por las diferencias de relieve o por la diversa composición de su suelo,
ofrecen tipos distintos de nacionalidad. El río que corre al pie de un reborde
montañoso es el caso más típico de la frontera fluvial”. Al aplicar esta
observación a la Cuenca del Plata, Badia Malagrida sostiene que “las
fronteras políticas fluviales de Uruguay, Paraguay, Bolivia y Argentina carecen
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de significación geográfica propiamente dicha. Podrían, a lo sumo, pero
nunca fronteras políticas que suponen una transición en el tipo nacional”.
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de no haberse elaborado cuando el gran océano era todavía una defensa natural
poco menos que infranqueable.
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TORQUEMADA con la inquisición en la edad Media y de FRANCO con la
guerra civil.
A. Principios geo-marítimos.
Seguidamente vamos a consignar algunos principios que subrayan la
importancia del mar, expuestos en diversas obras sobre la materia.
1.- “La aspiración natural de todo Estado es disponer de un acceso propio y
directo al mar”.
Este principio no requiere de mayor comentario, pues su evidencia se
desprende de la fundamental importancia que para la vida humana
tienen los océanos a la cual hemos aludido al comienza de este capítulo.
Esto es tan natural como que el hombre no puede vivir sin aire y sin
agua; por ello es que casi todos los estados poseen una costa propia,
por pequeña que ésta sea. Una minoría de países se hallan encerrados
entre sus vecinos: en Europa, Checoslovaquia, Austria, Luxemburgo,
Suiza y Hungría; en Asia, Afganistán, Nepal, Mongolia y Bhutan; en
África, Zambia, Botswana, República centro africana, Chad, Malí, Níger,
Volta y Rodesia; en América, Bolivia y Paraguay. Este último dispone de
los grandes ríos de la cuenca del Plata para comunicarse con el
Atlántico Sur.
2.- “Todo Estado trata de disponer de varios accesos propios al mar”.
En nuestro continente hay varios ejemplos de esta regla. EE.UU. nace a
la vida independiente de cara al Atlántico, a través del cual se
comunicaban las colonias originarias con su metrópoli, Inglaterra. A
medida que el país se desarrolla y que su población va ocupando su
espacio, se produce la marcha hacia el Oeste como algo natural, como
expresión de su “destino manifiesto”, para salir al Pacífico.
En Sudamérica, el Brasil tiene una costa de 7400 km. sobre el Atlántico,
una de las más extensas que sea dable apreciar en todos los
continentes. Sin embargo, desde la época de la colonia, mediante
tratados de Portugal con España y a través de las “bandeiras”, Brasil
inició su marcha hacia el Oeste rumbo al Pacífico, abriendo caminos de
penetración y anexándose territorios extranjeros.
Los diferendos de límites entre Argentina y Chile arrancaban del
propósito de ambos Estados de mantener o adquirir la calidad de
bioceánicos. Como es sabido, estos diferendos estuvieron a punto de
desencadenar un choque bélico entre los dos países.
3.- “Al dominar dos mares libres, el Estado dominante trta de unir sus
aguas, sometiendo bajo su influencia a los Estados que caen dentro de
este abrazo”.
En otras palabras, “el Estado con costa a dos océanos trata de acortar la
distancia entre ambos”. Al abrir el canal de Panamá a comienzos de
este siglo, además de aplicar el principio geo marítimo transcrito,
consiguió EEUU un conjunto inapreciable de ventajas políticas,
económicas y estratégicas. En primer lugar, provocó la segregación de
59 - 146
Colombia de lo que ahora es el Estado de Panamá, que se convirtió
prácticamente en un dominio del coloso del Norte. En segundo lugar,
acortó enormemente la distancia entre los dos grandes océanos, con las
ventajas comerciales, económicas y políticas que esto supone. Luego,
con ese “abrazo” afirmó su influencia sobre los Estados del Norte,
Centro y Sudamérica y de la Cuenca del Caribe, pues se hizo dueño de
un gran espacio geopolítico que abarca dos océanos, un mar y un
continente. Como si esto fuera poco, acercó las costas de Europa al
Pacífico y las del Atlántico al Asia, lo que le permitió extender su
influencia a todos los mares, adquirir Alaska y las islas Hawai, etc.
En el siglo XIX, Gran Bretaña era la primera potencia mundial que
dominaba prácticamente todos los mares. Para asegurarse una
comunicación más rápida entre la metrópoli y la India (su colonia) a
través del océano Índico y de los mares Mediterráneo y Rojo, hizo abrir
el Canal de Suez en territorio de Egipto, que entonces (1869) estaba
bajo su influencia. El canal de Suez afirmó el dominio de Gran Bretaña
sobre sus colonias de Asia y África y sobre los mares mencionados y le
permitió someter a Egipto como su protectorado desde 1882 hasta 1914.
4.- “Un Estado sin salida al mar es un Estado avasallado o por lo menos
incapaz de jugar un papel importante en la política internacional”.
Al comentar el principio transcrito, Vicens Vives observa que “esta
pretendida ley ha pesado sobre determinados pueblos como una losa de
piedra, creando en sus altas esferas directivas un grave complejo de
inferioridad, propicio a las más erróneas y graves decisiones en materia
de política internacional”. Pone como ejemplo de su aserto a RUSIA,
desde que el ducado moscovita, que era puramente continental, llegó al
mar Blanco a comienzos del siglo XVI, un mar congelado durante nueve
meses del año, que en nada facilitaba las comunicaciones exteriores del
país. En el siglo XVIII, Pedro el Grande obtuvo una salida por el golfo de
Finlandia al mar Báltico, bloqueado éste por el estrecho del Sundt y los
Belt. Más tarde, Catalina II consiguió “la fachada del mar Negro”,
entrabado a su vez por los estrechos turcos. En esta carrera
desesperada hacia el mar, los rusos fundaron en 1860 el puerto de
Vladivostok en el mar del Japón, a cuatro mil millas de Moscú,
congelado asimismo durante cuatro a seis meses del año. El gobierno
de la URSS estaba empeñado en el desarrollo económico, comercial y
naval de lo que los llamaban el “territorio marítimo”, una zona de 64.000
millas cuadradas limitada al Oeste por Manchuria y al este por el mar del
Japón, con una población de solamente dos millones de habitantes,
cuyo puerto principal es Nakhodka, la base naval en Vladivostok y que
es un área fronteriza restringida a los extraños.
Bolivia es otro ejemplo que puede aplicarse a este principio ya que es
indudable que la pérdida de nuestro Litoral nos ha subordinado a Chile y
Perú en cuanto a nuestro comercio exterior y las sucesivas frustraciones
en las negociaciones tendientes a recuperar un puerto en el Pacífico han
creado un cierto complejo en determinadas esferas de opinión.
60 - 146
5.- “Dotados de un acceso al mar por herencia histórica o decisión
diplomática, los núcleos geopolíticos tienden a ampliar sus respectivos
andenes litorales”.
Esta ampliación puede ocurrir partiendo de un punto hacia direcciones
divergentes, o uniendo dos, tres o más salidas distintas en el mismo
litoral.
6.- “El comercio marítimo… no sigue a la bandera, ni la bandera lo sigue a
él, va con la bandera”.
Este pensamiento de Ratzel, contenido en su ensayo “El mar como
fuente de grandeza nacional” es refutado por Dorpalen, quien acude a
ejemplos históricos como la colonización francesa de Canadá y los
casos de noruega, Suecia y Grecia, que siendo (o habiendo sido)
naciones marítimas importantes, no tuvieron jamás ambiciones
expansionistas.
7.- “Solo el mar puede producir verdaderas potencias mundiales”.
Este pensamiento de Ratzel se complementa con el siguiente de Wolf
Siewert: “La influencia de una potencia terrestre termina por regla
general en sus fronteras; pero la influencia de una potencia marítima
puede extenderse a través de todo el mundo”. Sir Walter Raleigh, poeta,
navegante y político inglés del siglo XVI dijo lo mismo en otras palabras:
“Quien domina el mar gobierna el comercio del mundo y, de esa manera,
la riqueza universal y finalmente llega a dominar al mundo mismo”.
Raleigh no hablaba de memoria pues era un hombre en el que se
fundían el pensamiento y la acción: fundó la colonia de Virginia en 1584,
participó en la toma de Cádiz en 1596 y emprendió la colonización de
Guayana. Otro filósofo y político inglés del siglo XVI, Sir Francis Bacon
observó que “el que domina el mar tiene gran libertad de acción y puede
hacer la guerra en la forma que mejor le cuadre”.
La historia confirma plenamente la acepción de los dos pensadores
alemanes y de los dos ingleses, que, por lo demás, no necesita
demostración. Si es cierto que Roma creó el primer imperio
verdaderamente digno de ese nombre, expandiéndose a través del
continente con sus ejércitos de tierra, no hay que olvidar que llegó a las
costas africanas y destruyó a Cártago, a través del mar Mediterráneo.
España, Portugal e Inglaterra fundaron los primeros imperios mundiales
de los tiempos modernos cruzando los mares y dominándolos, lo mismo
que ha hecho en este siglo EEUU cuyas fuerzas navales tienen bases
en todos los continentes.
8.- “Los Estados que, por ser mediterráneos, carecen de costas marítimas,
orientan su política a conseguirlas, o si este objetivo falla, a crear
condiciones favorables para neutralizar tal desventaja. Esta tendencia se
manifiesta con mayor vigor cuando anteriormente han poseído costas”.
Este principio se observa nítidamente en el caso de Bolivia, que, desde
la pérdida del Litoral, no ha cesado de buscar su recuperación en
negociaciones directas con Chile y recurriendo a los organismos
internaciones. Las numerosas frustraciones que hasta la fecha ha
61 - 146
sufrido nuestro país en este propósito no han aminorado su esperanza
en una solución equitativa que vendrá, estamos seguros, por el peso de
la razón y el derecho. Mientras llega ese día, Bolivia ha negociado y
conseguido facilidades portuarias en países vecinos como Perú, Brasil y
Argentina que, sin embargo, no son sustitutos del objetivo principal.
CAPÍTULO IX
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
66 - 146
El 29 de Abril de 1.958 se suscribió en Ginebra, Suiza, varias convenciones
relativas al mar: una sobre el mar territorial y la zona contigua, otra sobre la
alta mar, otra sobre la plataforma continental y sobre pesca y conservación de
recursos vivos de la alta mar. El 17 de diciembre de 1.970 la Asamblea
General de la ONU aprobó la Resolución 2749 declarando que “los fondos
marinos y oceánicos y su subsuelo, fuera de los límites de la jurisdicción
nacional (que en adelante se denominarán “la zona”), así como los recursos
de la zona, son patrimonio común de la humanidad”. Agrega dicha resolución
que la zona no estará sujeta a apropiación por medio alguno por Estados ni
por personas naturales o jurídicas y que ningún Estado Reivindicará, ejercerá
o adquirirá derechos con respecto a la zona o sus recursos, que sean
incompatibles con el régimen internacional que ha de establecerse. La zona
será utilizada con fines pacíficos por todos los Estados, sean ribereños o sin
litoral, sin discriminación.
C.- La Convención del 10 de Diciembre de 1982.
El 10 de diciembre de 1.982 se firmó en Montego Bay, Jamaica, la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, después de
ocho años de negociaciones en el marco del organismo mundial,
negociaciones que se enredaron porque las potencias industrializadas se
oponían a la aprobación de un Derecho del Mar que garantizase el derecho
de todos los Estados, teniendo en mente la apropiación de los cuantiosos
recursos minerales que el océano guarda. En efecto, EE.UU., Gran Bretaña,
Alemania, Francia y sus socios pretendía aprobar legislaciones particulares
en beneficio propio, y así lo hicieron en principio. EE.UU. aprobó su Ley de
Recursos Minerales Duros del Fondo Oceánico en junio de 1.980 y
Alemania Federal lo hizo al siguiente mes. El grupo llamado de “Estados de
igual parecer”, que también incluía a Bélgica, Italia, Japón, Gran Bretaña,
Francia y Holanda, celebraron una reunión “privada” en Washington en
noviembre de 1980 para coordinar sus intereses en la materia. Poco
después los parlamentos del Reino Unido y de Francia recibieron sendos
proyectos de legislación sobre el particular. En Enero de 1.981 los mismos
Estados celebraron una segunda reunión secreta en Bonn, Alemania
Occidental.
La Convención de Jamaica confirma en lo principal las disposiciones de las
Convenciones de Ginebra de 1958 sobre mar territorial (12 millas), zona
contigua (24 millas), zona económica exclusiva (200 millas), plataforma
continental (no más de 200 millas) y alta mar. Con referencia a esta última
dispone en ella la libertad de navegación, de sobre vuelo, de pesca, de
tender cables y tuberías submarinos, de construir islas artificiales y de
investigación científica. La Convención reconoce asimismo el derecho de
acceso al mar y desde el mar de los Estados sin litoral y su libre tránsito.
Reitera que “la zona y sus recursos son patrimonio común de la
humanidad”, que deben ser utilizados por todos los Estados con fines
pacíficos solamente y establece un mecanismo para la solución de las
controversias marítimas entre los Estados.
IV.- EL MAR Y LOS INTERESES ECONÓMICOS DE LAS GRANDES POTENCIAS
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Como se ha adelantado en el párrafo 3, la renuencia de las potencias
industrializadas a negociar y suscribir la Convención de 1982, derivaba de su
propósito de explorar y explotar por su cuenta y, en su exclusivo beneficio, las
incalculables riquezas minerales que encierran los fondos marinos, marginando de
sus proyectos a los países del Tercer Mundo.
Según fuentes de las Naciones Unidas, citadas por el “Centro de Estudios
Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CEESTEM), con sede en México,
existen en las plataformas submarinas reservas probadas de 358 mil millones de
toneladas de manganeso, 43 mil millones de toneladas de aluminio, 14700
millones de toneladas de níquel, 7900 millones de toneladas de cobre, 5200
millones de toneladas de cobalto y 3400 millones de toneladas de molibdeno. Se
informa que en el Océano Pacífico solamente se ha detectado 207 millones de
toneladas de hierro, 10000 millones de toneladas de titanio, 1300 millones de
toneladas de plomo y 800 millones de toneladas de vanadio. Numerosos otros
minerales abundan -se afirma- en los “nódulos polimetálicos” o en yacimientos
consolidados que se encuentra virtualmente en todos los mares del mundo. Hasta
ahora sólo se ha extraído comercialmente del océano el sodio y el cloro, bajo la
forma de cloruro de sodio (sal marina) y el manganeso y el bromo. La explotación
de otros recursos de los fondos marinos, como el carbón en Japón, Canadá y Gran
Bretaña, el azufre, barita y hierro en EE.UU. y el potasio en Gran Bretaña, es hasta
ahora “una extensión en el mar de explotaciones iniciales en tierra”, porque a
grandes profundidades la explotación minera tiene costos prohibitivos, aunque los
avances tecnológicos y los requerimientos estratégicos están impulsando a las
potencias industrializadas a emprender su extracción. Agréguese a lo
anteriormente dicho que la mayoría de los minerales estratégicos están ubicados
en países del Tercer Mundo que, por no recibir precios equitativos de los
consumidores, oponen algunas dificultades a su exportación. (EEUU importó en
1.976 el 98 % del manganeso y del cobalto que necesita, el 71 % del níquel y el 15
% del cobre).
Se ha informado que existen por lo menos seis grandes consorcios
multinacionales interesados en explorar y explotar las riquezas mencionadas;
consorcios que pueden financiar los enormes recursos que la empresa demanda,
por lo que exigen concesiones durante por lo menos 30 años para recuperar las
inversiones, pues de otra manera-arguyen-los bancos se negarán a otorgar
financiamientos y los trabajos “nunca se harán realidad. En esta forma
presionaban a las potencias del Norte a prescindir del marco de una Convención
como la de 1.982 y a los Estados del Sur a “dejar hacer”, porque de lo contrario no
verían nunca ninguna utilidad de esos yacimientos minerales del fondo del mar.
Los consorcios mencionados en el párrafo precedente son estos:
A.- Kennecott Group, fundado en 1974, con empresas de Gran Bretaña, Canadá
y Japón.
B.- Ocean Associates, fundado en 1974, con empresas de EEUU y de Bélgica.
C.- Ocean ManagementInc., fundad en 1975, con empresas de EEUU, Japón,
Canadá y Alemania Federal.
D.- Ocean Minerals Co., fundado en 1977, con empresas de EEUU y de Holanda.
68 - 146
E.- Deep Ocean Mineral Association, fundado en 1974 con 35 compañías de
Japón.
F.- Association Francaise Pour L’etudeet la Recherche de Nodules, fundada en
1974, integrada por cinco grandes compañías de Francia.
V.- LA CONVENCIÓN DE 1982 Y LOS PAÍSES SIN LITORAL.
La convención reconoce a los Estados sin litoral el derecho de acceso al mar y
desde el mar y libertad de tránsito, en su Art. 125, que dispone lo siguientes:
A.- Los Estados sin litoral tendrán el derecho de acceso al mar y desde el mar
para ejercer los derechos que se estipulan en esta Convención, incluidos los
relacionados con la libertad de la alta mar y con el patrimonio común de la
humanidad. Para este fin, los Estados sin litoral gozarán de libertad de
tránsito a través del territorio de los Estados de tránsito por todos los medios
de transporte.
B.- Las condiciones y modalidades para el ejercicio de la libertad de tránsito
serán convenidas entre los Estados sin litoral y los Estados de tránsito
interesados mediante acuerdos bilaterales, subregionales o regionales.
C.- Los Estados de tránsito, en el ejercicio de su plena soberanía sobre su
territorio, tendrán derecho a tomar todas las medidas necesarias para
asegurar que los derechos y facilidades estipulados en esta parte para los
Estados sin litoral, no lesionen en forma alguna sus intereses legítimos.
El derecho reconocido en el párrafo A de este artículo de acceso al mar y desde el
mar… está condicionado y puede ser restringido con la suscripción de un convenio
bilateral con el Estado de tránsito, que puede “tomar todas las medidas
necesarias…” en salvaguaradia de sus intereses legítimos, según rezan los
párrafos B y C. Aquí reside el “vasallaje” a que están sometidos los estados sin
litoral, de que habla el principio enunciado en el Cap. VIII. Bolivia tiene en esto una
amarga experiencia por la forma cómo Chile ha restringido reiteradamente su
derecho al “libre tránsito” reconocido por el Tratado del 20 de octubre de 1.904 y
es previsible que la situación no ha de cambiar, con lo que el “acceso al mar y
desde el mar” y los derechos que conlleva, no pasarán de ser meros enunciados
de la Convención.
Otra desventaja muy seria para los Estados sin litoral, con referencia a los
ribereños, es que éstos se han asegurado una serie de derechos privativos sobre
la Zona Económica Exclusiva de 200 millas y sobre la plataforma continental,
conquistando enormes espacios marítimos, sin recurrir a la violencia. Como lo hizo
notar el comentario de un periódico alemán en 1982, publicado en “Presencia” de
La Paz el 6 de mayo de 1.983, “nunca jamás en la historia se han apropiado
mediante una sola firma tantos Estados territorios aunque no se trate precisamente
de tierra, sino más bien de la superficie y el subsuelo del mar”.
La situación de Bolivia, encerrada entre sus vecinos, sin acceso directo y soberano
al mar y a expensas de la voluntad de aquéllos para transitar hacia el océano, se
subordina todavía más si tenemos en cuenta que no puede usar ni disponer de los
ingentes recursos que el mar encierra en las zonas que, conforme a la Convención
de 1.982, son de provecho exclusivo de los Estados costeros. Lamentablemente,
nuestro país no estuvo representado en la conferencia donde se aprobó la
69 - 146
Convención de 1.982 y no hizo conocer su criterio sobre el particular. Que nosotros
sepamos, tampoco ha habido una declaración posterior de la Cancillería boliviana
en esta materia.
CAPÍTULO X
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
POBLACIÓN Y PODER
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efectivo de sus espacios. En otros casos el exceso de población en territorios
pequeños y relativamente pobres (El Salvador, Bangladesh), causa problemas
muy serios de subsistencia.
Por otra parte, necesario es tener en cuenta que, para que la población sea un
factor positivo de dominio de su espacio, ha de crecer cuantitativa y
cualitativamente, ya que una población numerosa pero analfabeta o semi-
analfabeta, no contribuye en nada al desarrollo de un territorio, sino que por el
contrario constituye un lastre, porque está inmersa en una economía de
subsistencia y no del mercado. Han perdido actualidad, por consiguiente, las
opiniones de algunos demógrafos que asignaban gran valor en sí mismo el
aumento de la población, coincidiendo en esto con algunos pensadores de la Edad
Media como Bodino y Santo Tomas de Aquino, el primero de los cuales decía en
sus “Seis Libro de la República” que "nunca se ha de temer que haya demasiados
individuos, demasiados ciudadanos, puesto que no hay riqueza comparable a los
hombres” y el segundo que, en "El Régimen de los Príncipes” sentenciaba que
"cuanto más poblado está un Estado, más se le juzga potente y glorioso".
El exceso de población en territorios pequeños genera presiones demográficas
que son fuente de innumerables conflictos sociales, de los que se han ocupado los
filósofos políticos desde la antigüedad, como Aristóteles, Platón y Montaigne.
Ulrich Von Hutten escribía en 1.518 que "la guerra es necesaria con el fin de que la
juventud se expatríe y de que la población disminuya"; y Sebastián Franck advertía
en 1.538 que "si la guerra y la muerte no vienen en nuestra ayuda, será menester
abandonar nuestra tierra y deambular de aquí para allá como los bohemios".
Esta preocupación llevó a Thomas Roberto Malthus a publicar en 1.798 su
"Ensayo sobre el Principio de la Población", en el que sostenía que la población
del mundo aumenta en progresión geométrica, mientras que los alimentos lo
hacen en proporción aritmética. Malthus pensaba que cada mujer tenía seis hijos
en promedio, de los que cuatro, a su vez, sé reproducen siguiendo la misma
medida. En esta forma -predecía-, llegaría un día en que la humanidad carecería
de lo indispensable para subsistir.
Se ha relacionado los grandes conflictos sociales y políticos de los siglos XIX y XX
con la explosión demográfica ocurrida en este período. La población de EUROPA
se duplicó de 1.814 a 1.914, y sobrevinieron las revoluciones de 1789, las guerras
napoleónicas, las revoluciones de 1.830.1.848,1.871 y la Gran Guerra de 1.914-
18. Para escritores como Gastón Bouthol. las guerras desempeñan modernamente
el papel de las epidemias en la antigüedad y en la Edad Media, de "relajación
demográfica.
Sin desconocer la carga conflictiva que conlleva una presión demográfica, sobre
todo en los países atrasados, resulta simplista atribuir la génesis de los conflictos
sociales a aquélla solamente. Si así fuera* cómo se explicaría que Estados
superpoblados como China y Holanda sean tradicionalmente muy pacíficos,
mientras que las revoluciones de 1.905 y 1.917 ocurrieron en un Estado con
escasa población, como era entonces Rusia?.
Hemos visto en los capítulos precedentes que los geopolíticos alemanes
atribuyeron importancia especial al dominio del espacio y a la teoría del espacio
vital. Para ellos,ese dominio está asegurado por una población campesina
71 - 146
firmemente arraigada en su territorio, de donde colegían que los países
predominantemente agrícolas eran los primeros, en dominar su espacio, y ponían
como ejemplo a CHINA, que habiendo sufrido largos períodos de dominación
extranjera, sus dominadores no pudieron absorberla, sino que ocurrió lo contrario.
Por lo tanto -decían- una sociedad pierde control sobre su espacio a medida que
se urbaniza y se despoja de su carácter rural.
Con este razonamiento, los geopolíticos alemanes concentraron su atención en la
"reorganización" de Alemania, puesto que la población urbana de ese país crecía
aceleradamente en detrimento de la masa rural. En Octubre de 1933, el gobierno
nazi promulgó la ley de Granjas Hereditarias del Reich, que disponía que todas las
propiedades rurales, hasta cierto tamaño, eran hereditarias, inalienables e
individuales y que el campesino propietario por herencia no podía abandonar su
granja por otro trabajo. La geopolítica y la política agraria -decían- se
complementan.
Si bien es cierto que la población campesina es la más conservadora y se aterra
generalmente a su tierra, en lostiempos que corren se observa un éxodo masivo
de pobladores del campo a la ciudad, en busca de trabajo y de mejores
condiciones de vida, puesto que el sector primario de la economía resulta muy
desatendido en los países atrasados, por falta de recursos, de estímulos y de
técnicas modernas de producción. Por otra parte, las sociedades rurales atrasadas
están reducidas -como se ha dicho- a una economía de subsistencia que no les
permite ocupar efectivamente sus tierras. Además, países altamente
industrializados como EE.UU. con una población campesina inferior al 5% del total,
han dominado su espacio hace tiempo, con el despliegue de tu poderío
económico, político y bélico, mientras que los Estados atrasados, con poblaciones
campesinas que sobrepasan el 50% del total (como es el caso de Bolivia y de
muchos otros países), están lejos de dominar realmente su territorio. La escuela
alemana se equivocó en este enfoque, que no concuerda con las realidades de la
sociedad actual, dominada por el maquinismo y la tecnología que tiende a reducir
la mano de obra campesina y a incrementar la masa de trabajadores urbanos, aun
a costa del desempleo y la sub ocupación.
En resumen podemos decir que, para que la población sea un factor positivo de
ocupación del territorio y éste sea un elemento activo del Estado, es decir un
espacio vivo y no una superficie muerta, se requiere que posea las siguientes
características:
A.- Densidad demográfica suficiente (no excesiva) para dominar
efectivamente el territorio.
B.- Capacidad demográfica, que depende de otras características
interrelacionadas.
C.- Alfabetización y escolaridad óptimas, que eliminen por completo el
analfabetismo.
D.- Instrucción media, superior y técnica que responda a las necesidades del
desarrollo de la sociedad global.
E.- Higiene, salud y previsión social que cubra todos los segmentos de la
población, de suerte que las tasas de morbi-mortalidad se reduzcan en la
72 - 146
mayor medida posible.
F.- Vivienda popular, con los servicios mínimos requeridos.
G.- Fuentes de trabajo que reduzcan la desocupación al mínimo tolerable para la
población económicamente activa.
II.- PODER.
Es el tercer elemento del Estado, que se ejerce internamente como imperio y
externamente como soberanía. El poder ha sido definido como "la aptitud o
capacidad para imponer decisiones de carácter general que afectan al bien
común". Maurice Hauriou lo define como "una fuerza nacida de la voluntad social
destinada a conducir al grupo en la búsqueda del bien común y capaz, llegado el
caso, de imponer a los miembros la conducta que ella ordena.
Max Weber dice que "es la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de
una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el
fundamento de esa posibilidad".
Duverger hace notar que el poder es distinto al dominio o influencia, ya que estos
últimos responden a situaciones de hecho propias de una relación o interacción
social "El poder es un concepto normativo -aclara-; define la situación de aquel que
tiene derecho a exigir que los demás se plieguen a sus directivas en una relación
social, porque el sistema de normas y valores de la colectividad en que se
desarrolla esta relación establece este derecho y lo atribuye a aquel que lo hace
valer en su beneficio". Más adelante, distingue el poder político de otros poderes
(económico, religioso, familiar, etc.). El primero, es el que se ejerce en la sociedad
globalmente considerada, a diferencia de los poderes que actúan sobre los grupos
particulares. Por sociedad global debemos entender la tribu, la ciudad-estado, los
feudos y señoríos, el estado-nación.
Para Karl Loewenstein. el poder tiene por objeto establecer un equilibrio entre las
diferentes fuerzas pluralistas que compiten dentro de la sociedad estatal y ejerce
"una relación socio-psicológica basada en un recíproco efecto entre los que
detentan el poder y aquellos a los que va dirigido". Por esto, DUVERGERdistingue
poder de poderío: este último es la simple dominación por la fuerza material. No
hay poder -dice- si los que obedecen no creen que es normal, bueno, justo y
legítimo que ellos obedezcan, de donde la noción de legitimidad se apareja con la
fuerza de coacción como ingrediente del poder. Este último aspecto tiene relación
con los conceptos de legalidad y legitimidad del poder.
De lo que llevamos dicho se desprende que hay un fundamento sociológico y otro
político del poder. El fundamento político está dado por La necesidad que nene el
hombre de vivir en sociedad y de organizar su vida bajo ciertas normas que todos
se comprometen a observar, para evitar el caos y la inseguridad, porque
consideran, como dice Düverger, que es normal y bueno obedecer (teoría del
"contrato social"); o porque los dominadores, que siempre detentan el poder, se
imponen con el imperio de la ley que ellos elaboran y con la fuerza que
monopolizan (teoría de la lucha de clases). El fundamento sociológico considera
que el poder, y su correlato la autoridad, tienen raíces biológicas que es fácil
observar entre los animales, de manera que "el poder de un ser sobre otros
establece entre ellos una relación que no puede ser reducida a las formas puras
73 - 146
del contrato, por cuanto enraíza su autoridad en la esencia misma del hecho social
y manifiesta su aspecto imperativo sin intermediarios ni pérdidas de energía. Y así
el poder aparece como impregnado de lo sacro o más bien cual fuente misma de
ello.
Siguiendo esta línea de pensamiento sociológico, Marsall nos recuerda que
"cualquier ser vivo -como toda especie, como la naturaleza viva en general- se
caracteriza no sólo por un instinto de conservación, una "tendencia del ser a
perseverar en el ser", sino también por la "voluntad de poder".
Poder y autoridad: no son la misma cosa. El primero es un concepto de Derecho
Político y de sociología política que se concreta en un elemento esencial del
Estado. La segunda es un concepto político-administrativo que se asienta en la ley
y se representa en una persona natural o jurídica. El hombre investido de un poder
para mandar o decidir tiene autoridad mientras ajuste sus actos y decisiones a la
ley. En el momento en que la autoridad pública o privada se sale de la ley, pierde
su autoridad, deja de ser autoridad. Por esto un magistrado estadounidense decía
que en su país gobiernan las leyes, no los hombres. Lo que no» recuerda lañase
de San Isidoro de Sevilla: ''Serás rey si eres justo, y si no dejarás de serlo".
Desde el punto de vista geopolítico, interesa que el poder del Estado sea fuerte y
que esta fortaleza se manifieste internamente (imperio o jus imperi) y,
externamente (soberanía). Esta fortaleza depende de condiciones jurídicas y
políticas que pasamos a analizar.
El poder que se ejerce en los límites del territorio de un Estado (internamente), es
fuerte cuando se asienta en la legalidad y en la legitimidad. La legalidad es la
fuente del ejercicio del poder, o sea la forma cómo el pueblo, titular de ese poder,
delega su ejercicio (Art. 2 C.P.E.) a representantes legalmente elegidos y
nombrados, conforme a la Constitución y a las leyes. Un gobierno usurpador, de
tacto, de hecho, dictatorial, constituido al margen de la Constitución y de las leyes,
carece de legalidad y de legitimidad y, por consiguiente, es un gobierno feble, con
unpoder débil, aunque se «siente en la fuerza material. La fuerza, como
ingrediente (apoyo) del poder, ha de ser legítima, es decir, ha de basarse en la ley;
de lo contrario, será pura fuerza física, material, inconsistente, expuesta a las
veleidades y apeados de quienes transitoriamente la detentan. Carecerá de la
potencia moral que da solidez a los gobiernos e instituciones.
Aunque parezca una paradoja, el poder será tanto más débil cuanto mayor fuerza
material exhiba, sin el respaldo de la legalidad. ''La debilidad de la fuerza es no
creer sino en sí misma", decía Paúl Valery. y todos sabemos que la auténtica
fortaleza reside en la autoridad moral, cuando podemos "mostrar la fuerza (de
nuestras obras, de nuestras convicciones de nuestro ejemplo) para no haber de
usarla", como aconsejaba Yautey.
La legitimidad es un atributo del poder que, constituido legalmente, se ejerce en
conformidad al orden jurídico nacional, sin sobrepasarlo y sin incurrir en abuso de
poder. Todo exceso de poderes ilegítimo y, en lugar de fortalecerlo, lo debilita. No
basta, pues, que el poder sea legal, sino que debe ser también legítimo. No todo
gobierno legal es legítimo, porque un gobierno formado conforme a ley puede
perder legitimidad por el ejercicio abusivo del poder.
74 - 146
Los conceptos de legalidad y legitimidad se resumen en lo que en Derecho
Constitucional se llama Estado de Derecho, o sea el Estado (gobernantes y
gobernados) sometido al Derecho, al orden jurídico y noa la voluntad arbitraria del
monarca absoluto, del dictador, del gobernante de facto o usurpador. El concepto
de Estado de Derecho ha sido resumido con propiedad y elegancia en las
siguientes líneas de LEÓN DUGÚIT: "Poco importa la noción que se tenga del
Estado...; hay que afirmar enérgica e incansablemente que la actividad del Estado
está limitada en todas sus manifestaciones por un derecho superior a él; que hay
cosas que él no puede hacer y otras que ha de hacer, que esta limitación no se
impone solamente a tal o cual órgano, sino que se impone el Estado mismo...; lo
esencial es comprender y afirmar con una indefectible energía la existencia de
una regla de derecho superior al poder público, que viene a limitarlo, a imponerle
deberes... Una vez constituido el poder político, se sabe, de acuerdo con la noción
más elemental del derecho, que las órdenes de ese poder no son legítimas más
que en el caso de ser conformes a derecho, y que el empleo de la coacción
material por parte del poder no es legítimo más que si está destinado a asegurar
la sanción del Derecho. Nadie tiene derecho a mandar a los otros; ni un
Emperador ni un Rey, ni un parlamento, ni una mayoría popular pueden imponer
su voluntad como tal; sus actos no pueden imponerse a los gobernados más que
en el caso de estar conformes con el derecho".
Con toda la importancia que tienen la legalidad y legitimidad, no bastan por sí
solas para dar fortaleza interna al poder. Este ha de ejercerse en beneficio
tangible, objetivo, de la población, para elevar constantemente su nivel de vida y
su bienestar. Ha habido en Bolivia gobiernos constituidos legalmente que, por
deficiencia y corrupción, han realizado actos ilegítimos con los que se ha inferido
daños incalculables a la nación, que han quedado impunes. No habrá verdadera
fortaleza interna en el poder si éste carece de legalidad y legitimidad y si no se
ejerce en beneficio real, efectivo, de la población.
Para que el poder sea externamente fuerte, se requiere que el Estado afiance su
soberanía en el concierto internacional, como un actor respetable y respetado en
sus relaciones con otros Estados y organismos internacionales. Aunque la
soberanía es un concepto que se ha relativizado mucho desde finales de la II
Guerra Mundial y ya no tiene el carácter absoluto que pretendían darle los
tratadistas e internacionalistas, siendo el símbolo de la personalidad del Estado y
de ser actuación en las relaciones internacionales. Estados tan pequeños como los
establecidos en la Cuenca del CARIBE hace décadas tienen en el marco de las
Cartas de las Naciones Unidas y de la OEA. los mismos derechos y obligaciones
que las grandes potencias, con excepción de la calidad de miembros permanentes
del Consejo de Seguridad reservada a los cinco grandes.
Para que el poder se traduzca externamente ensoberanía efectiva, debe
previamente tener fortaleza interior, como hemos explicado líneas arriba, pues no
se concibe un Estado con personalidad propia en el ámbito exterior si carece de
cohesión interna. De aquí la relación estrecha que hay entre política interna e
internacional, que algunos pretenden desconocer. Debe asimismo el Estado actuar
con seriedad y responsabilidad en sus relaciones con otros actores internacionales
y atender sus propios intereses, compatibilizándolos con los intereses ajenos, para
no provocar conflictos innecesarios. Para esto último, es indispensable una política
75 - 146
exterior eficiente y oportuna que debe ser confiada a una diplomacia profesional,
constituida por especialistas y no por favoritos ni paniaguados.
La fortaleza externa del poder, como la interna, es obra de toda la población y
principalmente de las instituciones públicas; pero hay dos instituciones que juegan
un papel decisivo en aquélla: la diplomacia nacional y las Fuerzas Armadas,
llamadas éstas, como es sabido- a resguardar la seguridad interior y exterior del
Estado.
CAPÍTULO XI
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
Superficie del
territorio. Dimensiones del Elemento
Geografía.
Naturaleza de las territorio. geográfico.
fronteras.
Tamaño de la Tamaño de la Población. Elemento
población. población. demográfico.
Existencia o
inexistencia de Recursos
materia prima. naturales Elemento
Desenvolvimiento Riqueza
Capacidad económico
económico y industrial
tecnológico.
Poder financiero.
Homogeneidad étnica
Grado de integración
social.
Estabilidad política. Instituciones Elemento
políticas organizativo
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administrativo
Unidad y
Carácter nacional. cohesión
Moral nacional. nacional.
Moral nacional. Cualidades
morales.
Respeto por las
Cualidades de la potencias
diplomacia. extranjeras y
amistad con ellas
Grado de Cualidades del Elemento
preparación militar. comando. militar.
Hace cuatro siglos, sin embargo, Francis Bacón dijo que "el conocimiento, en sí es
poder", según nos lo recuerda Alvin Toffler al comienzo de su último libro. La tesis
de esta obra es que las fuentes del poder están cambiando de la violencia y la
riqueza en que tradicionalmente se asentaba, al conocimiento, definido "como
imaginación, valores, imágenes y motivación, junto con habilidades técnicas
formales". La tercera revolución industrial, de la que mucho se habla, se basa en
las transformaciones que opera la difusión e internacionalización de las modernas
técnicas del conocimiento, cuyo control "es el punto capital de la lucha mundial por
el poder que se entablará en todas y cada una de las instituciones humanas". Esta
revolución insurgió cuando a partir de los años sesenta el trabajo manual fue
gradualmente suplantado por el trabajo intelectual en las economías avanzadas, y
particularmente en los Estados Unidos de América. Actualmente los servicios en
general absorben el 75% del empleo total y las exportaciones mundiales de
servicios y de propiedad intelectual igualan a las de electrónica y automóviles
juntos, o a las de alimentos y combustibles, juntos también.
Es indudable que la revolución científica y tecnología de las últimas décadas
introduce un factor cualitativo muy importante en la constitución y transformación
del poder, al punto de aseverarse que, en el siglo XXI, el conocimiento será la
materia prima principal. Pero no concordamos con la afirmación de que el
conocimiento desplazará, o está desplazando, a la violencia y a la riqueza como
fuentes del poder. Es difícil imaginar que la violencia sea totalmente eliminada un
día por el conocimiento, ya que si el conocimiento es poder (y sin duda que lo es:),
la lucha por su posesión o monopolio no estará exenta de violencia. Tampoco es
razonable pensar que el conocimiento hará innecesaria a la riqueza como fuente
de poder, porque mientras más alto y sofisticado es el conocimiento, su posesión
está restringida a las élites financieras y culturales que no permiten su difusión y
utilización sino para los fines que les convienen. Es cierto que el estado actual de
las comunicaciones y de los medios masivos de información facilita el acceso de la
población a una extensa gama de conocimientos, como no se podía sospechar
hace solamente unas décadas. Pero en los hechos, son una ínfima, minoría
quienes participan en la red internacional de investigaciones, y una mayoría no
tiene acceso aun a las fuentes originales de ese conocimiento, ni siquiera a
programas y publicaciones especializados que, o no tienen difusión general, o son
caros. De consiguiente, no es cierto que "la verdadera característica revolucionaria
del conocimiento es que también el débil y el pobre pueden adquirirlo.
En su obra citada, Toffler afirma que "hay un límite a la cantidad de fuerza que
podemos utilizar antes de que destruyamos aquello que deseamos capturar o
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defender". Sin embargo, la historia de la humanidad demuestra que ésta ha
avanzado destruyendo gran parte de su propia obra. Como el Ave Fénix, la
humanidad ha resurgido de sus cenizas. El siglo XX es testigo de un progreso
científico y tecnológico sin precedentes, a pesar de las dos guerras mundiales, o
más bien como consecuencia de ellas. O sea que no hay límite para la cantidad de
fuerza que el ser humano puede emplear en favor de sus designios, menos
todavía ahora cuando hay almacenada una aterradora capacidad de armamento
nuclear cuya potencia destructiva ha mantenido la paz global durante el segundo
medio siglo XX. Tampoco es cierto, como cree Toffler, que "el dinero no puede
comprarlo todo". Desde las épocas más remotas de la humanidad, a través del
trueque y de toda clase de transacciones, el interés económico ha determinado la
conducta y el destino de los hombres y de esta regla no escapan grandes ni
chicos, ricos ni pobres, nobles ni plebeyos. En consecuencia, no es probable que
la fuerza y la riqueza desaparezcan totalmente en la alquimia del poder.
El mismo Toffler nos informa que en el estudio sobre "Las necesidades de
espionaje en el Decenio de 1.990", elaborado por expertos estadounidenses, se
estima que los países menos desarrollados seguirán comprando armas modernas
porque, a medida que disminuye su poder económico, se ven enfrentados a
mayores problemas políticos y sociales. Agrega que la mayor escasez que
confrontarán esos países será la del conocimiento utilizable con fines económicos,
lo que confirma nuestra aserción de que el conocimiento científico y tecnológico de
alta categoría es una mercancía cara, como todos los productos escasos y de ateo
valor. En consecuencia, como el conocimiento que da poder se adquiere con
dinero y proporciona fuerza a quien lo tiene, no es previsible que la violencia y la
riqueza desaparezcan como ingredientes del poder.
III.- EL INTERÉS NACIONAL.
Suele decirse que los Estados buscan el poder o tratan de ser poderosos
acicateados por el interés nacional que guía los pasos de su política exterior. Pero,
como se define el interés nacional? No es una tarea sencilla. Charles A. Beard dijo
en un libro publicado en 1.934, The Idea of National Interest" (citado por Mostré
VIVES), que esta idea surgió en la Italia del siglo XVI como "voluntad del príncipe"
en unos casos, "intereses dinásticos" o "razón de Estado" en otros. Con la
aparición del Estado-nación más tarde, esas ideas se transformaron en "lo
nacional", la "voluntad general", el interés público, etc.
Manfred Wilhelmy entiende el interés nacional como el interés vital que es
fundamental "para consolidar mejor o preservar la posición (del Estado) como
actor en el Sistema internacional”. Asigna a estos intereses las siguientes
características; son imperativos (forzosos); superiores, porque le sobreponen a los
intereses particulares: de largo plazo pues aunque se los considera permanentes,
cambian debido a las grandes transformaciones en el sistema político
internacional, en el ámbito político interno en la cultura política. Tal el caso, por
ejemplo, de los cambios ocurridos en la URSS., en Europa del Este y en el mundo
desde 1.989, que pusieron fin acuatro décadas de guerra fría; acontecimientos que
dieron otro sentido a los intereses nacionales de los países ex-socialistas. Los
intereses nacionales son, por lo que se ha dicho, irrenunciables.
Puesto que la política exterior de un Estado se define, sobre todo en base al
interés nacional, es lógico que éstecoincida con su interés internacional, es decir,
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con lo que conviene al Estado en sus relaciones con otros Estados y actores
internacionales. Por ejemplo, los actores principales tratan de imponer sus valores
políticos, económicos y culturales en la comunidad internacional o en sus áreas de
influencia, como ocurre con EE.UU., Francia, Alemania, España, Japón y otros, y
ocurría con la URSS.
Coincidiendo con los criterios expuestos, Tomasini piensa que "... el concepto de
interés nacional ejerce una influencia reduccionista en virtud de la cual todos los
demás intereses de una nación se subordinan en última instancia a unos cuantos
intereses irreductibles que no son sino una visión nacional de la trilogía individual
"vida, libertad y propiedad”, a saber la supervivencia física de la nación, la libertad
de sus ciudadanos y su subsistencia económica". Más adelante agrega que: "... lo
más probable es que el interés nacional sea definido de acuerdo con los intereses
del grupo gobernante o que incluso aquellos a quienes en un momento
corresponde tomar las decisiones hagan depender esta definición de sus propios
valores...".
Se ve, pues, que este concepto varía según los tiempos y las circunstancias, pues,
como lo observa el mismo Tomasini:
"Uno de los componentes de la visión actual de las relaciones internacionales
radica en la percepción de la complejidad del mundo moderno, del avance del
proceso de transnacionalización, de la interdependencia cada vez mayor entre las
distintas sociedades nacionales, el creciente entrelazamiento entre los aspectos
políticos, económicos y tecnológicos que presentan esas relaciones y de la
progresiva sectorialización y tecnificación de la política exterior. En efecto, a las
tradicionales cuestiones geopolíticas, estratégicas y militares que monopolizaban
la definición del interés nacional en el pasado comienzan a apegarse nuevos
temas de interés vital para las relaciones entre los Estados, como las relaciones
económicas y comerciales, la competencia industrial y tecnológica, sus
vinculaciones financieras, la energía, el medio ambiente, el terrorismo, el
narcotráfico y los nexos raciales, ideológicos y religiosos entre las distintas
sociedades nacionales".
IV.- DIPLOMACIA Y ESTRATEGIA.
Hemos dicho que hay dos instituciones públicas llamadas a jugar un papel de
primer orden en el desarrollo del poder externo del Estado: la diplomacia y las
Fuerzas Armadas. Al dedicar este capítulo al poder nacional e internacional, nos
corresponde subrayar la importancia de la diplomacia y de la estrategia en ese
campo, cuyas actividades se apoyan y se complementan, subordinándose a la
política exterior, es decir, a quienes conciben y ejecutan la actuación del Estado en
sus relaciones con otros actores".
La diplomacia se define de diversas maneras: "Es el manejo de las relaciones
internacionales mediante la negociación; el método merced al cual se ajustan y
manejan estas relaciones..." "La diplomacia es el conjunto de interacciones
internacionales de carácter pacífico, conducidas por agentes oficiales de tos
Estados y de organizaciones ínter-gubernamentales". Es el ajuste de las
diferencias a través de la negociación". Nosotros decimos que es el medio de que
se vale la política exterior para alcanzar sus objetivos”.
El concepto de diplomacia proviene de diploma, voz que en griego era una hoja de
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papel doblada en dos, como se hacía entonces con los documentos oficiales. Por
esto en 1784 el inglés Thomas Astte dijo que la diplomacia era "la ciencia o el
conocimiento que nos capacita para formarnos un juicio personal sobre la época y
autenticidad de manuscritos, mapas, registros y otros monumentos de la
antigüedad". La diplomacia con caracteres modernos aparece en las ciudades-
Estado de Italia. Venecia era un centro comercial muy activo que mantenía
contactos con el mundo que le rodeaba a través de mercaderes y del primer
servicio diplomático organizado. Hasta la primera guerra mundial esta actividad se
desenvolvía entre el protocolo de las cortes y el secreto de las cancillerías. Un
buen diplomático debía ser cortesano y prudente a la vez. Sus palabras eran
dichas para ocultar sus pensamientos, según la máxima en aplicación. La
evolución de los hechos y el advenimiento de una sociedad de masas después de
la Primera Guerra Mundial impusieron una diplomacia abierta y profesional, lo que
se hizo todavía más necesario después de la Segunda Guerra Mundial, con la
eclosión de nuevos Estados en África y Asia como resultado del proceso de
descolonización.
La aparición de nuevos actores en la escena internacional durante las últimas
décadas, como son los organismos multilaterales internacionales, las
organizaciones transnacionales y no gubernamentales, exige una diplomacia
dinámica, sectorial y cooperativa que pueda adecuar los intereses nacionales al
ritmo cambiante de los acontecimientos. "La tarea central de la diplomacia ha
dejado de concentrarse en la solución de los conflictos y en la administración del
orden para referirse cada vez más al análisis, la previsión y el manejo del cambio,
respondiendo así a la arraigada convicción social de que es necesario tener un
mínimo de orden en medio de un cambio constante".
La especificidad de los asuntos que forman parte de la agenda internacional
contemporánea (económicos, sociales, científicos, tecnológicos, humanitarios,
ecológicos, etc.), determina que el diplomático generalista sea una reliquia del
pasado o que esté asistido por diplomáticos especialistas en distintas materias.
Por esta razón la política exterior no es más un privilegio de las cancillerías, sino
que en su concepción y ejecución participan especialistas de otros ministerios,
reparticiones públicas, organismos empresariales y laborales, etc.
En un marco general, la diplomacia se desplaza en tres grandes áreas; la
representación del Estado y de la sociedad nacional, que incluye la defensa y
promoción de sus intereses; la información en dos sentidos: para el conocimiento
del país extranjero y para el conocimiento de los otros países en el propio, lo cual
requiere establecer y mantener canales adecuados por los cuales circule un flujo
constante de comunicaciones; y la negociación sobre materias que forman la
urdimbre de las relaciones internacionales.
Raymond Aron dice que la diplomada puede ser definida como el arte de
convencer sin usar la fuerza, y la estrategia como él arte de vencer de un modo
más directo. En tiempos de paz la política se vale de medios diplomáticos sin
excluir el recurso a las armas, por lo menos a guisa de amenaza. Durante la
guerra la política no puede prescindir de la diplomacia que sigue manejando las
relaciones con los aliados y con los neutrales, y en determinados momentos, con
el enemigo, puesto que imponerse es también convencer -como razona ARON-,
porque una demostración de fuerza puede hacer que el adversario retroceda en su
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posición. Quien tiene superioridad de armamento en tiempo de paz convence a
sus aliados, rivales y adversarios* sin haber de recurrir a las armas.
Mortenthau destaca también la importancia de la diplomada en estas palabras
suyas: "Por más inestable que resulte, entre todos los factores que conforman el
poder de una nación sobresale la calidad de la diplomacia. Todos los otros factores
que determinan el poder nacional son, por así decirlo, la materia prima sobre la
que se modela el poder de una nación. La calidad de la diplomacia de una nación
combina estos factores diferentes en un conjunto integral, les da dirección y peso y
despierta sus latentes potencialidades, dándoles el aliento de un poder real... La
diplomacia es el arte de combinar los distintos elementos del poder Nacional para
que rindan el máximo efecto sobre aquellos puntos de la escena internacional que
más directamente conciernen al interés nacional. Se puede decir que la diplomacia
es el cerebro del poder nacional, así como la moral nacional es su alma". Más
adelante se pregunta: Qué habría sido del poder de Francia sin la habilidad de
Richelieü. Mazarin y Talleyrand? Qué habría sido del poder alemán sin Bismarck?
Del italiano sin Cavour? Cuánto debe el poder de la joven república
norteamericana a un Franklin, a un Jefferson a un Madison... a sus embajadores y
a sus secretarios de Estado"?.
Según Morgenthau el trabajo de la diplomacia se orienta en cuatro direcciones: a)
debe determinar sus objetivos a la luz del poder real y potencialmente disponible
para alcanzar tales metas. Esto es de la mayor relevancia, porque si los objetivos
son ilusorios,, irreales o inalcanzables en determinadas circunstancias, se corre el
riesgo de incurrir en fiascos o fracasos diplomáticos o lo que es peor, de provocar
conflictos imprevistos: b) debe evaluar los objetivos de otras naciones y su poder
real y potencialmente disponible para alcanzar sus metas. Este punto guarda
directa relación con el anterior, ya que una incorrecta evaluación de las metas y del
poder de otros actores conlleva riesgos similares a los ya señalados: c) debe
determinar hasta qué punto estos objetivos diferentes son compatibles entre sí; y
d) debe emplear los medios apropiados para b consecución de sus objetivos.
Sobre la estrategia nos hemos ocupado especialmente en el Cap. III. Nos
corresponde decir aquí que la estrategia complementa estrechamente las tareas
de la diplomacia al punto de que es inconcebible ésta sin aquella. En efecto, la
diplomacia en sí tiene un componente estratégico que define los escenarios,
medios y oportunidades en que ha de actuar para alcanzar los objetivos de la
política exterior. En otras palabras sin una planificación estratégica la diplomada
quedaría paralizada o tendría que aventurarse en terreno desconocido y. por lo
mismo, riesgoso. La estrategia diplomática involucra, por supuesto, las acciones
tácticas y logísticas indispensables en dicha disciplina.
La diplomacia es también asistida, desde afuera, por la estrategia militar, ofensiva
y defensiva, que trabaja (o debe trabajar) sin interrupción en el ámbito castrense,
en tiempos de guerra como de paz. La estrategia militar provee a la diplomacia
información permanente y oportuna cubre las líneas de contacto que deben recibir
atención de la política exterior. Le mantiene informada asimismo sobre las
proyecciones y desplazamientos estratégicos de loe países vecinos y otros
respecto a los cuales haya que diseñar una política exterior. Le proporciona, en fin,
los cuadros macro-estratégicos globales y regionales necesarios para su cometido.
V.- POTENCIAS, SUPERPOTENCIAS Y ESTADOS DÉBILES.
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La comunidad jurídica internacional se basa en la igualdad de derechos y deberes
de los Estados (Arts. 2 y 9 de las Cartas de la ONU. y de la OEA,
respectivamente). La Carta de la OEA. esmás explícita y contiene las siguientes
disposiciones:
Artículo 9.
"Los Estados son jurídicamente iguales, disfrutan de iguales derechos e igual
capacidad para ejercerlos, y tienen iguales deberes. Los derechos de cada uno no
dependen del poder de que disponga para asegurar su ejercicio, sino del simple
hecho de su existencia como persona de derecho internacional.
Artículo 10.
Todo estado Americano tiene el deber de respetar los derechos que disfrutan los
demás Estados de acuerdo con el derecho internacional.
Artículo 11.
Los derechos fundamentales de los Estados no son susceptibles de menoscabo
en forma alguna".
Esto, que parece tan evidente a la luz del Derecho Internacional Público y de las
Cartas mencionadas no condice precisamente con la realidad, ya que, como
ocurre en el orden individual, los Estados poderosos suelen arrogarse facultades
que no poseen o desconocen derechos de los Estados débiles. Por esta razón
dice Mestre Vives, parafraseando a Orwell, que "en realidad de las relaciones
internacionales unos Estados son más iguales que otros". y Treitschke advierte
que "si la soberanía auténtica se define por el derecho efectivo del recurso a las
armas, sólo es auténticamente soberano el Estado poderoso".
Se observa, pues, que el poder nacional se traduce en poder internacional,
desplegando en este campo una influencia favorable a sus intereses y perjudicial a
los intereses de los Estados menos poderosos. Si es cierto que “el Derecho
Internacional ha evolucionado mucho desde las primeras obras de Vitoria y de
Grocio y que las Naciones Unidas son un avance innegable con referencia a la
Sociedad de las Naciones, no es posible desconocer e! papel que en las
relaciones internacionales juegan los intereses y los poderes nacionales.
Esta desigual condición de los Estados por motivo de su poder determina la
existencia de una "jerarquía" que los clasifica en superpotencias, grandes
potencias, potencias medianas, pequeños Estados y mini-Estados. Las dos últimas
categorías son, por supuesto, las más desfavorecidas en sus relaciones con las
otras, pues como lo anota David Vital (citado por Mostré Vives), "un Estado
pequeño resulta más vulnerable a la presión, menos resistente a la tensión, más
limitado a las opciones políticas y está sometido a una vinculación más estrecha
entre los asuntos nacionales y los exteriores o externos". Entre los Estados débiles
hay diferencias según su ubicación: los que están en la periferie del sistema
internacional, o de su propio sub-sistema, están en mejor posición que los del
centro, es decir, los que se hallan entre o en el camino de las grandes potencias,
como Bélgica, Checoslovaquia, Polonia y Hungría, que han sido víctimas de su
posición geográfica central, que está en el camino de potencias mayores. En
cambio "se hace notar a Irlanda, Suecia, Portugal, Chile y Nueva Zelanda no han
sido presas de conquistas durante mucho tiempo. Algunos Estados débiles tienen
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importancia estratégica de primer orden para grandes potencias, como Finlandia
para laURSS.; Checoslovaquia para Alemania; Turquía. por su control del Bósforo;
Egipto y Panamá por los canales de Suez y de Panamá; Dinamarca, sobre la
entrada al mar Báltico; Bélgica, para entrar en Francia. Estos países sufren presión
fronteriza de Estados más grandes, cómo le ocurre también a Bolivia.
''Un Estado pequeño es un vacío en una área de alta presión -dice Nicolás J.
Spykman-, No vive por su fuerza, sino porque a nadie le interesa su territorio, o
porque interesa a un Estado más fuerte su preservación como un estado-colchón
(Buffer-State) o como un peso en la balanza del poder. Cuando desaparece el
equilibrio, usualmente desaparece también el pequeño Estado". Los Estados
pequeños deben su supervivencia a la neutralización mutua de Estados mayores
que presionan en direcciones diferentes, pero se detienen ante la presencia de los
otros. "Luego, el Estado débil lleva una existencia negativa, más que positiva". Los
Estados débiles de la periferia están al margen de las circunstancias anotadas
para los del centro, lo que explica que Suecia, Noruega, Chile y Cuba, por ejemplo,
estén relativamente libres de invasiones extranjeras. Los países escandinavos,
además de encontrarse en el extremo Norte lejos de las rutas estratégicas de las
grandes potencias, tienen una topografía montañosa accidentada sobre mares
congelados que les sirven de defensas naturales. Chile, entre los Andes y el mar,
es casi una isla inexpugnable. Si Cuba no fuera una isla, le habría sido difícil tomar
el rumbo socialista en las barbas del Tío Sam.
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CAPÍTULO XII
GEOPOLÍTICA DEL ESTADO
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independencia e integridad territorial, preservación de los valores materiales,
morales y culturales que identifican a la Nación, etc.
Arnold Wolfers dice que la seguridad "apunta a cierto grado de protección de
valores ya adquiridos". Pero esta apreciación es parcial, porque en la búsqueda
permanente de su seguridad los Estados no se conforman con los valores
adquiridos, sino qué tratan de incrementarlos y de adquirir otros, sea en territorio,
recursos naturales, beneficios comerciales, etc. Walter Lippniann pensaba que
"una nación es segura mientras no está en peligro de sacrificar sus valores
esenciales para evitar la guerra, y es capaz cuando sea amenazada, de
preservarlos en la guerra".
Antes de la I Guerra Mundial, dice Alfred Vagts, el objetivo supremo de los
gobiernos era la seguridad nacional, entendida como el bienestar doméstico y la
consecución de sus intereses nacionales en el exterior. Esta visión se basa en el
poder militar, pues, como pensaban algunos en Alemania, "no hay gastos más
productivos que los que se hacen en el Ejército", ya que el desarme no se negocia,
lo imponen los más fuertes”, otros razonaban que un ejército vale no por lo que
produce, sino por la protección que da a la producción, "si una Nación no apoya a
su ejército - decían- será obligada a apoyar al ejército enemigo”. Con estos
criterios, nointeresaba a los militares -dice Vagts - cómo debía distribuirse la
riqueza, ni cómo impartir la educación, ni cómo organizar las industrias. Ellos
hablaban sólo de la "seguridad nacional" en términos de poderío militar.
Pero esta situación no concluyó con la I Guerra Mundial, como parece indicarlo
Vagts, cuyo libro fue originalmente publicado dos años antes de la II Guerra
Mundial. En efecto, esta contienda se desencadenó porque el nazismo convirtió a
Alemania en una sociedad más militarizada de lo que había sido la Prusia de
Federico el Grande y de Bismarck y el Imperio de Guillermo II. El advenimiento de
la guerra fría después de la II Guerra Mundial condujo a una carrera armamentista
desenfrenada entre las dos superpotencias que salieron victoriosas en 1.945,
armamentismo aI que no han sido ajenas las potencias menores y las naciones
subdesarrolladas. E| armamentismo es un torbellino que se retroalimenta sin cesar
y que arrastra en su vórtice a los satélites de los protagonistas. Así, pues, aunque
la guerra fría no degeneró en otro conflicto mundial, estuvo plagada por más de 13
guerras locales y regionales que hubiese paz ni un solo día sobre la faz de Ia
tierra. Esa carrera armamentista determinó, después de cuarenta años, el colapso
del socialismo soviético y de sus satélites, y la declinación económica y
tecnológica (aunque no militar) de los EE.UU.
Refiriéndose a ese período, el Senador J. William Fullbrigt decía en 1969: "Nuestro
país puede convertirse en un Estado de seguridad nacional. Desde la II Guerra
Mundial hemos gastado más de un trillón de dólares, o dos tercios de los gastos
totales del gobierno federal, en armas y en fuerzas armadas. Actualmente cerca
del 80% de las apropiaciones federales van a la defensa.... A pesar de estos
enormes gastos y del aparato de seguridad que domina nuestra vida nacional, los
estadounidenses se sienten menos seguros que antes". Estas palabras coinciden
con la observación formulada por Kissinger sobre que "sólo la seguridad absoluta
-la neutralización del oponente- se considera garantía suficiente, y por ello el
deseo de una potencia de seguridad absoluta significa inseguridad absoluta para
las otras potencias". Deutsch dijo lo mismo en otras palabras: "El sentimiento de
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inseguridad de una nación se va expandiendo en relación directa con su poder.
Cuanto más grande y poderosa es una nación, tanto mis aumentan los niveles de
aspiración en política internacional, de sus líderes, élites e incluso de su
población". Esta obsesión persistió hasta 1990, y la campaña para la elección
presidencial del otoño de 1980 (septiembre y octubre) ente los candidatos J. Cárter
y R. Reagan, giró en torno a la defensa del país. National Security Act. (1947)
estableció un gigantesco aparato de seguridad nacional a través de organismos
como la CÍA., la Agencia Nacional de Seguridad, la Agencia para el Desarrollo
Internacional (AID) y la Comisión de Energía Atómica.
En América Latina la "doctrina de la seguridad nacional se tradujo, durante gran
parte de la guerra fría. en la lucha sin cuartel que libraban dictaduras civiles y
militares contra "el enemigo interno", los comunistas y organizaciones de izquierda
radical que para los Estados Unidos de América y otros gobiernos de la región
eran "Quinta columnas" de la Unión Soviética. Para mantener esta lucha el
Departamento de Estado y el Pentágono prestaban asistencia económica y militar
a sus aliados de la región. Esta "doctrina" fue muy criticada por los sectores
combatidos, así como por liberales e intelectuales que veían en la misma un
servicio a la potencia hegemónica, en perjuicio de los pueblos latinoamericanos,
cuyos verdaderos problemas (pobreza, enfermedades. analfabetismo, etc.), lejos
de ser resueltos, se agudizaban con el enfrentamiento interno de grandes
segmentos de la población. Se decía que. "en algunos países, los propios militares
han pasado a ser una amenaza para la seguridad de su propia nación, cuando han
intervenido en la política interna y en la administración de los asuntos públicos".
II.- LA SEGURIDAD COMÚN.
Hace tiempo que el concepto excluyente de seguridad nacional.entendido contra o
en desmedro de la seguridad de otros, ha sido superado por el concepto de
seguridad colectiva o seguridad común, según el cual los Estados deben encontrar
formas de cooperación que les permitan satisfacer sus intereses nacionales sin
herir ni obstruir los intereses de otras naciones. Es probable que este criterio no
sea compartido por quienes tienen designios hegemónicos o belicistas; pero es
bueno recordar a éstos que desde la primera post-guerra mundial, el orden jurídico
internacional está basado en los principios de cooperación, seguridad y
mantenimiento de la paz por parte de todos los Estados. En efecto, el Pacto de la
Sociedad de las Naciones, la Carta de San Francisco, la de la OEA., etc.,
proclaman esos principios de manera solemne e invariable. (Véanse el Art. 16 del
Pacto de la Sociedad de las Naciones, el preámbulo y los arts. 1 y 2 de la Carta de
las Naciones Unidas, así como el preámbulo y los art 1.4,5,19.24 y 25 de la Carta
de la OEA.).
Uno de los precursores de estos principios fue el Presidente Woodrow Wilson.
quien en 1917 sentencio que "no debe haber un equilibrio de poder, sino una
comunidad. De poderes. En efecto, el equilibrio de poder supone la existencia de
varios poderes controlándose y vigilándose unos a otros, de suerte que cuando
uno de ellos se extralimita en sus controles se rompe el equilibrio y, por tanto,
zozobra la seguridad común. Una "comunidad de poder" supone, en cambio, un
poder alimentado y compartido por todos en beneficio colectivo. En 1918, en su
programa de paz de Catorce Puntos, Wilson afirmó que la garantía de la
independencia política para grandes y pequeños Estados será posible solamente
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en una asociación general de naciones. Esta fue la semilla de la Sociedad de
Naciones y de las Naciones Unidas.
Resulta claro, entonces, que este concepto de la seguridad colectiva excede el
marco puramente militar en que se basaba la "seguridad nacional", la paz armada,
o la disuasión por el terror. Como decía Vladimir F. Petrovsky, Jefe del
Departamento de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos
Exteriores de la URSS., en 1986: "EN Las condiciones actuales lo único que puede
aportar la creencia de que la segundad reside en una acumulación de armas es la
seguridad nula para todo el mundo, es decir, el total auto-aniquilamiento". Winston
Churchil, con su humor cáustico característico, dijo en la Cámara de los Comunes
el 1ro. de marzo de 1955: "Es muy posible que a través de un proceso de sublime
ironía hayamos alcanzado una etapa de nuestra historia en la que la seguridad sea
el hijo robusto del terror y la supervivencia el hermano gemelo de la destrucción
total".
La seguridad colectiva abarca todos los elementos que forman parte de la dignidad
del ser humano y dan sentido a la vida en sociedad: economía, salud, educación,
bienestar social, paz ecología, etc. No podrá prescindir de los dispositivos de
defensa interior y exterior; pero éstos no ocuparán el primer lugar en los gastos ni
en las prioridades nacionales. Estos elementos deben darse en cada país para
que la proyección de todos ellos en el ámbito exterior produzca la seguridad
colectiva en cuya preservación tendrán todos interés. Resalta, por consiguiente,
que el primer eslabón de dicha seguridad está en la política interior de los Estados,
que se concatena con tos otros eslabones nacionales, y que es la base de la
seguridad común. Los Estados de la Comunidad Internacional tendrán interés en
que cada uno de ellos provea a su propia seguridad común, y le ayudarán a
hacerlo porque así contribuirán a construir la suya propia.
En concordancia con el concepto anteriormente explicado, el Informe de la
Comisión Independiente sobre Cuestiones de Desarme y Seguridad, llamada
Comisión Palme en honor del difunto Primer Ministro sueco Olof Palme, asignó al
concepto de seguridad común los tres caracteres que siguen: 1ro.) Las políticas
apocadas por los Estados-naciones deben favorecer los intereses de todos los
Estados; 2do.) las .políticas se deben emprender conjuntamente, de ser esto
posible, por todas las partes interesadas; 3ro.) dar preferencia a las actividades
que promuevan la cooperación ("Comroon Security: A & for Disarmament",
London, Pan Books 1.982").
III.- SEGURIDAD Y DESARROLLO.
La segundad coman es, pues, inseparable del desarrollo, entendido éste como "un
proceso de transformaciones sociales y económicas que aumentan la renta per-
capita y mejoran la calidad de vida del mayor número posible de personas en una
sociedad'. Lamentablemente, el desarrollo no ocurre por generación espontánea,
sino que depende de una serie de factores domésticos e internacionales que
pocas veces se dan: políticas apropiadas, eficiencia administrativa, honradez en el
manejo de los asuntos públicos, cooperación internacional, precios equitativos
para las materias primas, eliminación de barreras y de tasas proteccionistas, etc.
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La corrupción es un mal tan extendido que, sobre todo en los países
subdesarrollados dilapida y desvía recursos destinados a satisfacer necesidades
elementales.
La eficiencia administrativa es una especie cada vez más rara en el mundo
subdesarrollado por la corrupción prevaleciente que relega a los mejores
administradores en beneficio de los favoritos. La cooperación internacional es un
mito y está siempre condicionada de una u otra forma. La Naciones Unidas han
recomendado que los países industrializados destinen el 1% de su P.N.B. a dicha
cooperación; pero esta meta no se ha cumplido nunca y en 1968 esos fondos
apenas llegaron en promedio al 0,36% del P.N.B. Los precios de las materias
primas descienden continuamente y aumentan los de las manufacturas de los
países industrializados, deteriorando progresivamente la relación entre los
términos del intercambio. Las restricciones en el comercio y el proteccionismo
reducen las exportaciones de los países del Sur. Esta realidad determina que la
brecha económica que separa al Norte del Sur se ensanche cada día más, al
extremo de que hace dos siglos esa diferencia era de 2 a 1, en términos per-cápita
y ahora es de 40 a 1.
IV.- SEGURIDAD Y DESARME.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó, en su primer "período
extraordinario de sesiones dedicado al Desarme (1.978). el principio de que el
mismo es indispensable para la seguridad mundial, En 1.959, la misma Asamblea
General aprobó por unanimidad una resolución pidiendo el desarme general y
completo bajo un control internacional eficaz.
La carrera armamentista: que durante la guerra fría llegó a consumir más de un mil
millones de dólares por año atenta contra la seguridad individual y colectiva de los
Estados y de sus poblaciones de dos maneras: dilapidando cuantiosos recursos
que deberían destinarse a sacar de la pobreza crítica a miles de millones de
personas; e incubando la violencia en un mundo que dispone de armamentos en
exceso, pero que carece de alimentos, de educación, de salud y de vivienda. Los
detentadores del poder viven armados para sojuzgar a los desposeídos, sean
éstos pueblos o naciones. Los últimos, a su vez, recurren a la violencia guerrillera
o terrorista para defender sus derechos, trabándose así el circulo vicioso que va de
la violencia estructural a la violencia institucionalizada y de ésta a la violencia
revolucionaria.. El Presidente Eisenhower, que era militar de profesión, pero que
no olvidaba sus responsabilidades de hombre de Estado y humanista, dijo que
“toda arma de fuego que se fabrica, todo buque de guerra que se bota al agua,
todo cohete que se lanza, significa, en final de cuentas, un robo cometido contra
los que tienen hambre y no son alimentados, contra los que tienen frío y no tienen
qué ponerse".
VIadimir F. Petrovsky, citado anteriormente, opina que un sistema de seguridad en
términos militares debe basarse en la renuncia de las potencias nucleares a la
guerra, ya sea nuclear o convencional; la prevención de una carrera de
armamentos en el espacio; la reducción de todas las pruebas de armas nucleares
y su eliminación total hasta fines del siglo; la prohibición y destrucción de las
armas químicas y el compromiso de no producir otros medios de destrucción en
masa. Agrega que un sistema global de seguridad internacional debe atender al
"establecimiento de un nuevo orden económico mundial que garantice una igual
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seguridad económica para todos los Estados". Esta posición del funcionario
soviético coincide con las ideas del autor de la Perestroika, quien desde su
asunción al mando supremo en la URSS., en 1.985, habló un lenguaje diferente al
de sus predecesores de la guerra fría, propugnando la seguridad común en vez de
la seguridad nacional. El XXVI Congreso del PCÜS. cambió el rumbo en esa
dirección y recomendó reemplazar el viejo orden por otro en el que la cooperación
entre gobiernos, partidos, organizaciones no gubernamentales y movimientos
populares aseguren la paz sobre la tierra para construir un sistema global de
seguridad internacional.
Lamentablemente, desde 1.959 (año de la primera resolución de las Naciones
Unidas sobre desarme), hasta 1.968 no se avanzó nada en esta materia; al
contrario, el armamentismo alcanzó niveles insospechados y suicidas, y aunque
las dos superpotencias han dado muestras de su voluntad de reducir sus
arsenales desde 1.989. es claro que pensar en un desarme general y completo
resulta utópico en un mundo plagado de armas, donde potencias medianas, con
influencia regional, detentan arsenales modernos bien equipados. Las grandes
potencias, que por otra parte continúan su tráfico de armas, tienen un pretexto
valedero para no desarmarse más allá del límite requerido para su propia defensa.
V.- SEGURIDAD Y CONFIANZA.
La seguridad y la confianza son gemelas; no puede existir una sin otra. Todo
esquema de seguridad supone confianza en la otra parte, o en las otras; en
quienes nos rodean, en el medio ambiente, etc. Desconfianza implica inseguridad
y por esto se ha elaborado el concepto de confianza en las relaciones
internacionales en una época en que se habla de seguridad colectiva. El primer
documento internacional en recoger este concepto fue el Acta Final de la
Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa celebrada en Helsinki
en 1975. (CSCE) que contiene un "Documento sobre las medidas destinadas a
fomentar la confianza y ciertos aspectos de la seguridad y el desarme", en el cual
se dispuso la obligatoriedad de notificar previamente las maniobras militares en las
que participaren más de 25.000 hombres, y se abrió la posibilidad de admitir
voluntariamente observadores militares de esas maniobras.
A partir de ese momento la CSCE y las Naciones Unidas han tratado esta materia
en los períodos extraordinarios de sesiones de la Asamblea General sobre el
Desarme, y en varios períodos ordinarios. En 1981 se elaboró un "Estudio amplio
sobre las medidas de fomento de la confianza". En la Conferencia sobre medidas
de fomento de la confianza y la seguridad y sobre el Desarme en Europa (CDE),
que produjo el documento de Estocolmo de 1986, se asumió compromisos mucho
mayores que los del Acta final de Helsinki, y en 1989 se realizó en Viena una
reunión complementaria de la anterior que prosiguió con el Documento de Viena
de 1990, el cual añadió un conjunto de nuevas medidas sobre la materia al
Documento de Estocolmo de 1986. Este último documento fue suscrito en París,
en noviembre de 1990, por los jefes de Estado y de gobierno de Europa,
juntamente con el Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa y la Carta de
París para una Nueva Europa.
En este proceso se ha ampliado el alcance de las medidas de fomento de la
confianza a aspectos políticos, económicos y sociales que, por supuesto, rebasan
el ámbito estrictamente militar contemplado en Helsinki, porque “la seguridad
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económica y social de un Estando es tan importante como la seguridad militar. Un
Estado que no pueda suministrar a sus ciudadanos bienes económicos y sociales
es tan vulnerable como un Estado cuyas defensas externas son insuficientes.
Nosotros pensamos que la seguridad económica "y social es un pre-requisito de la
seguridad militar, porque ésta no existirá sin la base material que debe
proporcionar aquélla; y en consecuencia, no se puede promover la confianza entre
los pueblos si éstos no gozan de un nivel de subsistencia digno del ser humano.
En otras palabras, habrá siempre desconfianza de los pobres hacia los ricos que
no les permiten mejorar sus condiciones de vida y de éstos hacia aquéllos que no
cesan de reclamarles una cooperación real, sin otras consideraciones que el
provecho mutuo y la seguridad común.
SEGUNDA PARTE
GEOPOLÍTICA APLICADA
CAPITULO I
I.- GENERALIDADES.
Lo que suele llamarse el "Cono Sur" de Sud América comprende los territorios de
seis países ubicados debajo del paralelo 20 de latitud Sud, o sea Chile, Argentina.
Paraguay y Uruguay en su totalidad o en su mayor parte, y Bolivia y Brasil en
menor extensión. Son los mismos países constitutivos del área de la Cuenca del
Plata menos Chile.
Por su extensión, ubicación y recursos naturales, esta región tiene una gran
importancia geopolítica, y algunos tratadistas creen que podrá ser un punto de
partida para la ulterior unidad de América Latina y un núcleo de poder regional
frente a los grandes centros del poder mundial" (J.E. Gulialmelli "Geopolítica del
Cono Sur", Buenos Aires, Argentina 1979).
En los últimos años, las relaciones entre Brasil y Argentina han experimentado un
acercamiento que puede ser la base de una integración económica en el Cono
Sur. En efecto, mediante el Tratado de Asunción de 26 de marzo de 1.991, suscrito
entre esos dos países, más Uruguay, se ha constituido el Mercado Común del
Cono Sur (MERCOSUR), que ha comenzado a aplicarse con desgravaciones
arancelarias progresivas, y sobre el cual hablaremos al final de este capítulo. El 28
de noviembre de 1990 renunciaron oficialmente Brasil y Argentina a la fabricación
y adquisición de armas nucleares, declarando que la investigaciones en la materia
se harán con fines exclusivamente pacíficos", y que, para garantizar la efectividad
de tales propósitos, permitirán inspecciones reciprocas de la otra parte en sus
instalaciones.
Si el espíritu de cooperación que motiva a MERCOSUR se consolida y avanza con
la incorporación de Bolivia, y eventualmente, de Chile y Perú, el CONO SUR
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puede transformarse en la zona de mayor poder en América Latina, dado el
conjunto de su población y recursos, los más cuantiosos del sub continente.
II.- REPÚBLICA ARGENTINA.
El territorio argentino se encuentra ubicado en el extremo sur del hemisferio
occidental, con una larga costa sobre el Atlántico Sur y él Antártico, y con una
comunicación hacia el Océano Pacifico a través del estrecho de Magallanes.
"La importancia de esta comunicación aumenta hacia el futuro - dice Baasil -
frente a la de Panamá, más vulnerable, de capacidad limitada y ubicación en una
zona de fricción de alcance mundial..." A través del Atlántico, el territorio argentino
se comunica con el Océano Indico por el Cabo de Buena Esperanza, y se
encuentra en la ruta aérea transpolar hacia Australia, Nueva Zelanda, Indonesia y
Malasia. Esta comunicación con el Océano Indico, observa Brasil, tiene también
importancia hacia el futuro en atención a la vulnerabilidad y limitaciones físicas del
Canal de Suez, que, además, está ubicado en una zona muy conflictiva (Oriente
Medio, Golfo Pérsico) y de fricción mundial.
Teniendo en cuenta las fronteras de Argentina con sus vecinos, Basail calcula que
para el año 2.000 la población de los departamentos bolivianos de Potosí. Tarija y
Chuquisaca, limítrofes con su país. llegará a 3,2 millones de habitantes con una
densidad de 15 por km-2, frente a 8,8 de las provincias de Salta y Jujuy, a lo que
cabría agregar la presión demográfica que ejercería Brasil desde la dirección
Corumbá-Santa Cruz de la Sierra, puesto que "el centro vital de Brasil, ubicado en
la zona de más de 100 habitantes por km. cuadrado, tiende a través de Matto
Grosso Do Sul un brazo poblacional hacia Corumbá, cuya influencia se transmitirá,
lógicamente, hacia el corazón de Bolivia.
Este país tiene una situación geográfica periférica, en el hemisferio de las aguas,
como una cuña hacia el Polo Sur, rodeada por los dos Océanos. Esta situación -
dice Asseff - "lejos de orientarnos hacia la concepción de insularidad, se erige en
un reto para quebrar el aislamiento geográfico.
La mayoría de los autores argentinos que han escrito sobre geopolítica (Asseff,
Scenna, Guharoelli. Leíme, Mastronlli y Martincz, entre otros), se quejan de la falta
de "conciencia geopolítica" en ese país y de la diferencia conque los círculos
dirigentes observan esta materia. Destacan, por el contrario, la solidez con que los
estadistas brasileros estudian y enfocan esta problemática, y centran la mayor
parte de sus preocupaciones en la rivalidad que existe con el Brasil, país que
-estiman- lleva una gran ventaja teórica y práctica a la Argentina. "Nuestro país ha
sido excesivamente indiferente con la geografía -dice Asseff-. La descuidó
sistemáticamente. Esta negligencia explica parcialmente su carencia de conciencia
territorial. Porque nuestra desidia en nuestra materia especial trasciende el mero
desinterés por las áreas margínales del vasto territorio que heredamos de España
en 1.810. Nuestro desprendimiento adquiere perfiles notoriamente nocivos, si se
considera el valor de los espacios dispendiados.
Este ''dispendio” alude a los territorios que los argentinos consideran son parte de
su Heredad” y que se erigieron en Estados independientes, como Uruguay ("La
Banda Oriental"), Paraguay y el Alto Perú o Bolivia, "con sus cuatro Provincias
históricas: Potosí, Cochabamba, Charcas y La Paz". La nación rioplatense era
mucho más grande que el Estado Argentino - dice Asscff - porque incluía no solo
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las cuatro provincias altoperuanas. sino las de Moxos y Chiquitos, que formaban
parte del Virreinato del RÍO de la Plata desde 1.776. "No incluimos entre ellos a
Tarija, porque sólo una imperdonable desidia argentina (SIC) ha permitido que ella,
que nunca fue altoperuana, sino salteña haya quedado incorporada "contranatura”
a Bolivia.
A propósito de los vínculos históricos de Argentina con el Alto Perú, recuerda
Asseff que en Potosí se originaron tres hechos sobresalientes: se acuñó el nombre
de Argentina; nació Conelio Saavedra, primer Presidente de ese país. y se obtuvo
"la primera victoria militar de la patrian, en Suipacha en 1.810.
Observa el autor que durante más de cien años Argentina desplegó una política
exterior europeo-centrista, con sus amarras extendidas hacia Inglaterra y Francia.
Actualmente su atención parece enfocarse hacia la Cuenca del Plata; pero ha
llegado el momento - agrega - de trasladar el centro de gravedad desde el Noreste
(Alto Paraná) hacia el Noroeste, lo que significa "activar la presencia nacional en
Bolivia". Fundamenta este cambio de prospectiva en "la singular trascendencia
geopolítica del Altiplano, entendido no sólo en sí mismo, sino incluyendo e! valle y
el llano bolivianos, en el carácter de nexo entre el Amazonas y el Plata que tiene
Santa Cruz; en que Bolivia "es el único escenario geográfico que permite a la
Argentina actuar simultáneamente sobre Chile y Brasil", en que "una acción
argentina en Bolivia vendría a reafirmar la hermandad existente y a sellar la
alianza que se exteriorizó á raíz del conflicto con Chile".
Los argentinos consideran que su destino está ligado a los dos Océanos y a su
condición de país bi-continental, americano y antártico, y que Bolivia tiene la llave
que les abrirá la puerta al Pacifico. "Cuanto ocurra a Bolivia y con Bolivia es uno de
los grandes temas argentinos. Es un apotegma que tendremos que
internacionalizar. Nuestro porvenir se juega todos los días y en muchas partes.
Pero en Bolivia se juega decisivamente". Similar actitud tiene hacia el Perú y el
Pacto Andino.
Las preocupaciones geopolíticas argentinas estaban orientadas en cuatro
direcciones: contener el expansionismo brasileño, que según ellos involucra riesgo
seguro para Argentina: su antigua rivalidad fronteriza con Chile, principalmente en
la Patagonia: encabezar el proceso de desarrollo en la Cuenca del Plata, y
asegurar su presencia en el Atlántico Sur. Se sumaba a esto la frustración nacional
ocasionada en el pueblo argentino por la desaceleración y retroceso de su
desarrollo a partir de 1.930.
III.- LOS ESTADOS UNIDOS DEL BRASIL.
La geopolítica de este país sigue dos líneas maestras:
A.- Consolidar su espacio interior mediante su ocupación efectiva (población),
una red de comunicaciones (carreteras y ferrocarriles), y el desarrollo
industrial.
B.- Expandir ese territorio hacia el Oeste, Norte y Sur, de manera de llegar a ser
la primera potencia sub-continental y una de las potencias mundiales de
segundo orden. En esto consiste el "destino manifiesto" del Brasil,
propugnado uniformemente por sus estadistas y geopolíticos.
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Gran parte de esa geopolítica (la tendencia expansionista). tiene su origen en
la política seguida exitosamente por los portugueses en esta parte del mundo
hace cinco siglos. Recordemos, a propósito, que mediante Bula de 4 de mayo
de 1.493, Alejandro VI trazó el límite entre las posesiones españolas y
portuguesas en el Nuevo Mundo, en un meridiano situado a cien leguas al
Oeste y Sur de las Islas Azores y del Cabo Verde. Con esa línea, Portugal
obtenía una estrecha faja en América del Sur. en la parte más oriental, donde
ahora se ubica la ciudad de Recite. Portugal nose conformó con esa Bula y a
raíz de sus exigencias se firmó el 7 de junio de 1.494 el Tratado de
Tordesillas, por el que la línea demarcatoria avanzó 270 leguas hacia d Oeste
y quedó fijada a 370 leguas al occidente de las Islas de Cabo Verde. H Papa
Julio .U aprobó el Tratado en 1.506. 'Por obra de Tordesillas - ha dicho un
autor - Portugal sentó sus reales en América del Sur. sin que ningún
portugués hubiera pisado, a la sazón, ni avistado siquiera, las tierras del
Nuevo Mundo".
Sin embargo de esto, Portugal no tenía acceso, con esa línea geodésica, a
ninguna de las tres grandes cuencas hidrográficas de la región: Amazonas,
del Plata y Orinoco. No conforme con esta graciosa concesión, las
"bandeiras", que eran incursiones pacíficas y violentas de sus colonizadores
portugueses, siguieron avanzando de hecho hacia el Oeste, a la caza de
esclavos indígenas y en busca de oro. Estas ocupaciones fueron reconocidas
por los Tratados de Utrecht (1.713) y de Madrid (1.750), de suerte que Portu-
gal, primero, y Brasil después, llegaron a colocarse a casi 800 leguas de la
primitiva demarcación.
Se dice que el autor del Tratado de 1.750 fue Alexandre de Gusmao,
consejero de la corona portuguesa en Lisboa que había nacido en Brasil.
Astuto, sagaz e inteligente, Gusmao es considerado el primer diplomático
brasileño, pues fue uno de los forjadores del expansionismo brasileño, mucho
antes de la independencia del Brasil.
Conseguida la independencia en 1.822, Brasil se erigió en imperio y continuó
su política expansionista principalmente bajo la égida de Pedro II, cuyo
prolongado gobierno aseguró desarrollo y prosperidad a su país. Proclamada
la república el 15 de noviembre de 1.889, los estadistas brasileños no
abandonaron sus designios imperialistas. Uno de éstos, José María da Silva
Paranhos. Barón de Río Branco, nacido en Río de Janeiro el 20 de abril de
1.845 y muerto en la misma ciudad el 9 de febrero de 1.912, concibió y
ejecutó en los primeros años del presente siglo una serie de conquistas
territoriales consumadas contra sus vecinos de manera pacífica unas veces, y
conflictiva otras. Siendo Canciller de su país. Río Branco suscribió en 1.904
con su colega ecuatoriano Tobar Donoso un curioso tratado por el que los dos
países se unían "en alianza defensiva para evitar toda agresión de parte de
Perú y oponerse a que el gobierno de aquel país ocupe militar y
administrativamente territorios a que aquellos países creen tener derecho y
que no fueron poseídos por Perú a la fecha de su separación de España". Lo
más grave de dicho Tratado, para Ecuador, fueque éste cedió a Brasil las
partes bajas del Caquetá y del Putumayu, perdiendo su contacto con el río
Amazonas.
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Con motivo del conflicto provocado en el territorio boliviano del Acre por
filibusteros brasileños, el 18 de enero de 1.903 Río Branco comunicó al
gobierno boliviano que Brasil definía como su frontera el paralelo 10° 25’ y
ocupaba militarmente el Acre. Por el Tratado de Petrópolis de 17 de diciembre
de 1.903 Bolivia cedió al Brasil 190.000 kms.cuadrados. El 24 de abril de
1.907 suscribe el Tratado de Límites con Colombia, recorriendo la frontera
brasileña a la línea Tabatinga-Apaporis. El 8 de septiembre de 1.909 suscribe
otro Tratado de Límites con Perú, igualmente ventajoso para el Brasil.
Repasados, así, los orígenes y proyecciones del expansionismo brasileño,
será útil resumir el pensamiento de tres autores contemporáneos que perfilan
la política seguida por Brasil. Un capitán del ejército brasileño llamado Mario
Travaasos publicó en 1.935 un libro titulado "Proyección Continental de
“Brasil". Su autor, dice Miguel Ángel Scenna, "probó ser uno de los más
talentosos geopolíticos del continente y el texto constituye uno de los más
inteligentes estudios elaborados en ese campo en América".
A Travassos le preocupaba la supremacía económica y militar que en esos
años ejercía Argentina sobre Brasil, y en particular su influencia sobre los
vecinos, principalmente Bolivia. Con esa preocupación elaboró un plan
destinado a alcanzar la hegemonía ("proyección) continental de su país,
partiendo de su posición privilegiada", céntrica, equidistante de América del
Norte, Europa y África y con las costas más extensas sobre el Atlántico, mar
de civilización europea y de la cultura cristiana", a través del cual se realizó el
descubrimiento y la conquista de América. Para construir la hegemonía
brasileña había que neutralizar la influencia argentina con los países vecinos
y en la Cuenca del Plata, pues el Brasil debía dominar las tres cuencas
atlánticas (las del Orinoco, Amazonas y el Plata), ya que Travassos no
asignaba mayor importancia a la cuenca del Pacífico.
Como primera medida, había que desarrollar el eje este- oeste, y en esta
dirección el área neurálgica es el altiplano boliviano, donde el triángulo
Cochabamba - Sucre - Santa Cruz se erige en el "Heartland" del
Subcontinente. En dicho triángulo, Cochabamba juega una función primordial,
según Travassos. Consideraba, por otra parte, que el Amazonas es la salida
natural de la economía del oriente Andino, con la que esperaba influir sobre
Perú y Ecuador.
El Gral. Golbeiy Do'Couto e Silva fue un militar que ejerció numerosas y
elevadas funciones en el ejército y en el campo civil, habiendo realizado
importantes estudios sobre geopolítica del Brasil. Su pensamiento tuvo
grande influencia en los círculos gobernantes, donde además de fundones
castrenses desempeñó la jefatura del gabinete civil de los presidentes
Ernesto Geisel y Joao Baptista de Figueiredo. La editora de "Geopolítica do
Brasil dice, al presentarlo, que el libro "nació como una obra clásica”. De él
puede decirse, sin exageración, que constituye uno de los libros esenciales
del Brasil contemporáneo, tanto por lo que nos enseña en el plano de los
valores históricos, cuanto por lo que nos sugiere en el plano de los valores
políticos..
Al describir el territorio brasileño, Golbery habla de "un triángulo físicamente
compacto de tierras cuyo vértice apunta al sur, asentado sobre una vasta
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altiplanicie que desciende insensiblemente por el noroeste hacia una no
menos inmensa planicie donde los ríos cuentan más que la tierra, que se
extiende al Oeste, en gran hemiciclo sobre una región anfibia"
Golbery destaca el triángulo Río-Sao Paulo-Belo Horizonte como la zona más
poblada y mejor servida por carreteras y ferrocarriles. Es el núcleo central del
Brasil -dice - y su verdadero corazón. Desde el punto de vista de la
circulación, recuerda que se ha dicho que el Brasil es un vasto archipiélago,
alusión a la pobreza de las comunicaciones internas. Partiendo del núcleo
central, d distingue tres grandes penínsulas en el Noreste, en el Sur y en el
Noreste, "ligadas apenas por precarios istmos de circulación”. Para integrar e!
territorio nacional (primera gran tarea), propone tres medidas.
1. Articular la base ecuménica vinculando el Noreste y el Sur con el núcleo
central.
2. Impulsar el avance hacia el Noreste de la onda colonizadora, a partir de
la plataforma central.
3. Inundar de civilización la parte amazónica cubriendo los nódulos
fronterizos, partiendo de una base avanzada constituida en el Centro
Oeste, en acción coordinada con la progresión Este-Oeste, siguiendo el
eje del gran río.
En cuanto a la posición geopolítica del territorio brasileño, si bien es cierto
que su posición astronómica es desventajosa -piensa el autor- puesto que el
90% de su área total se halla entre el Ecuador y los trópicos, tal desventaba
es compensada en parte por la altitud relativa de la altiplanicie y por la
influencia marítima que se hace sentir tierras adentro. Es cierto - agrega - que
en relación al litoral Atlántico, un porcentaje muy alto (40%) del territorio se
halla a distancias superiores a los mil kilómetros, y que no ocurre con ningún
otro continente: pero esto se compensa con el hecho de que el rio Amazonas
y su enorme red de tributarios permiten la navegación de buques de gran
tonelaje hasta más allá de las fronteras. De aquí concluye COUTO que su
país está bien equilibrado en el juego de las fuerzas y atracciones conti-
nentales y marítimas. Propugna, sin embargo, el taponamiento efectivo de los
caminos naturales de penetración que desde las fronteras conducen a la
Amazonia. Al Sur y Suroeste "se nos confronta el poder argentino
concentrado en un evidente núcleo central que, a grosso modo, abarca la
gran capital-tentáculo de Buenos aires y la provincia del mismo nombre...
Más o menos tributarios de la Argentina, oscilando entre la desconfianza, el
resentimiento y la admiración y ungidos por la dependencia económica
indiscutible. Paraguay y Bolivia, "prisioneros geopolíticos", mucho más el
primero que la segunda, valen mucho por su posición geográfica en el flanco
abierto y vulnerable del Brasil meridional y central..."
En otra parte observa Couto que por su extensión territorial, que abarca casi
todos los meridianos y paralelos de América del Sur, y por sus riquezas
naturales en potencia. ... el Brasil participa de todas las áreas geopolíticas del
Continente. Dos otras áreas geopolíticas terrestres resaltan -dice - en el
noroeste y al sur del continente. La primera formada por Perú, Ecuador,
Colombia y Venezuela... la .segunda Argentina, Chile, Uruguay.. y al centro
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articulando esas dos áreas entre si y ligándolas a la zona central del núcleo
ecuménico brasileño, un área geopolítica de soldadura caracterizada por su
notorio carácter ambivalente amazónico-platense, que abarcaría, grosso
modo, Bolivia y Paraguay, más el estado de Matto Grosso y el territorio de
Guaporé ".
En 1965 publicó el Gral. Garios Meira Mattos su libro "Brasil, Geopolítica y
Destino", en el que apoya en líneas generales las teorías de Couto e Silva.
Con referencia al territorio de los Estados, distingue tres aspectos básicos:
su forma, su línea periférica o frontera y su posición geográfica. Respecto a la
posición geográfica, destaca cuatro variables:latitud, proximidad o alejamiento
del mar. situación relativa a :los países vecinos y altitud.
En cuanto al Brasil. Meira Mattos, opina que posee todos los atributos para
convertirse en una potencia mundial, puesto que..." en términos de geografía
tenemos un territorio de dimensiones continentales con un inmenso litoral
sobre el Atlántico Sur y una frontera de 15.700 kms. que colinda condiez
países sudamericanos. Nuestro Litoral frente al África Occidental es la mayor
extensión costera nacional (7.400 km.) en el ecúmene del Atlántico Sur..."
Subraya su importancia como "puente estratégico' 1 entre América y la masa
continental afro-euro-asiática, como un baluarte de occidente, y coincide en
esto con el papel de "satélite privilegiado" de Estados Unidos que, según
Couto e Silva, debe jugar el Brasil.
Esta tesis de "satélite privilegiado" parece haber sido atenuada en los
últimos tiempos por una política de "pragmatismo responsable",
prevaleciente en Itamaraty. según la cual Brasil debe seguir su línea
independiente, de acuerdo a sus posibilidades, para alcanzar sus objetivos
nacionales permanentes.
Esta política ha provocado desacuerdos con Estados Unidos en algunas
materias, como el uso y aprovechamiento de la energía nuclear y la
exportación de armamento. La política de "pragmatismo responsable" se basa
en las .siguientes líneas":
1. Mantenimiento de relaciones diplomáticas con todos los países, sin
distinción de regímenes ni de ideologías, consultando solamente los
intereses del Brasil.
2. Fortalecimiento del potencial económico y bélico del Brasil.
3. Aproximación a los países de África Occidental mediante la
intensificación del comercio y de los vínculos diplomáticos, teniendo en
cuenta razones geohistóricas y geopolíticas (control del Atlántico Sur).
En un libro más reciente (15), dice el mismo autor que "desde el punto de
vista geopolítico podemos clasificarnos como Nación satisfecha, sin
ambiciones territoriales, sin antagonismos económicos o comerciales, sin
sometimientos a agudas presiones ideológicas".
De la reseña histórica precedente se observa que la política exterior de Brasil
ha transitado por tres etapas: 1) La expansión colonial hacia el Oeste y Sur
de su territorio, a expensas de las posesiones coloniales hispanas que fueron
sistemáticamente reducidas, legando al Brasil independiente una extensa
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masa geográfica: 2) La expansión de ese territorio durante el imperio y la
república, merced, principalmente, a la acción diplomática de estadistas como
el Barón de Río Branco; y 3) la política de "pragmatismo responsable"
aplicada durante los últimos treinta años. que ha llegado a disipar la vieja
rivalidad entre Brasil y Argentina reemplazándola por una cooperación en el
Cono Sur.
"Sólo a través de la integración del Cono Sur - dice Phiup Kelly - puede Brasil
salvar el confinamiento continental y desempeñar un papel geoestratégico en
los asuntos globales, pero en este caso no como actor nacional sino como
líder de una coalición regional más amplia, es decir, del Cono Sur".
Como observa este autor, se precia una línea continua desde el siglo pasado,
en la geopolítica y en las relaciones internacionales de Brasil, que ha
contribuido, sin duda, a su engrandecimiento; pero "pensar en Brasil como
una probable superpotencia o como un agente de gran potencia, es bastante
irreal. Por si mismo carece de recursos para alcanzar trascendencia
mundial... Su posición global es periférica para los competidores de América
del Norte o Eurasia: no es una nación continental que se extienda desde el
Atlántico hasta el Pacífico o el Caribe, y esta expansión probablemente no
ocurra.
IV.- CHILE.
El territorio de Chile tiene una superficie de 741.767 kms. cuadrados que se
extiende en el extremo Sudoeste de Sudamérica. de Norte a Sur, en una angosta
faja de 4.270kms.de longitud y solo 190 kms. de anchura media. Dos cordilleras
paralelas lo recorren longitudinalmente: la de los Andes y la de la Costa, cuya
elevación disminuye de Norte a Sur. Entre ambas existe una depresión que al
Norte ocupan los desiertos de Tamarugal y Atacama; más abajo una serie de
valles transversales y desde Santiago a Chiloé, un angosto valle longitudinal. Su
territorio registra una intensa actividad sísmica y a pesar de su longitud ofrece un
clima templado casi uniforme, debido principalmente a la corriente de Humboldt
Su población es homogénea, la mayor parte urbana distribuida con mayor
densidad en y alrededor del núcleo central que es la capital Santiago.
Pese a las condiciones adversas de la geografía chilena, en la que sólo apuntan
dos factores positivos (clima y población), el país ha logrado estructurarse a
expensas de sus vecinos principalmente Bolivia y Perú. Al disponer de una
extensa costa* desarrolló su marina mercante y de guerra al punto de que la
Guerra del Pacífico (1.879) la ganó principalmente desde el mar, por la
superioridad de sus fuerzas.
La geopolítica chilena se ha estructurado desde el siglo pasado en base a tres
columnas igualmente sólidas que aseguran su permanencia como Estado-Nación:
una clase dirigente, política y financiera, inteligente y capaz: unas fuerzas armadas
profesionales y una diplomacia eficiente y alerta que se extiende a la ocupación de
posiciones estratégicas en la alta burocracia internacional (ONU, OEA.. Banco
Mundial., FMI., BID., etc.). Estas tres fuerzas y la desorganización reinante en los
países vecinos permitieron a Chile consolidar su independencia y soberanía en el
siglo XIX. cuando su ejército derrotó a las fuerzas de la Confederación Perú-
Boliviana en YUNGAY en enero de 1.839.
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Desde los albores de su independencia Chile buscó una serie de alianzas para
neutralizar y derrotar a sus adversarios: con la potencia hegemónica del siglo XIX
que era Inglaterra así como con Brasil y Colombia. Paradójicamente, la Argentina,
que mantiene con Chile una rivalidad tradicional contribuyó a la derrota de la
Confederación Peruano-Boliviana al aliarse con aquél porque, según explicaba el
dictador Juan Manuel Rosas, Santa Cruz daba refugio a los unitarios que
combatían contra él.
El nacionalismo chileno ha sido más fuerte que su americanismo. Se atribuye éste
a Bernardo O’ Higgins: pero las líneas maestras de la política exterior de Chile
arrancan del pensamiento portaliano que preconizó un fuerte gobierno nacional, la
unidad nacional y el desarrollo del comercio, así como el dominio del Pacífico Sur,
evitando la unión de Bolivia y Perú. Se ha hecho notar que tanto Portales como los
que siguieron sus ideas eran "geopolíticos instintivos". pues las ideas geopolíticas
comenzaron a discutirse en ese país alrededor de 1.940 con los trabajos de
Ramón Cañas Montalvo, Comandante del Ejército. Director del Instituto Geográfico
Militar y de la "Revista Geográfica de Chile: Térra Australis". En esta revista se
impugnaba los designios argentinos de primacía continental alentados por el
presidente Perón y se propugnaba el dominio del Pacífico Sur por parte de Chile,
así como el control del canal de Beagle y el Cabo de Hornos.
Pedro Jhl introdujo en 1.951 la tesis del mar chileno desde la línea fronteriza con
Perú hasta la isla de Pascua en el Oeste y por el Sur hasta la Antártida. En 1.977
se instituyó una "política oceánica ” y en 1.981 se fundó el instituto Chileno del
Océano Pacífico. En 1.968 salieron a luz dos libros cuyos autores eran profesores
dé la Academia de Guerra del Ejército: “Geopolítica", de Augusto Pinochet. y
"Leyes que se deducen del estudio de la expansión de los Estados", de Julio Von
Chrismar. Por razones conocidas, el .primero de dichos libros ha sido más
comentado dentro y fuera de Chile.
La enseñanza oficial de la Geopolítica estaba a cargo de la Academia de Guerra
del Ejército, que instruía y graduaba profesores civiles para la enseñanza de la
materia. Esta enseñanza es impartida desde 1981 por el Instituto Geopolítico de
Chile, a cargo de un director civil, en el que estudian civiles y militares, y del que
forman parte los directores de la Academia de Guerra, de la Academia Diplomática
y de otros Institutos similares, así como los rectores de las principales
universidades todos los cuales actúan como coordinadores en los ámbitos civil y
militar. En 1.975 se estableció la Academia Superior de Seguridad Nacional,
llamada después Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos.
Los objetivos centrales de la geopolítica chilena son: su dominio exclusivo y
excluyente del Pacífico Sur: acceso directo al Atlántico Sur conseguido a través del
estrecho de Magallanes; debilitamiento progresivo de sus tres vecinospara impedir
la recuperación de los territorios que usurpó por la fuerza en 1.879 y para anular
todo intento de recreación de la Confederación Peruano-Boliviana y de la -Alianza
entre Argentina y Bolivia.
Pese a los antecedentes históricos mencionados que son hechos consumados, el
Gral. Augusto Pinochet dice que todavía no se ha creado en Chile una Escuela
Geopolítica "Nacional " y sólo en los últimos años se ha iniciado el estudio de esta
cátedra en algunas universidades". Sin embargo, él mismo observa que son
numerosos los hombres públicos, civiles y militares que han tomado medidas de
99 - 146
carácter geopolítico "que han dado al país el rumbo y el objetivo que le
corresponde". Una Escuela Geopolítica chilena podría orientarse a, concluye:
A.- Desarrollar un gran poder marítimo.
B.- Crear conciencia de la montaña en la población.
C.- Impulsar el mayor poder económico industrial en América del Sur.
El poder marítimo y la "conciencia de la montaña" derivan de la naturaleza del
territorio chileno, que como dijimos tiene su fortaleza y su debilidad en su extensa
costa y en sus cadenas cordilleranas, que aprisionan y constriñen esa larga lengua
de tierra, gran parte de la cual es desértica, aunque rica en recursos minerales
usurpados a sus vecinos en 1.879.
Actualmente Chile ha superado la etapa de aislamiento internacional que sufrió
entre 1.973 y 1.989. Al haberse reinstalado el gobierno democrático en 1.990.
Chile ha trabajado exitosamente por su reinserción en el sistema internacional,
desplegando una política exterior realista y "congruente con los recursos y
posibilidades del país.. (y) orientada hacia el logro de objetivos permanentes,
legitimados por los grandes consensos nacionales".
Con este espíritu. Chile trata de acercarse a sus vecinos eliminando los focos de
conflicto que lo separan de éstos. Con Argentina suscribió el 2 de agosto de 1.991
la "Declaración Presidencial de Limites", por la cual se delimitó los 4300 kms. de
frontera común. Se hizo un reparto equilibrado y equitativo, en negociación directa,
de 25OO kms2. de territorio en disputa, sometiéndose al arbitraje de cinco
miembros latinoamericanos 532 kms.2 de la zona de Laguna del Desierto. En la
misma fecha suscribieron los dos países un acuerdo de complementación
económica, en el marco de ALADI, con el propósito de: a) facilitar, expandir y
diversificar el intercambio comercial: b) promover las inversiones recíprocas; c)
estimular la integración física; d) facilitar proyectos de interés común en industria,
infraestructura, energía, minería y turismo.
Con el Perú se ha formado una comisión bi-nacional que trabaja actualmente
(febrero de 1.993). en la solución de los aspectos pendientes del Tratado de 1.929,
que dispuso la construcción por Chile, en Arica, de un muelle de atraque así como
de almacenes para Perú.
Con Bolivia, Chile mantiene un intercambio comercial que le es ampliamente
favorable y se dispone a firmar acuerdos de "complementación económica"; pero
se niega a considerar el reclamo histórico de una salida propia y soberana para
Bolivia en el Océano pacifico.
V.- URUGUAY.
No obstante su reducida extensión territorial (176.215 kms.2) y su pequeña
población (3.100.000 habitantes). Uruguay ofrece los siguientes factores positivos
para su desarrollo y para su inserción en el CONO SUR:
A.- Su ubicación entre los dos países mayores de América del Sur.
B.- Un territorio casi totalmente llano, cuyas mayores elevaciones no sobrepasan
los 500 mts. s.n.m. al Norte, apto para la ganadería y la agricultura que son
sus principales actividades, con tierras muy fértiles, ricas en potasio.
100 - 146
C.- Una dilatada costa (en proporción a su territorio) sobre el Atlántico y el río de
La Plata.
D.- Una población homogénea sin analfabetos, asentada principalmente en las
ciudades (85% es urbana) y con reducido Índice de crecimiento (1% al año).
E- Un clima templado, con abundantes lluvias durante todo el año. que
favorecen a sus praderas naturales.
F.- Una extensa hidrografía, con 1.100 kms. de ríos navegables entre los cuales
están dos de los más importantes de Sud América: los ríos Uruguay y de La
Plata.
G.- Definir la vocación marítima uruguaya.
Apoyar y fortalecer un La suma de estos factores positivos determinó que
Uruguay tuviese una sólida economía y el mayor desarrollo económico, social
y político de América Latina durante el siglo XIX y la primera mitad del
presente siglo, a punto de que por la estabilidad de sus instituciones y el
avance de su cultura se le llamaba la "Suiza americana". Por ello mismo se
constituyó en un centro geopolítico importante, pues, como lo anota Quagliotti
de Bellis, "resulta obvio señalar la relevancia ciertamente vital que tiene, más
para Argentina, aunque también para Brasil, la necesidad de contar con un
Uruguay seguro de sí mismo, sólido en el campo socioeconómico, claros sus
singulares perfiles culturales y políticos"
Estas favorables condiciones naturales y sociales de Uruguay han atraído las
ambiciones extranjeras, sobre las cuales uno de sus gobernantes prevenía a
sus compatriotas subrayando que, es nuestro país tan rico, está tan
estratégicamente colocado sobre el flanco Atlántico, habitado además por
una raza viril y unánimemente caucásica que siempre tendremos que estar
en guardia contra el peligro de pretensiones imperialistas”.
El mismo autor citado en el penúltimo párrafo resume así las grandes líneas
de la geopolítica uruguaya:
Importante polo de desarrollo en favor de la descentralización industrial
(se refiere a desarrollar el interior del territorio, pues casi toda la actividad
industrial se concentra ahora en el área metropolitana de Montevideo).
Fijar la presencia efectiva de Uruguay en el Atlántico Sur
Aprovechar y acentuar su estratégica posición en (a Cuenca del Plata y en
el sector Atlántico del Cono Sur americano.
VI.- EL MERCADO COMÚN DEL CONO SUR.
Las conversaciones para constituir este mercado comenzaron en 1985, cuando los
ex-presidentes Raúl Alfonsín (Argentina) y José Sarney (Brasil) acordaron iniciar
un proceso bilateral de integración, atenuando siglos de rivalidad luso platense.
Más adelante fueron invitados a participar de las negociaciones Uruguay y
Paraguay. En agosto de 1990 se iniciaron formalmente las conversaciones sobre
MERCOSUR y el 26 de marzo de 1991 se suscribió el Tratado de Asunción que
dispone desgravaciones arancelarias progresivas entre las cuatro partes, que
habrán de culminar el 1 de enero de 1995 con un arancel cero para toda el área.
101 - 146
El Tratado de Asunción propone en síntesis:
Una libre circulación de bienes (productos), servicios financieros, turismo,
derecho de propiedad intelectual. etc.). y factores productivos (circulación de
la mano de obra y de tos capitales de los cuatro países).
El establecímiento de un arancel extemo común, con lo cual un producto
pagará siempre lo mismo, entre por donde entre, a cualquier de los cuatro
países.
La adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados
o agrupaciones de estados, o sea que las medidas serán coordinadas hasta
unificarse en relación a países no integrantes del MERCOSUR.
La coordinación de posiciones en foros económicos y comerciales, regionales
e internacionales, como la ronda Uruguay del GATT.
La coordinación de políticas de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal,
monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de transporte y
comunicaciones y otras que sean acordadas. El compromiso de los cuatro
países de armonizar legislaciones en áreas pertinentes para lograr el
fortalecimiento del proceso de integración.
VII.- OTROS PROYECTOS.
En la XVU Reunión de Ministros de Transportes y Obras Publicas de los países del
Cono Sur, celebrada en Asunción en septiembre de 1.990. se aprobó el "Proyecto
Libertadores" para la integración ferroviaria entre Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Paraguay. Perú y Uruguay, a través de una red de 16.000 kms.. con cuatro rutas o
corredores de este a oeste y norte a sur. El programa fue elaborado con la
cooperación de los Ferrocarriles españoles (RENFE), la Asociación
Latinoamericana de Ferrocarriles (ALAF), la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL) y el Instituto para la integración Ferroviaria de América Latina
(INFAL), y se propone habilitar el corredor transcontinental central (San Pablo - La
Paz - Arica); el de los Libertadores (Buenos aires - Villazón - La Paz - Guaqui -
Puno -Arequipa - Matarani);el del Atlántico (San Pablo - Asunción - Montevideo); y
el transandino central (Valparaíso - Santiago - Mendoza -Córdoba-Buenos Aires).
Siguiendo un modelo aplicado en la CEE.los cuatro países del MERCOSUR
discutieron en Brasilia, en octubre de 1.990, procedimientos para dar fluidez al
transporte fronterizo, desregulándolo mediante la eliminación de controles
innecesarios, o su realización por maestreo. Con el mismo espíritu se reunieron en
Foz de Iguazú, en noviembre de 1.990, los Ministros de Agricultura de Argentina,
Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, para discutir un programa de integración
agropecuaria en el Cono Sur que facilite el comercio intraregional en esta materia.
102 - 146
TERCERA PARTE
CAPITULO I
GEOPOLÍTICA LATINOAMERICANA
1 Véase Walter Wallbank, historia universal, tomo I. Pag. 53 Cfr. A- V- Mishulin. Historia
de la antigüedad. Pags. 32-33 y Manuel Marin Correa. Historia Universal Marin. Vol. I.
Pag. 120.
103 - 146
fuera un continente aparte y murió creyendo que había llegado a las Indias
Occidentales.
Dos circunstancias más hay que destacar como factores que posibilitaron el viaje
de Colon: primero, la invención del papel y la imprenta y, segundo, el invento de la
brújula que posibilitaba grandes viajes en alta mar. A esto, hay que añadir el
bloqueo de las rutas comerciales europeas con Asia, debido a la ocupación del
Imperio Bizantino por los turcos, lo que obligo a los europeos a buscar nuevas
rutas para abastecerse de diversos productos asiáticos desde las piedras
preciosas, la seda y hasta productos utilizados en la repostería y el arte culinario
como son los diversos conocimientos que no se producían en Europa: pero, este
último factor, aislado de los dos factores anteriores, sin esas dos condiciones
previas, jamás hubiera posibilitado el redescubrimiento de América.
II.-IMPERIOS COLONIALES EUROPEOS EN AMÉRICA LATINA.
Desde el año 1.492, la parte del continente americano que hoy se conoce con el
nombre de América Latina, fue conquistada y colonizada por España, Portugal y
Francia, países en los que el modo de producción feudal era la forma económica
predominante y, como tal, trajeron consigo ideas y formas de organización
feudales que se establecieron en América sobre la base de restos de organización
comunitaria como el ayllu, la mita, etc. En este sentido, “España volcó sobre
América los elementos de su régimen feudal descompuestos” 2 y, por lo mismo, “la
sociedad colonial asimismo las forma de producción indígenas acondicionándolos
a las relaciones de producción e intercambio impuestos por los conquistadores” 3.
Esta herencia colonial, durara hasta los mediados de la segunda mitad del siglo
XIX y, a partir de esa época, se articulara lentamente a las diversas formas de
dominio imperialista4, dando lugar, finalmente, a la conformación del
neocolonialismo.
En cambio, en países como Holanda e Inglaterra, en la época de la conquista, el
capitalismo estaba en sus fases iníciales: más aun, en los mismos imperios
feudales como Francia. Portugal y España, el capitalismo se había establecido
débilmente. Toda Europa atravesaba la fase de la acumulación originaria de
capital que no es sino la expropiación de las propiedades y riquezas de grandes
masas populares por parte de pequeños grupos mediante el asalto, el robo, el
asesinato y toda clase de violencias para iniciar la explotación de la fuerza de
trabajo mediante el capital así reunido. Es en esta serie de atrocidades que se
inscribe el saqueo colonial de América de parte de las grandes potencias
europeas.
A partir de esto se comprende el robo de obras artísticas invaluables hechas de
oro y plata que han sido fundidas y convertidas en simples barras de metal,
perdiéndose también, con ello, el valor y el alto nivel cultural que los pueblos
aborígenes de América habían alcanzado, hasta ese entonces, en forma autónoma
del resto del mundo.
5 Las diferencias entre las rebeliones de Tupac Amaru y Tupac Catarí, lo hemos
indicado en “Tupac Catarí y los Kataristas” PRESENCIA. 14 de marzo de 1993.
6 José Eustaquio Méndez. Carta al gobernador de Tarija, en PRESENCIA, 19 de Agosto
de 19874.
105 - 146
latinoamericana fuera inevitable. El feudalismo como modo de producción no
unifica: al contrario, estando basado en feudos de producción para el
autoconsumo, su característica principal es el aislamiento.
En ese sentido, la desarticulación latinoamericana era un fenómeno inevitable al
sobrevenir la independencia: es más, las colonias españolas jamás han estado
unidas como para constituirse en una sola república: si algo de comunicación
tenían era el de ser colonia española y nada más. No habiendo un sistema
económico que unificara las diversas regiones coloniales en una sola unidad
política, no se podía esperar que, una vez libres, permanecieran unidas. El
capitalismo, que unifica las regiones en torno a un mercado, creando las bases de
la unidad nacional, no estaba desarrollada todavía en la época en que se logró la
independencia de la mayoría de las colonias españolas de América.
IV.-PLANTEAMIENTO UNITARIO DE BOLÍVAR.
Al iniciar la guerra de la independencia, Simón Bolívar, estaba consciente de las
dificultades que España había creado en América, estaba consciente de “las
trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan,
ni negocien”7. Este conocimiento de la realidad colonial, fue la que hizo que Bolívar
fuera prudente en su planeamiento unitario respecto a América latina; como
político realista que era, no planteo la unidad latinoamericana al margen de la
realidad de entonces, por eso escribe: “yo deseo más que otro alguno, ver formar
en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas
que por su libertad y gloria, aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi
patria, no puedo persuadirme que el nuevo mundo sea por el momento regido por
una gran república”8.
Las ideas de Bolívar son más claras aun cuando escribe que “es una idea
grandiosa pretender tomar de todo es Nuevo Mundo una sola nación con un solo
vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una
lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguientes, tener un solo
gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse: mas no
es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos,
caracteres desemejantes dividen a la América”9.
Como se podrá notar, Bolívar desea la unidad latinoamericana, pero se da cuenta
que “no es posible”; Bolívar no era partidario de la unidad a ultranza como
tendenciosamente algunos pretenden hacerlos aparecer, sin embargo, como
hombre íntegro que era, lucho para que esa unidad fuera posible, a pesar de las
dificultades existentes; pero, en ese intento grandioso, Bolívar fue víctima de las
oligarquías locales que mezquinamente se le opusieron valiéndose, inclusive, de
los antiguos compañeros de armas del Libertador, como fue el caso de Venezuela
y Ecuador que a la aveza de José Antonio Páez y Juan José Flores,
respectivamente, deshicieron la Gran Colombia formada por las actuales
repúblicas de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
112 - 146
La geopolítica brasileña, ha sido formulada en dos momentos, en 1935, por el
entonces capitán Mario Travassos, con su obra Proyección continental del Brasil,
pionera y fundamental para el pensamiento geopolítico brasileño, y en la década
de 1950, por Golbery do Couto e Silva, general del ejército brasileño, con su obra
fundamental denominada Geopolítica del Brasil, escrito en 1952 y publicada en
1957. Complementariamente, otros militares brasileños como Lysias A. Rodríguez,
Everardo Backheaser y Carlos de Meira Martos, han logrado ampliar los estudios
geopolíticos referentes al Brasil, creándose una verdadera escuela geopolítica
conocida con el nombre de "Grupo de la Sorbonne".
La geopolítica brasileña, se ha desarrollado en el contexto de la competencia con
la Argentina por la hegemonía del Rio de la Plata y del Atlántico Sur. Si bien detrás
de estas luchas hegemónicas en la cuenca del Rio de la Plata, estaba el respaldo
británico a la Argentina y el respaldo estadounidense al Brasil, no se pueden dejar
de reconocer la originalidad de la tesis geopolíticas Mario Travassos y de Golbery
do Couto e Silva, a pesar de que sus ideas no son sino una ampliación de las
funciones geopolíticas que Spykman le asigna al Brasil con relación a la necesidad
del dominio del Atlántico Sur que tiene los Estados Unidos.
El Brasil, debido a su dilatada extensión, abarca además del Atlántico Sur otras
latitudes oceánicas como la región central del Atlántico, vital en la
intercomunicación entre Europa y los Estados Unidos con la India, el Lejano
Oriente y Australia, por la vía del Cabo de Hornos y, precisamente, para ejercer un
control adecuado de esta región oceánica, los geopolíticos brasileños, ha
desarrollado otra corriente geopolítica denominada geopolítica de los Trópico
basada fundamentalmente, en la necesidad del dominio de la región amazónica y
proyectar sobre esa base, el dominio y la hegemonía sobre los países africanos de
habla portuguesa y la necesidad de la satelización de Portugal, con la finalidad de
conformar una "comunidad brasileño-afro-lusitana" que sea la expresión del poder
hegemónico internacional alcanzado por el Brasil.
Esta corriente de la geopolítica brasileña, si bien es simplemente la continuación
de los proyectos hegemonistas de Couto e Silva, no es sino una otra faceta
complementaria de la geopolítica brasileña y ha sido más estudiado y desarrollado
por el general Mattos, cuya visión, al igual que el de Couto e Silva, también abarca
la necesidad de ejercer el dominio y la hegemonía sobre los países africanos de
habla portuguesa, logrando la satelización del Portugal para lo cual, se ha
ocupado de estudiar los problemas y dificultades que ello plantea, en obras
fundamentales como Proyección mundial del Brasil, de 1960 Brasil: Geopolítica y
destino, de 1975. Una geopolítica pan-amazónica, de 1980 y Geopolítica de los
trópicos, de 1984.
A partir de lo expuesto, se puede afirmar que la geopolítica brasileña, trato de
lograr el dominio y la hegemonía, tanto en la región del Rio de la Plata, y con ello
en toda la América del Sur, así como también en el Atlántico Sur, tratando de
lograr con esa finalidad, el dominio y la hegemonía sobre los países africanos de
habla portuguesa y sobre el mismo Portugal. En esta búsqueda de su realización
nacional, el Brasil ha formulado una geopolítica nacional basada en el dominio de
dos regiones geográficas como son la cuenca del Río de la Plata y la cuenca del
Rio Amazonas.
113 - 146
Así, la oligarquía brasileña, basada en su propia experiencia como es el
expansionismo geográfico, su mejor herencia colonial portuguesa, y respaldado
por la necesidad imperialista de los Estados Unidos de control sobre el Atlántico
Sur, ha logrado formular una geopolítica nacional propia con dos facetas; el
dominio platense y el dominio amazónico. La realización política de la geopolítica
nacional brasileña, así formulada, tiene un solo objetivo: convertir al Brasil en una
potencia mundial cuyo ámbito de dominio y hegemonía política serian Sudamérica,
una parte del África y el Portugal.
El esclarecimiento de los objetivos de la geopolítica brasileña, nos permite ahora,
abordar con más detenimiento, sus planteamientos geopolíticos y sus sueños
expansionistas en América del Sur. Dichas ambiciones expansionistas y
hegemonistas, están basadas en los postulados teóricos de Spykman,
desarrolladas y ampliadas, fundamentalmente, por Couto e Silva y por Mattos y
fueron expresados en varios aspectos como son lo geográfico y lo político.
En lo geográfico, se ha postulado unificar la ecúmene nacional brasileña, situada
en torno al triángulo Sao Paulo-Río de Janeiro-Salvador de Bahía, con el Sur y el
noroeste del país, a través de una red de carreteras que dé lugar, al mismo
tiempo, al desarrollo de una vigorosa política de colonización que expanda el
dominio geográfico brasileño en forma real y efectiva, tanto hacia el Sur como
hacia el noroeste16. Se trata, según los partidarios de esta propuesta, de ampliar
los espacios de real dominio brasileño, arrebatándole espacios habitables a la
selva y a las tierras baldías para lograr la plena integración geográfica del Brasil, lo
que a su vez redundará en un mayor poderío nacional brasileño en la América del
Sur.
El dominio de la Amazonia, desde este punto de vista, se convierte en un objetivo
nacional del Brasil que a la larga le permitirá controlar y someter a sus vecinos del
Oeste y del Norte como son Bolivia, Perú. Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam
y la Guayana francesa. A su vez, el dominio del Sur, le permitirá dominar y
someter a sus vecinos del Sur como son el Paraguay y el Uruguay que, a su vez,
redundará en el control efectivo y el posterior dominio de la Argentina, su
archirrival geopolítico de siempre.
En lo político, el Brasil trata de lograr el dominio del Atlántico Sur desde la llamada
“comba brasileña”, es decir, desde el puerto Natal, ubicada en la prominencia
costera del Estado de Río Grande do Norte hacia el Sur. Según Spykman, en esta
parte de la costa brasileña acabaría la influencia geopolítica del Norte
representado por los Estados Unidos, por lo que al Sur de dicha región, el Brasil
estaría llamada a cumplir una función geopolítica de primer orden 17. Dicha función,
¿Sin embargo, de acuerdo a las tesis de Couto e Silva, el Brasil no podría
cumplirlas sola, puesto que además de representar un esfuerzo enorme, el mundo
está inmerso en una lucha hegemónica protagonizada por dos grandes potencias
como son Estados Unidos y la Unión Soviética 18.
116 - 146
En dicha obra. Norberto Ceresole afirma que la proyección estratégica continental
de la Argentina, solamente puede ser rescatada desde una posición revolucionaria
y en el sentido que le ha dado el Libertador José de San Martín en el proceso de
la guerra de la independencia en contra de España. Para Ceresole, la posición
subimperialista del Brasil está basada en la alianza de la oligarquía burguesa con
los terratenientes brasileños y éstos, a su vez, están aliados con el imperialismo
norteamericano, con la finalidad de garantizar la vigencia de los intereses
norteamericanos en América Latina. Desde ese punto de vista, la hegemonía
brasileña en América Latina, por mandato del imperialismo, tiene una naturaleza
de clase conservadora y reaccionaria y en ello radica su fortaleza y su debilidad.
En lo que se refiere a la Argentina, está viviendo -nos dice Ceresole en 1972, un
ciclo revolucionario que si bien ha partido con Perón desde posiciones nacionales,
solamente puede tener su remate, su proyección continental, como un proceso de
construcción del socialismo a escala continental, creando así, un nuevo polo de
poder continental contrapuesto al dominio norteamericano. La vanguardia y la
fuerza hegemónica de este nuevo poder continental, será la Argentina que, de esa
forma, hará del Proyecto hispanoamericano, la base de su realización nacional,
contribuyendo a su vez, a la liberación de Hispanoamérica del dominio
imperialista19.
La Argentina, según Ceresole, recuperará su papel de vanguardia revolucionaria
continental, en la medida en que proyecte sus potencialidades de realización
nacional basadas, ante todo, en el elemento humano argentino que es de altísima
formación y, por ello, constituye su mejor ventaja cualitativa frente al Brasil. La
existencia de esta masa humana cualificada y la existencia de un proceso
revolucionario, afirma Ceresole, pone a la Argentina, en la encrucijada histórica en
la que debe definir su destino: encabezar el proyecto hispanoamericano,
recuperando la senda revolucionaria de San Martín y la proyección de la Argentina
hacia el Pacifico mediante su vinculación con Chile, Bolivia y el Perú o en su caso,
resignarse al papel de simple acompañante formal del Brasil en el dominio de la
América del Sur por delegación del imperialismo norteamericano.
La vocación de vinculación hacia el Pacifico Sur, y la base idiomática española,
parecen ser los dos elementos que defina, en lo político, la realización de la
Argentina en su sentido nacional y, a su vez, esta realización nacional estaría
ineludiblemente ligada a la formación de la unidad hispanoamericana que, de esa
forma, liberaría del subimperialismo brasileño, de habla portuguesa, y del dominio
imperialista de Estados Unidos. En lo geográfico, la realización del Proyecto
patagónico, consistente en el dominio de la Patagonia para dominar el Atlántico
Sur y sus canales interoceánicos, en alianza con Chile, constituiría la base
geográfica del poder nacional argentino y sería el contrapeso geográfico que le
permita neutralizar el poder geopolítico que le proporciona al Brasil la prominencia
nordestina de Natal20.
La posición revolucionaria de la Argentina en un ciclo de revoluciones
latinoamericanas, como las que se vivían en la década de los setenta del siglo XX,
121 - 146
CAPÍTULO III
GEOPOLÍTICA BOLIVIANA
122 - 146
pueblo no puede privarse de las desembocaduras de sus ríos del mismo modo
que el dueño de una casa no puede privarse de la llave de su puerta” 23.
Visto desde esta perspectiva, Bolivia estaría destinada a ser un estado
geográficamente grande, ya que la desembocadura de sus ríos, en relación al
Océano Atlántico, abarcan buena parte del Brasil, la Argentina y el Uruguay,
pasando por la república del Paraguay. Con relación al Océano Pacifico. Bolivia
tendría que ser dueña de una buena parte del Perú y Chile.
Sin embargo, a pesar de los oráculos de la geopolítica. Bolivia no sólo que no se
ha extendido sobre estas extensas zonas, sino que más bien ha sido víctima de la
expansión territorial de los países vecinos. Esto es una muestra más del mentís
que le da la historia a la geopolítica que con mucha pretensión se autocalifica de
"científica".
II.-INFLUENCIA DE LAS ZONAS GEOGRÁFICAS.
Si tomamos en cuenta las ideas de la geopolítica acerca de la influencia del factor
geográfico en la conformación del carácter nacional de los pueblos, en Bolivia
tendríamos tres tipos de carácter colectivo: un carácter cerrado y fuerte,
correspondiente a la región altiplánica: otro carácter amable y suave,
correspondiente a la región de los valles y, finalmente, otro carácter alegre e
indolente, correspondiente a la región oriental. El altiplánico, sería el pueblo que
más ama la libertad, en tanto que el pueblo oriental, seria propenso a la esclavitud,
de acuerdo a las tesis deterministas de Montesquieu y de la geopolítica.
Sin embargo, a pesar de la geopolítica, en la región altiplánica, existen hombres
alegres de carácter amable, lo mismo que en el oriente existen hombres de
carácter cerrado y fuerte. Esto se debe a que el medio geográfico no es el factor
conformante de la conciencia individual y menos de la conciencia colectiva: la
conciencia no se forma de acuerdo al medio geográfico, sino de acuerdo a las
condiciones de vida en que se desenvuelve el ser humano. Es el medio social, el
medio histórico, que conforma el carácter social del individuo y de las
colectividades como las naciones: por eso, y sólo por eso, existe diversidad de
caracteres: de lo contrario, no sería posible que en el mismo Altiplano se forma
caracteres individuales y sociales que se contraponen. Aquí se demuestra, una
vez más, la inconsistencia de la geopolítica. El carácter fuerte del altiplánico no se
debe a la influencia del medio geográfico, es más bien producto de la pobreza
económica general en el que vive.
Por otra parte, los pueblos orientales, a pesar de los designios de la geopolítica,
jamás se han sometido a ningún poder opresor, ni al incaico ni al español; pero,
cabe explicar que “la independencia de esos núcleos indígenas se debió a su
atraso social, a la carencia de aptitudes agrícolas y de técnica aprovechable” 24,
para los fines del colonialismo, ya que cuanto más desarrollado está una sociedad
desde el punto de vista productivo, mayores facilidades ofrece “para incorporar a
sus miembros al trabajo servil” 25 del colonialismo y esto fue precisamente lo que
ocurrió no sólo con las naciones aymara y quechua, sino también con otras
sociedades civilizadas como el maya y la azteca. Así, su mismo nivel avanzado de
23Citado por Maurice Duverger. Sociología… pag 58.
24Rodolfo Puiggros. ob. cit. pág; 28-29
25 Idem. pag. 28.
123 - 146
desarrollo sirvió para que el colonialismo les sometiera, en la medida en que el
colonialismo basó su dominación explotación económica, en la lógica de trabajo
de estas civilizaciones aborígenes avanzadas.
Cómo se podrá notar, desde el punto de vista científico, queda explicado de una
manera completamente diferente a las pretensiones de la geopolítica, el por qué
pudieron mantenerse libres las diferentes tribus nómadas de la América
precolonial, mientras que los pueblos sedentarios desarrollados sucumbieron
inevitablemente, ante el poder invasor español.
124 - 146
Puerto Quijarro hasta el río Paraguay, y que está a cargo de una empresa privada,
hará de esta vía navegable en todo el año, mejorando así la capacidad
exportadora de esta vía fluvial.
En lo que respecta al Lago Titicaca y al Lago Poopó, que conforman el sistema
lacustre, mediante su unión a través del rio Desaguadero, la importancia que tiene
es bastante conocida: no sólo son proveedoras de pescados diversos a la ciudad
de La Paz y otras poblaciones, ni sólo son vías de comunicación con el Perú, sino
que dan vida y colorido a la grandiosa llanura altiplánica. Gracias a estos dos
lagos, unidos por el rio Desaguadero, el Altiplano Norte goza de un clima benigno
respecto a las regiones central y Sur del Altiplano.
CAPITULO IV
132 - 146
La geopolítica, es decir, la política externa de los países vecinos, ha estado
orientada hacia la apropiación de nuestros territorios largamente abandonados por
la clase dominante y los diferentes gobiernos del país. Sin embargo, sería un
grave error si creyéramos que los países vecinos han tenido una mentalidad
conquistadora por sí y en sí misma, más bien, la mentalidad conquistadora de los
países vecinos ha surgido como una consecuencia de la articulación de las
diferentes oligarquías nacionales con el imperialismo inglés o norteamericano, sin
exceptuar de ello, la herencia portuguesa del expansionismo brasileño: de lo
contrario, las oligarquías vecinas jamás habrían avanzado sobre nuestros
territorios, por lo menos, no con la misma fuerza expansiva.
En ese sentido, al hablar de la geopolítica de los países vecinos, tenemos que
hablar de la penetración del imperialismo en los países vecinos, hecho que se vio
facilitado por la posesión de estos países de extensas costas marítimas. Por lo
mismo, podemos decir que en Bolivia- el imperialismo ha penetrado en forma
tardía y. por tanto, la oligarquía boliviana dormía tranquilo, encasillado entre la
cordillera y la selva. Su despenar, por lo mismo, fue tardío, tan tardío que ya no
podía transformarse en una burguesía de carácter nacional, por lo que no pude
articular al proletariado y al pueblo en un proyecto nacional burgués.
En ese sentido, la burguesía boliviana, no pudo unificar a los diversos sectores del
pueblo, en un proyecto nacional unitario, por lo que sólo le quede asociarse al
imperialismo en contra del pueblo boliviano, y es ahí que surge ese engendro
feudal-burgués conocido como la "rosca". Es decir, la oligarquía feudal-burguesa
compuesto por tres empresarios mineros y 524 grandes latifundistas 36 que
explotaban inmisericordemente a toda la nación constituyéndose, en un enorme
obstáculo para el desarrollo de la nación.
Es por eso que el pueblo boliviano empezó a luchar contra esa “rosca” hasta que
con la Revolución Nacional del 9 de abril de 1952, destruyó a esa oligarquía
antinacional, desbrozando con ello, las perspectivas del desarrollo de Bolivia como
nación. A partir de entonces. Bolivia empezó a tener más influencia en el contexto
internacional, aunque ello, no redundó inmediatamente en el sentido de respeto a
su independencia y soberanía nacional.
VII.-LA GUERRA Y LOS CONFLICTOS ECONÓMICOS DE BOLIVIA.
Aparte de varios conflictos menores provocados por sus vecinos. Bolivia conoce
desde su creación, tres grandes guerras internacionales que han causado graves
distorsionamientos en su desarrollo económico-social. Es así que su superficie
territorial se ha reducido hasta hoy, a menos de la mitad, territorio en la que vive
una población diezmada por los efectos funestos de los golpes de estado, el
hambre y las masacres que la clase dominante dirige en contra del pueblo.
Por otra parte, Bolivia no solo ha perdido extensos territorios como efecto de las
guerras con sus vecinos, sino que también ha perdido, mediante la diplomacia,
grandes extensiones de territorio, lo que demuestra la incapacidad histórica de la
oligarquía boliviana canto en el campo militar como en el campo diplomático. En
ese sentido. “la pérdida del Pacifico, del Acre y del Chaco son las muestras más
elocuentes de que nuestra organización social [oligárquica] no responde a las
36 Cfr. Agustín Barcelli. Medio siglo de luchas sindicales, en Bolivia. pag. 246 y siguientes.
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exigencias de la vida moderna nacional, estatal, unitaria” 37, afirma Roberto Al
varado.
A. La Guerra del Pacífico.
La Guerra del Pacifico que Chile desencadenó en contra de Solivia y Perú,
fue consecuencia de la crisis económica mundial que ocasionó la guerra
franco-prusiana de 1870-1871, en todo el sistema capitalista y cuyo punto
culminante más alto se sintió en el mundo hacia 1.874. Las primeras
manifestaciones de esta crisis económica mundial, se hicieron sentir en Chile
hacia 1.874, alcanzando su punto culminante en 1.878” 38, de tal forma que la
crisis cíclica del sistema capitalista, sacudió desde sus cimientos la estructura
económica y social de Chile, la catástrofe general, estaba a la vista. Para
remediar esta situación, el gobierno chileno, sacando fuerzas de la crisis,
inició la última fase de su larga preparación de la conquista del Litoral, de tal
forma que la crisis "encontró un terreno inesperado con la Guerra del Pacifico
a principios de 1879. Y decimos que encontró un término inesperado -dice el
historiador chileno Daniel Martner-, porque ésta puso al país en posesión
inmediata de inmensos recursos”39 que, según el historiador chileno Hernán
Ramírez Necochea. “fue una vigorosa inyección intencionadamente buscada,
que permitió salvar la grave crisis que le venía afectando -a la economía
chilena- y que había alcanzado su punto culminante en 1.878” 40.
Por otra parte, la crisis económica mundial, también se inició en Bolivia hacia
1.874 y alcanzó su punto culminante en 1.878. Además, esta crisis
económica, fue acompañada de una intensa crisis agrícola que se produjo
ese mismo año, como consecuencia de una grave sequía que afectó a los
ingresos del fisco, de tal forma que el Congreso Nacional vio como una salida
a la crisis, la aplicación del impuesto de 10 centavo a cada quintal de salitre
que se exportaba por el puerto de Antofagasta. Ante cata medida, la
“Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta”, integrado por
empresarios chilenos, recurrió al gobierno chileno, pidiendo protección; es
decir, pidiendo protección para desacatar las disposiciones tributarias que el
gobierno boliviano había adoptado en su propia jurisdicción territorial, en
ejercicio legítimo de su soberanía e independencia nacional. Desde este
punto de vista, la empresa chilena estaba cuestionando la soberanía
boliviana sobre el Litoral y por eso te secundó el gobierno de Chile.
El gobierno chileno, por fin había encontrado un pretexto formal para
provocar al gobierno boliviano y desencadenar la guerra de conquista
mediante el cual se apoderaría del Litoral boliviano y para el cual se había
preparado cuidadosamente, por lo menos desde 1867. Con este fin de
provocar la guerra en una situación histórica que le era favorable, el gobierno
chileno no tuvo reparo alguno en entrometerse en los asuntos internos de
Bolivia como era el cobro de impuestos en el departamento del Litoral: pero,
lo hizo a sabiendas que iba a ser rechazado y que, mediante esa
CAPITULO V
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VII.- REINTEGRACIÓN MARÍTIMA DENTRO DE UNA NUEVA CONCIENCIA
AMERICANA.
Desde la finalización de la Guerra del Pacífico con Chile, Bolivia ha venido
reclamando constantemente su derecho de salida al mar debe ser libre y
soberano. Ante estas reclamaciones, Chite ha rehuido constantemente las
negociaciones tendientes a ese fin y, a veces, con total cinismo, ha declarado que
poseía el Litoral debido a que Bolivia no ha sabido conservar tan ricos territorios,
lo que es absolutamente cierto. Pero, de todas formas, de esto no se deduce que
Bolivia no tenga que tener salida libre y soberana hacia el mar: al contrario, la
prepotencia chilena sólo es una confirmación innegable de nuestra necesidad de
tener una salida libre, soberana y amplia sobre el Océano Pacífico.
A partir de los años 60 del siglo XX, en las que se inició a hablar de la integración
latinoamericana como una "nueva conciencia americana". Chile ha tratado de
escudarse en esos ideales latinoamericanistas y ha pretendido, astutamente, que
Bolivia no debía reclamar su salida al mar, puesto que un día, toda la América
Latina ha de ser una sola nación. Es así como los gobernantes chilenos han
querido postergar la solución a nuestras justas reclamaciones marítimas, a un
incierto futuro en el que poco o nada debemos confiar, por lo menos, mientras las
actuales oligarquías latinoamericanas estén encumbradas en el poder. La actitud
de los gobernantes chilenos no es sincero ni honesto, sólo tiene el objetivo de
resignamos y atamos de antemano, como si fuéramos ineptos, ante cualquiera de
nuestras reclamaciones que obtenga un amplio apoyo latinoamericano, tal como
ha sucedido en varias ocasiones. El hecho de que la clase dominante boliviana no
aproveche esos apoyos y respaldos internaciones, es otra cosa.
Para Bolivia, el hecho de que algún día la América Latina constituya una sola
nación, no significa ni debe significar la renuncia a una salida amplia, libre y
soberana hacia el Océano Pacífico: la posibilidad de que América Latina
constituya un día una sola nación, no significa ni debe significar que tengamos que
esperar esa unificación latinoamericana dentro de una "nueva conciencia
latinoamericana": todo contrario, el hecho de que Bolivia no posea una costa
marítima, retrasa precisamente la integración latinoamericana. Por lo mismo, es
urgente que Bolivia obtenga una amplia cosía marítima y no sólo corredores ni
enclaves como han pretendido conseguir los dictadores y golpistas como Banzer y
Bedregal. El concierto de países latinoamericanos, tiene que entender que Bolivia
no está pidiendo favor alguno, sino que está reclamando su derecho histórico de
salida al mar que tiene que ser una amplia costa marítima y no un corredor ni
enclave alguno. Esta es la única posición justa y que, como no podía ser de otra
manera, mantiene en aleo nuestra dignidad nacional a la que jamás debemos
renunciar.
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