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La globalización y sus dos caras

Uno de los aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta en el


estudio de la globalización, es su gradual implantación con el paso de los
últimos años y las repercusiones que consigo arrastra este fenómeno, que
tiene dos caras, una buena o de impacto positivo y una no tan buena de
impacto negativo que en oportunidad veremos. Para empezar debemos saber
que la globalización consiste en la creación de un mercado mundial en el que
se suprimen todas las barreras arancelarias para permitir la libre circulación de
los capitales: financiero, comercial y productivo. Es decir, este término
“globalización” es utilizado para referirse a la interdependencia mundial de las
personas y las naciones donde el capital financiero, es el dinero, los préstamos
y créditos internacionales y la inversión extranjera. Su característica es que no
ocupa un lugar determinado y que gracias a la tecnología puede trasladarse de
un lugar a otro con rapidez.

La globalización en todos los niveles de la vida se ha convertido en algo


cotidiano, a veces el hombre sin darse cuenta está inmerso en el mundo
globalizado. Cuando hacemos una llamada entre amigos desde
un teléfono celular; buscar recursos varios en la internet; emplearse en
otra nación; el uso cada vez más común de las nuevas tecnologías; son
algunos ejemplos cotidianos de nuestra participación en la globalización.

El capital productivo, lo constituyen el dinero invertido en materia primas,


bienes de capital (maquinarias, herramientas, edificios, terrenos, vehículos
etc.) y la mano de obra. El capital comercial, son los bienes y servicios que
finalmente se compran y se venden en el mercado internacional.

La globalización entonces, vendría a ser como la etapa de culminación del


proceso histórico de expansión del capitalismo, con dos objetivos: la libre
movilidad del capital y la creación de un solo mercado mundial.
Ésta, así como tiene sus bondades también tiene sus efectos uno de los cuales
están: la desigualdad económica dentro de cada nación y la desigualdades
entre naciones ya que la globalización beneficia a las empresas grandes y
poderosas, en los países desarrollados aumentará su capital y su desarrollo
mientras que en los otros países en vía de desarrollo estarían acrecentando las
desigualdades económicas, sociales, laborales, políticas, culturales y sus
recursos naturales estarían a la disposición del capital extranjero, degradación
del medio ambiente por la explotación de los recursos, menor oportunidad de
competir con esos grandes monstruos que son las empresas multinacionales,
mayor desigualdad económica entre los países desarrollados y
subdesarrollados debido a concentración de capital en los países
desarrollados.

Muchos hombres de hoy exponen que sí existen bondades de este modelo


supranacional, por la entrada en circulación de mercancías, productos y
capitales a menor costo, aumenta la competitividad entre los empresarios y se
eleva la calidad de los productos, aumenta el empleo en los lugares donde
llegan las multinacionales, especialmente en los países subdesarrollados, se
descubren e implementan mejoras tecnológicas que ayudan a la producción y
a la rapidez de las transacciones económicas, se disminuyen los costos de
producción y por lo tanto se ofrecen productos a precios menores. Este modelo
sería bueno si de verdad que a los países en vía de desarrollo o
tercermundista tuvieran un punto de encuentro de equilibrio para negociar y
defender sus riquezas al momento de dar la entrada a estas políticas
capitalistas de la globalización.

Una conclusión propia se centra en el desacuerdo con este fenómeno, porque


a mi parecer atenta con la soberanía de los estados que son dependientes de
otros, como los países en vía de desarrollo entre los cuales se encuentra
nuestra amada Colombia, que de algún modo se verá obligada a implementar
prácticas políticas, sociales, económicas y hasta las creencias estarán
afectadas por el poder dominante de los estados imperialistas.

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