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No hay duda que uno de los más grandes enigmas para la humanidad
encarnada en la Tierra, lo representa el fenómeno de la muerte y todo el
ritualismo que acompaña el tratamiento de los despojos por parte de
familiares y amigos. Siendo la muerte una consecuencia natural de la vida,
nadie se escapa al irrebatible hecho de enfrentarla. Como afirma Juana de
Ángelis en la obra Mies de Amor: “Todo lo que nace muere: Es la Ley”.
León Denis, uno de los clásicos de la Doctrina Espírita, quien, en sus aportes
sobre el tema de la muerte, nos esclarece que: “En nuestra época, en que
tantas convicciones se debilitan y se apagan, donde tantas ilusiones caen
hechas jirones, el respeto, el culto a la muerte es una de las raras tradiciones
vivas que subsiste. El recuerdo de los seres queridos persiste, intenso y
profundo, en el corazón del hombre. Es en Paris, no lo olvidemos, que se
estableció el uso del saludo al paso del cortejo fúnebre[3]”.
Y es el mismo autor quien en su obra “El Problema del Ser y del Destino”
manifiesta que: “La situación del Espíritu después de la muerte es la
consecuencia directa de sus inclinaciones, sea hacia la materia, sea hacia los
bienes de la inteligencia y del sentimiento. Si las propensiones sensuales
dominan, el ser forzosamente se inmoviliza en los planos inferiores que son
los más densos, los más groseros. Si alimenta pensamientos bellos y puros, se
eleva a esferas en relación con la misma naturaleza de sus pensamientos”.
Sin embargo, son muchas las indagaciones que surgen al observar como un
alto porcentaje de nuestra humanidad desconoce las leyes espirituales que
nos rigen, razón que me lleva a la formulación de las siguientes
preguntas: ¿Cómo interpreta el hombre el fenómeno biológico de la muerte?
¿La vida se acaba cuando sufre la transformación material? ¿Por qué algunas
culturas la han observado como la continuidad de la vida? ¿Por qué para
otras es la negación absoluta de las mismas? ¿Pesan tanto los atavismos
religiosos y culturales sobre la esencia espiritual, que le impide aceptar como
una realidad la vida en el mundo espiritual? Siendo el estado corporal
transitorio y pasajero, ¿cuánta influencia ejerce la materia sobre el espíritu
como para llevarlo a desconocer las verdades del mundo espiritual? ¿Existe
en la codificación Kardeciana referencias sobre las esferas espirituales?
¿Cuáles son las razones para que el ser reencarnado olvide tan fácilmente la
existencia de las colonias? ¿Existen colonias espirituales en cada uno de los
países que forman parte del planeta Tierra? ¿Hay colonias espirituales en
Colombia?
[1] El problema del ser y del destino, León Denis. Editorial Kier.
[2] Capítulo, El tránsito; pág. 88, El Cielo y el Infierno, Allan Kardec.
[3] El Más Allá y la Supervivencia del Ser, León Denis.
[4] El Problema del Ser y del Destino, León Denis. Editorial Kier.
[5] El Problema del Ser y el Destino”, León Denis. Editorial Kier.
[6] Epístola a los Hebreos, 12:1