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Covid-19

Desde la antigüedad son varias las veces en las que la humanidad ha sido azotada por
enfermedades y afecciones, como lo fueron la peste bubónica, la viruela y el colera, ahora nos
encontramos frente al covid-19, el cual es un brote producido por un nuevo tipo de coronavirus
denominado SARS-CoV-2 que es altamente transmisible de persona a persona y es capaz de
producir cuadros respiratorios de leves a graves, es así como este ha avanzado a un ritmo
acelerado propagándose alrededor de todo el mundo e instaurándose como una pandemia a solo
3 meses del primer caso reportado.

Esta pandemia y su creciente propagación no solo ha causado un sinfín de contagios y miles de


muertes sino que también ha traído consigo estragos en la organización y la disposición de la
sociedad, demostrando una vez mas la fragilidad del ser humano, el hombre como raza siempre ha
mostrado una tendencia absoluta al egocentrismo, creyendo ser el dueño y señor de todo lo que
le rodea, pero es ante este tipo de situaciones donde podemos ver que esto no podría estar más
alejado de la realidad, el ser humano en si mismo es un ser frágil y delicado que fácilmente puede
verse afectado, herido e inclusive morir a causa de casi todas las cosas que le rodean y con las que
convive a diario, es así como la sociedad que tan orgullosa es a veces de su organización, su avance
y preparación, es y ha sido puesta en jaque rápidamente por lo que bien podría ser una respuesta
de la naturaleza, una mutación al azar o bien intervención o consecuencia de las mismas manos
del hombre.

Si bien es cierto que difícilmente alguien podría haber previsto la situación en la cual nos
encontramos ahora, han sido muchas las veces en las que se ha recalcado la preocupación de
algunos por la falta de preparación ante este tipo de situaciones, es decir, cuando vemos una
película en la que se nos presenta una situación de este tipo solemos ver como todo esta
preparado para afrontar este tipo de crisis, con organizaciones, recursos, planes de acción,
expertos en cada área dispuestos, preparados y disponibles para entrar en acción inmediatamente
e implementar estrategias previamente establecidas para reducir al máximo el impacto, y ya luego
en la vida real si bien muchos países han hecho sus esfuerzos para reducir la propagación y aplanar
la curva, así como para investigar acerca de este virus, no es un secreto que casi todo ha tenido
que improvisarse ante la marcha, pero ¿por qué?, si tenemos la historia como testigo de que ya ha
sucedido antes, si tenemos tecnología y capacidad intelectual suficiente para prepararnos un poco
mejor. Ya decía Bill Gates esto por allá en el 2015, hemos creído que las armas y las grandes
bombas son las que nos llevaran a la destrucción cuando la constante mutación de
microorganismos altamente patógenos y transmisibles es una realidad que silenciosamente se
hace mas fuerte y peligrosa día a día.

Con todo lo sucedido y como ha afectado a todos, han surgido diversas posturas ante la situación,
algunas buscando responsabilizar a otros, algunos buscando la manera de ayudar y aportar a la
resolución del problema. Haciéndose así visibles los esfuerzos de la ciencia a nivel mundial para
proporcionar formas de prevención y propuestas terapéuticas, como medidas sociales para
atenuar la creciente expansión del virus.

Colombia en su caso no es una excepción, se ha visto en la necesidad de implementar estrategias


para reducir la propagación hacia el interior del país, aunque las medidas adoptadas inicialmente
por el Gobierno para controlar la expansión del covid-19 no habrían sido suficientes, además de
que se deberían haber adoptado antes, lo cual ha permitido el temprano ingreso del virus al
territorio nacional, haciendo que algunos nos preguntemos ¿No se debió cerrar inmediatamente
el puente internacional?, es decir negar el ingreso al país de todo vuelo con origen en el
extranjero, ya que si bien es una medida que en principio parecería drástica o que afectaría a la
economía, ya era conocido que precisamente por este medio el virus había logrado llegar a casi
todos los países donde ahora se vive un verdadero caos a causa del covid-19 y que de igual forma
al tardar en tomar medidas para evitar su ingreso se ha tenido que recurrir a cuarentenas, cierre
de colegios y universidades, cierre de fronteras, restricciones en el ingreso de extranjeros al país,
prohibición de eventos masivos y el aislamiento social-laboral forzado, medidas que si bien logran
aplanar la curva de expansión, igualmente han tenido y posiblemente lleguen a tener un peor
impacto en la economía del país, con cada vez más personas que deben dejar sus trabajos cayendo
su ingreso familiar, así como las empresas que no pueden prestar sus servicios, eso sin mencionar
que pese a esto a día de hoy son más de 11.000 los casos confirmados en nuestro territorio y cerca
de 500 los muertos a causa de ello.

Lo que si es cierto de la situación es que todo este problema, toda la tensión y el panorama
respecto al covid-19 ha permitido entre ver uno de los problemas que viene presentando nuestro
país, todo esto ha puesto en evidencia las consecuencias de mantener un deficiente sistema de
salud y una política basada en la corrupción.

Debe quedarnos claro que ante una crisis se requiere una respuesta social intersectorial, esta
respuesta social entonces debe incluir la participación de múltiples elementos institucionalizados
de la sociedad abarcando además las dimensiones política, institucional y poblacional. Es entonces
este un compromiso de todos, del gobierno en carácter político e institucional relacionado sobre
todo al concepto de sistema de salud y sus componentes, así como a las políticas de salud,
mediante las cuales se organizan, se planifican y se ejecutan las acciones y los programas de salud.
Y un compromiso nuestro como población el poner de nuestra parte acatando las
recomendaciones dadas por la OMS y cumpliendo con las medidas impuestas. Pero la realidad es
que tenemos graves falencias en cada uno de estos, las personas consideran que esta es una
enfermedad bastante grave pero su percepción de riesgo de contagio es baja por lo que muchos
se arriesgan a salir sin necesidad de ello y sin medidas de protección.

Colombia con su capacidad limitada en la prestación de los servicios de salud, no esta ni cerca de
encontrarse preparada para afrontar esta crisis que a países mucho mejor organizados, con
sistemas de salud mucho mas eficaces, eficientes y efectivos les ha costado trabajo hacerle frente.
Uno de los mayores obstáculos de nuestro sistema son lo recursos que actualmente se destinan a
la salud y la ciencia, la pandemia por el covid-19 requiere de instituciones con una alta capacidad,
pero la realidad es que la mayoría de instituciones hospitalarias del país no cuentan con
infraestructura o adecuación necesaria para afrontar una eventual crisis sanitaria en mayor escala,
la disponibilidad de unidades de cuidados intensivos en el país es mínima, con una capacidad real
cercana a las 5000 camas en UCI, pero de las cuales tan solo unas 700 estarían en capacidad de
manejar a pacientes con la enfermedad, bajo los protocolos correspondientes de aislamiento. Lo
anterior plantea una evidentemente preocupante realidad y esta es el eventual desbordamiento
de los sistemas de salud, tal como sucedió en Europa cuando la cantidad de contagiados excedió
los recursos y la capacidad del sistema.
Todo esto sin mencionar que además los profesionales de salud en su mayoría no son dotados con
los elementos adecuados de bioseguridad para tratar a un paciente contagiado, que, sumado a la
falta de hospitales adecuados para un aislamiento estricto de estos, llevan a que sean los mismos
profesionales del sector salud los que se encuentran más vulnerables ante esta pandemia.

Es entonces el momento de que en Colombia se le dé prioridad a lo que debe, la salud de los


colombianos no debe ser negociable, el gobierno debe tomar con estricto cuidado las medidas
para la contención del covid-19 y destinar los recursos necesarios a los sectores que tienen un
papel fundamental ante esta crisis, para que las instituciones aumenten en lo posible la capacidad
funcional y para que todos los profesionales de la salud tengan garantizadas las condiciones
adecuadas en materia de bioseguridad y opciones terapéuticas para lograr un adecuado ejercicio
de su profesión. Igualmente garantizar a la población alternativas viables a su economía que eviten
el desempleo y la falta de ingresos de las familias colombianas, evitando así al máximo que la
población se vea en la necesidad de salir de sus casas y poner en riesgo de contagio a todos
aquellos con los que tiene contacto.

El coronavirus es una realidad que si bien no esperábamos tuviera esta magnitud, se ha hecho una
responsabilidad de todos, más allá de la política se trata de autocuidado y autopreservación.

Shirley Mulato Ortega.

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