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COVID-19.

Conocimientos y explicaciones causales desarrolladas por la población


mexicana. Resultados preliminares.

María Graciela Freyermuth Enciso*, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en


Antropología Social, México. 0000-0002-3871-715X

José Alejandro Meza Palmeros, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en


Antropología Social, México. 0000-0003-2424-7879

Resumen

El objetivo del trabajo es conocer, describir y analizar los conocimientos y las concepciones

causales desarrolladas por la población mexicana ante la pandemia de COVID-19. Se

presentan los resultados preliminares en el marco de una investigación más amplia, dirigida

a indagar acerca de la percepción colectiva del riesgo ante tal situación. Se diseñó y aplicó

una encuesta digital que fue respondida por 963 personas de una muestra por conveniencia,

iniciada a partir de las redes de los autores del artículo. Se identificó que los conocimientos

que la población manifiesta tienen que ver predominantemente con aspectos

epidemiológicos (hasta en un 67%) y clínicos (52%) de la pandemia. En cuanto a la

causalidad, las respuestas de los encuestados fueron agrupadas en cuatro modelos

explicativos: moral (40.3%), determinista (38.7%), agencial (17.8%) y xenofóbico (3.1%).

La limitación más importante del estudio radica en que al ser una encuesta difundida por

medios digitales, se tuvo poco control sobre la muestra. El trabajo presenta hallazgos que

contribuyen a la comprensión de los comportamientos poblacionales que la pandemia ha

suscitado en la población mexicana, y que pueden ser insumos para el diseño de estrategias

de promoción de la salud y de comunicación de riesgos. Hallazgos de relevancia son el alto

grado de penetración que el discurso biomédico tiene en los conocimientos y modelos

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explicativos de la población encuestada, así como la importancia que posee la experiencia

directa de una situación amenazante en la percepción del riesgo.

*Autor de correspondencia. Correo electrónico: gracielafreyermuth54@hotmail.com

Palabras claves: percepción del riesgo; conocimientos; modelos explicativos; COVID-19;

encuesta digital.

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Introducción

En diciembre de 2019 apareció en Wuhan, provincia de Hubei, China, un brote de

enfermedad respiratoria aguda (Wang et al, 2020). Inicialmente una neumonía de origen

desconocido, el genoma de un virus nuevo aislado de algunos pacientes afectados se dio a

conocer en los primeros días de enero de 2020. El Coronavirus-2 del Síndrome Respiratorio

Agudo Severo, llamado SARS-CoV-2 por el Comité Internacional sobre Taxonomía de los

Virus (JAMA, 2020), causante de la enfermedad hasta ese momento desconocida. Poco

después sería designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como Enfermedad

por Coronavirus 2019 (COVID-19, acrónimo de Coronavirus Disease-2019) (Zhou et al.

2020).

El 30 de enero, la OMS declaró al brote de COVID-19 como una Emergencia de Salud

Pública de preocupación internacional, cuando los casos confirmados eran 9 826 en China y

106 fuera de este país (WHO. Novel Coronavirus (2019-nCoV), Situation Report-11, 31

January, 2020 buscar el hpps: para citar bien). El 11 de marzo, la propia OMS caracterizó a

la COVID-19 como una pandemia, cuando el número de casos fuera de China se había

triplicado en las últimas 2 semanas, existían ya más de 228 000 casos en 114 países, y el

número de muertos ascendía a 4 291(WHO, 2020b).

La pandemia se ha propagado por el planeta, creciendo en forma exponencial y

sobresaturando los sistemas de salud incluso de los países desarrollados, exigiendo la

imposición de medidas drásticas de confinamiento a la población, y haciendo temer por la

severa crisis que la parálisis de la actividad económica acarreará. Al momento de escribir

estas líneas, el número de casos comprobados a nivel global ascendía a 5 103 006, y el de

defunciones a 333 401 (WHO. Coronavirus disease (COVID-19) Situation Report- 124, 23

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de mayo de 2020. Consultado el 23 de mayo de 2020). Citar bien, buscar el https:

A diferencia de lo ocurrido con otras epidemias, la situación suscitada por la crisis de

COVID-19 ha generado un constante flujo de información mediática que, aunque

protagonizada por las autoridades sanitarias es constantemente reproducida por múltiples

voces. Es posible afirmar que la interacción entre la población y las autoridades sanitarias

derivada de la actual pandemia es inédita. Si bien es cierto que los medios de comunicación

reproducen de manera constante información concerniente a problemas de salud,

contribuyendo con esto a configurar distintas percepciones del riesgo (Menéndez &

DiPardo, 2009; Mairal, 2011), el empleo de medios digitales ha posibilitado la intervención

de la ciudadanía en la construcción discursiva (Drake, 2006; Lupton, 2012).

Debido al empleo masivo de las redes sociales electrónicas, estas se han convertido en un

punto de confluencia entre las autoridades sanitarias y diversos sujetos discursivos. Este

tipo de interacción polifónica con la información, contribuye a producir saberes,

significados y explicaciones de muy distinta naturaleza entre los sujetos, y por lo tanto una

percepción del riesgo heterogénea. Como hemos podido apreciar en los medios de

comunicación, esta variabilidad perceptiva ha derivado en prácticas poblacionales no

previstas de distinta gradación respecto a su nocividad. Desde compras masivas de papel

higiénico, gel antibacterial, cubre bocas y jabón -lo que ha determinado la escasez de estos

productos-, hasta aquellas que atentan directamente contra la vida y la dignidad de las

personas, como las agresiones contra trabajadores de la salud o a personas portadoras o

supuestamente portadoras de SARS-CoV-2.

Puede afirmarse que las prácticas desarrolladas por la población para enfrentar los efectos

percibidos de la pandemia han sido diversas. Mientras que determinados sectores de la

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población se han apropiado de las prescripciones formuladas por las autoridades sanitarias

nacionales o extranjeras, particularmente el lavado de manos, el distanciamiento social y el

uso de mascarillas, otros las han ignorado o han adoptado prácticas que no necesariamente

coinciden con las expectativas de dichas autoridades. Por ejemplo, negarse a que se les

tomen muestras cuando se les considera casos sospechosos. Incluso, como lo hemos

señalado, se han generado prácticas que amenazan el tejido social.

Por otro lado, la pandemia ha hecho confluir situaciones que desencadenan otros riesgos

poblacionales, como las crisis económicas. Si bien el discurso biomédico enfatiza

constantemente que la salud es la mayor prioridad, las propias autoridades sanitarias

configuran el riesgo de la epidemia a partir de valoraciones ajenas a la salud en términos

estrictos. Así, las consecuencias económicas y políticas son incorporadas a los mensajes

dirigidos a la población, lo que resalta el carácter complejo de la percepción del riesgo.

Partimos del supuesto de que el conocimiento acerca de la manera en que se configuran

distintas percepciones del riesgo, puede contribuir a comprender las prácticas poblacionales

generadas ante la situación. Esta perspectiva ha sido ampliamente empleada en la literatura

correspondiente a las ciencias sociales (Bradbury, 1989; Davidson, Frankel & Smith, 1992;

Douglas; 2002; 2003; Lupton, 2013)

De acuerdo con esta inquietud, del 31 de marzo al 15 de abril se aplicó una encuesta digital

que fue difundida por distintos medios. El cuestionario fue respondido por 963 personas y

constó de 55 reactivos dirigidos a conocer de manera general la percepción del riesgo de la

población mexicana respecto a la pandemia. En este trabajo analizamos únicamente dos de

los reactivos del instrumento, con lo que pretendemos aproximarnos a los conocimientos

5
que la población tenía en ese momento, y a las concepciones causales a partir de las cuales

se estructura un modelo explicativo de la enfermedad.

Nos referimos como percepción del riesgo a la serie de representaciones y prácticas que se

construyen a partir una situación significada como peligrosa por una colectividad.

Siguiendo las propuestas analíticas de Douglas (2002) y de Beck (1998), consideramos que

el concepto de riesgo es polisémico e incluye valoraciones morales, políticas y económicas.

Los aspectos analizados en el presente trabajo: los conocimientos y las explicaciones

causales, constituyen aspectos centrales en la percepción del riesgo inicial de la pandemia

ya que conforman una estructura valorativa que permite a los sujetos determinar la

naturaleza y el nivel amenazante de un evento, y actuar en consecuencia. En este sentido,

retomamos el concepto de modelo explicativo (Kleinmann, 1980) como una herramienta

que permite agrupar la serie de atribuciones causales otorgadas a la crisis de COVID-19.

Metodología

La encuesta

Se elaboró una encuesta para su difusión en línea a través de la plataforma survio. Aunque

no hay una regla acerca de cuándo se debe utilizar este tipo de aproximaciones, una

encuesta en línea es un instrumento apropiado si consideramos que las condiciones actuales

de distanciamiento social y aislamiento hacen difícil la entrevista cara a cara.

Las encuestas en línea tienen el inconveniente de que los y las encuestadas forman parte de

las redes de las personas que lanzan la encuesta, -propiciando la respuesta predominante de

un grupo con afinidades sociales, económicas, ideológicas o académicas con los

encuestadores-, al menos en la primera fase de su difusión. Sin embargo, cuando se hizo

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pública era un momento coyuntural favorable para obtener respuesta de diversos sectores:

la pandemia estaba ya presente en México, con 1 925 casos confirmados como positivos a

SARS-Cov-2, y 44 fallecidos (SS, 200520COVID19MEXICO), y se implementaban las

primeras medidas de distanciamiento social y de cuarentena. Desde el 16 de marzo se

habían iniciado las medidas para el distanciamiento social y la mitigación de la epidemia, y

publicado un acuerdo para la suspensión de la asistencia a las escuelas (DOF,16/03/2020).

El 23 de marzo, el Consejo de Salubridad General (CSG) difundió el acuerdo por el que se

reconoce a la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19) en México,

como una enfermedad grave de atención prioritaria y se establecieron las actividades de

preparación y respuesta ante dicha epidemia (DOF, 23/03/2020). El 24 de marzo la

Secretaría de Salud (SS) estableció las medidas preventivas de sana distancia (DOF,

24/03/2020); el 31 de marzo se publicaron las acciones extraordinarias para atender la

emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV-2, y se definieron las actividades no

esenciales (DOF, 31/03/2020); y en el acuerdo del primero de abril se ampliaba el periodo

suspensivo del 27 de marzo al 30 de abril (DOF,1/04/2020).

La encuesta constó de 55 reactivos, de los cuales 20 eran preguntas abiertas (en el resto las

respuestas debían seleccionarse de un listado de opciones). Ello representó un mayor

esfuerzo para los encuestados y la dedicación de más tiempo a contestarla, y para los

investigadores un trabajo más arduo en el proceso de codificación de las respuestas,

particularmente en siete de los reactivos que implicaban el llenado acerca de

conocimientos, interpretaciones, afectaciones personales y el impacto vital por la pandemia.

En este artículo solo incluimos el análisis de las respuestas a dos de las preguntas

formuladas: ¿Qué sabe usted del coronavirus? y ¿Por qué cree usted que existe esta

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enfermedad? Además proporcionamos las características demográficas y la distribución

geográfica de los encuestados, para que los lectores puedan inferir la representatividad de la

misma.

Otro de los inconvenientes de este tipo de encuesta es que, dado el anonimato de la persona

que responde pueda tomarse con poca seriedad; solamente se dio un caso de este tipo de

interlocutor y fue excluido del registro. Problema adicional es el de la representatividad

puesto que no corresponde a una muestra construida aleatoriamente; si pudiéramos

denominarla de alguna manera sería una muestra por conveniencia (Casal & Mateu, 2003).

Su principal limitación es el sesgo en la muestra, ya que el investigador no tiene el control

de una población objetivo, como en una encuesta tradicional.

Nos interesaba conocer la percepción de personas adultas, y la condición de anonimato de

los sujetos no era un factor que influyera en las respuestas, por ello consideramos que esta

herramienta responde a los intereses de la investigación. La cuestión más importante de

estos cuestionarios en línea distribuidos a través de un medio electrónico es que las

personas no tienen ninguna presión para resolverla, es así que están en libertad de hacerlo o

no; del interés en el tema dependerá el éxito de la respuesta. Se incluyó al inicio una breve

nota señalando nuestro pretensión de conocer la percepción del riesgo en torno a la

epidemia de Coronavirus, y la institución y responsables de la misma como: investigadores

de CIESAS Sureste y Noreste.

Se promovió principalmente a través de WhatsApp y correo electrónico a partir de 29 de

marzo del 2020, dia en que obtuvimos el mayor número de respuestas. El 97% del total se

consiguió para el 3 de abril, fecha después de la cual empezó a declinar, realizándose el

corte para el análisis el 17 de abril. Para su difusión, los investigadores no utilizaron otros

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medios electrónicos populares como Facebook o Twitter. Las respuestas cualitativas

tuvieron una extensión máxima de 510 caracteres.

El sesgo más importante radica en que la población que respondió debía contar con un

celular con ciertas características o con acceso a internet, además de saber leer y escribir,

elementos que pueden reconocerse en el cuadro de características sociodemográficas (cfr.

Cuadro 1).

Conocimientos

Se llenaron 963 encuestas; aunque el número de no respuestas difiere dependiendo del

reactivo en ninguno de los casos la no respuesta fue mayor del 3%.

De la pregunta ¿Qué sabe del coronavirus?, obtuvimos información diversa que se codificó

en once categorías; una respuesta podía caber hasta en tres categorías. De este primer filtro

identificamos palabras claves que nos permitió ubicar las respuestas de una manera más

comprehensiva. Finalmente, reconocimos diversos tipos de conocimientos que organizamos

en tres grandes rubros: epidemiológico, clínico y social.

Concepciones causales

La pregunta ¿Por qué cree que existe esta enfermedad? fue contestada por 935 personas.

Las respuestas fueron en primer lugar codificadas de acuerdo a la naturaleza de la

explicación formulada. Se identificaron en un primer momento 49 categorías que agruparon

de manera exhaustiva los elementos causales expresados por los encuestados, a partir de

conceptos claves como virus, guerra, animales exóticos, etc. Una vez identificados estos

conceptos, se procedió a revisar de nueva cuenta las respuestas para verificar que todas

pudieran agruparse en una matriz. A partir de esta matriz identificamos cuatro modelos

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explicativos: moral, determinista, agencial y xenofóbico y doce tipologías pertenecientes a

estos modelos, mismas que serán expuestas en el apartado de resultados. Finalmente, tres

investigadores de manera independiente procedieron a codificar cada una de las respuestas,

de acuerdo a los modelos y tipologías, utilizando definiciones operativas elaboradas con

este fin. Las discrepancias fueron rectificadas mediante consenso. Una vez establecido

dicho consenso, se procedió a capturar las respuestas de acuerdo a sus códigos en una base

de datos.

Resultados

Características sociodemográficas

Entre las características sociodemográficas destaca que 32.4% eran hombres y 67.5%

mujeres; que solo el 15% contaba con una escolaridad de bachillerato o menor, y que el

41.9% tenía un grado profesional y el 43% un posgrado. En cuanto a la religión, el mayor

porcentaje (53%) profesaba la religión católica y el 38.1% ninguna. El rango de edad

fluctuó entre 15 y 83 años, con una mediana de 44 y una media de 45; la moda estuvo en 40

años, mientras que el 70% de los encuestados se encontraba en el rango de 30 a 59 años.

Solo el 3.6% de esta población era hablante de alguna lengua indígena. (cuadro 1).

En cuanto a la ocupación, casi el 60% eran profesionistas o técnicos profesionales, entre los

que destacan docentes, consultores, activistas y profesionales de la salud, y estudiantes de

posgrado. El 15.3% se autodefinió como emprendedor de negocios. El 6% se dedicaba al

hogar; un 3.2 % no trabajaba y menos del 2% buscaba trabajo. Las zonas centro y sur del

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país estuvieron sobrerrepresentadas con el 70% de las encuestas, aunque se obtuvieron

respuestas de prácticamente todas las regiones (cuadro 2).

El 90% de los entrevistados vivían acompañados, y los grupos de edad con los que

comparten su vivienda se muestran en el cuadro 3. Se puede ver que la mayor parte de los

habitantes de las unidades domésticas se encuentra en edad reproductiva (15 a 49 años), y

que los grupos de menores de 15 años y de más de 60 representan el 27% cada uno. El 18%

de las personas entrevistadas padecía una enfermedad crónica y el 26% convivía con alguna

persona con alguna enfermedad de este tipo (cuadro 4). Cinco morbilidades constituyen el

80% de los padecimientos reportados; en orden de importancia: hipertensión arterial,

diabetes o prediabetes, alergias y enfermedades autoinmunes (cuadro 5). De quienes

presentaban alguna morbilidad (175) el 82% consideró que esta constituía un riesgo para

adquirir COVID-19.

Conocimientos sobre el Coronavirus

El contexto que privaba en México para el 29 de marzo incluía destacadamente la

publicación de varios decretos del gobierno federal señalando a la epidemia de COVID-19

como una emergencia sanitaria, así como diversas disposiciones para el distanciamiento

social, el confinamiento y la suspensión de actividades no esenciales. Las entidades

federativas con personas positivas para SARS-CoV-2 eran, en orden de importancia, la

Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Baja California Sur y Puebla. El mayor

número de fallecidos correspondía a la Ciudad de México con 22, y al estado de México

con 7. El número promedio de fallecidos por día era de 5 (SS,200520COVID19MEXICO).

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Entre el 29 marzo y los primeros días de abril, prácticamente todas (97%) las personas

entrevistadas tenían conocimiento de la situación en que se encontraba el país con respecto

al Coronavirus; solamente 27 (2.8%) del total carecían de información.

En el cuadro 6 se muestra la agrupación que se realizó de las respuestas de los entrevistados

ante la pregunta ¿Qué sabe usted del Coronavirus? Algunos de los entrevistados se

refirieron hasta a tres tópicos distintos de la enfermedad (15%), y contaba con información

abundante acerca del inicio del padecimiento, el agente patógeno, las denominaciones de la

enfermedad, el cuadro clínico, los grupos vulnerables y el impacto que se puede esperar con

la pandemia. Las fuentes de información más importantes fueron los boletines de la OMS,

en internet, las conferencias de la SS y las revistas especializadas. Es importante señalar

que 25 (2.5%) personas que respondieron el cuestionario eran trabajadores de la salud.

Como se aprecia en el cuadro 6, los conocimientos versaron en tres diferentes temas de la

salud: epidemiológico, clínico y social.

La respuesta más frecuente fue el carácter de contagiosidad y de gravedad que correspondió

al 62% de las menciones. Por su carácter infeccioso, se le señala como muy contagioso o

altamente contagioso y este término se asocia a los portadores y a los grupos vulnerables.

En el 12% de las encuestas se refirieron al coronavirus (COVID-19) como una pandemia,

así declarado desde el 11 de marzo por la OMS.

La gravedad de COVID-19 es una etapa que puede llevar a la muerte, de ahí que las

menciones a las personas en riesgo o susceptibles de ser más severamente afectadas por el

Coronavirus -como ocurrió en el 27% de las encuestas-, fueron: “personas mayores”, “de

la tercera edad”, “mayores de 50”, “de 60 años”, “de 65 años”, “personas con el sistema

inmunológico deprimido”, “personas enfermas”, “diabéticas”, “con asma”, ”

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fumadores”, “VIH”, “obesidad”, “con enfermedades crónicas”, “cardiovasculares”,

“EPOC”, ” hipertensos”, “con cáncer”, “embarazadas”, e “inmunodeprimidos y con

VIH”. Los menos se preguntan que si es casualidad que los viejos y los vulnerables sean las

posibles víctimas, o si no es la presencia de este virus parte de una política demográfica

intencionada.

Las nociones respecto de quiénes representan un riesgo como contagiantes fueron: “los que

tienen SARS-Cov-2 positivo”, “infectados que dejan al virus al toser o estornudar”, “los

portadores asintomáticos que representan una amenaza para otros”, ”los portadores

aquellos a los que el virus no les toca pero que se reproduce y se trasmite a través de

ellos”, “los enfermos que entran en contacto con los objetos”, “los objetos son infectados

y son trasmisores de la enfermedad”, “las gotículas que caen en las distintas superficies y

son recogidas por otras personas”, “la propagación de persona a persona”, “las personas

que se movilizan, sean mexicanos migrantes o extranjeros” (que si “un alemán fue quien

lo llevó a Puebla”, o que “es una enfermedad de las personas ricas que viajan”). Estas

percepciones de riesgo respecto a su trasmisión son mencionadas en un 27%.

Las mucosas, secreciones, fluidos, saliva y lágrimas se convierten en los vehículos del

virus, en las puertas de acceso de la enfermedad: los ojos, la nariz la boca - las mismas vías

para adquirirla o transmitirla-, fueron mencionadas en el 17% de las encuestas (cuadro 5)

El peligro de contagio se va entrelazando con las visiones sobre las medidas preventivas,

que para la temporalidad en la que se terminó la encuesta fueron expresadas limitadamente

(5%); la sana distancia (un metro, 1.5 metros y 2 metros) se deja entrever como una medida

de prevención, el lavado de las manos frecuente conlleva a vincular el padecimiento con la

falta de higiene. El aislamiento para quienes son sanos y quienes la padecen se convierte en

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la forma de vida durante la cuarentena. El uso de cubrebocas fue considerado como medida

de prevención solo por dos personas.

El aspecto clínico es referido sobre todo en lo etiológico, el 52% de las menciones se

refieren al “novel virus”, “el virus mutante”, ”virus contagioso”, “el virus que se

propaga”, “el virus que entra por los ojos, nariz y boca”, “el virus que no es un

organismo vivo”, “el virus peligroso”, “virus originado en China”, “el virus que ataca”,

“el virus que mata a la gente”, “el virus de RNA”. El virus es el agente de las desgracias

producidas por esta pandemia; ingresa y se propaga, se aprovecha de algunos y a otros los

convierte en armas mortíferas en contra de los más vulnerables (cuadro 5).

En cuanto al tipo de signos y síntomas que aparecen cuando se es víctima del SARS-CoV-

2, identificados en el 19% de los encuestados, lo que más frecuentemente se señala es que

“es un problema del sistema respiratorio”, “una enfermedad pulmonar”, “la fiebre”, “la

gripe”, “la dificultad al respirar”, “con síntomas parecidos a la influenza”, “el dolor de

cabeza”, y “el dolor de garganta”.

Está ausente la mención a un síntoma común como la fatiga, que puede incluso acompañar

a pacientes con COVID-19 y sin tos, incluso cuando ya presentan neumonía (Jiangping et

al, 2020).

La actual falta de tratamiento eficaz y la carencia de una vacuna, rasgos fundamentales de

la epidemia, fueron mencionadas solo por el 4% de las personas de diversas formas: “no es

curable”, “que no hay actualmente vacuna”, “pero que no es tan mortal”, “no hay vacuna

ni tratamiento”, “yo estoy en riesgo alto” “no tiene tratamiento de erradicación y su cura

depende de la respuesta del paciente”.

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La noción sobre porcentajes está presente en el conocimiento de las personas; se conocen

diversos grados de mortalidad: “de 2, 3 a 10% dependiendo del país”; “letalidad

mencionada de 5 a 5.5%”. De riesgo: “80% van a desarrollar sintomatología leve, el 13 o

16% va a requerir asistencia médica u hospitalización por sintomatología moderada o

neumonía”, “del 4 al 7% requerirá asistencia con respiradores”. De sintomatología y

complicaciones: “En los contagiados el 30% puede perder el olfato”, “el 15% puede tener

neumonía”. De medidas profilácticas: “Hay que usar gel antibacterial al 70%”. Como

puede apreciarse, el léxico característico de la epidemiológica se va incorporando en el

acervo de conocimientos de las personas durante la pandemia.

Hay relativamente pocas menciones del contexto social en el que se da la epidemia, el más

importante es en relación con China y con los animales (8%): “que el virus tiene

procedencia China”, “que fue en Wuhan y se esparce por todo el mundo”, “se origina, se

generó, se dispersó, surgió, o se descubrió en China”, “que fue llevado de Estados Unidos

a China”. Tratándose de una zoonosis, otro elemento mencionado son los animales: “que

se transmite de animales a humanos”, “que puede infectar a animales y a humanos”, o

“que fue a través de un murciélago o pangolín”.

La crisis económica y el impacto social que puede tener fueron mencionados muy

marginalmente; solamente el 2% señaló que la epidemia conlleva una crisis económica y de

los servicios de salud: “que es la crisis del capitalismo”, “una crisis social que conlleva

una crisis en los sistemas de salud”

Explicaciones causales

Identificamos cuatro tipos de atribuciones causales a través de los cuales la población

encuestada explica las razones de la pandemia: como ya se mencionó, a partir de las

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respuestas a la pregunta ¿Por qué cree usted que existe esta enfermedad? Se integraron los

siguientes modelos explicativos: modelo moral, modelo determinista, modelo agencial y

modelo xenofóbico. A partir de esta separación, se identificaron cuatro tipos de

explicaciones:

1. Aquellas cuya explicación se centra en transgresiones a normativas y que distinguen con

claridad un comportamiento sujeto a sanción como la causa fundamental de la pandemia.

Este tipo de respuestas integran el modelo explicativo moral y es el más frecuentemente

empleado por la población (n=377/40.3%). Dentro de este modelo, identificamos tres

tipologías de acuerdo a la naturaleza de la transgresión aludida. Las transgresiones

alimentarias e higiénicas que explican la pandemia, por ejemplo: “por comer animales

exóticos” representan el 9.1% de las respuestas (n=88).

Transgresiones que se relacionan con rebasar límites geográficos o físicos (n=101/10.5%),

como en el caso de la siguiente respuesta: “…deterioro de las condiciones ambientales,

reducción del hábitat para especies silvestres, salto de especie presumiblemente de

murciélagos a humanos y transmisión en zonas densamente pobladas”.

Las transgresiones interpersonales (n=161/16.7%) fueron identificadas cuando la

explicación se centraba en un comportamiento sancionable en las relaciones humanas. Por

ejemplo: “Por ignorancia e irresponsabilidad” o “por falta de empatía”.

Por su parte, las transgresiones sociales (n=30/3.1%) implican un comportamiento

sancionado de naturaleza colectiva, por ejemplo: “por la globalización”.

2. Un segundo grupo de explicaciones refieren a situaciones fuera del control de las

acciones humanas. Este tipo de respuestas integran el modelo explicativo determinista

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(n=362/38.7%). El determinismo biológico (n=352/37.8) alude a una situación fuera de

control humano de naturaleza biológica, por ejemplo: “Porque forma parte de los procesos

evolutivos en donde los virus mutan y generan enfermedades que anteriormente no se

presentaban así”.

El segundo tipo de determinismo, la suerte, fue referido en 3 ocasiones (0.3%). Finalmente,

el determinismo religioso (n=4/0.4%) señala una causa de naturaleza divina como en la

siguiente respuesta: “es la voluntad de Dios”.

3. De manera opuesta al conjunto anterior, el tercer grupo de respuestas alude a las acciones

humanas como directamente responsables de la situación, conformando un modelo agencial

(n=167/17.8%). Este modelo contiene los siguientes tipos: cuando la respuesta explicita la

intención deliberada de un agente, o intencional (n=65/6.7): “…por laboratorio en China

para disminuir la población (intencional), y convertirla en pandemia, guerra biológica

entre otras…”; por la pérdida de control o accidente (n=99/10.3%): “Por un virus, regado

en un laboratorio y que escapó. No vino de un animal en un mercado público, no cuadra

su comportamiento”, y por invento o creación de los medios (n=1/0.1%).

4. Finalmente, se identificaron respuestas que explican la situación a través de razones

exclusivamente étnicas, ya sea por la nacionalidad (china) o por características “culturales”

atribuidas los asiáticos. Este tipo de respuestas fueron integradas en el modelo explicativo

xenofóbico (n=29/3.1%). Este modelo integra las respuestas que como “por los chinos”

explicitan una atribución étnica ambigua (n=21/2.2% o aquellas respuestas que hacen

explícita una naturaleza colectiva (n=6/0.6%), por ejemplo: “Por la mala higiene de los

asiáticos”.

En el cuadro 7 se muestra una tabla de contingencia que indica las tipologías de los 10

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modelos explicativos señalados por el 99% de la población encuestada; es decir, que esta

tabla concentra las atribuciones causales más empleadas por dicha población. Como puede

apreciarse, el determinismo biológico constituye el modelo explicativo mayormente usado

por la población de la muestra. Por su parte, el determinismo religioso, constituye la

tipología de modelos explicativos menos utilizada.

Discusión

Consideramos que el presente trabajo muestra resultados relevantes en una situación

novedosa cuya construcción de conocimientos es aún incipiente. Aunque existe un avance

significativo en los hallazgos microbiológicos, clínicos y epidemiológicos obtenidos hasta

la fecha, en el ámbito internacional existe muy poca información acerca de las respuestas

poblacionales ante la situación suscitada por la COVID-19. Esto incluye particularmente

abordajes dirigidos a explorar la percepción del riesgo y los conocimientos. En México,

hasta el momento no hemos encontrado información resultado de estudiar estos aspectos,

que hemos señalado como fundamentales para comprender los comportamientos de la

población ante los riesgos (Covello et al., 2001; Lau et al., 2003; Mahajan et al., 2008;

Smith, 2006).

De entre los hallazgos de la presente exploración, consideramos que dos son en particular

relevantes para la coyuntura actual, ya que pueden orientar de manera temprana

intervenciones para la comunicación de riesgos e información dirigida a la población. En

primer lugar, los conocimientos que tiene la población acerca de la pandemia corresponden

en gran medida al discurso biomédico; esto puede apreciarse en el énfasis puesto en los

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aspectos clínicos y epidemiológicos en sus respuestas. Al respecto, resulta interesante que

las atribuciones causales predominantes entre las personas encuestadas correspondan al

determinismo biológico, característico del modelo explicativo predominante de la

biomedicina (Achard, 1980; Gaines y Davis-Floyd, 2004; Menéndez, 1990).

Lo anterior indica la importante penetración que ha logrado el discurso biomédico en la

población, de forma particular respecto a la información concerniente a COVID-19. Esto es

explicable por supuesto por el tipo de interacción comunicativa intensiva seguida por las

autoridades sanitarias del país, y la posibilidad que los medios de comunicación

electrónicos han generado en la reproducción de información, aunque si bien esta

información, como hemos argumentado, transite por múltiples resignificaciones durante su

reproducción. Hallazgos similares han sido reportados en la literatura internacional que ha

perseguido intereses compatibles con nuestra aproximación aunque con perspectivas

distintas (Barrios & Hochberg, 2020; Geldsetzer, 2020; Huynh, 2020; Van Babel et al,

2020; Zhong et al, 2020).

El segundo aspecto que queremos resaltar por su relevancia es que, si bien los medios de

comunicación habían mostrado el colapso de los sistemas de salud de otros países a

consecuencia de la pandemia, esta preocupación, hasta la fecha en que concluyó la

encuesta, no se manifiesta en la población que la respondió. La preocupación central, de

acuerdo a nuestros resultados preliminares, se centra en lo epidemiológico y lo clínico. Ello

indica que las situaciones críticas de salud, en este caso relacionadas con la pandemia, son

significadas como peligro dependiendo de cómo afectan directamente la vida cotidiana de

las personas. Estos hallazgos son compatibles con algunas reflexiones preliminares que se
19
han manifestado respecto a la actual pandemia en el ámbito internacional (Ali, 2020;

Alyanak, 2020). Aunque, fuera del presente trabajo, este aspecto no ha sido corroborado

empíricamente.

Finalmente, estos hallazgos deben ser considerados a la luz del sesgo muestral de la

presente encuesta, que, al difundirse de manera digital mediante las redes de los autores ha

contribuido a sobrerrepresentar a un grupo poblacional con mayor escolaridad. Esto se ha

repetido en encuestas que han perseguido intereses similares y han seguido metodologías

parecidas en el ámbito internacional (Geldsetzer, 2020; Zhong et al, 2020).

Conclusiones

Este estudio muestra las bondades de los medios en línea para la investigación en ciertas

coyunturas sociales, y reconoce que en una epidemia la percepción del riesgo va a estar

determinado por la fase en que se encuentre la misma. También pone de manifiesto la

importancia que los medios de comunicación pueden adquirir para la trasmisión de

información, en un momento de crisis como el actual. Su principal limitación es el sesgo en

el tipo de interlocutor de la encuesta; los instrumentos utilizados, a pesar ser cada vez más

populares pues el 65.8% de la población nacional tienen acceso a ellos (ENDUTIH, 2018),

siguen siendo herramientas limitadas para la indagación entre las poblaciones más pobres y

por lo tanto más vulnerables.

Este estudio sugiere que las encuestas de seguimiento a lo largo de la pandemia podrían

darnos información valiosa sobre la trasformación de la percepción del riesgo a lo largo de

una crisis social producida por la irrupción de un agente biológico nuevo, y de su

vinculación con el contexto en el que se vive.

20
Agradecimientos.

Los autores agradecen a los y las participantes de la encuesta por su disposición. También

agradecen al Dr. Gabriel Armando Torres López por la revisión y sus comentarios.

Fuentes de financiamiento

Para la elaboración de la encuesta y el artículo, los autores no recibieron financiamientos.

Conflicto de intereses

Los autores manifiestan no tener conflicto de interés

Disponibilidad de datos

Los datos podrán ser compartidos en caso de ser requeridos a la autora principal.

Referencias

Tablas

Cuadro 1 Características sociodemográficas


Variable Categoría N %
1. Masculino 312 32.4
Sexo
2. Femenino 649 67.5
Hablante de lengua 1. Sí 35 3.6
indígena 2. No 927 96.4
Primaria completa 2 .2
Secundaria completa 19 2.0
Bachillerato o Preparatoria incompleto 2 .2
Escolaridad
Bachillerato o Preparatoria completo 121 12.6
Profesional 403 41.9
Posgrado 414 43.0
Religión 1. Católica 513 53.3
2. Protestante y/o Evangélica 51 5.3
3. Costumbre 30 3.1

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4. Ninguna 367 38.1
10-19 16 1.7
20-29 108 11.2
30-39 222 23.1
40-49 247 25.6
Edad agrupada*
50-59 212 22.0
60-69 126 13.1
70-79 24 2.5
80-89 3 .3
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19
* Se excluyen 3 casos que no proporcionaron información

Cuadro 2. Características sociodemográficas


Funcionarios, directores y jefes 34 3.5
Profesionistas y técnicos 553 57.4
Trabajadores auxiliares en actividades administrativas 29 3.0
Comerciantes, empleados en ventas y agentes de 191 19.8
ventas
Trabajadores en servicios personales y vigilancia 29 3.0
Trabajadores en actividades agrícolas, ganaderas, 4 .4
Ocupación* forestales, caza y pesca
Trabajadores artesanales y artistas 8 .8
Operadores de maquinaria industrial, ensambladores, 7 .7
choferes y conductores de transporte
Busca trabajo 16 1.7
No trabaja 31 3.2
Ama de casa 58 6.0
Total 960 99.7
Centro 301 31.3
Occidente 92 9.6
Región del país a la Noreste 58 6.0
que pertenece Noroeste 62 6.4
Sur 380 39.5
Sureste 59 6.1
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19
* Se excluyen 3 casos que no proporcionaron información
Cuadro 3
Usted vive sólo o Solo 93 9.7
acompañado Acompañado 869 90.3
Grupos de edad de De 0 a 14 años 267 19.7
las personas que De 15 a 49 años 639 47.2
conviven con él o De 50 a 59 años 184 13.6
la entrevistada** De 60 y más 263 19.4
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19

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** En los grupos de edad pueden de las personas que conviven se repiten por ello no suman la N total

Cuadro 4.
Variable Categoría N %
N= 963 En las personas con las que convive 250 25
¿Enfermedades La persona entrevistada 173 18
Crónicas?***
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19
*** No todos los casos respondieron

Cuadro 5.
Variable Categoría N %
Hipertensión 69 33.33
Diabetes o prediabetes 46 22.22
Asma, Bronquitis crónica 20 9.66
Alergias 16 7.73
Otro 14 6.76
Enfermedad autoinmune 10 4.83
Tipo de enfermedades Enfermedades de la tiroides 8 3.86
crónicas que padecen Enfermedad cardiovascular
algunos de los 8 3.86
entrevistados* Problemas de salud mental 4 1.93
EPOC 4 1.93
Obesidad 3 1.45
Cáncer 2 0.97
Tabaquismo 1 0.48
Inmunodeficiencia 1 0.48
VIH 1 0.48
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19
* Solamente se incluyen las respuestas de las personas con enfermedades crónicas

Cuadro 6. Conocimiento sobre el coronavirus


Categoría Subcategoría N %
Epidemiológicos Es una enfermedad contagiosa que puede ser grave 579 62%
Clínico Se enfatiza al virus, el nombre del virus, cómo se produjo 491 52%
Epidemiológicos Afecta a grupos vulnerables 257 27%
Clínico Sistema afectado, signos y síntomas de la enfermedad 177 19%
Epidemiológicos Es una pandemia 111 12%
Epidemiológicos Enfatiza medios de trasmisión 107 11%
Social Se inicia por consumo de animal exótico en China puede infectar a los animales 72 8%
Epidemiológicos Se requieren medidas preventivas 43 5%
Clínico Incurable, no hay vacuna ni tratamiento 42 4%
Social Una enfermedad por falta de higiene 20 2%
Es una enfermedad que produce una crisis económica y un colapso a los sistemas
Social de salud 19 2%
No conoce 25 3%
Total 938
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19

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Cuadro 7. Modelos y tipologías con mayor poder explicativo de acuerdo a la encuesta (n=935)
Modelo Modelo Modelo Modelo Porcentaj Porcentaje
Tipologías
Moral Determinista Agencial xenofóbico e acumulado
Biológico 0 352 0 0 37.6 37.6
Transgresiones
161 0 0 0 17.2 54.9
interpersonales
Transgresiones a
barreras físicas y 101 0 0 0 10.8 65.7
geográficas
Pérdida de control o
0 0 99 0 10.6 76.3
accidente
Transgresiones
alimentarias e 85 0 0 0 9.1 85.3
higiénicas
Intencional 0 0 65 0 7.0 92.3
Transgresiones
30 0 0 0 3.2 95.5
sociales
Responsabilidad de la
0 0 0 21 2.2 97.8
población China
Insalubridad y cultura
0 0 0 6 0.6 98.4
de los asiáticos
Religioso 0 4 0 0 0.4 98.8
Fuente: Encuesta online de percepción del riesgo ante COVID-19

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