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Katherine E. Tejeda R.

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Sin Educación no construimos futuro, ni individual ni


colectivo.

El escrito inicia citando la ley de educación superior, social y tecnológica 139-


01 y su artículo no. 10, el cual habla del financiamiento de la misma.

Aquí se describe que la educación y sus derivados deben ser financiados por la
sociedad y también el gobierno. El estado tiene la obligación de financiar la
educación superior pública e incentivar al financiamiento de la privada y aplicar
un número de acciones que impliquen la distribución equitativa de estos
beneficios para el desarrollo de la educación superior.

En dicho blog, se citan y detallan distintos artículos que hablan del presupuesto
destinado a la educación superior, específicamente a nuestra Universidad
Autónoma de Santo Domingo (UASD) y que lamentable el caso, no se está
cumpliendo. Este articulo nos habla desde tanto desde el marco jurídico como
presupuestal, que, aunque existe una ley que especifica el monto dirigido a la
universidad dedicada al financiamiento y crecimiento de la institución, debido a
tecnicismos dicha ley no se está cumpliendo.

En dicho artículo se realizan comparaciones con otros países latinoamericanos


con respecto al porcentaje del presupuesto que se asigna para la educación,
países los cuales poseen cierta similitud con la República Dominicana con
respecto a su PIB. Las cifras muestran como los demás países asignan
presupuestos acordes a su PIB a la educación superior; mientras que R.D
colabora con una cifra mínima en comparación.

Solo US$760 son asignados por estudiante mientras que países de


Latinoamérica invierten alrededor de US$2, 446 por estudiante. La UASD es la
universidad con más cuerpo estudiantil en nuestro país, la única universidad
pública del país, con más centros regionales que la mayoría, ya que su misión
es llegar a lugares donde los estudiantes de menos recursos tengan acceso a
la educación y la preparación académica y, sin embargo, no cuenta con la
suficiente ayuda para seguir avanzando y evolucionando como otras entidades
de educación han podido.
Como estudiante de esta casa de estudios puedo testificar que los recursos no
se están invirtiendo debidamente. El artículo habla también acerca de que los
mismos docentes son los que deben financiar dicha educación asumiendo un
numero exorbitantes de sesiones abarrotadas de estudiantes que al final un
solo profesor no da abasto para impartir la asignatura.

Aulas pequeñas sobrecargadas de estudiantes que deben sentarse afuera del


aula debido a la gran cantidad de estudiantes en tan poco espacio. En algunos
casos existen asignaturas sin aulas asignadas ya que no hay espacio
específico en el cual impartirlas. Aulas que no se encuentran adecuadas para
impartir asignaturas de nivel universitario, entre muchas otras situaciones.

El panorama de nuestra universidad es sumamente desalentador. Y este


artículo solo describe la situación del 2015 y el posible panorama del 2016.
Estamos en el año 2019 y aun nos encontramos en la misma situación de que
nuestro gobierno no destina los recursos necesarios para el financiamiento de
la educación superior en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y el
mismo panorama se repite constantemente, durante cada semestre de cada
año. Aulas y cuerpo docente sobrecargados de estudiantes y que no dan
abasto para la población estudiantil que constantemente crece y expande; que
requiere de inversión en equipamiento de aulas y la evolución en el material
educativo para adecuarse a los tiempos presentes.

Este artículo nos da mucho que reflexionar acerca de cómo otros países
deciden utilizar su presupuesto y consiguiente porcentaje del PIB en el
desarrollo de la educación superior, notando la suma importancia que tiene
para el futuro de la sociedad la preparación académica de niños y jóvenes,
dando prioridad a este.

La UASD suele constantemente comparada con otras universidades públicas


latinoamericanas sin tomarse en cuenta los factores expuestos en las gráficas
del artículo citado. Si nuestros funcionarios se dieran cuenta de la importancia y
la necesidad de fomentar el crecimiento y desarrollo de nuestra universidad
pública otra fuera la historia de la universidad primada de América.

Aún nos queda mucho como nación llegar al alcanzar el nivel de razonamiento
que nos permita ver que la preparación académica está la clave para avanzar
como sociedad en un mundo que cada vez más requiere de conocimientos a la
par con los descubrimientos científicos y tecnológicos, por solo mencionar
algunos.

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