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Derecho Civil III – Contratos

Contrato de Franchising

Alumna: Ayelén Melisa Gil


Cátedra: Ramón Domingo Posca
Turno: Noche – Lunes y jueves
Año: 2012
Franchising

El Contrato de Franquicia

En la actualidad se ha logrado que los individuos compren lo que no


necesitan, ello se obtiene porque no es la necesidad la que provoca la compra, sino
la publicidad la que induce a comprar. Este área de bienes es la que se incluye
“contrato de franquicia” la fuerza de estos productos en la demanda que inducen y
por lo tanto es muy importante la marca, el signo, el procedimiento, por esta razón,
se hizo necesario crear un sistema de distribución que posibilitara la transmisión de
esos elementos.

Si un empresario entrega a otro los elementos mencionados, corre dos


riesgos importantes: el primero es que el distribuidor se quede con el procedimiento
exitoso copiándoselo y dejando de ser su distribuidor; y el segundo es que
desempeñe una actividad comercial mala y arruine la imagen del empresario. Por
esto, para aventar esos riesgos el primer empresario ejerce un control riguroso sobre
bienes como la marca, el procedimiento, la imagen, que cese en uso temporario a su
derecho a la planificación del negocio en aspecto sustanciales, en virtud de estos se
produce una integración de estos muy fuerte de las partes y aparece una figura
nueva, llamada FRANQUICIA.

El origen:

Las primeras manifestaciones de lo que hoy llamamos franquicia existieron ya


en la Edad Media: en Francia se otorgaban privilegios y autorizaciones en relación
con los servicios militares y en lo relativo a la recaudación de impuestos y demás
derechos territoriales. Ciertos privilegios eran concedidos por el señor feudal a sus
vasallos, que consistían en ciertas prerrogativas a cambio del pago de una suma de
dinero, todo lo cual se instrumentaba LETTRES DE FRANCHISE o “cartas de
franquicia.

El término “franchising” proviene del idioma francés donde Franc, en francés


antiguo significaba el otorgamiento de un privilegio o de una autorización por parte
del soberano a alguno de sus súbditos referidos a derechos de mercado, pesca o
forestales.

El origen del contrato de franchising como relación jurídica entre particulares


se remonta al ámbito de la industria automotriz, General Motors en 1898. En 1863,
otro antecedente, el caso de la Singer Sewing Company. Luego, fue creciendo a
partir de la segunda guerra mundial apareciendo una segunda generación de
contratos de franquicia, en los que se pone énfasis en las exigencias del marketing-
planificación, coordinación y control de todas las actividades empresariales dirigidas
al mercado-
En el año 1930, luego de la Gran Depresión, Howard Johnson estableció la
primera franquicia de 25 negocios en cadena y luego a partir de la década del 50
aparecieron los gigantes: Holliday Inn, Mc Donalds, Burger King, Sheraton, etc.

Concepto:
Gastaldi y Centanaro dicen: “En particular –como una suerte de concepto
descriptivo- podemos decir que este contrato coloca a las partes en una situación de
interdependencia, pues el dador del franchising, llamado Franchisor (franquiciante)
otorga al tomador o Franchisee (franquiciado) una serie de facultades para la
comercialización de determinados bienes y servicios, entre las que se incluye la
transferencia del know how, utilización de marcas (insignias, leyendas, etc.),
pertenecía a una red comercial con presencia en el mercado de reconocido
prestigio, mediante las que el franquiciado promoverá dicha comercialización,
contando con la asistencia técnica y colaboración permanente del franquiciante –
pero también bajo su control- sin que ellos perjudique la autonomía e independencia
jurídico funcional de las partes. A cambio, el franquiciante obtendrá una
compensación que puede consistir en un canon periódico, una participación en las
ganancias, en el producido o mediante cualquier estipulación.
La Asociación Internacional de Franquicia Comercial sostiene que “una
operación de franquicia es una relación contractual entre un franquiciante y un
franquiciado, en la cual el franquiciante ofrece o es obligado a mantener un interés
permanente en el negocio del franquiciado en aspectos tales como el know how, y la
asistencia técnica. El franquiciado opera bajo un método procedimiento que
pertenece o que es controlado por el franquiciante y en el cual el franquiciado ha
hecho o hará una inversión sustancial en su propio negocio con sus propios
recursos.
Martorell ha caracterizado al franchising como aquel que vincula al
franquiciante – que es aquel que tiene la marca y el know how de comercialización
de un determinado bien servicio, y cede contractualmente los derechos de reventa y
uso (proveyendo, en forma concomitante, asistencia en la organización,
gerenciamiento y administración del negocio a sus co-contratantes)- con el
franquiciado. Este es quien adquiere contractualmente el derecho de comerciar el
bien o servicio objeto de la operación de un mercado exclusivo, utilizando los
beneficios de la marca y apoyo para gerenciar el negocio instalado.
En conclusión, el FRANCHISING es un tipo de contrato de comercialización o
distribución en sentido amplio mediante el cual una empresa conocida y prestigiosa
en el mercado (franquiciante) transfiere su know how (método operativo), otorga un
derecho de uso de la marca que ejerce y proporciona una asistencia técnica
permanente a otra empresa jurídicamente independiente (franquiciado),que a su vez
se obliga a someterse al control estricto del franquiciante y a pagar como
contraprestación una suma fija inicial, una regalía mensual acorde a sus ventas o
ganancias y un derecho de uso de la marca. La función de este contrato es constituir
un medio por el cual el titular de una marca conocida de bienes o servicios llega al
público consumidor a través de una cadena de establecimientos comerciales que
fabrican y expenden el producto o servicio siguiendo sus instrucciones.

El Franchising

El Contrato de Franquicia y la Responsabilidad Laboral


El contrato de Franchising da origen a variados deberes y obligaciones entre
franquiciante y franquiciado, de los cuales surgen determinadas situaciones de
responsabilidad entre ambos. El caso que trataremos a continuación es el de la
responsabilidad laboral entre franquiciante y franquiciado, en relación a los Art. 30 y
31 de la Ley de Contrato de Trabajo.
El art. 30 establece que quienes cedan total o parcialmente a otros el
establecimiento o explotación habilitado a su nombre, o contraten o subcontraten,
cualquiera sea el acto que le dé origen, trabajos o servicios correspondientes a la
actividad normal y específica propia del establecimiento, dentro o fuera de su
ámbito, deberán exigir a sus contratistas o subcontratistas el adecuado cumplimiento
de las normas relativas al trabajo y los organismos de seguridad social. Y a su vez,
art. 31 estipula que siempre que una o más empresas, aunque tuviesen cada una de
ellas personalidad jurídica propia, estuviesen bajo la dirección, control o
administración de otras, o de tal modo relacionadas que constituyan un conjunto
económico de carácter permanente, serán a los fines de las obligaciones contraídas
por cada una de ellas con sus trabajadores y con los organismos de seguridad
social, solidariamente responsables, cuando hayan mediado maniobras fraudulentas
o conducción temeraria.

De la interpretación de estos artículos, surge la problemática de si el


franquiciante es solidariamente responsable frente a las relaciones laborales que
tenga el franquiciado con otros terceros, en razón de la actividad q relaciona a
ambos, y es dicha problemática la que tratamos a continuación.

Según Lorenzetti:

En el contrato de franchising la relación que une a las partes e, inicialmente,


autónoma e independiente y en base a este principio, el franquiciante no responde
por las obligaciones del franquiciado. Así, el franquiciante no responde por las
deudas laborales que tenga el franquiciado frente a sus trabajadores, este criterio es
el sostenido por la CSJN en numerosos fallos.

El franquiciante responde frente a los consumidores por los daños causados


por el franquiciado, con quien es solidariamente responsable. La ley de defensa del
consumidor hacer referencia solo al distribuidor como proveedor (Art. 2 y 40), no
obstante no lo hace en sentido estricto, si no en sentido amplio, con lo cual abarca
todos los contratos que tienen una finalidad distributiva. Se llega a esa misma
conclusión a partir del artículo tercero de la ley 24.240. No obstante, podrá ocurrir
que el franquiciante quede comprendido en la idea de proveedor de la ley 24.249,
pues es también fabricante, importador, marquista, lo que es bastante usual en la
practica. Frente al consumidor, el franquiciante no podrá alegar los hechos propios
del franquiciado, pues se trata de caso fortuito interno que no resulta suficiente para
que se exima de responsabilidad frente al proveedor. Conforme al texto de la ley,
responderán solidariamente, aunque en nuestra opinión la obligación es en
realidad concurrente.

El franquiciante no responde frente a los terceros contratantes con el


franquiciado, salvo que pueda imputarse apariencia jurídica de representación.

Según Hocksman:
Existe el riesgo de que el franquiciante se vea comprendido en los supuestos
de solidaridad laboral que establecen los artículos 30 y 31 de la Ley de Contrato
Laboral, 20.744. Existe un doble propósito por el cual se plasma en la ley un sistema
de solidaridad: expulsar las posibilidades de fraude laboral e impedir una situación
de insolvencia tal por parte del empleador directo que conlleve a la imposibilidad del
cobro del crédito. De este modo se erige en una herramienta eficaz y ansiadamente
esperada la solidaridad que recae en cabeza de un número potencialmente mayor
de obligados frente al crédito laboral.

Conforme a este criterio se intento expandir la responsabilidad con carácter


solidario a los empresarios que cedieron o subcontrataron servicios o trabajos
relacionados con su actividad específica a otros empresarios. Es en virtud de dicha
ampliación de responsabilidad que estos empresarios deben exigir a sus contratas el
cumplimiento de la normativa laboral y provisional, a los fines de evitar responder
solidariamente en los potenciales reclamos que podrían inicia trabajadores del
subcontratista.

En primera medida, es necesario determinar si la relación entre franquiciante


y franquiciado es uno de los casos que validamente puede será abarcado por la
solidaridad laboral de la LCT.

En el Franchising existen dos partes contratantes, un sujeto, llamado


franquiciante, que le permite a otro sujeto, llamado franquiciado, comercializar un
producto o un servicio con su marca, mientras que el franquiciado realiza una
inversión comercial apta para la distribución uniforme y continua de los productos y
servicios del fabricante. En principio, podríamos pensar que esta relación podría
encuadrarse en los términos del articulo 30 de la ley 20.744, cuando dice: “…
quienes sean totalmente o parcialmente a otros el establecimiento o explotación
habilitado a su nombre, o contraten o subcontraten, cualquiera que sea el acto que
le de origen, trabajos o servicios correspondientes a la actividad normal especifica
propia del establecimiento…”. Vale reiterar que la relación entre el franquiciante y el
franquiciado presenta la particularidad de estar constituida por la posición que el
primero tiene sobre la segunda, y que la esencia del vínculo entre ambos la
constituye la cooperación entre dos sujetos jurídicamente independientes.

Por otro lado el articulo 31 de la ley 20.744, establece que: “siempre que una
o mas empresas aunque tuviesen cada una de ellas personalidad jurídica propia,
estuviesen bajo la dirección, control o administración de otras, o de tal modo
relacionadas que constituyan un conjunto económico de carácter permanente, serán
a los fines de las obligaciones contraídas por cada uno de ellas con sus trabajados y
con los organismos de seguridad social, solidariamente responsables, cuando hayan
mediados maniobras fraudulentas o conducción temerarias”. Resulta claro que en la
franquicia no hay una conformación de un conjunto económico en los términos de
los que habla el artículo 31, sino que la relación carece de sus características
definitorias: no hay aquí patrimonio Omán ni hay distribuciones de capitales. En el
franchising, las partes siguen manteniendo su independencia y cada una debe
responder solo por sus propias obligaciones laborales.

Según Marzorati:
Con respecto a la interpretación de los artículos 30 y 31 de la ley 20.744 y su
ampliación solidaria de la responsabilidad laboral entre franquiciante y franquiciado
se destaca que el hecho de que positivamente exista entre franquiciante y
franquiciado una relación de control no implica que se pierda la independencia del
segundo, quien manteniendo la calidad de empresario independiente es quien toma
a su cargo los riesgos del negocio, incluyendo los inherentes a las cuestiones
laborales. Lo que sucede es que esta relación de coordinación, tipificante y
necesaria en la franquicia, puede llegar a transformarse, luego de una alteración en
los limites de lo que todo control presupone, en una verdadera subordinación, hasta
el extremo de que el franquiciado se convierta en un empleado del franquiciado. Sin
embargo, comparte la opinión de que entre franquiciante y franquiciado no existe
relación laboral.

Según Julio A. Grisolio y Alejandro Sudero:

El artículo 30 de la LCT extiende la responsabilidad para prevenir el abuso o


el fraude por la interposición de personas insolventes (contratistas) evitando que el
empresario principal eluda las obligaciones derivadas de la relación laboral.

El agregado del artículo incorporado conforme al artículo 17 de la ley 25.013


establece recaudos concretos –deberes de control- que los empresarios que ceden,
contratan o subcontratan parte de la actividad específica de una explotación deben
requerir a sus contratantes para liberarse de la responsabilidad solidaria, ello –
además- de las obligaciones contenidas en el primer párrafo.

Solo con el cumplimiento de todos los controles exigidos por la ley incluyendo
la exhibición de las constancias documentales que acrediten los cumplimientos del
contratista, el principal puede exonerarse la responsabilidad solidaria.

Según Adela Pérez del Viso:

El contrato de FRANQUICIA no constituye un "método de integración


económica" ni consiste en una confusión de patrimonios y que por tanto no podría
asimilarse a un grupo económico, lo que lleva a establecer la improcedencia de
extensión solidaria de responsabilidad por la vía del art. 31 de la LCT. La
franquiciada es una empresa a la que se le han impuesto ciertos límites a la
capacidad de acción, pero que no impiden mantener la dirección de los negocios
sociales.

Concretamente en relación con la figura del Franchising, se sostuvo que la


adopción de formas asociativas de empresas (personas físicas o empresas) para
desarrollar actividades cooperativas o de colaboración, no puede ser considerada
como dato disvalioso para el juzgamiento de situaciones de incumplimiento; que en
la aplicación de las normas laborales protectoras del trabajador ante maniobras
evasoras de empleadores, debería aplicarse un "criterio de excepción" en la
extensión de responsabilidad; que en los casos en que se demuestre la existencia
de un control interno o externo de la empresa franquiciante a la franquiciada, sería
preciso acreditar que han mediado maniobras fraudulentas o conductas temerarias
en la administración empresaria; y que en los supuestos de franquicia comercial en
sus diversas variantes, podría considerarse el caso de grupo económico por control
externo o interno, lo cual deberá demostrarse en cada caso fehacientemente, como
también deberán ser objeto de prueba las maniobras fraudulentas o conducción
temeraria. Caso contrario, la empresa franquiciante estaría excluida de
responsabilidad laboral

En la jurisprudencia, se encontraron numerosas sentencias que reflejan el


tema expuesto.

Farias Alicia Cristina c/ Dieta Club SA y otros s/ despido

17/06/2008

En este caso jurisprudencial, primera instancia resuelve rechazando la


demanda que procuraba el cobro de indemnizaciones por despido y otros créditos
de naturaleza laboral, ya que no había quedado acreditado que existiera una
relación de trabajo subordinado entre las partes.

En Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo tiene favorable recepción, el


juez confirma la acreditación de una relación laboral de trabajo subordinado de la
actora, pues la prestación de servicios de un trabajador, como medio personal, en
una organización empresaria ajena para el fin de los logros empresarios constituye
el sustento fáctico-jurídico de una relación de trabajo subordinado, no obstante a
que de acuerdo a este caso haya existido un vínculo de otra naturaleza. Además
estas presunciones se encuentran avaladas por elementos probatorios agregados a
la causa, una testigo dijo que conoció a la actora porque trabajaba como
nutricionista en la demanda Dieta Club SA (Olivos), siendo esta última una
franquicia, otra testigo la conoce por haber trabajado con ella en Dieta Club de San
Martín. En la contestación la demandada alegó que celebró contratos de su
explotación empresarial y que la actora, en este caso prestó servicios para los
franquiciados, así deslindándose de responsabilidad. Si bien este alegato de la
demandada no existe elementos probatorios que cumplan con los requisitos fácticos-
legales que tornen verosímil la figura contractual (Contrato de Franquicia) y así no
se permite excluir de responsabilidad directa respecto de la prestación de servicios
que efectuó la actora en los establecimientos que giraban bajo su nombre comercial.

El juez se convenció de que existió entre las partes de este juicio una
relación de trabajo subordinado, por lo tanto el despido dispuesto por la actora
contra Dieta Club SA (actual Favenix SA) por falta de registración de la relación de
trabajo, resultó ajustada a derecho y constituye suficiente injuria, en los términos del
art. 242 de la LCT, la hacen acreedora a la liquidación reclamada en la demanda.
Por ello se revoca la sentencia apelada y en su mérito se condena a la Favenix SA a
abonar a la actora la suma de $16.907,31. De la misma manera resuelve el segundo
juez de la cámara y el tercero se abstiene a votar en virtud del Art. 125 de la ley
18.345.

Fernández Mirtha Liliana c/ Aquino Marciana y otro s/ despido.

28/02/2007

En este caso la Cámara laboral condenó solidariamente a una compañía


(Actuel S.R.L) a indemnizar a un trabajador por la cesantía dispuesta por la empresa
con quien estaba vinculada por un contrato de franquicia.
La actora trabajaba en un centro de cosmética mediados de 1999, la parte
actora se queja a la señora juez “a quo” la cual entendió que no resultaba de
aplicación la solidaridad que se deriva del Art. 30 LCT, en el análisis de la prueba
aportada a la causa y reseñada por la sentenciante surge que en el caso de autos
existe un contrato de franquicia entre Actuel S.R.L y surge de su objeto social llevar
acabo por cuenta propia o de terceros el dictado de cursos relacionados con la
medicina estética y la cosmetología además de la fabricación, compra, venta de los
productos cosmetológicos.

En el contrato de franquicia las dos partes son independientes una de otra, los
franquiciados actúan en su propio nombre y a su propio riesgo, y el franquiciante no
ejerce ningún control sobre los dependientes de aquél y que en el contrato típico de
franquicia, el franquiciante no tiene como actividad propia la efectiva venta del
producto o prestación del servicio, sino la instalación de la marca, el desarrollo de
las técnicas operativas y de mercado, el establecimiento de prácticas uniformes y la
vigilancia de su cumplimiento, que queda a cargo de los franquiciados, se considera
en este caso que la figura fue utilizada en fraude de los derechos de los trabajadores
del franquiciante. De esta manera, la actividad desempeñada por Fernández (la
actora o demandante) es una de las que se señalan como propias de la actividad
normal y específica de Actuel S.R.L- dictado de cursos de capacitación en
cosmetología y en medicina estética, es decir que la actora realizo para el
franquiciante tareas que no hacían al contrato de franquicia pues, de este surge que
el objeto del mismo es el uso de la marca, del material didáctico y de los programas
de enseñanza. El dictado de cursos hace a la actividad normal y específica del
franquiciante razón por la cual, la figura de solidaridad en los términos del Art. 30
LCT se impone al caso, se revoca en este aspecto en la Cámara laboral lo decidido
anteriormente y se condena en forma solidaria a la codemandada Actuel S.R.L con
costas. Al no hacer sido la principal empleadora de la actora, Actuel S.R.L no
responderá por la condena a la entrega del certificado del Art. 80 LCT, ni por la
indemnización prevista en esta norma.

La parte actora también apeló el pronunciamiento anterior en lo que respecta


a los montos que fueron diferidos en la condena por preaviso, integración del mes de
despido.

Pedroza, Hugo c/ Manjares SRL. Y otros

En los fundamentos de este fallo se reitera la doctrina sentada en


“Rodríguez, Juan c. Cía. Embotelladora Argentina SA” estimando que el contrato de
franquicia debe diferenciarse del de concesión o de la subcontratación, no
resultando de aplicación al mismo lo prescripto en el art. 30 de la LCT sobre la
responsabilidad solidaria en las relaciones laborales.

Para que nazca la solidaridad del art. 30, LCT, es menester que una
empresa contrate o subcontrate servicios que complementen o completen su
actividad normal, debiendo existir una unidad técnica de ejecución entre la empresa
y el contratista, de acuerdo a la implícita remisión que hace la norma al art. 6 de la
LCT.

La mera existencia de un conjunto económico no implica de por sí la


extensión de la responsabilidad a todas las personas que lo integran, si no se
acredita la existencia de conductas fraudulentas, simuladas o temerarias
genéricamente tendientes a perjudicar los intereses de terceros ajenos al grupo o
específicamente propendiendo al vaciamiento económico del grupo o de alguna de
las empresas que lo integran.

Gauna Tolentino y otros c. Agencia Marítima Rigel SA


La Corte dijo que la Ley de Contrato de Trabajo impone la solidaridad a las
empresas -organización y gestión propia que asume los riesgos, obligaciones y
responsabilidades- que, teniendo una actividad propia normal y específica o
habiéndose encargado de ella, estiman conveniente o pertinente no realizarla por sí
en todo o en parte, sino encargar a otra u otros esa realización de bienes o servicios.
Ello debe determinarse en cada caso atendiendo al tipo de vinculación y a las
circunstancias particulares que se hayan acreditado. En el sub examine se ha
acreditado que la actividad de una de las empresas codemandadas está destinada a
la carga y otra a la exportación de granos mediante la utilización de diferentes
buques y por determinados períodos.

También se ha acreditado que los demandantes eran dependientes de la


primera de ellas, sin vinculación laboral con la segunda. No se ha probado ni
alegado que exista relación entre las codemandadas más allá de la atención de esa
carga durante el período en cuestión en los días señalados en los informes oficiales.

Es por ello que la Corte ratifico que en tales circunstancias, colegir de


aquellas coincidencias- corrientes en quienes participan en el desenvolvimiento de
un proceso comercial que se desarrolla en diversas fases complementarias- que se
ha configurado una hipótesis de la prestación por un tercero de “una actividad
normal y especifica propia del establecimiento”, en los términos del art. 30 de la Ley
de Contrato de Trabajo, generadora de solidaridad por cesión total o parcial, es
extender desmesuradamente el ámbito de aplicación de la norma de un modo que
su texto no consiente, desnaturalizando su contenido al asignarle un significado que
excede inaceptablemente sus fines y que, por ello debe ser descartado.

Lescano Bartolo, Luís c/ ENTEL s/ Despido

Se ha señalado que: "No corresponde que se declare la solidaridad, art. 30


LCT., con respecto a ENTEL por la subcontratación de los servicios de distribución
de las guías telefónicas cuya elaboración licitó. Ello en razón de que la Corte
Suprema se ha inclinado por aplicar un criterio más restrictivo en las previsiones del
art. 30 ya citado, al considerar que en los contratos de distribución, concesión y
franquicia, la actividad normal del fabricante o concedente excluye las etapas
realizadas por el distribuidor o concesionario, por lo que no existe contratación en
términos que tornen aplicables las disposiciones de la solidaridad expresadas en la
norma citada."

La Cámara Nacional del Trabajo en la causa “Escobar, Desideria A. v.


Peinados Pino S.A. y otro” ha sostenido: “Al concebir el sistema de franquicia
comercial como un método de concentración de sociedades, entre el franquiciado y
el franquiciante se produce un fenómeno de control o dominación y ha llegado a
sostenerse que en caso de incumplimientos de un franquiciado con su personal, y
acreditado que ellos se han producido como consecuencia de una conducción
temeraria o a raíz de maniobras fraudulentas del franquiciante -circunstancias que
no se dan en el sub examine-, la responsabilidad indemnizatoria podrá ser extendida
en los términos del art. 31 LCT. Ello me lleva a concluir -tal como lo adelanté- que en
autos no se acreditó que ambas demandadas estuviesen bajo la dirección, control o
administración de otros, o de tal modo relacionadas que constituyan un conjunto
económico.”

Escobar, Desideria C/ Peinados Pino S.A. y Otro S/ Despido

Al concebir el sistema de franquicia comercial como un método de


concentración de sociedades, entre el franquiciado y el franquiciante se produce un
fenómeno de control o dominación pudiendo sostenerse que en caso de
incumplimientos de un franquiciado con su personal, y acreditado que ello se produjo
como consecuencia de una conducta temeraria o con maniobras fraudulentas del
franquiciante, correspondería la responsabilidad establecida en el art. 31 LCT. Pero
no en el caso en que no forman ambas sociedades un conjunto económico.

Chazarrate, Héctor C/ Emparte S/ despido.

En la ciudad de Buenos Aires, capital de la Republica Argentina, a


26/11/2008, reunidos en la Sala de Acuerdo los señores miembros integrantes de
este tribunal a fin de considerar el recurso deducido contra la sentencia apelada.

Las codemandadas Franquicias Argentinas S.A. y Solo Empanadas S.A. se


quejan porque el Sr. Juez las condenó en forma SOLIDARIA, por aplicación de los
dispuesto en el artículo 30 de la Ley de Contrato de Trabajo. Ellas entienden que en
el caso no se hayan configurado los extremos previstos por la citada norma.

El actor demandó a dichas sociedades y a Emparte S.A. con fundamento en


que constituyen un GRUPO ECONOMICO que posee una UNIDAD TÉCNICA DE
EJECUCIÓN. Solo Empanadas es la DUELA DE LA MARCA y Franquicias
Argentinas es la TITULAR DE LA FRANQUICIA.

Por su parte, Franquicias Argentinas S.A. dijo que es la titulas del derecho
de explotación de la marca Solo Empandas; su actividad consiste en la explotación
de la marca a terceros interesados e instalar locales de venta al público y el know
how, método para administrar y manejar el negocio.

Solo Empanadas S.A., por su parte dijo que en ejercicio de su actividad


propia y específica y conforme su OBJETO SOCIAL ha concedido los derechos de
explotación de la marca y sistema Solo Empanadas S.A. a la empresa Franquicias
Argentinas, quien para desarrollar dicha explotación adoptó la modalidad de
franquicias comerciales.

El juez a quo condenó a las tres sociedades por entender, que si bien
Emparte SRL asumió el rol de EMPLEADOR DEL ACCIONANTE, las otras dos
codemandadas resultabas SOLIDARIAMENTE responsables por hallarse reunidos
los extremos previstos por el artículo 30 de la LCT.
Es criterio de esta Sala que cuando existe un CONTRATO DE FRANQUICIA
no resultan aplicables (en principio) las disposiciones del citado artículo 30 toda vez
que las partes son INDEPENDIENTES una de otra, los franquiciados actúan en su
propio nombre y a su propio riesgo y el franquiciante no ejerce ningún control sobre
los dependientes de aquel. En el contrato de franquicia, el franquiciante no tiene
como actividad propia la efectiva venta del producto o la prestación del servicio, sino
la instalación de la marca, el desarrollo de la técnica operativa y de marcado, el
establecimiento de prácticas uniformes y la vigilancia de su cumplimiento quedan a
cargo de los franquiciados.

No resulta aplicable el artículo 30 de la LCT pues en el contrato de franquicia


no se cede un establecimiento ni se subcontrata la realización de obras o servicios
que hagan a la actividad principal o accesoria del franquiciante, tampoco hay cesión
de derechos y de datos que permitan concluir que tal es el caso de autos, al menos
entre el franquiciante y los trabajadores del franquiciante.

Rodríguez, Juan R c/ Compañía Embotelladora Argentina S.A. y


Otro.

La Sentencia de la cámara Nacional de Apelaciones de Trabajo (Sala VI) hizo


extensiva la condena de pago de salarios e indemnizaciones motivadas en la ruptura
de la REALCION LABORAL habida entre el actor y la demandada principal.

La cámara consideró que la apelante no desvirtuó los fundamentos del fallo


de primera instancia para extender la RESPONSABILIDAD, por el contrario, ellos
son claramente corroborantes de la segmentación de su proceso productivo. No
puede declinar la responsabilidad solidaria que en marco de la ley de contrato de
trabajo y de la realidad le cabe en virtud de la segregación de funciones que le son
propias o con las que no concibe un acabado cumplimiento de su giro comercial, a
otras empresas

El actor se hallaba vinculado laboralmente a Compañía Embotelladora


Argentina S.A. Empresa dedicada según surge de la sentencia de primera instancia,
a la FABRICACION, VENTA Y DISTRIBUCION de gaseosas de la línea PEPSI. Así
mismo, el actor se dedicaba a elaborar concentrados de las bebidas gaseosas,
vendiéndolo a su vez, a otras empresas.

Compañía Embotelladora compraba a Pepsi Cola Argentina SACI esos


extractos elaboraba el producto final, y lo vendía y distribuía. Pepsi ha elegido solo
producir concentrados concluyendo allí la etapa de elaboración industrial y luego
comercializar ese producto a quienes se encarguen de fabricar la bebida gaseosa.
Compañía Embotelladora Argentina solo utilizaba el concentrado y la marca de
Pepsi, surgiendo así nítidamente la separación entre ambas explotaciones.

No corresponde la aplicación del artículo 30 de la ley de contrato de trabajo


toda vez que un empresario suministre a otro un producto determinado,
desligándose expresamente de su ulterior procesamiento, elaboración y distribución.
Este efecto se logra en la práctica comercial por contratos de concesión,
distribución, franquicia y otros que permiten al fabricante o en su caso a los
concedentes de una franquicia comercial, vincularse exclusivamente con una
empresa determinada sin contraer riesgo crediticio alguno por las actividades de
esta última, que actúa en nombre propio y a su riesgo.

En los contratos de concesión, distribución y los demás mencionados, la


actividad normal del fabricante o concedente excluye las etapas realizadas por el
distribuidor o concesionario, por lo que no existe contratación de servicios en los
términos del artículo 30 de la ley de contrato de trabajo.

En el caso, no se ha probado vinculación jurídica entre las accionadas.


Tampoco que Pepsi tuviera participación de algún tipo en la actividad de Compañía
Embotelladora. El solo hecho de que la primera provea a la segunda materia prima
no compromete, por si mismo, su responsabilidad solidaria por las obligaciones
laborales de la segunda en los términos del articulo 30 de la LCT. Para que nazca
aquella solidaridad es menester que una empresa contrate o subcontrate servicios
que complementen o complete su actividad normal. Debe existir una UNIDAD
TÉCNICA DE EJECUCION entre la empresa y su contratista.

Las relaciones comerciales que habitualmente tiene lugar en estos casos, no


consisten en el control de la concesionaria por parte de la concedente, sino que
tienden a lograr una mutua colaboración. A su vez, los servicios que la concedente
presta no implican, de ordinario, la asunción de riesgo del negocio propio de
concesionario ni la toma de decisiones laborales relativas a los empleados de este.

***

A modo de conclusión, podemos decir que la relación entre franquiciante y


franquiciado no es uno de los casos que validamente puede será abarcado por la
solidaridad laboral de la LCT.

Se presenta la particularidad de que esta relación esta constituida por la


posición que el primero tiene sobre la segunda, y que la esencia del vínculo entre
ambos la constituye la cooperación entre dos sujetos jurídicamente independientes.

En la franquicia no hay una conformación de un conjunto económico en los


términos de los que habla el artículo 31, sino que la relación carece de sus
características definitorias: no hay aquí patrimonio Omán ni hay distribuciones de
capitales. En el franchising, las partes siguen manteniendo su independencia y cada
una debe responder solo por sus propias obligaciones laborales.

Los franquiciados actúan en su propio nombre y a su propio riesgo y el


franquiciante no ejerce ningún control sobre los dependientes de aquel. En el
contrato de franquicia, el franquiciante no tiene como actividad propia la efectiva
venta del producto o la prestación del servicio, sino la instalación de la marca, el
desarrollo de la técnica operativa y de marcado, el establecimiento de prácticas
uniformes y la vigilancia de su cumplimiento quedan a cargo de los franquiciados.

Se destaca que el hecho de que positivamente exista entre franquiciante y


franquiciado una relación de control no implica que se pierda la independencia del
segundo, quien manteniendo la calidad de empresario independiente es quien toma
a su cargo los riesgos del negocio, incluyendo los inherentes a las cuestiones
laborales. Lo que sucede es que esta relación de coordinación, tipificante y
necesaria en la franquicia, puede llegar a transformarse, luego de una alteración en
los limites de lo que todo control presupone, en una verdadera subordinación, hasta
el extremo de que el franquiciado se convierta en un empleado del franquiciado. Sin
embargo, comparte la opinión de que entre franquiciante y franquiciado no existe
relación laboral.

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