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1.

Definición de los partidos políticos 1848 – 1849

La guerra de los supremos es en realidad una lucha por diferenciar los patriotas de los
santuaristas, reflejando que el patriotismo no está ligado con la pertenencia a una nación sino más
bien a una predisposición partidista, esto sucede a nivel nacional como también regional que
defienden ciertas posturas que están ligadas a aspectos económicos y políticos particulares de
cada zona. Esta situación ciertamente provocaría la creación de organizaciones o comunidades en
las cuales las bases, principios o propósitos difieren de alguna manera. La creación de los partidos
liberal y conservador son el reflejo de aquellas posturas frente a lo que se piensa es el desarrollo
ideal de un proyecto nacional.

2. Definición de los actores políticos con un proyecto asociado a intereses locales, regionales
y nacionales (redes políticas clientelares)

La influencia política e ideológica de Mariano Ospina Rodríguez se vería plasmada en la reforma


constitucional de 1842 y 1843 y en la reforma educativa de 1842 y 1844. Estas nuevas propuestas
crearían la disminución de la autonomía de las asambleas provinciales y del Congreso para
nombrar y remover cargos, por otra parte, la autonomía de las regiones o la división de las mismas
con el propósito de ejercer más control sobre ellas. Además se fortalecía el intervencionismo del
estado y sus alianzas con los líderes y organizaciones religiosas como fueron las de los jesuitas
quienes fueron encargados de la educación de los jóvenes en las principales ciudades.

3. Alianza de los partidos políticos para frenar la participación directa de los grupos
subalternos

La posición favorable que los liberales tenían frente a la movilización de los artesanos y a los
miembros de las sociedades democráticas, el ascenso de estos grupos haría que los grandes jefes
tanto liberales como conservadores se enfrentaran a Melo y en general a los liberales radicales
para que declinaran en su intento por hacer de la organización y la movilización de los grupos
subalternos algo efectivo, ya que propiciaría su constante intervención en aspectos políticos y
sociales dando paso a una esfera pública más democrática.

Sin embargo, algunos liberales se contagiaron de este “miedo al pueblo” creyendo que las masas
populares no eran o estaban aptas para la participación política y que por el contrario su presencia
era peligrosa, creían que el pueblo debía seguir subordinado a la dirección o decisiones de los
partidos

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