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CUENTO DUELO

ESTUDIANTES:
YENNY MARCELA VIDAL ID 585884
DELMIS JOSEFINA POLANCO ID 627771
LINA MARÍA BERNAL CASTRILLÓN ID 627157
MARIA GUADALUPE CASTILLO ID 654061

TUTORA
DIANA CAROLINA DUARTE SABOGAL
NRC 6057

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


FACULTAD CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PSICOLOGÍA

BOGOTÁ JUNIO 2019


NO ME ENSEÑASTE A ESTAR SIN TI.

En una tierra muy lejana, donde el sol se oculta en medio de un atardecer rosado vivía Vayolet una
niña con una mirada muy triste, un día al encontrarla sola sentada debajo de un árbol de manzanas
me acerque y le pregunte si se sentía bien, pero con sus ojos llenos de lágrimas me respondió que
tenía un dolor muy grande en el corazón y comenzó a susurrar contando lo sucedido como si yo no
estuviera hay “madre mía, mi consentida, hoy precisamente hoy, 4 años después de tu partida, aún
se me hace difícil escribir esa palabra la cual tanto me aterroriza (muerte) a un lo recuerdo como
el primer día y la nostalgia invaden mi mente , ya nada ha vuelto hacer igual, tu imagen tirada en
medio de la calle después de aquel fatal accidente de tránsito el 17 de diciembre de 2015 cuando
íbamos todos felices a comprar los regalos de navidad, y ese conductor imprudente no respeto el
semáforo y con tu vida tuvo que acabar, esa imagen a un perturban mi mente, ese día sentí que
parte de mí se fue con contigo y a la vez parte de la tuya se quedó en mí, en un principio creí que
tu solo estabas dormida , que te recuperarías pronto y saldríamos a jugar como solíamos hacerlo
con mi papá y mi hermana, me negaba rotundamente, a que ya nunca más podría abrazarte, besarte,
tocarte, de tal manera que pensé que me volvería loca, me sentí perdida, desconcertada y me dolió
como nunca me hubiera imaginado que podría doler, lo sentía en todo el cuerpo, en mi parte física,
en la mental y en la espiritual, todos a la vez, después de tu funeral entre a tu habitación y nada me
consolaba, mi mente y mi interior me decían que algo estaba allí conmigo, tu presencia por decirlo
de alguna manera, pero mi mente a la vez me alertaba con mensaje diciéndome lo contrario que era
imposible sentir aquello, pasaron varios días y esas sensaciones se incrementaban, me interrogaba a
mí misma en un espejo si me estaba volviendo loca, si eran reales o eran solo mis más profundos
deseos de tenerte conmigo madre mía. No sabía si mis deseos me estaban jugando una mala pasada
o no, Pero yo sentía cosas muy especiales, unas sensaciones en mi interior que hasta entonces no
había percibido nunca y para mi eran tan reales como que yo estaba allí, mi sentido de vida se había
perdido y las ganas de vivir, todo fue tan repentino. Mi padre por su parte como siempre se mostró
fuerte ,no lloraba en presencia de nosotras, y recordé que siempre le decía a mi madre que si
llegaran a tener un hijo varón, lo educarían bajos las mismas reglas como mi abuelo educo a mi
padre y mi padre a mí, donde siempre debía ser fuerte y además que los hombre no lloran, que eso
solo es cosa de niñas, en ese instante empecé a sentir como que no estaba sola, un escalofrío que
cubría mi cuerpo o parte de él y lo interpreté como si su energía me estuviera acompañando, He
percibido su presencia muchísimas veces y de muy distintas maneras, tocándome, lo más real ha
sido en sueños, la he visto, he mantenido conversaciones, pero sobre todo lo más extraordinario fue
el primer abrazo que recibí de ella, fue maravilloso, no tengo palabras para expresar lo que sentí “ y
eso fue lo último que dijo, sabía que necesitaba ser escuchada por lo mismo calle mientras me
contada lo sucedido y luego le dije que no estaba sola, que yo estaría acompañándola en su duelo
hasta que se sintiera mejor para ayudarla a salir adelante y ver el mundo de otra manera.

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