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Tenencia de la tierra en Colombia

María Paula Rojas Diaz

Código: 20172025131

Legislación Catastral

Grupo 62

Docente: Cesar Rojas Jiménez

26-mayo-2020
Desigualdad desmesurada en la tenencia de tierras en Colombia: el país con los niveles más altos

en América latina.

Colombia a lo largo de los años ha presentado una desigualdad latente en la tenencia de la tierra,

pues no es ningún secreto que nuestro país es el que presenta mayor desigualdad en un

continente donde los niveles de concentración de tierras son de por sí muy altos. Esto es muy

importante, ya que esta desigualdad en los derechos de propiedad sobre las tierras lleva a que

estas pierdan su objetivo de utilidad y se vea reflejado en un desarrollo rural incompetente.

Ahora bien ¿de quién es la tierra en Colombia y como se podría cerrar las brechas de la

desigualdad?.

Para afrontar y argumentar esta pregunta se tendrá muy en cuenta las normativas que rigen la

correcta administración y distribución del territorio y las políticas que se han creado a partir de

esta necesidad, es decir desde el concepto de la legislación catastral.

Históricamente se ha hablado que la zona rural está en manos de unos pocos y que los

campesinos, quienes se encargan de cosechar, son los que menos tierra tienen. La desigualdad es

desmesurada, pues entrando en cifras, un estudio titulado “Radiografía de la desigualdad”

realizado por la organización internacional OXFAM, se habla de que el 1 % de los propietarios

concentra más del 80 % de las tierras rurales en Colombia, mientras el 99% de propietarios

ocupa tan solo el 19%.

La alta concentración en la propiedad, la utilización deficiente, el desempleo rural y la pobreza

han demostrado la necesidad de una reforma agraria que dé solución al problema. Colombia

intentó desde el siglo XX crear políticas de reforma agraria, con la visión de formar una sociedad

rural compuesta de pequeños y medianos productores y una repartición más equitativa de la


tierra. Las teorías eran claras, pero su aplicación en un sistema institucional descoordinado, sin

estrategias definidas de largo plazo y sin liderazgo, echaron por la borda los conceptos y la

visión principal de dicha reforma.

El modelo de reforma agraria redistributivo aplicado en Colombia desde los años sesenta está

agotado como posibilidad de resolver la cuestión agraria y la tenencia de la tierra; así como se

agotó rápidamente la ley 200 de 1936 en la solución de los conflictos agrarios, en la clarificación

de los derechos de propiedad y en la apertura de vías de acceso a la propiedad rural por distintos

actores económicos y sociales, se agotó también y de manera rápida el nuevo esquema diseñado

en la ley 160 de 1994 que buscaba abrirle paso al funcionamiento del mercado de tierras. La

forma como ha operado hasta hace poco el subsidio del 70% a la compra de tierras, en un

esquema de negociación voluntaria entre propietarios y campesinos, ha desprestigiado

nuevamente la labor del Estado en su tímido intento por facilitar el acceso a la propiedad rural.

Pero esta reforma nunca dio solución a la desigualdad en la tenencia, ni al aprovechamiento de la

tierra colombiana, por lo cual se plantea que la forma de cambiar esta desigualdad de la tierra es

por medio de la expropiación, ofreciendo algún mecanismo de compensación a los antiguos

propietarios. Para esto es necesario invocar el artículo 58 del capítulo 2, título II de la

constitución política colombiana “Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos

adquiridos con arreglo a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados

por leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida por motivos de utilidad

pública o interés social, resultaren en conflicto los derechos de los particulares con la necesidad

por ella reconocida, el interés privado deberá ceder al interés público o social.”

Poner impuestos por la improductividad de la tierra sería una solución viable, pues esto llevaría a

los terratenientes a buscar alternativas para mitigar esta situación y salir bien librados sin pagar
algo que no están dispuestos, los acarrearía a poner en venta algunas tierras, lo que se traduce en

una opción de compra para el estado, estas las tierras propiedad del Estado estarían destinadas a

reducir la brecha de desigualdad entre grandes tenedores y pequeños productores.

Es urgente formalizar y redistribuir la tierra en función de uso productivo pues más del 75 % de

los campesinos no tienen tierra suficiente, aunque han mostrado ser altamente eficientes en

términos productivos y económicos.


Referencias bibliográficas:

 https://www.oxfam.org/es/informes/radiografia-de-la-desigualdad

 http://www.scielo.org.co/pdf/cudr/v8n67/v8n67a05.pdf

 https://unperiodico.unal.edu.co/pages/detail/la-ineficacia-de-la-reforma-agraria-en-colombia/

 http://bdigital.unal.edu.co/65316/1/50431-246443-1-PB.pdf

 https://revistas.udenar.edu.co/index.php/rfacia/article/view/1164

 http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/constitucion_politica_1991_pr001.html

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