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Madrid tiene referencias de ser una ciudad fascinante, llena de cultura, de oportunidades,
de negocios y de una impresionante arquitectura con historia, es considerada moderna,
con una sociedad muy dinámica llena de habitantes que saben disfrutar de la vida. Dentro
del continente europeo es estimada como ejemplar, debido a su eficaz transporte público,
el cual proporciona una movilidad cómoda y segura.
Situada a 600 metros sobre el nivel del mar, en una meseta llana, se convierte también
en la capital europea de mayor altitud, geográficamente en el centro de la Península, lo
que le brida una fácil conexión a cualquier destino de España. Con tan solo estas
características, la extraordinaria Madrid proporciona las razones suficientes para elegirla
como enfoque de estudio.
Sin embargo, existen muchos más detalles y datos interesantes sobre esta ciudad que
determinaron su análisis principalmente arquitectónico. Madrid, rica en historia, tiene un
impresionante patrimonio artístico y cultural. Además urbanísticamente ha pasado por
grandes transformaciones desde su origen hasta la actualidad. En el pasado fue una
capital poderosa.
Si bien el área ya había sido ocupada por asentamientos previos, la historia de Madrid
como núcleo urbano habitado de forma continuada tiene su inicio en el siglo ix, con la
construcción de una fortaleza en la zona promovida por el emir Mohamed I.El fundador
del Madrid histórico es Mohamed ibd Abd al Rahman, hijo de Abderrahman II, que reina
entre 852 y 886.
Empezó levantando, sobre la colina en que hoy está el palacio real, una torre atalaya
para vigilancia de los cristianos que se acercasen por Somosierra. Convertidos los
visigodos matritenses en mozárabes, se retiraron de esta colina a la opuesta, la de Las
Vistillas, con lo que habrá cincuenta años de una paz con constante tensión, pero paz al
fin, cosa no muy frecuente en la época. Hasta que en 932 Ramiro II de León apetece la
pequeña y mora Magerit y la conquista. Pasa la población de mano en mano varias
veces, hasta que en 1083 Alfonso VI se la queda para Castilla.
A partir de ese momento es cuando Madrid comienza un proceso lento pero constante
de crecimiento en su territorio, población e influencia, que abarca todo el periodo
medieval hasta situarse a fines del siglo xv como una de las principales ciudades de
Castilla. Resultado de este proceso de crecimiento, entre otras razones, sería su
designación como sede de la Corte por Felipe II en 1561, siendo en estos momentos
cuando empieza a cobrar verdadera importancia, convirtiéndose en la primera capital
permanente de la monarquía española.
Debido a su identificación como una ciudad segura, atrae tanto a turistas como a
profesionales en los negocios ya que dentro de España es conocido como el centro
financiero del país. Notablemente una ciudad rebosante de vida y entretenimiento.