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AUTOR:
Dr. Víctor Conde Altamirano
Ginecólogo – Obstetra
Coordinador Nacional de Salud Sexual y Reproductiva
Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud
Ministerio de Salud y Deportes
La Paz – Bolivia
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ANTECEDENTES
Mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres ha sido una de las prioridades identificadas
en las conferencias globales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyendo la
Conferencia internacional de Población y Desarrollo (CIPD, Cairo 1994) y la Cuarta Conferencia
Mundial de la Mujer (CMM, Beijing 1995).
En 1994 y cinco años después de la CIPD celebrada en El Cairo, se reconoce que los(as)
adolescentes tienen el mismo derecho que sus mayores a la salud sexual y reproductiva.
Actualmente, los(as) adolescentes y jóvenes corren el riesgo de embarazos no deseados y de
contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS), además de la explotación sexual y el rechazo
de sus padres y la comunidad.
Cerca del 50% de la población mundial es menor de 20 años, y los(as) adolescentes y jóvenes son
los más propensos a tener problemas en salud sexual y reproductiva. Más de 15 millones de
adolescentes entre 15 y 19 años de edad dan a luz cada año. Uno de cada 20 adolescentes
contrae una ITS, y las tasas más altas de incidencia se registran entre jóvenes d 15 a 24 años.
Cada año, el 10% de loa abortos (5 millones) se llevan a cabo en mujeres de 15 a 19 años.
Además, las niñas y mujeres jóvenes son especialmente vulnerables a la violación, el abuso sexual
y la explotación sexual.
La adolescencia y juventud son el futuro de la humanidad, entonces, su participación e integración
plenas en la sociedad exige que sean capaces de llevar su vida sexual y reproductiva en forma
responsable y bien informada, mediante la educación y los servicios que satisfagan sus
necesidades de desarrollo.
Hasta la fecha, en los programas actuales y en la sociedad en general, se han pasado por alto en
gran medida las necesidades y los derechos de los(as) adolescentes en este campo.
Existe amplia evidencia de que las mujeres adolescentes, enfrentan un riesgo elevado de contraer
ITS, incluyendo el VIH/SIDA y de iniciar un embarazo no deseado. La habilidad para protegerse a
sí mismas de estos riesgos generalmente está más allá de su control. Los temas del VIH/SIDA,
embarazo no deseado y aborto en condiciones de riesgo, provocan controversias sociales,
culturales y políticas.
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Cuadro Nº 1
FECUNDIDAD DE ADOLESCENTES
Año Adolescentes que ya Están embarazadas Total alguna vez
son madres con el primer hijo embarazadas
94 La Paz 12.9 3.2 16.1
98 La Paz 7.8 0.9 8.7
98 El Alto 9.1 0.8 9.9
Nacional / 94 14.3 3.2 17.5
Nacional / 98 11.5 2.3 13.7
Fuente: ENDSA 94-98
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Los problemas de salud sexual y reproductiva y las muertes, son más comunes entre las
adolescentes sexualmente activas que entre las mujeres de 20 o más años.
Fisiológica y socialmente, las adolescentes son más vulnerables a:
Muerte materna: las muchachas de 15-19 tienen el doble de probabilidad de morir que las mujeres
de 20-34. Quizá por la inmadurez de sus órganos reproductivos (embarazos en menores de 15
años), unas tasas más altas de mortalidad y una mayor incidencia de bajo peso al nacer.
Mortalidad infantil y del niño: los(as) niños(as) nacidos(as) de madres adolescentes tienen más
riesgo de morir durante sus primeros cinco años de vida que los nacidos de madres de 20 – 29
años.
Infecciones de transmisión sexual (ITS): cada año, 1 de 20 adolescentes en el mundo contrae
una ITS (incluso VIH/SIDA).
Abuso sexual/violencia: a las adolescentes les falta la confianza y toma de decisión para
rechazar una relación sexual no deseada.
Aborto inseguro: cada año, las adolescentes de 15-19 años sufren por lo menos cinco millones
de abortos inducidos. Debido a que el aborto se restringe legalmente en muchos países, las
adolescentes, acuden a menudo a procedimientos inseguros, brindados por proveedores
inexpertos. Por consiguiente, sufren una significativa probabilidad de muerte e invalidez debido
a un aborto inseguro.
Efectos sociales: por el hecho de que las madres adolescentes, generalmente tienen que
abandonar su propio desarrollo. Por esta razón, se reducen sus oportunidades para lograr una
calidad y un estándar de vida aceptables, al tiempo que tienen que asumir la responsabilidad
por la vida de su(s) hijos(as).
Material y métodos
Se revisaron 36,887 historias clínicas perinatales correspondientes a partos acaecidos en
hospitales de IIº y IIIer nivel del departamento de La Paz (Hospital San Gabriel, Hospital de la
Mujer, Maternidad 18 de Mayo y Hospital General de los Yungas), desde 1993 a 1999.
Los registros seleccionados correspondientes a embarazos en adolescentes menores de 20 años
llegan a 4,436.
Se analizó la base de datos de los hospitales referidos a través del Sistema Informático Perinatal
(SIP), utilizando las variables Estadística Básica, Cruce de Variables y Estimación de Riesgo. Se
complementó el análisis realizando cálculos en EPI-INFO y SPSS.
La base de datos evidenció en general, un buen manejo de la Historia Clínica Perinatal Base
(HCPB). El porcentaje de omisiones fue de 6.2% (confiable) considerando que se tomaron en
cuneta HCPB introducidas en el SIP desde el año 1993, tiempo en el que la implantación del SIP
era irregular y parte de un proceso lento de apropiación de tecnología para analizar las
prestaciones.
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Se trató de correlacionar la corta edad de la madre y los malos resultados del embarazo, o sea,
¿existe un aumento de riesgo biológico de la maternidad en adolescentes, o hay factores
socioculturales y conductuales que influyen en el aumento de riesgo?
Resultados:
Historias clínicas analizadas por año
1993 1,411
1994 1,106
1995 5,159
1996 8,401
1997 9,739
1998 8,362
1999 2,709
TOTAL 36,887
Considerando las HCPB correspondientes a madres adolescentes, 24.1% de las mismas reportan
alguna patología materna. Destacan la rotura prematura de membranas (7.2%), la preeclampsia
(4.7%) y la desproporción cefalo-pélvica (2.2%).
15.7% de las madres adolescentes tuvo un parto prematuro (684 casos), 19.5% de los recién
nacidos fue pequeño para la edad gestacional (850 casos).
La terminación de los embarazos fue espontánea en 81.3% y por cesárea en 16.7%.
13% accedió a anticoncepción previa al alta.
17.6% de los recién nacidos cursó con depresión leve (Apgar 4-6 al primer minuto) y 3.3%,
depresión severa.
Solo 0.1% de las madres egresó sin haber instaurado una lactancia completa o casi completa.
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Preeclampsia 0.93 0.80 < OR < 1.08 P < 0.0001
Muerte intrauterina 0.92 0.78 < OR < 1.08 P < 0.29
Cesárea en la terminación del parto 0.66 0.61 < OR < 0.72 P < 0.0001
Hemorragia durante el embarazo 0.51 0.34 < OR < 0.75 P < 0.0004
Fuente: Sistema Informático Perinatal de La Paz – SEDES – UNAP/MSPS
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
A la luz de información documentada y también del Sistema Informático Perinatal del departamento
de La Paz, la única morbilidad que se responsabiliza a la inmadurez orgánica no serían los
trastornos producidos por la pelvis no desarrollada (desproporción cefalo-pélvica) que llevaría a
una mayor incidencia de partos terminados en cesárea (OR; 0.66; IC: 0.61<OR<0.72), sino más
bien, un pequeño riesgo para el recién nacido, de sufrir depresión leve al nacimiento (OR: 1.23; IC:
1.14<OR<1.34) y ser pequeño para la edad gestacional, con un peso al nacer por debajo del
percentil 10 (OR; 1.44; IC 1.33<OR<1.57).
Podríamos a firmar que el estado gravídico se produce en una adolescente sin la educación e
información necesaria o suficiente, y que la misma, podría negar su embarazo (por temor a haber
obrado mal y temor a los conflictos que surjan al descubrirse su nueva situación). Por lo tanto, para
la adolescente, cuya maternidad es la procreación de un nuevo ser, su hijo, sentimiento común de
toda mujer embarazada, se trastoca para pasar a ser un hecho no deseado y permisivo que desde
ya, alterará toda su vida personal y de relación, incluso su proyecto de vida.
Toda esta situación llevará a un hecho, que es el mayor protagonista del aumento de la morbilidad
materno-perinatal: la falta de control prenatal, a lo que se une la falta de asesoramiento o
educación asistencial de la embarazada, con respecto a normas de actividad física, nutrición y
prevención de enfermedades, que deben cumplirse en el embarazo normalmente supervisado.
Las evidencias parecen indicar que los factores sociales y económicos son la causa de la mayor
parte de las consecuencias adversas de la maternidad. La corta edad no parece ser la causa
principal, sino que la edad tiene importancia sólo en la medida en que la mayoría de las
adolescentes que tienen hijos, tal vez deban hacer frente a otros problemas como son la
interrupción de los estudios, la inestabilidad matrimonial, los hijos fuera del matrimonio y la
pobreza.
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hijos que desea tener, en qué momento, y en qué condiciones tenerlos, y lo que ello implica en su
salud y mayor bienestar para ella y su hijo.
Es necesario tener en cuenta que en las madres adolescentes se conjuga la inmadurez biológica y
la emocional; una mujer muy joven, en general no está preparada para asumir la responsabilidad
que implica la crianza de un hijo. Además, es más frecuente encontrar madres solteras que
enfrentan el rechazo y abandono moral y económico, tanto de su familia, como del padre del bebe
y de la sociedad en general; todo esto puede redundar en malnutrición, ausencia de atención de
salud, problemas afectivos y en muchos casos necesidad de trabajar en condiciones adversas.
Diferentes autores coinciden en que los hijos de madres adolescentes experimentan un riesgo
significativo sobre el pronóstico neonatal e infantil, en comparación con la de los hijos de madres
de 20-24 o hasta 20-34 años. Se observa que entre más joven es la madre, mayor es el riesgo
para el hijo. Estos resultados indican que en promedio el riesgo relativo es mayor en las menores
de 20 años, respecto al grupo de 20-24.
Frente a esta situación, no solamente es necesario llegar con acciones a las adolescentes que aun
no se han embarazado, sino también a aquellas(os) que han iniciado la maternidad y la paternidad
o son madres y padres, con el fin de contribuir para que replanteen su proyecto de vida y dentro de
él su vida reproductiva; así, se lograría un adecuado espaciamiento de los hijos y la posibilidad de
que al repensar sus metas, puedan acceder a una mejor calidad de vida, junto con el compromiso
social de brindarles oportunidades educativas, laborales y de desarrollo personal.
RECOMENDACIONES
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reproductiva incluyendo la anticoncepción, implementar servicios diferenciados de atención integral
a los(as) adolescentes y, obviamente para adolescentes embarazadas.
Además, las autoridades deberían incluir acciones intersectoriales de promoción y prevención en
salud sexual y reproductiva de las(os) adolescentes, tales como investigación, participación juvenil,
educación con perspectiva de género, etc., que contribuyan a reducir esta problemática y a mejorar
la calidad de vida de las(os) adolescentes y jóvenes.
REFERENCIAS
Simini, F. Rubino, M. López, R. Díaz, A.G. Schwarcz R. Procesamiento de Satos del Sistema
Informático Perinatal. 2ª edición. Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo
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OPS-UNFPA. Guía para abogar por la salud integral de los(as) adolescentes. Advocates for Youth.
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Educación, Nutrición y Ayuda de Emergencia. Eschborn. 1999.
Ministerio de Salud y Previsión Social. Unidad Nacional de Atención a las Personas. De igual a
igual. Plan Estratégico Nacional de IEC para el Desarrollo de la Salud Integral de la
Adolescencia, 2000 – 2005.
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MSPS-UNAP. Programa Nacional de Atención a la Salud Integral de los(as) Adolescentes. 1998 –
2002.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Viceministerio de Asuntos de Género, Generacionales
y Familia. Código del niño, niña y adolescente. Convención Internacional sobre los derechos
del niño. 2000. La Paz – Bolivia.
Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social del Paraguay. Módulo para la capacitación de
adolescentes y jóvenes en educación para la sexualidad, salud integral y prevención del
embarazo precoz. 1996. Asunción – Paraguay.
Asociación pro-bienestar de la familia colombiana – PROFAMILIA. Manual de Orientación. 1999.
Bogotá - Colombia
Canessa, P. Nykiel, C. Manual para la Educación en Salud Integral del Adolescente. OPS/OMS.
1997. Chicago, Illinois.
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Adolescente y Módulos de Atención. 1998. Washington, D.C. 20037, E.U.A.
GTZ - INTER-JOVEN. La Juventud en el Triángulo de las Bermudas. 2000. Santiago - Chile
FHI. Satisfacción de las Necesidades de los Clientes Jóvenes. Una guía para prestar servicios de
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