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EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA

Tema oficial del Primer Congreso Paceño de Obstetricia y Ginecología


Jueves 19 de octubre del 2000

AUTOR:
Dr. Víctor Conde Altamirano
Ginecólogo – Obstetra
Coordinador Nacional de Salud Sexual y Reproductiva
Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud
Ministerio de Salud y Deportes
La Paz – Bolivia

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ANTECEDENTES
Mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres ha sido una de las prioridades identificadas
en las conferencias globales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyendo la
Conferencia internacional de Población y Desarrollo (CIPD, Cairo 1994) y la Cuarta Conferencia
Mundial de la Mujer (CMM, Beijing 1995).
En 1994 y cinco años después de la CIPD celebrada en El Cairo, se reconoce que los(as)
adolescentes tienen el mismo derecho que sus mayores a la salud sexual y reproductiva.
Actualmente, los(as) adolescentes y jóvenes corren el riesgo de embarazos no deseados y de
contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS), además de la explotación sexual y el rechazo
de sus padres y la comunidad.
Cerca del 50% de la población mundial es menor de 20 años, y los(as) adolescentes y jóvenes son
los más propensos a tener problemas en salud sexual y reproductiva. Más de 15 millones de
adolescentes entre 15 y 19 años de edad dan a luz cada año. Uno de cada 20 adolescentes
contrae una ITS, y las tasas más altas de incidencia se registran entre jóvenes d 15 a 24 años.
Cada año, el 10% de loa abortos (5 millones) se llevan a cabo en mujeres de 15 a 19 años.
Además, las niñas y mujeres jóvenes son especialmente vulnerables a la violación, el abuso sexual
y la explotación sexual.
La adolescencia y juventud son el futuro de la humanidad, entonces, su participación e integración
plenas en la sociedad exige que sean capaces de llevar su vida sexual y reproductiva en forma
responsable y bien informada, mediante la educación y los servicios que satisfagan sus
necesidades de desarrollo.
Hasta la fecha, en los programas actuales y en la sociedad en general, se han pasado por alto en
gran medida las necesidades y los derechos de los(as) adolescentes en este campo.
Existe amplia evidencia de que las mujeres adolescentes, enfrentan un riesgo elevado de contraer
ITS, incluyendo el VIH/SIDA y de iniciar un embarazo no deseado. La habilidad para protegerse a
sí mismas de estos riesgos generalmente está más allá de su control. Los temas del VIH/SIDA,
embarazo no deseado y aborto en condiciones de riesgo, provocan controversias sociales,
culturales y políticas.

CARACTERÍSTICAS DE LAS ADOLESCENTES


La adolescencia es una etapa de la vida que comprende, por razones técnicas y estadísticas, el
grupo etáreo de 10 a 19 años (según la Organización Mundial de la Salud) y según el Código del
Niño, Niña y Adolescente (Art. Nº 2), el período de 12 a 18 años.
Casi la cuarta parte de la población (23%), está comprendida en este grupo etáreo (60% en área
urbana y 40% en área rural).
En esta etapa se produce un desarrollo y crecimiento acelerado, con cambios marcados bio-psico-
sociales, donde se profundiza la adquisición de valores y normas de convivencia gracias al
estímulo exterior y a la interacción familiar y social.
De acuerdo a las ENDSAS 94 / 98 (ver cuadro Nº 1), la fecundidad de las adolescentes entre 15 y
19 años (madres y/o embarazadas por primera vez) alcanza en La Paz a 8.7% y en El Alto a 9.9%,
siendo este porcentaje menor que el promedio nacional (14%). Mas del 10 % de todos los
nacimientos anuales se registran entre las mujeres de 15 y 19 años de edad.

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Cuadro Nº 1
FECUNDIDAD DE ADOLESCENTES
Año Adolescentes que ya Están embarazadas Total alguna vez
son madres con el primer hijo embarazadas
94 La Paz 12.9 3.2 16.1
98 La Paz 7.8 0.9 8.7
98 El Alto 9.1 0.8 9.9
Nacional / 94 14.3 3.2 17.5
Nacional / 98 11.5 2.3 13.7
Fuente: ENDSA 94-98

Muchos de los embarazos en adolescentes no son deseados y terminan en abortos ilegales,


realizados en condiciones riesgosas. Se estima que el 69% de los abortos se da en mujeres de 14
a 19 años (SBGO, 1988).
Diferentes estudios demuestran que las adolescentes embarazadas carecen de información y
educación sexual, y no tienen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva; asimismo, que
acarrean serias secuelas personales, familiares y sociales.

¿Por qué el embarazo en la adolescencia es tan común?


Son múltiples los factores que están contribuyendo al embarazo en adolescentes:
Maduración sexual temprana e inicio precoz de las relaciones sexuales (coito).
Desconocimiento de la fisiología de la reproducción.
Barreras en el acceso a los anticonceptivos.
Uso incorrecto o inconsistente de métodos anticonceptivos.
Deficiencias en su formación escolar y familiar.
Una visión genitalizada de la sexualidad, que en muchos casos lleva a establecer relaciones
afectivas con el único objetivo de tener de relaciones sexuales.
Relaciones familiares conflictivas donde uno o los dos padres está ausente (entiéndase como
ausente, que no dialoga e interactúa cotidianamente con sus hijos/as).
Escasos programas preventivos o de información en salud sexual y reproductiva diferenciados o
específicos para adolescentes.
Los valores culturales; en muchos países en desarrollo, el estatus femenino se equipara con el
matrimonio y la maternidad. Las adolescentes se casan (a menudo) muy temprano; más de 50
países permiten el matrimonio a los 16 años o menos; en siete, se permite el matrimonio
desde los 12 años, incluso las novias más jóvenes enfrentan una presión social inmediata
para demostrar que son fértiles.

RIESGOS DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA EN LAS ADOLESCENTES


Expectativas de un matrimonio temprano y de relaciones sexuales.
Vulnerabilidad a las infecciones de transmisión sexual
Acceso a la educación y empleo
Falta de equidad entre los géneros
Violencia familiar y doméstica que incluye violencia física, psicológica y sexual.
Aspectos negativos de la cultura popular y otros riesgos

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Los problemas de salud sexual y reproductiva y las muertes, son más comunes entre las
adolescentes sexualmente activas que entre las mujeres de 20 o más años.
Fisiológica y socialmente, las adolescentes son más vulnerables a:
Muerte materna: las muchachas de 15-19 tienen el doble de probabilidad de morir que las mujeres
de 20-34. Quizá por la inmadurez de sus órganos reproductivos (embarazos en menores de 15
años), unas tasas más altas de mortalidad y una mayor incidencia de bajo peso al nacer.
Mortalidad infantil y del niño: los(as) niños(as) nacidos(as) de madres adolescentes tienen más
riesgo de morir durante sus primeros cinco años de vida que los nacidos de madres de 20 – 29
años.
Infecciones de transmisión sexual (ITS): cada año, 1 de 20 adolescentes en el mundo contrae
una ITS (incluso VIH/SIDA).
Abuso sexual/violencia: a las adolescentes les falta la confianza y toma de decisión para
rechazar una relación sexual no deseada.
Aborto inseguro: cada año, las adolescentes de 15-19 años sufren por lo menos cinco millones
de abortos inducidos. Debido a que el aborto se restringe legalmente en muchos países, las
adolescentes, acuden a menudo a procedimientos inseguros, brindados por proveedores
inexpertos. Por consiguiente, sufren una significativa probabilidad de muerte e invalidez debido
a un aborto inseguro.
Efectos sociales: por el hecho de que las madres adolescentes, generalmente tienen que
abandonar su propio desarrollo. Por esta razón, se reducen sus oportunidades para lograr una
calidad y un estándar de vida aceptables, al tiempo que tienen que asumir la responsabilidad
por la vida de su(s) hijos(as).

El alto riesgo y la adolescente embarazada


Las políticas de salud del país definen a la adolescente embarazada como de alto riesgo
obstétrico. El alto riesgo materno-perinatal surge de dos elementos fundamentales:
La inmadurez orgánica, propia de un terreno poco desarrollado y preparado para la prosecución de
un embarazo, llevaría a una mayor incidencia de algún tipo de complicación.
El entorno psicológico, familiar y social, donde la embarazada debiera desarrollar y gestar su futuro
hijo (un embarazo no planificado en una adolescente, es una crisis para la paciente y su
familia).

Material y métodos
Se revisaron 36,887 historias clínicas perinatales correspondientes a partos acaecidos en
hospitales de IIº y IIIer nivel del departamento de La Paz (Hospital San Gabriel, Hospital de la
Mujer, Maternidad 18 de Mayo y Hospital General de los Yungas), desde 1993 a 1999.
Los registros seleccionados correspondientes a embarazos en adolescentes menores de 20 años
llegan a 4,436.
Se analizó la base de datos de los hospitales referidos a través del Sistema Informático Perinatal
(SIP), utilizando las variables Estadística Básica, Cruce de Variables y Estimación de Riesgo. Se
complementó el análisis realizando cálculos en EPI-INFO y SPSS.
La base de datos evidenció en general, un buen manejo de la Historia Clínica Perinatal Base
(HCPB). El porcentaje de omisiones fue de 6.2% (confiable) considerando que se tomaron en
cuneta HCPB introducidas en el SIP desde el año 1993, tiempo en el que la implantación del SIP
era irregular y parte de un proceso lento de apropiación de tecnología para analizar las
prestaciones.

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Se trató de correlacionar la corta edad de la madre y los malos resultados del embarazo, o sea,
¿existe un aumento de riesgo biológico de la maternidad en adolescentes, o hay factores
socioculturales y conductuales que influyen en el aumento de riesgo?

Resultados:
Historias clínicas analizadas por año

AÑO Número de HCPB

1993 1,411
1994 1,106
1995 5,159
1996 8,401
1997 9,739
1998 8,362
1999 2,709
TOTAL 36,887

Considerando las HCPB correspondientes a madres adolescentes, 24.1% de las mismas reportan
alguna patología materna. Destacan la rotura prematura de membranas (7.2%), la preeclampsia
(4.7%) y la desproporción cefalo-pélvica (2.2%).
15.7% de las madres adolescentes tuvo un parto prematuro (684 casos), 19.5% de los recién
nacidos fue pequeño para la edad gestacional (850 casos).
La terminación de los embarazos fue espontánea en 81.3% y por cesárea en 16.7%.
13% accedió a anticoncepción previa al alta.
17.6% de los recién nacidos cursó con depresión leve (Apgar 4-6 al primer minuto) y 3.3%,
depresión severa.
Solo 0.1% de las madres egresó sin haber instaurado una lactancia completa o casi completa.

Factores de riesgo y embarazo en la adolescencia

Factor de riesgo Odds ratio Intervalo de confianza Valor de “p”


Control prenatal inadecuado (<4 CPN) 1.61 1.50 < OR < 1.72 P < 0.0001
Prematurez 1.48 1.36 < OR < 1.62 P < 0.0001
Bajo peso al nacer 1.47 1.33 < OR < 1.61 P < 0.001
Percentil de peso por edad gest < p10 1.44 1.33 < OR < 1.57 P < 0.0001
Edad gest. a la 1a consulta (>20 sem) 1.27 1.16 < OR < 1.38 P < 0.0001
Depresión al nacer (Apgar < 7, 1er minuto) 1.23 1.14 < OR < 1.34 P < 0.0001
Patología del recién nacido 1.18 1.00 < OR < 1.38 P < 0.03
Malposición fetal 1.09 0.94 < OR < 1.25 P < 0.239
Patología materna 0.99 0.92 < OR < 1.06 P < 0.69

5
Preeclampsia 0.93 0.80 < OR < 1.08 P < 0.0001
Muerte intrauterina 0.92 0.78 < OR < 1.08 P < 0.29
Cesárea en la terminación del parto 0.66 0.61 < OR < 0.72 P < 0.0001
Hemorragia durante el embarazo 0.51 0.34 < OR < 0.75 P < 0.0004
Fuente: Sistema Informático Perinatal de La Paz – SEDES – UNAP/MSPS

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
A la luz de información documentada y también del Sistema Informático Perinatal del departamento
de La Paz, la única morbilidad que se responsabiliza a la inmadurez orgánica no serían los
trastornos producidos por la pelvis no desarrollada (desproporción cefalo-pélvica) que llevaría a
una mayor incidencia de partos terminados en cesárea (OR; 0.66; IC: 0.61<OR<0.72), sino más
bien, un pequeño riesgo para el recién nacido, de sufrir depresión leve al nacimiento (OR: 1.23; IC:
1.14<OR<1.34) y ser pequeño para la edad gestacional, con un peso al nacer por debajo del
percentil 10 (OR; 1.44; IC 1.33<OR<1.57).
Podríamos a firmar que el estado gravídico se produce en una adolescente sin la educación e
información necesaria o suficiente, y que la misma, podría negar su embarazo (por temor a haber
obrado mal y temor a los conflictos que surjan al descubrirse su nueva situación). Por lo tanto, para
la adolescente, cuya maternidad es la procreación de un nuevo ser, su hijo, sentimiento común de
toda mujer embarazada, se trastoca para pasar a ser un hecho no deseado y permisivo que desde
ya, alterará toda su vida personal y de relación, incluso su proyecto de vida.
Toda esta situación llevará a un hecho, que es el mayor protagonista del aumento de la morbilidad
materno-perinatal: la falta de control prenatal, a lo que se une la falta de asesoramiento o
educación asistencial de la embarazada, con respecto a normas de actividad física, nutrición y
prevención de enfermedades, que deben cumplirse en el embarazo normalmente supervisado.
Las evidencias parecen indicar que los factores sociales y económicos son la causa de la mayor
parte de las consecuencias adversas de la maternidad. La corta edad no parece ser la causa
principal, sino que la edad tiene importancia sólo en la medida en que la mayoría de las
adolescentes que tienen hijos, tal vez deban hacer frente a otros problemas como son la
interrupción de los estudios, la inestabilidad matrimonial, los hijos fuera del matrimonio y la
pobreza.

Prevención del segundo embarazo en adolescentes


Cuando se aborda la prevención del embarazo en adolescentes, ésta, no solo se refiere al(la)
adolescente que aun no ha iniciado la maternidad o la paternidad, sino también a los(as)
adolescentes que ya son padres y madres. La intención sería disminuir los efectos del inicio de una
maternidad a temprana edad y un nuevo embarazo sin planear, ya que, en el departamento de La
Paz, de aquellas que son madres, el 14% de adolescentes ya tiene un hijo, y casi el 2%, dos. Sin
embargo, entre las mujeres de 18 y 19 años, casi una de cada cinco ya tiene un hijo y alrededor de
9% de las jóvenes de 19 años, tiene dos hijos.
Otro aspecto importante, es el espaciamiento entre uno y otro hijo; considerando las implicaciones
biopsicosociales que tiene el embarazo en la adolescencia y el riesgo de mortalidad infantil que
representan los intervalos menores de 24 meses entre nacimientos. Entre las adolescentes de 15 a
19 años (SIP La Paz), se observa que un 13.8% dejó transcurrir menos de 12 meses para una
segunda gestación y un 49.2% entre 12 y 23 meses.
Estos últimos datos reflejan una debilidad latente en la atención a la adolescente gestante ya que
se denota la presencia de oportunidades perdidas en la información sobre los cuidados
necesarios durante la gestación y después del parto, tanto para ella como para su hijo. De igual
manera, no se orienta en el replanteamiento de un proyecto de vida y dentro de éste, el número de

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hijos que desea tener, en qué momento, y en qué condiciones tenerlos, y lo que ello implica en su
salud y mayor bienestar para ella y su hijo.
Es necesario tener en cuenta que en las madres adolescentes se conjuga la inmadurez biológica y
la emocional; una mujer muy joven, en general no está preparada para asumir la responsabilidad
que implica la crianza de un hijo. Además, es más frecuente encontrar madres solteras que
enfrentan el rechazo y abandono moral y económico, tanto de su familia, como del padre del bebe
y de la sociedad en general; todo esto puede redundar en malnutrición, ausencia de atención de
salud, problemas afectivos y en muchos casos necesidad de trabajar en condiciones adversas.
Diferentes autores coinciden en que los hijos de madres adolescentes experimentan un riesgo
significativo sobre el pronóstico neonatal e infantil, en comparación con la de los hijos de madres
de 20-24 o hasta 20-34 años. Se observa que entre más joven es la madre, mayor es el riesgo
para el hijo. Estos resultados indican que en promedio el riesgo relativo es mayor en las menores
de 20 años, respecto al grupo de 20-24.
Frente a esta situación, no solamente es necesario llegar con acciones a las adolescentes que aun
no se han embarazado, sino también a aquellas(os) que han iniciado la maternidad y la paternidad
o son madres y padres, con el fin de contribuir para que replanteen su proyecto de vida y dentro de
él su vida reproductiva; así, se lograría un adecuado espaciamiento de los hijos y la posibilidad de
que al repensar sus metas, puedan acceder a una mejor calidad de vida, junto con el compromiso
social de brindarles oportunidades educativas, laborales y de desarrollo personal.

RECOMENDACIONES

Las adolescentes embarazadas requieren servicios multidisciplinarios intensivos para preservar y


mejorar su salud física y psicológica, prevenir un futuro embarazo no deseado, quizá preparar a la
adolescente para la maternidad e intentar restablecer sus proyectos de vida.
Debieran implementarse políticas y programas sostenibles, de largo plazo, dirigidas a tratar los
factores sociales, culturales y económicos de los(as) adolescentes; por otro lado, expandir sus
oportunidades para:
Alentar el apoyo familiar y comunitario para posponer la unión conyugal y el embarazo.
Incrementar el acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva incluyendo la
anticoncepción
Designar y proporcionar servicios de salud reproductiva confidenciales, que respondan a las(os)
adolescentes en sus necesidades particulares; ayudándolas(os) a tomar decisiones informadas
sobre sexualidad y a negociar un sexo seguro, enfatizando en la prevención del embarazo no
deseado, aborto inseguro e ITS.
Promover procesos para hacer posible, por parte de las(os) adolescentes, la toma de decisiones
con responsabilidad y proteger así, su salud sexual y reproductiva.
La provisión de una educación apropiada en salud sexual y reproductiva, dentro y fuera de la
escuela.
A la luz de los resultados en el departamento de La Paz, podemos concluir que, si bien, el factor
biológico y el factor psicológico-social-familiar, son importantes, este último tiene una jerarquía
especial, por los siguientes motivos:
Ser responsable del mayor riesgo de las complicaciones gravídicas observables durante el
embarazo en la adolescencia.
Porque es el verdadero factor, donde, con una atención multidisciplinaria, con funciones de
asesoramiento, educativas, de control y asistenciales, lograremos una disminución notoria de
la morbilidad materno-perinatal.
Como observamos, existe una fuerte asociación entre la adolescencia y la morbilidad neonatal, una
estrategia de intervención sigue siendo clara: posponer el embarazo en las adolescentes. Esto
significa ejecutar programas de información, educación y comunicación, salud sexual y

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reproductiva incluyendo la anticoncepción, implementar servicios diferenciados de atención integral
a los(as) adolescentes y, obviamente para adolescentes embarazadas.
Además, las autoridades deberían incluir acciones intersectoriales de promoción y prevención en
salud sexual y reproductiva de las(os) adolescentes, tales como investigación, participación juvenil,
educación con perspectiva de género, etc., que contribuyan a reducir esta problemática y a mejorar
la calidad de vida de las(os) adolescentes y jóvenes.

REFERENCIAS
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Informático Perinatal. 2ª edición. Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo
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Canessa, P. Nykiel, C. Manual para la Educación en Salud Integral del Adolescente. OPS/OMS.
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