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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Liceo Nacional ‘’José Gregorio Monagas’’

Punta de Mata – Edo Monagas.

Profesor: Estudiante:
Orlando lopez Eliana matos

4to Año Sección ‘’B’’

Orthocoronavirinae
Orthocoronavirinae es una subfamilia de virus ARN monocatenario
positivos perteneciente a la familia Coronaviridae. Se subdivide en los géneros
Alphacoronavirus, Betacoronavirus, gammacoronavirus y deltacoronavirus. Estos
incluyen genogrupos filogenéticamente similares de virus con
una nucleocápside de simetría helicoidal con envoltura cuyos viriones pueden
medir entre aproximadamente 50 y 200 nm de diámetro.  Su material genético es
el de mayor tamaño dentro de los virus de ARN, con genomas que van desde los
26 a 32 kilonucleótidos. Se les llama coronavirus por la corona de puntas que se
ve alrededor de la superficie del virus. Los coronavirus pueden infectar aves y
mamíferos produciendo una serie de enfermedades respiratorias y digestivas,
muchas de ellas letales trayendo como consecuencia serios perjuicios en
la avicultura y la ganadería; también pueden infectar al ser humano causando
enfermedades que van desde el resfriado común hasta enfermedades más
graves, como bronquitis, bronquiolitis, neumonía, el síndrome respiratorio de
Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), entre otras.
El género Alphacoronavirus anteriormente conocido como Coronavirus grupo 1
(CoV-1) incluye los subgrupos 1a y 1b, cuyos integrantes más representativos son
el coronavirus humano 229E (HCoV-229E) y HCoV-NL63, así como la nueva
especie alfacoronavirus incluyendo virus de la gastroenteritis transmisible porcina
(TGEV), respectivamente. El género Betacoronavirus  anteriormente
Betacoronavirus grupo 2 (Cov-2) incluye varios subgrupos. Los más prominentes
(subgrupos 2a y 2b) tienen como especies tipo las especies de coronavirus murino
incluido el virus de la hepatitis de ratón (MHV) y el SARS-CoV, respectivamente.
El ancestro común más reciente del coronavirus se ha encontrado en el siglo IX a.
C. Estudios realizados durante 1990 lograron datar los ancestros comunes más
recientes de los géneros: Betacoronavirus: 3300 a. C. Deltacoronavirus: 3000 a. C.
Gammacoronavirus: 2800 a. C. Alphacoronavirus: 2400 a. C. De acuerdo a estos
estudios, en ese entonces el factor principal de la fuente del coronavirus era la
sangre caliente, particularmente de los murciélagos y pájaros. El coronavirus
bovino se separó de la especie equina coronavirus al final del siglo XVIII. El
coronavirus bovino y el coronavirus humano OC43 se separaron en 1899. Otra
estimación sugiere que el coronavirus humano OC43 divergió del coronavirus
bovino en 1890. El coronavirus bovino y el canino respiratorio con el coronavirus
divergieron de un ancestro común en 1951. El ancestro común más reciente del
coronavirus humano OC43 ha sido fechado en la década de 1950. El síndrome
respiratorio coronavirus de Oriente Medio, aunque relacionado con varias especies
de murciélagos, parece haber divergido de estos hace varios siglos. El coronavirus
de murciélago está más estrechamente relacionado con el coronavirus del SARS,
del que se separó en 1986. Las partes que conforman la estructura general de los
coronavirus son, como en todos los virus animales, la envoltura y
la nucleocápside. En el caso de los coronavirus, en la envoltura se encuentra una
glucoproteína de membrana (M) de 20 a 35 kDa, que forma una matriz en contacto
con la nucleocápside. Además se encuentra en la envoltura la glucoproteína S, de
180 a 220 kDa22, que forma las espículas, espigas o peplómeros responsables de
la adhesión a la célula huésped. Algunos coronavirus (específicamente los
miembros de Betacoronavirus subgrupo A, también llamado subgénero
Embecovirus24) tienen también en la superficie una proteína adicional más corta
llamada esterasa-hemaglutinina. La replicación de los coronavirus comienza con la
entrada en la célula, momento en que pierde su envoltura, y el genoma de ARN se
libera en el citoplasma. El genoma del coronavirus tiene un caperuza metilada en
el extremo 5' (extremo cap'), y una cola poliadenilada (poly A) en el extremo 3',
dándole un gran parecido al ARN mensajero eucariota. Los coronavirus tienen
también una proteína replicasa codificada en su código genético, que le permite
generar nuevas copias de su ARN sin necesidad de transcribirse a ADN, usando
los recursos de la célula huésped. Esta replicasa es la primera proteína que
se sintetiza ya que una vez que el gen que codifica la replicasa es traducido
(síntesis proteica), el proceso se detiene por un codón de parada. El genoma de
ARN se replica a cadena negativa y de esta se forman copias positivas de la que
se traduce una larga poliproteína, que deberá ser escindida en las distintas
proteínas funcionales del virus. Los coronavirus tienen para ello
una proteasa denominada Mpro o 3CLpro27 que corta la poliproteína para dar lugar
a las proteínas víricas (maduración de la poliproteína). Esta es una estrategia
vírica para la economía genética, ya que le permite codificar un buen número de
proteínas con un número pequeño de transcritos a la vez que mejora la tasa de
fallos durante la ejecución de la ARN polimerasa.

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