Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pues bien, una dominante secundaria es una una dominante de otro grado que no
sea el I, y a este proceso se le llama tonicalización de ese otro grado (por un
momento se convierte en tónica). La dominante secundaria más típica y ampliamente
utilizada es la del V, es decir, la dominante de la dominante, pero se puede hacer con
cualquier grado excepto aquellos que formen una tríada disminuida (como por ejemplo
el II en la escala menor), ya que al ser disminuidos obviamente no se pueden
tonicalizar.
El «si bemol» resaltado es necesario para que se trate de una dominante secundaria,
ya que de lo contrario, sería un acorde idéntico al I.
Como vemos en los ejemplos, se representa como V- y a continuación el grado del
que es dominante, por ejemplo, V-V es la dominante de la dominante, V-IV es la
dominante del cuarto, etc. Y el cifrado, es el que corresponda según la inversión en la
que esté. Por ejemplo V-V+6 (con el bajo en la quinta), V-IV+4 (con el bajo en la
séptima), etc. Para más detalles, visita esta otra entrada sobre séptimas de dominante
y su cifrado.
También se pueden hacer dominantes secundarias con los acordes sobre la sensible
(VII, 7ª disminuida y 7ª de sensible), que veremos en otra entrada. El uso de
dominantes secundarias implica el uso de alteraciones accidentales (no propias de la
tonalidad). Por ejemplo, en Do Mayor, un V-V implica un fa#; un V-IV, un si bemol; un
V-II, un do#… Hay que usar las alteraciones que sean necesarias para que la
dominante secundaria esté bien construida.