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Acerca Del Mito. 2018
Acerca Del Mito. 2018
Introducción
La presente tarea se instala en el ejercicio de indagar en Ernst Cassirer, más
explícitamente en su trabajo de filosofía de las formas simbólicas, la dimensión estética
del mito, pues se entiende que éste último se incluye en el primero; cada uno con
distintas claves estructurales y de función en lo humano, pero sin duda con puntos de
encuentro.
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La característica sobresaliente y distintiva del hombre no es una naturaleza metafísica o física
sino su obra. Es esta obra, el sistema de las actividades humanas, lo que define y determina el
círculo de humanidad. El lenguaje, el mito, la religión, el arte, la ciencia y la historia son otros
tantos ‘constituyentes’, los diversos sectores de este circulo”. (Pág. 107 – 108).
Ingresar a la pregunta, a propósito de una estética del mito, es, digamos, un modo de
incursionar a la pregunta por lo humano, clave que de ningún modo se ajusta a la
lectura disciplinar.
La intención de leer el mito ha sido una tarea que ha acompañado, incluso decidido, la
condición de cada época. Según Cassirer (2006) ello se inició con los estoicos en tanto
evidenciaron una técnica de interpretación alegorica, la cual permaneció en la Edad
Media y hasta comienzos de la Edad Moderna. Posteriormente surge la extraña
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VATTIMO Gianni. Hermenéutica y racionalidad. Grupo Editorial norma.1994
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pretención de « explicar » el mito y se va entonces a entender como un mundo artificial.
De acuerdo con el autor en mención el mito interroga las categorias mismas del
pensamiento, pues su condición no es del registro teórico ; digamos que su condición es
de lo metaforico, de lo equivoco.
Cassirer expone « Mito y religión », inicialmente de manera conjunta puesto que ambos
se encuentran y resultan en el sentimiento, aunque luego el despliegue de cada uno será
distinto. Recordemos que el autor se instala en la optica de una filosofía de la cultura, lo
cual le permite distanciarse de un sistema metafisico o teleológico como lectura. Dice :
« Los simbolos cambian incesantemente, pero el principio que se halla en su base, la actividad
simbólica como tal, peermanece… » (Pág. 115). Explicita entonces su intencionalidad
escritural e interpretativa respecto a la base y estructura de los problemas que se
plantea : El lenguaje, el mito, la religión, el arte, la ciencia y la historia como obras.
Al respecto Echeverri (1997)5 señala : Del griego aisthésis = perceptible por los sentidos.
Concepto que designa la ciencia del arte y de lo bello. Según la referencia, fueron Platón,
Aristóteles y Plotino, en la antigüedad clásica, los primeros en problematizar la estética.
Durante la Edad Media la tarea fue abordada por san Agustín y Santo Tomás.
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Diccionario De La Lengua Española. Edit. Espasa. Madrid 1992.
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Diccionario De Filosofía. Edit. Panamericana. Colombia 1997
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Estética trascendental, distinguiendo entre lo bello (donde el sentimiento placentero es
acompañado por la conciencia de limitación) y lo sublime (aquello que provoca un
placer mezclado de horror y admiración, porque lo acompaña cierta impresión de lo
infinito). Al respecto Hegel planteó la estética como una manifestación sensible del
absoluto. En Schopenhauer lo estético es la idea que libera del dolor cósmico ; y en
Heidegger, el arte se materializa como puesta-en-obra de la verdad misma del ser.
Y ¿lo bello ? Comporta cierta estructura del registro ontológico, incluyendo a su vez
factores racionales.
Es pues en lo bello donde se armonizan los aspectos del ente. La estética filosófica
plantea, desde el punto de vista del ser, la esencia de lo bello en general (naturaleza) y
en particular (arte), problema que comporta cierto sentido ontológico-metafísico. Ahora,
desde el punto de vista de la naturaleza humana, es la enunciación de un problema
antropológico-existencial en tanto estudia la esencia de la vivencia estética en un doble
sentido:
- el del creador
- el del contemplador
Digamos que de este análisis se desprenden los problemas del valor y de la valoración
estéticos.
“La reflexión sobre el arte debe ser capaz de percibir que su objeto no es la obra sin la
relación entre el sujeto y el objeto. Es indispensable, por lo tanto, que antes de analizar el
objeto estético se lleve a cabo un análisis riguroso sobre el código cultural del sujeto,
para de esta manera objetivarlo y volverlo de algún modo explícito y consciente”. (Pág.
9-10).
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BAMBULA D. J. Lo estético en la dinámica de las culturas. Editorial facultad de humanidades. Universidad del
Valle. 1993
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“Lo estético es para la autora, una compleja relación múltiple entre el sujeto con sus
mecanismos y factores que definen su especial tipo de percepción del arte, incluyendo
su conciencia y su inconsciente, y el objeto, en cuanto realidad extrasubjetiva, sea
natural o artificial. La subjetividad es siempre algo construido a partir de la percepción
sensible, y constituye el principio y el fin de la relación estética”. (Pág. 10-11).
¿Estética ?
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Kant E. (en su crítica del juicio, 1790), logra un enfoque de la problemática que comporta
la estética a partir de la subjetividad; siendo el idealismo trascendental la base para la
idea estética. Según Bámbula, en Kant no existe analogía entre la cosa en si (la realidad
extra subjetiva) y las formas en que se enuncian las categorías del pensamiento, de los
conceptos, lo cual es para el filósofo algo apriorístico. De este modo las formas y los
conceptos creados son el resultado exclusivo de la subjetividad, no reflejan la cosa en sí.
Dice Bámbula que hoy día, según la biología moderna, un apriorismo como el de Kant
no se sostiene, pero sus ideas han sido corroboradas en la farmacología y en la etología,
por ejemplo. Referencia a Konrad Lorenz para señalar que el dispositivo perceptor
refleja la realidad extrasubjetiva de manera particular y según sus propias estructuras.
Nos recuerda una frase de Goethe citada por Lorenz: “Si el ojo no fuera adaptable a la
luz solar, jamás podría distinguir el sol”. (Pág. 18).
El despliegue filosófico de Kant (señala Bambula) implica la forma como interés estético
sin ser confrontada con la realidad extrasubjetiva. Las Ideas de Kant son entonces punto
inicial, referencia teórica para las teorías que problematizan el arte de modo formal.
Señala Bambula que la creatividad libre (según Kant) existe solo en la esfera del arte, en
la actividad artística como algo autónomo, libre, diferente a todas las otras esferas de la
actividad humana. Tales ideas son la expresión de la situación y ubicación de lo estético
en la Cultura Occidental de la Edad Moderna, lo cual difiere de la situación y ubicación
de lo estético en otras culturas, en otras épocas.
Hegel (en sus lecciones sobre estética, 1965), señala que el objeto de la Estética es el
amplio reino de lo bello. Además, que el nombre de Estética significa la ciencia del
sentido, del sentir; por lo cual señala que lo apropiado es considerar Filosofía de las
Bellas Artes como nombre de la nueva ciencia.
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y emociones generadas a través de la obra de arte, como tampoco en la percepción
sensible como instrumento. El problema del arte y de lo bello se ubica en la dimensión
objetiva, por lo cual acepta con reserva el término Estética.
Para Bambula, Hegel se convertirá, en mayor grado que Kant, en referencia clave para la
posterior reflexión estética.
Del mito
Durante los siglos XVII y XVIII, época de la Ilustración, el mito comportó cierto sentido
peyorativo: era ficción científica o históricamente falsa.
Actualmente se entiende por mito como una zona de significado, por ejemplo, mito del
progreso, mito de la democracia, mito de la igualdad, de la moda.
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Acerca del mito, segùn E. Cassirer
Mito y religión inmunes a una mirada del registro lógico, según la referencia.
¿Qué caracteriza al mito ? “ (…) está desprovisto de rima y de razón”. (Pág. 113). Esto es, su
coherencia es de otro orden.
¿Qué caracteriza a la religión ? (…) esta se opone a lo racional o filosófico”. (Pág. 113). Esto
es, al pensamiento crítico, de pregunta.
La filosofía medieval intentó incluir mito y religión. Por ejemplo, para Tomás de Aquino
la religión es sobrenatural, suprarracional ; de ningún modo, irracional. Otros
pensadores como Tertuliano y Kierkegaard se han opuesto a tal sentido inclusivo o
vincular.
Una filosofía de la cultura no debe, según Cassirer, plantear el mismo interrogante que
un sistema metafísico o teleológico. Esto es, debe más bien apelar a la forma de la
imaginación mítica y del pensamiento religioso. Dice Cassirer : “Los símbolos cambian
incesantemente, pero el principio que se halla en su base, la actividad simbólica como tal,
permanece …)”. (Pág. 115).
De acuerdo con Cassirer, el mito no es del registro teórico, interroga las categorías
mismas del pensamiento ; pues no permite una lectura desde la dimensión de verdad
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empírica o científica. Sin embargo, pese a la condición misma que el mito comporta, se
creyó en su sentido filosófico inteligible. Por ello, se intentó entonces desenmascararlo.
Ahora, según la referencia, es desde la época de los estoicos que se inicio una técnica de
interpretación alegórica. Técnica que se mantuvo en la Edad Media y hasta comienzos
de la Edad Moderna. Posteriormente se pretende explicar el mito y se entiende como un
mundo de orden artificial.
Según Cassirer, el análisis del mito es del registro objetivo y/o subjetivo.
Análisis objetivo. En este modelo se clasifican los objetos del pensamiento mítico.
Para Cassirer, ambos análisis son posibles siempre y cuando den cuenta de todos los
objetos, de todos los motivos. La tecnología, la psicología y el psicoanálisis, reducen al
mito apuntando a cierta homogeneidad conceptual.
Según Cassirer el mito combina teoría y creación artística. De hecho, el mito se parece a
la poesía. Sin embargo, mito y arte son distintos.
Sir James Frazer, citado por Cassirer, señala en su tesis que no hay distinción entre el
arte mágico del pensar científico. Además, que incluso la magia es científica respecto al
fin. Dicho referente considera que la magia representa una fe de orden implícito acorde
a la condición de la naturaleza ; lo cual resulta inadecuado, pues mito y magia los ha
considerado en un carácter etiológico o explicativo. De acuerdo con Cassirer tal sentido
es reduccionista en tanto describe al mito en elementos estáticos.
Se pregunta Cassirer, ¿Cuáles son entonces los principios dinámicos del mito?
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El mito se instala, según Cassirer, en una condición doble. Esto es, una estructura
conceptual y una estructura perceptual.
El mundo mítico es de orden más fluido y fluctuante que la dimensión teórica de las
cosas. El mito percibe, de entrada, caracteres fisiognómicos.
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Para Cassirer, cada una de estas tres etapas comporta su valor funcional, no es ilusión.
Cada una, en su medida, representa la ruta hacía la realidad.
Jhon Dewey, según el filósofo, fue uno de los primeros en reconocer el lugar de lo
afectivo en la percepción mítica, su poder subyace en este último como claves de la
realidad.
Ahora, para ingresar a la estructura del mito y de la religión primitiva resulta pertinente
estudiar la totalidad de esta expresión.
Para Cassirer, el carácter social del mito es algo incontrovertible. Sin embargo, respecto
a la mentalidad prèlogica o mística, la considera en contradicción con las pruebas
antropológicas y etnològicas; pues en diversas esferas de la vida de la cultura primitiva
se evidencian rasgos de nuestra propia condición cultural. De ahí que suponer cierta
heterogeneidad entre nuestra lógica y la mentalidad primitiva, su diferencia; nos aleja
de poder explicarla.
Se observa en la vida primitiva una esfera secular (profana) instalada por fuera de la
esfera sagrada y con cierta tradición secular cuyas reglas determinan la forma de
transitar en la vida social. Al respecto, las reglas que encuentra Malinowski son
independientes de la magia, de las sanciones sobrenaturales, de ningún modo se
acompañan de claves ceremoniales o rituales. Según este referente, la magia y el rito
religioso avanza, justamente, donde falla el conocimiento. Esto significa que los ritos
mágicos o religiosos resultan de cierto intento para obtener milagros cuando la fuerza
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mental no ha sido suficiente. Para Malinowski, el reconocimiento de ello es clave para
configurar la verdad de que la religión comporta su propia materia, su propio campo.
Para Cassirer es en dicho campo (campo legitimo del mito y de la religión) donde la
concepción de la naturaleza, de la vida humana esta desprovista del sentido racional.
El sentimiento es unidad que representa uno de los impulsos más fuertes y profundos
del pensamiento primitivo. Este último evidencia una visión de la vida de corte
sintético, de ningún modo es pues analítico.
La visión del hombre primitivo es simpàtetica. Dice Cassirer: “El rasgo fundamental del
mito no es una dirección especial del pensamiento o una dirección especial de la imaginación
humana; brota de la emoción y su trasfondo emotivo tiñe sus producciones de su propio color
específico”. (Pág. 127).
Sin embargo, el hombre primitivo no capta las diferencias empíricas de las cosas, pues
ello queda remontado por cierto sentimiento más fuerte: “la convicción profunda de una
solidaridad fundamental e indeleble de la vida que salta por sobre la multiplicidad de sus formas
singulares”. (Pág. 128)
Dice Cassirer: “Para el sentir mítico y religioso la naturaleza se convierte en una gran sociedad,
la sociedad de la vida. El hombre no ocupa un lugar destacado en esta sociedad; forma parte de
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ella pero en ningún aspecto se halla situado más alto que ningún otro miembro. La vida posee la
misma dignidad religiosa en sus formas más humildes y más elevadas; los hombres y los
animales, los animales y las plantas se hallan al mismo nivel”. (Pág. 129).
Señala además, que en las sociedades totémicas existen plantas tótem, animales tótem
que comparten el principio de solidaridad y unidad continúa de la vida del espacio al
tiempo. Lo simultáneo y la sucesión comportan pues un orden. Por ejemplo: Las
generaciones humanas implican encadenamiento único, no interrumpido, pues lo
anterior es reencarnado; el alma aparece rejuvenecida en el recién nacido. Pasado,
presente y porvenir se conjugan sin límites.
La muerte fue entonces introducida a través de un suceso particular, bien sea la falla
humana o algún tipo de accidente.
Según Cassirer, en la lectura del Fedón de Platón se insiste en la inmortalidad del alma
humana, mientras que en el pensamiento mítico lo que requiere comprobarse no es la
inmortalidad, sino más bien la muerte. Es pues el mito y la religión primitiva que niegan
la posibilidad real de la muerte.
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Para Herbert Spencer (citado por el filosofo) el culto a los antepasados es el punto de
partida, el origen mismo de la religión. La gran mayoría de razas practican el culto a la
muerte, y una de las tareas-deberes religiosos de mayor significación es el de proveer al
antepasado muerto de alimento y de otras cosas útiles que lo mantengan en el nuevo
estado. En China por ejemplo, el culto a los antepasados mantiene cierto lazo familiar,
cierta continuidad que le configura en el ejercicio de la autoridad, de la protección. El
culto a los padres, a los antepasados es el centro de la vida religiosa y social del pueblo
chino.
(…) sin duda, uno de los instintos humanos más generales y más profundamente arraigados”.
(Pág. 134).
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A propósito de la muerte cierto material etnológico. Señala: diversas reacciones frente al
cadáver:
- Abandonarlo a su suerte, huir de él con terror.
- Deseo de detener, de evocar su espíritu.
Ambos impulsos en pugna, dominando luego el segundo.
La religión estática resulta de la presión social, mientras que la religión dinámica se basa
en la libertad.
En la religión dinámica la atracción empuja para romper con todos los vínculos sociales
anteriores a una moral estática, convencional y tradicional.
Según Cassirer la forma más alta de religión, una religión de la humanidad, no resulta
por grados en los modos familia y nación. Esto es, en formas de ordenamiento social.
Referencia a Bergson para señalar respecto de una moral distinta a la presión moral. La
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primera es impersonal y próxima a la continuidad natural, que se observa en el hábito o
instinto. Y, la segunda, poderosa en tanto el despertar humano sobre la naturaleza.
Esto es, el hombre supera la naturaleza, consolida cierta solidaridad social hasta la
fraternidad, y simultáneamente enuncia su inteligencia que lo conduce a romper la
restricción natural. Dice Cassirer que la ética de Bergson es resultante de su metafísica
misma, pues se trazo como tarea el interpretar la vida moral del hombre a la luz de su
sistema metafísico. Para Cassirer, Bergson entiende que la vida ética del hombre refleja
la misma contienda metafísica entre un principio activo y otro pasivo. Esto es, la vida
social evidencia un proceso universal observable en la vida orgánica y que se divide
entre dos fuerzas opuestas : una que preserva el estado presente de las cosas y otra de
corte creador. La primera es un rasgo de la religión estática y la segunda de la religión
dinámica. Dice Cassirer que jamás se configura un denominador común en tales
tendencias. Además, que el género humano va de un punto a otro mediante saltos
bruscos, de la pasividad a la actividad, de la presión social a una vida individual,
autónoma, ética.
Sin embargo, para Cassirer pese a reconocer el análisis de Bergson como adecuado,
señala que un sistema metafísico no es suficiente en la descripción analítica de los
fenòmenos, por lo que sugiere reducirlos a la causa última. Justamente por ello Bergson,
según Cassirer, deriva a dos tipos de vida moral y religiosa de dos fuerzas divergentes,
una que gobierna lo social-primitivo y otra que hace ruptura para configurar lo
personal-libre. De aceptar la tesis de Bergson, no existe entonces un proceso continuo
entre una u otra forma. Es entonces una crisis súbita del pensamiento y una revolución
del sentimiento lo que va a señalar la transición de la religión estática a la dinámica.
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Dice Cassirer, en la historia de la cultura griega existió un periodo en que los viejos
dioses, los de Homero y Hesiodo, decaen: pues surge lo individual religioso. Es el caso,
por ejemplo, de Esquilo, Eurípides, Jenòfantes, Heráclito, Anaxàgoras, quienes crean
otras coordenadas intelectuales y morales. Esto es, los dioses han sido humanizados,
paso indispensable en la evolución del pensar religioso.
Referencia luego a Gilbert Murray, quien señala tres etapas de la religión griega.
Para Cassirer no es suficiente tal descripción religiosa, pues considera que de una
actitud pasiva no surge, de ningún modo, la energía creadora.
Para el filósofo alemán, religión y magia son modos decisivos del desenvolvimiento de
la ciencia humana. Dice: “La fe en la magia constituye una de las primeras y más fuertes
expresiones del despertar de la confianza del hombre en sí mismo. Ya no se siente a la merced de
fuerzas naturales o sobrenaturales; empieza a desempeñar su papel y se convierte en un actor en
el espectáculo de la naturaleza”. (Pág. 141).
Agrega, que en cada campo particular subyacen reglas mágicas. Por ejemplo, para la
agricultura, para la caza, para la pesca. La magia evidencia como objetivo responder a la
aventura y el peligro, no se usa con propósitos prácticos.
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Para Cassirer la magia representa la primera escuela por donde tiene que pasar la
condición primitiva del hombre; ello le enseña a confiar en su propia fuerza, a regular-
controlar la condición de la naturaleza.
Según Cassirer, “Desde un principio, la religión ha cumplido con una función teórica y otra
práctica. Contiene una cosmología y una antropología; contesta a la cuestión del origen del
mundo y de la sociedad humana; de este origen deriva los deberes y obligaciones del hombre. Los
dos aspectos no se distinguen rigurosamente; se hallan combinados y fundidos en ese sentimiento
fundamental que hemos tratado de descubrir como el sentimiento de la solidaridad de la vida;
fuente común de la magia y de la religión”. (Pág. 144).
Desde el lindero filosófico tal convicción ha sido expresada por los estoicos como:
“simpatía del todo”. Ello ha sido la base de todos los ritos mágicos. Los estoicos trataron
de conciliar el pensamiento mítico y el filosófico, admitiendo cierta verdad en algunos
elementos del primero.
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simpatía religiosa es distinta a la simpatía mítica y mágica, aporta finalidad a un nuevo
sentimiento, el de individualidad.
Digamos que dicho aporte religioso resulta contradictorio, dice el filósofo: “La
individualidad parece implicar una negación o, al menos, una restricción de esa universalidad del
sentido postulada por la religión” (Pág. 147). Esto es, una barrera a romper entre la
existencia finita e infinita. Ahora, el progreso del pensamiento religioso apuntó a
resolver, justamente, tal dificultad, tal enigma.
Primero existieron los dioses funcionales. Por ejemplo, los que vigilaban los actos de la
siembra, de la recolección, etc. Los dioses funcionales romanos rigen actividades
particulares; son administrativos, su dignidad religiosa depende de su oficio. No poseen
personalidad definida. Según la referencia, en la religión griega la tendencia es distinta,
en cuanto a pensamiento y sentimiento. Señala que el hombre se retrata a sí mismo, en
sus dioses, en toda su variedad y multiformidad, con su mentalidad y temperamento.
Mientras que en la religión romana el hombre proyecta el aspecto práctico de su
naturaleza en la divinidad.
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La religión monoteista abandera entonces una ética universal sobre el sentimiento
primitivo, su condición mágica de la vida. Se configura entonces un lento y continuo
desarrollo del pensamiento y del sentimiento religioso lo cual evidencia, justamente en
el instinto, la inteligencia e intuición mistica. El filósofo y el metafisico coinciden en que
las dos formas de religión son antagónicas.
Según Jevons (citado por Cassirer) la esencia del tabú es declarar a priori el peligro de
ciertas cosas. Creencia en el peligro que dió lugar a la moral, a la civilización misma.
Sewgún la referencia la creencia era un engaño que constituia a su vez la « »vaina » que
protegia una concepción de la cual germionaria y floreceria eventualmente el concepto
de obligación social.
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Además de la primera discriminación señalada, se evidencia otra que se configura como
condición negativa, observable como inhibición, prohibición. De esta manera el tabú
determina el temor en tanto prohibición ; sin embargo no evidencia señalamiento
alguno respecto a como dirigir. Dice Cassirer. « Nos advierte contra el peligro pero no le es
posible despertar una nueva energía activa o moral en el hombre. Cuanto más se desarrolla el
sistema tabú tanto mayor el peligro de que se congele la vida humana en una completa
pasividad » (Pág 154).
¿Cual fue entonces el nuevo sentido señalado por la religión, distinto al sistema tabú ?
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