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“Theodore Boone es un chico de trece años con las ideas muy claras: va
a ser abogado. Ya conoce todos los pormenores de la vida judicial de su
pequeña ciudad, Strattenburg, y espera con ansia el día en que podrá
subirse a un estrado. Pero ni en sus mejores sueños hubiera podido
imaginar que se vería involucrado en el llamado juicio del siglo… ¡antes
siguiera de acabar el instituto!
No hay suficientes pruebas para condenar al rico golfista Peter Duffy por
el asesinato de su esposa; pero Theo cuenta con un testigo que puede
cambiar el curso de los acontecimientos. Solo hay un problema: un
inviolable pacto de silencio le impide llevarlo a los tribunales…”
El primer libro que leí de John Grisham fue El Testamento, por allá a
comienzos de 2001, un thriller judicial con toques de aventura que me
atrapó desde la primera página. En esa época todavía tenía la
costumbre de explorar las estanterías de las bibliotecas en busca de
algo que me llamara la atención. Sucede que con el tiempo uno ya
conoce cierta cantidad de autores y tiene más o menos claro qué es lo
que quiere leer, o bien va escuchando sugerencias o absorbiendo
comentarios sobre autores u obras. En ese entonces simplemente iba a
la biblioteca y exploraba la estantería. Así fue como descubrí a Grisham.
Sin embargo, por esas cosas de la vida, dejé de leer sus novelas y me
enfrasqué en otros temas, y siempre que alguien lo mencionaba lo
recordaba con agrado y me decía a mí mismo que debía volver a leer
algo de él.
Como dice la sinopsis, Theo Boone es un chico que quiere ser abogado.
Sus padres lo son, su tío también, y en lugar de pasar las tardes
jugando al béisbol o compartiendo con sus amigos, Theo disfruta
enormemente visitar los tribunales, siguiendo de cerca los casos que
más le llaman la atención, observando a los ajetreados personajes
trajeados que deambulan de aquí para allá, aprendiendo de todo un
poco y granjeándose no pocas amistades. A su edad es todo un experto
en el tema y sus compañeros del colegio no dudan en acudir a él cuando
tienen algún problema (por ejemplo, un chico le consulta qué hacer para
que a sus padres, actualmente sin trabajo, no les embarguen la casa;
otro acude a él porque su hermano fue arrestado por posesión de
drogas y no sabe qué hacer para que no termine en la cárcel).
Realmente es muy entretenido ver cómo Theo va por todas partes,
montado en su bicicleta, ayudando a sus compañeros o investigando por
su cuenta casos de actualidad.
;)