La débil integración de América Latina, los inexistentes progresos en lo
multilateral y el chantaje unilateral, prepararon el escenario para el bilateralismo. Colombia, al optar por ese camino, se alejaría de una inserción equilibrada y simétrica en el contexto de la globalización. E.U. lograría los objetivos de eliminar restricciones al capital y comprometer jurídicamente a Colombia en solución de diferencias: supranacionales, vinculantes y obligatorias. Se limitaría el control de capitales, se protegería irracionalmente la inversión extranjera de cambios legislativos, de aceptarse figuras draconianas como las del preestablecimiento, la expropiación indirecta y la anulación y menoscabo. Lo anterior simplemente implicaría aceptar la propuesta bien conocida del acuerdo multilateral de inversiones ‘AMI’, a lo cual se opusieron los países en desarrollo.
En propiedad intelectual se ampliarían las restricciones al libre comercio. Se
afectarían derechos fundamentales en salud, educación y cultura. Aumentarían los plazos en patentes, derechos de autor y se daría mayor protección a las multinacionales farmacéuticas, agroquímicas y de información. Se fortalecerían los mecanismos de control a la piratería. Poco se incluiría en la práctica en aspectos como la protección a los conocimientos tradicionales y el control de la biopiratería. Se negociaría mayor apertura y ventajas a las inversiones foráneas en telecomunicaciones y servicios financieros. Lo que se limitaría, sería la libre circulación de servicios empresariales y personales. Nada en migraciones. En políticas públicas se mantendrían las restricciones y, en compras estatales, muchos de los estados norteamericanos no formarían parte del tratado.
La liberalización agropecuaria profundizaría la asimetría, puesto que se
mantendrían los subsidios a los agricultores estadounidenses y se consolidarían las barreras no arancelarias. Eso sí, se eliminarían los pocos mecanismos de protección existentes en Colombia, como las franjas de precios y se limitaría el uso de la salvaguardia agropecuaria. En bienes industriales, con suerte, se alcanzaría lo que ya nos ha sido otorgado en el Atpdea, mientras que se concedería un trato equivalente a las exportaciones norteamericanas.
No habría una normativa supranacional que ayude a frenar los abusos en la
aplicación de las leyes antidumping ni a controlar excesos en la posición dominante de mercados.
En lo pertinente a derechos ambientales y laborales se perdería de vista la
dimensión social de la integración que implique el respeto de los derechos fundamentales en la zona de libre comercio y no solo el respeto a las leyes y los acuerdos internacionales suscritos en los ámbitos nacionales y, únicamente, se establecería la relación entre comercio y derechos laborales, que parecería conducir al control de los denominados ‘dumping social y ambiental’, con efectos simplemente proteccionistas a favor de los trabajadores norteamericanos.
En cuanto a la integración andina, se perdería definitivamente la opción de
consolidar mercado común, se perforaría la unión aduanera y se pondría en riesgo lo que hasta ahora se había logrado en aspectos tales como: inversión, propiedad intelectual y política agropecuaria común y habrá una evidente superposición normativa, lo que significará a su vez variaciones importantes en las relaciones económicas y comerciales con el segundo socio comercial de Colombia: Venezuela, que además ya ha manifestado su intención de ser parte, como miembro pleno, del Mercosur.
No es bueno llamarse a engaño, aunque se guarda celosamente la
confidencialidad de los textos, la mayoría de los aspectos aquí tratados ya se encuentran negociados. Se renunciaría con el TLC a la soberanía, sin que ello haya sido resultado de la autodeterminación y participación ciudadana. Nos conduciría a la trampa bilateral que nos alejará de la globalización y de la integración regional. Sería un tratado de protección de inversiones, no de libre comercio. Es allí donde se encuentra la verdadera falacia. ¿Aprobarlo sería transparente, legítimo, legal o Constitucional?