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Revista de la Asociación Española de

Neuropsiquiatría
ISSN: 0211-5735
aen@aen.es
Asociación Española de Neuropsiquiatría
España

Jalón, M.
Reseña de"La muerte" de Vladimir JANKÉLÉVITCH
Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, vol. XXVII, núm. 100, 2007, pp. 526-527
Asociación Española de Neuropsiquiatría
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=265019653028

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(254) 526 527 (255)
LIBROS LIBROS

ingesta de psicofármacos. Y su uso indiscri- deseo del deseo, hará que no muera la espe- Marco Aurelio), como Plotino y los padres cancelarse: ese genocidio que ha marcado
minado va acompañado de un mensaje que ranza del cambio. Sin duda, psicoanalistas, de la Iglesia. Pero la modernidad está muy psicológica y culturalmente la década final
forcluye al sujeto, que lo desresponsabiliza. psicólogos o psiquiatras encontrarán en presente: aparecen Gracián y Pascal, que del siglo XX o muchas discusiones de hoy
Se ha pasado de la responsabilidad subjeti- esta nueva revista un contrapunto y una resuenan en el siglo barroco; Schelling, en día.
va a la culpabilidad del neurotrasmisor. refrescante alternativa. Y la pregunta conti- Kierkegaard y Schopenhauer, que marcan
De manera que para la psiquiatría actual núa en el aire ¿ha dejado de ser la psiquia- cierto pensamiento del siglo XIX; y, ya en M. Jalón
la locura es fruto de una enfermedad bioló- tría y por extensión la asistencia en Salud su centuria, Unamuno y Bergson se perso-
gica que nada tiene que ver con la subjeti- Mental, un instrumento de control social? nan con sus juicios. Por otra parte,
vidad. Pero la locura, la psicosis es una Jankélévitch apela a la literatura, sobre Michihiko HACHIYA, Diario de Hiroshima
estructura subjetiva como se pone de mani- Fernando Mansilla Izquierdo todo a autores como Tolstoi, Andreiev o de un médico japonés (6 de agosto-30 de
fiesto cuando se escucha sin prisa. Bunin, pues sus padres siempre hablaron septiembre de 1945), Madrid, Turner,
La subjetividad es excluida del campo ruso en casa. Todo ello, sin guardar un 2005, 238 pp.
de lo psíquico, y por ello, el sujeto sólo en- Vladimir JANKÉLÉVITCH, La muerte, Valen- orden temporal básico.
cuentra su entidad como co-extensiva de cia, Pre-Textos, 2002, 444 pp., trad. y Pero Jankélévitch –autor de libros como Como trasfondo de las experiencias de
una organicidad que sólo le da como esta- pról. de Manuel Arranz. La paradoja de la moral, El perdón, El desvalimiento psicológico y de radical
tuto el de ser consumidos fundamentalmen- mal, La ironía, Lo puro y lo impuro– no extrañeza padecidos por miles de personas
te de medicamentos pero también de cuida- La muerte, afirma Jankélévitch (1903- sólo recrea muy diversas voces y reflexio- en las últimas décadas –nuevas deportacio-
dos, ya no es paciente, es usuario. 1985), es nuestra condición vital, «es el nes, sino que nos ofrece otros registros. nes, muros, exclusión de la ciudadanía;
Pero el psicoanálisis no está llamado a medio de vivir y el impedimento de vivir». Así, en esta obra casi atemporal, surge un huidas forzadas e imposibles; bombardeos
combatir el poder médico, sino que tiene un Sin embargo, la muerte carece de profundi- nombre clave de la medicina desde 1800, y mentiras planificados; reciclaje del colo-
saber que alivia a los humanos de lo real de dad para él, no es un abismo sino una com- Bichat; y tal referencia le remite a la apari- nialismo o del racismo; exaltación de las
sus síntomas, y su deber es transmitirlo. pañía inevitable y muy cerca de la normali- ción del par muerte-vida en la cultura del creencias occidentales– no deja de situarse
Los psicoanalistas pueden ayudar a impe- dad. Quizá por ello su ejercicio en este siglo XIX: es un saludo a sus padres, la destrucción extrema de ciudades iner-
dir, junto con otros, que en nombre de cual- libro gigantesco, de 1966, resulta ser envol- ambos médicos formados en Montpellier, mes, ese acoso aterrorizador que, hacia
quier universal se olvide la particularidad vente y casi atmosférico: Jankélévitch usa Anna Ryss y Samuel Jankélévitch, y algo mediados del siglo XX, se inició en la
de cada uno, y deben saber transmitir el un lenguaje coloquial pero injerta ciertos más. Su padre había querido escribir sobre España de la Guerra Civil, por el fascismo,
interés que tiene para todos esa particulari- vocablos técnicos y muy matizados; cada la muerte a partir de su experiencia clínica y que tuvo su cumbre en el Japón, como
dad, sea de sujeto neurótico o psicótico. poco, salta de la literatura a la filosofía, y y de sus copiosas lecturas. Pues él, que no herida abierta al concluirse la segunda
Como puede verse en estos párrafos de retorna desde la reflexión hasta el ejemplo sólo tradujo a Hegel, Schelling, Croce o Gran Guerra.
cada artículo, por sí solos mantienen el pulso concreto; va de los antiguos a los modernos Berdiaev, sino también una docena de El testimonio de Hachiya –director del
y despiertan sugerencias e interrogantes. Se con sus citas continuas, a la vez que cons- obras de Freud, gran amigo suyo. Y Hospital de Comunicaciones de Hiroshima
entiende, pues, que esta revista no disponga truye párrafos torrenciales que las corrobo- Vladimir Jankélévitch utiliza incluso en 1945– es un documento excepcional de
de un apartado sobre Debates, ya que toda ran, matizan o complementan. muchas de sus notas para su libro. este último cataclismo. Pues él pudo oír la
ella está dedicada a abrir el diálogo, la refle- Es La muerte un hermoso texto por su Además nunca olvidó, como vemos explosión atómica (y afortunadamente no
xión, las aportaciones y nuevos puntos de capacidad para arrojarse a las aguas del finalmente en La muerte, los campos de verla, pues se hubiera quedado ciego), un
vista. De manera que reflexionar sobre psi- pensamiento creador, por volcar ahí todos exterminio, campos que pese a todo no estallido intenso que afectó letalmente a
coanálisis y actualidad como reza el subtítu- los argumentos de su moralia y por desple- pudieron extirpar un universo de palabras y cien mil personas, al inicio, y emocional-
lo de la Revista, permite contemplar la gar su poderoso flujo verbal, muy legible de formas de introspección que nos consti- mente a muchísimas más: «Las sombras
actualidad como un artificio, fruto de los gracias al traductor. Su inspiración arranca tuye. De hecho, La muerte fue un volumen del jardín se desvanecieron, el panorama
amos que monopolizan la información. de una larga enseñanza oral así como de las iniciado durante la Resistencia. Y es más, poco antes luminoso y soleado era ahora
Seguro que en la revista SILENOS hay experiencias continuas como moralista y en su polémico librito Lo imprescriptible, oscuro, brumoso… Vi confusas siluetas
esperanza como declara Manuel Rebollo en gran lector que fue. Sus referencias lejanas que apareció póstumamente, planteará sin humanas, algunas parecían ánimas en pena,
el Editorial porque hay wishful thinking, el son tanto Platón o los estoicos (Epicteto y contemplaciones todo lo que nunca puede otras se movían con aire dolorido, con los
(254) 526 527 (255)
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ingesta de psicofármacos. Y su uso indiscri- deseo del deseo, hará que no muera la espe- Marco Aurelio), como Plotino y los padres cancelarse: ese genocidio que ha marcado
minado va acompañado de un mensaje que ranza del cambio. Sin duda, psicoanalistas, de la Iglesia. Pero la modernidad está muy psicológica y culturalmente la década final
forcluye al sujeto, que lo desresponsabiliza. psicólogos o psiquiatras encontrarán en presente: aparecen Gracián y Pascal, que del siglo XX o muchas discusiones de hoy
Se ha pasado de la responsabilidad subjeti- esta nueva revista un contrapunto y una resuenan en el siglo barroco; Schelling, en día.
va a la culpabilidad del neurotrasmisor. refrescante alternativa. Y la pregunta conti- Kierkegaard y Schopenhauer, que marcan
De manera que para la psiquiatría actual núa en el aire ¿ha dejado de ser la psiquia- cierto pensamiento del siglo XIX; y, ya en M. Jalón
la locura es fruto de una enfermedad bioló- tría y por extensión la asistencia en Salud su centuria, Unamuno y Bergson se perso-
gica que nada tiene que ver con la subjeti- Mental, un instrumento de control social? nan con sus juicios. Por otra parte,
vidad. Pero la locura, la psicosis es una Jankélévitch apela a la literatura, sobre Michihiko HACHIYA, Diario de Hiroshima
estructura subjetiva como se pone de mani- Fernando Mansilla Izquierdo todo a autores como Tolstoi, Andreiev o de un médico japonés (6 de agosto-30 de
fiesto cuando se escucha sin prisa. Bunin, pues sus padres siempre hablaron septiembre de 1945), Madrid, Turner,
La subjetividad es excluida del campo ruso en casa. Todo ello, sin guardar un 2005, 238 pp.
de lo psíquico, y por ello, el sujeto sólo en- Vladimir JANKÉLÉVITCH, La muerte, Valen- orden temporal básico.
cuentra su entidad como co-extensiva de cia, Pre-Textos, 2002, 444 pp., trad. y Pero Jankélévitch –autor de libros como Como trasfondo de las experiencias de
una organicidad que sólo le da como esta- pról. de Manuel Arranz. La paradoja de la moral, El perdón, El desvalimiento psicológico y de radical
tuto el de ser consumidos fundamentalmen- mal, La ironía, Lo puro y lo impuro– no extrañeza padecidos por miles de personas
te de medicamentos pero también de cuida- La muerte, afirma Jankélévitch (1903- sólo recrea muy diversas voces y reflexio- en las últimas décadas –nuevas deportacio-
dos, ya no es paciente, es usuario. 1985), es nuestra condición vital, «es el nes, sino que nos ofrece otros registros. nes, muros, exclusión de la ciudadanía;
Pero el psicoanálisis no está llamado a medio de vivir y el impedimento de vivir». Así, en esta obra casi atemporal, surge un huidas forzadas e imposibles; bombardeos
combatir el poder médico, sino que tiene un Sin embargo, la muerte carece de profundi- nombre clave de la medicina desde 1800, y mentiras planificados; reciclaje del colo-
saber que alivia a los humanos de lo real de dad para él, no es un abismo sino una com- Bichat; y tal referencia le remite a la apari- nialismo o del racismo; exaltación de las
sus síntomas, y su deber es transmitirlo. pañía inevitable y muy cerca de la normali- ción del par muerte-vida en la cultura del creencias occidentales– no deja de situarse
Los psicoanalistas pueden ayudar a impe- dad. Quizá por ello su ejercicio en este siglo XIX: es un saludo a sus padres, la destrucción extrema de ciudades iner-
dir, junto con otros, que en nombre de cual- libro gigantesco, de 1966, resulta ser envol- ambos médicos formados en Montpellier, mes, ese acoso aterrorizador que, hacia
quier universal se olvide la particularidad vente y casi atmosférico: Jankélévitch usa Anna Ryss y Samuel Jankélévitch, y algo mediados del siglo XX, se inició en la
de cada uno, y deben saber transmitir el un lenguaje coloquial pero injerta ciertos más. Su padre había querido escribir sobre España de la Guerra Civil, por el fascismo,
interés que tiene para todos esa particulari- vocablos técnicos y muy matizados; cada la muerte a partir de su experiencia clínica y que tuvo su cumbre en el Japón, como
dad, sea de sujeto neurótico o psicótico. poco, salta de la literatura a la filosofía, y y de sus copiosas lecturas. Pues él, que no herida abierta al concluirse la segunda
Como puede verse en estos párrafos de retorna desde la reflexión hasta el ejemplo sólo tradujo a Hegel, Schelling, Croce o Gran Guerra.
cada artículo, por sí solos mantienen el pulso concreto; va de los antiguos a los modernos Berdiaev, sino también una docena de El testimonio de Hachiya –director del
y despiertan sugerencias e interrogantes. Se con sus citas continuas, a la vez que cons- obras de Freud, gran amigo suyo. Y Hospital de Comunicaciones de Hiroshima
entiende, pues, que esta revista no disponga truye párrafos torrenciales que las corrobo- Vladimir Jankélévitch utiliza incluso en 1945– es un documento excepcional de
de un apartado sobre Debates, ya que toda ran, matizan o complementan. muchas de sus notas para su libro. este último cataclismo. Pues él pudo oír la
ella está dedicada a abrir el diálogo, la refle- Es La muerte un hermoso texto por su Además nunca olvidó, como vemos explosión atómica (y afortunadamente no
xión, las aportaciones y nuevos puntos de capacidad para arrojarse a las aguas del finalmente en La muerte, los campos de verla, pues se hubiera quedado ciego), un
vista. De manera que reflexionar sobre psi- pensamiento creador, por volcar ahí todos exterminio, campos que pese a todo no estallido intenso que afectó letalmente a
coanálisis y actualidad como reza el subtítu- los argumentos de su moralia y por desple- pudieron extirpar un universo de palabras y cien mil personas, al inicio, y emocional-
lo de la Revista, permite contemplar la gar su poderoso flujo verbal, muy legible de formas de introspección que nos consti- mente a muchísimas más: «Las sombras
actualidad como un artificio, fruto de los gracias al traductor. Su inspiración arranca tuye. De hecho, La muerte fue un volumen del jardín se desvanecieron, el panorama
amos que monopolizan la información. de una larga enseñanza oral así como de las iniciado durante la Resistencia. Y es más, poco antes luminoso y soleado era ahora
Seguro que en la revista SILENOS hay experiencias continuas como moralista y en su polémico librito Lo imprescriptible, oscuro, brumoso… Vi confusas siluetas
esperanza como declara Manuel Rebollo en gran lector que fue. Sus referencias lejanas que apareció póstumamente, planteará sin humanas, algunas parecían ánimas en pena,
el Editorial porque hay wishful thinking, el son tanto Platón o los estoicos (Epicteto y contemplaciones todo lo que nunca puede otras se movían con aire dolorido, con los

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