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La lectura nos hace más felices y nos ayuda a afrontar mejor la

existencia. Los lectores están más contentos y satisfechos que los no


lectores, en general son menos agresivos y más optimistas", afirma en un
estudio la Universidad de Roma III.

A partir de entrevistas a 1.100 personas, los investigadores aplicaron


índices como el de la medición de la felicidad de Veenhoven y escalas
como la Diener para registrar el grado de satisfacción con la vida

El diario español El País  recopiló seis datos científicos de por qué leer
nos hace felices:

Cada línea de lectura suma beneficios

De acuerdo al equipo de neurocientíficos de la Universidad de Emory, en


Atlanta, el estrés se reduce, la inteligencia emocional aumenta, así como
el desarrollo psicosocial, el autoconocimiento y el cultivo de la empatía.
Para llegar a esos resultados, siguieron las reacciones de 21 estudiantes
durante 19 días consecutivos.

modifica comportamientos

Keith Oatley, novelista y profesor de Psicología Cognitiva de la


Universidad de Toronto, asegura que la lectura puede incluso modificar
comportamientos a través de la identificación con los protagonistas de la
literatura.

Amplía la capacidad para comprender a los demás

Además de identificarse con el personaje, Antonella Fayer, psicóloga y


coach especializada en desarrollo de liderazgo, afirma que leer mejora
la capacidad para comprender las señales que envían otras
personas. "Las lecciones que encontramos en la literatura sobre dilemas
morales y emocionales son necesarias para cualquier persona", afirma
Fayer.

Conecta el cerebro

De acuerdo a El País, existen artículos en revistas especializadas que


dan cuenta de los resultados de resonancias magnéticas que revelan la
alta conectividad que se produce en el surco central del cerebro, región
del motor sensorial primario, y en la corteza temporal izquierda, el área
asociada al lenguaje, mientras se lee un libro.

En conclusión, leer hace que el cerebro trabaje zonas relacionadas con


cómo se concibe el mundo, mejora el lenguaje, incluso después de haber
concluido la lectura.

Activa el sistema visual

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), aprender a leer y


hacerlo con frecuencia activa el sistema visual en las regiones
especializadas en la forma escrita de las letras y también en las regiones
visuales primarias, es decir, aquellas que captan la información visual.

Además, activa el sistema que permite tomar consciencia de los sonidos


y establecer relaciones entre las letras escritas y los sonidos.

Predice el éxito profesional

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Oxford, la lectura por


placer predice el éxito profesional. Quienes se vuelven lectores
habituales durante la adolescencia tienen más posibilidades de
éxito profesional cuando son adultos.

Durante más de 20 años los investigadores analizaron los hábitos y


actividades de casi 20 mil jóvenes para conocer qué actividades
predecían el éxito profesional a los 30. Sólo la lectura (y no otras
actividades, como ir al cine o hacer deporte) logró tener un impacto
significativo en el éxito profesional.

como formar lectores: he ahí el desafío. Y no solo entre los


adolescentes. El mismo Borges hablaba de sus consejos para sus
alumnos en la Universidad:

No lo lean porque es famoso, no lean un libro porque es moderno,


no lean un libro porque es antiguo. Si un libro es tedioso para
ustedes, déjenlo. Ese libro no ha sido escrito para ustedes. La
lectura debe ser una forma de la felicidad […] Si Shakespeare les
interesa, está bien. Si les resulta tedioso, déjenlo. Shakespeare
no ha escrito aún para ustedes. Llegará un día en que
Shakespeare será digno de ustedes y ustedes serán dignos de
Shakespeare, pero mientras tanto no hay que apresurar las
cosas.

Ya habrá tiempo de leer a Shakespeare: Borges decía lo mismo,


unas décadas antes, que la encuesta de la plataforma TES. Para
esperar ese momento, los libros de Haddon, Boyne y J. K.
Rowling no están nada mal. Si hablamos de literatura en nuestro
idioma, podríamos decir que los adolescentes ya tendrán tiempo
de leer a Cervantes, a Fernando de Rojas o a Clarín. ¿Qué cien
libros en castellano sí tendrían que leer antes de terminar la
secundaria? Podríamos organizar una gran encuesta para
definirlo. Una encuesta entre lectores que conozcan sus
derechos, claro, los cuales quizá podrían resumirse en uno solo,
un postulado borgeano que irónicamente tiene forma de
obligación: la lectura debe ser una forma de la felicidad.

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