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Tema 35 Estados Unidos e Iberoamérica en Entreguerras (1919 - 1939) PDF
Tema 35 Estados Unidos e Iberoamérica en Entreguerras (1919 - 1939) PDF
Hiram Johnson en California, Woodrow Wilson en New Jersey y otros- llevó a sus
Estados legislación sobre control de empresas, servicios públicos, hospitales,
contaminación industrial, reservas naturales y escuelas aún más progresiva y
democrática que la implantada por el Gobierno federal. La era progresista no puso
fin a los problemas de la sociedad americana. Que la primera gran película de la
historia del cine -y primera e indiscutible obra maestra del nuevo arte- El
nacimiento de una nación (1915), de D. W. Griffith, fuera explícitamente racista,
revelaba el grado de cristalización que el racismo blanco tenía en el país, y no sólo
entre la elite sureña, sino también y sobre todo, entre los agricultores de los
estados del Oeste medio y entre los trabajadores inmigrantes y autóctonos del
Norte. Ya quedó dicho que el Ku Klux Klan reapareció hacia 1915 y que tuvo una
actividad particularmente intensa en la década de 1920. El "prohibicionismo" tuvo
consecuencias muy negativas. La venta clandestina de licor se convirtió, a lo largo
de esa década, en el gran negocio del "gansterismo" y del crimen organizado. La
lucha contra esa forma de criminalidad -que llevada a la literatura por novelistas
como Dashiell Hammett, Ellery Queen, S. S. Van Dine y Raymond Chandler y
luego al cine, constituyó la segunda gran épica del país- reveló la extensión que la
corrupción (policial y municipal, principalmente) aún tenía. El fraude político no
había desaparecido. El control de elecciones por métodos ilegales continuó.
Thomas J. Pendergast (Kansas City), Edward H. Crump (Memphis), James Michael
Curley (Boston) y Frank Hague (Jersey City), por citar sólo cuatro nombres, fueron
grandes "bosses" políticos de los años veinte y treinta y, como los de los años
anteriores, controlaban las elecciones de sus ciudades o estados por lo general
mediante grandes redes clientelares de sobornos y corrupción. Pero, con todo, la
política y la vida colectiva habían cambiado sustancialmente en unos pocos años.
Roosevelt y Wilson devolvieron a la Presidencia aquella dimensión verdaderamente
nacional que había tenido con Washington, Jefferson, Hamilton, Jackson y
Lincoln. Con ello, la democracia había avanzado considerablemente. Se había
recuperado al menos la que era probablemente una de las piezas angulares del
sistema norteamericano: la idea de que la Presidencia, abierta a cualquier
individuo por ser elegida por el pueblo, era la encarnación de la voluntad general.
Estados Unidos era una de las pocas democracias que sobrevivieron en una era
marcada por el triunfo de los totalitarismos y las dictaduras
Ello fue así porque Estados Unidos había hecho frente a la crisis de los treinta
mediante la reafirmación de los valores democráticos
Se hizo de acuerdo a la tradición política norteamericana: la clave de la
recuperación norteamericana radicó en el liderazgo de la presidencia de la
nación, encarnada desde 1933 por Franklin D. Roosevelt
La crisis del 29 fue, desde luego, una crisis económica y social, pero fue una
crisis que cuestionó además la credibilidad misma del sistema norteamericano
La crisis deshizo el mandato del republicano Herbert Hoover, que había
llegado a la presidencia en 1928 con la promesa de impulsar una etapa de
prosperidad y que, sorprendido por la depresión, creyó que el mercado mismo
terminaría por ajustar la economía
Millones de inversores se arruinaron. Se paralizaron la construcción y la
industria, el sector agrícola se hundió y se disparó el desempleo.
Las ciudades se llenaron de desempleados, de gente sin hogar, de largas y
patéticas colas ante las instituciones de caridad, de barriadas de chabolas
hechas de cartonajes y hojalata (Hoovervilles)
La violencia social (huelgas, cortes de carreteras y vías férreas, piquetes,
pillaje, delincuencia, etc.) se extendió por el país
En estas circunstancias, al candidato demócrata a la presidencia en las elecciones
de 1932, Roosevelt, le bastó con dar con una frase afortunada, la promesa de un
New Deal (nuevo trato), ofertar un nuevo contrato social al país para ganar
Su primer gran mérito como presidente fue convertir una frase, New Deal, en
un programa articulado, casi una revolución institucional que, preservando los
valores de la sociedad democrática, devolvió al país la confianza en su
capacidad para recobrar la prosperidad económica
El New Deal se materializó en un amplio conjunto de reformas económicas y
sociales
El primer New Deal (1933 – 1935) se propuso restablecer la confianza del país y
combatir el desempleo
En los “primeros 100 días”, tras cerrar todos los bancos y reabrir sólo los
bancos federales de reserva, aprobó una Ley de Emergencia Bancaria y una
Ley Económica (mar-1933) por las cuales creó un sistema de garantía estatal
de depósitos que permitió sanear muchos bancos y restablecer el mecanismo
de los créditos
En mar-1933 estableció la Dirección Federal de Ayudas Urgentes para
conceder préstamos en efectivo a los estados más afectados por la crisis y el
paro
En may-1933 creó la Dirección de Regulación Agrícola que proporcionó
subsidios y créditos a los agricultores, para limitar así la producción de ciertas
cosechas (algodón, tabaco y frutas) y estabilizar así los precios
Paralelamente se implantó el Servicio de Crédito a los Agricultores para
refinanciar las hipotecas sobre las granjas
En jun-1933 se estableció la Dirección para la Recuperación Nacional,
encargada de regular el trabajo infantil, la negociación colectiva, las jornadas
laborales y los salarios, y que creó unos “códigos” para la justa regulación de la
competencia empresarial y del trabajo
Una Ley de Valores de may-1933, reguló el funcionamiento de la bolsa y
estableció normas para impedir las especulaciones y el fraude bursátil
Todo ello se completó con muchas otras medidas –abandono del patrón oro,
legalización de la venta de vino y cerveza, devaluación del dólar-, que buscaban
provocar estímulos coyunturales a la economía
Tres programas de obras y trabajos públicos buscaban provocar estímulos
coyunturales a la economía:
WOODROW WILSON
El esfuerzo americano masivo ayudó lentamente el equilibrio en el favor de los aliados. Wilson
se presentó ante el Congreso en enero de 1918, para anunciar los blancos americanos--Los
Catorce puntos, el último de las cuales establecería "una asociación general de las naciones...
que producen garantías mutuas de independencia política y de la integridad territorial a los
estados grandes y pequeños igualmente. "Después de que los alemanes firmaran el Armisticio
en Noviembre de 1918, Wilson fue a París a intentar una paz duradera. El le presentó más
adelante al senado el tratado de Versalles, el cual contenía el Convenio de la Liga de
Naciones, y pregunto, "nos atreveremos a rechazarlo y a romper el corazón del mundo? " Pero
la elección de 1918 había cambiado el equilibrio en el Congreso a los republicanos. Por siete
votos el tratado de Versalles falló en el senado. El presidente, en contra de las alertas de sus
doctores, había hecho una gira nacional para movilizar el sentimiento público hacia el tratado.
Agotado, sufrió un ataque y casi muere. Cuidadosamente atendido por su segunda esposa,
Edith Bolling Galt, vivió hasta el 1924
Al igual que lo había hecho Theodore-Roosevelt antes previamente, Woodrow Wilson se veía a si mismo
como el representante personal del pueblo. Solía decir que "Sólo se espera del Presidente, y de nadie más,
para que cuide los intereses de la nación. Llevó adelante un programa de reformas progresistas y un firme
liderazgo en el marco internacional en la construcción de un nuevo orden. En 1917 proclamó el ingreso
de los Estados Unidos en la Primer Guerra Mundial como una cruzada para hacer del mundo seguro para
la democracia.
Wilson había sido testigo de los horrores de la guerra. Nació en Virginia en 1856, hijo de un ministro
presbiteriano que durante la Guerra Civil fue pastor en Augusta, Georgia, y durante la Reconstrucción
cumplió los roles de profesor en la abrasada ciudad de Columbia en Carolina del Sur.
Wilson progresó de manera acelerada como un joven profesor conservador de ciencia política lo cual lo
llevó al puesto de presidente de Pinceton en 1902.
Fue postulado para la presidencia en la Convención Demócrata de 1912 y llevó adelante la campaña de se
programa denominado Nueva Libertad, que hacía hincapié el individualismo y los derechos de los
Estados. En una elección que competían firmemente tres candidatos, sólo recibió el 42% de los votos
populares, pero un aplastante victoria en los votos electorales.
Wilson introdujo en el Congreso tres proyectos legislativos de gran envergadura. El primero de ellos fue
el Acta Underwood que proveía una rebaja en las tazas proteccionistas. Adjunta a dicha acta iba un
graduado aumento federal de los impuestos a las ganancias. El pasaje del Acta de la Reserva Federal
dotaba al país con el abastecimiento más elástico de dinero que tanto necesitaba. En 1914, la legislación
antitrust estableció una Comisión Federal de Comercio para prohibir prácticas de negocios deshonestas.
En 1916 tuvo lugar otro incremento en la actividad legislativa. Una ley prohibía el trabajo infantil y otra
reducía la jornada laboral de los ferroviarios a 8 horas diarias. Gracias a esta legislación y el eslogan "nos
mantuvo fuera de la guerra", Wilson obtuvo la reelección por un estrecho margen de votos.
Pero luego de la elección, Wilson llegó a la conclusión de que Estados Unidos no podría mantenerse
neutral en la Gran Guerra. El 2 de abril de 1917, solicitó al Congreso la declaración de guerra a Alemania.
El esfuerzo masivo de Estados Unidos, inclinó levemente la balanza en favor de los Aliados. Wilson se
presentó ante el Congreso en 1918, a declarar los objetivos de Estados Unidos - los Catorce Puntos, el
último de los cuales establecía: "Una asociación general de naciones... que proporcione mutuas garantías
de independencia política e integridad territorial a grandes y pequeños países por igual.
Luego de la firma del armisticio por parte de los alemanes en noviembre de 1918, Wilson fue a París para
intentar construir una paz duradera. Más tarde, presentó al Senado el Tratado de Versailles, que contenía
el Convenio de la Liga de Naciones y preguntó "¿Nos atreveremos a rechazarlo y romperle el corazón al
mundo?".
Pero la elección de 1918 había cambiado el balance en el Congreso en favor de los Republicanos. Por 7
votos, el Tratado de Versailles no fue aprobado en el Senado.
El Presidente, contra los consejos de sus doctores, hizo una gira nacional con el intento de movilizar de
sentir popular por el Tratado. Exhausto, sufrió un infarto lo que casi le cuesta la vida. Al cuidado de su
segunda esposa, Edith Bolling Galt, vivió hasta el año 1924.