Está en la página 1de 6

Trabajo Práctico 1 - Sociología de la cultura

Paula Daniela Carreira

1) Desarrollar las tensiones cultura-naturaleza con Schnaith, Caruso y Savater. Explicitar por qué la
naturaleza sería "interior" a la cultura y no "anterior".

A lo largo de la historia de la humanidad ha existido una constante preocupación por definir al ser
humano, así como a su relación con su entorno. A raíz de estas tensiones surgen los terminos
"naturaleza" y "cultura". Sin embargo, aún en la actualidad no están del todo claros y suscitan una
constante reelavoración en su definición. Si tomamos por ejemplo el término "naturaleza" vemos que
incluso hoy en día hay una disparidad en su definición que cambia según el contexto social e incluso
cambia según su uso. Por ejemplo, no es lo mismo hablar de la naturaleza de las cosas (es decir lo
inherente a las cosas) y de la Naturaleza (como todo lo relacionado a lo que nos resulta ajeno a nosotros
como humanos).

Savater en su texto, nos muestra la gran variedad de interpretaciones dadas a este término. Hay
quienes consideran naturaleza a todas las cosas conocidas (animadas y no animadas) que existen o
pueden existir (esta asepción podría ser considerada la más biologicista). También se ha utilizado el
concepto para separar lo "natural" (lo que surge de manera espontánea, que tiene su principio y su
finalidad en sí mismo) de lo "artificial" (lo que esfruto del arte o de la técnica aplicada por los humanos).
En ocasiones se contrapuso el concepto de "naturaleza" a "cultura", tomando al primero como lo innato,
y a al segundo como lo aprendido, teniendo muchas veces este último, una valoración negativa con
respecto al primero. En muchos otros casos se dió a la inversa: se puso a la cultura por encima de lo
natural, lo "salvaje". Sin embargo, y a pesar de estas tensiones, es claro que estos dos términos nunca
podrán disociarse, puesto que son en función del otro.

Nelly Schnaith, por su parte, adopta un concepto de cultura, en donde ésta no funciona como
antítesis de la naturaleza, ni como visagra entre ésta y el hombre, sino que engloba todo lo que somos.
Es decir, la naturaleza no nos es ajena, sino que está definida por la cultura, le damos entidad gracias a la
cultura. Es por eso que la autora habla de que la "naturaleza" es interior a la "cultura", ya que está
contenida por ésta, y no es un estado previo del ser humano.

Schnaith habla de tres dimensiones de la cultura para reforzar este punto:

-La cultura como experiencia vivida (la cultura no es un freno a la naturaleza sino una expresión intuída,
sin reflexión).

-La cultura como dimensión conciente de la vida social (es decir, su representación, su "espejo crítico").

-La cultura como dimensión no conciente de la vida social (como conjunto de convenciones
estructurantes de la sociedad).

Es decir, la cultura moldea la naturaleza puesto que, sin cultura, los humanos no tendríamos ni siquiera
el concepto de "naturaleza".
Caruso, por último, realiza una especie de síntesis del texto de Schnatih, agregando algunas
definiciones al comienzo como por ejemplo, la cultura definida como segunda naturaleza (es decir como
pasaje del hombre de lo natural a lo social), la postura biologicista mencionada anteriormente (en donde
la cultura está inlcuída en la naturaleza, o sea, todo es naturaleza) y la definición funcionalista (en donde
se pone a la cultura en función de la naturaleza, es decir que funciona como su expresión).

2) ¿Qué idea de cultura extraés del mito de Prometeo? ¿Por qué podemos pensar los mitos como
cantera para la producción simbólica y no sólo como dogma?

Existen innumerables reversiones del mito de Prometeo. En el texto de García Gual se


narra la versión que Platón pone en labios de Protágoras, en donde el narrador lo utiliza a modo de
ejemplificación para su exposición. Esta primer versión coincide con una visión optimista del desarrollo
de la humanidad, ya que se plantea un progreso del ser humano, tanto en lo material como en lo
espiritual. El autor menciona en contrapartida la versión de Hesíodo, atravesada por un visión pesimista
en donde el hombre sufre una caída irremediable desde la Edad de Oro hasta la Edad de Hierro. Por otro
lado, la visión romántica de este mito (se toma como ejemplo la de Esquilo), toma la figura de Prometeo
y la reversiona en una figura de héroe trágico que lucha contra la tiranía del despótico Zeus.

Todas estas reversiones nos muestran como un simple relato se puede convertir en bandera para
una visión y su opuesta a la vez, es decir, cada quien puede reconvertirla a su conveniencia y omitir o
remarcar los personajes o fragmentos que deseen. En el caso de la versión de Protágoras, por ejemplo,
casi no se hace referencia al castigo de Prometeo impuesto por Zeus, relacionado con la aparición de
Pandora, puesto que este punto no era necesario para el relato del griego. De esta manera, estas
reversiones dan paso a una relectura de los símbolos que se mantiene constantemente en movimiento,
es decir, que las reinterpretaciones que se den de un mismo mito son infinitas. Tanto es así, que en
muchos casos se utiliza este mito, no sólo por su contenido (reinterpretado según quien lo tome) sino
que se le agrega un valor estético ya sea dándole forma de poema, de pintura o de obra musical (y de
muchas otras cosas).

A pesar de esta multiplicidad de versiones, podría extraerse, de este mito, el concepto de cultura
en tanto pasaje del ser humano desde lo natural a lo social. Si bien, este pasaje puede ser interpretado
positiva o negativamente como se mencionó (versión de Protágoras y Hesíodo), en ambos casos existe
un desplazamiento del hombre desde su origen natural hacia un estadío social, es decir que se toma a la
naturaleza como algo anterior a la cultura (esto difiere con lo mencionado en el primer punto sobre la
concepción de cultura de Schnaith), y no como una relación de reciprocidad ni de contención.

3) Desarrollar las distintas concepciones de cultura vistas con Canclini y ensayar una propia.

García Canclini desarrolla tres definiciones del concepto de cultura: desde la filosofía idealista
alemana, desde la antropología social y desde la mirada marxista.

En el primer caso, se define "cultura" en contraposición con el término "civilización". La cultura


abarca el mundo de los valores, las creaciones espirituales, el perfeccionamiento moral, intelectual y
estético. Mientras que la civilización comprende el campo de las actividades técnicas y económicas, es
decir, los bienes y actividades inferiores, necesarios para la supervivencia y el avance material, pero que
no contribuyen a la dignificación del hombre. De hecho, se plantea un posible surgimiento del concepto
vulgar actual del término cultura en esta rama del pensamiento.

Sin embargo, el autor contrapone dos objeciones a esta definición. En primer lugar, objeta que este
concepto de dualidad es anterior (material-espiritual, cuerpo-alma, trabajo-conciencia), y que es sólo
una forma de maquillar y reforzar una vieja concepción en donde se justifica una organización social
dividida (que se acentúa con el sistema capitalista). En segundo lugar, mantiene que ésta es una postura
idealista y etnocéntrica, en donde se naturaliza y justifica, como mecioné anteriormente, la división
entre clases sociales y sociedades, por medio de un corrimiento del problema social: este problema no
se centra en la existencia en sí de estas divisiones, sino en cómo las sociedades "incultas" pueden
acceder a esa "cultura", definida en primer término por la sociedad dominante.

En el segundo caso, el término se vuelve bastante más amplio, siendo que se define como todo
lo producido por los hombres, es decir, se lo contrapone al término "naturaleza" (como se menciona
también en el texto de Savater). Aquí podemos mencionar el aporte del antropólogo estructuralista Lévi-
Strauss, quien planteó un análisis y relación de las diferentes culturas de forma espacial y no temporal,
ya que sostenía que el progreso no era continuo sino que iba por saltos. Esto dió paso al relativismo
cultural, gran avance, considerando la primer definición mencionada. Sin embargo, este relativismo
cultural también trajo aparejados varios incnvenientes: ¿Cómo construir un saber universal sin que se
imponga un patrón sobre otro?, ¿Cómo establecer criterios supraculturales de convivencia e
integración?. Estos inconvenientes fueron puestos en evidencia en la redacción del Proyecto de
Declaración de los Derechos del Hombre por parte de la Asociación Americana, ya que el autor destaca
lo inevitable de recaer en el etnocentrismo, redactando un proyecto desde una cultura determinada, en
una lengua determinada. Además, esta postura engloba todos los estadios de la sociedad, sin
jerarquizarlos y sostiene que cada cultura debe ser comprendida según sus propias leyes y parámetros, y
no en un contexto globalizado, algo completamente imposible en la actualidad. De hecho, Canclini
explica el rol de las diversas culturas dentro del sistema capitalista, en donde se definen dos tipos de
etnocentrismo: el monopólico (que tiende a anular toda organización social que le resulte disfuncional) y
el del oprimido (a quién sólo le queda como opción entregarse a la lógica del monopolio, o luchar
reafirmando su soberanía económica y su identidad cultural, aunque corre el riesgo de caer en una
sobreestimación de lo propio).

En tercer y último lugar, se expone la idea marxista de la división social en "estructura" (base
económica y vida civil), que moldea la "superestructura" (instituciones jurídico-políticas y formas de
cociencia social). Canclini, además expone su propia idea de cultura, comparándola con esta última
definición, en donde se plantea a la cultura como escenario de la lucha por la hegemonía, es decir como
elemento de poder. El autor dice que en el sistema capitalista existen diferentes formas de poder, a
saber, el poder económico (que según Marx era el poder y problema originario de la lucha de clases), el
poder cultural y el poder coercitivo. El poder cultural cumple un rol fundamental en el control de una
sociedad, puesto que es el poder que legitima la estructura dominante y la naturaliza, oculta la violencia
que implica la adaptación de un individuo a un sistema en cuya construcción no participó.
En mi opinión, la interminable contienda por la definición de este término no radica en el
término en sí, sino que surge, en primera instancia de una necesidad, a mi saber, injustificada, del ser
humano de creerse ajeno al mundo que lo rodea. Si bien, desde el momento en que existe la conciencia
de uno como ser, también existe la conciencia del otro, no creo que eso necesariamente deba conllevar a
la búsqueda de un despredimiento de nuestro entorno. En segunda instancia, considero que esa
tendencia viene dada por una necesidad de poder, que, al vivir en sociedad, muchas veces debemos
"camuflar" debido a las leyes de convivencia existentes, pero que se reflejan en esta creencia de que los
seres humanos debemos separar la cultura de la naturaleza. Quiero decir con esto, que considero a la
cultura como parte de la naturaleza, y no a la inversa, como describe Nelly Schnaith en su texto. De
hecho, creo que ni siquiera deberíamos separar ambos conceptos, sino analizar la cultura como una
expresión de la Naturaleza y de la naturaleza humana en particular.

4) ¿De qué se ocupa la sociología? ¿Cuál es su relación con las otras ciencias? ¿Por qué es una ciencia
difícil? Desarrollar Comte, Marx, Durkheim y Weber.

La Sociología es la ciencia que estudia la sociedad. Desde sus inicios, el objeto de estudio de esta
ciencia la convirtió en blanco de reiteradas críticas y revisiones, puesto que es sumamente complicada su
delimitación, ya que la sociedad es algo que está constantemente en movimiento, cambia a lo largo de la
historia y del espacio, sin mencionar que el investigador forma parte ella. Además, suele ser una ciencia
muy criticada, puesto que tiene como objetivo cuestionar y entender patrones de comportamiento que,
en muchos casos, se encuentran demasiado arraigado en nuestras mentes. A esto se le suman intereses
de poder, como menciona Bourdieu en su entrevista con La recherche, "sus objetos son espacios de
lucha: cosas que se esconden, que se censuran; por las cuales se está dispuesto a morir". Es por esta
razón que también se la considera una ciencia difícil, ya que en muchos casos, y a raíz de estas luchas de
poder, sus teorías se vuelven indemostrables. La sociología se critica y critica, incluso a todas las otras
ciencias, ya que todas ellas surgen y se desarrollan en un contexto social.

El desarrollo de la Sociología como ciencia social fue relativamente tardío, debido a sus múltiples
complicaciones antes mencionadas. Esta ciencia surgió de la necesidad de respuesta a profundos
cambios sociales, tales como la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Los precursores de esta
rama del conocimiento fueron Claude-Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon (1760-1825), y su
discípulo Auguste Comte (1798-1857). Este pensador, considerado el precursor del pensamiento
positivista, dió incontables nombres a la Sociología ("física social", "ciencia sociológica", "ciencia del
comportamiento social", "sociología positiva", "física social", "física sociológica", etc.). Él afirmaba que
esta ciencia debía mantener el método de estudio de las ciencias duras, más particularmente el de la
biología, es decir, poseía un método inductista (de observación, experimentación y comparación), para
luego lograr formar leyes abarcativas que nuclearan estos datos. Finalmente, terminará adoptando
también el método histórico. Comte era estructuralista, es decir, creía que la estructura condicionaba el
accionar de cada individuo. Además poseía una enfoque holísitico, ya que creía en la naturaleza colectiva
de los fenómenos sociales. Creía que el estudio de las cosas debía ir desde las leyes más generales (y
más sencillas) hasta las más particulares. Es decir, primero había que estudiar los fenómenos
astronómicos, luego los físicos, los químicos y por último los fisiológicos; los sociales estaban incluídos
dentro de esta última división, pero el problema estaba en que era una área de estudio demasiado
grande como para formar parte de otro área. Esto, en un contexto de especialización del conocimiento ,
dió lugar al inevitable desprendimiento de la Sociología como una ciencia a parte, a la cual Auguste
Comte dió su actual denominación.

Si bien Karl Marx (1818-1883) no fue un sociólogo propiamente dicho, se lo considera uno de los
fundadores de esta ciencia, debido a sus diversos aportes a cerca del funcionamiento de la sociedad
capitalista. Marx consideraba que la historia de la humanidad estaba condicionada e impulsada por las
permanentes tensiones dentro de las clases sociales, y que a su vez, estas clases sociales, estaban
delimitadas por diferencias económicas (estructura) que moldeaban conciencias sociales e ideológicas
dispares (superestructura). A diferencia de la visión positivista de Comte y, posteriormente de Durkheim,
Marx creía que no había que limitarse a entender al mundo, sino buscar cambiarlo, y creía que eso
surgiría del levantamiento de la clase proletaria contra la clase burguesa opresora. Al igual que su
antecesor, era estructuralista y economicista, como se explicó anteriormente. Poseía un metodo de
estudio dialéctico, puesto que partía de una realidad observada, generaba un pensamiento abstracto y
buscaba aplicarlo a la realidad para lograr modificarla, es decir, Marx, con sus escritos, buscaba tener
claramente una influencia en las clases sociales ("¡Proletarios de todos los países, uníos!"). Este método
de estudio estaba estrechamente relacionado con su visión de la historia, puesto que él consideraba que
había que concebir a la sociedad como una totalidad, y su desarrollo histórico a partir de las
contradicciones. Tenía un enfoque metodológico holísitico, como se acaba de mencionar, así como una
visión historicista y evolucionista.

Otro de los grandes fundadores de la Sociología fue Émile Durkheim (1858-1917). Con Durkheim
se termina de consolidar en gran parte la Sociología como la conocemos hoy en día. Poseía una postura
positivista, al igual que Auguste Comte, y creía en el monismo metodológico, es decir, la aplicación de un
mismo método para todas las ciencias. Buscaba descubrir las leyes naturales y universales que rigen a la
sociedad toda. Tenía una visión estructuralista al igual que Comte y Marx, aunque a diferencia de este
último, consideraba que la voluntad humana no alcanzaba para cambiar la sociedad. Durkheim se dedicó
al estudio de los hechos sociales, tomados como "realidades", a los que atribuyó cuatro características:
objetividad (ya que para él constituían realidades dadas al observador, y no eran construcciones de éste),
exterioridad (los hechos eran ajenos a las conciencias sociales), imperatividad (ejercían una presión y
coersión sobre el accionar de los individuos) y generalidad (poseían una existencia propia, independiente
de sus manifestaciones individuales). Además los clasificó según su consolidación (cristalizados -normas
o leyes- y espontáneos -corrientes o movimientos sociales-) y según su fisiología/anatomía (dinámica y
estática). Poseía un enfoque holístico (lo que lo llevó a buscar separar la Sociología de la Psicología).
Además buscó la formación de un programa de investigación para la Sociología como disciplina
institucionalizada, que constaba de tres pasos: 1) debate con autores clásicos y contemporáneos, 2)
delimitación de objeto y método de estudio, 3) aplicación práctica para solucionar crisis sociales. A
diferencia de Marx, poseía una visión ahistórica de la sociedad, ya que, como se mencionó
anteriormente, buscaba descubrir leyes universales que englobaran todos los casos particulares.

Por último, nos encontramos con Max Weber (1864-1920), quien le sumó una mirada un poco
diferente a la Sociología. Weber poseía un enfoque metodológico individualista, puesto que consideraba
que la acción social conllevaba una modificación de la estructura reinante. Para lograr comprender esta
acción social, se necesitaba de un método interpretativo, explicativo. Él dividía esta comprensión en
actual, es decir, la captación inmediata que se tiene del significado de una acción, y en explicativa, o sea,
el sentido que tiene esa acción. Para poder llevar a cabo su comprensión, se basa en determinadas
herramientas analíticas denominadas tipos conceptuales o ideales puros:

-Acción racional-instrumental (una acción que posee un objetivo y que sirve de instrumento para
lograrlo).

-Acción racional con arreglo a valores (se considera el valor en sí de la acción y no sus resultados).

-Acción emotivo-reactiva (movida por una emoción/reacción).

-Acción tradicional (realizada por costumbre o hábito).

Su método de estudio consistía en comparar cada acción social con estos tipos y establecer una distancia
o acercamiento de los mismos con la realidad. Era una forma de lograr sistematizar sus obsevaciones. A
diferencia de sus predecesores, Weber no buscaba leyes generales, sino comprender las causas detrás
de cada una de estas acciones sociales. Además, al igual que Marx, era historicista, ya que poseía una
mirada contextual de su objeto de estudio. Sin embargo, no tenía la mirada economicista que tenía Marx
(esto se demuestra en su libro "La ética protestante y el espíritu del capitalismo", en donde se explica
que el surgimiento del capitalismo proviene de causas más religiosas que económicas).

También podría gustarte