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La Psicoterapia: ¿Oficio sin Ciencia y Ciencia sin Oficio?

Psychotherapy: Practice without Science or Science without Practice?

MARIANE KRAUSE
Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago

Resumen Abstract
En este ensayo se analiza el persistente divorcio entre la prác- This article analyzes the persistent divorce between clini-
tica clínica y la investigación en psicoterapia. Se examinan cal practice and research in psychotherapy, examining the
las razones subyacentes al problema en ambos contextos. En underlying reasons in both contexts. With respect to clini-
cuanto a la práctica clínica, se discuten las características de cal practice, the article discusses the characteristics of the
la enseñanza de la psicoterapia, las escuelas terapéuticas como teaching of psychotherapy, therapeutic schools as commu-
comunidades y los temores a la investigación. En lo que atañe nities, and the fear of research. In the case of research in psy-
a la investigación en psicoterapia, se analizan los resultados chotherapy, the article analyzes research results regarding the
que ofrece esta sobre la efectividad de la psicoterapia, sobre la effectiveness of psychotherapy, the therapeutic alliance, and
alianza terapéutica y sobre elementos del proceso. El ensayo the elements of the process. Finally, it presents some of the
concluye con la presentación de algunas transformaciones de transformations in research and its dissemination, which can
la investigación y su difusión que pueden aportar al acerca- contribute to closing the gap between practice and science in
miento entre oficio y ciencia en psicoterapia. psychotherapy.
Palabras clave: ejercicio clínico, investigación en psicoterapia, Keywords: clinical practice, research in psychotherapy,
psicoterapia. psychotherapy.

La correspondencia referida a este ensayo deberá ser dirigida a Mariane Krause, mkrause@uc.cl

artículo de reflexión
R ECIBIDO: 30 DE NOV IEM BR E DEL 2010 - ACEPTA DO: 10 DE M A R ZO DEL 2011

* Este ensayo incluye resultados de investigación cuya generación fue apoyada por el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (Fondecyt) chileno,
proyecto n.º 1080136.

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La Brecha entre Ejercicio Clínico de estos ejemplos, que, cuando acontecen, me


e Investigación obligan a reflexionar sobre mi propia profesión
Este ensayo profundiza en una tensión no y sobre cuán alejada está la mayoría de los psi-
resuelta en psicoterapia relacionada con la fra- coterapeutas de “consumir” cotidianamente los
gilidad de su fundamentación empírica, con su productos que les ofrece la investigación clínica
vínculo —demasiado débil— con la evidencia y psicoterapéutica.
empírica que aporta la investigación del área. Pero el problema no está solamente en el
Para el sentido común, al igual que para la opi- polo del profesional, como ilustra el siguiente
nión académica, resulta totalmente obvio que un ejemplo.
profesional debería nutrir su quehacer con los
avances científicos de su disciplina. Si bien exis- Ejemplo 2: una Clase
ten numerosas revistas científicas que publican con Alumnos de Pregrado
resultados de investigación en el ámbito clínico Hace unas semanas fui invitada por una
y psicoterapéutico, estos resultados son poco colega a dictar una clase en un curso de psi-
leídos por los clínicos (Gunderson & Gabbard, cología clínica, para alumnos de pregrado de
1999; Jiménez, 2007; Morrow-Bradley & Elliott, dicha disciplina, con la finalidad de ofrecerles
1986) y aun por los investigadores (Orlinsky, una visión general sobre la investigación en psi-
2007). Cabe decir que los resultados de investi- coterapia y —ojalá— motivarlos a involucrarse
gaciones científicas en psicoterapia se consumen con ella, ya sea como lectores o como futuros
poco, por lo que no es suficiente constatar que investigadores. En la discusión final, uno de los
demuestran la eficacia de esta, pues ello de nada estudiantes volvió sobre uno de los tantos ante-
sirve si la investigación no es capaz de nutrir la cedentes empíricos que yo había entregado: el
práctica en forma sistemática. porcentaje de varianza, en cuanto al efecto de la
A lo largo del escrito describiré este pro- psicoterapia, que es explicado por la alianza te-
blema y relacionaré su persistencia en el tiempo rapéutica. Le ratifiqué lo ya dicho: “de acuerdo
tanto con condiciones propias de la práctica clí- con Barber (2010), quien a su vez concuerda con
nica como con características de la investigación muchos otros investigadores, la alianza predi-
y sus resultados. Quisiera comenzar con dos ce algo más del 5% de los resultados”. “¿Enton-
narraciones de hechos de mi vida cotidiana, que ces el 95% permanece inexplicado?” replica el
son ejemplos ilustrativos del problema. alumno. “Bueno”, digo yo, “inexplicado o bien
explicado por otras variables... En todo caso,
Ejemplo 1: el Comportamiento queda mucho por investigar”. Mi pensamiento
de mi Médico posterior fue: es un poco difícil motivar a los
El médico con quien he consultado y reali- estudiantes a consumir literatura que incluya
zado mis controles de rutina durante los últimos evidencia empírica acerca de la psicoterapia y
quince años con frecuencia realiza comentarios su efectividad, si en la práctica dicha evidencia
del siguiente tipo: “hasta hace dos años atrás el es tan limitada que no puede realmente nutrir
tratamiento recomendado en estos casos era X, su oficio de psicoterapeutas.
pero actualmente hay suficiente evidencia que Lo que estoy planteando no es nuevo: la
aconseja preferir Y”. O bien, relata: “El sábado, brecha entre la investigación y la psicoterapia
cuando estaba estudiando (¡nótese que mi mé- es casi tan antigua como lo es la primera, y ha
dico tiene más de 60 años!), leí un paper que sido históricamente lamentada por muchos (Ji-
desaconsejaba este tratamiento, porque aumen- ménez, 2002; Maling & Howard, 1994; Orlinsky,
taría el riesgo de cáncer”. Podría citar decenas 1994b), aunque más por investigadores que por

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psicoterapeutas. Sin embargo, considerando su mismo, nutren la enseñanza de la clínica. Los


persistencia, no se le puede considerar un tema escritos conceptuales son más amigables, a veces
agotado, sino todo lo contrario. Justamente en el extraordinariamente inspiradores. Un ejemplo
momento actual de desarrollo de la disciplina, actual de lo señalado son los trabajos de Stern
cuando desde los servicios sanitarios, los segu- (2004). Este tipo de textos “forman”, en tanto los
ros y las políticas de salud se habla de “psicote- papers “informan”. Por lo tanto, la escisión viene
rapia basada en la evidencia”, resulta imperioso desde la literatura disponible: es allí donde encon-
profundizar en las razones que mantienen abier- tramos la brecha entre lo teórico y lo empírico.
ta la “brecha” (Maling & Howard, 1994) que im- El problema, entonces, viene “desde la
pide que la investigación nutra ampliamente el cuna”, ya que los futuros psicoterapeutas están
ejercicio clínico. escasamente expuestos a los resultados de la
A lo largo de este ensayo analizaré las con- investigación en psicoterapia durante su forma-
diciones que a mi entender subyacen a la brecha, ción. Como si este imprinting inicial no fuese ya
tanto en el polo del ejercicio clínico como en el razón suficiente, durante el ejercicio profesional
de la investigación. la brecha también continúa abriéndose, por ra-
zones que expondré a continuación.
Condiciones Vinculadas
al Ejercicio Clínico El Ejercicio Profesional en Comunidades
¿Por qué los clínicos se nutren poco de la de Pensamiento Autosustentadas
investigación en psicoterapia? Es imposible res- El psicoterapeuta está inmerso en la co-
ponder esta pregunta sin mirar la enseñanza de munidad de su escuela psicoterapéutica, donde
la clínica y analizar desde dónde se nutre esta. obtiene supervisión, retroalimentación en dis-
cusiones de caso y nuevos conceptos en eventos
La Investigación Poco Presente académico-clínicos. Los clínicos, por lo tanto,
en la Enseñanza no necesitan de la investigación en psicoterapia
A diferencia de lo que sucede, por ejem- para su ejercicio profesional, ya que se nutren
plo, con la enseñanza de la psicología social —al de su experiencia inmediata, de la supervisión
menos la que prevalece en Estados Unidos—, en y de la teoría.
psicología clínica no necesariamente se enseña No obstante, van quedando atrás los tiem-
lo que arrojan las investigaciones empíricas1. En pos de predominio de la práctica privada; la
la literatura que potencialmente podría nutrir la psicoterapia se incorpora crecientemente al
enseñanza de la clínica y la psicoterapia coexis- ejercicio de la salud pública, con lo que que-
ten textos conceptuales —que presentan el pen- da expuesta, también, a la exigencia de probar
samiento de determinadas “escuelas” y que con su efectividad y costo-efectividad (Jiménez,
frecuencia prescinden del dato empírico, basa- 2002), que trascienden los límites de corrientes
dos mayoritariamente en la ilustración a partir teóricas particulares. La exigencia de valida-
de casos— con otros que muestran resultados ción empírica de los procedimientos psicote-
empíricos en el formato clásico de paper de in- rapéuticos, proveniente del contexto social y
vestigación. Sin embargo, al menos en nuestro político en que se ejerce la profesión, abre así
subcontinente, parecen ser los primeros los que una puerta entre los estancos de la práctica y
gozan de mayor popularidad y los que, por lo la investigación. Parece entonces inevitable una
mayor apertura desde la clínica a la investiga-
1 Estoy incluyendo la investigación cualitativa en la no-
ción, pero ello constituye un terreno fértil para
ción de “empírico”. el desarrollo de temores.

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La Investigación como Amenaza resulten más interesantes, ya que enfrentarse a


Como fuerza opositora a la necesidad de tablas repletas de signos y números es poco mo-
consumo de investigación, aparece como barre- tivador. Por esto mismo, resultan más amigables
ra el temor a la destrucción de la propia teoría te- los estudios cualitativos, que presentan sus re-
rapéutica. Considerando que se ha demostrado sultados con datos más cercanos al caso clíni-
el valor de la teoría del terapeuta como vehículo co. Adicionalmente, resulta poco motivador lo
de cambio (Frank, 1982; Frank & Frank, 1991; microscópico de las investigaciones que, por su
Krause, 2005), el temor a que los resultados de extrema especificidad, con frecuencia no resuel-
investigación, con su asepsia teórica, pudieran ven las preocupaciones de un psicoterapeuta.
destruir parte de las herramientas del terapeuta Por ambas razones, leer investigación puede ser
puede considerarse realista. No obstante, no es aburrido, y a veces no solamente para el clínico
esta la experiencia de aquellos clínicos que, de (Orlinsky, 2007).
hecho, se han involucrado profundamente con
la investigación (Jiménez, 2002; Safran & Mu- Condiciones Radicadas
ran, 1994). Ellos más bien sostienen que, sobre- en la Investigación
pasado un momento de incertidumbre inicial, Las condiciones radicadas en el polo de la
la investigación mejora su desempeño terapéu- producción de la investigación en psicoterapia
tico, al proveerlos de una “actitud empírica” (Ji- tienen que ver con los resultados de esta y con
ménez, 2002) que permite la interacción de sus el formato de su difusión. Lo que hoy en día no
observaciones clínicas con su teoría, evitando el se puede decir de la investigación es que haya
sesgo confirmatorio en relación con esta última. fracasado en demostrar la efectividad de la psi-
Esto, junto con una mayor claridad conceptual, coterapia. Por lo tanto, esa no es una razón para
sería una suerte de antídoto para la ideologiza- su falta de consumo. No obstante, haciendo un
ción de la propia práctica en función de la teoría. análisis más fino de sus hallazgos, sí podemos
encontrar condiciones inherentes a estos que se
Dificultades Técnicas y Falta de Motivación vinculan con su escaso consumo.
Con frecuencia, los clínicos no tienen los Si bien desde la década de los cincuenta la
conocimientos técnicos para apropiarse crítica- investigación en psicoterapia comenzó a demos-
mente de los conocimientos que emergen de la trar empíricamente su efectividad para reducir
investigación empírica. Solo los investigadores, los problemas psicológicos (Lambert & Bergin,
y es más, solamente aquellos que invierten tiem- 1994; Meltzoff & Kornreich, 1970; Parloff, Wolfe,
po y esfuerzo en permanecer actualizados son Hadley & Waskow, 1978; Puschner & Kordy,
capaces de comprender acabadamente los di- 2010; Vandenbos & Pino, 1980), a la vez fue acu-
seños de investigación y los métodos aplicados mulando contradicciones y vacíos de conoci-
en esta. Por lo tanto, solamente ellos podrían, miento que inciden en la falta de consulta de sus
eventualmente, hacer un análisis crítico de los resultados por parte de los clínicos.
estudios publicados. El clínico lector de investi-
gación, al no tener dichos conocimientos, se ve La Paradoja de la Equivalencia
impulsado a hacer un “acto de fe” frente a los es- La investigación en psicoterapia creció
tudios empíricos, actitud que no difiere en nada durante la segunda mitad del siglo pasado, lle-
de la fe que le pudiera tener a autores de escritos gando a conformar una gran masa de estudios
más conceptuales. Por lo tanto, desde la óptica comparativos sobre los efectos terapéuticos,
del clínico, no es clara ni relevante la diferencia cuya proliferación llevó al desarrollo del me-
entre unos y otros, salvo que los segundos quizás taanálisis como una forma de integración de

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los efectos terapéuticos arrojados por estudios cambio?” (Krause, 2005). La equivalencia de los
particulares. Los hallazgos de los metaanálisis diferentes enfoques, en cuanto a su efectividad,
dejaron bien establecida la efectividad de la psi- puso también en evidencia que existe un abismo
coterapia (Brown, 1987; Matt & Wittman, 1985; entre los factores de cambio postulados por las
Smith & Glass, 1977; Smith, Glass & Miller, 1980; escuelas terapéuticas y los resultados empíricos
Wittman & Matt, 1986); sin embargo, pusieron de la investigación terapéutica.
de manifiesto la carencia de diferenciación entre
los distintos sistemas (o escuelas) terapéuticos. Resultados sobre la Alianza Terapéutica
Este hecho recibió las tan conocidas denomi- La “alianza de trabajo terapéutico” es el
naciones “veredicto del pájaro Dodo” (todos “factor común” que más atención ha recibido
hemos ganado y debemos recibir premios), en por parte de los investigadores. Se le atribu-
alusión a Alicia en el país de las maravillas (Lu- ye la posibilidad de predecir los resultados de
borsky, Diguer, Luborsky & Schmidt, 1999), o la psicoterapia. Horvath y Greenberg (1986)
“paradoja de la equivalencia” (Czogalik, 1990; —partiendo de Bordin (1979)— establecen tres
Meyer, 1990), expresión que manifiesta la per- dimensiones de la alianza terapéutica que pue-
plejidad resultante entre los investigadores. den tener un efecto positivo en el resultado de
Por lo tanto, quedó demostrada la efectividad, la terapia: el lazo personal entre el terapeuta y el
pero fracasó el intento por identificar “facto- paciente, el acuerdo de ambos con respecto a las
res de cambio específicos” (ligados a escuelas metas y el acuerdo acerca de las tareas terapéuti-
terapéuticas). En respuesta a esto se desarrolló cas. El estudio de la alianza constituye un ejem-
el concepto de factores inespecíficos o, como plo positivo de influencia desde la investigación
se le llamó posteriormente, factores comunes a la práctica de la psicoterapia, ya que sus hallaz-
(Asay & Lambert, 1999), pero ello, por cierto, gos han permeado la enseñanza de la psicología
no resolvió la duda respecto de los mecanismos, clínica y el discurso de clínicos provenientes de
procesos y acciones específicos responsables diferentes escuelas.
del cambio terapéutico. El problema, ahora re- Pero, no obstante su popularidad, a nivel
definido, se podía sintetizar con la pregunta: la empírico se aprecia en relación con la alianza
psicoterapia es efectiva, pero ¿por qué? La bús- el mismo fenómeno observado en otros cons-
queda de respuesta a esta pregunta impulsó una tructos emergidos de la investigación: la alianza
gran cantidad de investigaciones, tanto sobre terapéutica predice una proporción demasiado
factores inespecíficos o comunes —como lo son, pequeña del resultado terapéutico. Es entonces
por ejemplo, los estudios sobre alianza terapéu- la misma investigación la que finalmente cues-
tica— como sobre elementos más específicos del tiona su importancia, ya que —como mencio-
proceso terapéutico (Bastine, Fiedler & Kom- nara en la sección introductoria— la magnitud
mer, 1989; Elliott, Slatick & Urman, 2001), tales del impacto que empíricamente tiene la alianza
como los eventos significativos (Elliott & Shapi- sobre los resultados es bastante modesta (Safran
ro, 1992), los episodios de cambio (Krause et al., & Muran, 2006), al explicar solo algo más del 5%
2007), las técnicas (Elliott et al., 1987) o la co- de la varianza (Barber, 2010).
municación entre paciente y terapeuta (Valdés,
Tomicic, Pérez & Krause, 2010). Sin embargo, Investigación de Proceso
como veremos a continuación, la información y Hallazgos sobre las Técnicas
que arrojan estas investigaciones es insuficiente La dificultad de los estudios comparativos
para responder a un psicoterapeuta la pregunta: en psicoterapia para identificar factores de cam-
“¿qué de lo que he hecho ha sido eficaz para el bio específicos y la incertidumbre con respecto al

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rol de los factores comunes —como, por ejemplo, del cambio han tenido una buena recepción des-
la alianza terapéutica— son para muchos investi- de el mundo clínico. Así, por ejemplo, se con-
gadores (Bastine, Fiedler & Kommer, 1989; Gold- sidera que los Indicadores de Cambio Genérico
fried, Greenberg & Marmar, 1990; Hill, 1990; (Echávarri et al., 2009; Krause et al., 2006, 2007)
Tschuschke & Czogalik, 1990) un argumento pueden ser una herramienta útil para monito-
para invertir más en la investigación del proceso rear el proceso de cambio.
terapéutico. Este tipo de investigación se centra El estudio de la interacción terapéutica
tanto en el proceso de cambio experimentado y las técnicas. Una primera consideración con
durante la relación de ayuda como en la interac- relación a las técnicas es la pregunta acerca de
ción terapéutica. Actualmente, la investigación qué consideramos una técnica. Si el término téc-
de proceso combina con frecuencia el estudio nica se hace equivalente a “escuela terapéutica”,
de microcambios con la evaluación global de ya sabemos que la investigación no distingue en
la efectividad, y con ello da lugar a estudios de cuanto a la efectividad (paradoja de la equiva-
“proceso-resultado” (Elliott et al., 2001). lencia). Frente a esto hay dos alternativas para
El estudio del cambio en el proceso. Uno la investigación: o se intenta controlar al máxi-
de los aportes de la investigación de proceso mo la técnica, lo que nos lleva a estudios con
—también a la clínica— es la demostración de terapias manualizadas en que se prescriben los
que el proceso terapéutico no es homogéneo, procedimientos en detalle (Orlinsky, 2007), o
vale decir, que se compone de una sucesión bien se estudia en forma más “ingenua” lo que
variable de segmentos, periodos o fases (Basti- los terapeutas “hacen”, independientemente de
ne et al., 1989). Entre estos segmentos, los más su escuela y de las prescripciones de esta (Elliott
estudiados han sido aquellos en que se produ- et al., 1987; Valdés et al., 2010).
cen cambios (Bastine et al., 1989; Elliott, 1984; El primer camino parece una suerte de
Fiedler & Rogge, 1989; Marmar, 1990; Rice & callejón sin salida (aunque existe mucha inves-
Greenberg, 1984); los que evidencian rupturas tigación que lo sigue), ya que, mientras más se
de la relación entre paciente y terapeuta (Safran precisa la técnica, más se aleja la situación de
& Muran, 1996), y, recientemente, los que mues- investigación de los contextos naturales, al per-
tran un estancamiento del proceso de cambio en derse u omitirse justamente aquellos factores
el paciente (Herrera et al., 2009). comunes que se relacionan con el cambio en te-
El estudio de los episodios, porque se ha rapia. Adicionalmente, los resultados muestran
realizado mayoritariamente en escenarios natu- que un “excesivo” apego al manual de terapia
rales (procesos terapéuticos reales), y porque ge- puede ser contraproducente (Barber, 2010). El
neralmente involucra la perspectiva de pacientes segundo es un camino promisorio, que requie-
y terapeutas, constituye un aporte para la clínica, re inicialmente de metodologías cualitativas
en la medida en que sus resultados son fácilmen- “orientadas al descubrimiento” (Elliott, 1984;
te extrapolables al ejercicio de esta. Hill, 1990), porque justamente se intenta lo con-
Otra línea de investigación que tiene esta trario: desprenderse de las prescripciones de las
ventaja de potencial cercanía a lo clínico es la diferentes escuelas, como categorías de análisis.
del estudio de la evolución del cambio. Distintos Sin embargo, los resultados de esta segunda lí-
investigadores han hecho propuestas sobre “eta- nea de investigación son aún pocos, porque la
pas” del cambio terapéutico (Hill, 2001; Krause investigación es costosa, ya que se realiza a tra-
et al., 2006, 2007; Prochaska & Norcross, 2002; vés del microanálisis del proceso terapéutico.
Stiles, 2002). Los modelos provenientes de la in- El clínico, enfrentado a esta situación,
vestigación que proponen etapas de la evolución tiene poco que obtener aún de este campo de

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investigación. La primera línea, la de las terapias en psicoterapia y que ya ha logrado tener mayor
manualizadas, probablemente se aleje demasiado visibilidad para la clínica.
de su propia práctica clínica. La segunda, el mi- Aunque el foco de este trabajo no estuvo
croanálisis de la actividad terapéutica, aún es po- puesto en las posibles soluciones a este proble-
bre en cantidad de resultados que pueda ofrecer. ma, sino en la profundización de su diagnósti-
co, mencionaré, para finalizar, la posibilidad de
Conclusión y Posibles hacer ciertas revisiones a las características de la
Caminos a Seguir investigación y de su difusión para favorecer que
Si bien la investigación empírica en psicote- esta sea efectivamente de utilidad para el ejerci-
rapia es necesaria —porque entrega información cio de la psicoterapia.
irrenunciable sobre su efectividad y sobre las En cuanto a esto, comulgo con la pro-
condiciones implicadas en ella—, existen múlti- puesta de Orlinsky (2007), quien sugiere tres
ples dificultades para su uso efectivo por parte transformaciones:
de quienes ejercen el oficio de psicoterapeutas. [...] en primer lugar, ampliar nuestro punto de
Algunas de estas dificultades tienen que ver con vista acerca de la psicoterapia; en segundo lugar
la formación y la actitud de estos últimos, pero ampliar nuestra visión acerca de cómo se puede
muchas son inherentes al ejercicio de la investi- adquirir mejor el conocimiento científico válido
gación psicoterapéutica y sus productos. acerca de la psicoterapia y sus efectos; y en tercer
La brecha es profunda, porque no solamen- lugar, ampliar nuestro punto de vista acerca de
te separa el oficio de la investigación, sino que los contextos humanos en los que ocurre la psi-
también está presente entre teóricos e investi- coterapia. (p. 10)
gadores, separando lo que se escribe en psicote-
rapia; incluso en las revistas internacionales de La primera transformación implicaría estu-
publicación regular y amplia circulación se evi- diar conjuntamente los procedimientos y quienes
dencia la fisura entre la clínica y la investigación. los aplican, y no intentar, como dice Orlinsky,
Esta realidad se sostiene y perpetúa a través separar la danza del bailarín. La segunda equi-
de los diferentes lenguajes, principios y concep- vale a superar la hegemonía de los ensayos clíni-
ciones del conocimiento que llevan a la mutua cos aleatorios, por su lejanía de las condiciones
incomprensión. Estas condiciones confluyen, naturales en que se lleva a cabo la psicoterapia,
por una parte, en la formación de un gran cír- para incluir nuevos diseños, con métodos cuan-
culo vicioso autosustentado por la coherencia titativos y cualitativos. En tercer lugar, Orlinsky
de los modelos y las escuelas terapéuticas (que (2007) propone dar relevancia en la investiga-
aparentemente no necesitan de la investiga- ción a los contextos humanos en los que se lle-
ción), y, por otra, la falta de sistematización en van a cabo los tratamientos, con “una adecuada
modelos globales nutridos por la investigación consideración teórica de la complejidad de di-
en psicoterapia. Una honrosa excepción, que chos contextos” (p. 11).
justamente viene a confirmar lo señalado, es el En cuanto a posibles caminos para facilitar
hecho de que, cuando se han hecho esfuerzos la difusión del conocimiento sobre la efectividad
por sistematizar globalmente la investigación, la en psicoterapia, resulta interesante la propues-
recepción desde la práctica clínica ha aumenta- ta de favorecer el desarrollo de instituciones o
do. Un ejemplo de ello es el modelo genérico de personas que ejerzan la función de “corretaje
Orlinsky y Howard (1986; Orlinsky, 1994a), que de conocimiento” (Jiménez, 2002). Desde esta
sistematiza en un gran modelo comprensivo los función se podría continuamente sistematizar
diferentes focos y resultados de la investigación el conocimiento proveniente de la investigación

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en psicoterapia y alertar a los profesionales de- response modes: A comparison of six rating
dicados al ejercicio clínico sobre hallazgos de su systems. J. of Consulting and Clinical Psychology,
interés. Se cumpliría así con el deber ético ante 55, 218-223.
los pacientes de poner a su disposición los trata- Elliott, R. & Shapiro, D. A. (1992). Client and therapist
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