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Las cataratas del Niágara (Niagara Falls en inglés, Chutes du Niagara en francés)

son un grupo de cascadas situadas en el río Niágara, en la zona noreste


de América del Norte, en Canadá. Situadas a unos 236 metros sobre el nivel del
mar, su caída es de aproximadamente 64 metros.
Comprenden tres cataratas: la «catarata canadiense» (Ontario), la «catarata
estadounidense» (Nueva York) y la «catarata Velo de Novia», más pequeña.
Aunque no tienen una gran altura, son muy amplias y son las más voluminosas de
América del Norte, ya que por ellas pasa toda el agua de los Grandes Lagos.
Entre las cataratas canadienses y las estadounidenses se encuentra la isla de la
Cabra, Goat Island.
Desde que fueron descubiertas por los colonizadores europeos se han hecho muy
populares, no solo por su belleza sino también por ser una fuente de energía y un
desafiante proyecto de conservación medioambiental. Son un lugar
de turismo compartido por las ciudades de Cataratas del Niágara (Nueva
York) y Cataratas del Niágara (Ontario).
El nombre «Niágara» es originario de una palabra iroquesa que significa «trueno
de agua». Los habitantes originarios de la región eran los ongiara, una tribu
iroquesa llamada los neutrales por los conquistadores franceses, quienes
encontraron en ellos ayuda como mediadores de disputas con otras tribus.
Existe controversia sobre quién fue el primer europeo en dar una descripción
escrita sobre las cataratas. La zona fue visitada por Samuel de
Champlain en 1604. Miembros de su grupo le informaron de la existencia de unas
cataratas espectaculares, que fueron mencionadas en su diario de viaje, pero
nunca vistas por él. Algunos afirman que el naturalista Pehr Kalm hizo la primera
descripción de las cataratas durante una expedición al área a comienzos del siglo
XVIII. Sin embargo, la mayoría de los historiadores concuerdan en que el
padre Louis Hennepin las observó y describió mucho antes, en 1677, después de
haber viajado a la zona con el explorador René Robert Cavelier de La Salle.
Hennepin también fue el primero en describir las cataratas de San
Antonio en Minnesota.
Durante el siglo XIX el turismo las popularizó y era el área más industrializada a
mitad de siglo. La demanda por observarlas hizo que en 1848 se construyera un
puente para peatones y luego el puente de suspensión del Niágara de Charles
Ellet. Éste fue reemplazado por el puente de suspensión de las cataratas del
Niágara de John Augustus Roebling en 1855. En 1886 Leffert Buck reemplazó el
puente de Roebling, construido en madera y piedra, por uno en donde predomina
el acero, que aún hoy día lleva una línea férrea sobre las cataratas. El primer
puente de acero cercano a las cataratas fue completado en 1897, hoy conocido
como Whirlpool Rapids Bridge. Tiene paso para vehículos, trenes y peatones entre
Canadá y los Estados Unidos justo por debajo de las cataratas. En 1941 se
completó el tercer paso con el puente Rainbow Bridge, que permite el tránsito de
vehículos y de peatones.

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