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DEL RENCOR Y OTROS DEMONIOS

Un análisis de Electra

Dana Lucia Palacios Moncada

Departamento de Filosofía y Letras, Universidad de Caldas

Profesor Alejandro Arango

Literatura Clásica Griega

28 de febrero de 2020

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DEL RENCOR Y OTROS DEMONIOS
Un análisis de Electra

a literatura clásica griega ha trascendido a lo largo del tiempo hasta nuestros días, lo cual no es
gratuito, pues las obras y mitos de esta época son más que simple entretenimiento o una
buena historia; la literatura clásica de los griegos está cargada de una realidad social, de
su manera de entender el mundo y de cómo concebían conceptos tan importantes para
nuestra época actual como lo son el estado o la familia. Tanto así, que al echar un vistazo
en ella podemos dar explicación a muchos comportamientos occidentales y encontrar
rasgos sociales e ideológicos que aún hoy siguen latentes en nuestra sociedad.

Las obras griegas -especialmente las tragedias- dejan ver patrones de lo que podríamos tomar
como “lecciones de vida, un ejemplo de esto es el que, sin importar cuanto se esfuerzan
los diferentes héroes y personajes de las historias, cuando se les anuncia su destino no
existe nada que puedan hacer para escapar de este. Aparecen también, constantemente,
una o varias figuras a lo largo de la historia que hacen las veces de “voz de la
conciencia”, bien sea tratando de evitarle desgracias a algún personaje o advirtiéndole de
un desafortunado destino; estas figuras están representadas en algún personaje
secundario, un adivino (como Tiresias, quien aparece en varias obras) o el coro.

Para hacer un análisis de la relevancia de las tragedias griegas en el mundo occidental actual,
podemos tomar como ejemplo la obra de Sófocles, “Electra” se relata la historia de lo que
aconteció en Micenas tras la muerte del rey Agamenón a manos de su esposa
Clitemnestra y su amante Egisto y que estos comenzaran a gobernar Micenas. La obra
tiene inicio con el tan esperado regreso de Orestes a su patria, con el propósito de vengar
la muerte de su padre Agamenón, para lo que ha ideado el plan de tomar a su madre y
Egisto por sorpresa haciéndoles llegar una falsa noticia de su propia muerta para lograr
entrar en el palacio de forma desapercibida y poder finalmente hacer pagar a los asesinos
de su padre con la misma moneda. Al enterarse Electra de la supuesta muerte de su
hermano se sume en una profunda aflicción y comienza a lamentarse, no sólo acerca de

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cómo la persiguen las desgracias (primero pierde a su padre y luego a su querido
hermano), sino también porque la muerte de su padre quedaría impune y la miseria en la
que ella vive habría sido en vano; al poco tiempo se da cuenta de que su hermano sigue
vivo y que todo fue planeado por él.

En medio tantas confusiones y lamentos Electra ha hablado con su hermana Crisótemis, quien
no cesa de aconsejarla para que sea más prudente, y con su madre, quien trata de justificar
el asesinato de Agamenón como un acto de justicia por él haber matado a su hija Ifigenia
como sacrifico al ir a la guerra de Troya, excusa que para Electra resulta insuficiente.
Finalmente, se relata cómo Orestes mata a su madre y que, al llegar Egisto de nuevo al
palacio, se encuentra con que a él le espera la misma suerte.

Lo interesante de esta obra, es que en Electra podemos hallar a una mujer que cree hacer lo
correcto al mantenerse fiel a sus ideales, a su anhelo de vengar la muerte de su padre a
cualquier costo, pero que en el proceso termina siendo imprudente y resignada al no
atreverse a llevar a cabo por si misma su cometido, sino que espera la venida de su
hermano Orestes para que efectúe la venganza y la rescate de su vida miserable. Pero,
detrás de estas intenciones que Electra ve como nobles, hay una mujer llena de rencor y
obstinada, que se niega rotundamente a tomar con sensatez las acusaciones hacia su
madre, a ser más estratégica, más prudente; a pesar de negarse a abandonar la idea de que
Clitemnestra y su amante Egisto deben pagar por el asesinato de Agamenón, Electra no
tiene la suficiente valentía para tomarse la situación en sus manos, en lugar de eso está
muy ocupada lamentándose constantemente y culpando de toda su desgracia a su madre,
sin reconocer su propia responsabilidad en ello.

Electra se niega a dejar ir la muerte de su padre, aun cuando -al igual que en el resto de obras
griegas- tiene figuras dentro de la historia, como el coro de mujeres y su hermana
Crisótemis que tratan de hacerle ver sus errores y recordarle que estos seguramente no
logren más sino conducirla a la desgracia; pero Electra, -al igual que muchos otros
personajes- se niega escuchar la voz de la razón. Tal resistencia de abandonar la venganza
por la muerte de su padre hace pensar que quizá Electra siente algo más cercano y que el
que su padre le fuese arrebatado significó más de lo que se deja ver a simple vista.

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En 1912 el médico psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung, en un intento por llenar el
vacío que había dejado su mentor Sigmund Freud, desarrolló la que se considera la
contraparte de la teoría del “Complejo de Edipo”, dándole el nombre de “Complejo de
Electra” y en ella Jung busca dar cuenta del desarrollo psicosexual de las niñas, cosa que
no se trata concretamente en la teoría de Freud. Según el psicoanálisis, existen cinco
etapas del desarrollo psicosexual que son la etapa oral (entre 0 y 1 año de vida), la
anal(entre 1 y 3 años), la fálica (entre 3 y 6 años), de latencia (entre 6 y 12 años) y la
genital (de los 12 años en adelante); lo que sostiene la teoría de El Complejo de Electra es
que cuando las niñas están en la etapa fálica se dan cuenta de que no tienen un pene, lo
que causa lo que Freud denominó “envidia del pene”, lo cual conlleva el deseo de
obtener lo que este órgano sexual simboliza, por lo que se da una mayor cercanía entre la
niña y el padre, incluso puede llegar al punto de ver a la madre como una enemiga o un
obstáculo generando enfrentamientos entre ellas. Sin embargo, cuando la niña llega a los
cinco o seis años, bajo condiciones ideales, supera esta fase de atracción sexual hacia el
padre y retoma la empatía con su madre por miedo a perder el amor de esta; de no ser así
la niña presentaría trastornos mentales en su desarrollo sexual y caería en lo Freud
denominó como “conductas aberrantes”.

La latente obsesión de Electra con su padre y el rencor que le guarda a su madre por
arrebatárselo y traicionarlo no solo permitió dar nombre a la teoría de Jung, sino que
también nos permite observar la dicotomía entre el derecho natural y positivo existente
entre Clitemnestra y su hija. Se entiende por derecho natural aquellos valores o principios
no escritos que se encuentran en la conciencia de los hombres y la naturaleza, que en el
caso de los mitos griegos se veía subordinado principalmente a los mandatos de los
dioses, y se entiende por derecho positivo las normas jurídicas dictadas por el estado -o
por los reyes en el caso de los griegos- para regular la relación de los hombres en
sociedad.

Por un lado, encontramos a Clitemnestra explicando su traición:

“(…) tu padre, y no tienes otro pretexto de querella, fue muerto por mí, por mí misma, bien lo
sé, y no hay ninguna razón para que lo niegue. Porque, no yo sola, sino la Justicia
también le hirió; y convenía que tú vinieses en mi ayuda, si hubieras sido prudente,

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puesto que tu padre, por el que no cesas de gemir, el único de los helenos, se atrevió a
sacrificar a tu hermana a los Dioses, bien que no hubo sufrido tanto para engendrarla
como yo para parirla. Pero, ¡sea!, dime por qué la degolló. ¿Fue en favor de los
argivos? Pues no tenían ningún derecho a matar a mi hija. Si, como creo, la mató por su
hermano Menelao, ¿no debía por ello ser castigado por mí? (…)” (p.10)

Lo que muestra como hace uso del derecho natural al creer que su rencor y dolor la habilitaban como
cometer el asesinato; por el otro lado está Electra, en quien es evidente que prima el derecho
positivo al contestarle a su madre: “Te hablo, pues. Dices que mataste a mi padre. ¿Qué se puede
decir más afrentoso, tuviera él razón o sinrazón? Pero te diré que le mataste sin derecho alguno
(...)” (p. 11) ella justifica el crimen de su padre con que simplemente cumplía la voluntad de los
dioses, y que aun sin tener motivo la ley que debió respetar su madre era la que regía a los
hombres respecto a guardar respeto a su conyugue. Sin embargo, resulta contradictorio en
Electra que le reproche a su madre haberse tomado la justicia en sus manos pero que aún así
quiera aplicar lo mismo para vengar la muerte de su padre.

La obra de Sófocles es un claro ejemplo del circulo vicioso en el que se convierten el rencor y la
violencia, Clitemnestra que una vez le guardó rencor a Agamenón y prefirió matarlo en
vez de buscar el perdón, fue víctima años más tarde del rencor de sus propios hijos; este
mismo circulo se completa a diario en nuestro mundo actual, en el constantemente
podemos encontrar noticias o escuchar historias acerca de cómo una banda atacó a otra
para vengar a algún miembro y unos días después la banda responde a esta venganza,
entre muchos otros casos.

Electra no solo propició que se cerrara el circulo de venganza que comenzó Clitemnestra, sino
que sacrificó su vida en ello al no casarse y llevar la vida miserable a la que estaba
relegada por Egisto por querer gritar a los cuatro vientos injurias hacia su madre; esto
lleva a preguntarse ¿hasta qué punto debemos mantenernos fieles hasta nuestros ideales?
¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar?... existe una delgada línea entre lealtad, no
rendirnos y entre ser obstinados, caprichosos; Electra ha dejado de pensar
estratégicamente, limitándose a lamentarse y alimentar su rencor, pero sin llegar a hacer
algo al respecto en espera e llegue alguien más a cumplir sus deseos. En nuestra vida
diaria todos hemos sido un poco Electra, con todos esos sueños que afirmamos

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fervorosamente querer realizar, pero sin querer hacer nada por conseguirlos y en cambio
nos quedamos sentados esperando a que mágicamente se cumplan.

De esta manera, podemos notar como es que las obras griegas no solo han perdurado en un
importante lugar para la literatura hasta nuestros tiempos, sino que también siguen
vigentes innumerables ideas, conceptos y comportamientos repetitivos que ellos desde
hace ya mucho tiempo tenía muy presentes dentro su cosmovisión y que nos fue
parcialmente heredada a la sociedad occidental.

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BIBLIOGRAFIA
 Contenidos digitales,
http://contenidosdigitales.ulp.edu.ar/exe/derecho/derecho_natural_y_derecho_positivo.ht
ml
 Derecho en Grecia, https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv
 Guerri. M, (2019), Psicoactiva, https://www.psicoactiva.com/blog/etapas-del-desarrollo-
psicosexual-freud/
 Jung. C, (1910), Conflictos del alma infantil, editorial Ediciones Paidós.
 Sófocles, (año desconocido), Electra

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