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¿Qué pasa cuando el contrato de servicios por declaración judicial pasa a ser de
trabajo?
La consecuencia es que el contratista que en adelante se convierte en empleador,
debe pagar todo lo que dejó de pagar al trabajador desde la fecha en que se reconoce la
existencia del contrato de trabajo, y entre esos conceptos tenemos prestaciones
sociales (Prima de servicios, Cesantías, Intereses sobre cesantías, Dotación), y también
reconocer vacaciones, aportes parafiscales , seguridad social y si el contrato de servicios
hubiera sido terminado, es probable que incluso el juez reconozca un despido injustificado
con la correspondiente obligación de pagar la respectiva indemnización.
Como se puede observar, quien vincule a un trabajador mediante contrato de servicios
debe asegurarse de dos cosas:
1. Redactar correctamente el contrato
2. Evitar que en la ejecución del contrato se puedan configurar los elementos de una
relación laboral
En cuanto al segundo aspecto, es importante tener en cuenta que no debe existir una
continuada subordinación, sino que el contratista debe gozar de cierta autonomía, lo que no
impide, claro está, que el contratante pueda ejercer control y supervisión del contratista,
pero en eso hay que tener mucho cuidado pues existe una línea muy delgada entre control y
supervisión y subordinación continuada.
En el contrato de servicios se puede pactar un horario que el contratista debe cumplir,
pero si a ello se suman otras circunstancias que acercan la relación contractual a una
laboral, el asunto se vuelve de un delicado manejo para el contratista, pues ese horario
podría convertirse en una prueba a favor de quien alega la existencia del contrato de
trabajo, así que lo del horario debe manejarse con mucha prudencia.
Definición
• Son acuerdos que rigen todas las operaciones del banco dentro de sus actividades de
intermediación financiera. Es decir, se utilizan al extender créditos o recibir depósitos. Sin
embargo, no es un contrato bancario, por ejemplo, aquel que firma la entidad financiera con
la empresa que le brinda servicios de limpieza.
• No son documentos exclusivos de los bancos, sino que también los emiten las
instituciones del sistema microfinanciero como las cajas de ahorro y las cooperativas de
crédito.
En todo contrato bancario se pueden distinguir tres elementos, que son los personales, el
objeto y la forma del contrato.
Los elementos personales del contrato son la entidad de crédito que, a través de la sucursal
o agencia, contrata la prestación de determinado servicio financiero relacionado,
generalmente, con la entrega de dinero, y el cliente, en sentido amplio, sea empresario o
consumidor.
Concretando más, atendiendo a su objeto, el contrato bancario puede ser de tres tipos: de
pasivo, de activo y neutros.
El contrato de pasivo
Es aquél en el que la entidad de crédito recibe del cliente fondos, que la entidad podrá
aplicar a sus fines propios. El cliente, por la entrega de dichos fondos, ostenta un derecho
de crédito frente a la entidad, en virtud del cual podrá reclamar la devolución tanto del
principal como de los intereses generados. La devolución al cliente de los fondos
depositados será inmediata, en el supuesto de los contratos de pasivo a la vista (cuenta
corriente, libreta de ahorros) o diferida, en los casos en que la entrega haya sido para su
devolución transcurrido un plazo determinado (imposición a plazo fijo), salvo que el cliente
acepte satisfacer una penalización por obtener la disponibilidad inmediata del dinero.
Contratos Activos
Contrato neutro
El Contrato neutro o de servicios es aquel que tiene por objeto la prestación de un servicio
bancario por la entidad de crédito, siendo remunerado por el cliente mediante el pago de
una comisión. Este tipo de contratos y servicios están hoy en expansión. Como ejemplos
puede hacerse mención del depósito y la administración de valores, la transferencia
bancaria, la cuenta corriente bancaria (en la medida en que sirva para ordenar y recibir
pagos, prevaleciendo los caracteres de la comisión sobre los rasgos del depósito), el alquiler
de cajas de seguridad, etc.
Se observa como tendencia, igualmente, que las entidades bancarias participan activamente
en la comercialización de productos no bancarios, en sentido estricto, como son los fondos
de inversión, planes de pensiones o seguros. Se trata del fenómeno conocido como
“parabancariedad”, en un contexto de auge de la desintermediación.
Conclusión
Bibliografías
https://www.gerencie.com/contrato-de-servicios.html