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5:7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el
labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba
la lluvia temprana y la tardía.
5:8 Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del
Señor se acerca.
5:9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el
juez está delante de la puerta.
5:10 Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que
hablaron en nombre del Señor.
5:11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia
de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
5:12 Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por
ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en
condenación.
6.2. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba
maravillada, y decía: ¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada?
¿Y esos milagros hechos por sus manos?
6.3. ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y
Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros? Y se escandalizaban a causa de él.
6.4. Jesús les dijo: Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de
prestigio.
6.5. Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes
curó imponiéndoles las manos.
6.6. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.
6.7. Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los
espíritus inmundos.
6.8. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni
calderilla en la faja;
6.10. Y les dijo: Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.
6.2. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba
maravillada, y decía: ¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada?
¿Y esos milagros hechos por sus manos?
6.3. ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y
Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros? Y se escandalizaban a causa de él.
6.4. Jesús les dijo: Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de
prestigio.
6.5. Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes
curó imponiéndoles las manos.
6.6. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.
6.7. Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los
espíritus inmundos.
6.8. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni
calderilla en la faja;
6.10. Y les dijo: Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.