El presente escrito se orienta a una crítica del artículo “Neuromanagement y
neuroliderazgo, cómo se aplican los avances de las neurociencias a la conducción y gestión de organizaciones”, escrito y publicado por el Doctor Néstor P. Braidot en la revista virtual Ciencias Administrativas en el año 2013. En el cual, se resalta el trabajo de las investigaciones desde las neurociencias en campos no médicos o de la salud, dando prioridad en esta ocasión a la importancia e impacto que han tenido la aplicación de estrategias y herramientas dirigidas al ámbito organizacional, principalmente hacia el facilitar procesos de selección del personal y desarrollar, mejorar y aumentar el potencial cognitivo, emocional y productivo de los trabajadores en las empresas. Comprendiendo las nuevas dinámicas que hoy día se desarrollan en las empresas recíprocas a las propias dinámicas del entorno social, político, económico y cultural, es ineludible no comprender la no necesidad del aumentar el capital humano y económico de las organizaciones, por ende, la priorización desde áreas como Recursos Humanos gira entorno al encontrar a los más aptos para gestionar cargos y producir más dinero desde las estrategias más seguras para los empresarios, dichos individuos son seleccionados a través de procesos populares como entrevistas y pruebas psicotécnicas, pero debido al auge de las “NEURO” en el mundo, las grandes organizaciones han procurado garantizarse la asertividad de quienes deben alcanzar las metas de desarrollo a través de herramientas y equipos artificiales para observar, evaluar y seleccionar a quienes responden más rápido (eficiencia), más fácil (eficacia) y con mayor naturalidad (adaptación social). La identificación, reclutamiento, de líderes, genios, seres competentes, ha permitido realizar cada vez más investigaciones sobre habilidades específicas que requieren cargos, por lo general, de alta gerencia, aquellos que deben tener determinadas competencias para visionar a la organización. Dichas investigaciones se enfrentan a un mayor obstáculo adicional al auge social, los recursos económicos que los científicos deben comprender para llevar a cabo sus hipótesis e instrumentos, por lo cual es notable el apoyo que cada vez más los mandatarios de países como Estados Unidos, Francia, China, entre otros, realizan con inversiones económicas que son parte de la desinteresada colaboración de multinacionales para desarrollar estudios y posicionar determinados criterios de selección en una organización. Otro punto a destacar de lo mencionado por Braidot, son aquellos campos producto de estas investigaciones, como la nueroseguridad, neureducación, gimnaisios cerebrales, aquellos campos que han permitido tener más acogida no solo desde la selección del personal, sino, del mejoramiento de los empleados de las empresas, de la potencialización de capacidades para desarrollar más adecuadamente herramientas de gestión, inteligencia y visión de negocios, formando equipos más seguros, eficientes y eficaces en un adecuado clima laboral, con mayor comunicación, dinamismo, creatividad, permitiendo espacios de ejercitar funciones ejecutivas como memoria, toma de decisiones, razonamiento, planificación, inhibición de estímulos. Con lo anterior, no se pretende lacerar el campo de las neuro, pero sí dar una invitación de reflexión frente a la deshumanización consecuente de la incorporación que cada día se hace más extensa a la necesidad de observar y seleccionar a los más aptos, no llegando a comprender en muchas empresas aquellos cambios globales que se tienen hoy día, a las crisis económicas, ambientales, sociopolíticas, siendo la selección de personal un campo con mayor auge en las últimas décadas no solo en las organizaciones, sino en la misma Psicología, aquella que se ha deshumanizado en el ámbito empresarial.