Está en la página 1de 2

162 LAS PROHIBICIONES PROBATORIAS

A) La no autoincriminación como parte del derecho


de defensa y el debido proceso en las normas
rectoras del Código.

El artículo 8odel Código de Procedimiento Penal con­


tiene los elementos fundamentales del derecho a no autoin-
criminarse como parte del derecho de defensa, lo que obli­
ga a reflexionar sobre la prohibición probatoria para las
autoridades de la administración de justicia cuando preten­
den obtener información a partir del indiciado, imputado o
acusado; esto es, el artículo 8oes una norma rectora del pro­
cedimiento que necesariamente irradia su marco herme-
néutico a las disposiciones pertinentes del Código, entre
otras los artículos 131 (renuncia al derecho a guardar silen­
cio); 139 (6) (deber judicial de dejar constancia de cumpli­
miento de las normas referentes a garantías y derechos del
imputado), 282 (advertencias previas en el interrogatorio del
indiciado); 303 (derecho del capturado a guardar silencio y
no incriminarse); 367 (deber judicial de advertencia al acu­
sado sobre derecho a guardar silencio y no incriminarse al
inicio de la audiencia de juicio oral).
En segundo lugar, el artículo 8o al contemplar la pro­
hibición de no declarar contra sí mismo y a guardar silencio
como parte del derecho de defensa, inevitablemente se rela­
ciona con el debido proceso. Con la extensión que le dio la
Corte Constitucional17al derecho de defensa, se ha de enten­
der que el cumplimiento de formas y ritual|$ para obtener
información del imputado, indiciado o acusado son abso­
lutamente obligatorias y su omisión o violación (prohibición
de obtención) tendrían como consecuencia la ineficacia del

17 Sentencia C-799 de 2005.


LAS PROHIBICIONES DE PRUEBA EN EL PROCESO PENAL 163

acto que se traduce en una prohibición de valoración de la


información producida con vulneración del debido proceso.

B) Deberes positivos de información y verificación


por los jueces y autoridades de persecución
penal sobre el derecho a no declarar
y a no incriminarse.

El mosaico normativo anterior muestra con detalle que


las autoridades de persecución penal están obligadas a ad­
vertir e instruir a los interrogados en forma positiva sobre su
derecho a permanecer en silencio y a no declarar contra sí
mismo. A este respecto, la doctrina y la jurisprudencia se
han planteado el problema de cuáles son las consecuencias
que se desprenden de obtener una información autoin-
criminatoria sin que se le hagan las advertencias de rigor al
declarante cuando eventualmente se obtenga información
que luego fundamente la responsabilidad penal. Para acla­
rar lo que a nuestra legislación corresponde es menester ob­
servar io ocurrido en el derecho comparado.
Como se sabe no se trata de un simple rigor o formu­
lismo sacramental el advertir al interrogado sobre el derecho
de rehusarse a declarar o incriminar a parientes cercanos,
sino que la historia de este principio en el derecho compa­
rado ha mostrado con toda su vitalidad la virtud del mode­
lo acusatorio al conformar todo un muro de contención con­
tra las inferencias de responsabilidad a partir del silencio y
los métodos de interrogatorio que compelen al declarante a
hablar en contra de sí mismo (reminiscencia de la tortura).
La doctrina germana en este punto fue bastante crítica
de lajurisprudencia antigua que consideró las instrucciones

También podría gustarte