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Hernández Rosas Itzel

Romero Vázquez Marco Antonio

Premisa: La mentira trae remordimiento.

Al filo de la mentira

El jueves otro estudiante había desaparecido dentro de la preparatoria Shio Jun, una de las
más prestigiosas de la ciudad, caracterizada por sus altos estándares educativos; aunque a
Junpei y a Dan no parecía importarles, pues lo único que ellos querían era poder terminar su
castigo antes de que el día concluyera.

-Te dije que era una mala idea mentirle a la profesora- reclamó Junpei- Decirle que habías sido
amenazado… sí claro, era obvio que ¡nadie creería eso! Ahora tenemos que ordenar todos
estos viejos libros.

- ¡Cállate! - contestó indignado- ¿acaso crees que tu idea de los aliens era mejor?, si como no-
bufó molesto mientras recogía un libro que llamó su atención-. ¡Junpei!, ¡ven!, ¡mira esto!

- ¿Por qué este libro está cerrado con una cadena? -preguntó Junpei, mientras miraba por
encima del hombro de Dan.

El libro estaba cerrado con una cadena, intentaron abrirlo sin obtener éxito alguno, pero
motivados por su curiosidad decidieron llevarlo a casa con tal de descubrir que era tan
importante como para mantenerlo cerrado de esa forma.

Al llegar a casa de Junpei, se dirigieron de inmediato al taller de su padre para buscar una
herramienta que pudiera romper la cadena, cuando consiguieron lo que buscaban se
encaminaron hacia su habitación, donde sacaron el anuario de la mochila y rompieron la
cadena. Expectantes, comenzaron a hojear el libro, tenía hojas con extraños símbolos, palabras
ilegibles y tachones, hasta que llegaron a la mitad. Descubrieron muchas fotografías de lo que
parecían personas, eran parecidas a las que les tomaban en los anuarios, pero tenían algo
inquietante, ninguna de ellas tenía rostro. Pasaron horas discutiendo y se dieron cuenta de que
el anuario era de su generación y los jóvenes sin rostro eran los estudiantes que habían
desaparecido recientemente. 

- ¡Mira Dan! -decía Junpei mientras su rostro se tornaba más pálido de lo normal-. Nuestras
fotos son las siguientes.

Movidos por el miedo decidieron hablar con sus padres para poder ser sacados de esa escuela,
pero sus padres acostumbrados a la astucia de los chicos para no entrar a clases pensaron que
se trataba de una mentira más, por lo que los chicos sin otra opción decidieron investigar las
desapariciones. Junpei se dio cuenta de que todos tenían algo en común, la última vez que los
habían visto se dirigían hacia el cobertizo.

-¡Dan! ¡He encontrado algo! Al parecer la última vez que vieron a todas las víctimas fue en el
cobertizo de la escuela. Podríamos empezar por ahí.

-Pero ¿estás seguro? ¿por qué irían hacia ese lugar?


-Por eso debemos ir allí, para saberlo. ¡Vamos! - decía Junpei mientras tomaba unos cuchillos
de la cocina de su casa y le pasaba uno a Dan.- Si hay algo extraño allí, por lo menos esto
servirá para protegernos.  

Dan y Junpei se dirigieron hacia el cobertizo de la escuela, se encontraba en un lugar apartado


y todas las entradas estaban bloqueadas hasta que encontraron una grieta por la que pudieron
entrar. El lugar estaba oscuro, había herramientas y productos de limpieza por doquier.
Siguieron investigando hasta que Dan sintió como la sangre salía de su abdomen, cayó al
suelo.

- ¡Junpei, cuidado, alguien me acaba de apuñalar! -decía Dan tendido en el suelo mientras
Junpei lo miraba fijamente. - ¿Qué está pasando? -decía al entender que Junpei era el que lo
había apuñalado.

- ¿Recuerdas hace dos años? Cuando Javier mató a Ana, su compañera de clase y todos
decían que se había vuelto loco. Era el único que tenía rostro en el anuario, el único que no ha
desaparecido-decía mientras apuñalaba una y otra vez a Dan.

Junpei salió del lugar y se dirigió a casa, esa noche trató de dormir sin poder lograrlo. Se
despertaba constantemente debido a las pesadillas que tenía, en la escuela veía a Dan
deambular por todas partes, ya no podría descansar nunca más.

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