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NUEVO INFORME KINSEY

Reinisch, Jane M.

Paidós
España, 1992.
INDICE

11. La sexualidad del bebé y del niño ......................................................................................... 3

• Respuesta sexual y conducta sexual ................................................................................... 4


• La reacción de los progenitores ante la conducta sexual de los niños ............................... 6
• Hablar con los hijos sobre sexualidad ................................................................................ 7
• La pubertad precoz ............................................................................................................. 15

12. La pubertad ............................................................................................................................ 18

• Una nota especial para los padres ...................................................................................... 19


• La pubertad y la adolescencia femeninas ........................................................................... 21
• Las etapas del desarrollo puberal femenino ....................................................................... 21
• Los pasos fundamentales para el cuidado de la salud ........................................................ 22
• La pubertad y la adolescencia masculinas.......................................................................... 29
• Las etapas del desarrollo puberal masculino ...................................................................... 29
• Las reacciones sexuales de los hombres y las mujeres jóvenes ......................................... 35
• La fertilidad y la adolescencia ............................................................................................ 38

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LA SEXUALIDAD DEL BEBE Y
DEL NIÑO
La sexualidad humana y los sentimientos sexuales asociados a ella no comienzan en la
adolescencia ni terminan cuando se llega a la edad de jubilación. La sexualidad empieza mucho
antes de nacer y continúa hasta el final de la vida.

Inmediatamente después de nacer, todos los bebés experimentan grandes cambios


hormonales. A un día o dos del alumbramiento, los niveles tanto de la testosterona como del
estrógeno descienden de modo impresionante. En los varones, la testosterona se incrementa
aproximadamente un mes más tarde, permanece en un nivel alto alrededor de un mes y desciende al
bajo nivel que tanto las niñas como los varones mantienen hasta que comienzan los cambios
hormonales de la pubertad, entre los ocho y los doce años.

El desarrollo sexual físico durante la primera infancia y la infancia parece menor, en


comparación, que los impresionantes cambios psicológicos, intelectuales y sociales que
experimentan los niños durante la pubertad. Sin embargo, durante los años de la infancia se verifica
una cantidad de procesos importantes que son esenciales para el desarrollo sexual.

Entre el nacimiento y los tres años, una criatura labra su identidad sexual. El concepto de
“Yo soy un niño” o de “Yo soy una niña” se fija en esta etapa, y rara vez cambia más tarde en la
vida. Este concepto psicológico íntimo se fija por factores tanto biológicos como ambientales. Se
basa en cómo se trata a una criatura y en cómo ésta reacciona a las manifestaciones de otros.

El desempeño del papel sexual (lo que una persona hace o dice, y que sugiere que es un
varón o una mujer) también surge durante este período de desarrollo, y se cimenta sobre la
comprensión fundamental de la identidad sexual. El papel sexual continúa su evolución un poco a
lo largo de toda la vida de una persona, a medida que ésta elige una carrera o se convierte en padre,
por ejemplo. Una criatura aprende su papel sexual, en primer lugar, de dos maneras. Primero:
aprende lo que significa ser de un sexo o del otro al copiar las acciones de otros del mismo sexo; los
varones, por ejemplo, imitan a sus padres o a otros modelos masculinos. Segundo: un varón
también aprende cómo se supone que actúa el sexo opuesto al observar a su madre y a otras mujeres.
Esto además determina el propio comportamiento: “Yo también soy un niño porque no hago cosas
de niñas”.

Mientras los niños depuran sus papeles sexuales, a menudo son rígidos en sus ideas acerca de
qué deben hacer o no los hombres y las mujeres. En general, las personas más seguras de su
identidad/papel sexual también son más flexibles en sus ideas sobre masculinidad o feminidad, y
menos rígidas en sus conceptos acerca de lo que es una conducta adecuada para ellas mismas y para
las demás.

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El papel sexual también comprende el despertar sexual de una persona y las respuestas. Los
investigadores teorizan que durante la infancia adquirimos elementos de los modelos de sexualidad
que se harán más evidentes en la adolescencia y después serán aspectos destacados de nuestra vida
sexual adulta. Por ejemplo, lograr en la infancia la capacidad de dar y recibir afecto puede
determinar si una persona puede unirse con otras, de adulta, en una relación amorosa.

Todavía hay poca investigación sobre los aspectos sexuales de la infancia, pero lo existente
refuta claramente el concepto freudiano de un “período latente”. Freud creía que los niños no tenían
interés en el sexo, y no pensaban en él ni tenían sentimientos sexuales. De hecho, algunos
investigadores ahora se refieren a esa teoría psicológica como al “mito del estado latente”.

RESPUESTA SEXUAL Y CONDUCTA SEXUAL

Sabemos mediante las imágenes ultrasónicas que los fetos masculinos experimentan
erecciones del pene en el seno materno. Por lo tanto, las respuestas genitales involuntarias
comienzan incluso antes de nacer. Los bebés varones recién nacidos tienen erecciones, y las niñas
bebés experimentan hinchazón genital y lubricación vaginal, respuestas biológicas similares a las de
los adultos. Si usted no percibe cambios físicos durante las horas en que el bebé está despierto, es
probable que estén ocurriendo durante el rápido movimiento de los ojos (REM) en la fase del sueño,
otra vez algo similar a lo que sucede en los adultos.

Sería una equivocación, sin embargo, aplicar las percepciones adultas de la sexualidad a los
bebés y los niños. En la primera infancia, por ejemplo, la erección o hinchazón genital son
respuestas involuntarias. Quizá sea una manera del cerebro de comprobar todos los circuitos para
asegurar que el cerebro, los nervios, el sistema sanguíneo, los músculos y órganos están funcionando
bien.

Los bebés también pueden presentar reacciones genitales en otras situaciones, como cuando
se los amamanta, se los acaricia o se los baña. Estas respuestas normales a ser acariciado y querido
son un aspecto importante de la unión entre padres e hijos, y pueden ser un modo de mostrar
genuino placer. Estas experiencias placenteras parecen ser importantes más adelante en la vida,
preparando a adolescentes y a jóvenes adultos a intercambiar afecto y a establecer lazos estrechos
con otros. Por cierto, los cachorros criados sin afecto físico no desarrollan el habitual modelo de
apareamiento o conducta paternal como adultos.

A medida que los bebés logran controlar los movimientos de las manos, comienzan a
explorar sus cuerpos y con el tiempo descubren que tocarse los genitales es agradable, aún mejor
que chuparse los dedos y jugar con los pies. También suelen tocarse de esta manera durante
períodos de ansiedad o excitación emocional, quizá como una manera de tranquilizarse. Aunque los
bebés son capaces de tener orgasmos, la masturbación deliberada para lograr un orgasmo rara vez
comienza antes de que la criatura tenga entre uno y dos años, pero algunos nunca lo hacen, y
muchos comienzan más tarde. Esta clase de conducta es normal. Sin embargo, no comprende
sentimientos y emociones como los experimentados durante la pubertad y a lo largo de la edad
adulta.

A los dos años, la criatura siente curiosidad por el mundo y por otras personas, y está
dispuesta a investigar. Los niños a menudo se abrazan, se acarician, se besan, trepan unos sobre

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otros y se miran mutuamente los genitales. Si bien ésta es una conducta perfectamente normal para
niños de esta edad, muchos padres intentan impedirla. Algunos niños hacen caso a las advertencias
de los padres y cesan; otros continúan la actividad en secreto, pero se sienten culpables por ello.

A los cuatro, o cinco años, los niños sienten aún más curiosidad sexual. Pueden masturbarse
con mayor frecuencia, comenzar juegos sexuales con otros niños (“jugar a los médicos”) y se
sienten atraídos por las actividades que desarrollan sus progenitores en el cuarto de baño. La
proporción más alta de juegos sexuales entre niños se da entre los seis y diez años.

Esta es también la época en la que los niños pasan la mayor parte de su tiempo jugando en
grupos separados por sexos. De modo que no debería sorprender que el juego sexual que se
desarrolla a esta edad a menudo está segregado por el sexo. No es poco común que los niños se
muestren unos a otros sus genitales, se toquen mutuamente los genitales y se masturben juntos. Los
varones, más a menudo que las niñas, se masturban en grupos.

Con frecuencia escucho a padres preocupados que se preguntan si este tipo de conducta
indica la futura orientación sexual de su hijo. Si un varón se entretiene en un juego sexual con otros
varones, ¿se convertirá en homosexual cuando sea adulto? ¿Una niña se hará lesbiana? También
escucho a adultos que están molestos por recuerdos de juegos sexuales de su propia infancia,
hombres casados felizmente que se preguntan si la masturbación con otros varones durante la
infancia o la adolescencia indica deseos homosexuales ocultos. La exploración sexual entre iguales
del mismo sexo durante la infancia y la primera etapa de la adolescencia es por completo normal y la
orientación sexual no puede predecirse basándose en estas conductas.

Un estudio reciente de padres de niños de entre seis y siete años averiguó que el cincuenta y
dos por ciento de sus hijos había participado en juegos sexuales con otros varones, y el treinta y
cuatro por ciento en juegos sexuales con niñas; el treinta y siete por ciento de sus hijas tuvo
relaciones con otras niñas, y el treinta y cinco por ciento con varones. (Tenga en cuenta que éste era
el único juego sexual del cual se habían enterado los padres). Las actividades en esta edad
simplemente comprenden mirarse mutuamente los cuerpos y “jugar a los médicos”, pero también
puede entrañar tentativas de coito o inserción de objetos.

Esta progresión, desde reaccionar a los elementos sensuales del vínculo con los progenitores
a la automasturbación y juego sexual con los iguales, parece ser un importante proceso de
aprendizaje de los humanos. Es parte de un ajuste psicosexual saludable, en cuanto a que desarrolla
la autoestima y la capacidad de interactuar con los demás.

A la edad de ocho años o nueve años, los niños ya saben que el despertar sexual es un tipo
específico de sensación erótica y buscarán estas experiencias placenteras. Comienza establecerse el
elemento erótico visual, táctil e intelectual. Como se verá en el próximo capítulo, los cambios
hormonales de la pubertad a menudo empiezan a la edad de los ocho o nueve años, de modo que este
giro de un juego sexual generalizado a un despertar más consciente ocurre aproximadamente al
mismo tiempo en que muchos niños también experimentan crecimiento y cambios físicos.

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LA REACCIÓN DE LOS PROGENITORES ANTE LA CONDUCTA SEXUAL DE
LOS NIÑOS.

Durante el siglo XIX – tan sólo hace cien años -, los padres intentaban desalentar la
masturbación, obligando a sus hijos a usar camisas de fuerza o guantes metálicos cuando iban a
dormir. Les colocaban estudiadas “jaulas genitales”, que asemejaban cinturones medievales de
castidad, e introducían los penes de los varones en tubos forrados de clavos para impedir las
erecciones. Los médicos recomendaban a los padres envolver a sus hijos en sábanas mojadas y
frías; atar las manos a los postes de la cama o atar las piernas juntas, o eliminar de las dietas de los
niños una amplia variedad de alimentos, desde el queso a los espárragos, que se creían causantes de
erecciones nocturnas. Si eso no resolvía el problema, se recetaban métodos más drásticos: aplicar
ventosas a los genitales, quemar la piel genital mediante corriente eléctrica o un hierro candente y,
cuando se pensaba en medidas más extremas, se prescribía la castración y la clitorotomía
(extirpación quirúrgica del clítoris). Esto realmente ha sucedido en Estados Unidos, no en una tierra
distante.

Por fortuna, tales “remedios” horrendos no se recomiendan más, pero todavía existen por ahí
dos productos inventados como remedios anti-masturbación. En la década de 1830, el reverendo
Silvestre Graham elaboró una harina especial como parte de un programa para combatir la lujuria.
Los bizcochos Graham todavía llevan su nombre. En 1898, uno de sus seguidores, John Harvey
Kellogg, produjo un cereal para el desayuno que ayudara a mantener la salud reduciendo el deseo
sexual - ¡los copos de maíz! -. Inútil es decirlo, ninguno de los productos redujo el deseo sexual o la
masturbación.

¿Cómo deberían reaccionar los padres respecto de la sexualidad de los hijos? Los padres que
se enfurruñan, reprenden o castigan en respuesta a la exploración que el niño hace de sus genitales,
quizás estén enseñándole que no es correcta esta clase de placer, y que el niño es “malo” por
entretenerse de esa manera. Este mensaje puede obstruir la capacidad de dar y recibir placer erótico
cuando sea adulto, y finalmente interferir en la capacidad de establecer una relación amorosa e
íntima.

Admitir la sexualidad en lugar de desalentarla puede fortalecer la autoestima de la criatura,


erigir una imagen positiva del cuerpo y alentar la competencia y su autoafirmación. Esto no
significa que las manifestaciones sexuales no deban ser orientadas. Cuando los hijos alcanzan la
edad de dos o tres años, los padres pueden comenzar a enseñarles que es más apropiado tocarse en
privado. En ese momento, los padres también pueden empezar a manifestar sus opiniones, tales
como que el sexo y la intimidad van juntos.

Usar las palabras correctas

Otro modo en que los padres envían mensajes negativos sobre la sexualidad es mediante el
uso de palabras tontas (o el silencio absoluto) para describir la anatomía sexual. Ya sea que
denominen a los genitales “pipí”, o “partes pudendas”, o no los nombren en absoluto, los padres les
están diciendo que esas partes del cuerpo son significativamente diferentes, embarazosas,
misteriosas o tabú comparadas con otras partes del cuerpo como los ojos, la nariz y las rodillas, que
tienen nombre que se usan abiertamente en la conversación.

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Incluso los padres que se enorgullecen de tener una comunicación más franca acerca de la
sexualidad pueden estar clasificando todos los genitales femeninos juntos como vagina, en lugar de
utilizar la más precisa vulva, o diferenciar la vagina del clítoris, los labios, la uretra y ano.

Si esto parece demasiado médico o innecesario, considere cómo la confusión acerca de los
genitales puede conducir a conceptos erróneos serios. Un niño pequeño no tiene dificultad en
distinguir su pene de su ano, pero, debido a la proximidad del ano con los genitales femeninos, una
niñita, a la que no se le ha enseñado esto, puede muy bien asociar incorrectamente sus genitales con
la defecación, y puede considerar toda la zona vulvar como “sucia” y antihigiénica. Toda niña
pequeña debería saber que tiene una abertura vaginal entre los orificios urinario y anal. Esto es muy
importante, porque durante el aprendizaje del uso del inodoro debe aprender a limpiarse de adelante
hacia atrás, de manera que la materia fecal no se ponga en contacto con la abertura vaginal. Algunas
niñas muy jóvenes pueden tener, y tienen, infecciones vaginales debido a prácticas higiénicas
impropias.

Hablar con los hijos sobre sexualidad

Desde el momento en que nace un hijo, y de muchas maneras sutiles, usted le habla a su hijo
acerca de la sexualidad, sea intencionalmente o no. Los padres hablan de sus hijos sobre la
sexualidad transmitiéndoles sus sentimientos personales acerca de ella, y de “lo bueno” o “lo malo”
de partes del cuerpo y conductas. La manera como los padres expresan el afecto físico frente a sus
hijos, el lenguaje que usan para describir la anatomía sexual, el modo en que lavan los genitales de
sus hijos, sus reacciones a la exploración genital del bebé, la explicación de funciones del organismo
con la menstruación o emisiones nocturnas, todas esas cosas, y las expresiones faciales y el lenguaje
corporal que las acompañan, le dicen al niño cómo se siente usted y, por lo tanto, cómo espera usted
que ellos se sientan acerca de la sexualidad y de ellos mismos.

Los padres transmiten ideas sobre la sexualidad desde un principio, aunque por lo general no
comienzan a instruir activamente sobre el tema, si es que lo hacen, hasta que el niño es mucho
mayor. A menudo, los padres esperan a que la criatura haga preguntas o manifieste inquietudes.
Por ejemplo, creo que muchos varones jóvenes comienzan a preocuparse por el tamaño del pene
cuando ven por primera vez el del padre desnudo, y comparan sus genitales con los del adulto.
Muchos hombres quizá no tendrían la angustia de tenerlo “demasiado pequeño” si todos los padres
dijeran algo parecido a: “Mira nuestros pies. Los míos son mucho más grandes que los tuyos. A
medida que crezcas, tus pies se harán mucho más grandes como los míos, y también lo será tu
pene”.

Como lo demuestran las cartas que recibimos de adolescentes y adultos, hay demasiados
padres que no brindan a sus hijos información precisa o suficiente sobre temas como el
funcionamiento sexual, la reproducción, la anticoncepción y las enfermedades transmitidas por vía
sexual.

Muy a menudo, los niños obtienen su información sobre la sexualidad, generalmente errónea,
de sus amigos, de la televisión, de los hermanos y hermanas, primos y su propia imaginación,
algunas veces fundamentada en las reacciones de sus padres a sus conductas. Es una buena idea
brindarles a sus hijos información exacta sobre el sexo a medida que crecen, antes de que incorporen
datos erróneos o inventados. De hecho, usted debería alentar a sus hijos a que corroboren con usted

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cosas que han oído o piensen que conocen sobre el sexo, de modo que usted pueda corregir
cualquier concepto equivocado. Los “hechos” tomados de “la calle” casi siempre son inexactos y
mucho más temibles que la verdad.

Los padres deberían tomar la iniciativa y abordar temas relacionados con la reproducción y
la sexualidad de forma adecuada a la edad, el interés y el nivel de comprensión de cada niño. El
embarazo de una pariente o amiga, por ejemplo, brinda una buena oportunidad para hablar sobre
cómo se desarrollan los bebés dentro de sus madres. Utilice la terminología correcta. Por ejemplo,
diga que un bebé crece dentro del útero de una mujer – y descríbalo correctamente como un lugar
parecido a un nido especial para que se desarrollen los bebés - , no en el vientre o en el estómago.

A los cuatro años, la mayoría de los niños siente curiosidad sobre cómo se hacen los bebés y
han preguntado al respecto o inventado alguna historia para sí mismos que “explica” cómo ocurre
esto. A los cinco, los niños están fascinados por diversas palabras para partes sexuales y pueden
repetir chistes sobre sexo. A pesar de que por lo general todavía no entienden qué es lo “gracioso”
del chiste, saben con claridad que es algo tabú, un chiste “sucio”. A la edad de seis o siete, los
chicos han recogido suficiente “información” como para saber que los hombres y las mujeres tienen
anatomías notoriamente diferentes, en especial los genitales.

Debido a todo esto, los padres que quieren estar seguros de que sus hijos tienen la
información correcta, tranquilizadora, acerca de sus propios cuerpos, el sexo y la reproducción
deben comenzar a hablarles tempranamente sobre estos temas. No tenga temor de que está
“metiéndoles ideas en la cabeza”; existe la posibilidad de que ya se lo hayan preguntado. Y tenga en
cuenta que los niños en verdad no “escuchan” lo que no están dispuestos a entender. Hable a los
varones de las niñas (por ejemplo, explíqueles la menstruación), y hable a las niñas de los varones
(por ejemplo, cuénteles sobre las erecciones). Asegúrese de contestar todas las preguntas que le
haga su hijo y después compruebe si su respuesta fue comprendida.

Usted no debe ser un experto para discutir la sexualidad con sus hijos. Existen libros que
puede consultar en busca de información o que están escritos para que los padres se los lean a sus
hijos. Si usted no sabe la respuesta a una pregunta, diga: “No estoy segura, pero lo averiguaré y te
lo diré”. Los chicos respetan a los adultos que están dispuestos a manifestar que no saben algo
cuando no lo saben. Quiero decir que la criatura no se queda con la idea de que él o ella tienen que
saberlo todo o ser perfectos. Si usted puede no ser un experto en los hechos, usted es un experto en
sus propios valores. Es una buena idea combinar la información sobre el sexo con sus
manifestaciones que le dicen al niño cómo se siente usted sobre el papel sexual en la vida de una
persona.

¿A qué edad descubren los bebés que sus genitales son una fuente de placer? El hijo de mi
sobrina tiene dieciocho meses y ha descubierto que poner las manos dentro de su pañal y tocarse el
pene es una manera de gozar. Por desgracia, mientras esto resulta placentero para él es muy
embarazoso para su madre y otros adultos. ¿Es posible modificar su conducta mediante la
disciplina, sin arriesgarse a posteriores problemas emocionales o sexuales?

Es normal que los varones pequeños toquen sus penes, y no es inusual para la mayoría de los
adultos de nuestra cultura que observan esto sentirse en una posición difícil o embarazosa. Durante
su primer año, los bebés pasan gran parte el tiempo explorando sus propios cuerpos, y casi todos

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descubren que tocar los genitales o presionarlos es más agradable que tocar otras partes de su
anatomía. Muchos niños pequeños pasan una significativa parte del tiempo a lo largo del día
cogiendo y tocando sus penes, en tanto las niñas pequeñas a veces se mecen hacia atrás y adelante
friccionando sus vulvas. Algunas criaturas pueden incluso masturbarse hasta el orgasmo. Unas
pocas demuestran gran orgullo por haber aprendido esta nueva habilidad. El problema es que
muchos adultos no se sienten cómodos con esta conducta.

Como usted ha sugerido, hay pruebas de que cuando se castiga a una criatura por esta
conducta puede haber serias consecuencias posteriores. Los terapeutas sexuales dicen que muchos
de los adultos que ellos tratan por problemas sexuales fueron advertidos cuando niños de no tocarse
nunca “ahí abajo” o fueron castigados por tocarse.

Basándose en lo que los investigadores y médicos comúnmente recomiendan, el mejor


consejo a los padres es que intenten trasmitir con calma y tranquilidad que, si bien la masturbación
es normal, es algo para hacer en privado. Incluso los niños pequeños pueden entender este mensaje
si se lo repite con calma y simplicidad.

Los padres de una criatura menor de dos años pueden llevarla tranquilamente a su camita,
alejada de los adultos que están molestos por esta conducta. Pero, a la hora de acostarse o de la
siesta, cuando el chico por lo general está solo, los padres no deberían intentar interferir en esta
conducta normal investigadora de tocarse, que algunas criaturas usan como parte de su relajación y
preparación para dormir.

Es difícil para los adultos tener presente que los niños pequeños no han adquirido todavía el
concepto de que ciertas clases de tocamientos son “sexuales”, y que no tienen sentimientos sexuales
equivalentes a los de los adultos. En otras palabras, cuando las criaturas tocan sus genitales lo hacen
sencillamente porque es agradable o porque ofrece comodidad y relajación; en cierta medida, esta
conducta es similar a chuparse el dedo pulgar.

Algún tiempo después de los dos años, los padres pueden explicar que tocarse los genitales
es algo que se hace en privado. Ir al baño es un ejemplo de otra actividad privada. El chico
comenzará gradualmente a reconocer la diferencia entre las actividades privadas y las públicas.

Nuestra hija de cuatro años tiene un hábito que nunca hemos visto en otros chicos. Desde
los dos años, su posición favorita, cuando mira la televisión o juega, es acostarse sobre su vientre
con un almohadón entre sus piernas, y mecerse hacia atrás y adelante. ¿Qué significa esto y cómo
deberíamos reaccionar nosotros, los padres?

Ya que usted ha escrito al Instituto Kinsey, supongo que ustedes interpretan su mecimiento
sobre una almohada como sexual. La masturbación mediante la fricción de los genitales contra una
almohada, juguete, mano o pie no es rara a los dos años, y ha sido documentada en niños aún
menores.

Esta no es una conducta poco común y no requiere una reacción especial de los padres a
menos que resulte penoso para los demás. En este caso, explíquele que debe hacerlo en la intimidad
de su habitación.

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He leído sobre la pubertad precoz en una niña de siete años, y pienso que algo como eso
puede estar ocurriendo con mi hijo de tres. Se toca, y su cuerpo reacciona. Esto sucede muchas
veces y una institutriz nos ha dejado porque dice que eso la hace sentir incómoda. Otras personas
también lo han notado. Consulté a un psiquiatra infantil, que aconsejó “no reaccionar
exageradamente”. Pero ahora algunas personas han sugerido que tal vez yo le esté mostrando
libros o películas pornográficos. ¡Jamás haría semejante cosa!

Su apariencia física es normal (no tiene vello púbico o agrandamiento genital), pero esta
conducta es diferente de cualquier otra a los tres años de edad. ¿Qué puedo hacer? De cualquier
modo, ¿qué e una “reacción desmedida”? Un pariente dijo que, si yo reaccionara de manera
desmedida, podría despertarle odio al sexo y a las mujeres más tarde en su vida.

La capacidad de un varón de tener erecciones no significa que esté entrando en una pubertad
precoz ni es un indicio de cualquier otro tipo de problema hormonal. Las erecciones empiezan aún
antes de nacer, son normales y una señal de buena salud. El problema parece ser su conducta frente
a los demás, no sus reacciones físicas. El tiene edad suficiente para que usted lo ayude a entender
esto: si bien tocarse el pene y tener una erección es agradable, otras personas no desean presenciarlo.
El debe aprender que ésta es una clase de actividad “personal” que es mejor hacerla en privado.

Los informes médicos sobre chicos estudiados y tratados por frecuente masturbación en
público a menudo ponen de relieve qué importante es para los padres, maestros y otros adultos
continuar demostrando afecto hacia la criatura. Por ejemplo, los abrazos de los padres no son
sexuales y retirarle el afecto físico puede hacer que un chico se sienta una “mala” persona, no
merecedora de amor. En cambio, alabe a su hijo cuando no se toque en público, y convenga con él
sobre el obsequio que le agradaría como premio por no masturbarse frente a otros por un
determinado periodo. Ponga en claro que tocarse los genitales está bien cuando se hace en privado,
en su habitación.

Tengo un hijo de ocho años al que le gustan las muchachas. Mientras concurría a un
campamento diurno durante un mes, el director me llamó por teléfono y me dijo que mi hijo había
besado a una joven monitora. También se lo encontró besando a la hija de la institutriz, y cuando
él tenía cinco años lo sorprendí jugando a los médicos con su hermana mayor.

El campamento diurno me dijo que él tiene problemas sexuales y que yo debería procurarle
ayuda psicológica. ¿Piensa usted que un niño de ocho años al que le gustan las niñas y roba un
beso aquí y allá requiere ayuda? Yo no quiero hacer de esto un caso clínico si es una fase pasajera
por la cual atraviesan los varones, pero sí quiero ayudarlo si es que lo necesita.

Es común tanto para los varones como para las niñas tener curiosidad acerca de los cuerpos
de otras personas, imitar la conducta de los adultos, por ejemplo, besar. En una investigación, las
maestras de un jardín de infancia informaron que los niños a menudo buscaban contacto corporal
con ellas. Los chicos querían que se los mantuviera cerca, sentados en la falda de la maestra, y ser
besados. Las maestras interpretaron esas conductas como deseo de los chicos de sentir seguridad,
conexión con el adulto y afecto. Y el veinte por ciento informó que en algunas oportunidades la
criatura intentó explorar el cuerpo de la maestra.

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Tampoco es raro que un niño pruebe los límites de un adulto para averiguar cómo
reaccionarán las personas. Esta comprobación a menudo comprende al sexo, ya que muchos chicos
descubren rápido que este tema es tabú para muchos adultos. Pero la conducta de su hijo ha
generado dificultades para él y para usted, independientemente de si se entrega a la curiosidad, el
juego o las comprobaciones sexuales. Un consejero infantil podría ayudar a determinar por qué la
criatura continúa con esta conducta, cuando ha descubierto que molesta a los demás. Consultar a un
consejero profesional puede ayudarla a descubrir cuáles, de los muchos problemas posibles, son los
involucrados, y a abordarlos. Dado que el terapeuta es objetivo, es probable que tenga más éxito en
descubrir por qué su hijo hace estas cosas que lo ponen en dificultades.

Algunas veces, los padres rehuyen el afecto físico (abrazar y besar) de los hijos porque
temen que no sea apropiado, que los estimulará sexualmente o los inducirá a convertirse en
“afeminados”. Sin embargo, todos los chicos necesitan afecto físico para un desarrollo psicosocial
saludable, y si no lo obtiene de sus padres pueden buscarlo en cualquier otra parte. También es
importante determinar si su hijo toca a los adultos porque tiene curiosidad respecto de sus cuerpos,
se procura así respuestas a preguntas que teme hacer, quiere la atención que obtiene de las
reacciones de los demás o busca deliberadamente suscitar interés.

Un consejero experto puede ayudar a explicarle a su hijo que ciertas conductas no son
apropiadas y sugerirle modos mejores para expresar afecto, curiosidad o sentimientos sexuales.
Además, dado que imitar la conducta sexual del adulto puede en algunos casos ser un indicio de
abuso sexual, el consejero también puede ayudarla a establecer si un adulto le ha hecho
insinuaciones a su hijo y aconsejarla para saber qué medidas tomar si eso ha ocurrido.

Una observación más: algunas veces los padres envían dobles mensajes a sus hijos. Les
dicen que no hagan cosas sexuales, pero también aplauden involuntariamente las precoces
actividades sexuales de su hijo, porque “los chicos serán hombres” (¡por lo general no les gusta nada
la misma conducta en sus hijas!). Es importante que su hijo entienda que él no debe violentar a los
demás – adultos o chicos – con sus inclinaciones o manoseos sexuales. Si se le pide que deje de
tocar y continúa haciéndolo, quizá pueda necesitar alguna ayuda para abordar sentimientos
agresivos.

Pregunte si el campamento diurno le puede recomendar un terapeuta calificado o llame a la


universidad más cercana, facultad de Medicina, centro público de salud mental hospital importante,
y pida una entrevista con un psicólogo infantil, un psiquiatra o un consejero especializado en el
desarrollo psicosexual de niños.

Estoy muy trastornada. Acabo de sorprender a mi hijo de diez años y a cuatro de sus
mejores amigos (todos varones de la misma edad) masturbándose en nuestro garage. ¿Significa
esto que él es homosexual? ¿O uno de los otros varones es homosexual?

Ninguna de sus suposiciones es válida. Los estudios, incluso uno efectuado por el Instituto
Kinsey, han demostrado que la actividad genital en compañía de gente de idéntico sexo, en niños y
adolescentes, no predice una conducta homosexual en la edad adulta. La conducta de la cual usted
fue testigo es típica de chicos de la edad de su hijo. Cuando Kinsey entrevistó a miles de hombres
adultos durante los años cuarenta, el cincuenta y siete por ciento de los varones preadolescentes
informaron acerca de este tipo de juego entre sus amigos. La expresión “juego sexual” se aplicó al

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toqueteo genital, y no comprendía una conducta sexual menos específica tal como la lucha o “jugar
a los médicos” estando vestidos.

Kinsey estimó que casi todos los varones y alrededor del veinte por ciento de las niñas se
entregaban al juego sexual con otras criaturas de aproximadamente su misma edad antes de llegar a
la pubertad. Investigaciones más recientes han señalado porcentajes similares o mayores. Esta
conducta, que tiene lugar durante la infancia, por lo general decrece en frecuencia cerca de la
pubertad, cuando los jovencitos comienzan a considerarse a sí mismos como adultos y desean que
los demás los consideren así. Esto coincide usualmente con el inicio del interés relativo al sexo. En
resumen: no tiene por qué preocuparse.

¿Perjudica al niño ver a los padres desnudos? Mi hijo de ocho años y mi hija de seis
siempre entran y salen del cuarto de baño mientras mi esposo y yo nos estamos bañando. Hasta
ahora no parecen estar impresionados o trastornados. Ahora mi cuñada dice que los hemos criado
mal y que ellos no serán normales.

Primero, recordemos que mostrarse desnudos es la norma de muchas culturas y entre


familias que deben compartir viviendas en barrios muy poblados. En algunas familias en Estados
Unidos la desnudez del adulto se considera completamente aceptable, en tanto otras la encuentran
totalmente inaceptable. La mayoría de las personas tiene una actitud más intermedia, considerando
que la desnudez de los adultos es aceptable en ambientes limitados, tales como zonas privadas de la
casa (dormitorios o cuarto de baño), o en unos pocos lugares públicos como los vestuarios.

Muchos psiquiatras sugieren que ver a los padres desnudos en ambientes apropiados, como
el cuarto de baño, no es dañino para los chicos de hasta diez u once años, la edad en que muchos
adolescentes comienzan a demostrar una creciente necesidad de intimidad y empiezan a cerrar
puertas sin importarles la conducta de los padres.

Por lo general, en Estados Unidos la mayoría de los padres tienen con sus hijos mayores las
mismas reglas que aplican a adultos que no son parientes. En algunas familias, estas reglas son que
las hijas continúan viendo a sus madres, pero no a sus padres. En otras familias más modestas, los
chicos no ven a sus padres desnudos y los padres tampoco ven desnudos a sus hijos. En otras
familias, la puerta del cuarto de baño se mantiene abierta.

Una investigación efectuada en un instituto superior para mujeres que se ocupó de la falta de
puertas en los baños de los dormitorios, demostró que las jóvenes acostumbradas a la desnudez del
baño en su casa consideraron la situación como rutinaria; las jóvenes de un entorno más modesto al
principio se mostraron tímidas y después comenzaron a considerar el hábito de la desnudez como
algo no sexual y rutinario.

De modo que cada familia establece sus propias reglas; las suyas no tienen por qué coincidir
con las de su cuñada o de cualquier otra persona, para que sea “normal” o apropiada. Lo que cuenta
es lo que sea cómodo para usted y su esposo y, a medida que sus hijos se hacen adolescentes,
también deben respetarse los sentimientos de ellos.

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Mi esposo y yo siempre tenemos mucho cuidado de cerrar la puerta cuando hacemos el
amor, de modo que nuestro pequeño hijo no “nos sorprenda con las manos en la masa”. He oído
que esto podría traumatizarlo de por vida. ¿Es cierto?

La manera como un hijo reacciona al presenciar la relación sexual de sus padres (a menudo
denominada por los psicoanalistas como “escena principal”) es probable que se relacione más con
las reacciones de los padres y la atmósfera familiar de franqueza y afecto que con cualquier otra
cosa.

Si el niño oye ruidos que suenan como de conducta violenta, si los padres parecen alarmados
o avergonzados, si le ordenan que regrese a la cama sin ninguna explicación, entonces la criatura
bien puede creer que lo que ha visto estaba mal o era amenazante. Por otro lado, si ellos tratan a la
criatura con calma y atienden a sus necesidades (un abrazo, un vaso de agua o cualquier otra cosa),
haber visto la relación de los padres es probable que tenga poco o ningún efecto.

Si su hijo entra mientras usted y su marido mantienen una relación sexual, él puede pedir que
le expliquen su actividad. Cuando usted se sosiegue, es posible que quiera decirle que ustedes
estaban expresándose su amor físicamente del modo como lo hacen las personas casadas, después
déle un abrazo y mándelo de vuelta a la cama. El razonamiento fundamental es que tener una
relación sexual es un modo como los adultos expresan su amor, y eso es adecuado y privado.
Instalar un pestillo en la puerta de su dormitorio es una buena manera de asegurar su intimidad.
Usted siempre puede levantarse para abrir la puerta si él necesita algo.

Cuando nació mi hijo, y durante algunas semanas posteriores, sus tetillas parecían algo
hinchadas y sus testículos también me parecían muy grandes. Su cuerpo aparentaba ser normal,
pero yo todavía me pregunto qué causó todo eso. Como madre primeriza, estuve entonces
terriblemente preocupada.

Lo que usted describe es normal para los recién nacidos. Durante el embarazo, la madre
segrega muchas hormonas que absorbe el feto. Los efectos de estas hormonas, en particular los
estrógenos, producen que los recién nacidos muestren diversas señales físicas que son características
de la madurez reproductora. Tanto las niñas como los varones pueden tener pechos y genitales
prominentes, y las niñas pueden llegar a tener una leve pérdida de sangre en la vagina, parecida a la
menstruación. Estos rasgos estimulados por las hormonas desaparecen pocas semanas después del
nacimiento.

Estoy preocupada por mi hijo de dos años y medio, y demasiado turbada para consultar a un
pediatra. Su pene es tan pequeño que, cuando se pone de costado, se parece a una nena. Por lo
general, está contraído en la parte carnosa de su zona púbica, de modo que incluso de frente se
asemeja a otro ombligo. La única oportunidad en la que sobresale siquiera un poco es cuando
orina. Cuando él nació no pensé que esto fuera raro, pero desde entonces he visto otros bebés
varones y sus genitales son mucho más grandes. Está circuncidado, pero resulta difícil mantener
limpio su pene, y a menudo se enrojece e irrita. ¿Significa esto que no podrá mantener relaciones
sexuales cuando crezca? ¿Debería hacerse algo al respecto? ¿O me estoy preocupando
innecesariamente?

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Es probable que la formación y el desarrollo de los genitales de su hijo estén bien, pero para
estar segura controle con su pediatra o un endocrinólogo de niños que sea experto en desarrollo
sexual. Los médicos han sido consultados sobre este y otros problemas sobre genitales en muchas
oportunidades, de modo que no se sienta turbada.

Los problemas genitales no son infrecuentes en los bebés y niños de cualquier sexo y en
general se corrigen con facilidad y con éxito. Existen diversos tratamientos quirúrgicos y
hormonales, pero un examen médico determinará si es necesario un tratamiento.

Recuerde que los chicos son expertos en percibir cuándo los adultos están preocupados. Por
lo tanto, busque pronto una opinión profesional, de modo que sus ansiedades no le hagan sentir a él
vergüenza de su cuerpo. Como la mayoría de los demás varones, es posible que en un determinado
momento pase por un período durante el cual piense que sus genitales son más pequeños que los de
otros hombres. Usted deberá estar preparada para afrontar las angustias de él con información
exacta.

Los padres se preocupan por la consecuencia que un problema genital puede tener sobre la
autoestima de un niño pequeño, en particular si observa que su pene es diferente del de sus amigos,
o si los otros chicos lo notan y se burlan. No espere a que su hijo le diga que se siente angustiado
por el tamaño de su pene o que los otros chicos le han hecho comentarios al respecto. Después de
haber consultado al especialista, hable con su hijo. Quizá pueda tocar el tema mientras lo baña.

Estamos preocupados por el pequeño tamaño del pene de nuestro hijo de tres años. Es más
pequeño que el de cualquier otro niño de la misma edad que hayamos visto. Incluso su abuela, que
me conocía cuando yo tenía esa edad, me ha manifestado su preocupación. Si bien nos resulta
embarazoso cuando alguien nos señala esto, sentimos mucha más preocupación aún porque él
pueda terminar sintiendo algún tipo de complejo de inferioridad.

Sabemos que, en cuanto a la capacidad reproductora se refiere, el tamaño del pene no es


muy importante. Sin duda, nos gustaría verlo normal en todos los aspectos, de modo que no tenga
que vivir bajo la presión de alguna clase de complejo. ¿Hay algo que se pueda hacer para corregir
esta situación? Desde un punto de vista médico es normal en todos los otros aspectos.

El desarrollo de los genitales difiere mucho en varones normales, de manera que hacer
comparaciones por edad no es de mucha utilidad. En general, cada niño experimenta un cierto
crecimiento en el tamaño del pene entre el momento en que nació hasta los cinco años de edad;
después se produce otro pequeño desarrollo hasta los diez u once años, momento en el que comienza
una evolución hacia el tamaño del pene adulto en respuesta a las hormonas de la pubertad. Sin
embargo, algunos no alcanzan el tamaño definitivo hasta los veinte años. Dado que ustedes están
preocupados, hagan ver a su hijo por un endocrinólogo pediatra. Lo más probable es que el tamaño
del pene de su hijo esté dentro del promedio normal para niños de su edad y que no sea necesario
ningún tratamiento médico.

No obstante, tienen razón en estar preocupados por el desarrollo psicológico de su


autoestima. Los especialistas pueden proporcionarle una fuente calificada de asesoramiento,
necesaria tanto para ustedes como para que su hijo pueda hacer frente a cualquier comentario o
problema futuros. Quizá su hijo necesite que se le diga repetidas veces que su pene está bien y que

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crecerá para ser igual al del padre cuando él sea mayor. A veces ayuda ensayar qué es lo que él
podría decir en caso de que un compañero de juego le haga bromas: “Soy normal, y mi pene está
bien para mí; crecerá cuando yo sea más grande. No todos los penes son iguales”.

En el improbable caso de que se encuentre un problema, un especialista puede prescribir y


vigilar un tratamiento en cooperación con el médico de la familia, de modo que no sean necesarios
viajes frecuentes a una institución médica distante.

Mi hija de seis años no puede controlar su micción y ni los antibióticos ni los psicólogos la
han ayudado. Su vagina está algo hinchada y roja; cuando orina siente dolor. ¿Qué puede estar
sucediéndole?

La incontinencia urinaria (la incapacidad de controlar la emisión de orina, durante el día o la


noche) puede tener muchas causas diferentes. Una de las más probables es una infección urinaria
y/o vaginal. No es raro que las niñas tengan tales infecciones, razón por la cual es importante
enseñarles que siempre se limpien de adelante hacia atrás cuando hagan uso del inodoro.

Concierte una cita para su hija en el departamento de urología del centro médico más
cercano, si es posible con un urólogo pediatra. Si no se descubre una infección urinaria simple, será
necesario someterla a una cuidadosa revisión para detectar una infección vaginal o anormalidades
congénitas (problemas anatómicos con los cuales haya podido haber nacido) de la vejiga o del tracto
urinario. También deberían realizarse un análisis y una evaluación completos de la función renal, y
verificarse si existe diabetes o no.

El primer examen pélvico puede ser una experiencia terrible, en especial para niñas
pequeñas, de modo que permanezca con su hija durante el primer reconocimiento y tranquilícela.
Un urólogo pediatra con vasta experiencia en niños puede realizar un examen con suavidad y sin
dolor. El tratamiento dependerá de lo que se encuentre, si se halla algo, en las diversas pruebas. No
vacile en hacerla atender por un médico. Esto no debe esperar.

LA PUBERTAD PRECOZ

¿Qué es exactamente la pubertad precoz? Pienso que mi sobrina quizás esté pasando por
esto, pero no estoy segura.

Se considera como verdadera pubertad precoz cuando se comienzan a desarrollar demasiado


temprano características físicas sexuales adultas. En las niñas, el desarrollo de los pechos antes de
los ocho años, y en los niños el agrandamiento de los testículos y los cambios en la piel de escroto
antes de los nueve años pueden ser señales de pubertad precoz.

Si bien no es común la pubertad precoz (afecta a uno de cada diez mil niños), si sospecha de
ello consulte a un especialista. Las hormonas comprometidas en la pubertad también influyen en el
crecimiento de los huesos. Si no se trata, la pubertad precoz puede limitar severamente la estatura
de un niño cuando sea adulto.

En el pasado se han intentado diversos tratamientos hormonales con distintos grados de


éxito. Un nuevo medicamento, incluido en la actualidad en los experimentos clínicos (Lupron),

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parece despertar buenas expectativas y espera la aprobación de la FDA. Este medicamento impide
literalmente que la glándula pituitaria envíe mensajes hormonales a todos los otros órganos
comprendidos en el desarrollo de la pubertad. A diferencia de tratamientos anteriores, éste ha dado
como resultado pacientes que lograron una estatura adulta normal. No obstante, debe administrarse
con cuidado, vigilar estrechamente los efectos y la dosificación debe ser adecuada a la situación
individual de cada criatura. El mismo medicamento parece ser eficaz tanto para varones como para
niñas, y hasta ahora no se han observado efectos colaterales negativos (se han utilizado durante
cinco años). Dado que sólo los investigadores especialistas en el estudio de tratamiento de la
pubertad precoz tienen acceso a los medicamentos más nuevos, y a los exámenes complejos
necesarios para una evaluación, buscar un buen especialista bien vale la pena.

Hay evidencias de que los niños que son claramente más rápidos o más lentos que sus
compañeros en relación con los cambios físicos de la pubertad también tienen más probabilidades de
tener tanto problemas psicológicos como sociales. Los especialistas en endocrinología pediátrica
comprenden qué importante es el asesoramiento tanto para los niños como para sus padres, a fin de
promover un desarrollo psicológico normal.

Mi hija menor tiene siete años, casi ocho. Comenzó a desarrollar sus pechos hace casi un
año, y en este momento está preparada para el uso de su primer sujetador. Al principio no podía
creer que esto estuviera sucediendo. Es muy delgada, de modo que no es obesidad, y nunca ha
tenido ningún otro problema médico. Sus dos hermanas mayores no pasaron por esto hasta que no
tuvieron once o doce años, y yo misma soy muy menuda, de modo que no lo entiendo. Me doy
cuenta de que esto no es normal, ¿pero es algo sobre lo cual debería estar preocupada? ¿Debería
verla un médico? Nunca le digo una palabra al respecto, pero otros chicos se burlan de ella. Me
parte el alma. Quiero asegurarme de que está sana.

El desarrollo de los senos antes de los ocho puede ser señal de un problema. Usted debería
consultar a un médico endocrinólogo pediatra lo antes posible. Si usted no le ha mencionado sus
inquietudes a su hija, los niños tienen plena conciencia de los cambios de su propio cuerpo y
constantemente comparan su propio desarrollo con el de sus iguales. Usted debería hablar con su
hija respecto del cuerpo de ella, y sobre cualquier inquietud que ella pudiera tener en especial, ya
que los cambios son tan notorios que los demás chicos lo han observado y comentado.

(NOTA: Esta carta es un claro ejemplo de cómo algunos padres rehúsan hablar con sus hijos
sobre el sexo en cualquier circunstancia. En este caso, la situación era evidente. La madre estaba
intranquila, y los otros chicos reaccionaban al respecto, y aun así no había entablado una
conversación con la hija. La idea de que una criatura no notará estos cambios es errónea).

Temo que mi hija tenga algún tipo de desequilibrio hormonal. Tiene ocho años y está en
segundo grado. Este año ha tenido un cambio radical de personalidad: peleas con las amistades,
arranques explosivos de mal genio en el hogar y llantos sin causa aparente. Hace varios meses
comenté que, si no la conociera bien, hubiera dicho que estaba pasando por la pubertad. Hace dos
meses, mientras la sacaba del baño, noté que tenía vello púbico y sus pechos parecían más
redondeados. ¿Qué debo hacer? ¿A que clase de médico tengo que llamar para que no me traten
como a una madre neurótica? ¿Debería buscar cualquier otro indicio, o hay alguna razón para
estar intranquila?

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Lo más probable es que su hija esté entrando en una pubertad precoz, pero completamente
normal. No obstante, una evaluación física completa incluyendo un examen neurológico y otras
pruebas, es la única manera de desechar cualquier posible problema físico. Y si hubiera un
problema, cuanto antes se lo diagnostique más posibilidades tendrá de subsanarlo y serán menores
las consecuencias sobre su estatura adulta. Hágala revisar por un endocrinólogo pediatra.

La adrenarca prematura (el desarrollo del vello púbico en las niñas antes de los nueve años)
puede ser sencillamente la primera señal de una serie de pasos en la pubertad normal, o bien un
problema suprarrenal (una glándula que produce hormonas). De modo similar, la tenarca prematura
(desarrollo de los pechos antes de los ocho años) puede deberse a un muy precoz aumento del
estrógeno o simplemente ser el comienzo de una pubertad normal.

Independientemente del resultado de la evaluación del estado físico de su hija, el médico que
haga el diagnóstico debería poder recomendarle una persona calificada para evaluar su estado
psicológico y brindarle asistencia si fuera necesario. Y por cierto, si ha comenzado la pubertad, es
posible que esté experimentando el comienzo de ciclos hormonales y tenga algunos de los síntomas
emocionales asociados, en algunas niñas, con la pubertad.

Pienso que mi hijo menor está entrando en la pubertad, pero sólo tiene ocho años. Su pene
aumenta de tamaño, aparece el vello púbico y me ha dicho que ha tenido emisión nocturna. Mi hijo
mayor inició su pubertad a los trece años, y mi otro hijo, que aún tiene doce, todavía no ha pasado
por ella. Deseo saber si comenzar la pubertad a una edad tan temprana puede ser perjudicial para
mi hijo.

Quizá su hijo está bien, y simplemente comienza la pubertad temprano, pero también es
importante comprobar si hay algún problema médico que lo cause. Si se descubren problemas, se
pueden administrar los tratamientos apropiados. Localice un endocrinólogo pediatra para hacer la
evaluación. Si son señales de pubertad precoz, sin tratamiento hay consecuencias potenciales
negativas.

Muchas personas piensan que la pubertad ocurre durante un corto período, o incluso en un
solo acontecimiento (primera eyaculación en los niños y primera menstruación en las niñas). De
hecho, el desarrollo de las características sexuales y reproductoras adultas es sólo un aspecto
concreto de un largo y complejo proceso de maduración que se inicia antes de nacer y que continúa
durante toda la infancia, a lo largo de la adolescencia y al comienzo de la edad adulta.

La edad en la que empiezan y terminan varios procesos hormonales y otros cambios varía
mucho de una persona a otra; incluso entre hermanos el tiempo de acontecimientos específicos a
menudo no es el mismo. Sin embargo, la aparición de cambios físicos como el vello púbico y el
aumento de tamaño de los testículos antes de los nueve años en los varones se considera precoz, y
requiere un diagnóstico. No lo demore: pida una entrevista ahora, de modo que si se indica un
tratamiento pueda comenzarlo a tiempo para regularizar su crecimiento.

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12
LA PUBERTAD
Cada chica y cada muchacho tienen un período muy individual de tiempo para desplazarse
de la niñez hasta la edad adulta. La pubertad (la adquisición de la capacidad física para
reproducirse) está señalada por varios cambios físicos, psicológicos y sociales. La pubertad es parte
de un proceso que se inicia antes del nacimiento, y continúa desarrollándose en la infancia como
resultado de las acciones de varias hormonas sobre el cerebro y el cuerpo.

Muchos jóvenes temen que estén desarrollándose con mucha lentitud, demasiado
rápidamente o de manera diferente de la de sus compañeros; este temor es alimentado por su falta de
información sobre el desarrollo puberal. La verdad es que la pubertad puede comenzar normalmente
tan temprano como a los ocho años o tan tarde como a los quince; esos primeros cambios se
efectúan en el interior y no pueden ser vistos. El desarrollo sexual hasta la edad adulta puede
completarse en sólo un año o puede tomar seis años o más. El calendario de los cambios de la
adolescencia puede resultar afectado por diversos factores: la edad a la que los padres iniciaron la
pubertad (herencia), la nutrición, el clima, el porcentaje de grasa corporal y muchos otros factores.

También es necesario saber que los mismos cambios hormonales que estimulan el desarrollo
físico desde la infancia hasta la edad adulta traen aparejados otros cambios normales: la
intensificación de los sentimientos y fantasías sexuales, más erecciones espontáneas, aumento de la
lubricación vaginal y una mayor incidencia de la masturbación.

El período de la adolescencia no sólo se caracteriza por los cambios físicos de la pubertad


sino también por los aspectos psicológicos, sociales y ambientales, que desembocarán en la edad
adulta. La maduración psicosexual, comenzada en la infancia, continúa; ésta es una época en que
las interacciones de la persona joven con otras de su misma edad prepara la escena para las
relaciones adultas. En la adolescencia la gente joven se enamora, ensaya la unión en pareja, define
más precisamente los atributos que encuentran más deseables en ellos mismos y en los compañeros,
y concretan qué visiones, sonidos, aromas y otros factores desencadenan la excitación y la
satisfacción sexual.

El doctor James M. Tanner, un médico británico, fue el primero en agrupar muchos de estos
cambios físicos de la pubertad en etapas del desarrollo para cada sexo. Los jóvenes deberían
encontrar tranquilizadoras estas descripciones de cada grupo de edad, porque cada etapa cubre una
amplia gama de edades. Por ejemplo, en un grupo de varones de catorce años usted puede ver
algunos que todavía no muestran los signos físicos visibles del cambio puberal, otros que parecen
adultos y los restantes en etapas intermedias: todos son totalmente normales.

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UNA NOTA ESPECIAL PARA LOS PADRES

Como cualquier padre podría atestiguar, el tiempo comprendido entre la iniciación de la


pubertad y los últimos años de la adolescencia es un periodo de tremenda transformación física.
Algunos jóvenes pasan por esa época suavemente, mientras que otros experimentan distintos grados
de alteración emocional. Es una época cuando los jóvenes, chicas y chicos, continúan definiendo lo
que significa ser masculino o femenino, se angustian por su aspecto y ensayan la danza del cortejo.
También es la época en que adquieren influencia las hormonas que desencadenan la segunda fase
principal del desarrollo sexual. No es entonces una coincidencia que ésta sea la época cuando los
jóvenes expanden sus actividades sexuales, que pueden incluir el beso, las caricias, la experiencia
del orgasmo y, para muchos adolescentes mayores, el coito. Es cuando las pautas personales de la
sexualidad adulta se hacen más definidas. Y suele ser la época de las emociones fuertes.

Es imposible leer muchas de las cartas de los jóvenes sin sentirse conmovido por su
desesperación, necesidad, temor, vergüenza, incomodidad y hambre de información. Algunos se
preocupan porque están desarrollándose demasiado lentamente: “Este es un problema muy molesto,
y está empezando a deprimirme pensar que seré un solitario cuando sea mayor”, escribe un
muchacho que teme que su pene sea demasiado pequeño. A menudo tenemos noticias de los padres
que se preocupan por los mismos asuntos. “Mi hijo está muy deprimido y amenaza con quitarse la
vida”, escribe una mujer cuyo hijo cree que sus testículos son más pequeños de lo normal.

Los varones no están solos cuando manifiestan angustia por su imagen corporal. Las chicas
se afligen porque tienen los pechos demasiado grandes, demasiado pequeños o desiguales. Muchos
están demasiado asustados o avergonzados como para hablar con los padres, y los padres mismos se
sienten intranquilos si deben tratar estos temas. “Tengo un problema y me da vergüenza consultarlo
con alguien”, comienza la carta de una chica que se preocupa por la irregularidad del flujo
menstrual, y se pregunta si es el resultado de la masturbación. “Estoy preocupada y avergonzada”,
escribe la madre de un chico de catorce años a quien ha comenzado a crecerle vello en el pecho.
“Me da vergüenza hablar con alguien sobre esto”, dice una chica que cree que sus pechos tienen una
forma rara. Un muchacho de catorce años, a quien van a circuncidar, escribe: “No podía preguntarle
estas cosas al médico porque mi padre estaba allí”. (Quiere saber si los varones circuncisos se
masturban). (Los muchachos circuncisos y no circuncisos se masturban).

Y a veces, cuando estos jóvenes tratan de hablar con un adulto, al parecer la conversación
sólo sirve para fortalecer la resolución de los jóvenes de permanecer en silencio. “Traté de decírselo
a mamá una vez, pero ella cree que soy demasiado joven para tener el síndrome premenstrual
(SPM)”, escribe una chica de quince años.

Del lado positivo, hay padres que no se sienten amenazados por el acercamiento de sus hijos
a la edad adulta. Un padre divorciado, con la custodia conjunta de su hija, escribió que deseaba
saber cómo señalar (y hasta celebrar) el primer periodo de la chica. “Me doy cuenta de que ella está
empezando la pubertad, y quisiera hablar con ella sobre la menstruación y decirle que me siento
orgulloso de que esté convirtiéndose en una joven mujer.”

Los padres harían bien en reaccionar como el de la última carta. Demasiados padres evitan
hablar de la sexualidad con sus hijos, porque les preocupa la idea de que equivalga a dar permiso.
Eso no es cierto. Se ha demostrado que proporcionar información sobre el sexo retarda la edad del

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primer coito, y evita el embarazo no deseado. Con frecuencia los padres creen que sus hijos son
demasiado jóvenes para hablar de estas cosas. Si a algunos les avergüenza hablar de sexo con sus
cónyuges, todavía más con sus hijos.

Cualesquiera que sean sus aprensiones, deberían superarlas y comenzar a hablar con sus
hijos del sexo o, por lo menos, a proporcionarles información escrita verdadera. Los cambios físicos
pueden comenzar normalmente a los ocho años. Aunque a la mayoría de los padres esto les parecerá
una exageración, a esa edad los chicos deberían saber que los testículos comenzarán a crecer, y
debería enseñárseles a revisarlos en busca de síntomas de cáncer testicular. Si los chicos supieran
qué es lo que pueden esperar de esta etapa, no estarían tan asustados ni confundidos por los cambios
que experimentarán en sus cuerpos y en sus sentimientos. Y serían menos proclives a creer en los
mitos y en las informaciones incorrectas que les proporcionan sus amigos.

Los adolescentes tienen sentimientos sexuales. Nada de lo que ustedes hagan o dejen de
hacer va a cambiar esto. La investigación ha demostrado con claridad que ellos se enamoran, tienen
actividades sexuales tales como besarse o acariciarse, y más de la mitad han realizado el coito
alrededor de los diecisiete años. Es importante que reciban la información fundamental que
necesitan con desesperación para mantenerse sanos.

Los adolescentes necesitan saber si los cambios físicos en sus cuerpos son normales, cómo se
realiza la reproducción, cómo evitar un embarazo no deseado y cómo protegerse de las
enfermedades que se transmiten por vía sexual. Si ustedes no les dicen todo esto, sus hijos
preguntarán a sus amigos y se arriesgarán a tener una información que no sólo es imprecisa (y que
puede conducirlos a la enfermedad o al embarazo) sino que también puede causarles preocupación o
alarma innecesaria. Si usted necesita ayuda para hablar sobre el sexo, consulte alguno de los libros
que figuran al final de este capítulo y léalos con sus hijos o déles uno para que lo lean.

Si su hijo o hija hace una pregunta que usted no puede contestar, diga: “No estoy seguro,
pero lo averiguaré”, y entonces pregunte al médico de la familia o vaya a la biblioteca y busque la
respuesta. Los jóvenes respetan a los adultos que admiten que no conocen todas las respuestas, pero
que desean encontrarlas.

La adolescencia es también el periodo de sus hijos en el que usted debe declarar con claridad
cuáles son sus propios sentimientos y escala de valores sobre la sexualidad y su papel en la vida.
Decir algo como “hagas lo que hagas, no quedes embarazada”, no es adecuado. Usted podría decir
que las emociones asociadas con el enamoramiento pueden ser fuertes a cualquier edad y que la
excitación sexual puede ser avasalladora. Pero también enseñe que cada persona puede aprender a
plantearse sus objetivos y límites personales, y evitar los riesgos de embarazos o de las
enfermedades transmitidas sexualmente, y aún así saborear las emociones del amor y gozar de las
sensaciones de la excitación. Los jóvenes necesitan aprender formas efectivas de decir no y de
defender sus valores de manera que su categoría con las amistades no disminuya.

Aun cuando la mayoría creemos que los padres deberían ser los responsables de la educación
sexual de sus hijos, muchos de nosotros no nos sentimos cómodos en ese papel. El doctor John
Bancroft, un investigador del sexo muy respetado, ha pensado que podría existir un problema
especial cuando los padres intentan conversar sobre asuntos sexuales con sus hijos. El sexo es uno
de los temas más tabú de nuestra cultura. Además, el tabú del incesto contra las interacciones

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sexuales entre miembros de la familia es aún más fuerte. Para muchas personas, hablar está cerca de
hacer, especialmente para aquellas que experimentan excitación sexual cada vez que hablan del
sexo. Esto puede asustar a un padre, que teme que la excitación sexual en ese contexto sea un signo
de sentimientos incestuosos por un hijo o una hija. ¿Qué pasa entonces? Otras veces, por desgracia,
toda comunicación sobre el sexo se interrumpe y los padres hasta se prohíben tener expresiones
normales de afecto hacia sus hijos.

En vista de todo esto, nuestra sociedad puede en realidad estar pidiendo a muchos padres que
hagan algo que les resulta demasiado difícil. Es natural que se sientan incómodos hablando sobre la
conducta, los sentimientos y los valores sexuales con sus propios hijos. Pero sigan probando.
También es muy incómodo encontrar a otro adulto de confianza para que hable con ellos o les
proporcione materiales escritos apropiados para sus edades.

LA PUBERTAD Y LA ADOLESCENCIA FEMENINAS

Las preguntas más comunes que recibimos de chicas y mujeres jóvenes, de entre los diez y
los diecinueve años, son sobre los temas siguientes: desarrollo puberal (demasiado rápido o lento),
problemas con la menstruación, curiosidad sobre las reacciones femeninas sexuales, problemas
vaginales (como las infecciones), tamaño de los pechos y métodos anticonceptivos.

Los cambios físicos generales para las chicas siguen durante la pubertad. Las cuatro etapas
que vamos a tratar sirven solamente como guías. No todas las jóvenes siguen la misma pauta de
desarrollo, ni a todas les ocurren estos cambios con la misma velocidad. Es completamente normal
que algunos cambios físicos aparezcan en diferente orden.

Las etapas del desarrollo puberal femenino

• Comenzando entre los ocho y los once años. Los cambios son sobre todo internos,
como las hormonas del cerebro actuando sobre los ovarios y otros órganos
reproductores para que comiencen a crecer. Esto aumenta la cantidad de estrógeno
producida, lo que ocasionará muchos de los signos físicos más notables que
aparecerán más adelante.

• Comenzando entre los nueve y los quince años. Primero la areóla (la zona oscura
alrededor del pezón), y luego los pechos, aumentan de tamaño y adquieren una forma
más redondeada. Si bien el vello púbico todavía es ralo, se vuelve más corto y más
grueso. Continúa el crecimiento en estatura y la grasa corporal continúa redondeando
los contornos del cuerpo. La descarga vaginal normal se hace más notable. Las
glándulas sudoríparas y sebáceas se vuelven más activas y puede aparecer el acné.
Los órganos reproductores internos y externos y los genitales crecen, haciendo la
vagina más larga y los labios más pronunciados.

• Comenzando entre los diez y los dieciséis años. Crecen la areóla y los pezones,
formando a menudo un segundo promontorio en el centro del pecho redondeado. El
vello púbico comienza a adquirir una forma triangular y crece para cubrir el centro
del monte de Venus (el monte adiposo sobre el hueso pubiano). Aparece el vello

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axilar. Se produce la menarca (el primer flujo menstrual). Los órganos internos
continúan desarrollándose y los ovarios pueden comenzar a liberar óvulos maduros
capaces de ser fertilizados. El crecimiento en estatura disminuye.

• Comenzando entre los doce y los diecinueve años. El desarrollo del pecho se acerca
al tamaño y forma del pecho adulto, el vello púbico cubre totalmente los montes y se
extiende hasta el tope de los muslos, la voz puede hacerse un poco más grave (no
tanto como en los hombres) y los ciclos menstruales se hacen cada vez mas regulares.
Algunos cambios más en la forma corporal pueden producirse después de los veinte
años.

Los pasos fundamentales para el cuidado de la salud

Hay varios pasos fundamentales para el cuidado de la salud que las jóvenes deberían
comenzar a dar durante la pubertad. ¿Se examina los pechos cada mes después del período
menstrual? ¿Anota la fecha de la menstruación y cualquier clase de síntoma, como calambres? ¿Se
examina los genitales con regularidad? Para esto es necesario usar un espejo manual para observar
todas las superficies externas.

¿Alguna vez le han hecho un examen ginecológico y una prueba de Pap? Desde los
dieciocho años (o antes, si es sexualmente activa), todas las mujeres deberían hacerse un examen
anual. El examen efectuado con regularidad es la mejor manera de poder advertir problemas en los
órganos internos y externos, como una infección vaginal, agrandamiento de un ovario o cambios en
las células del cerviz (la abertura entre la vagina y el útero).

Toda mujer debe hacer estas cosas, sea activa sexualmente o no. Las infecciones vaginales
pueden producirse en jovencitas y mujeres que nunca han tenido relaciones sexuales, que no han
llegado a la pubertad o ya han pasado la menopausia. Ser virgen no protege a la mujer contra las
enfermedades graves de los órganos reproductores.

Si usted no está convencida de que debe seguir estas rutinas necesarias y simples, debe
conversar con alguien que pueda ayudarla a tener una actitud más sana, más orgullosa y más
responsable respecto de su propio cuerpo. Quizá le resulte más cómodo hablar con una doctora o
una consejera. Si no conoce a nadie, piense en recurrir a una clínica de planificación familiar. Casi
todas ofrecen información para la atención básica de la salud de las mujeres, de una manera sensible
y afectuosa.

Esta no es realmente una pregunta, pero otras mujeres deberían saberlo. Cuando yo era
una adolescente, mi madre pidió hora para mí para que me hicieran un examen por problemas
menstruales. Me dijo que el médico me explicaría lo que ocurre durante un examen pelviano
cuando fuera a verlo.

El primer momento incómodo fue cuando me dijeron que me desvistiera y yo solamente me


quité las ropas exteriores. ¿Cómo iba a saber lo que querían? El segundo fue que la enfermera me
pusiera en una posición sin que yo supiera por qué esa posición era necesaria. Y el tercero fue
producido por mis gritos y lucha para salir de la camilla, porque no sabía que ese tocamiento
íntimo era un examen pelviano.

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El médico y la enfermera parecieron avergonzados por haber supuesto que, porque yo era
una adolescente, ya me habían hecho algún examen o había tenido algún contacto íntimo con un
muchacho. Yo estaba furiosa con todos: con mamá por su falta de detalles, con la enfermera y el
doctor por suponer que yo era sexualmente activa.

Todavía no he visto que alguien les diga a los padres que avisen a sus hijas qué deben
esperar durante un examen tan importante en la vida de una mujer. No debería haber motivos para
que el primer examen que se le haga a una chica produzca un trauma, ira, vergüenza o
incomodidad.

Gracias por su carta. Espero que todos los padres que la lean sigan sus excelentes
sugerencias. Todas las enfermeras y los médicos que efectúan exámenes pelvianos deberían
preguntar a cada mujer si es el primer examen. Deberían tomarse entonces el tiempo necesario para
explicar el procedimiento antes de iniciarlo. Pero, si ellos no hacen preguntas, díganles ustedes que
es el primer examen y que necesitan información referente a qué va a suceder.

Las preocupaciones por los pechos

Muchas mujeres jóvenes nos escriben con preguntas sobre el tamaño y el aspecto de los
pechos, asuntos que continúan siendo motivo de preocupación también en la edad adulta. Trate de
aceptar sus pechos como son. No se juzgue comparándose con los cuerpos que ve en las revistas.
Muchos han sido alterados por la cirugía plástica; además, los pechos son importantes para el
atractivo sexual solamente para algunos compañeros, pero no para todos. Los pechos de las
mujeres, como todas las partes del cuerpo, se presentan en una amplia variedad de formas y
tamaños.

Mi hija está preocupada por el tamaño de sus pechos y desearía adquirir seguridad. ¿Están
totalmente desarrollados los pechos de una chica cuando tiene la primera menstruación? Si así no
fuera, ¿hasta qué edad continúan creciendo?

El tamaño del pecho adulto no se logra hasta un tiempo después de la primera menstruación,
pero las pautas de crecimiento puberal varían de una mujer a otra. El desarrollo del pecho puede
continuar después de los veinte años. Además, el tamaño del pecho de una mujer fluctúa a lo largo
de su vida, debido a los cambios en las concentraciones de hormonas, el embarazo, el aumento o la
pérdida de peso. A causa de estos cambios normales, la mayoría de las mujeres no tienen un tamaño
“permanente” de pechos. Por ejemplo, algunas mujeres encuentran que sus pechos son mucho más
grandes durante la semana antes de la menstruación que durante las otras tres semanas del ciclo
reproductor.

Si su hija está muy preocupada por el tamaño del pecho, vea si el médico de la familia puede
recomendarle un especialista en el desarrollo adolescente para que su hija converse con él. A menos
que tenga una deficiencia hormonal (en cuyo caso lo más probable sería que no menstruara y que
careciera de otros signos de desarrollo), podría necesitar ayuda psicológica para superar sus
preocupaciones emocionales y no un tratamiento médico determinado.

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Tengo catorce años y todavía no he madurado sexualmente. Pero estoy comenzando a
hacerlo. Hace dos meses, en el pecho derecho, comenzó a desarrollarse un bulto redondo, que
después creció y es duro. Cuando lo presiono, duele un poco. Mi pecho izquierdo no tiene bulto.
El bulto está cerca del pezón derecho. Mamá me dice que ella tuvo esto cuando era joven. Yo no sé
qué hacer. ¡Por favor, ayúdenme, porque es urgente!

No es raro que aparezcan “nódulos” o bultos en uno o ambos pechos, cuando las hormonas
de la mujer joven comienzan a cambiar sus concentraciones y a adquirir las de la mujer adulta, pero
podría tranquilizarla que se hiciera revisar el bulto por un ginecólogo si permaneciera durante dos o
tres meses. Las enfermedades graves del pecho son muy raras a su edad. La felicito por haber
comenzado a autoexaminarse los pechos y por ser capaz de hablar con su madre de sus
preocupaciones: ambas cosas son importantes para la salud física y emocional, a medida que usted
avanza por los años de la adolescencia.

Tengo un problema muy grave y espero que pueda ayudarme. Cuando mis pechos
empezaron a desarrollarse todo era “normal”, pero a medida que crecían, uno creció más que el
otro. Ya hace tres años que vivo con este problema. He estado haciendo ejercicios pectorales con
el pecho más pequeño, pero no parece agrandarse. Me da vergüenza preguntar sobre esto en forma
personal.

Hace años que los profesionales médicos dicen que ninguna mujer tiene los dos pechos
iguales: siempre tienen diferente tamaño. Algunos investigadores calculan que más de la mitad de
las norteamericanas tienen diferencias visibles de tamaño entre los dos pechos, y que casi la cuarta
parte tiene un pecho que es un veinte por ciento más grande que el otro. El ejercicio le aumentará el
tejido mamario en el pecho más pequeño, pero puede aumentar los músculos pectorales subyacentes,
de modo que ese pecho podría llegar a parecer más grande. La mejor opción es superar la
vergüenza: para eso podría ayudar el hecho de que millones de mujeres tienen los pechos como los
suyos. Un terapeuta o consejero la ayudaría a sentirse más cómoda con su aspecto.

Las preocupaciones por la menstruación

Es normal que las jóvenes tengan una pauta irregular de ciclos menstruales cuando empiezan
a menstruar. Eso significa que no siempre transcurre el mismo número de días entre dos períodos, y
que no todos los períodos duran el mismo número de días. Es importante que comprendan bien la
relación entre menstruar y ser fértiles.

Soy un padre divorciado, con la custodia conjunta de mi hija (once años de edad) y de mi
hijo (nueve años). Mi hija y yo tenemos una buenísima y honesta relación, y siempre hemos sido
capaces de conversar sobre casi todo. Me doy cuenta de que ella está comenzando la pubertad, y
me gustaría hablarle sobre la menstruación y decirle que me siento orgulloso de que esté
convirtiéndose en una mujercita, pero no sé bien qué hacer ni qué decir.

Le felicito por tener una relación tan franca y tierna con su hija. Ojalá más padres actuaran
como usted. Tiene razón: la primera menstruación (menarca) es realmente un acontecimiento
importante en la vida, y generalmente se considera el signo de que la niña se convierte en mujer. La
investigación sobre las adolescentes ha demostrado que es importante para ellas estar preparadas

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para la menarca antes de que se presente. Las chicas estudiadas deseaban conocer la fisiología
menstrual (qué es lo que está ocurriendo en el organismo) y la higiene menstrual (cómo ocuparse del
flujo sanguíneo). Señalaron que también querían que se les explicara que la menstruación era
normal y saludable, ya que la aparición de sangre en otras circunstancias suele ser signo de
enfermedad o herida. También deseaban tranquilizarse respecto de que el flujo sanguíneo menstrual
no perturbara otros aspectos de sus vidas, como el deporte en el colegio y los acontecimientos
sociales.

En muchas civilizaciones, toda la familia celebra la menarca, y hasta participan pueblos


enteros, con fiestas especiales o danzas rituales. En algunos grupos, las jóvenes cambian su forma
de vestir o su peinado, para que todos se enteren de que ahora son adultas y aptas para el
matrimonio. La mayor parte de las civilizaciones occidentales ya no disponen de un rito formal para
reconocer el paso de una niña a la edad adulta y reproductora, así que muchos padres y amistades,
como usted, no saben qué decir o hacer.

Los investigadores preguntaron a algunas jóvenes de entre ocho y diecisiete años qué tipo de
ceremonia o de reconocimiento social creían que sería el más apropiado. La respuesta más frecuente
fue que les dijeran: “Felicidades, estás creciendo”. Algunos padres brindaron una comida especial o
llevaron a la hija a cenar afuera: un gesto simbólico apreciado por algunas jóvenes. Otras jóvenes
prefieren una muestra de apoyo menos pública, como algunas flores o algún obsequio que festeje la
nueva condición de mujer.

Usted y su hija tendrán que crear un ritual, o “rito de transición”, especial para ustedes dos.
Usted podría decirle a su hija que es consciente de que ella está pasando la pubertad y preguntarle
cómo le gustaría festejar esa transición importante. Dígale que a usted le gustaría saber cuándo ella
tuviera el primer período, así sabría cuándo llevar a cabo lo que entre los dos hayan planificado.

Si ella se siente incómoda con la idea de un festejo público (por ejemplo, podría querer ir a
cenar con usted, pero no con su hermano, que se enteraría del motivo), entonces llévela a ella sola o
pónganse de acuerdo en algo más privado. Pueden elegir una señal (por ejemplo, una llamada de
ella diciendo: “Por fin sucedió”), y asegúrele que su nueva condición de mujer adulta no será tema
de conversación a menos que ella quiera.

Ofrézcase ahora, o en otro momento futuro, para responder cualquier pregunta que ella
pudiera tener y darle su opinión de cómo los hombres sienten sobre esas funciones femeninas.
Muchas chicas tienen miedo de que los muchachos les hagan bromas sobre la menstruación, y usted
puede ayudar a su hija a que se sienta segura y orgullosa de este paso importante en las mujeres.
También es importante hablar de la menstruación con su hijo. La ignorancia masculina sobre los
ciclos reproductores femeninos puede producir confusión, malentendidos y falta de sensibilidad
respecto de las hermanas, madre y futuras esposas e hijas, así como embarazos no planificados.

Tengo trece años y me siento impaciente. He estado observando el desarrollo físico de mis
amigas con envidia. Hasta hace poco, también le sucedía lo mismo a mi mejor amiga, pero
entonces ella tuvo el período. Ahora me he quedado sola. No soy como la mayoría de las chicas de
trece años (preocupadas por ser normales) porque sé que mi cuerpo tiene su propio ritmo, pero lo
que necesito es información. ¿Cuánto tengo que esperar? Tengo todos los otros signos de la

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pubertad, excepto la menstruación, y un extremo desarrollo del busto. Estoy ansiosa por
convertirme en una mujer, pero me falta la paciencia. ¡Por favor, dígame qué hacer!

Esperar un poco más. La edad promedio de la menarca en Estados Unidos es poco antes de
los trece años (lo que quiere decir que algunas chicas menstrúan antes de los trece años y otras
después), así que usted está dentro de la escala normal de edad para no haber empezado todavía. En
realidad, la mayoría de las chicas tiene el primer período entre los diez y los diecisiete años. Como
los otros cambios puberales (desarrollo del busto, aparición del vello púbico, aumento súbito de la
estatura) han tenido lugar, posiblemente usted va a tener el primer período dentro del lapso de un
año.

Preocuparse por ser “tardía” es un problema en sí mismo. Si la información que le damos no


hace que usted se sienta mejor, debería hablar con sus padres, una consejera escolar, una enfermera
escolar, su maestra favorita o alguna persona adulta en la que usted confíe.

Si a los dieciséis años todavía no ha tenido un período, entonces debería consultar a un


endocrinólogo pediatra. El médico le hará varias preguntas, medirá su estatura y observará el
exterior de su cuerpo. Puede que le haga un análisis de sangre para controlar sus concentraciones
hormonales y que pida otras pruebas (como radiografías). Por lo general, no es necesario el examen
pelviano.

Tengo catorce años y estoy muy preocupada. Todas mis amigas ya menstrúan y yo no. Soy
muy delgada, y estoy comenzando a preguntarme si soy normal y si alguna vez tendré el período.

Su delgadez podría ser un factor. Una cierta cantidad de grasa corporal es necesaria para que
se produzca la menstruación. Por ejemplo, las bailarinas de ballet y las gimnastas, que tienen muy
poca cantidad de grasas, a menudo tienen menarca retardada.

Si usted no ha notado ningún signo de cambios puberales, y si su tasa de desarrollo no es


similar a la de otras mujeres de su familia (pregunte a su madre, sus hermanas y sus abuelas cuándo
comenzaron a menstruar), ha llegado el momento de ver al médico. Pero si usted ya ha notado
algunos cambios puberales, como el crecimiento de vello púbico, y si su velocidad de desarrollo es
parecida a la de otras mujeres de su familia, es probable que pueda esperar hasta los dieciséis años
para ver al médico. Si está demasiado preocupada para esperar, vaya ahora, así se sentirá más
tranquila y dejará de preocuparse.

Tengo trece años y tuve el primer período hace tres meses. Quiero saber cuándo tendré el
siguiente y si tendrá la misma duración que el primero, que duró ocho días.

No hay manera de predecir cuándo tendrá el período siguiente, y cuántos días durará. El
organismo puede tardar hasta siete años para establecer en las mujeres jóvenes ciclos menstruales
más regulares y predecibles. Parece que usted sigue la pauta común. En Estados Unidos, el tiempo
transcurrido entre dos flujos menstruales es con frecuencia más largo en las mujeres jóvenes que en
las mayores, porque los ovarios tardan más en producir un óvulo maduro para descargar.

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También ocurre que algunas mujeres tienen periodos que duran más de cinco días (el
promedio para las mujeres mayores) y/o tienen un flujo sanguíneo más abundante. Durante el flujo
menstrual, el útero pierde su recubrimiento, que está compuesto de tejido del endometrio. La
membrana vuelve a elaborarse entre un período y otro. Si el útero tiene un tiempo más largo para
reconstruir la membrana, como ocurre a menudo en las jóvenes, puede tardar más días en eliminarse,
simplemente porque se produjo más cantidad de membrana.

Mientras usted sienta que está en buen estado general de salud, pasar tres o cuatro meses
entre períodos a su edad no es un signo de problemas. Mientras, tiene que limitarse a esperar y ver
qué va a hacer su cuerpo, y estar preparada. Eso significa tener siempre una provisión de compresas
y/o tampones disponibles.

Tengo un gran problema y me da mucha vergüenza preguntarle a alguien. Hace dos o tres
años empecé a tener mi periodo. Entonces ocurrió algo muy extraño: nunca lo he tenido una vez al
mes. Lo tengo quizá cada dos o tres meses, y a veces cada cuatro meses. Estoy demasiado
asustada para consultar al médico de la familia. También me pregunto si la autoestimulación del
clítoris podría estar relacionada con el problema de mi ciclo menstrual.

No hay ninguna evidencia que sugiera que la masturbación pueda afectar el ciclo menstrual,
con la posible excepción de que el orgasmo alivia los dolores menstruales a algunas mujeres. Como
usted empezó a menstruar hace dos o tres años, lo más probable es que usted esté madurando
normalmente y sus períodos se volverán cada vez más regulares y se producirán con menor
intervalo. En unos casos, los ciclos largos pueden indicar un problema, así que si sus ciclos no se
regularizan en los próximos pocos años, o si usted continúa preocupándose, consulte a un
ginecólogo. No necesita decirle al médico lo de la masturbación.

Tengo quince años y tuve mi primera menstruación hace tres. Quisiera saber qué causa los
calambres menstruales y si voy a sufrirlos toda la vida. También he oído que el dolor podría ser
mental. ¿Es verdad esto? A mí me parecen muy reales.

El dolor menstrual (dismenorrea) puede proceder del útero, de la parte baja del abdomen, de
la parte baja de la espalda o de la zona superior de los muslos. Algunas mujeres informan que
aparece acompañado por náuseas, mareo y dolores de cabeza. Estos síntomas son verificables
clínicamente y no son imaginarios. El ejercicio realizado con regularidad y una dieta sana bastan
para reducir las molestias menstruales en muchas mujeres, pero otras deben tomar ibuprofen o algún
otro medicamento antiprostaglandina. Si usted no puede disminuir las molestias, vea a un
ginecólogo.

Tengo catorce años y todos los meses, durante aproximadamente unas semanas antes del
período, no puedo controlarme. Estoy de mal humor en casa. Duermo diez u once horas al día.
También lloro con mucha facilidad por cosas sin importancia. Creo que se trata del síndrome
premenstrual. Se lo dije a mamá una vez, pero ella piensa que soy demasiado joven para tener
SPM. ¿Soy demasiado joven?

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No, decididamente no. Es interesante constatar que el SPM no sólo aparece en las
adolescentes sino que es posible que en algunos casos raros comience en chicas que aún no han
comenzado a menstruar. Esto se debe a que los niveles hormonales ya son cíclicos a pesar de que
los períodos menstruales todavía no han aparecido.

El SPM está relacionado con los cambios hormonales que se producen aproximadamente una
semana antes del flujo menstrual en cada ciclo. Los síntomas pueden ser físicos o emocionales. A
partir de hoy, en una agenda o un calendario lleve un registro diario de sus ciclos menstruales, su
salud general y sus emociones. Tome nota de todo lo que aumente el estrés para usted, como los
exámenes o las discusiones con sus amistades y su familia. Marque el día en que comienza a
menstruar y cuándo se siente mal. Si lleva bien el registro, usted puede ayudar a que el médico
determine qué puede estar influyendo en el malestar.

Siga una dieta saludable, trate de mantener el consumo de sal tan bajo como sea posible para
reducir la retención de líquido y comience un programa suave o moderado de ejercicio, si es que ya
no lo practica. Estos pasos han ayudado a muchas mujeres a disminuir los síntomas del SPM.

Como el SPM puede tratarse, y porque es un problema físico (no sólo mental) para muchas
mujeres, vale la pena consultar a un ginecólogo si los síntomas continúan, para que haga una
evaluación de su salud. Lleve su registro al consultorio.

Quiero empezar a usar tampones. Pero no sé bien cómo hacerlo. ¿Bloqueará la vagina, o
puede dañar la vagina o el himen? (Aún soy virgen). ¿Se puede sentir el tampón dentro de la
vagina?

Una mujer es virgen hasta que haya realizado el coito, tenga o no el himen (la delgada capa
de tejido que cubre la abertura vaginal). Aunque en el momento de nacer el himen cubre
completamente la abertura vaginal, luego va desapareciendo; si así no fuera, las jóvenes no podrían
tener sus períodos. Así que el uso del tampón no daña el himen, aunque la joven conserve algunos
restos de la membrana en su vagina. Tampoco lesiona la vagina, pero siempre debe insertarse con
suavidad.

Si usted puede sentir el tampón después de haberlo insertado significa que no lo colocó de
manera correcta; probablemente no está lo suficientemente lejos de la abertura vaginal. Quítelo e
inserte otro tampón. Pueden ser necesarias varias pruebas hasta que usted aprenda a colocar un
tampón de la forma adecuada.

La descarga y las infecciones vaginales

Es normal que las mujeres tengan una leve descarga vaginal durante los años de la
reproducción. Pero por lo menos el veinte por ciento de las mujeres tienen una infección vaginal
(vaginitis), que puede aumentar la secreción; cambiar su color, textura u olor, y producir hinchazón
o irritación. No es raro que aun las mujeres muy jóvenes tengan infecciones vaginales o irritación
de la vulva acompañada por dolor, ardor y picazón. La única forma de diagnosticar y tratar una
infección vaginal es que le efectúen un examen pelviano.

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Tengo catorce años y aún no he empezado a menstruar. Hace un par de meses comencé a
tener una descarga, y a veces me produce irritación y dolor en la zona. No me siento cómoda para
hablar de esto con nadie. ¿Cuál es la causa? ¿Es normal? ¿Qué puedo hacer al respecto?

Hay dos tipos de descarga vaginal. Una es la señal normal del cambio puberal; ésta puede
ser a veces abundante, y alarma a algunas jóvenes que no saben qué pueden esperar. El aumento de
las concentraciones hormonales es la causa de la aparición de esta secreción en la pubertad, que
puede dejar una mancha en la ropa interior. El segundo tipo de descarga también puede ser
producido por las fluctuaciones hormonales, que alientan a las bacterias o a las levaduras que se
encuentran normalmente en la vagina a crecer desmedidamente.

Trate de usar solamente ropa interior de algodón y séquese con suavidad y cuidadosamente
después de bañarse, para ver si la irritación es producida por la humedad. Siempre límpiese de
adelante hacia atrás después de usar el inodoro. Si la secreción vaginal persiste, o si usted tiene
picazón o ardor, consulte a un médico (de preferencia un ginecólogo), que podrá controlar si existe
una infección vaginal.

LA PUBERTAD Y LA ADOLESCENCIA MASCULINAS

Los hombres menores de diecinueve años preguntan sobre todo acerca de su desarrollo
sexual (demasiado rápido o lento), el tamaño del pene, si la masturbación es mala para la salud, el
tamaño testicular, el orgasmo y la eyaculación (sobre todo las emisiones nocturnas, las
eyaculaciones mientras duermen).

La mayoría de los muchachos no notan los primeros cambios que inician la pubertad porque
tienen lugar en el interior del cuerpo. Los testículos comienzan a madurar y a producir cantidad de
testosterona que, a su vez, estimula el crecimiento de la glándula prostática y otros órganos internos
relacionados con la parte masculina adulta de la reproducción. Durante esta época empiezan a
producirse las erecciones espontáneas con mayor frecuencia.

Lo que sigue es una descripción de las etapas de la pubertad masculina. Como en el caso de
las etapas femeninas, éstas constituyen sólo una guía y no una lista rígida aplicable a todos los
varones. Es completamente normal que ciertos cambios físicos aparezcan más tarde o más
temprano, y no siempre en el orden de las etapas indicadas.

Las etapas del desarrollo puberal masculino

• Comenzando entre los nueve y los quince años. El primer cambio físico externo que
se nota es el crecimiento de los testículos, la piel del escroto se vuelve más rojiza y
gruesa, y aparece algo de vello púbico en la base del pene. La testosterona produce
también el cambio gradual en la forma del cuerpo, ya que desarrolla la masa muscular
y el varón comienza a crecer. La areola (círculo de piel oscura alrededor del pezón)
también se agranda y oscurece.

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• Comenzando entre los once y los dieciséis años. El pene comienza a hacerse más
largo; los testículos y el escroto continúan creciendo. El vello púbico se hace más
grueso, más rizado y se extiende para cubrir la zona entre las piernas. El cuerpo gana
estatura, los hombros se ensanchan y las caderas se angostan. A medida que se
agranda la laringe (caja de resonancia de la voz), comienza a hacerse más grave la
voz del varón. Aparece vello facial y axilar.

• Comenzando entre los once y los diecisiete años. El pene comienza a aumentar su
circunferencia y su longitud (aunque más lentamente), y los testículos continúan
aumentando de tamaño. La textura del vello púbico va pareciéndose más a la del
adulto, y aumenta el crecimiento de vello facial y axilar. Suele comenzar la
necesidad de afeitarse. Los órganos reproductores internos han mudado lo suficiente
para producir la primera eyaculación de semen (y espermatozoides). Casi la mitad de
todos los varones tienen ginecomastia (agrandamiento de los pechos), que disminuirá
en un año o dos. El aumento de las grasas propias de la piel puede producir acné.

• Comenzando entre los catorce y los dieciocho años. El cuerpo se acerca finalmente
a la estatura propia del adulto, y los genitales adquieren la forma y el tamaño que
corresponden a un hombre adulto, con el vello púbico extendiéndose a los muslos y
un poco hacia arriba en el abdomen. Aparece vello en el pecho, el vello facial
alcanza su crecimiento completo y hay que afeitarse con mayor frecuencia. En
algunos jóvenes continúa el aumento de estatura, vello corporal, crecimiento y fuerza
muscular hasta después de los veinte años.

Mi hijo, de catorce años y cuatro meses, ya ha desarrollado mucho vello en el pecho, el


estómago y el ombligo. Comenzó a crecer hace unos seis meses y estoy preocupada por la
velocidad con la que está desarrollándose. Empezó a afeitarse a los once años y medio, y ahora
ocurre esto. Sus compañeros de clase le hacen bromas y le ponen apodos. ¿Qué podríamos hacer?
Estoy preocupada y avergonzada.

Trate de controlar su vergüenza. Su hijo necesita su comprensión y apoyo; si él siente que


usted está angustiada o avergonzada, podrían intensificarse sus propias preocupaciones por ser
“diferente” y dañar su autoestima. Suele recomendarse el asesoramiento psicológico cuando un
muchacho tiene un aspecto diferente del de sus compañeros, para ayudarle a soportar los
comentarios al respecto. Esto debería enorgullecerla, y no avergonzarla, por el comienzo de su
masculinidad.

Si tuvo otros signos de pubertad antes de los diez años, como el crecimiento completo del
pene y los testículos, o la gravedad de la voz, sería apropiado consultar a un pediatra o a un
endocrinólogo infantil para que controlara sus concentraciones hormonales.

Las preocupaciones referentes a los genitales

Las preocupaciones por el tamaño del pene no son privativas de los varones jóvenes; esas
preocupaciones continúan en la edad adulta.

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Soy un muchacho de catorce años y pienso que hay algo que anda mal en mí. Mi cuerpo no
parece desarrollarse tan rápidamente como el de mis amigos. Espero que sepan lo que quiero
decir.

Suponiendo que sus genitales no sean tan grandes como los de alguno de sus amigos, o que
no tengan tanto vello púbico como ellos, no es para preocuparse. La pubertad es un proceso
ampliamente variable, y el crecimiento del pene a menudo no comienza hasta la edad de dieciséis
años. Pero, si usted ha notado que no le crecen los testículos y no tiene señales de vello púbico
cerca del pene, consulte a un médico.

Soy un hombre de quince años y tengo un problema. Tengo un poco de vello púbico pero no
me han crecido nada el pene ni los testículos. Tampoco tengo vello facial. Empieza a preocuparme
la idea de que algo va mal. Siempre oigo que el pene funciona igual tanto si es pequeño como si es
grande, pero soy demasiado consciente del tamaño del mío como para pensar en eso. Me negaría a
tener relaciones sexuales con alguien si se presentara la oportunidad. Este es un problema muy
molesto, y está empezando a deprimirme porque pienso que seré un solitario cuando sea mayor.
Por favor, ayúdenme. El problema es muy serio para mí.

La presencia de vello púbico es una buena señal de que usted ha comenzado a desarrollarse,
pero si todavía se siente preocupado, aún después de leer las directrices de la pubertad y
adolescencia masculinas, consúltelo con el médico de la familia. El podría hacerle un análisis para
comprobar que sus hormonas funcionan bien. O concierte una cita con un endocrinólogo pediatra.
En el caso poco probable de que se encuentre algún desequilibrio hormonal, está en una buena edad
para comenzar el tratamiento.

Lo más probable es que se encuentre que está usted bien, pero sea franco y dígale al médico
que esa situación lo deprime. Pídale que lo asesoren para aprender a manejar sus sentimientos. La
investigación ha demostrado que los jóvenes, hombre y mujeres cuyos cambios puberales son
diferentes de los de sus amigos, tienen mayor probabilidad de tener problemas de autoestima que
pueden afectar su adolescencia y su madurez.

Tengo diecisiete años. En estos últimos cuatro o cinco meses me ha llamado la atención que
mi pene no crezca nada. Tiene el mismo tamaño que el año pasado. Me afeito con regularidad, el
vello está comenzando a crecerme en el pecho, y tengo mucho vello axilar y alrededor del pene. La
masturbación, unas dos veces por semana de promedio, no parece ayudar.

El hecho de que usted no haya notado crecimiento desde el año pasado no es causa de
preocupación. Es normal que la velocidad de crecimiento genital se haga más lenta cuando el joven
está llegando al final de la pubertad. La masturbación no hace crecer el pene ni retrasa ni detiene su
crecimiento. La masturbación no tiene nada que ver con el desarrollo de los genitales masculinos o
femeninos.

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El otro día llegó mi hijo de diecisiete años y me dijo que hacía varios años que se
avergonzaba en la clase de educación física en la escuela, cuando los muchachos se duchaban
juntos. Finalmente, mi hijo se bajó los pantalones y me mostró el por qué. ¡Su pene es más pequeño
que el de su hermano de cinco años! Siente demasiada vergüenza como para permitirme que lo
lleve al médico. ¿Por qué su pene no ha crecido en todos estos años? ¿Qué puede hacerse? ¿Han
terminado los años de crecimiento?

No necesariamente. El puede estar todavía atravesando las distintas etapas de la pubertad. O


puede llegar a ser un adulto cuyo pene sea pequeño en estado de flaccidez, pero de tamaño medio en
la erección. Hay otros indicadores del desarrollo que son más importantes que el tamaño del pene.
¿Se han agrandado los testículos y el escroto? ¿Tiene vello púbico? ¿Ha eyaculado? Si esas señales
no existen, conviene consultar a un médico, de preferencia a un endocrinólogo pediatra.

Si el único problema que existe es el tamaño del pene, concierte una cita para que él vaya a
consultar a un urólogo, que controlará si existen algunos problemas estructurales, como una uretra
demasiado corta (el conducto que va desde la vejiga a la abertura de la cabeza del pene). Este estado
se llama “la cuerda”, y tira del pene acercándolo al cuerpo, haciendo que parezca más corto. Esos
tipos de problemas congénitos (presentes desde el nacimiento) pueden corregirse quirúrgicamente,
preservando totalmente las funciones urinarias y sexuales. Además del examen médico, su hijo
debería recibir asesoramiento para ayudarlo a no sufrir con sus sentimientos.

Tengo diecisiete años. Cuando tenía quince me masturbaba muchísimo, unas cinco veces
por semana. Después de un año de esto noté cuatro manchas pardas en la cabeza del pene. Dejé
de masturbarme durante cinco meses, pero las manchas no han desaparecido. Me enteré en la
escuela que una manera de saber si uno tiene el SIDA son las manchas pardas. No tengo ningún
síntoma del SIDA, excepto la diarrea. Mi pregunta es: ¿tengo el SIDA? Por favor, conteste mi
carta: es un asunto de vida o muerte.
P.D. Nunca he tenido ninguna relación sexual con nadie. Nunca he tomado drogas.

Los cambios físicos durante la pubertad incluyen algunos cambios en la textura y color de la
piel de los genitales. El médico le dirá si esas manchas son parte de ese proceso normal, y es
probable que lo sea. ¿Le hicieron alguna transfusión de sangre entre 1981 y 1986? ¿Le recetaron
algún medicamento hecho con sangre (como los que se usan para tratar la hemofilia)? Si la respuesta
a estas preguntas es no, entonces es casi imposible que usted haya sido infectado por el virus del
SIDA, ni de cualquier otra enfermedad que se transmita por vía sexual. Para su tranquilidad,
pregunte a un médico sobre las manchas pardas. No necesita hablar de la masturbación, a menos
que usted lo desee. A los quince años, casi el noventa por ciento de los muchachos se ha
masturbado.

Soy un adolescente que tiene un problema referente a la teoría loca de mis padres sobre los
testículos masculinos. Mis padres creen que mis testículos han crecido muchísimo y piensan que
éste es el resultado de tocar un instrumento de viento, el saxo tenor. Insisten en que debo dejar de
tocarlo. Hablando constantemente casi me han convencido. Pero no quiero dejar de hacer algo
que me gusta muchísimo.

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No conozco ninguna investigación que relaciones el agrandamiento testicular con la práctica
de un instrumento de viento, y es muy poco probable que esto tenga algo que ver con el crecimiento
de sus testículos. Lo más probable es que usted tenga el aumento anormal del tamaño genital que se
produce durante la pubertad. Pero, para tranquilizar a sus padres y descartar cualquier problema de
salud, consulte a un urólogo para saber si sus testículos son sanos. Sólo un examen médico puede
determinar si hay algún problema con sus testículos, y cuál es la causa del cambio.

¿Existe alguna manera de aliviar el dolor en los testículos debido a la falta de oportunidad
de practicar el coito? Mi amiga dice que ella no sabe nada al respecto. ¿Solamente algunos varones
lo sufren?

Supongo que su pregunta se refiere al dolor o molestia testicular causada por la excitación
sexual prolongada sin eyaculación ni orgasmo, comúnmente llamada “pelotas tristes”. (En algunas
zonas de Estados Unidos, esta expresión popular también se usa para referirse a la gonorrea). Un
estado similar puede producirse en las vulvas.

Para ambos sexos, la causa es la acumulación de sangre (vasocongestión) en la zona pelviana


y genital, y es una parte normal de la fase de reacción sexual denominada excitación. Los síntomas
de vasocongestión en ambos sexos se alivian rápidamente mediante el orgasmo (producido por la
actividad sexual con una compañera, la masturbación o, de manera involuntaria, durante el sueño).
También se alivia cuando se deja disminuir la excitación, deteniendo la estimulación sexual. No hay
evidencias de que ese estado temporal produzca daños físicos.

La erección y la eyaculación

Las erecciones, aun en situaciones no sexuales, son normales y signos de buena salud; sin
embargo, muchos jóvenes tienen dudas y preocupaciones por las erecciones. Las emisiones
nocturnas o “sueños húmedos” también son normales, e indican que el cuerpo está funcionando
bien. Aunque pueden producir un poco de alarma a alguien que no esté preparado para ellas, y no se
dé cuenta de que es una parte natural del crecimiento, las emisiones nocturnas son saludables, no
pueden controlarse y no deberían ser causa de preocupación.

Soy un hombre de quince años y estoy todavía en la etapa de la pubertad. Suelo tener
erecciones en cualquier momento del día. A veces se producen en la ducha después de la gimnasia,
y me da mucha vergüenza. ¿Puedo hacer algo para evitarlas?

Algunos hombres experimentan un aumento de la cantidad de erecciones espontáneas desde


alrededor de los ocho años de edad. Esas erecciones involuntarias se producen a menudo sin
pensamientos ni estimulación sexual. Usted puede tener una erección cuando los genitales se frotan
contra la ropa, cuando se siente frío o mientras se ducha. Es normal tener erecciones en esas
situaciones y también es normal no tenerlas. Cada joven reacciona a su manera ante los cambios
físicos, hormonales y psicológicos de la pubertad.

Algunos jóvenes sienten culpa o angustia por las erecciones espontáneas, sobre todo cuando
se producen en situaciones no sexuales. Los intentos para controlar las erecciones espontáneas

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pueden causar problemas más adelante con el funcionamiento sexual. A la mayoría de los jóvenes
les resulta imposible controlar las erecciones espontáneas. Los que intentan hacerlo es probable que
fracasen y sientan aún más culpa, temor y angustia.

Usted debería también saber que las nota más que los otros. Por lo general, desaparecen en
unos pocos minutos, y usted deja de preocuparse por ellas. La erección puede durar más si usted se
angustia cuando se produce; el pene no se ablandará hasta que los músculos en su base se relajen y
la sangre acumulada vuelva al torrente sanguíneo.

Puede estar seguro de que a algunos de sus amigos les pasa lo mismo, aunque los muchachos
no suelen hablar del tema. Por desgracia, muchos jóvenes temen que tener una erección cuando hay
otros hombres presentes (por ejemplo, en la ducha después de la clase de gimnasia) sea un índice de
homosexualidad. Pero no es así.

¿Qué es un “sueño húmedo”? Algunos de mis amigos dicen que los tienen. Tengo catorce
años y no he tenido ninguno. ¿Significa eso que algo va mal?

No. Alrededor de los catorce años sólo el veinticinco por ciento de los muchachos informan
que han tenido una eyaculación o “sueño húmedo” durante el sueño (una “emisión nocturna”, en
términos científicos). La mayoría, pero no todos los hombres, pueden haber tenido por lo menos
una de esas experiencias en la etapa de los cambios puberales. Algunos jóvenes las tienen con
regularidad. Los cambios internos durante la pubertad incluyen el crecimiento de la próstata (que
elabora el líquido de la eyaculación) y el crecimiento de las vesículas seminales y otros órganos por
los que el semen y los espermatozoides viajarán. La producción de espermatozoides en los
testículos también comienza en esta etapa.

Las emisiones nocturnas son completamente normales y no pueden controlarse de manera


consciente. Pueden ocurrir con o sin sueños sexuales, de la misma forma que se producen en los
hombres adultos, y hasta en los fetos y los bebés, que experimentan erecciones durante los estados
del sueño, cualquiera que sea el contenido onírico.

Me alegro de que haya preguntado sobre los “sueños húmedos”. Es tan importante para los
muchachos conocer con antelación este fenómeno corporal como lo es para las chicas estar
informadas antes de la aparición del primer flujo menstrual. Hay informes de muchachos que se
aterrorizaron por la aparición de este fluido desconocido y supusieron que era signo de enfermedad
o lesión.

Soy un muchacho, cumpliré catorce años dentro de un mes y nunca he eyaculado y creo que
tengo un problema. Cada vez que tengo un sueño húmedo, la sustancia que sale no es como el
lechoso semen blanco que me han descrito. Es como una gelatina traslúcida, usualmente
acompañada por orina. ¿Debería contárselo a mis padres? ¿Consultar a un médico? ¿O limitarme
a esperar? Estoy preocupado. ¿Es verdad que no se puede orinar mientras se tiene una erección?
Si así fuera, ¿me pasa algo malo porque yo lo hago?

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Es probable que lo que usted ha experimentado sea una emisión nocturna involuntaria. El
color y el aspecto de la eyaculación pueden variar. Puede ser amarillento (aunque no es orina) o
más blanco. Algo del líquido eyaculado puede ser traslúcido, y éste es el fluido que podría provenir
de las glándulas de Cooper. El semen que usted describe parece normal.

A pesar de lo que usted ha oído, es posible orinar con una erección parcial. Sólo cuando la
erección es máxima, y justo antes de la eyaculación, el esfínter interno de la vejiga se cierra para
evitar que la orina fluya por la uretra. Una vez que el hombre se ha despertado, ido al baño y
pensado en orinar, la erección y la excitación suelen disminuir para permitir la micción.

Pero, por favor, hable con sus padres sobre esto si tiene confianza para hacerlo. Ellos ya
deben suponer que usted ha llegado a este estado del desarrollo, y se sienten incómodos por ser los
primeros en tratar el tema. También es muy apropiado que consulte al médico sobre esto la próxima
vez que lo vea. No es probable que haya nada malo, pero el control de su progreso por las distintas
etapas puberales es un aspecto importante del cuidado de la salud. Los médicos están
acostumbrados a que se les haga este tipo de preguntas.

LAS REACCIONES SEXUALES DE LOS HOMBRES Y LAS MUJERES JOVENES

El tocamiento genital que suele comenzar en la infancia, y progresa en muchas criaturas


hasta la masturbación y el orgasmo mucho antes de la llegada de la pubertad, se vuelve aún más
común durante la adolescencia. Y aunque muchos jóvenes, muchachos y muchachas han practicado
juegos sexuales en la infancia, ahora se vuelven más conscientes (y preocupados) por los
sentimientos sexuales que experimentan por individuos determinados.

Las reacciones sexuales, como las erecciones y la lubricación vaginal, resultan más obvias
cuando los adolescentes llegan a los niveles hormonales propias del adulto. Cuando la gente joven
se desplaza hacia la edad adulta, sus interacciones sexuales pueden producir nuevas preocupaciones,
como el atractivo que pueden tener para los demás, las responsabilidades como la paternidad o
maternidad no deseadas, y el temor a las enfermedades que se transmiten sexualmente. También
pueden empezar a cuestionarse las pautas de reacción sexual y la propia capacidad para tener
orgasmos.

Soy una chica de quince años. Comencé a menstruar el año pasado, y desde entonces estoy
sintiendo urgencias sexuales y no sé qué hacer al respecto. A veces han sido muy fuertes, y hasta
tengo una descarga cuando sueño con el sexo o mientras tengo necesidades sexuales. ¿Cómo
puedo controlar esas urgencias? Y, ¿qué tienen que ver con los períodos? Y ¿por qué tengo una
descarga vaginal durante los sueños y las urgencias sexuales?

Sus “urgencias sexuales” son normales. Usted no puede controlar los sentimientos sexuales
(son saludables, y signos de que está creciendo), pero usted es la responsable de su conducta. Por
desgracia, a muchas adolescentes no se les ha explicado que en la pubertad se producen tanto
cambios psicológicos como físicos. Junto con la menstruación es común experimentar un aumento
de los deseos, los sueños, las fantasías y la excitación sexual. Aprender a manejar esos sentimientos
y a tomar decisiones referentes a la conducta sexual forma parte de la transición a la edad adulta.

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El nivel de estrógeno en las mujeres jóvenes aumenta muchísimo durante la pubertad,
alcanzando una cantidad que es de ocho a diez veces mayor que la que se encuentra en el cuerpo
durante la infancia. Esto hace que se produzca la descarga normal que fluye gradualmente de la
vagina como usted describe. En realidad, es una parte del proceso natural de limpieza de la vagina.
El aumento de estrógeno, combinado con otros cambios hormonales, también hace que se inicie la
menstruación. A veces, la lubricación se produce por un pensamiento o una fantasía de carácter
sexual pero otras veces es espontánea y no tiene ninguna relación con el sexo.

Para muchas personas jóvenes, los sentimientos o urgencias sexuales pueden ser muy fuertes.
Algunos jóvenes, que no comprenden que los sentimientos sexuales son una parte del crecimiento
biológico, sienten vergüenza o temor. El conjunto de valores y circunstancias personales de cada
individuo ayudará a decidir cómo la biología reproductora se combina con los sentimientos sexuales
y con el comportamiento. Con el tiempo y la experiencia, la mayoría de las personas llega a sentirse
cómoda con sus sentimientos sexuales y aprenden a incorporarlos a otros aspectos de sus vidas. Por
desgracia, los científicos conocen muy poco sobre cómo funciona este mecanismo humano, así que
no hay datos para poder ofrecerle patrones generales de conducta. Sea paciente con usted misma.

Soy una chica de diecisiete años que tiene fantasías sexuales, que suelen ser muy sexuales,
pero: 1) no tengo novio, y 2) no soy sexualmente activa, y no pienso serlo por largo tiempo. ¿Hay
manera de satisfacer mi apetito? (No quiero parecer hambrienta de sexo). ¿Ayudaría la
masturbación, o piensan que soy demasiado joven? Por favor, díganme si eso me volvería
sexualmente incompetente o si me haría daño de alguna otra manera. Soy nerviosa.

La masturbación es común entre las mujeres jóvenes, aunque no se masturban tanto como los
hombres. Un estudio reciente de mujeres entre los dieciocho y los treinta y seis años de edad mostró
que el treinta y siete por ciento se había masturbado durante la infancia, y otro estudio informó que
más del setenta y cinco por ciento se había masturbado durante la adolescencia. No hay evidencia
científica de que la masturbación tenga algún efecto físico negativo. En realidad, hay algún indicio
de que las mujeres que se masturban tienen menos problemas sexuales más adelante que las mujeres
que no lo hacen. Muchos de los programas de terapia que tratan a las mujeres que no tienen
orgasmos se basan en enseñarles a masturbarse para lograr el orgasmo.

Los especialistas en la conducta adolescente sugieren que las fantasías sexuales pueden ser
útiles a los adultos jóvenes, y hasta ser un sustituto de la relación sexual con otros. También pueden
proporcionar una clase importante de “ensayo mental”, que hará que más adelante los encuentros
sexuales sean más cómodos y placenteros.

Puede ser normal que un muchacho de quince años se masturbe, pero ¿es normal llegar a la
eyaculación? Mi hermano tiene quince años, y desde el año pasado se masturba hasta eyacular. Lo
hace todos los días, en ocasiones dos veces. Estoy preocupado por esto, y no sé si es anormal. Por
favor, explíqueme ese comportamiento.

Puede dejar de preocuparse por su hermano. La primera eyaculación suele producirse entre
los once y los diecisiete años, pero también en chicos de ocho años, o después de los veinte. La
capacidad de eyacular a la edad de su hermano está bien dentro de la escala normal.

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La eyaculación no es un signo de enfermedad. Acompaña normalmente al orgasmo (la
descarga espasmódica de la tensión muscular) cuando un muchacho llega a la etapa puberal en la
que las hormonas han hecho madurar a la próstata y a otros órganos internos, hasta el punto de
producir semen. Los muchachos que no han llegado a esta etapa de la pubertad no eyaculan cuando
se masturban hasta el orgasmo.

La investigación realizada en varones menores de quince años que se masturban hasta el


orgasmo informa de una frecuencia media de unas tres veces por semana, lo que significa que
algunos lo hacen con menor frecuencia, otros con mayor, y algunos no lo hacen. Masturbarse una y
hasta dos veces al día no es raro.

Soy un hombre de diecisiete años que se ha masturbado un promedio de tres veces por
semana desde los trece años. ¿Disminuirá esto mi capacidad para mantener la erección o para ser
padre en el futuro?

No existen evidencias de que la sexualidad pueda “gastarse” durante la juventud, dejando a


la persona incapaz de tener erecciones o producir esperma. En realidad, lo opuesto parece ser más
verdad. Los estudios sobre la gente mayor sexualmente activa demuestran que fueron sexualmente
activos con precocidad en sus vidas.

Mi hijo de dieciocho años ha salido con chica desde hace varios años. Ahora está
enamorado y tiene relaciones con una hermosa chica. Pero hace poco me contó que tuvo dos
experiencias homosexuales antes de la adolescencia, y se ha sentido preocupado por ellas desde
entonces. Tiene miedo de ser gay, porque le gusta mirar a otros hombres y tiene pensamientos
perturbadores. Le dije que no creo que lo que experimenta sea raro en los heterosexuales, y él ha
recibido algo de asesoramiento. ¿Podría arrojar un poco más de luz sobre el tema?

No es raro que los hombres cuya conducta sea completamente heterosexual hayan tenido
algunas experiencias con miembros del mismo sexo en su juventud y/o sentimientos y fantasías
eróticas con otros hombres durante la vida. Esa experiencia no significa necesariamente que un
hombre sea homosexual ni predice su conducta futura.

Continúe esa comunicación abierta y de apoyo con su hijo. Pudiera ser que él estuviera
buscando la seguridad de que usted lo amaría aunque continuara sintiendo atracción por otros
hombres. Aliente a su hijo a que siga con el asesoramiento psicológico. Déjelo elegir un consejero
diferente si no está conforme con el actual.

LA FERTILIDAD Y LA ADOLESCENCIA

¿A qué edad las adolescentes son fértiles? ¿Es verdad que cuando un muchacho es capaz de
eyacular puede embarazar a una chica, y que cuando una chica tiene el primer período puede
quedar embarazada?

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Es correcto lo que dice de los muchachos. La eyaculación de semen es una señal de que los
órganos internos reproductores están llegando a la madurez, y los espermatozoides pueden aparecer
hasta en la primera eyaculación. Pero, para las chicas, la fertilidad puede ser más difícil de
establecer. Lo importante no es si ella menstrua o no, sino si ella descarga óvulos. Esto es difícil de
determinar sin pruebas complicadas. Además, también hay casos de mujeres jóvenes que quedan
embarazadas antes de haber tenido el primer periodo. Eso es porque en cada ciclo se descarga un
óvulo (ovulación), antes de que el útero desprenda su membrana (flujo menstrual).

Si bien muchas mujeres jóvenes no son totalmente fértiles en los primeros años de la
menstruación (porque aún no producen óvulos con regularidad), algunas son muy fértiles desde edad
muy temprana. La madre más joven que se haya registrado es una niña de cinco años y seis meses,
que tuvo un niño de tres kilos mediante una cesárea. Esta niña peruana había comenzado a
menstruar a la edad de tres años, y es uno de los ejemplos mejor conocidos de pubertad temprana en
las mujeres.

La anticoncepción

El método más efectivo para evitar el embarazo no deseado es abstenerse de cualquier


actividad sexual en la que el semen se deposite dentro de la vagina o cerca de la abertura vaginal. Si
usted decide practicar el coito y no quiere quedar embarazada, debe utilizar un método eficaz de
control de la natalidad. Si no está preparada para conocer los métodos anticonceptivos ni para ser
responsable sobre su uso cada vez que se practica el coito, no tiene la madurez suficiente para
empezar a tener relaciones sexuales. Los adolescentes sexualmente activos deberían preocuparse
también por las enfermedades transmitidas por vía sexual, e informarse sobre su prevención.

Mi hija tiene quince años y ha pedido permiso para tomar la píldora. No tiene un novio
estable, y fundamentalmente hace cosas en grupo con las chicas. Me sentiría muy mal si no
aprobara el uso de la píldora, y también si lo aprobara. Quizás usted pueda responder a algunas
de mis preguntas.

¿Es verdad que si ella no tiene un novio estable se entregará a quien fuere en cualquier
momento y tendrá una mala reputación? Si empieza con la píldora a los quince años, ¿tendrá
problemas más adelante, cuando desee tener hijos?

Usted parece pensar que tomar la píldora alentará a su hija a comenzar a tener relaciones
sexuales. Esta idea se basa en la creencia de que el único motivo por el que las adolescentes no
practican el sexo es el temor de quedar embarazadas, y que, una vez suprimido ese temor, se
volverán promiscuas sexualmente. No he encontrado ninguna investigación en apoyo de esta teoría,
aunque hay un estudio que evaluó el efecto de los anticonceptivos (junto con la educación sexual) en
las adolescentes. Este estudio señaló que las adolescentes que tienen acceso a esos métodos solían
retrasar el primer coito.

¿Le ha dicho su hija por qué quiere tomar la píldora? Algunas mujeres jóvenes han oído que
los anticonceptivos orales disminuyen el dolor menstrual y otros síntomas premenstruales (SPM).
Esto sirve en algunos casos, pero no en todos. Si los motivos de su hija son médicos, consulte a un

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ginecólogo. En general, no se cree que se reduzca la fertilidad por tomar anticonceptivos orales en
la adolescencia. Sin embargo, los especialistas sugieren que las mujeres jóvenes deberían menstruar
con regularidad por lo menos durante seis meses o un año antes de empezar a tomar la píldora.

Agradezca que su hija se siente cómoda hablando con usted de la píldora. El paso siguiente
es descubrir por qué la quiere. Si es para controlar la natalidad, usted debe comunicarle claramente
sus actitudes y valores referentes al tema. También sería una buena idea describirle otras formas de
anticoncepción y hablar sobre la eficacia de cada una para evitar el embarazo no deseado y la
exposición a las enfermedades transmitidas por vía sexual. Al parecer, ella está actuando de manera
muy responsable, y usted podría felicitarla porque muchas adolescentes y hasta algunas mujeres
adultas no son tan conscientes.

Durante la conversación, usted podría señalarle que la investigación ha demostrado que la


experiencia del primer coito resulta más positiva cuando existe una relación amorosa.

Soy una chica de diecisiete años que aún no ha realizado el coito, pero mi novio y yo lo
estamos hablando. Piensa usar preservativos. ¿Se puede tener confianza en ellos? ¿Qué
instrucciones especiales deberíamos tener? Si yo usara un espermicida, ¿quedaría dentro de mí o
en el profiláctico? También estoy pensando en tomar las píldoras para el control de la natalidad.
¿Deberían hacerme un examen antes? ¿Tendría que conseguir permiso de mis padres? Si miento y
digo que tengo dieciocho años, ¿hay alguna forma de que puedan comprobarlo?

Me alegra saber que usted y su novio están pensando de forma seria y responsable esa
importante decisión. Por desgracia, la mayoría de los jóvenes empiezan a tener relaciones sexuales
sin haber tenido antes conversaciones y sin usar un método anticonceptivo.

Si bien responderé brevemente a sus preguntas, debería pensar en ir a una clínica de


planificación familiar. Llame antes de ir, y pregunte si se requiere consentimiento de los padres o
una notificación de ellos antes de hacer una receta de anticonceptivos. En algunos estados de
Estados Unidos se requiere la autorización paterna antes de los dieciocho años, y es mejor saberlo
antes de ir. Aunque en una clínica no puedan recetarle legalmente la píldora, vaya de todos modos.
Pueden darle información sobre otros métodos anticonceptivos y de prevención de las enfermedades
que se transmiten sexualmente. Hay varias formas de píldoras anticonceptivas y puede ser necesario
probarlas antes de encontrar la que encaje mejor con su química personal. Para esto bastaría la
consulta con el médico, en lugar de ir a una clínica. Las personas de la clínica también pueden
ayudarla a tomar decisiones, informándola de lo que es mejor para usted y su futuro.

Los preservativos pueden ser muy efectivos (la inseguridad es tan baja como un embarazo en
cada cien parejas que los usan adecuadamente durante un año), si los usan siempre. El uso de una
espuma espermicida aumenta la efectividad de los preservativos. Además, el uso de profilácticos de
látex y de espermicidas con un ingrediente llamado nonoxynol-9 reduce el riesgo de enfermedades
que se transmiten por vía sexual.

Para lograr una receta de anticonceptivos por vía oral no se requiere un examen médico, pero
es una buena idea que le hagan un examen pelviano antes de comenzar a practicar el coito. Es muy
importante no falsear ni ocultar información (como su edad), ya que las recomendaciones sobre la

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seguridad de los métodos anticonceptivos dependen de la descripción precisa de su salud y de su
situación personal.

Usted y su novio deberían pensar seriamente en sus objetivos a largo plazo (tanto los
individuales como los de la pareja) antes de tener relaciones sexuales, porque no existe ningún
método anticonceptivo ciento por ciento eficaz. Además, las implicaciones emocionales de una
relación que incluye el coito pueden ser más complejas para los adolescentes que para los adultos.
Quizá deberían pensar en esperar para el coito en función de “todavía no”, más que de “no” a secas.
En algún momento de sus vidas ciertamente practicarán el coito, cuando ustedes y su relación estén
preparados para ello.

Usted debería tratar también de conversar de este asunto con sus padres o con otras personas
adultas, si fuera posible. El sentimiento de culpa por actuar contra la opinión de los padres o sus
deseos puede dar como resultado un estrés muy grande.

“Nuevo Informe Kinsey”, Jane M. Reinisch. Paidós, España, 1992.

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