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Una Primera Aproximacion A La Evaluacion de Las Nuevas Modalidades de CAIF
Una Primera Aproximacion A La Evaluacion de Las Nuevas Modalidades de CAIF
Agustín Canzani
Carmen Midaglia
Zoa Ferreira
Febrero de 2005
1. Introducción.
1
2. Metodología.
1
En adelante, se referirá a las nuevas modalidades como Modalidad Integral (MI).
2
3. Características de la modalidad integral.
Tomando como referencia ese objetivo es que a partir del año 2003, y en el
marco del Programa de Infancia y Familia de la Presidencia de la República
se propone que el Plan CAIF desarrolle como uno de sus sub componentes
”el Modelo Integral para niños menores de 4 años y sus familias.” (MI). La
propuesta supone “trabajar con las embarazadas, lo/as niño/as y las familias de
las 100 zonas de intervención del Programa, tomando como principal escenario de
intervención la comunidad a que pertenecen.” Parte de un “abordaje integral del
individuo y su ambiente” y se plantea “romper el círculo de pobreza” trabajando
desde la embarazada y con un programa flexible que se organice “en
coordinación de organismos públicos” que tengan competencia en el tema, y
comprendiendo la participación de la sociedad civil.
2
Pág. 3, Subcomponente 11 “Modelo Integral para niños menores de 4 años y sus familias.
MODELO ORGANIZACIONAL.
3
de la vida”, “Promoción de la Salud”, “Construyendo Estilos de vida más
saludables” y “Mejora de la Situación Alimentario-Nutricional.”
4
niño pequeño. Se pretende lograr la “resiliencia” en una apuesta saludable al
desarrollo desde el propio medio, su familia, su barrio, su historia, su vida. 6 Con
apoyo en actores del barrio que han sabido aprovechar lo negativo para movilizar
sus propios “activos“, los que existen en la familia, a la que se refuerza con la
capacitación a través del juego, con apuestas de disfrute y estrategias de
“entrelace”7 de técnicos y afectos.
6
Pág. 15, 5.3. Fortalecimiento Familiar, CAIF-INFAMILIA, Programa Integral de Intervención desde
la concepción hasta los 3 años- en el Centro, el Hogar y la Comunidad-Iname Secretaria Ejecutiva
del Plan CAIF.
7
Op.cit, pág. 5 y 6 y 10.
8
Pág. 6, op. cit.
5
CAIF, atendiendo las características de las familias y sus necesidades. Se
plantean intervenciones en el centro, el hogar y la comunidad.
6
promotores de salud, etc. En el caso de las embarazadas, con énfasis en el
cuidado de su cuerpo y el del niño se plantean los talleres de Buen comienzo.
“Los adultos y los niños/as son recibidos en un salón de la planta física del
CAIF o en un local cedido por una institución del barrio. Se espera a las
familias en este lugar previamente y cuidadosamente preparado desde el
punto de vista de la higiene, seguridad física y estética, procurando crear
un clima de bienestar desde el recibimiento a través de la organización y
presentación del espacio y los objetos. Los materiales que se van
presentando son diversos sencillos y polifuncionales.” “Cada grupo en cada
taller transita por tres instancias: de juego, reflexión y alimentación.” 12
12
Pág. 12, INAME/SECRETARÍA EJECUTIVA DEL PLAN CAIF, Tristán Narvaja1513/101,
Modalidad Integral de Intervención, Componente: Desarrollo Infantil Integral- Material de Apoyo
para el Componente y sus Programas. Marzo 2004-
13
Pág. 14, INAME/SECRETARÍA EJECUTIVA DEL PLAN CAIF, Tristán Narvaja1513/101,
Modalidad Integral de Intervención, Componente: Desarrollo Infantil Integral- Material de Apoyo
para el Componente y sus Programas. Marzo 2004-
14
Subrayado nuestro.
15
Subrayado nuestro.
16
Pág. 14,op.cit.
7
El espacio niño-adulto tiene como objetivos promover el desarrollo integral
del niño de 2 y 3 años, colaborando en el descubrimiento y experimentación del
mundo que lo rodea; potenciar y estimular los vínculos entre la díada y promover
actividades interactivas y de cooperación con sus hijos/as y experiencias
conjuntas para conocer las posibilidades y limites de sus hijos/as.
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Se establecen objetivos para el desarrollo del niño, entre los que se mencionan:
Fortalecer su identidad y autoestima.
Promover la conquista progresiva de su independencia.”
Incentivar la formación de actitudes y valores que aseguren su socialización.
Estimular el lenguaje y la comunicación.
Promover el desarrollo del pensamiento lógico.
Favorecer la consolidación de su esquema corporal.
Estimular las praxias (constructivas, del vestir, del uso de los cubiertos, gesto gráfico).
Favorecer la estructuración de las relaciones témporo- espaciales.
Estimular la interacción temprana con el mundo natural circundante.
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sociedad organizada poniéndolos al servicio de niños y familias de los sectores
más desprotegidos. Se reconoce que esta dimensión de intervención significa un
trabajo de largo aliento y una coordinación de esfuerzos de todos los actores
públicos y privados potenciando esfuerzos en pro de una sociedad más equitativa.
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Las prestaciones incluyen un módulo de trabajo comunitario, con
objetivos más difusos.
Las prestaciones en el área de alimentación se reducen a una
“merienda” o “desayuno” el día de concurrencia y la entrega mensual
de un litro de leche en polvo y un vale para la compra de alimentos
de $ 75.
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4. La implementación de las nuevas modalidades.
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En ambos casos se afirma que no hubo una doble estrategia de acción –una
discursiva-formal (diseño de la modalidad) y otra efectiva (formas de ejecución)-
sino que ambas organizaciones se enfrentaron a problemas que les resultó difícil
resolver.
“(…) hubo un tiempo político de implementación pero también todo estos problemas
coincidieron con que se le retira al Plan desde el INAME el apoyo (…). En el momento de
implementación el directorio le retira al Plan el apoyo. El INAME en las reuniones de
Presidencia supuestamente había comprometido más recursos humanos y otros de apoyos
(…).El cambio de directorio del INAME fue fundamental para la implementación de esta
modalidad (…). Además que el Plan tenga relación con el Programa de Infancia y Familia ha
generado muchos ruidos (…).Si bien el Plan tiene la autoridad, también las autoridades del
PIAF la tienen, asisten a veces al Comité Nacional, hay cosas que hay que ir a negociar
allá, o sea que en la práctica la autoridad es compartida. El Plan no tuvo toda la autoridad
(…)”. (Entrevistas en profundidad a integrantes del Plan CAIF)
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Un conjunto importante de locales no cumplen con las condiciones mínimas
para ejecutar el programa, ya sea por tamaño y número de ambientes, obligando a
los centros -una vez que el Plan habilitó el lugar- a mudarse provisoriamente a otro
local, a veces también precario, o a desarrollar las actividades al aire libre o a
ejecutar los algunos de los talleres y postergar para el futuro otros. En otros
casos, los problemas edilicios eran aún mas graves -en uno de los centros
visitados afirmaron que se derrumbó una pared por su mal estado.
“Si nos comparamos con otros sabemos que estamos mejor pero estamos utilizando una
infraestructura que es la de la modalidad diaria y muchas veces nos chocamos y eso fue
porque supuestamente nosotros íbamos a trabajar en otro lado en una casa que hay a 1km de
acá y eso no se llevó a cabo porque la casa después que fue aprobado el proyecto nos dimos
cuenta que quedó chica. Y acá nos queda chico también. Ahora quiero aclararte cuando
llamaron a presentarse lo que piden es un salón y cuando se aterriza la propuesta te das
cuenta que no se puede (…). Los problemas de infraestructura lo vamos resolviendo en la
marcha, vemos los salones que quedan libres, a veces trabajamos afuera...”. (Entrevistas en
profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“Este local no está en condiciones no debería haber sido elegido para implementar este
programa, hoy agregamos una parte más, porque esto estaba todo tapado porque esa pared
se cayó y además se llueve. No tenemos una puerta para separar talleres tenemos graves
dificultades edilicias”. (Entrevistas en profundidad a integrantes CAIF- Montevideo)
“Nosotros nos tuvimos que mudar para aquí porque el local que nos aprobaron no sirve y
todavía no resolvimos el problema del local. Este lo tenemos en préstamo y no es el
definitivo”. (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF- Maldonaldo)
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y el costo del servicio que pueden ofrecer, ya que la falta de estos instrumentos
impide almacenar alimentos y por ende abaratar así los precios de compra. Se
han constatado también centros que además de estas serias deficiencias
materiales no cuentan con el mobiliario suficiente para recibir a la población
beneficiaria, ya sea por no contar con la cantidad de sillas o bancos necesarios,
así como de mesas u artefactos de calefacción para el invierno.
“No nos llegaron los materiales y que vos tengas que tener a chiquilines en este lugar en
pleno invierno sin una estufa es aberrante. No nos llegó nada y tuvimos que trabajar un
año entero sin tener nada. Lo poco que tenemos lo trajimos nosotros de nuestras casas,
cajas de cartón, y bueno así lo hicimos. (...) Uno de los objetivos del Plan es mostrar un
ambiente agradable que haya un corte con la realidad en que se encuentran esas
personas este espacio que aprobaron es la reproducción de la pobreza. “(Entrevista en
profundidad a integrantes CAIF- Montevideo)
“(...) acá pudimos empezar con la modalidad nueva porque acá teníamos casi todo del
CAIF tradicional (…) todos los materiales que tenemos es de ellos. Trabajamos con todo
lo que la otra modalidad no ha prestado. Y los chiquilines que teníamos anotados para
estimulación oportuna no pudimos empezar porque no teníamos nada para trabajar.
(...)Tuvimos suerte que teníamos todo prestado de la vieja modalidad sino no tendríamos
donde sentarnos”. (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-Canelones)
“(…) Lo que tenemos es lo que ves (…). Tenemos muy pocas sillas y por eso estamos
sentados en estas colchonetas en el suelo (…). Como no tenemos heladera, la auxiliar de
cocina se lleva algunos ingredientes de la merienda para la casa (…) pero así no pueden
ser las cosas”. (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-Maldonado)
“(...) suerte que ahora tenemos este local construido, porque antes era casi imposible
trabajar con un mínimo de comodidad. (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-
Artigas)
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promoción que se buscaba realizar, en el sentido de trascender la mera
asociación alimentación-asistencialismo. En una oportunidad las partidas se
remitieron con un atraso de tres meses y su distribución inmediata se asimiló a la
beneficencia. Cabe agregar además que, si bien la entrega mensual a cada
familia de leche en polvo y tickets alimentación es una cantidad mínima, su
entrega concentrada adquiere en algunos casos un significado económico para
esta franja de población, abriendo la posibilidad de desdibujar el perfil del
programa.
“Hay una parte asistencial con los tickets y la merienda y eso se nos ha complicado
enormemente (...) sobre todo con los atrasos (...). Hubo una vez que tuvimos que entregar tres
tickets juntos y leche; por ejemplo una madre con dos niños teníamos que darle 500 pesos y 6
kilos de leche, y nos preguntamos ¿qué hacemos?, ¿cómo definimos este rol que estamos
construyendo?, sobre todo para que no sea eso el centro de nuestro vínculo con los padres”.
(Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-Canelones)
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“Nos dimos cuenta que allí no se podía trabajar, y traemos a la gente en taxi o remise. No
es lo que estaba previsto, pero es la única forma de hacerlo... (Entrevista en profundidad a
integrantes CAIF-Artigas)
“La primera dificultad que se nos planteó era si podrán llegar (…); nos preguntábamos
¿vendrán por lo lejos que queda el centro de algunos de los asentamientos. (…). La gente
viene (…) estamos llegando a la gente realmente pobre, que hace esta tremenda caminata
para llegar hasta acá y eso nos sorprendió”. (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-
Canelones)
“Nosotros decidimos que no llenábamos toda la ficha (…) habían preguntas que eran una
locura, estaban fuera de foco (…). Cuando tenés experiencia en el Plan por el CAIF
tradicional te das cuenta que acá faltaron cabezas”. (Entrevista en profundidad a
integrantes de CAIF-Canelones)
“Fue un problema la implementación de la ficha SIPI ya que para las nuevas modalidades
armó una ficha propia (…). Acá se dio un gran conflicto entre el Plan y los técnicos de los
CAIFs (…) y el mismo se creó porque esa ficha no fue consultada (…). El conflicto (…)
consistió que muchos de los técnicos decidieron que no llenaban parte de ella, porque era
muy extensa (…) y había partes inadecuadas (…). Los datos que mas generaron conflicto
fueron los de calidad de vida (…). No había necesidad de preguntar si las personas
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hacían deportes, fumaban, etc. Esto estaba mal formulado (…) y te mostraba un
desconocimiento de la situación de las personas en condición de pobreza extrema. Cómo
se le puede preguntar a esta población sí hace deportes. El deporte que puede hacer es
arrastrar el carro (…). Se culpaba al PIAF y este a la Secretaria acerca de la pertinencia
de la información y los indicadores, y por último, cuando las cosas no pintaban rosas la
culpa se la echaban al BID”. (Entrevista en profundidad a integrante del PIAF)
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mayor, ya que los padres asisten con la totalidad de sus hijos haciendo más
complicado el trabajo planificado.
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porque no les brindó instrumentos prácticos para llevar a cabo la propuesta. A su
vez se señala que fue notoria la falta de coordinación entre los docentes, en la
medida que había técnicas y temas que se abordaban reiteradamente en los
distintos módulos. A esto se suma, que un sector de capacitadores eran técnicos
de distintos centros CAIF, restándole en algún sentido relevancia al cuerpo
docente.
“(…) Fuimos conejitos de indas de los capacitadotes (…). La capacitación (…) fue mala
(…). Tuvo un nivel muy bajo y fue descoordinado, hicimos técnicas muy reiterativas. Todo
lo que dimos en las distintas profesiones ya lo habíamos dado en la carrera mucho más
profundo, fue muy Light (…), era llover sobre mojado (…). Además fue abstracta pero no
teórica como para dejarte pensando, que te movilizara la cabeza y tampoco sirvió para la
instrumentación (…). Faltaron herramientas bien prácticas, por ejemplo, mostráme cómo
funcionaría un taller de psicomotricidad o de un taller de educación inicial familiar y a su
vez si podemos hagamos una reflexión una discusión sobre esta práctica. Somos todos
profesionales o semi profesionales (…) no estamos hablando de gente que no tiene una
preparación (…). (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-Montevideo)
“La capacitación fue más o menos buena (…). Nos sirvió sobre todo para los integrantes
del equipo que recién estaban arrancando. Nos dieron cierta información e hicimos un
camino en esa semana intensa”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Artigas)
“La supervisora que tenemos del Plan es muy flexible y reconoce sus limitaciones (…) y
como la modalidad es nueva no tiene todo claro (…). Cuando venía y veía la precariedad
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de todo, del local, la falta de materiales, estaba encantada porque no podía creer que
pudiéramos trabajar así (…). Ella ha venido varias veces no es una visita burocrática, ella
(…) tiene sensibilidad para ver las cosas (…). Lo que veo como algo crítico es que como
esta propuesta es nueva (…) ella no está 10 pasos más adelante que nosotros, está
aprendiendo con nosotros y esto te lo dice ella misma. La cuestión es que no sabe como
resolver algunos temas, pero también creo que no lo sabe ni ella ni nadie (…)”. ( Entrevista
en profundidad a integrantes de CAIF-Montevideo).
“La supervisión que tenemos es puramente burocrática (…). Vienen acá a controlarnos
(…), para ver si hicimos tal cosa u otra (…). No nos aporta nada y eso que tuvimos
problemas”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Maldonado)
“La supervisión de por sí es un lugar incómodo y más con todo los problemas que
existieron, porque ellos no se puede reconocer explícitamente toda esta falta de recursos
(…). Ellos están en el lugar de exigir que se cumpla pero saben que no están las cosas
pero tampoco pueden explicar porqué no están, y se arman ruidos o mejor dicho una
comunicación falseada (…).” (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“Acá ha venido la supervisión, y tiene muy buena disposición, pero no siempre maneja
criterios claros y te puede orientar respecto a las dudas que le planteamos.” (Entrevista en
profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
La propuesta no se pudo a cabo tal cual se había pensado y eso fue así, porque no había
una experiencia anterior suficiente, solo algunas experiencias pilotos. (…). Una cosa es
formularlo y otra es implementarlo (…) y lo que pasó fue que no pudimos realmente
acompañar esos procesos, porque antes el supervisor acompañaba procesos de
integración de equipos, era otra cosa. Es más no contamos con recursos humanos
adicionales en la cantidad que se hubiese necesitado (…)”. (Entrevista en profundidad a
integrantes del Plan)
En la práctica, las visitas a los CAIFs sugieren que, siendo importantes, las
dificultades de la implementación pudieron ser “manejadas” por buena parte de los
centros que son más antiguos -que ya gestionaban la modalidad clásica-, entre
aquellos centros que pertenecen a organizaciones civiles más fuertes y entre
aquellos que tienen equipos técnicos con mayor trayectoria. Mientras tanto, un
grupo de centros que operan únicamente la modalidad integral, son nuevos en el
sistema CAIF y tiene recursos organizacionales limitados y escasa experiencia,
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parecen haber experimentado dificultades muy serias para iniciar y sostener el
trabajo en este primer año.
“Quiero decir con todas las letras que la nueva modalidad del Plan CAIF no está aún en
ejecución, lo que hay son intentos de ir llegando a la ejecución, y esto es así porque no se
contó con los recursos para implementar (…)”. (Entrevista en profundidad a integrantes de
centros CAIFs)
“Para mi se implementó de esta manera para decir atendemos tantos miles de niños y de
familias; pero no dijeron ¿cómo?, porque esto es una payasada”. (Entrevista en
profundidad a integrantes de centros CAIFs)
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5. El funcionamiento de las nuevas modalidades.
“(…) Estamos lejos de los asentamientos pero la gente viene y reclutamos personas
heterogéneas, gente del asentamiento y gente de la vuelta del centro que no son
estrictamente de riesgo. Pero esa heterogeneidad ha sido positiva, lo hemos visto (…) en la
evolución de lo que ha sido el desayuno, como empezó comiendo determinada gente y
como terminó comiendo a final del año, en el lenguaje. Ese intercambio entre gente tan
distinta entre la cultura del asentamiento y la gente del barrio la que tenía prejuicios fue
positivo, al principio hubo roces (…)”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-
Montevideo)
“(…) Si bien llegamos a los más pobres cuando hicimos la selección de población optamos
por armar los grupos con cierto grado de heterogeneidad (…); de que las personas pudieran
ver otras cosas distintas a lo que ellas están viviendo, pero respetamos la zona adjudicada
(…). Y eso fue muy bueno para el trabajo. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-
Canelones)
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el funcionamiento de las MI. Una parte de esas dificultades están relacionadas
con la composición del equipo técnico, la carga horaria asignada y los roles
atribuidos a cada uno de sus integrantes. Otra refiere a las cuestiones de
concepción del trabajo extra-centro, muy especialmente lo que se relaciona con el
trabajo comunitario. Finalmente, un conjunto de aspectos se vinculan con
cuestiones de tipo político-institucional, y refieren a los papeles y las
responsabilidades que el sistema asigna a cada uno de los diferentes actores
involucrados, incluyendo los espacios de acción de la sociedad civil, como las
asociaciones civiles y los Comités Departamentales.
“Uno de los problemas es la carga horaria (…). Yo como psicomotricista con la cantidad de
niños que tengo y lo que me piden que haga con las horas que me dan no me alcanza (…).
Los tests que me pidieron, algunos los tuve que dejar para febrero y los que hice lo llevé a
cabo super rápido (…). Y el test en la verdad es un espacio para que la persona se pueda
abrir, para ver todo lo que es la situación global del niño de la familia y eso te lleva
dedicación de un tiempo (…). Pero además tengo otras tareas (…) entonces vos te planteas
el siguiente dilema: si hago todos los tests que es imposible, no hago el taller de
estimulación oportuna por un tiempo (…). Pero este problema de tiempo es para todos los
profesionales. Si se llevara a cabo la propuesta con la cantidad de horas que te proponen
(…) sería un servicio de muy mala calidad”. (Entrevistas en profundidad a integrantes CAIF-
Montevideo)
“El otro tema importante que le pasa en las MI es el de los recursos humanos (…). Cuando
empezamos a ver las cargas horarias para armar las intervención, y vimos que teníamos
12hrs semanales de psicóloga, maestra, psicomotricista y asistente social (…), que en la
práctica son 9hrs semanales para trabajar con esta población porque 3hrs son de
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coordinación de equipo (…), nos preguntamos: ¿cómo podemos contribuir al desarrollo de
estos gurises?¿Cómo hago para trabajar con esta cantidad de población y con la
problemática que presenta? Creo que esta distribución horaria rompe los ojos, sólo analizá
el caso de la psicomotricista (…).Si bien se arman dispositivos grupales, la intervención se
me empieza a volver pobre (…) Y es ahí que nos enojamos (….La ecuación económica no
cierra, sólo se puede compensar a los técnicos cuando tenés más de un programa”.
(Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“El problema grave de las horas técnicas (…), ya que casi no te dan para hacer los talleres,
está también el tiempo que le dedicas a las familias que vienen acá, porque tenés que
atenderlas bien, muchas de ellas requieren de entrevistas con el psicólogo o la asistente
social y eso no está calculado (…). Lo hemos planteado en todos los espacios que
podemos, en las evaluaciones que hacen”. (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-
Maldonado)
“Hay un faltante en las horas técnicas asignadas, y eso se nota menos porque nosotros
manejamos también el hecho de que podemos usar parte de la gente que está en el CAIF
tradicional...” (Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-Maldonado)
“Hay un defasaje entre las horas de los técnicos y de los facilitadores porque ellos no
pueden hacer nada si no consultan a los técnicos, y acá hay una explicación muy concreta
que nos dijeron desde el programa, es un tema de costos. El facilitador es el comodín
porque es el que tiene más horas y el rol no está muy bien definido y hay veces que es difícil
porque no cuentan con las herramientas concretas para intervenir en la comunidad o en el
hogar”. (Entrevistas en profundidad a integrantes CAIF-Montevideo)
“Si bien por un lado son importantes las horas comunitarios, por otro lado eso se contrapone
con las pocas horas de los técnicos. No hay un equilibrio entre las horas comunitarias y las
horas de los técnicos. El trabajo en comunidad lo hacen los facilitadores y se abren muchas
cosas, muchos temas a abordar y resulta que no podes tener la visión del técnico. Es algo
así: te acercas a la comunidad y después ¿como atendés la demanda que hay?”.
(Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“No nos da las horas técnicas, el facilitador sale a las casas y ve las problemáticas pero
necesita el asesoramiento de un técnico y a su vez los técnicos están haciendo sus talleres.
Pero los problemas no son sólo la relación de horas técnicas y de los facilitadores”.
((Entrevista en profundidad a integrantes CAIF-Maldonado)
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En tercer lugar, se considera que existe un nivel de insuficiente
especificación en términos de los roles que cada uno de los integrantes
debe cumplir en el funcionamiento habitual de ese equipo. Aunque hay técnicos
que tienen papeles considerados más centrales en el funcionamiento de algunas
de las instancias -como los talleres- se plantea la existencia de un conjunto de
“zonas grises” en las atribuciones de cada integrante. El ejemplo típico en ese
sentido aparece con referencia al rol del facilitador, que si bien representa una
propuesta de trabajo innovadora y valorada, se cruza habitualmente con las
responsabilidades de otros técnicos, sin una delimitación clara. Importa mencionar
que este planteo no sólo es realizado por los equipos de los CAIFs sino también
por integrantes del Plan.
“El rol del facilitador no es muy claro, hacemos trabajos múltiples, hacemos de todo y
además vivimos acá”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Artigas)
“La tarea del facilitador no está clara y en la práctica es la cara visible del centro (…). El
facilitador termina haciendo mil cosas (…) y si bien sabemos que es el nexo del centro con
la comunidad no está bien definido su rol (…). Nosotros lo fuimos definiendo de acuerdo a
las necesidades que teníamos (…). Pero hay que revisarlo”. (Entrevistas en profundidad a
integrantes CAIF-Montevideo)
“El facilitador es una figura que se está construyendo y de la mini evaluación con los equipos
que se hizo salió que este tema es uno de los que hay trabajar porque hay que definir ese
rol porque es difuso. Tiene una cantidad de horas y tareas pero a la vez no es el
coordinador. Es un desafío muy grande. Ellos mismos plantean: ¿de qué actuamos?, de
asistente, de maestro, de psicólogo. (Entrevista en profundidad a integrantes del Plan).
En el caso del trabajo en el hogar, no parece haber una definición clara –al
menos, no la tienen la mayoría de los equipos- de cuál es su papel y como debe
ejecutarse. En algunos casos, se optó por intentar repetir –a escala reducida- la
actividad desarrollada en una sesión de taller a la que una madre y su hijo no
concurrieron. En otros, se visitaba a la familia para apoyar en la orientación hacia
la solución de alguna necesidad específica, muchas veces vinculada a problemas
urgentes y sobre los cuales no había una alternativa de actuación de parte del
CAIF. También se mencionó que las visitas se limitaban a una acción de re-
vinculación con los participantes que abandonaban o no tenían una concurrencia
regular a las actividades programadas.
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de este tipo en el proyecto de las MI, la cuestión parece ubicarse más en el plano
discursivo, y son pocos los casos en los cuales se percibe una estrategia de
trabajo comunitario clara, con objetivos precisos y herramientas definidas. Esto
parece ocurrir cuando se trata de organizaciones con amplia experiencia en el
trabajo de desarrollo y con fuerte inserción zonal previa o, al menos, con una
importante capacidad de establecer rápidamente vínculos con los grupos pre-
existentes o los liderazgos locales. En la mayoría, existe la idea respecto a que el
trabajo en ese nivel puede tener impacto positivo en muchos aspectos, que van
desde la propia legitimación del CAIF hasta el apoyo de las organizaciones locales
en cuestiones específicas. Pero, en la práctica, el trabajo comunitario parece
haber sido –salvo en la etapa inicial, de promoción- no mucho más que la visita a
los hogares de la zona de influencia que están vinculados con el CAIF.
“Creo que el punto fuerte de esto es el trabajo en la zona, con la gente y esta es una
diferencia con la vieja modalidad. Acá vamos a la casa, hay una parte del trabajo que se
hace (…) en el hogar y se recorre la zona (…). La promoción de las redes es muy bueno
(…) no es el centro donde van y depositan los chiquitos (...). Claro a nosotros nos ayuda que
también tenemos un programa comunitario porque tenemos un SOCAF” (Entrevista en
profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“La letra del proyecto nos pareció bien, en el sentido de pensar una intervención con una
pata comunitaria (…). Es más como estuvo pensada a esta modalidad le pongo el sote de
lograr salir fuera de las aulas para hacer educación, y eso quiero que no salga perjudicado
en esa discusión con el Estado (…). La dimensión comunitaria, la familiar son muy
importantes (…) (…). Esta zona (…) tiene un activo histórico, de vecinos comprometidos
con el barrio y de ciertos núcleos de participación a través de comisiones vecinales que
fueron logrando cosas muy concretas para el barrio (…) y eso sirve de base para el trabajo
comunitario, sobre todo para el SOCAF porque hay cierto nivel organizativo”. (Entrevista en
profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“El trabajo comunitario es positivo porque te da otras posibilidades (…). Nosotros ahora
visitamos las familias (…), las que nunca vinieron y tendrían que hacerlo y además las que
faltan o dejan de venir (…)” (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Artigas)
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algo difuso. La confluencia de dos organizaciones como el Plan CAIF e
INFAMILIA, asociada además al proceso de reorganización o reestructura del
actual INAU supusieron dificultades importantes para el funcionamiento de
muchos centros, que tenían problemas para “leer” la estructura de la que
dependían y establecer pautas claras de relacionamiento con ella.
“(…) Recién ahora tenemos un poco más de idea sobre los distintos participantes de las MI
(…). Del programa de Infancia y Familia vinieron medio como a hacer una evaluación, no sé
bien porqué ya que nosotros tenemos una supervisora (…) y en esa instancia no recibimos
orientación (…)”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Montevideo)
“El otro problema con la coordinación con otras propuesta por ejemplo de Infamilia vinieron
para ver como era la realidad acá (…). Ella pensaba que estaba todo bien implementado, y
le tuvimos que decir que nosotros no estábamos trabajando con bebes en el momento y que
los cupos los teníamos super cubiertos. (…) La verdad es que no se coordinó desde arriba y
eso se notó”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“Nosotros tenemos la impresión (…) trasmitiendo la lectura que se hace desde muchas
organizaciones (…), y esto lo podemos decir porque participamos en el comité
departamental (…) que encontramos un colectivo muy enojado con el Plan CAIF, y
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específicamente con las nuevas modalidades (…). Se vino abajo (…) la imagen del Plan y
de la Secretaría”. (Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Canelones)
“(…) La relación con Infancia y Familia complicó las cosas (….Y esto fue así porque han ido
ha hacer supervisión paralela (…). Fue muy fuerte, porque las asociaciones y los equipos
plantean demandas acá y allá (…) y las respuestas son distintas (…) y no queda claro de
dónde partió tal o cual directiva” (Entrevista en profundidad a integrantes del Plan).
“Las asociaciones civiles no tienen claro el papel del PIAF y de la Secretaría (…), sobre todo
las que son nuevas (…). Es muy sofisticado explicar las diferencias, sus distintas funciones y
formas de financiamiento (…). Entonces, cuando tienen un problema, con todo lo que ha
pasado (…) solicitan ayuda a cualquiera de los dos” (Entrevista en profundidad a delegados
departamentales)
En este marco, importa señalar que los centros con trayectoria anterior en
el Plan también sugieren que la implantación de las MI parece haber tenido
efectos en el funcionamiento de la modalidad tradicional. Esto se refleja en las
dificultades para las comunicaciones –que pasaron a ser menos sistemáticas y
con menos plazo que el habitual-, en la presencia de un modelo de supervisión
poco efectivo –que tuvo escasa presencia y no pudo actuar orientando la
ejecución- y en el aumento de las dificultades para acceder a las personas con
poder de decisión en el Plan. Adicionalmente, se menciona que el inicio de las MI
prácticamente suspendió la capacitación para funcionarios y técnicos no
comprendidos en esa línea del Plan, lo que era para muchos un atributo
diferenciador y “prestigiante” de su trabajo.
“(…) Nosotros fuimos abandonados (…). Hace más de dos años que no tenemos
capacitación, (…). La supervisión viene con menos frecuencia (…). Además siempre
estábamos innovando con nuevas propuestas (…). Ahora quedamos estancados como
paralizados (…). Esto es una gran diferencia con la forma de trabajar de antes (…)”.
(Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF tradicional-Canelones)
“La modalidad tradicional en parte fue dejada de lado por el Plan CAIF (…). Las
tradicionales reclaman capacitación hace tres años que no hay nada (…). Tampoco hay
seguimiento de los programas (…). Nosotros pudimos aprovechar porque tenemos las dos
modalidades (…) y pedimos mas cupos y así mandamos a gente de la tradicional (…)”.
(Entrevista en profundidad a integrantes de CAIF-Artigas).
“Sí en la práctica se descuidó el CAIF tradicional, y era algo que preveíamos que podía
pasar, no era el espíritu y eso es uno de los desafíos que teníamos en términos de perder
la calidad del CAIF tradicional. Ellos mismos nos plantearon individualmente o a través de
los Comité Departamentales que se sintieron abandonados por los supervisores, ya que
ellos han ido más sistemáticamente a mediados de este año, porque antes no se pudo, y
así no era como se venía funcionando (…). También es verdad que no hubo ningún taller
de capacitación específico para ellos”. (Entrevista en profundidad a integrantes del Plan).
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sólo a las tradicionales políticas sociales sino también respecto los nuevos
programas de bienestar y, en particular, de aquellos dirigidos fundamentalmente a
poblaciones vulnerables. En este marco de ampliación del Plan pautado por un
sinnúmero de problemas estos espacios se vieron afectados y en algunos casos
debilitados por un conjunto de situaciones, entre ellas; un incremento sustantivo
en el número de asociaciones civiles; dificultades de incorporación de estos
nuevos integrantes; ruidos en la comunicación entre viejos y nuevos centros, etc.
“(…) Nosotros tuvimos que dividir las jornadas de los Comité Departamentales (…),
tuvimos que aumentarlas y así pudimos agrupar los del CAIF Tradicional por un lado y los
nuevos por otro (…). Era complicadísimo los encuentros (…), los nuevos tenían tanto
problemas (…) que quedaba poco tiempo para los viejos (…), ellos también querían hacer
planteos (…). Además se generaba tensiones, problemas entre ellos (…)” . (Entrevista en
profundidad a delegados departamentales).
“Acá hubo poca presencia de los nuevos (…) y eso te da la pauta que a los centros nuevos
le llevó mucho esfuerzo instrumentar la MI (…). Ellos estuvieron concentrados en tratar de
sacarla adelante (…). Hay que tener en cuenta todos los problemas que tuvimos y todavía
tenemos (…). También puede darse que muchos de los nuevos no tengan la suficiente
información sobre el Comité (…)”. (Entrevista en profundidad a delegados
departamentales).
“Nosotros ni la asociación teníamos claro que era eso del Comité Departamental (…). La
verdad es que nadie nos explicó (…), no sabemos dónde y cuando funcionan (…). Es más
a nosotros no nos llega información (…)”. (Entrevista en profundidad a integrantes de
centros CAIFs)
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Las que tenían otros proyectos en marcha, o disponían de recursos
financieros y/o humanos e incluso aquellas que estaban más vinculadas por su
trayectoria anterior con el CAIF pudieron alcanzar, con mucho esfuerzo, el mínimo
necesario para poner en marcha la modalidad. En algunos casos diferentes, todo
indica que el comienzo del funcionamiento real se retardó o se inició de una
manera que está bastante lejos de poder ser considerada “completa”. Lo que de
todas maneras parece clave es que hay centros manejados por organizaciones
“fuertes” (ya sea por su trayectoria, su manejo de recursos, su grado de inserción
local) que superaron con más facilidades esos escollos, mientras que otros aún no
han podido resolver totalmente parte de esos problemas.
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directo de la maestra con el niño, (…). También el ir a visitar a las familias permite acercar
más a la gente al CAIF (…). Hay que reconocer que la población que atendemos es
distinta a la del CAIF tradicional. En las nuevas modalidades es una población más
vulnerable (…). Es cierto que en el CAIF tradicional no salimos a buscar y en este sí, (…)
y así empezó a venir la población mas cadenciada (…). El venir una vez por semana abrió
la posibilidad de poder acercarse un poco mas al centro y ver lo que hacemos y desterrar
ciertas creencias que había con respecto a los niños pequeños. Había gente que no se
sentía ni con la dignidad o el derecho de pedir un lugar en el CAIF (…) Otro aspecto a
destacar son las horas de reunión de equipo (…)”. (Entrevista en profundidad a integrantes
de CAIF-Canelones)
“Lo que me parece que tiene de bueno esta modalidad es la posibilidad de trabajar con las
madres, con la familia (…). Actuar sobre las pautas de crianza y con la relación familiar
pude llegar a tener impacto en estos sectores tan sumergidos. Para nosotros el vínculo, la
díada padre -hijo es una de las fortalezas de la propuesta”. (Entrevista en profundidad a
integrantes de CAIF-Artigas).
“Es muy importante de esta modalidad el trabajo con las embarazadas (…) y también la
visión que quedó instaurada de que se incorpora a los niños con su referente familiar (…).
Acá la propuesta es niño y adulto en conjunto (…). Un aspecto también muy importante es
acceder a poblaciones más cadenciadas (…) y la gente acude porque si bien se la fue a
invitar a las casas también no hay una propuesta diaria. La diaria es muy exigente para
ciertos sectores”. (Entrevista en profundidad a integrantes del Plan).
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El trabajo comunitario es el que aparece como menos específico, y donde
parece existir menor desarrollo y nivel de concreción. Incluso, en algunas de las
experiencias visitadas, se ve dificultado porque la insuficiencia de las condiciones
locativas impide que la tarea se realice en la propia zona, lo que conspira contra el
desarrollo de una mayor trama de relaciones con los actores locales. De todas
maneras, es casi unánime la percepción respecto al potencial que puede
representar este tipo de intervención si es manejada de manera adecuada.
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6. Conclusiones.
En ese contexto, las MI se ponen en marcha a partir del inicio del año 2004
con una serie de dificultades de implementación que caracterizan el proceso de
instalación y su funcionamiento.
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los beneficiarios y su asignación a categorías, la delimitación de las zonas de
influencia y los plazos para ejecutar ciertas tareas exigidas; y e) cuestiones
específicas de la propia implementación que se consideran inadecuadas o
insuficientes, como la capacitación brindada a los equipos técnicos y las
asociaciones civiles que gestionan los centros y la falta de un sistema de
supervisión que operara como un apoyo claro en la orientación de la experiencia y
en la consulta para la toma de decisiones.
Más allá de estas cuestiones, casi la totalidad de los centros para los
que se suscribieron convenios en las dos “olas” que tuvo la implementación
–a comienzos de año y a mediados de año- iniciaron las actividades y se
mantuvieron prestando servicios hasta el fin de 2004.
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Los aspectos considerados positivos están relacionados con: a) la propia
orientación de la propuesta, que toma el núcleo familiar como la unidad de
acción; b) la posibilidad de acceso a público de hogares menos
estructurados, con mayor nivel de exclusión y escasas nociones de sus
derechos; c) la posibilidad de extender el trabajo a nivel comunitario y de
intentar conexiones sistemáticas con diferentes organizaciones zonales; y d)
las posibilidades de potenciar el modelo de CAIF tradicional vía la
integración con las MI y el aumento de cobertura a nivel de niños, madres y
áreas territoriales.
Desde el punto de vista de los autores, la visión sobre las Mis que permitió
construir el estudio es más matizada. La misma proviene, vale señalarlo, de una
visión parcial, que parte de las limitaciones del diseño del estudio y del hecho que
lo que se vio es, en la práctica, un Programa que solamente puede
considerarse algo “a mitad de camino”. Eso hace necesario advertir sobre lo
provisorio de las conclusiones, y afirmar con claridad que no pueden hacerse
juicios contundentes sobre los efectos e impactos de esta intervención en la
población beneficiaria, porque ello requeriría otra metodología más exigente
y, seguramente, también más tiempo transcurrido desde el momento de la
implementación del Plan. Pero estas acotaciones no impiden plantear algunos
puntos que se consideran conclusiones razonablemente plausibles de esta
“mirada” realizada sobre la experiencia de las MI.
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6.1. El primer aspecto importante que interesa señalar es que parece
indudable que las MI lograron ampliar el espectro de público atendido
por la modalidad tradicional del Plan CAIF, llegando a un grupo
específico de la población que no se alcanzaba antes, y creando un espacio
nuevo de atención a las poblaciones más pobres. Con las limitaciones y
puntualizaciones señaladas, el acercamiento se constituye en una
experiencia interesante porque, a diferencia de otras prestaciones –como
algunas que predominan en el campo de la alimentación- se trata de un
enfoque que supera bastante la mera aproximación asistencialista.
6.2. Aún siendo esporádica, una intervención de este tipo, con una
importante orientación técnica, tiende a transformarse en un
mecanismo “continentador” de esa población y, bien enfocada, tiene
todas las características para operar como un primer muro de
contención de problemas importantes. No es una visión meramente
“tecnocrática”: el hecho que familias de sectores de pobreza extrema
tengan contacto con una psicomotricista, un psicólogo o especialistas en
educación inicial puede permitir que se identifiquen tempranamente ciertos
problemas que habitualmente no es posible detectar precozmente en niños
y familias de estos sectores sociales.
6.3. Por otra parte, parece evidente que esta metodología permite
armar espacios colectivos de relacionamiento social. Esos espacios,
aún en la versión mínima que puede llegar a representar el actual nivel de
intervención de las MI, no pueden dejar de ser considerados como un
elemento importante. Toda la evidencia disponible indica que las personas
que se encuentran en situaciones de extrema pobreza se caracterizan por
su aislamiento relativo, que lleva a una trama de relaciones sociales poco
densa y a una fragmentación de la acción social que retroalimenta su
condición de pobres.
6.4. Por esa razón, aunque está lejos de ser el único elemento necesario,
es posible considerar que un programa de este tipo puede colaborar con
un proceso de inclusión social y, en el mediano plazo, en la
apropiación de construcción de ciudadanía.
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7. Sugerencias.
7.1. Con este panorama, una primera visión sugeriría que lo más razonable
es mantener el modelo de las nuevas modalidades (MI) como una opción de
intervención, y en este punto puede confluir el acuerdo entre la mayoría de
los involucrados en la experiencia y el equipo evaluador. Pero igualmente
importante es tener conciencia que se necesitan cambios en el modelo en
varias de sus dimensiones propias y en el nivel de integración con el resto
del Plan. Las áreas en las que se proponen cambios tienen que ver con la
implementación (7.2., 7.3), el diseño (7.4., 7.5., 7.6. y 7.7) y la articulación (7.8.,
7.9. y 7.10.) de las MI.
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implementación del Plan, estableciendo compromisos claros, responsables
visibles y metas de cumplimiento temporales precisas.
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que las MI deberían ser manejadas como un sub-programa dentro del propio Plan,
y que el modelo ideal debería incluir a las MI en la misma estructura de los centros
ya creados. Es claro que esta solución no es sencilla, y probablemente no asegura
el mismo nivel de cobertura, pero parece razonable tomar en cuenta este dato
como un reclamo de la necesidad de un sistema CAIF más integrado y
articulado.
7.11. Es cierto que buena parte de las cuestiones aquí planteadas implican
cambios sobre un modelo de intervención que, en la práctica, está apenas
iniciándose. Es obvio que estos cambios pueden generar problemas nuevos.
Pero también es razonable pensar que en el momento actual en que se
encuentra el país, con modificaciones en la concepción, la implementación y
la ejecución del las políticas sociales, éste es justamente un momento
adecuado para plantear esos cambios.
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