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¿Qué factores limitarán el

crecimiento de la economía
peruana?
La economía peruana crecería este año solo 3.5%, con un sesgo a la baja,
señaló Francisco Grippa, economista principal de BBVA Research.

Entre los factores externos, que limitarían el crecimiento económico, se


tiene las vulnerabilidades financieras domésticas de China y la
incertidumbre por las medidas de la administración entrante de Estados
Unidos.

"China creció el año pasado 6.6% ahora lo vemos en 6%. Las autoridades
económicas de ese país van a empezar a priorizar como políticas de
estabilización financiera, quiere reducir vulnerabilidades financieras.
Entonces, habrá menor crecimiento económico pero reducción de
vulnerabilidades", precisó.

En el escenario local, los factores de riesgo son tres: mayores retrasos en


infraestructura, deterioro de la confianza en el Gobierno, atenuado por
impacto positivo que puedan tener los decretos legislativos emitidos por
el Ejecutivo.

Y como tercer riesgo, la prolongación de anomalías climáticas. Según


Grippa, de darse un Fenómeno de El Niño, el impacto que podría sobre
el PBI sería de un punto porcentual.

"El impacto dependerá de la magnitud del fenómeno (débil, moderado o


fuerte) y de cuando se dé. Nosotros sacamos un reporte, en noviembre
del 2015, que teníamos altas temperaturas se estimaba que le restaría un
punto porcentual al crecimiento", detalló.
InflaciónPor el lado de los precios, BBVA Research estima que durante
buena parte del año la inflación, en términos interanuales, continuará
alrededor del 3%.

Sin embargo, en un contexto de recuperación más débil del gasto interno


(por lo tanto, de ausencia de presiones de demanda) y de una
depreciación bastante moderada de la moneda, la inflación empezará a
ceder y se consolidará dentro del rango meta en el último trimestre. "Así,
la inflación cerrará el año en 2.7%", proyecta.

Tomando en cuenta la debilidad de la demanda interna, BBVA


Research considera que el Banco Central estaría tentando en bajar su
tasa de política monetaria. No obstante, considerando que la inflación se
va a mantener alta, no tendría mucho espacio para hacerlo.

¿Por qué la economía


peruana se está
desacelerando?
En las últimas semanas varios analistas han anunciado a través de diversos medios que la
economía se está “enfriando”, pues ya “se sienten los impactos de la crisis externa”. ¿Qué
significa, por qué ocurre y qué implicancias tiene? Comencemos por una definición del
término. Una economía se enfría o desacelera cuando reduce su tasa de crecimiento
económico. Por ejemplo, hasta 2012, nos habíamos acostumbrado a crecer a tasas por encima
de 6% (a excepción de 2009) y los datos del primer trimestre de este año mostraron un
crecimiento de 4.8%, mientras que la última cifra disponible muestra un crecimiento del PBI
en junio de 4.4%, por debajo de las expectativas de la mayoría de analistas; es decir, “enfriarse”
es crecer menos o desacelerarse. 

La economía peruana es pequeña (produce el 0.37% del PBI mundial) y abierta al exterior; por
lo tanto se impacta por lo positivo y negativo que ocurre más allá de nuestras fronteras.
Entonces, ¿por qué ha ocurrido en “enfriamiento”?. En general, el enfriamiento de una
economía puede deberse a factores internos o externos. 
En primer lugar, el entorno externo importa. La crisis financiera de las economías avanzadas
que estalló en 2008 y luego se extendió a Europa es una crisis de sobreendeudamiento; la
receta para solucionarla ha sido ajustar los gastos, para generar el ahorro que permita pagar las
deudas. Ahorrar significa no gastar, por lo que el consumo en las economías avanzadas viene
disminuyendo hace varios años. ¿Y a quién le compraban aquellos que ahora gastan menos? A
la “fábrica” del mundo, que es China. Entonces China se “enfría”, es decir, en lugar de crecer a
tasas mayores que 10%, en 2012 lo hizo a 7.8% y se espera una cifra similar o menor para este
año. Como consecuencia demanda menos materias primas al resto del mundo; y es ahí donde
Perú entra en escena. La menor demanda de China por productos mineros ha originado una
disminución de las exportaciones mineras. En el primer trimestre de 2012 las exportaciones
han caído en -11.1%, mientras que la inversión privada ha crecido solo en 7.4%, luego de crecer
a tasas mayores que 12% desde 2009. Por lo tanto, la coyuntura externa desfavorable ya
comenzó a impactar sobre la economía peruana. Entonces, el primer factor es la desaceleración
de China y la consiguiente reducción de las exportaciones. 
En segundo lugar, todas los “enfriamientos” y  recesiones que han ocurrido en el Perú desde
hace 60 años han estado asociadas a la caída de los precios de las materias primas, en
particular las mineras, por lo que no es algo que nos debería sorprender. 
En tercer lugar, existen señales confusas de Estados Unidos y de la eurozona, pero todo apunta
a un crecimiento mediocre del primero y a una continuación de la recesión en el segundo, a
pesar de los últimos datos favorables de Alemania y Francia. 
¿Era esperable? En cierto sentido sí, pues una característica de la evolución de la economía es
la presencia de ciclos económicos, es decir, períodos de auge y contracción. Lo que ha pasado es
que nos hemos acostumbrado a tasas altas que han coincidido con un ciclo extenso de aumento
en los precios de las materias primas. Es complejo pensar que si a las economías avanzadas les
va mal, Perú puede aislarse de ello.  Recordemos que en 2009, las economías avanzadas se
contrajeron y a pesar que China mantuvo un crecimiento alto, el Perú solo creció 0.9%. 
Al impacto de la desfavorable situación externa se agregan ciertas señales internas que han
generado incertidumbre; hace poco tiempo fue el anuncio del gobierno  de la compra de Repsol
para luego retractarse, la ley de comida “chatarra”, la inversión el Petroperú, etc. Todas tienen
en común la intervención del estado en la economía; y eso genera incertidumbre. Como la
inversión es un asunto de confianza, el resultado fue el esperable: una reducción en la tasa de
crecimiento de la inversión en el primer trimestre.
Ahora bien,  ¿qué ha hecho el gobierno para enfrentar el enfriamiento? Convengamos en algo:
lo externo no lo puede cambiar el Perú, por lo que por ese lado, solo queda esperar y mientras
tanto buscar nuevos mercados. Lo interno se puede mejorar. El Presidente del país lanzó siete
iniciativas con el objetivo de generar un “shock de confianza”. El objetivo general de las mismas
es reafirmar que la inversión privada es el motor del crecimiento y se refieren a la reducción de
las trabas para la inversión; y eso es positivo. La gran pregunta es la siguiente: en la medida
que la inversión es un asunto de confianza, ¿será posible retomarla en un contexto económico
adverso y de caída de popularidad presidencial?.

Perú: ¿A qué se debe la crisis económica?

De acuerdo a un último reporte del mes de noviembre, la economía peruana


tiende a la recesión o al estancamiento por varios años. Así, no se logrará crecer a
6% en promedio anual como es que se venía haciendo entre el 2003-2013. El
presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, ha anunciado que
el crecimiento económico este año no llegaría al 3.1% como se tenía previsto.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) apenas alcanzaría el 2.4%, muy por
debajo de las expectativas que se tenían. Frente a esto ha propuesto que se
aplace la reducción del Impuesto a la Renta, a fin de amilanar la crisis y enfrentar
el bajo crecimiento que tendrá nuestra economía.
Sin embargo, la reducción a los impuestos no constituye una alternativa eficaz
para combatir la crisis. No por el hecho de que los empresarios tengan más
dinero, van a invertir más. Eso dependerá de la demanda que haya y si la crisis se
agudiza, el consumo disminuirá y no tendrán motivo para incrementar la
producción. Pero, ¿a qué se debe esta crisis económica por la que atraviesa el
país? Las causas de la crisis trascienden nuestras fronteras.

LAS CAUSAS DE LA CRISIS

Es importante analizar el contexto externo, dado que en gran medida es debido a


esto que ha caído nuestro crecimiento. Durante el boom económico, China creció
a una tasa superior al 10%. En estos momentos, su crecimiento no supera el 7%.
Durante ese tiempo, China casi duplicó su importación de cobre, la principal
materia prima que exporta nuestro país. En ese momento los precios aumentaron
pero ahora la tendencia se mantiene a la baja.

Asimismo, las condiciones financieras son desfavorables para el país puesto que
en este mes aumentaría la tasa de interés del Sistema de Reserva Federal de
EE.UU. (FED). Debido a la crisis del 2008-2009 se generó un periodo de
financiamiento barato para los países de mercados emergentes. Por ende, el FED
redujo su tasa al rango de entre 0% y 0.25%. Por otro lado, ingresaron capitales y
aumentó el crédito en moneda extranjera. A inicios del 2013, la FED anunció que
regularía su política monetaria. Para eso, realizó una reducción de inyección de
dólares, la misma que ha caído en 85 mil millones de dólares mensuales.
Adicionalmente, la FED ha anunciado terminar con su programa de compra de
bonos.

El aumento de la tasa de interés estaba programado para el mes de setiembre,


pero no se realizó. Ahora que ha sido reprogramado, se afectará a los créditos que
las economías emergentes contrajeron con anterioridad, durante el periodo de
bonanza. El efecto de ello será la salida de capitales, el mismo que continuará
durante el 2016, lo que se verá reflejado en el alza del dólar, el mismo que
impactará en el incremento de la inflación, que ya se encuentra en 4%.

Internamente, tenemos un contexto económico desfavorable puesto que se viene


el Fenómeno de El Niño y no se tiene un estimado aún de los gastos que se
generen con él. Para amilanar la crisis solo queda la política de aumentar la
inversión pública. Sin embargo, se requiere un plan claro, que priorice las
necesidades a cubrir por dicha inversión pública. Infraestructura y servicios
básicos son fundamentales y no se debe reducir abruptamente el presupuesto que
le corresponde, con el fin de mejorar la economía, ya que solo se obtendría el
efecto contrario. La calidad de vida de millones de peruanos depende de dicha
inversión. Los programas de salud, de vivienda, de educación no pueden dejarse
de lado.

Lo que se debe frenar es el despilfarro fiscal en infraestructura que no es


indispensable, enfatizar en los sectores que sí lo requieren, y realizar un control y
monitoreo a los programas sociales que no vienen siendo bien manejados, que
lejos de contribuir al desarrollo de quienes más lo necesitan, constituyen un
espacio donde prolifera la corrupción. Cabe señalar que estos mismos se verán
afectados en los próximos años por la disminución de la presión tributaria a las
grandes empresas y el gravamen que favorece a las compañías mineras, que nos
deja el actual gobierno.

Hemos tenido años de prosperidad económica que no supimos aprovechar y que


han devenido en gastos inútiles. Ahora nos encontramos próximos a la contienda
electoral donde se tendrá que analizar las propuestas que cada candidato tiene en
materia económica para mejorar el déficit por el que atravesamos, que no es más
que el inicio de la crisis del sistema neoliberal que ya nos está llevando a una
crisis sin salida a la vista.

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