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2. Objetivos Específicos
3. Resumen
En los últimos años se ha reactivado el debate sobre la energía nuclear. Esta
opción ha reemergido amparada en la etiqueta de «energía limpia», por la no
emisión de gases de efecto invernadero en su proceso productivo. Sin embargo,
la incertidumbre sobre las fases de tratamiento necesarias para administrar con
seguridad los residuos, incluyendo, en su caso, el reprocesado del combustible;
los problemas ambientales derivados de la minería del uranio; e incluso los
riesgos laborales derivados del trabajo con material fisionables, componen un
panorama de situaciones conflictivas de carácter complejo que continúa siendo
el principal caballo de batalla de la oposición antinuclear y ecologista.
4. Abstract
Over the last years the debate about nuclear energy has been renewed. This
option has reemerged as a «clean energy», due to the no emission of greenhouse
gases during the power plant operation. Nevertheless, there still remain some
controversial aspects about it: the uncertainty about the radioactive waste
management, including reprocessing; the environmental problems of uranium
mining; or the health and safety risks for workers in nuclear facilities. These
issues constitute a complex and conflictive scene, and represent the main
arguments of antinuclear and ecologist opposition
5. Introducción
Uno de los temas que mayor proyección tiene en el debate político global y en el
nuevo orden mundial emergente es la interacción entre la problemática
ambiental y la problemática energética. Si bien la tendencia tradicional ha sido
analizarlas por separado, como si cada una de ellas respondiera a lógicas
diferentes, lo cierto es que ambas son variables de una misma ecuación político-
estratégica cuya solución es en extremo compleja y que, además, se proyecta
determinante para las relaciones de poder en el presente siglo.
Más aún, la producción de energía y el estado del medio ambiente están íntima e
indisolublemente relacionados, dado que cualquier sociedad humana es un
fenómeno que ocurre en el espacio y en el tiempo, y la característica espacial
hace referencia a la dependencia que tiene ésta del medio natural o geográfico
para la posibilidad de su existencia y evolución. En este sentido, el ser humano
recurre a la naturaleza en busca de fuentes de energía a fin de aumentar su
capacidad de uso del espacio natural, siempre en busca de recursos para su
subsistencia. De aquí entonces, el simple hecho de existir de la sociedad humana
implica la permanente transformación de la naturaleza. Por este motivo, se
afirma que “ninguna civilización ha sido ecológicamente inocente”.1
Por lo tanto, cuando vivimos en una época histórica señalada con la impronta de
la crisis ambiental global, donde el cambio climático es una de sus variables, la
ecuación energía-medio ambiente adquiere una centralidad determinante para el
destino de la humanidad.2 Y dado que no vivimos en un mundo políticamente
homogéneo, sino que, por el contrario, la asimetría de poder entre las diversas
comunidades que lo componen es su característica, en este proceso de búsqueda
de soluciones a la ecuación energía-medio ambiente, que será crecientemente
determinante para las relaciones nacionales e internacionales, no se pueden
descartar también considerables niveles de tensión y conflicto.
Por ejemplo, si tan solo nos retrotraemos a las dos últimas décadas, para nadie es
un misterio la creciente presencia en la agenda pública mundial del tema del
cambio climático o “calentamiento global”, ya que hay un claro consenso
científico de que si la temperatura media del planeta aumenta sobre los 2ºC en
los próximos años, las consecuencias serán catastróficas para un sector
importante de la humanidad.3 Y si bien nadie discute que es un fenómeno global
1
Deléage, Jean Paul. Historia de la ecología: una ciencia del hombre y de la naturaleza. Barcelona, Icaria,
1993, p. 283
2
Recordemos que el Cambio Climático es componente de un fenómeno mayor conocido como crisis
ambiental, y expresa la paradójica situación donde el propio crecimiento económico, junto al elevado
nivel de desarrollo y estándar de vida alcanzado por la Civilización Industrial (donde los países del Primer
Mundo son sus ejemplos arquetípicos) han creado problemas de carácter ecológico y ambientales de
tan enorme magnitud que, por primera vez en la historia, la continuidad de la vida del ser humano en el
planeta, así como el proceso de la vida del planeta mismo están en riesgo por causas antropogénicas.
Fundamentalmente, los grandes problemas que constituyen la crisis ambiental se refieren a la
contaminación, la pérdida de la biodiversidad, el calentamiento global o cambio climático, el
agotamiento de los recursos naturales, la destrucción de la capa de ozono y la llamada explosión
demográfica. En: Estenssoro, Fernando. Medio Ambiente e Ideología. Santiago, USACH-Ariadna, 2009.
3
El tema del Cambio Climático, desde la perspectiva ambiental, se refiere al aumento no natural de la
temperatura media del planeta por causa de la alta concentración en la atmósfera de los gases efecto
invernadero o gei, que se emiten por la actividad humana. El efecto invernadero es un fenómeno
natural, de la misma forma como existe un cambio natural de la temperatura promedio de la Tierra y,
por lo tanto, de su clima; sin embargo se considera que la actividad humana está provocando un
por excelencia, y en donde se requiere de la colaboración y cooperación del
conjunto de la comunidad internacional para una solución justa y razonable a
todos, esta no se ve tan fácil de alcanzar.
Por cierto las negociaciones del COP continuaron tras el fracaso de Copenhague
el 2009 y, en diciembre del 2010, se realizó la reunión del COP 16 en Cancún-
México. Esta vez, a diferencia del año anterior en Copenhague, no hubo gran
cobertura mediática previa, dado que sus resultados eran absolutamente inciertos
y de hecho, muy poco se avanzó respecto de un acuerdo que reemplace al
Protocolo de Kioto. Más allá de las declaraciones de buenas intenciones, las
lecturas más optimistas de este encuentro de Cancún 2010 destacaron que su
principal logro fue algo que es previo a conseguir un acuerdo vinculante global
para enfrentar el cambio climático, y es que la ONU siga siendo el vehículo de
negociación internacional principal para alcanzar un acuerdo y no las reuniones
a puertas cerradas entre potencias mundiales, ya sean consolidadas o
emergentes.
peligroso aceleramiento del aumento de esta temperatura media. Las principales actividades humanas
que emiten gei son: suministro de energía, 25,9%; Industria, 19,4%; deforestación, 17,4%; Agricultura,
13,5%; Transporte, 13,1%; Viviendas y edificios comerciales, 7,9%; desechos y aguas residuales, 2,5%.
Por su parte, los gei son de dos tipos: los naturales y los creados íntegramente por el hombre. Los
naturales son el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano
(CH4) y el ozono (O3). Los creados por el ser humano, son los halocarbonos, el hexafluoruro de azufre
(SF6), los hidrofluorocarbonos (HFC) y los perfluorocarbonos (PFC). De todos estos, la emisión
antropogénica del dióxido de carbono (CO2) es el que más contribuye a este calentamiento global. En:
Working Group iii of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Climate Change 2007. Mitigation
of Climate Change. Summary for policymakers and Technical Summary. IPCC, 2007, pp. 27-30.
del sistema internacional como es el caso del cambio climático. Complejidad
que presenta momentos de alta tensión y que pueden aumentar en el futuro
mediato, particularmente en esta ecuación energía y medio ambiente. Al
respecto, la única solución viable para reducir de manera drástica la
contaminación ambiental actual es con la construcción de –Centrales Térmicas
Nucleares-.
6. Marco Teórico
H 2 + H3 He4 + 1n + energía
Las reacciones de fisión son las que se llevan a cabo en los reactores nucleares
de potencia y de investigación. El principio físico que se emplea para producir la
energía eléctrica son las reacciones de fisión que desencadena reacción en
cadena. Si bien, la reacción de fisión libera dos o tres neutrones, el reactor
nuclear sólo necesita un neutrón para su operación. La manera de controlar el
número de neutrones se efectúa mediante la masa crítica del combustible y el
material de las barras de control. La masa crítica (k) es la cantidad mínima de
material físil capaz de mantener la fisión; ella depende de la forma, la
composición, la densidad del material y la pureza del elemento fisionable
(Glasstone y Sesonske, 2005). k puede definirse matemáticamente como el
número de neutrones fisionantes dividido por el número de neutrones incidentes;
si k es menor a 1 existe una masa subcrítica o sea, no existirá una reacción en
cadena, si k es igual a 1 existe una masa crítica en donde tenemos una reacción
en cadena controlada y si k es mayor a 1 existe una masa supercrítica donde la
reacción en cadena está descontrolada. El material de las barras de seguridad
dentro del reactor, denominados “moderadores” absorben neutrones dejando
sólo al neutrón necesario para continuar la reacción en cadena controlada; son
moderadores por ejemplo el grafito, el agua o la parafina sólida, permitiendo la
regulación de manera automática o manual. Los reactores de fisión (Figura 2)
son los dispositivos donde se producen las reacciones nucleares de fisión que
finalizan con la entrega de energía eléctrica.
Figura 2. Reactor de fisión
4
Curie (Ci) unidad de radiactividad en honor a Marie y Pierre Curie. 1 Ci = 3,7 × 10 10
desintegraciones/segundo 1ηCi = 37 desintegraciones/segundo.
Figura 3. Generación de electricidad por distintos combustibles al 2011, 2025 y
2040 (miles de millones de kilovatios-hora). Fuente: EIA, Annual Energy Outlook,
2013
7. Desarrollo
El descubrimiento de la radiactividad ha sido uno de los grandes
acontecimientos en la historia de la humanidad. La radiactividad ha sido el
germen de una multitud de progresos, de los cuales el ser humano se ha visto
enormemente beneficiado. Sin embargo, también ha sido utilizada para usos
bélicos, lo que ha provocado el rechazo de la población hacia su uso en nuestra
vida cotidiana; adicionalmente, esta actitud se ha visto reforzada notablemente
por la falta de información del fenómeno.
Los elementos radiactivos también son fabricados por el hombre con ayuda de
reactores nucleares y aceleradores de partículas. Estos radioelementos sintéticos
pueden ser utilizados como “trazadores o rastreadores” de numerosos procesos
biológicos, químicos, físicos, geológicos, industriales, médicos, etc., que
permiten ver el interior de un organismo o material sin perturbar su ciclo natural.
La radiactividad es también utilizada para modificar las propiedades mecánicas
o químicas de los materiales, para esterilizar alimentos, materiales y equipos
quirúrgicos, así como insectos para controlar plagas, diagnosticar y tratar ciertas
enfermedades o para autentificar obras de arte. Adicionalmente, las
transformaciones nucleares liberan una gran cantidad de energía, que es
aprovechada en las centrales nucleares para generar electricidad. Sin embargo,
este mismo principio es también explotado para usos militares.
8. Pruebas y resultados
9. Conclusiones
a. La ENP es una solución interesante al problema energético mundial y, al
mismo tiempo, genera importantes desafíos y nuevos problemas, cuya
solución estimularía un mayor desarrollo industrial y cultural. Su
implementación tiene impacto más allá de lo estrictamente nuclear o de
suministro eléctrico; impacta sobre una red industrial y tecnológica de
apoyo en torno a la ENP.
b. La energía nuclear, siendo una opción económica y ambientalmente
atractiva. Si se quisiera realmente impulsar un programa de energía
nuclear, este podría significar un desarrollo sin precedentes y más que
cualquier otro proyecto a nivel mundial.
c. El principal beneficio de la energía nuclear no sería, desde mi punto de
vista, el aumento de la seguridad del suministro eléctrico que, sin duda,
es un beneficio. Para mí, el beneficio más importante sería que, al hacer
el esfuerzo para implementarla, habremos mejorado profundamente
nuestro mundo.
10. Recomendaciones
11. Bibliografía
DELÉAGE, Jean Paul. Historia de la ecología: una ciencia del hombre y de la
naturaleza. Barcelona, Icaria, 1993, p. 283
HIRSCH H., BECKER O., SCHNEIDER M., FROGGATT A. 2007. Los peligros de
los reactores nucleares. Los riesgos continuos que entraña la tecnología nuclear en el
Siglo XXI, Basado en el informe preparado por GREENPEACE Internacional.
MALDIFASSI J. 2013. El mundo sin energía nuclear: ¿Qué pasaría? En: Simposio n°
42: “El Desafío de Generar Energía para las Necesidades de un Mundo Globalizado: El
Debate en Torno a los Usos de los Recursos Energéticos y el Dilema del Desarrollo
Sustentable en el Siglo XXI”, del Congreso “Ciencias, Tecnologías y Culturas. Diálogo
entre las Disciplinas del Conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el
Caribe”, 7 al 10 de enero 2013. Santiago, Universidad de Chile. s.p.
NUCLEAR ENERGY INSTITUTE (NEI), Resources & Stats, Protecting The
Environment, Land Use Intensity by Energy Source (2010) [en línea] <
http://www.nei.org/resourcesandstats/documentlibrary/protectingtheenvironment/graphi
csand charts/land-use-intensity-by-energy-source-2010/ > [consulta: 06.octubre.2019]
SHRADER-FRECHETTE, K.S. 1993. Buring Uncertainty: Risk and the Case Against
Geological Disposal of Nuclear Waste. 368 páginas.
TRAINER T. 2010. Can renewables etc. solve the greenhouse problem? The negative
case. Energy Policy 38: 4107-4114.