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CAPITULO I: ANOREXIA Y BULIMIA EN LA ADOLESCENCIA

Definicion de transtornos alimenticios en los adolescentes generalidades


Los transtornos alimenticios es una enfermedad que causa graves perturbaciones en su
dieta diaria, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso. Una
persona que tiene un trastorno de la alimentación puede haber comenzado por comer
pequeñas o grandes cantidades de comida, pero en algún momento el impulso de comer
más o menos se disparó fuera de control. Angustia severa o preocupación por la forma o
el peso del cuerpo también se pueden caracterizar como un trastorno de la alimentación.
Los transtornos alimenticios generalmente aparecen durante la adolescencia. Los
trastornos de la alimentación afectan tanto a los hombres como a las mujeres.
Los trastornos alimenticios se presentan cuando una persona no recibe la ingesta
calórica que su cuerpo requiere para funcionar de acuerdo con su edad, estatura, ritmo
de vida, etcétera. Los principales trastornos alimenticios son la anorexia, la bulimia y la
compulsión para comer, del que no hablaremos mucho aquí. La anorexia se caracteriza
por una gran reducción de la ingesta de alimentos indicada para el individuo en relación
con su edad, estatura y necesidades vitales. Esta disminución no responde a una falta de
apetito, sino a una resistencia a comer, motivada por la preocupación excesiva por no
subir de peso o por reducirlo. En la bulimia el consumo de alimento se hace en forma de
atracón, durante el cual se ingiere una gran cantidad de alimento con la sensación de
pérdida de control.
Quienes presentan anorexia o bulimia piensan casi exclusivamente en cuánto y cómo
comen o en dejar de hacerlo, y están pendientes de su imagen de manera obsesiva,
piensan mucho en cómo y en cómo son vistos por los otros. Detrás de estos
comportamientos hay una preocupación absoluta por el peso, por no engordar, por
mantener una delgadez extrema o conseguir una mayor. La imagen corporal de sí
mismo está distorsionada y no corresponde a la realidad.
Las preocupaciones sobre el peso, la figura y la comida son frecuentes, especialmente
entre chicas adolescentes. Tener sobrepeso importante o ser obeso puede causar muchos
problemas, sobre todo de salud. Normalmente, alguien que tiene sobrepeso puede
perderlo simplemente comiendo de una forma más sana. Suena fácil, pero puede ser
necesaria ayuda para encontrar la forma de hacerlo. Mucha gente joven que no tiene
sobrepeso quiere estar más delgada. A menudo intentan perder peso haciendo dieta o
saltándose comidas. Para algunos, las preocupaciones sobre el peso se convierten en una
obsesión. Esto puede con el tiempo convertirse en un trastorno alimentario grave.
la anorexia nerviosa y la bulimia-.
 Las personas con anorexia nerviosa se preocupan todo el tiempo sobre si están gordas
(incluso aunque estén delgadas) y comen muy poco. Pierden mucho peso y la
menstruación desaparece.
 Alguien que sufra bulimia también se preocupa mucho por el peso. Alternará no
comer casi nada con tener atracones durante los que se atiborrarán de comida.
Vomitarán o tomarán laxantes para controlar el peso. Estos dos trastornos alimentarios
son más frecuentes entre las chicas, pero también pueden ocurrir en chicos.
Los trastornos de la alimentación son enfermedades reales y tratables. Con frecuencia
coexisten con otras enfermedades como la depresión, el abuso de sustancias o los
trastornos de ansiedad. Otros síntomas, que se describen en la siguiente sección pueden
ser potencialmente mortales si la persona no recibe tratamiento. Las personas con
anorexia nerviosa son 18 veces mas probables de morir a una edad más temprana en
comparación con las personas de edad similar en la población general.
Elena G. de White enseña pues que las personas deben de tener una dieta adecuada, esto
quiere decir: saludable, minimizando la cantidad de alimentos que ingerimos y no
comer en grandes cantidades pero no llegar al extremo de dejar de comer, lo que nos
puede llevar a descuidar nuestro cuerpo, ya que estar sano no significa dejar de comer,
sino comer adecuadamente. Pastor Pedro Torres (2007), en Dieta elegida por el
Creador, Buenas Nuevas de Jesús, con amor dice que: La dieta de cada uno es algo muy
personal. Cuando tenemos hambre, nos sentimos inclinados a comer lo que creemos que
nos satisfará. Eso puede ser muy diferente para unos y otros. Frecuentemente es el
prejuicio o incluso el capricho egoísta, el que dicta nuestra dieta.
Según la OMS, los TCA se definen como enfermedades complejas y multicausales que afectan
mayoritariamente a adolescentes y mujeres jóvenes. El DSM-IV amplía la definición descriptiva
de la OMS (Organización Mundial de la Salud) al considerar que son alteraciones mentales
relacionadas a la ingesta alimentaria caracterizados por una fuerte preocupación por el peso,
los alimentos y la figura corporal8, 9 El DSM-V propuso cambiar la denominación “trastornos
de conducta alimentaria” por “trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos” pues
consideraron que éstos abarcan conceptos más amplios y no solo involucran la parte
conductual. Por ello, actualmente se definen como trastornos persistentes en la alimentación
o en el comportamiento relacionado a la comida que lleva a una alteración en el consumo o en
la absorción de los alimentos y que causa un deterioro significativo de la salud en sus tres
esferas: biológico, psicológico y social.

1.2 ¿Por qué afecta en la adolesciencia en la adolescencia?

 La presión social. La cultura popular tiende a poner énfasis en ser


delgado. Incluso con un peso corporal normal, los adolescentes pueden
tener fácilmente la percepción de que están gordos. Esto puede
desencadenar una obsesión por bajar de peso y hacer dieta.
 Las actividades favoritas. La participación en actividades que valoran
la delgadez, como el modelaje y el atletismo de élite, puede aumentar el
riesgo de padecer trastornos de la alimentación en los adolescentes.
 Los factores personales. La genética o los factores biológicos pueden
hacer que algunos adolescentes sean más propensos a presentar
trastornos de la alimentación. Los rasgos de la personalidad, como el
perfeccionismo, la ansiedad o la rigidez, también influyen.

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