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441
Traducción de
Sergio Fernández Bravo
MARC FERRO
CÓMO SE CUENTA
LA HISTORIA A LOS NIÑOS
EN EL MUNDO ENTERO
Título original:
Comment on rucante l'Histoire aux enfcmts ct travers le monde entier
© 1981, Payot, París
ISBN 2-228-56020-0
ISBN: 950-557-180-1
IMPRESO EN ARGENTINA
Hecho el depósito que previene la ley 11.723
A
Vonnie, por siempre...
PREFACIO
No nos engañemos: la imagen que tenemos de otros
pueblos, y hasta de nosotros mismos, está asociada a la
Historia tal como se nos contó cuando éramos niños.
Ella deja su huella en nosotros para toda la existencia.
Sobre esta imagen, que para cada quien es un descubri-
miento del mundo y del pasado de las sociedades, se
incorporan de inmediato opiniones, ideas fugitivas o
duraderas, como un amor..., al tiempo que permanecen,
indelebles, las huellas de nuestras primeras curiosidades
y de nuestras primeras emociones.
Son esas huellas las que es preciso conocer, o reen-
contrar, las nuestras, las de los demás, en Trinidad,
como en Moscú o en Yokohama. Este viaje en el espa-
cio también es, naturalmente, un viaje en el tiempo.
Posee la particularidad de refractar del pasado imágenes
móviles. No solamente ese pasado no es el mismo para
todos, sino que, en cada quien, el recuerdo se modifica
con el tiempo: esas imágenes cambian a medida que se
transforman el saber y las ideologías, a medida que
cambia, en las sociedades, la función de la historia.
Ya es hora de confrontar hoy todas esas representa-
ciones pues, con el crecimiento del mundo, con su uni-
ficación económica pero con su estallido político, el
pasado de las sociedades es más que nunca uno de los
envites de las confrontaciones entre Estados, entre na-
ciones, entre culturas y etnias. Controlar el pasado ayu-
da a dominar el presente, a legitimar dominaciones e
impugnaciones. Ahora bien, son las potencias dominan-
tes —Estados; iglesias, partidos políticos o intereses
privados— los que poseen y financian medios de comu-
nicación masiva o mecanismos de reproducción, libros
escolares o tiras cómicas, filmes o emisiones de televi-
sión. Cada vez más frecuentemente, entregan a todos y
cada uno yn pasado uniforme. La revuelta brota entre
aquellos para quienes su Historia está “prohibida”.
Y después, llegado el mañana, ¿qué nación o qué
grupo humano podrá todavía controlar su propia histo-
ria?
Los antiguos países, sean viejas comunidades o Es-
tados, como los khazares del Volga o el reino de Arlés,
ya vieron disolverse su identidad en un pasado anóni-
mo. Hace apenas muy poco, enfrentándose como a un
nuevo tratado de Versalles, historiadores franceses y
alemanes se reunían para rectificar una frontera: unos
aceptando una matanza, los otros una violación de terri-
torio. En el Este, de Praga a Ulan Bator, todas las varie-
dades étnicas y nacionales se encuentran explicadas con
el mismo modelo, supuestamente concebido por Marx,
pero revisado por Moscú. Vista desde esta capital, ¿qué
diferencia se establece ahora entre la historia de Georgia
y la de Armenia, a pesar de que se reconozca la identi-
dad de esas naciones?, lo que además no es necesaria-
mente el caso de todas ellas. En fin, en el resto del
mundo —el “Sur”—, las sociedades descolonializan su
historia, pero a menudo con los mismos instrumentos
que el colonizador, al construir una historia que es la
inversa de la impuesta anteriormente.
En esta forma, para casi cada nación se sobreponen
o se confrontan hoy varias historias: en Polonia, por
ejemplo, la que se presenta en la escuela difiere sensi-
blemente de la que se cuenta en la casa. Los rusos no
tienen en ella exactamente el mismo papel....La memo-
ria colectiva y la historia oficial se enfrentan en esta
forma a una verdadera prueba de fuego que da testimo-
nio, sin duda mejor que los trabajos de los historiadores,
de los problemas que plantea la historia.
A condición de no limitarse al estudio de los manua-
les escolares o de las tiras cómicas, ni a la formulación
actual de la ciencia histórica, la historia que se cuenta a
los niños, o a los adultos, permite a la vez conocer la
identidad de una sociedad y el status de ésta a través del
tiempo. Por ejemplo, la historia del pueblo armenio, tal
como se enseña en la Armenia soviética, la que apren-
den los niños de la diáspora (y muchos niños de Arme-
nia, pero en la tarde o por la noche), y la imagen que de
ella presenta la “vulgata” histórica universal, constitu-
yen tres versiones diferentes, y no se tiene la seguridad
de que la última tenga más realidad o legitimidad que
las otras.
Independientemente de su vocación científica, la
historia ejerce en efecto una doble función, terapéutica
y militante. A través del tiempo, el “signo” de esta mi-
sión ha cambiado, pero no el sentido: en la época de
Franco en España, glorifica a Cristo Rey; en la época de
las repúblicas en Francia, a la nación y al Estado; al
partido comunista en la URSS o en China, no por ello
deja de ser menos misionera; el cientificismo y la meto-
dología sirven a lo sumo de “taparrabo” a la ideología.
Benedetto Croce escribía a principios de siglo, que la
historia plantea los problemas de su tiempo más que los
de la época que es objeto de su estudio. Así, evocando
uno y otro la Edad Media rusa, el Alexander Nevski de
Eisentein y el Andrei Roublev de Tarkovski nos infor-
man, uno sobre la Rusia estaliniana y su miedo por
Alemania; el otro sobre la URSS de Brejnev, su lucha
por la libertad y su odio por los chinos. La historia que
actualmente se enseña a los pequeños africanos nos
informa tanto sobre los problemas actuales del conti-
nente negro como sobre su pasado. Los libros para ni-
ños son empleados para glorificar los grandes imperios
del pasado africano, cuyo esplendor se pone en paralelo
con la decadencia y el retraso de la Europa feudal, en la
misma época: la función terapéutica está expresada
claramente. O bien, igualmente por razones de actuali-
dad, el duro litigio del conflicto con el Islam es retirado,
reducido, y hasta puesto en duda por el empleo del
condicional...
En el Caribe, en donde vive una población desarrai-
gada (negros, chinos, indios, etc.), la historia que se
cuenta a los niños transfigura a los descendientes, de
antiguos esclavos o culíes, en ciudadanos del mundo
que tienen la ventaja, única, de participar en todas las
culturas de la humanidad. La historia de la esclavitud se
presenta en tal forma que el niño negro de Jamaica se
apiada menos de la suerte de sus ancestros que de la de
los desventurados ingleses que, en la historia, fueron los
primeros esclavos enviados a Italia en tiempos del Cé-
sar.
Para la historia "militante'', se piensa antes que nada
naturalmente en las manipulaciones practicadas en la
URSS: durante mucho tiempo, Trotsky fue condenado
al olvido, y no se hablaba sino de Stalin; después de 10
años, Stalin ha desaparecido, o casi, y se cita frecuen-
temente a Trotsky....para condenarlo. Pero, en los Esta-
dos Unidos, la evolución de la enseñanza es todavía más
radical: expresa el paso de la ideología del melting-pot
(la América “crisol” de los pueblos), a la del salad-bowl
(variado), en donde las culturas conservan su identidad.
A pesar de esos cambios, persiste un modelo de la
historia de cada país: es la dominante que moldea la
conciencia colectiva de cada sociedad. Por ello es im-
portante conocer los elementos de ese modelo. Los
relatos y las creencias que lo constituyen —ya se trate
de elevadas acciones del héroe que combate a Shivaji en
la India, o las desventuras de Yoshitsune en Japón, las
aventuras de Chaka, rey de los zulúes, o de Jeanne Ha-
chette en Francia— tienen un sabor mucho más fuerte
que todos los análisis: es la recompensa del historiador
como del lector.
De manera que no busco aquí enunciar una verdad
histórica valedera para todos, y que sería tan absurda
como imaginaria; quisiera restituir las diversas imáge-
nes de ese pasado tal como lo viven las múltiples socie-
dades de nuestro mundo. Ciertamente, puede muy bien
ser que esas imágenes representen exactamente el rever-
so de otras imágenes o bien de contra verdades: en ese
caso, debe perdonárseme, cada vez que sea necesario
me veré obligado a restituir la verdad, por simple de-
formación profesional.
Sin duda, a través de ese periplo, a través de las pri-
meras imágenes de la historia, no repetiré, cada vez, la
integridad de la historia que se cuenta a los jóvenes
soviéticos o a los niños de Trinidad. Intentaré, sin em-
bargo, en el caso de cada colectividad o nación, ofrecer
una representación global tan fiel como me sea posible,
ya que esta visión de conjunto constituye la base de la
imagen de los otros y de nosotros mismos. Si llega el
caso, no me privaré de confrontar diversas interpreta-
ciones de un mismo problema, pero no abusaré de se-
mejante práctica, pues en este libro me interesa la iden-
tidad de cada historia nacional, la visión del pasado que
es la de cada cultura.
Se trata entonces de una impugnación del concepto
tradicional do la “historia universal”. No empiezo con
los faraones para terminar con Jomeini o con los estre-
mecimientos de Polonia, pues ese dispositivo se inscri-
biría, sin decirlo, en una visión ideológica de la historia,
ya fuera su signo cristiano, marxista o meramente liga-
do a la idea de Progreso. Ese dispositivo iba a ser, sin
decirlo, europeo céntrico, ya que los pueblos no “en-
tran” a la Historia sino tras su “descubrimiento” por los
europeos... En este libro, no habrá nada de eso, salvo en
el capítulo consagrado a la historia vista desde Europa,
ya que cada cultura y cada nación se presentan en la
continuidad del pasado que desde ahí se percibe.
El itinerario que he escogido, ya lo veremos, tiene su
propia lógica. No me obstinaré en justificarlo, pero
desearía que el lector se dejara tomar de la mano y lo
siguiera... ¿Pero cómo podría impedirle, si así lo desea,
leer primero el capítulo sobre el Islam o sobre Japón?
Como sé que vagabundeará, le he preparado, lo más a
menudo, referencias cronológicas —es cierto que he
escrito antes que debe desconfiarse, muy frecuentemen-
te, de este tipo de recursos; sin embargo resolví colocar-
las a lo largo de los capítulos; constituirán un simple
prontuario...
Una palabra más de explicación para el lector.
El proyecto de este libro es de tal manera gigantesco
y megalómano, que debo confesar y justificar sus insu-
ficiencias.
Seleccionar las 15 o 20 sociedades que en él figuran
implicaba una investigación sobre una cantidad todavía
mayor de manuales, filmes, tiras cómicas, novelas histó-
ricas, etc., en no sé cuántas lenguas extranjeras, sin
mencionar el estudio de cada una de esas culturas, de
las eventualidades históricas de cada nación, de las
variaciones de su historiografía. No desistí en el ca-
mino, sino que desistí de la idea de que cada uno de
esos capítulos fuese una tesis de doctorado: una vida
entera no habría sido suficiente, y totalmente en vano
pues, por una especie de cuadratura, apenas hubiese
llegado al final de mi camino cuando hubiera sido nece-
sario volver a tomar los libros, los filmes o las demás
cosas producidas durante esta generación, esta génesis.
Hay así muy serias desigualdades de tratamiento en-
tre los capítulos, y sé muy bien que ciertos análisis son
más ligeros que otros, ciertas secciones únicamente
descriptivas, los problemas pedagógicos no se abordan
tanto como es deseable;1 pero al menos logré concluir
este panorama sin lagunas graves (eso espero) y podría,
para las próximas ediciones, transformar en capítulos lo
que aquí únicamente se propone bajo la más modesta
forma de una nota.
Que el lector tan sólo sepa que experimenté alegría y
verdadera pasión al emprender y al escribir este libro.
Ojalá te ayude, amigo, como a mí, para comprender
mejor a tu prójimo.
CRONOLOGÍA
DE LA HISTORIA A LA LEYENDA:
CHAKA, REY DE LOS ZULÚES
LA DESCOLONIZACIÓN PROGRAMADA
¿Habéis contado alguna vez los colores del arco iris? Tie-
ne muchos; todos forman parte del arco iris y no pueden
separarse. En cierta manera, nuestro país es como un arco
iris. Habitantes de numerosas razas vinieron a la India en
épocas diferentes. Llegaron los arios, después los pueblos
de Asia central y de Mongolia, y también de otros países.
Otros únicamente atravesaron el país, o bien estudiaron en
las grandes universidades indias....Pero muchos termina-
ron por quedarse en este país que se convirtió en el propio.
Los recién venidos se adaptaron, fenómeno que se repro-
dujo varias veces. El resultado es que cada indio de hoy
está constituido por diferentes aportaciones, al igual que el
arco iris (...)
Entre todos, los ingleses habían sido los más astutos y fue-
ron los que se quedaron. ¿Sabéis cómo procedían? Robert
Clive, por ejemplo, de la East India Company, observó
que los príncipes indios no cesaban de pelear entre sí. En-
tonces, al igual que el mono malicioso de la fábula que
elimina a dos gatos que peleaban por un pedazo de pan,
propuso sus buenos oficios. Y cada vez sacaba algún pro-
vecho para Gran Bretaña. En el cuento, el mono pretende
dividir el pan en dos partes rigurosamente iguales; no cesa
entonces de pesarlos, comiendo la punta de un trozo para
igualarla con el otro, y así sigue hasta que no queda nada
para los gatos. En esa forma procedía Clive....En otra oca-
sión, al combatir al Nawab de Bengala, prometió secreta-
mente a su general hacerlo Nawab si perdía la batalla. Y
de ese modo los ingleses resultaron vencedores en la bata-
lla de Plassey (1757).
EL PAPEL DE LA GEOGRAFÍA
VERSIÓN EGIPCIA
MUSULMANES Y JUDÍOS
LA HISTORIA INVERTIDA
“ARGELIA FRANCESA”
LA CONQUISTA ÁRABE
GRANDEZA Y DECADENCIA...
El centinela:
Alto....¿Quién va?
El embajador moro:
Un moro que al instante desea
—pues ya impaciente espera—,
anunciar a tu amo una embajada,
si no ha huido ya lejos del castillo...
El rey cristiano:
Que pase sin demora
hasta la primera grada,
ahí me podrá hablar
del objeto de su embajada...
El embajador moro:
Alá te guarde, bravo rey de Molvízar,
de Castilla y Aragón,
defensor de Jesús y de sus Leyes...
Dime mejor quién protege este castillo,
que mi cólera provoca,
pues a menos que prefiera morir,
mejor le sería huir.
Si no, en mi desesperación,
quedaréis llenos de terror.
Por Alá juro que temblarán
hasta las cenizas del mar...
Pues quiero castigar los ultrajes
que a la gran Turquía infligieron
Isabel y Femando
al expulsar a mis parientes, de su propio territorio...
Sí, mi rey viene a conquistar España
y a mostrar al cristiano que por su conducta arrogante
recibirá el mayor castigo....
(Trad, al francés de [Laure Gange.)
EL TRIUNFO DE LA IMPOSTURA
La transferencia de lo inhibido
LA REVISIÓN RETROSPECTIVA
LA VIEJA RUSIA
LIBERACIÓN DE UCRANIA
DISCUSIÓN
DISCUSIÓN
Soñó con una mujer que daba a luz tres hijos, cada uno de
ellos sentado sobre un animal: uno sobre una pantera, otro
sobre un león y el tercero sobre un dragón que arremetía
contra él. Para librarse de éste, tuvo que recurrir a artima-
ñas y desposó a su hermana. Pero la hermana hizo conocer
a su hermano la felonía de su marido. Entonces, un día, és-
te lo invitó a una cacería: Tigranes llegó con un ejército.
El gigante también tenía uno. La batalla causó estragos y
Tigranes clavó su lanza en el pecho del gigante, quien re-
cibió así un justo castigo.
EL GRAN TIGRANES
Ella era tan bella que parecía decir a los astros “ocultaos,
estoy aquí” (...). Un día en que el Califa de Bagdad había
asesinado y destruido todo lo que había podido (...) Kakig
parecía perdido de antemano ante ese ejército 10 veces
más poderoso que el suyo (...). Una noche, durante una
corta tregua, Dzovinar quiso tomar un poco de aire sobre
las murallas. Era luna llena, pero, apenas apareció la prin-
cesa, dejó de brillar. El califa de Bagdad, Sennacherib, se
asombró por este fenómeno, salió de su tienda, levantó los
ojos y vio a la Princesa. A partir de ese instante, ya nada
tuvo valor para él (...) Envió un emisario a Kakig, con la
promesa de que retiraría a sus ejércitos si le daba a su hija;
Kakig titubeaba, pero Dzovinar no dudó un segundo; ella
aceptó a condición de que el Califa no la tocara durante 40
días. Sennacherib aceptó...
Y en el día 41, Dzovinar supo que iba a tener un hijo:
su concepción provenía del agua del manantial que ella
había bebido en la montaña Blave (...). El Califa se enfer-
mó de celos cuando Dzovinar dio a luz, por vía bucal, dos
hijos varones (...). Muy pronto, convertidos en gigantes,
esos dos hombres protegieron a todos los desventurados
que acudieron a su mansión. Juntos construyeron una ciu-
dad, una gran ciudad que sería impenetrable: la llamaron
Sasún.
EL RENACIMIENTO NACIONAL
LA “PRIMAVERA” DE ERIVAN
LA SEGUNDA SOVIETIZACIÓN
OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA
HISTORIA Y LEYENDA
LA MORAL DE LA HISTORIA
EL SACRIFICIO DE YOSHITSUNE
24 En 1702.
por el contrario, Ito Jinsai, su maestro, admiraba su carác-
ter.
Yoshio, al saber la noticia del incidente de Akao, se
afligió mucho. Ante todo, concentró toda su energía en re-
saltar el honor de su soberano, y como ello resultó impo-
sible, tomó la resolución de matar a Yoshi- naka para ha-
cerle pagar el resentimiento que había tenido en contra de
su amo. Entre sus compañeros, algunos tenían la sangre
ardiente y querían pasar inmediatamente a la acción, pero
Yoshio los persuadió de esperar algunos años hasta que
llegara el momento propicio. Él mismo fue a retirarse al
barrio Yamashina de Kyoto. Durante ese tiempo Yoshina-
ka se había retirado, dejando su sucesión a su hijo, ahora
que estaba seguro de que el clan Naganori no se repondría.
Entonces, Yoshio y sus compañeros, conforme a su reso-
lución, se dirigieron todos a Edo para poner en marcha el
plan de venganza. Durante el invierno del 15º año de la
Era Genroku, Yoshio y 46 de sus compañeros penetraron
por sorpresa, en plena noche y entre la nieve, a la residen-
cia de Yoshinaka y lo mataron. Como homenaje, deposita-
ron la cabeza de Yoshinaka sobre la tumba de Naganori,
para aplacar el alma de su difunto señor, y a continuación
se constituyeron en prisioneros del Bakufu. Se cuenta que
el pequeño sable de Yoshio tenía grabada esta inscripción:
“La fidelidad a mi señor pesa tanto como millares de
montañas, pero mi vida es tan ligera como un cabello.”
Además, el hijo de Yoshio, Yoshikané, quien no tenía más
que 15 años pero era muy inteligente y valeroso, se había
asociado a los 47 compañeros y había prestado grandes
servicios.
Tsunayoshi felicitó a Yoshio y a sus amigos por haber
actuado así en lealtad a su señor y, en el Bakufu, algunos
pensaron que debía salvarse la vida de esos hombres, pero,
finalmente, se dio la orden a Yoshio y a sus amigos de ha-
cerse el harakiri, queriendo así poner un freno brutal a las
facciones poderosas que se creaban en torno a este asunto.
Todo mundo, al corriente de la historia, experimentaba
una viva admiración por el heroísmo de Yoshio. El re-
nombre de los leales servidores de Akao fue muy grande y
desde entonces se celebra siempre su espíritu caballeresco.
LA RUPTURA
EL RETORNO
II
III
Manuales:
Manuales escolares:
LA INDIA
3) Sobre la historiografía:
4) Obras de referenda:
Manuales:
LA URSS Y ARMENIA
Manuales escolares:
Armenia:
Obras de referencia:
CHINA-JAPÓN
ESTADOS UNIDOS
MÉXICO-CARIBE
Agradecimientos
Conclusión
El espejo roto
Bibliografía
Obras generales e historia de Occidente
África negra e historia blanca
La India
Países del Islam
La URSS y Armenia
Polonia
China-Japón
Estados Unidos
México-Caribe
Aborígenes de Australia y el Océano Pacífico
Indice analítico