Está en la página 1de 23

Internacionales

Otra investigación Casares (2016) El rendimiento académico es un fenómeno multicausal

en el que se encuentran variables individuales, sociales y culturales (Huy, Casillas, Robbins &

Langluy, 2005). Es así como existen numerosos estudios que se han ocupado de factores tales como

el nivel socioeconómico de las familias, los tipos de programas de estudio, las metodologías de

enseñanza utilizadas, las concepciones previas de los estudiantes sobre su aprendizaje, así como el

nivel de pensamiento formal que poseen los adolescentes (Benitez, Gimenez y Osicka, 2000).

Las investigaciones han mostrado interés en el rol de las habilidades sociales en el éxito

escolar y, por ende, en el rendimiento académico (Mackee, y Bain, 1997). Tradicionalmente, las

habilidades sociales han sido definidas como un conjunto de habilidades que permiten organizar

cogniciones y conductas de manera eficiente, en la dirección del logro de metas interpersonales y

sociales, que se realizan de un modo culturalmente aceptable (Ladd & Mize, 1983).

Participaron 245 estudiantes (65,7% mujeres y 34,3% varones) de último año de enseñanza

secundaria pertenecientes a la comuna de Punta Arenas, de tres establecimientos municipalizados

correspondiendo al 35% de la población total, con una edad promedio de 16,5 años. Se utilizó un

diseño no experimental transversal correlacional.

En las siguiente investigación Gutiérrez (2017) En las instituciones educativas,

investigaciones internacionales señalan que los factores “calidad del profesor” y “liderazgo

directivo” son las variables que mayor peso tienen sobre los resultados de aprendizaje de los

estudiantes (Barber & Moursehd, 2008; Leithwood, 2009; Pedraja-Rejas, Rodríguez-Ponce &

Rodríguez-Mardones, 2016). Sin embargo, la situación actual de la educación en Chile revela que, a

pesar de los esfuerzos desplegados por mejorar la calidad de la educación, persisten obstáculos y
limitaciones en el desarrollo de buenas prácticas que produzcan mejores resultados de aprendizaje

tanto en niños de diversas instituciones educativas (Chile, Agencia de Calidad de la Educación,

2013), como también en estudiantes de pedagogía (Chile, Ministerio de Educación, 2013). Lo

anterior implica que se deben realizar “mayores esfuerzos para elevar el nivel profesional de los

docentes” (Cox, Beca & Cerri, 2011, p. 15).

Este estudio se realizó utilizando un diseño descriptivo que tiene como objetivo dar a

conocer y describir una realidad particular; en este caso, los significados de las habilidades sociales

para profesores, académicos y estudiantes de carreras de pedagogía. La muestra se obtuvo mediante

un muestreo por conveniencia no probabilístico y quedó conformada por tres (3) grupos con un total

de 237 participantes (83% mujeres y 17% hombres),

Al analizar los conjuntos SAM de los distintos tipos de participantes, se puede apreciar que

todos señalan los conceptos de empatía, comunicación, respeto, tolerancia, liderazgo y escuchar al

significar las habilidades sociales. Los conceptos con mayor peso semántico al momento de

significar las habilidades sociales para todos los actores involucrados son empatía y comunicación .

Por otra parte, profesores y estudiantes coinciden en los conceptos de sociabilidad y solidaridad.

Estudiantes y académicos comparten el concepto de confianza y profesores concuerdan con los

académicos en el concepto de asertividad.

Los resultados han permitido conocer las representaciones de las habilidades sociales de los

diferentes colectivos vinculados al ámbito educativo, es decir, profesores, académicos y estudiantes.

La habilidad más relevante para todos los participantes es la empatía. Ello indica que cuando los

participantes piensan en una persona competente socialmente, a lo primero que hacen referencia es

al componente emocional (Lorente-Navarro, Ramos-Santana & Pérez-Carbonell, 2016; Montes-

Ayala & Torres-González, 2015). El reconocimiento de la empatía como una habilidad social

relevante es coherente con los planteamientos de María Rosario Fernández-Domínguez, José Emilio
Palomero-Pescador y María Pilar TeruelMelero (2009), Leena Mangrulkar, Cheryl VinceWhitman

y Marc Posner (2001), Humberto Maturana (2002) y Claudio Naranjo (2007), quienes señalan que

la interacción en la convivencia pasa necesariamente por el reconocimiento del otro.

Las habilidades sociales son conductas manifiestas verbales y no ver - bales, observables en

las distintas situaciones de interacción que tiene una persona con otra. A su vez, las habilidades

sociales son respuestas específicas, pues su efectividad depende del contexto concreto de la

interacción y de los parámetros que en ella se activan. Se adquieren principalmente por medio del

aprendizaje, de carácter incidental o como consecuencia de un entrenamiento específico. Para que

una conducta sea socialmente eficaz deben tenerse en cuenta las variables que intervienen en cada

situación en las que se exhibe la destreza social (Caballo, 1993; Gil-Rodríguez, 1984; Hidalgo &

Abarca, 2000; Monjas-Casares, 1994).

Una posible explicación de estos resultados podría encontrarse en los postulados de Encabo

(2003). Según este autor, a la mujer se le confieren rasgos que tienen que ver con el hogar, con lo

sensible, afectivo, la inseguridad o meticulosidad, mientras que el varón se ubica en un plano más

abierto y social, con características centradas en la fuerza, la agresividad, el emprendimiento, ser

desordenado, lo que es bien visto por la sociedad. Anastassiou y Pantoja (1998), por su parte,

plantean que el rol social de la mujer ha evolucionado y actualmente puede acceder a un mayor

nivel educacional, lo que le ha permitido acceder y manejar la misma información que los hombres,

por lo que el intelecto, y todo lo relacionado con el aprendizaje, se ha convertido en un factor

importante para ellas.

El propósito del primer estudio fue establecer la presencia de asociaciones entre las

variables relacionales (habilidades sociales, aceptación y rechazo) con el rendimiento académico en

el ámbito escolar. Nuestros resultados no apoyan la hipótesis inicial que establecía la presencia de
relaciones directas entre las variables en estudio. Aunque existen evidencias contradictorias

respecto a la existencia de dicha relación, resulta particularmente interesante la presencia de

pequeños efectos que surgen al considerar la variable género. Los resultados indicarían que las

niñas presentan un perfil en que las variables si se vinculan marginalmente entre sí, mientras que en

el caso de los niños, ninguna de las variables se relacionan con el rendimiento académico.

Las investigaciones han mostrado interés en el rol de las habilidades sociales en el éxito

escolar y, por ende, en el rendimiento académico (Mackee, y Bain, 1997). Tradicionalmente, las

habilidades sociales han sido definidas como un conjunto de habilidades que permiten organizar

cogniciones y conductas de manera eficiente, en la dirección del logro de metas interpersonales y

sociales, que se realizan de un modo culturalmente aceptable (Ladd & Mize, 1983). Actualmente, la

investigación en la temática ha permitido incluir nuevas variables en este constructo tales como la

capacidad para prestar atención, la habilidad para trabajar en equipo, la capacidad para organizarse

y para pedir ayuda a otros en caso de necesidad (Jacob, 2002).

Otra investigación Hernández (2018) en la vida académica, la habilidad y esfuerzo no son

sinónimos; el esfuerzo no garantiza un éxito, y la habilidad empieza a cobrar mayor importancia.

Esto se debe a cierta capacidad cognitiva que le permite al estudiante hacer una elaboración mental

de las implicaciones causales que tiene el manejo de las autopercepciones de habilidad y esfuerzo.

Dichas autopercepciones, si bien son complementarias, no presentan el mismo peso para el

estudiante; de acuerdo con el modelo, percibirse como hábil (capaz) es el elemento central (Erazo,

2010). En este sentido, en el contexto escolar los docentes valoran más el esfuerzo que la habilidad.

En otras palabras, mientras un estudiante espera ser reconocido por su capacidad lo cual resulta

importante para su estima, en el salón de clases se reconoce su esfuerzo.


La presente investigación tuvo un enfoque cualitativo y cuantitativo, el primero porque

sustentan las variables sobre las habilidades sociales y el rendimiento académico, que se lo respalda

bibliográficamente, para llegar a tener una idea clara sobre su conceptualización; el segundo

permite la aplicación de instrumentos para obtener datos numéricos, que serán analizados, tabulados

y representados estadísticamente. La investigación bibliográfica documental sirvió para sustentar

las variables teóricas; mientras que la investigación de campo fue realizada para recopilar la

información en la institución, a través de la aplicación de las encuestas y test a los estudiantes de las

Unidades Educativas.

Se procedió a aplicar la prueba Z, donde podemos Ho: Z ≤ 1,65; con su fórmula, dando un

valor de Z calculado de 2.109; en tal virtud podemos manifestar que con un nivel de significancia

del 5% y con un valor de Z tabulado de 1,65; se rechaza la Hipótesis Nula y se acepta la Hipótesis

alterna, donde Las Habilidades Sociales influyen en el Rendimiento Académico. Además se puede

argumentar que en relación a las preguntas realizadas a los estudiantes sobre el motivo de las bajas

calificaciones, supieron manifestar que es porque no tiene una comunicación para despejar las

dudas, el 47% manifiestan que así es. Se puede apreciar que la mayoría de los estudiantes poseen

bajas notas porque sus dudas no son despejadas por el profesor, porque no pregunta, lo que quiere

decir que no existe una comunicación asertiva entre estudiantes y docentes.

De los resultados obtenidos se desprende que las relaciones sociales son mal interpretadas

como una simple relación interpersonal, lo que no es el caso, de las investigaciones presentadas se

puede apreciar que estas son las relaciones que existen entre el saber comunicarse efectivamente, el

saber escuchar a los demás, el saber comprender, y el saber ponerse en el lugar del otro, para que de

esta forma confluya el bienestar personal y el clima óptimo en las actividades diarias que realizan

los estudiantes dentro y fuera del aula. Así se puede coincidir con (Brown, Johnson, Bender &

Roberts, 2008), que manifiestan que mejorando las competencias sociales y de salud mental los

estudiantes presentan un rendimiento óptimo en las actividades escolares.


Varios autores tales como Hersen & Bellack (2007) definen a la habilidad social como la

capacidad de expresar sentimientos positivos y negativos sin que dé como resultado una pérdida de

reforzamiento social. La conducta que permite a una persona actuar en base a sus intereses más

importantes, defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o

ejercer los derechos personales sin negar los derechos de los demás (Alberti & Emmos, 2008). Un

conjunto de conductas identificables, aprendidas, que emplean los individuos en las situaciones

interpersonales para obtener o mantener el reforzamiento de su ambiente (Nelly, 2012).

La capacidad compleja de emitir conductas que son reforzadas positiva o negativamente, y

de no emitir conductas que son castigadas o extinguidas por los demás (Libert & Lewinsohn, 2013).

Conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa sus

sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación,

respetando esas conductas en los demás y que, generalmente resuelve los problemas inmediatos de

la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas (Caballo, 2016). La habilidad

de buscar, mantener o mejorar el reforzamiento en una situación interpersonal a través de la

expresión de sentimientos o deseos cuando esa expresión se arriesga a la pérdida de reforzamiento o

incluso castigo (Rich & Schoeder, 2016).

Zavala Berbena, María Alicia (2017) en su investigación tuvo como objetivo valorar el

nivel de inteligencia emocional en alumnos con alta aceptación social en comparación con alumnos

de grupos naturales. Se aplicó el BarOn EQ-i: YV para valorar la Inteligencia Emocional de un

grupo de 62 adolescentes con alta aceptación social (13 años de edad en promedio) que fueron

seleccionados mediante nominaciones de pares. Asimismo, fueron evaluados 331 alumnos de

grupos naturales, no identificados por su nivel de aceptación social. Se utilizó la escala de Gismero

(2002) con el propósito de valorar las habilidades sociales.


Las puntuaciones elevadas de Inteligencia Emocional en los alumnos del grupo de alta

aceptación social son congruentes con los modelos teóricos y los hallazgos encontrados en otros

estudios. Se encontraron correlaciones estadísticamente significativas entre los factores de la IE y

las Habilidades Sociales que ponen de manifiesto la relación parcial que existe entre estos

constructos; sin embargo, las puntuaciones bajas obtenidas por los adolescentes con alta aceptación

social en el área de habilidades sociales ponen al descubierto un área potencial para el desarrollo de

las habilidades en los mismos, ya que se trata de conductas aprendidas, situacionales y

contextualizadas.

La Inteligencia Emocional es un constructo que en las dos últimas décadas ha destacado

por su capacidad amplia para explicar el bienestar personal y el éxito social en las organizaciones

empresariales, la familia y la escuela. En el contexto educativo son de particular interés las

relaciones positivas establecidas entre la IE y el logro académico, la prevención de conductas de

riesgo, el ajuste social y la calidad y cantidad de las relaciones interpersonales (Fernández-Berrocal,

Extremera y Palomera, 2008). Uno de los marcos teóricos de referencia más importantes en el

estudio de la IE es el Modelo de Habilidades propuesto por Mayer y Salovey (1997), quienes la

definieron como un equipo de habilidades cognitivas para percibir, usar, comprender y manejar las

emociones, cuyas consecuencias son adaptativas para el sujeto; asimismo, postularon cuatro

dimensiones o habilidades básicas que favorecen la función adaptativa:

1) percepción y expresión de las emociones

2) facilitación emocional del pensamiento

3) comprensión emocional

4) gestión de las emociones.


Posteriormente, asociados con Caruso definieron la IE como la habilidad para identificar,

procesar y manejar las emociones propias y las de otros (Mayer, Salovey y Caruso 2000). Este

último enfoque acrecentó el concepto de la IE ya que implicó tanto las dimensiones cognitivas para

la percepción, comprensión y gestión de la propia información emocional como su utilidad para

relacionarse con los demás.


Nacionales

En esta investigación Betancourt (2017) realizó bajo un paradigma cuantitativo de tipo

descriptivo con corte transversal, recolectando la información en un solo momento en el tiempo, a

partir de lo cual se describió los resultados (Hernández, Fernández & Baptista, 2010). Participantes

La muestra estuvo conformada por 82 estudiantes (44 mujeres y 38 hombres) de grado décimo de la

jornada de la mañana de un colegio público de San Juan de Pasto, cuyas edades oscilaron entre los

15 y los 17 años. Se realizó un muestreo no probabilístico por conveniencia. Instrumentos Encuesta

sociodemográfica.

Para el análisis de datos se calcularon los estadísticos descriptivos del instrumento de

medición de habilidades sociales basadas en el proceso de comunicación a partir de los cuales se

puede afirmar que el promedio de los adolescentes participantes tienen un puntaje alto (Media

210,208) de habilidades sociales relacionadas con el proceso de comunicación. Asimismo se

evidencia que la mayoría de los participantes presentan niveles ALTOS y MEDIOS de habilidades

sociales Para realizar el análisis de los datos por cada género, se aplicó la prueba Kolmogrov-

Smirnov que arrojó un P-valor igual a 0,200 indicando que los datos se distribuyen de forma

normal. Posteriormente, se realizó una comparación de las puntuaciones totales de la escala para

cada género, utilizando la prueba t de Student para muestras independientes, indicando que el P-

valor de esta prueba fue igual a 0,04.

Presentando como discusión En la vida cotidiana los seres humanos establecen diferentes

tipos de relaciones sociales, en el hogar, el colegio, el trabajo, entre otros. Se hace imprescindible el

manejo de la comunicación, la escucha atenta, la capacidad de iniciar una conversación y distintas

habilidades que permiten la satisfacción de las relaciones. En la actualidad se ha llegado a

considerar que las habilidades sociales son incluso más importantes que las habilidades cognitivas

frente a la posibilidad de tener éxito académico y profesional, también se afirma que la carencia de
habilidades sociales asertivas puede hacer posible la aparición de conductas disfuncionales tanto en

la familia, como en al ámbito escolar (Betina & Contini, 2011).

Es importante destacar que las habilidades sociales siempre se desarrollan en función de la

cultura en la que se ha desarrollado el sujeto, el contexto en el que interactúa y de factores tales

como edad, sexo, clase social y educación, por lo cual, una conducta considerada socialmente

habilidosa en cierta situación, puede no ser considerada de la misma forma en otra (Caballo, 1997;

Kelly, 2002; García, 2010).

Al hablar de habilidades sociales se debe mencionar aquellas relacionadas con el proceso de

comunicación, las cuales hacen posible que el ser humano pueda manejar mejor sus esquemas de

acción y generar situaciones de comunicación con los demás, respetando opiniones y expresando de

forma sincera y adecuada sus sentimientos y pensamientos (Pérez, 2008).

Eceiza (2018) en la presente investigación participaron en este estudio 358 alumnos/as de

1º, 2º y 3º curso de las Escuelas de Magisterio de Bilbao, Donostia y Vitoria/Gasteiz. De la muestra

total, 311 son mujeres y 47 hombres.

Un primer análisis factorial de las respuestas a este cuestionario de 36 ítems ofrece una la

solución factorial de seis factores que explican el 55,12% de la varianza total, siendo alto (· = .915)

su coeficiente de fiabilidad). Esta estructura factorial se ajusta básicamente a la taxonomía

contextual y no a la conductual. La mayoría de los ítems (31) saturan en los factores previstos

mientras que cuatro ítems de uno de los factores (“Derechos de consumidor”) de la fase

experimental (N=177) saturan en la fase de confirmación (N= 358) en otro factor (“Interacción con

desconocidos y situaciones de consumo”); ahora bien, este hecho, a nuestro entender, aun cuando

deja en duda la escala a la que corresponden no invalida la pertinencia de tales ítems. De otro lado,

dos ítems (el 26 y el 33) que en la aplicación experimental se integraban en la escala de Interacción
con personas desconocidas, situaciones de consumo, conforman ahora un factor independiente;

ahora bien no resulta recomendable dar por buena la existencia de un factor constituído tan sólo por

dos ítems.

El cuestionario CDI permite identificar los ámbitos en los que las personas presentan más

dificultades en sus relaciones sociales. Los datos señalan que la categoría “Interacción con las

personas que atraen” (Relaciones heterosociales”, “Relaciones con el otro sexo”) es la categoría en

la que los participantes muestran el mayor nivel de dificultad interpersonal. La investigación previa

señala que la concertación de citas es un problema muy extendido entre los estudiantes

universitarios (Heimberg, Madsen, Montgomery, y McNabb, 1980; Twentyman, Boland y McFall,

1981; Caballo, 1993a); y los resultados de este estudio corroboran esta información.

Las personas que tienen dificultades en las primeras etapas de las relaciones heterosexuales

puede que no progresen nunca hacia relaciones más íntimas y hacia la unión estable con una pareja.

Varias investigaciones han hallado que la ansiedad heterosexual se relaciona positivamente con el

deseo de evitar situaciones sociales e inversamente con la frecuencia de las citas. Si las citas con

personas del sexo opuesto son un medio importante para desarrollar relaciones heterosexuales, los

problemas con las citas pueden tener efectos persistentes y profundos sobre la vida de las personas

(Caballo, 1993a).

En una primera época (Salter, 1949; Cattell, 1965; Wolpe, 1969) se tendía a entender la

habilidad social como una capacidad estable en el tiempo y relativamente consistente a través de las

situaciones; se proponen, en consecuencia, taxonomías conductuales, y no contextuales, en las que

de forma habitual figuran las siguientes categorías: la defensa de los propios derechos; el hacer y/o

rechazar peticiones; el hacer cumplidos; el iniciar mantener y terminar conversaciones; la expresión

de sentimientos positivos (amor, agrado, afecto); la expresión de opiniones personales, incluido el

desacuerdo; la expresión justificada de sentimientos negativos (molestia, enfado, desagrado).


Guerrero (2016) realizaron en la ciudad de Santa Marta Este proyecto de investigación

busca identificar la relación existente entre las habilidades sociales y el promedio académico alto,

medio o bajo en 100 estudiantes de la Universidad Cooperativa de Colombia pertenecientes a los

programas de Administración de empresas, Contaduría pública y Comercio Internacional en edades

que oscilan entre los 17 y 21 años. La población objeto fue elegida de manera aleatoria, la mayoría

de los estudiantes son procedentes de colegios privados y pertenecientes a estratos 2, 3 y 4 de la

Ciudad y de otros municipios.

La población estuvo constituida por 908 estudiantes de los Programas de Administración,

Contaduría y Negocios Internacionales, de una Universidad Privada de la Costa Caribe Colombiana,

de la cual se tomó una muestra intencional de 100 estudiantes, correspondientes al 9.1% de la

población, con edades de 15 a 21 años, media de 18,4 y D.T. de 1,49, mujeres (50%) y hombres

(50%). Se les aplicó la Escala de Habilidades Sociales (EHS), de Gismero (2002), compuesta por 33

ítems, validada para este estudio presentando p<0,05 y un índice alfa de Cronbach de .83. El

Promedio Académico fue obtenido de la base de datos de la Oficina de Admisiones de la Institución

participante. El análisis estadístico, se hizo mediante estadísticos descriptivos, el coeficiente Rho de

Spearman para correlaciones no paramétricas y chi cuadrado.

Se encontró que solo el 40% de Administración, el 5% de Comercio y el 40% de

Contaduría, tienen o exhiben buen desarrollo de sus habilidades sociales, pero el 38% presentan alto

promedio de calificaciones.

Se evidencia escaso desarrollo de habilidades sociales en la mayoría de los participantes,

aun cuando sus calificaciones son altas. Sólo se hallaron correlaciones significativas entre algunas

habilidades sociales con género y promedio académico


Las habilidades sociales juegan un papel muy importante en la vida de los seres humanos,

ya que a través del desarrollo adecuado de estas podemos interactuar exitosamente en los diferentes

contextos en que nos desarrollamos.

Al respecto, Vicente Caballo (1986) afirma:

“La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un

individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o

derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los

demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la

posibilidad de futuros problemas.” (p.6).

Otra investigación Ríos Bedoya (2020) El principal objetivo de la presente investigación fue

describir las habilidades sociales prevalentes en actores de agresión escolar, la psicología en su

actualidad se ha interesado como otros tanto en su capacidad teorética como pragmática y funcional

en pro del beneficio de la humanidad. En su origen histórico, la psicología como disciplina

científica se ha orientado también, bajo metodologías de investigación que permitan ensanchar el

conocimiento acerca del comportamiento humano y sus dimensiones, fundamentalmente los

procesos biológicos implicados en el proceso de salud mental y, por otro lado, el comportamiento

humano en sociedad. Esta investigación es de tipo empírico-analítico con un diseño cuantitativo

descriptivo de alcance correlacional, cuyo objetivo es determinar las habilidades sociales

prevalentes en actores de agresión escolar en adolescentes de los grados 8°,9°,10° y 11° de una

Institución Educativa del municipio de Quimbaya.

Participaron en este estudio 156 estudiantes pertenecientes a los grados superiores de una

institución educativa del Departamento del Quindío, ubicada en el Municipio de Quimbaya, de los

cuales 66 son hombres y 90 mujeres, los cuales fueron seleccionados a través de un muestreo
probabilístico de tipo intencional, donde se tuvo en cuenta como criterios de inclusión: estar

matriculado en la Institución Educativa, pertenecer a uno de los grupos que conformaron la muestra,

ser menor de 18 años de edad, alumnos que asistan regularmente a clases.

Los resultados arrojados ponen en evidencia que el 94.2% de los estudiantes no consumen

sustancias psicoactivas, mientras que el 5.8% si presenta un consumo de sustancias psicoactivas,

siendo las más predominantes el alcohol un 1.9% y la marihuana un 1.3%. Por otra parte, la

presencia de creencias religiosas se evidencia en el 92.3% de la muestra, en cambio el 7.7% refieren

ausencia de creencias religiosas. Los resultados indican presencia de violencia física un 2.6%, del

mismo modo se evidencia presencia de violencia psicológica un 7.1% en la totalidad de la muestra;

al hablar sobre raza predomina la raza mestiza un 98.1% sobre la raza afrodescendiente un 1.3%.

Dentro de las variables a tener en cuenta, se encuentra que la media en cuanto a la edad es de 15.16

(DT=1.317), en el estrato socioeconómico se evidencia que la media es de 1.99 (DT=0.732), el

número de hermanos refleja una media de 1.91 (DT=1.58), la media en cuanto a posición en la

familia es 2.16 (DT=1.32) simultáneamente, el número de hijos arroja una media de 0.01

(DT=0.08).

El principal objetivo de la presente investigación fue describir las habilidades sociales

prevalentes en actores de agresión escolar. Del mismo modo, comprobar las orientaciones teóricas

que consideran que las habilidades sociales presentan una relación inversamente proporcional frente

a factores como cólera, irritabilidad y agresividad que pueden fomentar la violencia dentro de los

contextos educativos. Los hallazgos dentro del estudio muestran la importancia de la edad en la que

se encuentra el estudiante con relación a niveles altos de cólera, irritabilidad y agresividad, puesto

que son los estudiantes entre las edades de 12 a 14 años pertenecientes a los grados 8° y 9° quienes

ponen en evidencia mayores niveles de cólera e irritabilidad sobre los estudiantes en edades entre

15 a 17 años que conformarían los grados 10° y 11°. Diverio (2007) afirma que es en “la

adolescencia donde se vive una fase de transición en diferentes áreas del desarrollo: biológica,
psicológica y social, dicha transición lleva al adolescente a adaptarse a nuevas estructuras sociales y

psicológicas que lo preparan para la fase adulta” (p. 12), siendo la edad un posible factor que

determine la percepción que posee el adolescente frente a las situaciones a las que se enfrenta.

Otra investigación Villa (2016) El contexto es cambiante, depende del marco cultural al que

atendamos, a sus normas culturales y a sus patrones de comunicación. Unido a lo anteriormente

dicho, si pensamos que en una interacción social, cada uno de los participantes aporta sus propios

recursos cognitivos (valores, creencias, conocimientos, etcétera) es fácil comprender que esto ha

complicado la tarea de encontrar una definición satisfactoria

De acuerdo con las características de la presente investigación se considera que el método

es transver- sal, ya que implica la medición de determinadas variables (los componentes

comportamental y cognos-citivo de las HHSS) en un grupo específico c y en un momento

determinado. El presente es un estudio descriptivo ya que su propósito es exponer el fenómeno

estudiado (en este caso, las habilidades sociales) haciendo una enumeración detallada de sus

características. En el caso de la presente investigación se hará una descripción de las dimensiones

cognoscitiva y comportamental de las HHSS, según los lineamientos de Caballo (1993).

De acuerdo con el planteamiento de Del Prette & Del Prette (1999), las profesiones que

tienen como base de actuación el establecimiento, regulación y mantenimiento de relaciones

interpersonales requieren una actuación social competente que puede llegar a ser decisiva en el

éxito profesional. Esta afirmación cobra gran importancia para el caso de la psicología, tal como ya

se ha indicado en la justificación y en el marco teórico de la presente investigación. Es por ello que

la identificación del desempeño en HHSS y de la frecuencia de pensamientos ansiosos en


situaciones sociales cobra sentido en el contexto. Hay que señalar que, teniendo en cuenta los

objetivos planteados en la presente investigación se logró hacer un reconocimiento inicial del

perfil de habilidades sociales en los estudiantes de la facultad

Las habilidades del primer nivel se constituyen en prerrequisito para el desarrollo de las

habilidades del segundo nivel. La siguiente es una descripción de los dos niveles de

HHSS:

a) Habilidades sociales iniciales (básicas):

hacen referencia al repertorio comportamental básico para poder iniciar interacciones

con otras personas. Ejemplos de este tipo de habilidades son: escuchar, iniciar una

conversación, mantener una conversación, formular una pregunta, dar las gracias, presentar-

se, presentar a otras personas y hacer un cumplido.

b) Habilidades sociales avanzadas (asertivas, Caballo, 1999; Riso, 1988): son las que

permiten consolidar y regular las interacciones con otras personas. Entre las más

representativas se encuentran: pedir ayuda, participar, dar instrucciones, seguir instrucciones,

disculparse, convencer a los demás.


Locales

Guerrero (2019) Esta investigación tiene como objetivo fortalecer las habilidades sociales

en contextos vulnerables para mejorar la convivencia escolar, en los estudiantes del Grado Tercero

de Básica Primaria de la Institución Educativa Técnica Industrial María Auxiliadora – Sede 1 a

través de un programa de entrenamiento.

Esta investigación por sus características es de enfoque cuantitativo de tipo descriptivo pre

experimental, que busca mediante la recolección objetiva de datos, determinar el efecto de un

programa de intervención en Habilidades Sociales para fortalecer la convivencia escolar en contexto

vulnerable.

Generalmente los estudiantes muestran poco respeto en sus relaciones interpersonales, se

colocan apodos, se hacen bromas pesadas y no siguen las normas dentro del salón de clases.

Concluyendo se puede mencionar que el estudiante como un ente pensante recibe las influencias de

su entorno, las cuales tiene incidencias en su comportamiento; sin embargo, es necesario tomar las

características intrínsecas del mismo, que de alguna manera actúa con sus interrelaciones sociales,

las características del estudiante que frecuentemente ejercen control sobre sus interrelaciones

sociales son: creencias, emociones, actitudes y valores. Con relación al segundo objetivo,

relacionado con la implementación de un plan de entrenamiento fundamentado en habilidades

sociales para el fortalecimiento de la convivencia escolar, al aplicar y valorar las estrategias y

actividades realizadas por los docentes, se pudo identificar que estas fomentan la cooperación, la

resolución de situaciones sociales de manera afectiva mediante el desarrollo de proyectos de

intervención en el aula.

Generalmente los estudiantes muestran poco respeto en sus relaciones interpersonales, se

colocan apodos, se hacen bromas pesadas y no siguen las normas dentro del salón de clases.

Concluyendo se puede mencionar que el estudiante como un ente pensante recibe las influencias de
su entorno, las cuales tiene incidencias en su comportamiento; sin embargo, es necesario tomar las

características intrínsecas del mismo, que de alguna manera actúa con sus interrelaciones sociales,

las características del estudiante que frecuentemente ejercen control sobre sus interrelaciones

sociales son: creencias, emociones, actitudes y valores. Con relación al segundo objetivo,

relacionado con la implementación de un plan de entrenamiento fundamentado en habilidades

sociales para el fortalecimiento de la convivencia escolar, al aplicar y valorar las estrategias y

actividades realizadas por los docentes, se pudo identificar que estas fomentan la cooperación, la

resolución de situaciones sociales de manera afectiva mediante el desarrollo de proyectos de

intervención en el aula

Las habilidades sociales son el conjunto de estrategias, conducta y las capacidades para

aplicar dichas conductas que nos ayudan a resolver una situación social de manera efectiva, es

decir, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en el que está. Permiten expresar los

sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de modo adecuado a la situación en la cual el

individuo se encuentra mientras respeta las conductas de los otros. Así, nos hacen mejorar nuestras

relaciones interpersonales, sentirnos bien, obtener lo que queremos y conseguir que los demás no

nos impidan lograr nuestros objetivos. Estos comportamientos son necesarios para interactuar y

relacionarse con los demás de forma efectiva y mutuamente satisfactoria. (Bloguearon, 2019).

Rodríguez (2017) El presente trabajo se llevó acabo para identificar el desarrollo de las

habilidades sociales que presentan los niños del grado transición en el Jardín Infantil Stanford,

teniendo como objetivo principal realizar una descripción de sus comportamientos, hábitos y formas

de socializar con sus demás compañeros por medio del juego, con el fin de recoger información

para luego hacer un análisis sobre cada una de las características presentadas.
El presente trabajo se hizo bajo el enfoque cualitativo ya que permite interpretar los

fenómenos sociales que se viven día a día, los niños están constantemente expuestos a las

variaciones de su contexto; también se caracteriza porque las investigadoras podrán trabajar con

grupos pequeños lo que facilitará tener una mejor observación de la población y hacer un mejor

análisis de lo que se está implementando de acuerdo a las diferentes categorías presentadas en el

proyecto.

Se puede decir que con respecto a la categoría del juego y teniendo en cuenta las

observaciones y análisis realizados tanto del autor Jiménez como del autor Huizinga respaldan

nuestro trabajo por las teorías e investigaciones que cada uno de ellos ha hecho, de modo que hacen

grandes aportaciones a esta categoría de juego. Para finalizar se puede decir que con respecto a la

categoría del juego y teniendo en cuenta las observaciones y análisis realizados tanto el autor Carlos

Jiménez como el autor Johan Huizinga respaldan nuestro trabajo por las teorías e investigaciones

que cada uno de ellos ha hecho, de modo que hacen grandes aportaciones a esta categoría de juego.

En primer lugar, se realizó la observación en los diferentes espacios académicos sobre las

habilidades sociales que presentan los niños del grado transición en el Jardín Infantil Stanford, en

donde a través del juego se logró observar las características, los comportamientos y los hábitos que

ellos presentan en su día a día. Estas observaciones permitieron evidenciar que algunos estudiantes

en ocasiones presentan hábitos inadecuados o poco correctos para el contexto educativo en el que se

desenvuelven, ya que no utilizan palabras sencillas como dar las gracias o pedir el favor en su

debido momento. Por otro lado, observamos que otros niños tienen muy buenos hábitos a la hora de

expresarse o comunicarse con sus demás compañeros, ya que utilizan palabras correctas basadas en

el respeto y la amabilidad hacia las personas que los rodean.

El desarrollarle las habilidades sociales y emocionales al infante aprenderá a identificar sus

miedos, depresiones y ansiedades; el objetivo es desarrollar empatía, conciencia y reflexión sobre

su propia conducta para que pueda ir adquirir responsabilidad sobre sus propios actos siendo
estrategias para que el actué y sea mediador en estados de confusión y conflicto. Por otra parte

(Diekstra2008) describe que las habilidades sociales en el ser humano y desde luego en el niño, son

la base para convivir a lo largo de la vida; puesto que éstas fortalecen el diario vivir y en el caso del

infante lo forma con un carácter sólido y autónomo, preparado para enfrentar las situaciones que se

le presenten tanto en la escuela, en el hogar y en el ambiente en que se encuentra. En el campo del

saber pedagógico, se refuerza aún más adherido con el juego y los valores, con el fin de formar

personas integrales, útiles a la sociedad y que redunden sus actos a beneficios del bien propio y

común.

Torres (2017) El objetivo de esta investigación fue comprobar si el programa de la

asignatura “Familia, escuela, relaciones interpersonales y cambio social” conseguía los objetivos

para los que estaba diseñada, es decir, la mejora de las competencias de interacción social de los

futuros maestros de educación primaria. La eficacia en la comunicación en el seno del grupo clase

no sólo redunda en la mayor satisfacción de sus miembros y consiguiente cohesión social del grupo,

sino que también lo hace sobre el rendimiento del grupo de forma indirecta: los maestros que son

buenos en la mejora de las habilidades comunicativas y de comportamiento del alumnado impulsan

la adquisición de contenidos académicos (Jennings & DiPrete, 2010; Marín & León-Rubio, 2001).

Se utilizó un método cuasi experimental, donde la participación de los sujetos no es

aleatoria y el factor de exposición (Programa de la asignatura) es manipulado (Segura, 2003). El

diseño utilizado fue pretest-postest con grupo control no equivalente (Campbell & Stanley, 1966) en

el que se trabaja con grupos formados naturalmente. Es decir, se realiza una primera medición de la

variable dependiente (escalas de incomodidad y de probabilidad de respuesta del Inventario de

Asertividad de Gambrill & Richey, 1975) a los dos grupos de forma simultánea. Con posterioridad

se lleva a cabo la aplicación de la variable independiente sólo al grupo experimental; y para


finalizar se mide nuevamente las variable dependientes en ambos grupos. Al grupo experimental se

le toma al final del semestre la calificación final obtenida en la asignatura (variable inter-sujeto).

La prueba de Kolmogorov-Smirnov revela distribuciones de las variables bien ajustadas a la

curva normal dado que no se encuentra ninguna diferencia significativa en las puntuaciones z de la

prueba. Otra condición indispensable para utilizar pruebas paramétricas en el estudio es comprobar

la homocedasticidad de las variables en los contrastes intersujetos (variable calificación en la

asignatura). Para ello se recurrió a la prueba F de Levene, que arrojó igualdad de varianzas entre los

grupos de análisis

El objetivo de esta investigación fue comprobar si el programa de la asignatura “Familia,

escuela, relaciones interpersonales y cambio social” conseguía los objetivos para los que estaba

diseñada, es decir, la mejora de las competencias de interacción social de los futuros maestros de

educación primaria. A este respecto, a la vista de los resultados obtenidos podemos afirmar que se

ha producido la mejora de estas competencias sociales, con las cautelas que Campbell y Stanley

(1966) especifican para este tipo de diseños: tanto en la subescala incomodidad como en la

probabilidad de respuesta se aprecian niveles de significación superiores al 99%.

Las habilidades sociales es perjudicial tanto para las personas que la sufren como para

aquéllos con los que interaccionan. Desde un punto de vista social, el comportamiento incompetente

posee una serie de consecuencias negativas como: baja aceptación social o rechazo social (Rapee,

Schniering & Hudson, 2009), desajustes psicológicos (Matiensen, Sanson, Stoolmiller & Karevold,

2009), problemas emocionales y académicos (Neil & Chiristensen, 2009) y comportamiento

antisocial (Cummings, Kaminski & Merrell, 2008). El trabajo de Neidhardt, Weinstein y Conry

(citado en Bueno & Garrido, 2012) revela una serie de formas de comunicación naturales -pero

incorrectas- que mezclan estilos pasivos y agresivos en el afrontamiento de situaciones. Estos

estilos, si bien a corto plazo pueden calmar la ansiedad y aumentar la sensación de control de las
personas, a medio y largo plazo son generadores de deterioro personal, social y laboral. A este

respecto, cabe señalar que el estrés es una de las mayores preocupaciones de la docencia como

profesión, habiéndose encontrado numerosas fuentes de estrés, la mayoría dependientes de las

relaciones interpersonales

Referencias

Huy, L., Casillas, A., Robbins, S. y Langluy, R. (2005) Motivational and skills,

social, and self- management of college outcomes: Constructing the student readiness

inventory. Educational and Psychologic

al Measurement.65 (3), 482- 508.

Mackee, T. y Bain, S. (1997) Predicting early school success with developmentaland

social skills screeners. Psychology in the Schools, Vol. 34(3), 219-228.

Ladd, G y Mize, J. (1983) A Cognitive Learning Model of Social Skills

Training.Psychological Review, 90(2), 127-157.

Barber, Michael & Mourshed, Mona (2008). Cómo hicieron los sistemas educativos

con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus ob - jetivos. México: Programa de

Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe, PREAL. Disponible

en: http://www.oei.es/ historico/pdfs/documento_preal41.pdf.

Lorente-Navarro, Lucía; Ramos-Santana, Genoveva & Pérez-Carbonell, Amparo

(2016). Las prácticas docentes y el desarrollo de las competencias emocionales en


estudiantes de educación primaria. Aula de Encuentro, 18 (1), 129-154. Disponible en:

http://revistaselectronicas.ujaen.es/ index.php/ADE/article/view/2874/2311.

Palomero-Fernández, Pablo (2009). Desarrollo de la competencia social y

emocional del profesorado: una aproximación desde la psicología humanista. Revista

Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, REIFOP, 12 (2), 145-153.

Caballo, Vicente E. (1993). Manual de evaluación y entrenamiento de las

habilidades sociales. Madrid: Siglo XXI de España Editores.

Gismero, E. (2002). Manual. Escala de Habilidades Sociales. (EHS). Madrid: TEA,

Edicio nes, S. A.

Fernández-Berrocal, P. y Extremera, N. (2006). Emotional Intelligence: A

theoretical and empirical review of its first 15 years of history. Psicothema, 18(supl.), 7-12.

También podría gustarte