Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PARTO
PARTO
PARTO
Esta fase expulsiva puede durar desde una a dos horas habitualmente, pero si se
ha administrado anestesia epidural puede ser más larga. Igual que con la
dilatación, suele ser más rápido cuando la mujer ha tenido más hijos.
La salida del bebé
Dentro de la fase del expulsivo, evidentemente el momento más importante para
los padres es la salida de la cabeza. También es el momento más importante para
el profesional, que deberá poner la máxima atención para que todo transcurra de
la forma más natural posible y, a la vez, de forma controlada. Es importante que la
cabeza del bebé salga lentamente para evitar una descompresión brusca y que se
proteja el periné (espacio entre el ano y la vagina materna). Es normal que la
mujer sienta la necesidad de empujar muy fuerte en el momento en que sale la
cabeza, pero es importante controlar esta fuerza para asegurar que la salida sea
lo más suave posible. En ese momento, la ayuda de un profesional experimentado
es fundamental, porque ayuda a la salida lenta de la cabeza y, a continuación, de
los hombros, protegiendo en todo momento el periné de la madre. Una vez estén
fuera cabeza y hombros, el resto del cuerpo saldrá al exterior sin ninguna
dificultad.
La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza fetal por
él. Si se considera que el periné no se distiende bien, especialmente en las
mujeres para las que es el primer parto (primíparas), en ocasiones se realiza
una episiotomía (un pequeño corte) para reducir el riesgo de que se produzca
un desgarro. La necesidad de episiotomía es mucho menor si se ha preparado el
periné, si el parto y el expulsivo han podido transcurrir con un tiempo adecuado
para que el periné se adapte poco a poco. Por supuesto, la necesidad es muy baja
en los siguientes partos.
Una vez el bebé está finalmente fuera, se colocará sobre el pecho de la madre
para guardar contacto con ella, piel a piel.
3. TERCERA FASE DEL PARTO: ALUMBRAMIENTO
Aunque es habitual utilizar este término como sinónimo de parto, en medicina esta
tercera fase hace alusión, en realidad, a la salida de la placenta. El parto no ha
acabado técnicamente hasta que sale la placenta y las membranas ovulares. Una
vez vaciado el útero, se ponen en marcha unas señales que hacen que la placenta
se desprenda y se expulse. Es un proceso muy delicado porque la placenta recibe
muchísima sangre. Por ello, inmediatamente después de desprenderse la
placenta, la madre tiene una gran contracción uterina continua. El útero se cierra
fortísimo, como un puño, y esto evita el sangrado que aparecería después del
desprendimiento de la placenta.
En ocasiones a la placenta le cuesta salir y se considera que es mejor actuar,
porque es una de las causas de hemorragia postparto. Es una de las
complicaciones más frecuentes en entornos en los que no hay profesionales. En la
historia ha sido una de las causas más frecuentes de muerte materna en el parto,
y por desgracia todavía lo es en algunas partes del mundo. En medios con
recursos, es una complicación muy importante y que requiere atención muy
urgente y especializada. Pero hoy en día se dispone de muchísimas armas
terapéuticas y la hemorragia postparto se consigue controlar en prácticamente
todos los casos, de forma que la mortalidad materna por esta causa se ha
reducido casi a cero.
No hay límite de tiempo siempre que haya una buena evolución del descenso del
bebé, pero en general se dice que en nulíparas (madres primerizas) dura de 2 a 3
horas y en multíparas 1 o 2 horas si no se ha administrado analgesia peridural. Si
se ha administrado analgesia epidural hay que añadir un ahora más.
La salida de la cabeza del bebé
La protección del periné es muy importante antes de que salga la cabeza del
bebé. Si se considera que el periné no se distiende bien, especialmente en
primíparas, deberá realizarse una episiotomía.
La cabeza del feto debe dejarse que salga lentamente con el fin de evitar una
descompresión brusca y protegiendo el periné o la episiotomía en caso de que
existiese. Hay que evitar que la paciente realice un pujo fuerte en el momento de
salida de la cabeza o los hombros. Posteriormente se tira con fuerza pero
lentamente para la salida del tronco. Luego se deja salir primero la cadera anterior
por debajo de la sínfisis, lo que se consigue bajando el tronco. La cadera posterior
sale levantando el tronco del bebé.
“Como especialista en obstetricia –nos cuenta Muñoz– desde hace dos años
realizamos la medida del segmento uterino inferior a todas las gestantes con
cesárea. Esto nos permite realizar partos por vía vaginal a mujeres con cesárea
previa, con resultados muy satisfactorios, disminuyendo el número de cesáreas
programadas, aumentando los partos vaginales y la satisfacción de las madres”.
Son las palmas de las manos las utilizadas para palpar el abdomen y
llevar a cabo las maniobras de Leopold que se clasifican en cuatro:
A) Presentación fetal
B) Posición fetal
C) Situación fetal
Con esta maniobra se precisa cuál polo fetal ocupa la parte inferior del
abdomen materno. Es decir, cefálico (cabeza), transversal (atravesado),
oblicua (en diagonal) o podálico (pies). Con esta maniobra se confirma la
presentación fetal
D) Actitud fetal
Con esta cuarta maniobra se checa si el feto está con los brazos
doblados, las piernas estiradas o viceversa, si tiene la cabeza hacia
adelante o atrás y demás.
*Imagen: Wikipedia
“Las maniobras de Leopold se recomiendan hacerse a partir de la
semana 32, porque antes podrían lastimar al binomio: madre-hijo;
además, estas maniobras deberán realizarlas expertos para que no sea
doloroso para la madre”, recomienda la entrevistada, quien indica dichas
maniobras también “nos precisan el fondo uterino, es decir, la distancia
entre el pubis y la parte superior del útero”.