Está en la página 1de 39
Historia de Europa/ <1 EUROPA: | 3 | e a ¢ dr 2 erent ad \ @) | ION Sener meric Peiresaen rerum ieee lanl a Deore sera a biota tor ts) Jos cféditos banearios. Pero surge, pujante, Jacques Droz ea Pe star oan ra re preteideran Osea Cee ee eee y opm Bind Peo fier Ura Ee Ar ottut industrial ‘Aun predominan los factores Char ect Wee are Weer ertct Eye ek sete eats eee Malate tod BO tec erie scir See toes FT eee Cot ar eRumesuet eet Pr ica CEO Cae e usc tem eer ENCE Ween ine nasa cea Mole eee haem cry eee eee east at ara eit mtucec em gre iecy Bee rma eee ieee Neeru Cue eve UCN CLC ee uc Cer Waar cate ee COMES POPS cect Coeer cmc mer) Cie a aS Runa esti Pontiac ee tara nee Tegeomeiecar tc HISTORIA DE EUROPA SIGLO XXI Europa: Restauracién y Revolucién 1815-1848 Historia de Europa Siglo veintiuno i EUROPA: i 4 RESTAURACION Y REVOLUCION i 1815-1848 i J. Droz 28 = 28 21628-1 ee aor AOR 00010 00 Jacquts Dror, profesor de In Sorbona, ha publicede au- poerosos trabujos’ sobre. Historia Conternporanes. este: ‘Guemos entre clios Le Sociallame demmocratique: (31963), Gaduciae al castellano con el titulo Historie dst seciat: srr Histoire Ziniomatigue de 1698 {018 bas revolutions dar” de" 1806; Ls rorantienae. allemand ‘ct TEtet, istosre @ ailemogne; Le liperaiisre Thanan, Ti5.1888; Cont | tribution a Phistoire da Hbgraliome, no | Tenacio Romero de Solis Diseo ve tA contents Diego Lara INDICE sigig veintiuno editores, 6 siglo veintiune de espana editores, sa 159 conviccién de que, por encima de la voluntad pa- Seen del principe ¥ de las comodidades de 1a triaves' {I Estado, estaba el Derecho, que consti: Eve"la csencia misma del Estado. Por sitimo, ol PWS aliemo tends a definirse por primera vez, en Bberavlacdos del Suroeste, como «partido» polftico, Gocivienda de este modo ia antigua organizacion see 'Stande y asestando, por consigulente, un GSipe temible al sistezna sobre el que Metternich Folia edifieado Europa en 1815. ‘pfs eit jarge periodo, en el transcurso del cual y bajo formas diferentes, se mantuvo en tos E: ¥ eee a guroeste una forma autocrética de go- Bierno, el partido liberal pado c tes victorias. En Baden, cuya fancionarios ganados a Ta causa fosechar importan- ‘Segunda Camara tes ee mmpucsta por un eincuenta por ciento de ‘Gel Iiberalismo, 1a funcionayios {Mju de ellos provocd en 1843 ‘un SEP eras provoctdo por eh diputado Lt Yin, a consecuencia del. cual Tecabécayendo el [SBiemo de Blittersdort; consolidados por, las Bfocciones de 1846, los liberales, dirigidos por Bas: cleccionss “Mlathy, obtuvieron de Ios gabinetes pre- sermog por Nebenius y luego por Beck la atenua: sididos Por gensura y del Tégimen policiaco, ast "Em Stuttgart plan- i ponghcec rae aa tens aan isan See Barsto de nuevo en el Landtag en 1846 se convir- pucste gi defensor de un régimen electoral y de HG en Gna de prensa proplos de un Estado cons ae etl, sur liberalisino es muy semejante al de titucioney: ton los que mantiene en visperas de Ja revolucién contactos muy ¢s Tecate la evolucién en Baviera, 160 “rechos. Mas Tenta onde la caida del clerical Abel (1847) estuvo relacionada con Ia pa- ‘Sion senil del rey Luis T, que tanto habia contri- Buido anteriormente al desarrollo del catolicismo en sus Estados, por la bailarina Lola Montes. Cuando sus allegadas le reprocharon que intenta- fa cleyarla a le condieion de noble y de imponerla bls corte, el rey prefirié cambiar de gabinete y fpoyarse cn adelante en los liberates. En cl momento en que sc dibuja esta evolucién en los Estados alemanes del Suroeste, hay que preguntarse si Prusia sabr ganarse las’ simpatias Ge los liberates. El prestigio que le confcria su pasado, cl papel que desempend en las gucrras Ge liberacién, el numero y brillo de sus universt dades, ol espiritu de entrega y de tolerancia que Gnimaba a una parte de sus funcionarios y el Iu gar que acababa de conseguir en la economia ale Mana situaban a Prusia ala cabeza de los Estados alemanes. Sin In participacién de Prusia era incon- Ccbible la unidad. Pero’ en general se tendia a es- timar que la conversién del Estado de Federico 11 al liberalismo condicionaba su situacién premi- hente en Alemania, cJustificaria Ia ascension al trono de Federico Guillermo TV (1840) estas espe Tanas? Las primeras decisiones del gobierno Etumnistia, disminucién de la censura, publicidad Ge los debates de las Dictas provinciales, creacién, @e una comisin unida que se reunia cada dos fahos en Berlin— provocaron indiscutiblemente un cambio de atmésfera en el plano politico. En ho- nor de la verdad hay que sefialar que muy répida- fuente se hizo visible el caracter ilusorio de aque- fas esperanzas: Federico Guillermo IV, hostil al liberalismo oceicental tanto como al prusianismo clisico, verdadero roméntico instalado sobre el trono, ‘diseipulo de Stabl, al que habia Tamado en 1840 a Berlin, dandole tuna citedra, sin con- facto con Jas fuerzas sociales nacidas de la revo- Tucidn industrial y desprovisto del sentido de la 161 realidad, erefa on la posibilidad de restaurar so- bre bases patriarcales germAnicas y cristianas la vieja institucion de los Stinde, antidoto, en su Opiniéa, del constitucionalismo moderno. Al dar cherpo a estos proyectos contribuiria enfrentar Ins fuerzas del movimiento con las del conserva. durismo y 8 preparar con ello el camino de la revolucién, “Sin embargo, entre 1835 y 1840, cl Zollverein comienza a dar sus frutos: gracias al desarrollo del comercio y de la industria, se constituys en Jas provinelas mas evolucionadas de Prusia una burguesla que deseaba tomar parte mas activa en Pla administracién del pals. La burguesia renana serd la primera en reafirmar la necesidad de que Prusia se fransforme en un Estado constitucional, por lo qiie llevara a cabo tina accion. perseverante Fon. el fin de obligaria s ello. Esta burguesia no © Ges6, desde 1815, de defender, contra las tendes clas centralistas del goblerna’ prusiano, las insti. {fuciones legadas “a la providencia renana por su vinculacién durante carea de veinte afos a una Francia, primero revokicionaria y Iuego imperial: Fel Codigo civil, garante de una justicia oral y pli " blica; la Igualdad municipal de las ciudades y del campo, y el propio principio de la igualdad civil Yao todos los chidadanos frente a la ley. En el “{ranscurso de esta lucha se desarrollé en Ia pro- vineia un vivo sentimiento de aritonomia, que ha- Bia. sido cxacperado por la politica religiosa del gobierno y que habia logrado enfrentar a Ia op ign contra tina Prusia absolutista, feudal y lute. Tana. En resumen, Ia hostilidad a Prusia so apoya Gn Renania en Ia estructura burguesa de la socie. dad, asi como en el catolicismo de la mayoria de la pablacion. Lo que no fue obstdculo para que determinados circtilos de negociantes desearan Co- Iaborar con Prusia sobre la base de sus intereses materiales. A partir de 1830, un rico comerciante 162. de Aquiserin, David Hansemann, presidente de tun tribunal de comercio de dicha’ ciudad, 2° pro- nuncié, en una memoria dirizida al rey, a favor de Ta hegemonia prusiana en Alemania, pero puso como condicion su transformacién en'vin Estado constitucional, cuyo centro de gravedad.deberia Constituirlo la clase media; el Estado militar de- bia ser sustituido por un Estado industrial. Re nov dicho gesto aprovechando la ascensién al trono de Federico Guillermo IV, sosteniendo In idea de que tan slo tina constifiicién podia des pertar en la nacion el sentido eivice y ponerla al Abrigo del peligro revolucionario, Mediante sti tervencién en los negocios ferroviarios, adwaneros ¥ comerciales, intents demostrar la necesidad de Ja tribuna dei Parlamento para la buena marcha del Estado. Junto a Hansemann, otros banqueros ¢ industriales y hombres de negocios —Ludolf von Camphausen y Gustav Mevissen en Colonia, Bec- Kerath en Crefeld, von der Heydt en Elberfeld— encabezaron el liberalismo renano, al que. repre- sentaban en ef Landzag, orientandolo hacia Taco: laboracion con las autoridades prustanas, facili da por .el apaciguamiento de Ia opinion tras doloroso «asunto de Colonia», que durante cierto tiempo Ia habia exasperado (véase pag. 222). La idea nacional tiende a primar sobre las preocupa- ciones particularistas; y los diputades renanos ™ nifestaron cu deseo de que cl espiritu del Staats biirgertwn animara en adelante la totalidad del Estado prusiano. En 1845 Camphausen reclama, desde Ja tribuna del Landtag renano, la convoca toria de un Parlamenio comtn para todas las Pro- Vinciss prusionas, Dentro de este espirit nacional ¥ con Ia finalidad de conseguir un apoyo mas soll. Go, bajo el signo dal liberalismo, para ese Estado, en las provincias renanas, fue fundada en 1842 la fefimers Rieinische Zeitung, en la que Marx co. labore durante cierto tiempo, y en Ia que Mevissen 163 se proponia unir «cl espiritu especulativo de Ja filosofla hegeliana con el sentido renano de los negocioss, y, posteriormente, la Kélnische Zeitung, desde la que se demostraba que las instituciones Hiberates, colocadas bajo Ia tradicin de la era StcinHardenberg, debian contribuir a consolidar el poder real y no servir para crear un estado de Gesconfianza en relacién con ellas. Los liberales fenanos, por otra parte, en modo alguno eran de- Iocratas! habian votado, en 1845, en el Landiag, tina ley sobre Ia eleccién de los ayuntamientos, que posterlormente serviria de modelo a la ley prusia- Frade 1849, llamada la «ley de las tres clases». ‘El conjuato de estas preocupaciones traicionaba la influencia del historiador Friedrich Dahlmann, por entonces profesor en la universidad de Bonn, Feque siguié muy de cerca las luchas politicas de los aos cuarenta. Su Politica, publicada en 1835, Gesarrolla las siguientes ideas: Ia verdadera liber: tad estriba en el self-government de las colectivi- Gades; las instituciones representativas sirven para Spuntalar ¢ informar al poder monarquico; el ejer- Cicio de los derechos civicos es una obligecién fnoral a la que nadie deberia sustraerse. A medida Que se manifiesta en Alemania la yoluntad de union dacional, ¥ a la par que crece Ia desconfianza en relaciéa con Francia, cuyss pretendidas ambi- Slonse renanas, manifestadas con motivo de la cri- Sis internacional de 1840 y que suscitaron contra lia el sentimiento popular (El Rhin alemdn, de Nikolaus Becker), ya medida que va ganando in- fluencia el elemento protestante nortealemsn, los Hberales tienden @ orientarse hacia el pensamien- to anglosajén, que paulatinamente va sustituyen- Go a la influencia francesa, atin dominante en Rotieck. Bajo la influencia de las Dos revolucio. nes, de Dahimarn, se convierte en una constante Gponer al Estado napoleénico, da esencia burocré- Yea'y centralista, los beneficios de In Selbstver- 164 waltung, cuyo origen se pretende situar en los pueblos anglosajones. Mas ain, el Estado no com! Siste, para Dabimann, disefpulo en esto de Tos ro- ménticos, un «mal necesarion, ni tampoco una «s0- Giedad de seguross, ni una’ maquina artificials, Susceptible de ser modificada arbitrariamente por Ja voluntad de los hombres; mas bien, se trata de una personalidad moral, dotada de una vida pro- Pin, ¢ independiente de los individuos que de ella Gopenden, A través de Dablmann se integran cn el pensamiento de los berales reminiscencias ro- inanticas @ incluso Tamamientos @ la antigua lik Bertad germanica. Dahlmann aparece como el re- presentante mas notable de ese «liberalismo de * Ios profesores» que, junto con los historiadores Droysen, Waits y Hatiser, dar posteriormente el tono a las deliberaciones del parlamento de Franc. fort, Se mucstran preocupados a Ia vez de crear los instrumentos de poder del Estado y de definir- Te como un Rechstaat, como una «persona juridi- cas ante Ia cual debe inclinarse el arbitrio mons auico; no desean la ruptura brutal con el pasado, Se prociaman partidarios de la evolucion «organi ca»'y, no obstante, admiten que sélo un Parlamen fo puede crear en la nacién ese despestar del sen- tido de la responsabilidad civica, sin el cual la ibertad es una palabra carente de sentido. ‘Estas Son las tendenclas predominantes que ani- maban por cntonces a las clases dirigentes sedi cidas por el liberalismo. Este ultimo llega a con- ‘Quistar a una fraccion de Ia aristocracia prusiana. May que advertir que, después de Colonia, Koenis- berg, depositaria del pensamiento de Kant y de los hombres de Estado de Ja era de Ias reformas, Constituyé el foco principal y mds activo de las feivindicaciones constitucionales: alli, el médico Jacoby y el viejo presidente von Schin recuerdan {que los Estados Generales pertenecen a los dere- Ghos fundamentales de la nacién. Se ha seftalado 165 ‘con exactitud 1a pervivencia, entre los Junkers Vic en acl Landtag de Prusia oriental —los AUCs: pers joa Schwerin, admiradores de la aristocra: Male Guinica del espiritu whig. También €s un sMgloilo, Breiherr von Vincke, quien condena, on ane Ne ae Westfalia, cn 1845, el retraso con que 1a Pitwocaban los Estados Generales, Pero, entre se,Se"ponentes, los renanos cansiitufan indiscuti, ates oeoaT ala inas activa: expresaban la voluntad arene tete mas evoluclonada de Ta macién de arr ea a gnayarfa de edad politica y de asumir fi Paiaente sus responsabilidades, Bajo su impulso, Riliberaliemo dejo de ser una ideologia abstracts $i Marcelo. como intimamente ligado @ la estrace ¥ arerechomica del Estado moderno. Por consi: ertnte, nada tiene de extrafio que encabezaran a Buletcién cuando se reunid, en 1847, el Landtag uunide. MED iiveratiomo bungeés, sin embargo, po. Ie Gnida found de oposicion del Vormarz. Los con Galea Tgncos experimentaron clerias dificultadss temportmsair laloposieién iberal de la que se ha we eetide cn denominar «radical». Mientras el It omega podia defimirse como la voluntad de, I PertMuaia de asumir au parte de responsabilidad butffica, el radicalismo representaba ante todo una PPlblogia desarrollada en circulos intelectuales res- aeorioe. Mientras Ios liberales tlenden hacia la oRiGoacion legal en el poder y tienen por, obje- participacgjuste y no la destruccién del Estado tive Grauice, los Fadieales adoptan una actitud re mon Maria @ priori, aplauden calurosamente 195 Yess de Ja soberania popular, el sufragio univer: ideas Snicamerismo, incluso la Repdblica; no He- sal. Glos miramientos de los liberales en relacién nen 105 dinastias, ¥ propugnan un Estado unitario con ta icible, Ei desarrollo del radicalismo s¢ Fatt ade el final de los afos treinta, a la di ¥igien de la escuela hegeliana, cuyos discipulos 166 ortodonos constituyen una derecha conservadora, SilSutrae algunos elementos pertencelentes a ln Rusia hegelianay denoniinados. shegelianos. d0 3. Guierdas® imterpeetan Ia doctrina del maestro en SPaildo Ge tna fllosotia de Ia accion revolucto. naria. Convirtiendo Ia dialéctica en un instrumento#, TSH sedon, seteniende del diptico hegeliano Ie $Scmults coda to que es Taciomal cs real», est soa la flesotia! dete sorvir para deterininar We Nnskcha raclonal del muncio. Sus primeros ats eS habian disigido, infimenciados por fa Vida $e jaan Ge David Friedrich Strauss, contrn Tat ‘Giigiones cstablocidas y sus defensores ortodoxos: Foshivlomrcnte Ia ofensiva se, volvio mas politica Pessclal El principal organo del grupo fue Hallie Yyae Gahrbilcher, caya publicacioa prosiguid el fh Tovoio Arsold Ruge, bafo diversos titulos, en Dres- set, Mostrionmente, en Paris. En_ningin otro fenidtide te Kien ce In monarquia cristians, Bas reas fe positiva y em ia doctrina germanica, oe Sods srdientes adversatios. Despuds de Dro: Sitar a Frusia como cl Estado del bien comen, Rama cvoleis violontemente contra ella poraue, BYES Si Copirita de la Reforma y de la Au/Ritrang, infil pia Tmpregnado de plevamo. y beater. Sin TEnbarge, confiando en el poder del espirita de Sradinter ‘a realidad, Tox Jovenes hegelianos ‘se Megeaban muy a menudo que ia marcha vito. oe de sus Ideag odin operat ane trenetorma: Pet fondo ies faltaba el apoyo Sous 2 das en una época 30 2S surgucsia se orientaba hacia un liberaliem0 Se a tetmusaivo y cl mundo obrero aun no tenia Is GON people: For exo se produjo rapldamente cet ce gha cioria encisiém. Algunos se orients: SEAT iaeis una capecte. de individualismo exace Be ye “anarquismo mibilista; fue el cas0 de penehds quienes coméamente se conoce con el sae Ge bs a/franchis Liberados) berlineses, en sr toro a los hermanos Bruno y Edgar Bauer, y de Stirner, el autor de El dnico y su propiedad, que rechazan cualquier clase de Ilmitacion impuesta al yo individual por la religion, la sociedad y el Es- thao, comvirtiendo al egoismo absoluto en cl Gnico movil consecuente de la actividad humana. Otros en cambio —en particular Feuerbach, Moses Hess J cl propio Karl Marx— abordaron la critica de Ia sotiedad y prepararon Ia via al comunismo: va se examind en str momento el papel que desempe- flaron, De todos modos, seria un error exagerar l importancla de ese radicalismo durante los alti mus afios del Vormarz: si se puede rastrear atin en la obra de algunos poctas' progresistas como Herwegh, Hoffmann von Fellersleben y Freiligrath, fue en el seno de numorosas sectas que por aquel entonces se desarrollaron, dentro del protestantis- mo, bajo el nombre de Lichtfreunde, o también en- tre los catblicos, en el marco del Deutschkatholi- Eisnaus, donde su irradiacion aleanz6 mayor fuerza. ‘Tras la exposicién de Ia santa ttmica de Tréveris en 1844, tunica cuya falsedad habla demostrado el Ristoriador Sybel, el movimicnto del xcatolicismo Slemane, dirigido’ por el sacerdote sajén J. Ronge ¥ aprobado por Gervinus, porque era susceptible de Convertirse en el punto de partida de una Igle- Sia supraconfesional alemana, aleanzé a tener en 1846 doscientas comunidades y 80.000 adeptos, y muchos de sus jefes constituyeron en 1848 Ios cua Gros del partido demécrata. Pero se trat en tales Cascs de movimientos que no ejercieron ninguna presién cficaz sobre Ie decisiones de los go biernos. En visperas de Ia Revolucién, Ia principal fuente de descontento brotaba de la prictica del absoli- tismo, de la ausencia general de libertad, del sen- timiento de inseguridad personal, del odio profe- Sado a tn Estado policiaco y a sus métodos arbi- tratios, y de la desconfianaa con respecto a un 168 cuerpo de funcionarios, al que en ocasiones se po ‘fan resonocer —sobre todo en Prusia— eminen- tes cualidades técnicas, pero que jamas habia de- mostrado la menor capacidad para comprender la problemitica moderna, nacida de las ascension de Ia burguesfa de negocios y de la formacién de un vasto proletariado, ni para reducir el divorcio en- tre el Estado y las nuevas fuerzas de la sociedad". } Lo que en mayor grado disgusté al pueblo aleman’ fueron los intalificables procesos incoados a li- berales y patriotas, como a List en Wurtemberg, a Jacoby en Prusia; tuna atmésfera de trampas y de opresién, fomentada por la ortodoxia osten- fatoria de determinades gobiernos se abatia sobre la vida intelectual. Parece que si los gobiernos hu- Diesen abandonado en el momento oportuno Ta politica de opresion y de arbitrariedad que les Caracterizaba, los alemanes se hubicran contenta- do con reformas progresivas: un numero muy re Gucide ‘de ciudadanos pensaban realmente, en 1848, en participar en el gobierno, e incluso cuan- do évocaban Ia. responsabilidad ‘ministerial ante el Pariamento, sélo lo hacian bajo el aspecto de Fesponsabilidad judicial y no como un clement esencial del Estado modemo. La nacién alemana no pedia ciertamente una ruptura bratal con el mundo dindstico y con las instituciones monér- Quicas, Sino solamente un compromiso con ellas. No por eso dejaba de desear sacudirse la tutcla de los antiguos directorio, lograr que tlunfara el Rechstaat y asegurar, con la soberania de la ley, a participactén de una lite en la cosa publica y a sustitueion por un orden legal del répimen ar bitrario que habia durado demasindo tiempo. El caracter opresive de los gobiernos fue lo que cred T Sabre et papel desompetiado por la burocracia on el Vormars podran consultarse los Studion da W. Conte ¥ 25 Bie conion, en artotine” He onto wence Ie 169 ‘una ‘yoluntad de cambio y contribuyé a desarro- Tar en ef pais tuna actitud revolucionaria ‘Esta tilthna se vio singularmente acentuada por ta crisis coondmicay social que culmino en 1846, Gue resqucbrajé profamdamente la autoridad de _ibs Estados 9 ereé un clima casi continuo de mo- Hin. Numerosos liberales estimaron que, st se de- Seaba evitar Io peor, habla llegado el momento de Sbtencr reformas sustanciales de la Corona, saci Gkéndose de encima ta tutela que les Imponia una A burvcracia desfalleciente. Las cosas se aeravaron bn Prusia cuando Federico Guillermo TV, tras ha ber vacilado durante bastante tiempo, prestonade Shore por uns situacion financiers que el empres {to cublerto por los Rothschild no habia sido st Ficiente para ostablecer, se decidi6, a pesar de las Censuras Ue Metternich, a convocar un Landiag Gniddo, constituide, por todos los diputados de las Dieta provinciales’ (febrero de 1847). Tras haber Gudado antes de responder favorablemente a esta {invitacion det Tey, que consideraban invafictente jue no corespondia a as promesas formiladas Znteriormente @ Ia nacién, los liberales.bicieron pablice, desde cl comienzo de los debates en Ber Tin, que no-se contentaban con atribuctones me- ramente eonsultivas para el Landrag y que recls Inaba la perodicidad de las reuniones. Para mos- trar su dgterminacion negaron al rey el voto pare Im empréstito necesario para Ia construceion de ferrocarnil Berlin-Koenisesberg.¥, sin embargo, ho padicron arrancar del rey, apegado a las teo- Hae del derecho divino, a pesar de. sus veleidades Hoseales, que concediera wna constitucion o inchs fo que retonociera Ia periodieidad del Lardias: faba sido Instad por’ nobicen, y en parties Tar por Otto von Bismarck, que a la sazén habia Conecbide la idea de crear tn partido conservador Ce'presia, a mostrarse infransigente Aunque los Sredios liberales, por temor # las revueltas socis- 170 les, evitaban, a pesar de todo, una rupture’ con la Corona, se asistié a una clara radical de la opinién, como atestigua el éxito de los tos republicanos de Karl P. Helnzen. Los demo: cratas se reunieron en un Congreso en Offenburg, en septiembre de 1847, donde reclamaron una re- Presentaciin nacional caman a todos los paises hermanicos, elegida segin un procedimlento demo- Critica. En’ sus aspiraciones favorables aun Esta: do unitario y jacobino, los «radicales», dirigidos por F. Hecker y F. von Struve, de Baden, ban mucho més lejos que los liberales de las diferon tes provincias del oeste y del sur de Alemania, que en. su declaracién de Heppenhcim (octubre de 1847) se hablan contentado con pedir Ta reunién de un Parlamento aduanero. ‘A finales de este mismo afio de 1847 es cuando el movimiento nacional aleanza su apogeo, como To prucba Ia creacién en Heidelberg, bajo el signifi. Eative nombre de Die Denesehe Zeitung, de un periodico que agrupaba, junto a los historiadares Gervinus y Haiisser, a toda la élite intelectual del pais. Sin embargo, el movimiento nacional nose Timita a establecer Ia unidn politica entre los Es tados alemanes; en adelante se dirigié también a Jas poblaciones alemanas sometidas a una domi nacién extranjera. Fn los ducados daneses de Schleswig y de Holstein se planted un problema demografico (exceptuando 2” 150.000 personas eo Ia parte norte del Schleswig, la inmensa mayoria de la poblacién era de lengua alemana) al que se sumé ‘una cuestién sucesoria, puesto que la cos: fumbre, que reservaba el derecho de herencia a 1a linea masculina, enfrent6 los derechos del duque de Augustenburg con los de Christian von Gllieksburg. Frente ala amenaza que blandié el rey de Dina- marea, Christian VIII, en su carta abierta (julio de 1846), de vincular estrechamente cl Schleswig a sus Estados, por medio de una constitucién, la 171 i reaccién, dirigida por los profesores de la Univer. Tad de Kick fue inmediata: no se podia alterar Ei"Seacter indisoluble de los dos ducados, que Dahimann habia demostrado desde hacia tiempo. Yun congreso germanista, que se celebré en 1847 Gn el proximo Lulbeck, reclamé les ducados para ‘Alemania, ‘No obstante, Is asplraciones de Ia nacién ale- mana continuaban enfrentandose a graves obsticu- Tos, algunos de ellos, ¥ no los menores, derivados de la persistencia de los particulacismos de los Principes y de las poblaciones, de Ia complejidad Rel dualisino austroprusiano, de la dificultad de Gotar de un marea politico a ia nacién; pero, sobre todo, el principal derivaba de la obligacién en que Se chcontraba la burguesia alemana, que indiscu- Gibiemente era la fuerza més evolicionada y Ia nds consciente, de conquistar su puesto en el Es- tado del Ancien Régime, y, a la ver, de defenderse frente a ia presién, a su Higuierda, de la democra- cia social. 2. HL eRISORGIMENTO® TTALIANO Considerado durante mucho tiempo como un fondmeno estrictamente Haliano, el Risorgimento halsido progresivamente reinsertado por los histo- Tiadores actuales de Italia en su contexto europeo. JMungue fue preparado por la corriente iluminista, Gue operé en los marcos tan diversos de los Es- Shios talianos y de las mentalidades del Ancien Régime, y a pesar de quo el despotismo ilustrado prepara el terveno y los hombres, la fuerza de Pivum del orden antigua, que cristalizé y accleré Inrevolucion, fue la Revolucion francesa, una in- Hucneta llegada del exterior. La Revolucién fran- Gesa proporcioné a Ttalia Is idea motriz de ta na- Gon como comunidad de ciudadanos cimentada mm por el vinculo contractual de Ia conciencia cfvica. "A pesar de ello, In emancipacién de Talla tenia que enfrentarse, on 1815, con dificultades atin ma: Sores que las que tavo que vencer Alemania. Ei Saneter retrégado de su ‘economia, la neta sepa faclon catre fos grupos. sociales, Ia mediocridad Ge Ia burguesia, Is influencia del clero y el vigor Gel espivitu municipal, explican Ta ausencia. cast total de vida naclonal en 1815. La lucha conta la Santa Alianza no pudo adquirtr en este caso, cn us comicnzos, mds que tn cardeter local dirigido Contra el despotismo de las Institciones politicas J judiciatcs: si la oposiclén por todas partes es la Tnisma, no existe én cambio un movimiento. de Conjunto, Atn més que en el caso de Alemania, Talla aparece en 1813 como ina simple «formula geogratican Sin embargo, hasta 1820 la Restauracién, consi. derada en Conjunto, fue ms bien: moderada, y Mmantuno, en el marco de Ia administracion y de In legisiacion napolednicas, conservadas en su total Integridad o al menos en su espiritu, la actividad Gel paternalismo reformador de Ia generseion del Gespotismo ilustrado, Este fc, en. particular, Caso de Parma, Ia de Maria Liisa y su segundo marido, Neipperg: ode Tucca y Toscana, donde Ih Tegisiscion leopoldina fue implantada de nuevo F aes dorante vente adios, fre gobernada habit Incnte por Fossombrini, coneiliador y eacépuico, En Lombardia y Véncto, aunque cl real fue severo, la adminietfacton austriaca, exacta,¥ puutlloss,’ confirms la. venta de los bienes nacio- Bales y no se separé esenclatnente de la orienta: Gién leeislativa imaplantada por el reino de Tt En Napoles, donde el régimen feudal fue parcial: mente Testablecido y los emigrados indemnizados, ) STininitro Ligh de Mesiets puso em practi una politica de «amalgama» que tenla por objeto com Tervar los hombres y Ine instituciones mae vélidas 173 11 régimen francés. Fl cadro se ensombrecis. en $e] Teaimen Soto todo en os Eatados pontificion, Meese, Year de los estuerros de Consalvi, cl go: Haase ake ‘en ta esclerosis.y en Ta impotoncia RCTS? fingmonte, menos mareado que el resto de Tuial por ins clucess, donde law antiguas clases MavileBindas, influcnciadar por los escritos de Jo- cpm de Maistre, no habion codigo en el combate, Ronde Ta monarquia.scgwia. siendo autoritaria, Tilnaslu, y obwentonada por viejos suefios dinds: tieos de expansion territorial, la reaccion, mas Userervadorh 7 clerical que en cualquier otro te Selorio results. totalmente insoportable 9 una Tutgucite jansenisia y sJacobinas. que se habia Ruieido eh 1796 al ideal de Ia xgran nacion». De- tito'a eile los comerciantes y armadores de G& Pine Somensan a soportar mal ia tutela piamon- Tata y'lamentan haber perdido su vieja consti. Sion Fepubtteana. ual ch Risorgimento wn fenémeno ético en el avid las concepctones de una capa dirigente se a (ie wdiéron a fa accion de las masas ya los pro. {Bina econdinicos, 0, por cl contrario, hay ae ceeresr un amplia parsicipacin popular en los wemReSncntos? Parcee evidente que’ cl Risorgi- tmento tue principalmente obra de wna bargucsia me ideal Dolttice e intereses_materiales coinck diam con lap relvindleaciones de un uevo orden, sem Sekupeién de doterminadas sectores. septen- SSlonaise, ol mmo rural, que Forma la. paste, pein GaTde ia poblacion activs, estaba demasiado ab- sreide por ios problemas cotidiangs de st vida Serfetiat para clovarse a Ia conciencia efvica o in. Tite & id comprension elemental de los acontect sree oe Sr uice de. analfabetismo era en los Talos aurdos, cuna dela independencia, del Ei'poe' 100 entre los hombres y"del 77 por 100 en fi Pmujerest cincuenta aos después aun queda. EE S'S "por 00 de snalfabetos en Tas provin- 174 clas del Norte y un 86 por 100 en Jas del Sur. La fuerza de las masas intervino por oleadas ) Rumultosas y contradictorias, pero jam4s logre 7 constituir un motor preponderante. En. cambio, Se asiste en los medios cultivades a tna ebullke sion “deolgen Tn “que, se, entromercian los 4 temas politicos y las preocupaciones estéticas. Fi Milan, F. Confalonieri, G. Berchet y S. Pellico son los que le dan vida ai Conciliatore, que milita en favor de la renovacién cultural y econémicn de Lombardia, mientras que en Florencia, el librero. Vicusscux funda Ia ecléctica Antotogia, y con el f= I6logo dalmata N. Tommaseo y el historiador t= ano G. Capponi, difunde las ideas de un Hbera lismo moderado. Estos autores seran Ios maestros ideologicos de la élite gobernante de los grandes afios de marcha hacia 1a unidad. Sus obras contri buyen a crear un ideal para los italianos, no solo municipal, sine también nacional. La historia cons. tituy6, como on el resto de la Europa de las na. cionalidades, uno de los instrumentos preferidos Gel Risorgimento intelectual: junto a abras come la de C. Canta y de C. Trova, historiadores de profesida, las novelas histérieas de F, D. Guerrazzi Yide Massimo d’Azeglio dieron a conocer los fastos de la historia italiana, Pero fue principalmente el romanticismo ef que trato de establecer un vine Jo entre la inteligencia y las aspiraciones popula. tes y las tradiciones del pasado, poniendo al ser- vicio de la edueacion politica de la nacion el sen timiento Iiterario: mientras el pesimismo solitario yaltivo de Leopardt rechaza el compromise polith €0, y la religiosidad de Manzoni se tine de cierto congervadurismo en su obra Los novios, toda otra Serie de obras palpita de ardor patristico, desde las poesias de Berchet hasta los conmovedores tes. \onios de Silvio Pellico, el prisionero del Spiel berg, y hasta las vengativas sétiras de G. Giusti. Sin embargo, la burguesia liberal no podia ex. 175 presar ninguna clase de oposicién legal a los go- Bicrnos absolutistas, Rsto se refleja en Ia accion buulla de las sectas, en las que la mentalidad ro- Ghdntica se alimenta con los mitos del héroe y del {eonspirador. alia fue la zona de mayor desarro- flo ce las sociedades secretas. Sobre las ruinas de a francmasoneria se habia desarrollado la carbo- nerfa, con sus variantes lombardas y piamontesas, ‘Zon sus gtielfos ¥ adelfos, que tal vez encontraron Sus modelos de organizacion en las hermandades Ge tenadores y carboneros del Franco Condado, La Tocalizacion de la carboneria, dividida en «ventas» ¥ dotada te un vocabulario hermético, es en par Yettlar muy clara en los Estados absolutistas, como el Teino de Napoles, en los Estados pontificios y Jen ef Piamonte. La burguesia media y el ejéreito 2 futren la mayor parte de los cuadros. Fin el mun- Uo cerrado de las pequefias guarniciones, Ia le- Senda napoleonica se mezcla Con una cierta nos Yaivia por Ta vida violenta y con las aspiraciones liberales suscitadas por la experiencia de ios aiios Hevolucionarios. Sin conexion con las masas y sin programa constructive, les carbonari se mueven Borel anhelo de tin Estado poderoso y democré- Rico. Pero su accion se ve condenada al aislamien- to, a los focos esporadicos de sediciones, suscita- fdas ante la noticia de los acontecimientos extran- Jeros, Al combatir en orden disperso, la derrota era Inevitable, Asi ocurrié on 1820, y Isego, en 1830. "Vos primeros acontecimienios revolucionarios hay que situarios en. Napoles, donde el general Pepe intentd aprovecharse de los sucesos de Es 4 paka para levantar a las guarniciones. El rey Fer- “Rando TV se incliné primero ante la revolucién, Brometiends el establecimiento de una constita Bion, imitada de Ia que habian aprobado las Cortes Gn i8i2; pero, tras los congresos de Troppau ¥ Ge Laybach, a los que habla sido convocado el mo- fharca, los liberales mapolitanos, debilitados por la 176 disidencia de una Sicilia autonomista, fueron ant- Guilados por cl ejéreito sustriaco en Rieti (1821). Mas confusas fucron las peripecias de Ia revolu- cién plamontesa, Conducidos por antiguos solds Gos de los ciércitos napolednicos, como Santorre Gi Santa Rosa, los Iiberales contaron con el apoyo Ue Carlos Alberto, principe de Carignan, cuya edu: cacidn solitaria s¢ habla desarrollado parcialmente ‘en Francia y que, al parecer, encarnaba a los ojos, Ge una corte reaccionaria el demonio malético del Jacobismo. Su hermano Carlos Félix, superado por Ios acontecimientos, le nombré regente, Pero Car tos Alberto, cuya compleja psicologia estaba hecha de contrasies y ensombrecida por la hipocondria Fomsintica, desempeno un doble juego y, al. pare Cer, se aproximd a los contrarrévolucionarios. A Consecuencia de ello, lo austriacos restablecieron el Ancien Régime (1821) sin la menor dificultad. Los liberales, victimas de la represién, reprocha- ron al rey si defeccion, y la crisis condujo a éste fa un repliegue sistematico sobre sf mismo y a un Sutoritarisimo absolutista, atravesado por remor- Eimientos y contradicciones que contribuycron a Great la leyenda del »Harnlet Italiano». ‘Diez afios despucs, Ia Revolucion francesa de 1830 desperté amplias esperanzas. En Paris, el Co- mité de la emancipacién italiana habia realizado Una gran campafia de propaganda. De Médena, donde los liberates habfan creido poder contar con el duque Francisco IV y resultaron cracimente Gesenganados, por 10 que acabaron sublevandose, ja revuelta se extendio @ Bolonia, donde la auto Had pontificia no pudo mantenerse, y fueron pro- Glamadas las Provineias Unidas de Italia Central (febrero de 1831), y 2 Parma, de la que tuvo que Selir huyendo Maria Luisa. El movimiento adaui Fig en esta ocasion un carécter mas extenso. Pero a falta de entendimiento entre Ios insurrectos y Ja indiferencia de Ins masas convirtieron en intl m7 ¢l intento: los romafioles lograron desarmar a las |, frapas de los dos ducados vecinos, cuando estos itimos se replegaron a sus territorios. Tras ellos, Jos austriacos ‘no tuvieron grandes dificultades para restablecer el arden. Al menos, este levanto- fnicnto sirvi6 para que la Cuestion italiana quedara Planteada en el plano internacional. Contra la in Tervencion de Austria, Litis Felipe envio un regi- miento a Ancona como protesta espectacular en Gefensa de los intereses franceses, pero que en modo alguno ayudé a In causa de los Insurrectos, Ti fracaso de las revaluciones de 1821 y de 1831 evidencié la ineficacia de la carboneria y supuso Str sentencia de muerte. En su lugar comienza a Afirmarse waa nueva fendencla, preocupads por Proponer soluciones. esencialmente italianas! La Emlgracisn politica fue la dura escuela en la que , se models poco a poco el pensamiento politico de is unidad. Ten contacto con el oxtranjero, la res- tringida cultura de los antiguos carbonari, Timita- da por la nostalgia de una Italia napoleonica y por'el odio al sistema de Metternich, se enrique- 2:5 con un contenido europea. Seria inexact pr Sentara esos fuorusciti, tan distintos por sus Origenes y por sus fortunas, como una fuerza Coherente? dividides por rivalidades personales y polemicas azuzadas por Ia incertidumbre del ex Tio, espiados por los diversos gobiernos curopeos, los refugiados se vefan forzados a errar por todo el continente, donde aportaban frecuentemente a Jas causas justas su concurso armado. A pesar de todo, los centros que los acogen, donde no Uenen mis remedio que vivir, contribayeron a dotarles de un pensamienta politica consecuent=. Después Ge Ginebra, Paris se convierte, hacia 1830, en uno de Jos grandes centros de la emigracién ‘italiana, Fi cconomista Pellegrino Rossi sucede a Say en Su catedra en el Colegio de Francia, en Paris, y Seguidamente se convierte en par de Francia; Car 178 lo Botta es nombrado rector de la Academia de Rouen; ©. Libri, profesor en la Sorbona. En esos fnedios intelectuales, Ia influencia de Victor Cousin, fue preponderante, atrayendo al «justo centrom a fas mentes que quieren emanciparse de la tutela de la Iglesia, pero sin cacr en los excesos de la Gemocracia, Eh Bruselas, el marqués G. Arconati- Visconti da vida @ un efreulo brillante, en el que podemos encontrar Berchet, Pepe y, después de Yea, al sacerdote liberal Vicenzo Gioberti. En Lon- Gres, alrededor de Antonio Panizzi, amigo de Méri- mee y organizador del British Muscum, también 2cluye una numerosa cohorte de compatieros que Se sienten seducides por el espfritu del liberalismo politico y econémico de Inglaterra *. "Pero correspondié a G. Mazzini la misién de es. piritualizar al movimiento revolucionario. Este ge- hoves, tras haber provocado la ira del gobierno plamontés por su colaboracién en periédicos avan- Tados, en 1831 tuvo que refugiarse en Marsella, Gonde funds la Joven Talia. En 1834, amplié su Secién mediante Ia creacién en Berna de ta Joven Europa. ian 1836, sus actividades le obligaron a trasladarse a Londres, Por todas partes, gracias a su desinterés personal, su austeridad y’ sus cuali- dades carismaticas, ejereid una verdadera fascina tion entre sus contemporineos. Mazzini reprocha- tba al romanticismo el no creer suficientemente en Non politica de Italia; al carbonarisino, el proseguir, sin um programa de conjunto, los 1e- Yantamientos locales. Por su parte, pretendio ofre- Cer a sus conciudadanos un ideal elevado, el de la pacionalidad, que define como Ia utilizacién de todas las fucrzas individuales para un fin comén: Ia fe en la patria, Desde su punto de vista, cada pueblo pose una misién historica frente a te he Tein esta cucstién Temos seguido muy de cerca, Ins contitsiencs eB. Guichonnet fvease Ia biDliograta) 179 manidad, ya que el pafs es el instrumento del que Dios se sieve para realizar sus planes sobre la tic. fra. La nacionalidad, esciibi6, «es la parte que Dios confiere @ cada pueblo én el trabajo de la humanidad: st mision, la tarea a cumplir sobre Ia tierra para que el pensamiento de Dios pueda realizarse; es la obra que le da derecho de ciuda- Ganja en la humanidad, ol bautismo que le confie~ fe su cardcter y Ie asigna un puesto entre los pue- bios, sus hermanoss. Por consiguiente, seria un Crimen que Italia renunciara a su misién: la ter- cera Roma, heredera de la de Ios césares y de la Ge los papas, debe ser la inspiradora de una huma- hidad reformada, Para mostrarse ala altura de su misin, debe convertirse en «independiente, unida ¥ libres. Rechazando el hipotético apoyo de los so- Beranos y toda concepcién federalista, Mazzini anhela ef advenimiento de una Republica italiana Unificada. Cuenta dnicamente con las fuerzas mo- rales para lograrlo. «Dios, el pusblo, la humani- dads: tal_cs Ia trilogia con la que encabeza su \a. No porque taviere confianza en la Iglesia Catvlica, responsable, desde su punto de vista, de la descomposicion de Tealia, sino que, como jan senista de formacién, trata de ganarse al bajo cle- Po, cuyos intereses defiende frente a los de la je- ratguia. Esta vision de la futura Italia, por el entusiasmo desinteresado que suscitaba, por el Ia- Shamiento dirigido a 1a nacion entera, en la que deberfan fundirse todas las clases sociales, forj6 tina clerta manera de concebir a Italia, de ia que, Ihingin italiano, después de(Mazzini, ha’ podido ha- cer abstraccion. Deseraciadamente, ese gran patriota, que care- cla de genio politica y que no conocia bien a los hombres, en Ia practia no hizo sino inspirarse en los metodos de los carbonari, recurriendo como Clos las socledades secretas ya las conspiracio- hes, Ya en 1833, al ser descublerto un complot or 180 ganizado por su amigo Ruffini, obligé a éste a , Suicidarse para ibrarse del cadalso. El putsch de 4 Saboya, al ato siguiente, oblig6 a Garibaldi a es- capat de Génova y marcharse a América; al mismo {lempo, los hermanos Rossaroll fracasaron en N&- poles en el atentado que organizaron contra Fer- Rando II, Idéntica derrota se produjo en Sicilia en 1837, donde este mismo rey acabé por suprimir Se hecho lo que quedaba de la autonoinia munici pal: en 1841, en Aguila, donde In insurreccisn per Joitié que Ja policia napolitana descubriera los Jazos que unian a los partidarios de Mazzini con Ios revolucionarios del Sur; en 1843-1844, en Caln- Drie, donde tras una primera represién, los her- manos Bandiera, con una tropa de exiliados, su- picron morir gritando: «|Viva Ttallal» En su teoria Abstracta de la revolucién de masas, Mazzini no Habia tenide en cuenta el estado real de la socic- Gad italiana, en Ia que las poblaciones rurales, inertes © iletradas permanecerian sordas a las in: itaciones a la revuelta, o incluso Tlegarfan a pres- far todo su apoyo a las fuerzas del orden para Splastar aloe insurrectos. TEI fracaso de esas diversas intentonas generd un cierto desaliento, Pero, cuando la suerte sc habia \ alejado del eterno conspirador, surgié otro movi- mniento el Risorgimento—, que superaba, con Creces, al anterior en amplitud. ste fue, en parte, Consecuencia del desarrollo econémico’ ereciente Ge la economia italiana, de ta construccion de tas primeras vias Férreas, de los congresos cientificos Que se celebran regularmente, desde 1839, cn las Giterns capitales italianas y que contribuyeron a fomper el localismo para anteponer las cuestiones hacionales. Estas son inseparables de la organiza. Gdn, aduanera de Fealia, al modo del Zollverein.£ Desde el punto de vista econdmico, las revistas mnilanesas tuvieron una gran importancia formado- fa. Finalmente, sna asoclacién agraria, fundada en 1st ‘Turin, permiti6 a los medios econémicos de Italia del Norte establecer contactos entre si ‘La ampliacién del pensamiento politico se expre- ajo la forma de\wn meogticlfismo. La opinién Catoliea se habia orientado hacia el liberalismo gracias a la propaganda nutrida en Lamennais y wie influencia del abate Rosmini, penetrante ob- Servador de la esclavitud de Ja THlesia cn una Ta. Tia absolutista, ‘Toda una escuela de historiadores se esforz6 por realzar las tradiciones del gitelfismo Medieval: el napolitana Troya buscd en las luchas Sistenidas por las comunidades lombardas contra jos emperadores una garantia de confianza y de caperanca. El délmata N. Tommaseo, emigrado en Paris, lanz6 en 1835 Ia ides de un papa reformador gue cncaberara la regeneracién del pats. Ast pucs, Th opinion modelada por el romanticismo estaba preparada para comprender el amamiento del Bbate piamontés Globerti (1834). Confiando en Ja Sprimaciar de Ttalia, Ia nacién madre del género Humane, Gioberti reclamé 1a unién de los italia nos, que presuponia la de la nacién civil en torno AI papado, De abi, en su opinion, la necesidad de tina confederacion de los principes italianos bajo Ja direccién del papa, en la que Ia casa de Saboya tendria la misién de defender los intereses mate- Hlales y politicos. El neogllelfismo fue abrazado por tia fraccién considerable de la burguesia Ge la noblera, apezada al nacionalismo, pero que SI mismo tiempo temfa cualquier conmocién xe- Volucionaria y que vela en el papado Ja garanta Ge Ia cstabilidad de las instituciones politicas y Sociales, ‘La orientacién Ideolégica se vio, por otra parte, influida por Ia evolueién de Ia monarqufa piamor tesa, Carlos Alberto (18301849) no. tenfa, luego, nada de Uberal; pero, celoso de sw autori- Gad. sentia la necesidad de escapar a las influen- Gias cxclusivas. Su ministro, Solaro della Marghe- 182 rita, aunque conservader, se vio obligado a prose- guir una politica progresista, suprimiendo el few Galismo en Cardefa, publieando los cddigos. alber- Yinos y continuando los reajustes econémicos del pais, orientado ya hacia la Hbertad de cambios. El Primato de Giobert, por otra parte, contribul- Ha a reforzar esas tendencias de Ia politica, pia- jnontesa y, lo que es mAs importante atin, a orien tarla en un sentido nacional y antiaustriaco. Carlos Alberto detestaba a Metternich, que habia inten fado impedirle que subiera al ono. Por otra par te, 1a diplomacia piamontesa se encontraba en frentada a Austria en la cuestion de los ferroca rriles (Ins Iinens transcontinentales gdebian acabar en Génova 0 en Trieste?), en el problema del si= Ininistro de sal al Tessino y, finalmente, en la Guestién de Ios vinos plamonteses gravados con Uerechos aduaneros muy fuertes por Austria. Por equivoca que fuera Ia politica real, por reacclons- To que continuase siendo el Estado sardo, el Pia monte estaba destinado a catalizar bien’ pronto todas Ins simpatias italianas. ‘En 1844, C. Balbo, en Esperanzas de Italia, habia demostrado que In unidad, mas importante que Ia libertad, dependia de In exclusion de los austria- cos, a los que habria que encontrarles a cambio alguna compensscién en el Préximo Oriente; Ia Espada de la federacién Wallana sera, en su opi ‘niga, el rey del Piamonte, Massimo d’Azoglio, artis. ta, tovelista y hombre politico, publicd en 1846, tras el movimiento insurrecetonal de los Estados pontificios, su libro Sobre fos tltimos sucesos de Romana, en el que, despues de criticar al gobierno Fomano, pedia a sus compatriotas que renuncinsen a las insurrecciones locales y entregasen su con- fanza a Carlos Alberto, En la nobleza piamontesa, que dirige Ia administracién y la economia del Bats, estas ideas comenzaron a despertar un fucric Boo: el joven conde de Cavour, tras haberse ins. 183 truido econémica y politicamente en Francia ¢ In- glaterra junto a hombres como Rossi, Tocqueville, Senior y Cobden, regreso para cultivar su prople- dad de Lerl; pero, al mismo tempo, toms posi- 1cs en la prenta sobre loc grandes problemas de su tiempo, en favor del Hibre cambio, de los ferrocarriles y de Ia politica nacional; y, al fundar cl Risorgimento (1847), doté al partido «albertis- ta» de un drgano de expresion. Gioberti por su par. te, revis6 pronto sus concepelones: en’ sus Prote- gdmenos (1845) entrega a la execracién de los pa- {riotas a los principes reaccionarios, y en su Jesui fa moderno (1846) ataca a la orden detestada, que ‘era el principal sosten del poder temporal de Tos Papas, poder cuya. desaparicion profetizaron algu- hos eseritores, como G. Durando y L. Torielli, en bencficio de tina simplificacion dal mapa politico italiano, No obstante, atin no se habla producido Ia unanimidad —lejana’aun— en torno al Pismonte. Mazin! continga siendo un adversario irreduct® bie de la monarqufa sarda. Los lombardos C. Catt neo y G, Ferrari se declaran demécratas y Tedera- listas; el primero de ellos extlende su programa fa una Europa regencrada, mientras el segundo, hRostil al fard da sé de Carlos Alberto, cuenta, so bre todo, con el apoyo francés para expulsar a Tos austrfacos. ‘Sin embargo, de las tres tendencias que dominan ta politica italiana: cl unitarismo mazziniano, el heogielfismo de Gioberti y las simpatias piamon teaas, la segtinda parecia, en visperas de los suce- Sos de 1848, Ia mejor situada para alcanzar el triun- fo. Blectivamente, In eleccion en 1846 del papa Pio IX conerelé en aquel momento las aspira: ciones liberales y nacionales. Aunque el cardenal Mastat estuviera muy lejos de ser un liberal, el espiritu evangelico con el que abordé Ios proble- mas romanos, Ia ammistia promulgada a raiz de Su nombamiento, asf como sus primeras medidas 18s reformadoras, le granjearon inmediatamente una jinmensa popularidad. Por otra parte, la ocupacién de Ferrara por orden de Metternich, contra la que protest, le colocé, muy a pesar suyo, en el papel de campedn de la vinidad italiana, lo que le valid recibir tuna patética carta de Mazzini. A partir de entonces, para no defraudar las esperanzas de 10s romanos, se vio obligado a ir mds lejos de lo que inicialmente pensaba: de ah{ el Motu propio de octubre de 1847, que cred una Asamblea Consul tiva del Estado; el de diciembre, que preveia Ia introduccién de laicos en el gobierno, sin que, Por otra parte, esas reformas, incoherentes y concedi- das con cuentagotas, dieran satisfaccion a una opi nién cada vez mas exigente y tumultwosa. Sin emt bargo, habia dado el primer impulso: de mayo a ‘octubre de 1847, tanto en Turin como en Florencia, se dictan reformas liberales, y Carlos Alberto sus: Hituye a Solaro della Margherita por un gabinete més avanzado. ;Era posible conjugar la politica de Jos distintos Bstados? A finales de 1847, las ne- gociaciones entre Roma, Turin y Florencia sobre Ia cuestion de una posible union advanera sefalae ron una nueva etapa en el camino de la unifi- cacisn. 3. LAS LUCHAS NACIONALES EN LA MONAROUIA AUS Mientras en Alemania y en Italia operan fuerzas centripetas, el principio de las nacionalidades puso. en movimiento, en el Imperio austrinco, 9 fucrzas centrifugas qué, si por el momento no ponfan en cuestién la existencia del Fstado, ya manites- taban con evidencia las dificultades que experi mentan pueblos de lengua y razas diferentes para visir juntos: EI Estado austriaco no habia evolucionado sen- a 185 siblemente desde las reformas operadas a finales Gel sigia xvii! bajo el signo del despotismo lus trado. Se apoyaba en la fuerza del sentimiento di- nastico, en la attloridad de Ia aristocracia y en los grandes cuerpos de funcionarios del Estado: buro- Eracia, ejéreito e Iglesia catdlica. El gobierno com finuaba siendo absolutista, aumaue suxiliado por varios organismos cle alribuciones confusas: can Cillerias que se ocupan de regiones determinadas, ministerios que tan pronto quedan en manos de un Colegio come de un tinico responsable; Consejo de Estado meramente consultivo; Conferencia de Es- tado, que toma las decisiones gubernamentales. No existia participacion alguna de la nacioa en el go bierno: los Landiag de los diversos Lander eran Solo Grganos consultivos; tinicamente en Hungria, donde se conserve la constitucion histérica, Is Die ta, formada por dos CAmaras, votaba las loyes. En ambas asambleas sélo In nobleza posela un papel importante y ofectivo. También es la nobleza quien frige en Hungria el trabajo del Comitatus. En toda la monarqiiia conservaba tina situacion social preponderante, percibiendo las rentas feudales: en dinero, en los paises de lengua alemana, y en tra: bajo (robot), en los paises eslavos. De la nobleza, sobre tado de la alemana, procedian los altos fan- cionarios, los oficiales y los prelados, estrechamen- te sometidos, por la legislacién josefinista, al con- trol del Estado, En el seno de Ia monarquia, el sistema de Met- temich tiens por objeto conservar, en su Integri- dad, Ins tradiciones gubernamentales austriacas & Smpedir que la nacién pudiera ejercer alguna clase de control sobre la vida publica, No seria exacto imaginarse al canciller como un enemigo sistema- tico de la idea de nacionalidad; siempre opuso, en este terreno concreto, a las ideas mucho mas es- trechas del emperadar el concepto de una unidad juntos dotados de autonoma administrativa_y Permitiera el cultivo, en el seno de cada uno de los, de los aspectos me tiles de acuerdo con los femperamentos y Ins’ tradiciones particulares, a resumen, la intencién de Metternich no consistia ea imponer a los diversos Estados agrupados bajo et cetro de los Habsburyo na uniformnidad contre. Jizadora: cada naclonalidad debia, en su opinion, seguir su desarrollo cultural sutdnomo; ya idea federal definfa, desde su punto de vista, la perso” nalidad estatal de Austria, lo mismo que debla ser. Vir para asentar sobre tna solida base el extatuto de Buropa. Pero su hornar por las constituciones Je impidio dar un verdadero impulso a las institu: ciones representativas modernas, Mientras vivid Francisco Il, hasta 1835, Metter nich congervé la direccion total de los asuntos, ag ‘tue se vio obligado a tratar con tacto la suscept Dilidad ‘det viejo monarea, que. queria aparentar tune omipotencia personal sin contar cam medios Para ejerterla. La situacién cambio. radicalmente EI subir al trono el joven Fernando 1 (1835-1649) Se trataba de un anormal, deforme © tmbéeiy caper de relnar, pero al que Metternich, por Gelidad a1 principio hereditario, quiso, a pesar de todo, conservar en el trono. El poder pasé & manos de Ia Conferencia de Estado, compuesta por tres Personas: el archiduque Luis, hermano del expe: Tador difunto, Metternich y el conde Kolowrat, Este wltimo, gran senor de Bohemia, que era mt histro del Literior desde 1826, y se habla convert do en insustitulbie debido a stv competencia finan: Siera, trate de ‘mostrar elerias tendencias liberates con objeto de granjearse tina cierta, popularidad, Sin duda por Sndolencia, ‘Metternich ‘no. intent despedir a au rivaly pero'muy pronto la hicha de finfluencias entre ambos personajes se tradujo en intrigas complicadas, que presidia ol archiduque Tuis ‘no sin experimentar clerta satisfaccion, Para 187 compet al Cort, que so atin convertido on Siyclertoal, ‘Metternich adopté al final de su vida may clei Meter pone ot Boat an de fae clin favorep 3 a a ige ancien Jeeta ea oa ss Ce tase at ee ee a ifthe roman» cons Tonics Se Gee he id seanon de una adminis CEL poder auedat no es cin eink al Ae Doe ns a Spe mguble cn poet creas ee sty ein Date, ee ae ion ats of functnavio supine, ewes oper Uo Te ee ee es banter ae ete ae eta, deinh wo eres + Sentral ee, eames avomion ferovlrin,seanzs Ste gaa oer ae ey Roti nding 0 Cents 9 ene a {honors de la ciudad de Viena. Pero el gobicrno, Hoty ici ean is Sage dca os fomor 4 Seaport oe le oe Se ge pn ee cei er fs, deft mod sg con ene stem Je Po a ee ee ae Sra en el Zollverein aleman. és oe 2 cae seta al ca vate Viens Tel szranfer ae poy ext roms te Vie Se sll Bender a Tana ae Hua 7 de Rene poy ot ae cae ce Seed ea Po ne Cee eae eae Ve cae Fee ee ey oe 188, permitia toda clase de Ubertades a las manifesta Clones de la frivolidad aristocratica y a los pla ceres del pueblo ano. En realidad, la censura ¥ Ia policia habfan logrado astixiar toda clase de vida pdblica. Entre las principales victimas de la reaecin hay que contar al tedlogo Bernard Bola ho, profesor en la Universidad alemana de Praga, gue habia basado sus demostraciones. teolégieas ide en las exigencias de la razon y do la moral que en Ia revelacién. La Inteligencia austriaca se plegé por completo ante el régimen de vigilancia de la Vida privada, en el que el absolutismo tan. sdlo estaba atemperado, Segiin la frase de un vienés, por «la indolencia del poder=. Sin embargo, nada Seria tan falso como Imaginat un inmovilistne to tal de las mentes: Ia tradicién josefinista aun era muy fuerte para que se aceptara pasivamente una reaccién tan total. Athanasius Grin (conde de Auersperg) dejaba entrever, en. sus Paseos de un poeta vienés (1831), que slo la garantia de las libertades piblicas podria resolver la angustiosa situacion de las nacionalidades. Fl testimonio mas conmovedor fue el de Grillparzer, ya que perso. palmente no podia ser acusado de tibieza respec- to a le dinastia de los Habsburgo, a la que habia glorificado en su drama La fortuna y ef final det rey Ottokar, y en Ia que vela el simbolo de una Austria grande, prospera y fuerte; y en absoluto podia ser considerado coma demdcrata, cuando, en Su pensamicnto politico, basaba el Estado cn la fidelldad personal al soberano y en la obediencia Instintiva. Sin embargo, no dejé de denunciar as. peramente a Metternich, ese «Don Quijote de la Ingitimidads, condenando su frivolidad, su falta de principics y su aficién a la intriga, que no le permitian conocer la evolucién necesaria dest Hiernpo. ¥ su pensamiento se vuelve hacia José IT, el gran emperador reformista, que al menos in: tento constituir pam sus pucbios tna gran patria 189 alemana. Por eso, on los aftos que preceden a la SNvolucién, ci tono de la oposicign va clevandose En‘isia: un panfleio del avltserata roles, el ba Zin Andvian, dustriay su futuro, senala el declive Bol Sentiments auclonal atmtriaco y sostlene que Pare luchar contra In inercla de tas. costambres Pejecesario el desarrollo de ins Dictas provincia: Tae Is Cicackon de um seieherog nactonal que :Actcntase el poder legisiaiivo. Haciéndose eco de Perceldas sugestiones: ia Dicta de la Baja Austria, Rue espuntincamente dio ingreso a diputados bar. ANesed! ecamnd on 4807 ln publicidad de Ine cucn- Eee"GGi Tesoro. ten resumen, Ia opinion Hastrada, Perectamente, consciente. do las debilidades del Pjotemar, tenia la impresién de" que 1a. mecinca finclonaba en el vacio, 4 falta de ideas directrices Wide impulses procedentes del poder. Fl gobierno Jatin mabado ereando um despotieme adfainistra- Mbt de’ era couccblde no como tn medio de ae Ea, Mine como un fin. +A veces he tenido @ Fue Sop ch mls manos —-confesaba Metteraleh-—, pero Jamis Austria.» ‘Sin embargo, s6lo Ja fermentactén do Jas nacio- palldadee pudo amenazar serlamente el Tmperio multinacional oe (lunge ea‘el Unico de los Estados de los Habs- burgo que constituye un reino dstinto, com sa Dic- eee aiSaminieteacion wnténoma dividide en cin- Bidaa y cinco Comitanue. A pesar de la ausencia Sook Lorgucsta, las tradicioncs polfdeas hongs Sean may antiguas, y el espirith pablice estaba PELGae desurvollado, Bor doguier Ia nobler des. Smpetiaba um papel ‘preponderante, pero exitia SRPSran rivalldad cntse algunos. centenares. de weakice, que distrutaban de inmensas propieda- Bay na Blabe nobiliaia pobre y turbulenta, La Dicia despuds de un largo eclipse, fe convocada en tabs y Protests inmediatamente’ comtra el abso fttismo wienes: pidio que el hungaro sustituyera 190 al latin en Jas deliberaciones de las cimaras, y ‘Sbetive seguidamente toda una serie’ de concesio- nes en el terreno lingilstico, Pero la oposicién Permancsié durante mucho tiempo: dividida. et Conde’ Széchenyi, gran terrateniente, admmirador do), Id aristocracla britanica, Geseaba una reformna so cial que mejorara Ia condicién de los campesinos, Suyo proceso de agotamiento iba acentaardos ‘gue permisiers sestiruin el trabajo servil por te bajo tsalariado, Pensaba que cl foudolismo deberia Gar paso a ann expiotncitn comercial y capitals in. Pretencia, por otra parte, tmpulsar actvannen. fe el desarrollo econdmico del pats’ mediante el fomento ‘de la navegacion a vapor por el Tisza cl Danubio, una ver que fueran reguiados sus Car Sos (fue 41’ quien levants el puonte colgante entre Buda y Pest), 7 In constraccion del ferrocarsil Vienn-Budapest;'y pare promover la emancipacion intelectual de Hngria, asf como 1a depuracion do Ja lengua, cre ia Academia de Budapest. En came Dio, este magnate, cuyas infeiativas eran terrible. mente. discutidas’ por aus congeneres, estimaba ‘Tie, provisionsimente, se podian silenciar lav rele Vindienctones politiens, com tal de no ieritar a Vie, ha En cambio, el conde B5twts, admirador de los} Gactrinarios franceses,, preconizaba, un. gobierno Sentralirado ¥ liberal, Contes ambas personalida: dep se lovantaba la nobbleze proletaria, Hoetll a toda ‘forma social que pudicra disminui sus satan ‘ste tltimo srupe pertenecio. el abogado, Kos: fut eran admieador de aa isttuciones america. has, que adopt, sin embargo, tin programa cnda Yee mas democratico, acabanda por reclamar des: Sear periodico Pest! Wirlep, el primer gran po. Hodico’ hingaro, ia. formacion. de. un gobierno imngyar y ts sistema sduancro autGnoms: abjet® You te Ios que, en su opinion, depensta 1a indus: Walisacidn del pals, Astiniomo’se pronuncis por la emancipacton de los servos «mediante. tna’ fran 191 Ja, pagada en sa mayor parte por el Estado, en Wigad The apuyado e inchive sobrepacado por al hubs intelectuales, como el profesor Tanesics, el Br del Libro det Puchlo, y € poeta Petatl. La dk serelasal de esas opiniones tm modo alguno podia Wigustac a Metternich, que se aprovecho de ellas Daut'no realizar concesion alguna, salvo en el te Prone ia lengua, Pero cuando, para reforear st Dolla ‘centralisadora, pretendié atacar a ta mse ven fastitucion de low Comitatus enviando admi- mie tigresr designados por ia Corona, Tavo que Ealrentarse, on la Dicta de 1847, con una opostclin s2iiclts, advairablemente orquestada por Kossuth. Lo 'que ho lispidio que ste preconizara 1a willza. Sone medidas. coereitivar en relacion con Ins Ininovias sometidas = Hngria. Tin los paises eslavos, eh los gue Ta nacién habia perdido, da la ayoria de Toe casos, el sentimiento rere Ccpronatiind y las tradictones se habian Te Hugin unfcamente en lat clases rurales, los fl6- see Se historfadores y lor hombres de letras He slearen sun Taboriose y lento trabajo de SSiuaimacion y de reconsersceién, Se inspiraron ya Saar ideas “de Herder sobre el origen peimativa Se tos pucbios slaves, que su disctpulo Meinert Gio chnover on ia Universidad de Praga, ya. en Seo Stones roménticas contemporineas sobre la {Semueicn de las naciones, ¥ Finalmente actuaron Rerpulsados por la Revolucion francesa, eran exc [ndora del sentimiento patridtico. La obra de Tos UEGGhtos prepara. en este caso ef renacimiento ine Telia gue deberia conducts posteriormente al SSasclmicate politico, Tar Bohemia, el precursor de Tos estudios esla- vor Tuga abate Dobrovsky, auc. supe, partiendo Yel andifeis de la lengua, emostear ia’ estrecha Selaitne ae tos pueblos eslavos. El romanticismo Sport a in gencracion sguiente el culto de la na Sonaiidad. termino que J. iumgmann logré con 192 vertir en ln divisa de tas Iuchas posteriores en pro Yel derecho de in lengua y de la nacién choca. Ea {818 se cred en Praga cl Museo Nacional, cayo Bo- Ietin, redactado cn ence, se convirtio en el prince pal Zoco. ds in eruicion nacional: su primer biblio- EEkanvo, V. Hanks, aunque publicara varios poemas apecrifos, popularize lor estudios eslavos. El més Enportanie’ calavista. de le. época romantica fue Poy. Safarik, protestante eslovaco, que deseribis 1c nacion eslava como piadoss, pacttien -trabaja: Gora, ‘tambien calovaco yprotestante, el pocta IP kontar, en fa hija de Slava, describié el Calvar Tio de mis hermanos de raza’ oprimidos por los Slemanes y por los hiingaros y fwnd3, sobre la idea Gat enriquecimiento recipeoco de loz diversos ele- mentos lingifsticos esiavos, au tcoria de Ta rect procidad Iiveraria, manifiesto Ge panesiavismo. I Telectual, En cuanto al historiador Patacky, realizd Ie demostracion de que ia historia nacional. des- Cansuba sobre Ia opoticién de los checos y de los Siemanes: fue el primero en definir los derechos historicos del reino de Bohemia, Sin embargo, en Visperas de ia revolucién de 1848, cl paneslavismo Ue Kollar ora combatido por el perodists, Havlt Sci adversario del romanticiemo, enemizo dela Busia 2arista, partidario de reformas democrat no, nccesarins cn cl caso de fos checos. Havlicek, Sdmirsdor de O'Connell, desarrollo. sus ideas en Touma de pronrama a través de la Caceta de Praga Sin cmburgor ninguno de ‘esos escritores Hogs. a peilir Ia independencia, ;Cémo se manifiesta, pucs, En Bohemia ta oposiciéa politica? Ten la Dicta, In Girige ta arlstocracia, alemans o-cheea, que desde GI reinade de Tose 1d tropiesn con las dificuttades fue plantea al sbsolutisimo vienés. En 1847 una de- undion de in Toforida Dieta acudio a exponer Temando I las relvindieaciones de los Estados. Pero en Praga, in burguesia, agrapacia en los Bese. tas, se habla convertido micutras tanto en el elo 193 mento preponderante: en sti interior se podia dis: tinguir un sector liberal y otro radical. ‘Los checos y los eslovacos instruidos utilizan la misma lengua literaria, Sin embargo, en 1845, cl eslovaco L. Stir, preocupado por defender mejor a st pueblo contra Ia magyarizcién que le ame nazaba, aproximd a los elementos catolicos y pro testantes, conmindndoles para que adoptaran como Jengua eserita el dialects popular de Esiova qui Central: esto equivalia a operar el cisma lingiiisti- 0. Las reivindicaciones eslovacas no encuentran por otra parte el menor eco en Hungria. En 1847, Ia lengua hingara fue impuesta como lengua off cial a los eslovacos. En cuanto a los eslavos del Sur, divididos entre catélicos y ortodoxos, desprovistos de clases di- rigentes evolucionadas, la emancipacién_espiritual se llevé a cabo mucho mas Ientamente. Sin embar- 0, la idea de una comunidad de lengua y de tra. dicion, favorecida por la existencla de una Servia independiente y por la formacién provisional de tun Estado ilirio, revelada por el esloveno Kopitar y por el servio fronterizs Vuk Karadjitch, encom tro su mis activo representante en la persona de TL. Gaj, educado en las universidades alemanas, dis- cipuloy émulo de Kollar. En Zagreb, donde fij6 su residencia, ayudado por el conde Draskovitch, adopts como lengua «iliria> el dialecto de Ragusa, cl estokaviano, ¥, posteriormente, en su Gaceta acional ilirla yen’ su Danica, se’convirtlé en el apéstol del ilirismo, es decir, de la unién de todos os eslavos del Sur. Sin embargo, no logré conven cer a todos sus hermanos de raza; el propio Ka- radjitch, como patriota servio, no deseaba la for macién de una nica nacion. Incliso en Croacia, el movimiento adopts répidamente un cardcter an timagyar. En la Dieta de Zagreb, los croatas exk igicron el uso de su lengua nacional. ‘Tras haber Spoyado al ilirismo, el gobierno de Viena tavo que 198 ceder a las presiones hiingaras y llegar a prohibir Ja Tengua y los emblemas ilirios. Por otra perto, existia cn Zagreb un partido magyar que vein en Jas buenas relaciones con Pest In garantia de un futuro pacifico en Croacia. Ciertamente, nada podia resultar mas peligroso a la larga para la unidad del Imperio que esos ™mo- vimientos nacionales, que enfrentaban entre sia Jos pueblos que componian Ia monarquia: ms gyares y checos contra alemanes; servios, croatas y rumanos contra magyares. ¢Cudl era, frente af esta tendencia a la autonomia, Ia actitud del go: Bierno de Viena? Metternich se complacia en favo- recer el despertar literario y tambien consideraba conveniente permitir a cada pueblo el uso de st Jengua. En 1817 redacté una memoria en Ia que atacaba In centralizacién exagorada de las jnstitt clones; pero no tuvo consecuencias practicas, y hhasta 1848 no hubo una visién global respecto & la politica a seguir en relacién con las nacionalle dades. Por otra parte, Mettemich no se preocupa- ba de ello, pues entre Ing nacionalidades habia las suficientes divisiones como para dificultar Ia adop- Glén we decisiones; asi, en el caso de la «republ ca» de Galitzia, anexionada en 1846, Viena se apo" yo en los campesinos rutenos contra Ia nobleza Gescosa. de reconstituir una Polonia independicn= te. Finalmente, Ia confianza en Ia vocacion. multe nacional de Austria atin no sc habia resqucbraje- do; se estimaba que s6lo en el marco dela monargwia podfan aleanzar su madurer las nacio- nalidades sometidas, y en particular, los pucblos eslavos; y esta no era solamente la opinién de los, alemanes, cuando razonaban sobre los problemas: de la Mitteteuropa, como Andrian, Werburg y Schu- selka, sino también la de la élite intelectual det mundo eslavo, favorable al saustrocslavismon. Al- gunos de ellos Iban incluso mas lejos, y, como K- Mooring en los Libros sibilinos de Austria (1848), 195 4 t ll CONCLUSION AS CAUSAS DE LAS REVOLUCIONES DH 1848 Exceptuando a Grecia y Bélgica, el mapa polit co de Europa no habia variado desde el Congreso de Viena hasta 1848, Pero la conmocién moral que Se habla producido durante esos treinta afios cra Considerable, y en 1847 el estado de efervescencia Ge Ta opinién era tal quo se puede afirmar, sin te mor a caer en exageraciones, que la Europa de los fratados de 1815 estaba ya caduca, que no era mas que una fachada y que el equilibrio politico era Gktremadamente precario, Prucba de ello es la des- proporeién entre las causas inmediatas de las di- ferentes revolticiones, en general Incidentes insis- hificantes, y la amplitud de la conmocién que re- Presentaron esas revoluciones, y que respondis, Evidentemente, a causas mucho mas profundas. Gon sobrada razén se ha escrito que las revo- luciones de 1848 se debieron a la conjuncién de una crisis econémica y de un descontento politico. ‘Como en 1789 y en 1830, la crisis politica coincidié con tna crisis econémica. Cualquier explicacién Unilateral del movimiento revolucionario se en- frentarfa, pues, con insuperables dificultades; pero aun asi hay que establecer equitativamente Ia par te desempenada por cada uno de esos factores. Sobre la importancia de Ia crisis ciclica de 1847 el acuerdo entre los historiadores es total: no Se discute el doble caracter de esta crisis: crisis agricola de tipo antiguo, crisis de crédito de nue Yo tipo. Pero no hay un acuerdo equivalente en Torno a la valoracion de cada uno de estos dos fenomenos, Para unos, Ia crisis aparece esencial- 269 mente como una crisis agricola, que repercutié progresivamente sobre la economia general del pais; su origen hay que situarlo en una carencla de alimentos provocada por la enfermedad de Ia patata, que destruyé la casi totalidad de Ia cose ha, sobre todo en Irlanda, en Flandes, en Ios Paises Bajos y en Alemania. Al afo siguiente sco. dié otro tanto con los cereales: tuna brusca sequia y.un calor excepcional destruyeron la cosecha de Gereales, agravadia por la falta de reservas del aio anterior. En Furopa dceldental y en Europa cen tral Ia penuria alimenticia comenzé a sentirse @ [partir de la primavera de 1847. Los efectos de esta escasez de subsistencias, acompafiada en toda Eur ropa por desérdenes populares, fueren particular: mente doloresos en el campo, donde la economia se apoyaba en una mezela de cultivo y de trabajo industrial, ya que la pequefia industria domestica © artesanal a duras penas venia soportande la com- petencia de Ia produccién fabril. EI efecto se dej6 sentir rapidamente en el mercado de la industria textil, provocando el paro total o parcial. Las otras formas de twabajo industrial se vieron a st vez afectadas inmediatamente, mientras que, como Te sullado de Ia erisis, ya no era posible recurrir ni al crédito nia la ayuda del Estado para proseguir Jas grandes obras de interés nacional, en expec Ja construccién de ferrocarriles, que habfan suscl- tado a partir de 1841 una gran flebre especulativa, La crisis agricola, al obligar a los bancos y al go. » bierno a importantes compras de trigo en el ex: (tranjero, vaeid por completo sus. cajas, Las qui ‘bras so multiplicaron, mientras las cajas de’ los grandes establecimienios nacionales de crédito s¢ vaciaban, a pesar del alza general de la tasa de descuento. Sin embargo, algunos historiadores han opuesto a esta vision tradicional de la crisis eco- némica la preponderancia de los factores finan. cleros, explicativos, con exclusién de todos los 270 denis, tet protind cunt ein ie dems, de profundo same de siren cuforia y el auge, las inversiones, sobre toga las, ocean, Boise ‘ae lle weet ra Fi ne ee fin cero ice pu ose be Se es ine, Pen rein oe seit wer Bee as ce le pe Sericola a traves de la baja de precios, del endeuda- Ber He ta tea, Me Be siren oe 00 sere ea ee an do de lenta recuperacion que sigul6 ala misma. Los precios, que se elevaron entre 1845 y 1847 del 100 al 150 por 100, en 1848 tienden a estabilizarse, mientras los salarios permanecen a un nivel me. [dioere. Silas causas ‘de Ia revolucién hubjeran sido exclusivamente econémicas, habria estallado fun afio antes. Pero Ia miseria sélo provocé moth ‘nes. Aunque es clerto que Ia oleada de precios ‘altos y los sufrimientos que implicaron asolaron Al pais y, como una inundacién cuando se retira, dejaron tras sf a toda una poblacion siniestrada y con las reservas agotadas. Ademas a crisis, al erosionar la autoridad y el crédito del Estado, Preparé el terreno para la propaganda subversiva. La crisis, se ha dicho, edesperts todos los agra. ' vioss, intensifies y sinéronizs los descontentos. ‘Ahora bien, estos tiltimos eran de orden csen- cialmente politico. La falta de lbertad, bajo una forma u otra, fue lo que mas profundamente sin- ‘ron las naciones y Io que les empujé a empufiar Jas armas. En Francia, la esperanza de 1830 so perdié ante el desarrollo de la reaccién: los Fran: Geses hablan sofado con un soberano que les guiara hacia el sufragio universal y con una mo- harquia que seria, segtin la famosa frase, Ia mejor de las republicas; ahora bien, tuvieron que en- Frentarse con un rey que se opuso a toda veleidad de emancipacién politica y que se neg a recono- cer otra cosa quie mo fuera él

También podría gustarte