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Qué Es La Discriminación
Qué Es La Discriminación
Tipos de discriminación
Racismo o xenofobia: Es la discriminación en función de la raza o la etnia a la
que la persona pertenece. Ocurre cuando un individuo o un grupo tratan con
interioridad a otra persona o personas de otra raza u otro origen.
Sexismo: La persona que la practica infravalora a las personas del sexo
opuesto. Las formas de discriminación sexista se manifiestan gracias al
sistema heteropatriarcal, que establece que las mujeres están en una posición
inferior respecto al hombre únicamente por el hecho de ser mujeres.
Discriminación sexual: La discriminación sexual es aquella que sufren todas
aquellas personas que presentan orientación o identidad sexual diferente. Los
colectivos LGTB llevan décadas peleando por derribar estas barreras y estas
formas de discriminación.
Por Discapacidad: La discriminación hacia las personas con discapacidad se
ha dado por falta de conocimiento de la sociedad sobre esta condición, esto ha
impedido que puedan gozar de sus derechos (salud, trabajo, educación,
vivienda, transporte y comunicaciones accesibles, justicia, cultura, turismo) y
tener una vida plena.
Por religión: Consiste en tratar a una persona o grupo de manera no favorable
debido a sus creencias religiosas. Esto incluye cuando los adeptos de
diferentes religiones, denominaciones o no religiones son tratados de manera
desigual debido a estas creencias, ya sea ante la ley o en entornos
institucionales, como el empleo o la vivienda.
Discriminación sexual o discriminación de género: Es el prejuicio o
discriminación basada en el sexo o género. También se refiere a las
condiciones o actitudes que promueven estereotipos de roles sociales
establecidos en diferencias sexuales.
La discriminación en México
Históricamente, nuestro país se ha caracterizado por la acentuada presencia de la
desigualdad, la pobreza y la falta de una ciudadanía plena.
Lejos de ser una problemática marginal o aislada, la discriminación afecta a muy
amplios sectores de la sociedad, que de manera señalada incluyen a las mujeres,
las y los niños, los adultos mayores, los indígenas, las personas con discapacidad,
los migrantes, sin contar las personas y grupos susceptibles de ser discriminados
por motivos religiosos o por preferencias sexuales diversas.
Al menos 5 de cada 10 personas en México afirman ser discriminadas por su
apariencia física y se registran altos niveles de discriminación por género, por
situación económica, creencia religiosa, orientación sexual y un infinito etcétera,
de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Discriminación realizada
por el Inegi, el Conapred, el Conacyt y la UNAM, en México.
Además, persiste un grado mayor de discriminación en México, que se
conceptualiza discriminación estructural, la cual ocurre cuando una persona
presenta rasgos de más de un grupo vulnerable simultáneamente, como podría
ser una mujer indígena, un transexual y de piel morena o un adulto mayor
transgénico.
9 datos más relevantes de la persistencia de discriminación en México:
1. 7 de cada 10 mexicanos de tez morena afirma ocupar los puestos más
bajos en su lugar de trabajo.
2. 9 de cada 10 trabajadoras domésticas no tienen prestaciones laborales.
3. 2 de cada 10 mujeres en México aseguran que recibieron menos paga que
su equivalente hombre por realizar el mismo trabajo.
4. 5 de cada 10 discapacitados dijo que sus derechos importan poco o nada a
la sociedad.
5. 2 de cada 10 hombres en el país aseguraron que no rentarían su vivienda a
una persona indígena.
6. 7 de cada 10 habitantes en México asegura que los homosexuales y los
trans son los menos respetados por la sociedad.
7. 2 de cada 10 hombres asegura que algunas mujeres son violadas porque
ellas lo provocan.
8. 4 de cada 10 hombres asegura que estar cerca de una persona con VIH es
un riesgo.
9. 7 de cada 10 mexicanos morenos no tiene estudios superiores.
Temas prioritarios
Los temas más relevantes en la agenda de mujeres emanan de una serie de
estereotipos de género. Por una parte, dado que se les atribuye un papel
“doméstico”, las mujeres llevan a cabo la mayor parte del trabajo del hogar no
remunerado. Esto incluye el cuidado de niñas y niños, personas adultas mayores y
personas con discapacidad. Como resultado, las mujeres enfrentan mayor
dificultad que los hombres para insertarse en el mundo laboral formal. Por otra
parte, una vez que consiguen algún empleo, las mujeres se enfrentan con
prácticas y prejuicios que impiden su ascenso. Además, tanto en los espacios
públicos como en los privados, aún prevalecen altos índices de violencia de
género, que se expresa en fenómenos como el acoso, la violencia física y verbal o
los feminicidios.
Trabajo del hogar: no remunerado
Existe una percepción generalizada y errónea de que las mujeres “saben” hacer el
trabajo del hogar y que “por naturaleza” son las indicadas para llevarlo a cabo.
Estos estereotipos basados en el género fundan, reproducen y fortalecen una
división sexual del trabajo del hogar. Lo anterior se refleja en que las mujeres de
todas las edades se encargan de la mayor parte de las responsabilidades
domésticas. Lavar, planchar, cocinar y limpiar, entre otras, son actividades
realizadas primordialmente por mujeres. Las mujeres que realizan estas tareas en
su propia casa no reciben remuneración; además, invertir tanto tiempo en ellas
limita sus posibilidades de entrar, permanecer o ascender en los trabajos formales
y remunerados.
Trabajo remunerado
Incluso cuando las mujeres se insertan en el mercado laboral con un trabajo
remunerado, también enfrentan discriminación. Por ejemplo, mientras el trabajo
“masculino” se paga, el “femenino” se paga menos. De acuerdo con un estudio de
Conapred y la CEPAL, incluso cuando su empleo y educación son similares, los
hombres ganan en promedio 34% más que las mujeres (Solís 2017). Esto significa
que el principio de “a trabajo igual salario igual” no se respeta por razones de
género, poniendo en desventaja a las mujeres.
Violencia de género
La violencia contra las mujeres no es, bajo ningún concepto, una cuestión
biológica. Este fenómeno no se debe a que los hombres sean físicamente “más
fuertes” o “más grandes”; la explicación es cultural: los roles que se han asignado
socialmente a hombres y mujeres han definido la relación de poder entre ellos y
ellas. La causa de la violencia contra las mujeres es la discriminación de género
que se expresa en normas sociales y estereotipos que la perpetúan. La violencia
contra las mujeres es una práctica social ampliamente extendida y un problema
que atraviesa todo el país. 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más han
experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea violencia
emocional, física, sexual, económica, patrimonial, o discriminación laboral (INEGI
2011). Dicha violencia ha sido ejercida por gran variedad de agresores: la pareja,
el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, las
autoridades escolares o laborales, o incluso personas extrañas (INEGI 2011).
Políticas públicas
Los avances
En relación con la discriminación en los centros de trabajo, el Conapred, Inmujeres
y la STPS impulsan actualmente la adopción de la Norma Mexicana en Inclusión
Laboral, la cual prevé que los hombres y las mujeres gocen de los mismos
derechos laborales. Al 10 de julio de 2018, se habían certificado ya 309 centros de
trabajo, en beneficio de más de 700 mil personas. De igual manera, el Programa
Nacional de Igualdad y No Discriminación 2014-2018 (Pronaind), coordinado por el
Conapred y obligatorio para toda la Administración Pública Federal, contiene
líneas de acción específicas relacionadas con las obligaciones del Ejecutivo
federal en materia de igualdad y no discriminación, así como de respeto a los
derechos de las mujeres. Además, como parte de las actividades educativas
presenciales de divulgación, sensibilización y formación, Conapred ha impartido
cursos, talleres y conferencias. Del mismo modo, ha hecho producciones
editoriales como los libros “Hacer visible lo invisible. Formalización del trabajo del
hogar remunerado en México: una propuesta de política pública” y “Discriminación
estructural y desigualdad social: Con casos ilustrativos para jóvenes indígenas,
mujeres y personas con discapacidad”.
Los desafíos
Existen muchos desafíos para combatir la discriminación y las desigualdades que
enfrentan las mujeres mexicanas. En primer lugar, es necesario fomentar un
cambio cultural que favorezca el respeto general hacia las mujeres y sus
derechos. Es necesario empezar por el derecho a una vida libre de violencia y a la
no discriminación para producir cambios en la vida cotidiana de las parejas y las
familias. En segundo lugar, es fundamental promover el derecho a la igualdad y no
discriminación en el mundo laboral. Además, el Estado debe impulsar la creación
de una política de cuidados, así como incentivos sobre igualdad de prestaciones
entre trabajadoras y trabajadores. Particularmente, es necesario revisar la Ley del
Seguro Social en lo que se refiere a los criterios que definen la protección de las
madres trabajadoras y de los servicios de estancias infantiles. Asimismo, se debe
generar estrategias que permitan eliminar y sancionar cualquier forma de
discriminación a las mujeres en el empleo, ya sea por embarazo, parto,
hostigamiento o acoso sexual y laboral, entre otras. Por último, es urgente
fomentar la implementación de políticas públicas que garanticen la seguridad de
las mujeres tanto en los espacios públicos como privados.