Está en la página 1de 8

¿QUÉ ES LA DISCRIMINACIÓN?

En los términos de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, por


discriminación se entiende toda distinción, exclusión o restricción que, basada en
el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o
económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones,
preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o
anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de
oportunidades de las personas.
La discriminación es un fenómeno de relaciones intergrupales, de relaciones entre
diversos grupos sociales, y tiene sus raíces en la opinión que un grupo posee
sobre otro. Los grupos en cuestión pueden ser parte interna de otra sociedad
mayor (mujeres, personas con discapacidad, adultos mayores, etc.), o pueden ser
un elemento externo (extranjeros, inmigrantes, etc.). Por lo general, la mente
humana prefiere pensar por medio de estereotipos, categorías y prejuicios,
conducentes al hecho discriminatorio cuando se aplican esas opiniones
estereotipadas a otros grupos. Es importante, por lo tanto, investigar los orígenes
de las opiniones que un grupo tiene sobre otro, sin olvidar la imagen que el propio
grupo tiene de sí mismo.
Cabe señalar que quien se arroga el derecho a discriminar no sólo deteriora la
convivencia, sino que se hace acreedor a ser víctima, a su vez, de la
discriminación por parte de otros grupos, de forma tal que el hecho discriminatorio
impregna directa o indirectamente la vida cotidiana de todas las personas.
La discriminación es un fenómeno que no sufren de manera exclusiva las
minorías, pues grupos sociales tan numerosos como las mujeres y los niños son
particularmente objeto de discriminación. Tan marcada es la discriminación que se
manifiesta hacia ciertos grupos que se han acuñado conceptos que definen el tipo
de discriminación que prevalece hacia ellos, tales como el machismo, la
homofobia, el racismo y la xenofobia.
En suma, la discriminación es una forma de trato diferenciado alimentado por el
desprecio hacia personas o grupos que disminuye o niega derechos, libertades y
oportunidades de desarrollo. Pero no toda forma de trato diferenciado es
discriminatoria; existen formas de trato diferenciado que son incluso necesarias y
deseables en la lucha contra la discriminación, como por ejemplo las llamadas
“medidas positivas y compensatorias” que posibilitan la reparación del daño
histórico generado por la discriminación y que permiten construir condiciones de
igualdad real de oportunidades para personas y grupos que, en los hechos, han
carecido de ellas.

¿Qué actos son discriminatorios?


1. Impedir el acceso a la educación pública o privada, así como a becas e
incentivos para la permanencia en los centros educativos, en los términos
de las disposiciones aplicables.
2. Establecer contenidos, métodos e instrumentos pedagógicos en que se
asignen papeles contrarios a la igualdad o que difundan una condición de
subordinación.
3. Prohibir la libre elección de empleo, o restringir las oportunidades de
acceso, permanencia o ascenso en el mismo.
4. Establecer diferencias en la remuneración, las prestaciones y las
condiciones laborales para trabajos iguales.
5. Negar o limitar información sobre derechos reproductivos e impedir el libre
ejercicio de la determinación del número y espaciamiento de los hijos e
hijas.
6. Negar o condicionar los servicios de atención médica, o impedir la
participación en las decisiones de su tratamiento médico.
7. Negar o condicionar el derecho de participación política y, específicamente,
el derecho al sufragio activo o pasivo, la elegibilidad y el acceso a todos los
cargos públicos, así como la participación en el desarrollo y ejecución de
políticas y programas de gobierno, en los casos y bajo los términos que
establezcan las disposiciones aplicables.
8. Impedir el acceso a la procuración e impartición de justicia.
9. Aplicar cualquier tipo de uso o costumbre que atente contra la dignidad e
integridad de las personas.
10. Limitar la libre expresión de las ideas, impedir la libertad de pensamiento,
conciencia o religión, o de prácticas o costumbres religiosas, siempre que
éstas no atenten contra el orden público.
11. Obstaculizar las condiciones mínimas necesarias para el crecimiento y
desarrollo saludable, especialmente de las niñas y los niños.
12. Impedir el acceso a cualquier servicio público o institución privada que
preste servicios al público, así como limitar el acceso y libre desplazamiento
en los espacios públicos.
13. Restringir o limitar el uso de su lengua, usos, costumbres y cultura, en
actividades públicas y privadas.
14. Incitar al odio por la apariencia física, forma de vestir, hablar, gesticular o
por asumir públicamente su preferencia sexual.

Tipos de discriminación
 Racismo o xenofobia: Es la discriminación en función de la raza o la etnia a la
que la persona pertenece. Ocurre cuando un individuo o un grupo tratan con
interioridad a otra persona o personas de otra raza u otro origen. 
 Sexismo: La persona que la practica infravalora a las personas del sexo
opuesto. Las formas de discriminación sexista se manifiestan gracias al
sistema heteropatriarcal, que establece que las mujeres están en una posición
inferior respecto al hombre únicamente por el hecho de ser mujeres.
 Discriminación sexual: La discriminación sexual es aquella que sufren todas
aquellas personas que presentan orientación o identidad sexual diferente. Los
colectivos LGTB llevan décadas peleando por derribar estas barreras y estas
formas de discriminación.
 Por Discapacidad: La discriminación hacia las personas con discapacidad se
ha dado por falta de conocimiento de la sociedad sobre esta condición, esto ha
impedido que puedan gozar de sus derechos (salud, trabajo, educación,
vivienda, transporte y comunicaciones accesibles, justicia, cultura, turismo) y
tener una vida plena.
 Por religión: Consiste en tratar a una persona o grupo de manera no favorable
debido a sus creencias religiosas. Esto incluye cuando los adeptos de
diferentes religiones, denominaciones o no religiones son tratados de manera
desigual debido a estas creencias, ya sea ante la ley o en entornos
institucionales, como el empleo o la vivienda.
 Discriminación sexual o discriminación de género: Es el prejuicio o
discriminación basada en el sexo o género. También se refiere a las
condiciones o actitudes que promueven estereotipos de roles sociales
establecidos en diferencias sexuales.

La discriminación en México
Históricamente, nuestro país se ha caracterizado por la acentuada presencia de la
desigualdad, la pobreza y la falta de una ciudadanía plena.
Lejos de ser una problemática marginal o aislada, la discriminación afecta a muy
amplios sectores de la sociedad, que de manera señalada incluyen a las mujeres,
las y los niños, los adultos mayores, los indígenas, las personas con discapacidad,
los migrantes, sin contar las personas y grupos susceptibles de ser discriminados
por motivos religiosos o por preferencias sexuales diversas.
Al menos 5 de cada 10 personas en México afirman ser discriminadas por su
apariencia física y se registran altos niveles de discriminación por género, por
situación económica, creencia religiosa, orientación sexual y un infinito etcétera,
de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Discriminación realizada
por el Inegi, el Conapred, el Conacyt y la UNAM, en México.
Además, persiste un grado mayor de discriminación en México, que se
conceptualiza discriminación estructural, la cual ocurre cuando una persona
presenta rasgos de más de un grupo vulnerable simultáneamente, como podría
ser una mujer indígena, un transexual y de piel morena o un adulto mayor
transgénico.
 9 datos más relevantes de la persistencia de discriminación en México:
1. 7 de cada 10 mexicanos de tez morena afirma ocupar los puestos más
bajos en su lugar de trabajo.
2. 9 de cada 10 trabajadoras domésticas no tienen prestaciones laborales.
3. 2 de cada 10 mujeres en México aseguran que recibieron menos paga que
su equivalente hombre por realizar el mismo trabajo.
4. 5 de cada 10 discapacitados dijo que sus derechos importan poco o nada a
la sociedad.
5. 2 de cada 10 hombres en el país aseguraron que no rentarían su vivienda a
una persona indígena.
6. 7 de cada 10 habitantes en México asegura que los homosexuales y los
trans son los menos respetados por la sociedad.
7. 2 de cada 10 hombres asegura que algunas mujeres son violadas porque
ellas lo provocan.
8. 4 de cada 10 hombres asegura que estar cerca de una persona con VIH es
un riesgo.
9. 7 de cada 10 mexicanos morenos no tiene estudios superiores.

DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER


Así como la sociedad moderna lo ha dejado en claro, las mujeres tienen la
capacidad de desenvolverse con el mismo éxito que los hombres en
prácticamente cualquier actividad en la que se desempeñan como en empleos,
atletismo, actividades académicas y política. Sin embargo, la discriminación en
función del sexo tiene un historial importante en los Estados Unidos y sus efectos
residuales todavía siguen latentes, por lo que los salarios de las mujeres son más
bajos y las oportunidades son menores en el ámbito laboral.
La igualdad de género es fundamental para la realización de los derechos
humanos de todas las personas. Sin embargo, las leyes discriminatorias contra las
mujeres aún persisten en todos los rincones del mundo y se continúan
promulgando nuevas leyes de este tipo. En todas las tradiciones jurídicas existen
muchas leyes que continúan institucionalizando la condición de segunda clase
para las mujeres y las niñas respecto a la nacionalidad y ciudadanía, la salud, la
educación, los derechos maritales, los derechos laborales, la patria potestad y los
derechos a la propiedad y a la herencia. Estas formas de discriminación contra la
mujer menoscaban el empoderamiento de la mujer.
a violencia contra las mujeres prevalece a una escala inconcebible en todo el
mundo y en todas las culturas, y el acceso de las mujeres a la justicia suele estar
caracterizado por obstáculos discriminatorios, tanto en la ley como en la
práctica. Las formas múltiples de discriminación por motivos de género y otros
factores como raza, etnia, casta, discapacidad, personas afectadas por el
VIH/SIDA, orientación sexual, e identidad de género hacen a las mujeres más
vulnerables a las dificultades económicas, la exclusión y la violencia.
En algunos países, las mujeres, a diferencia de los hombres, no pueden vestirse a
su gusto, ni pueden conducir un vehículo, ni trabajar de noche, ni heredar bienes o
atestiguar en los tribunales. La amplia mayoría de leyes que son expresamente
discriminatorias y que están vigentes están relacionadas con la vida familiar, y
algunas limitan el derecho de la mujer a contraer matrimonio (o el derecho a no
contraer matrimonio en caso de matrimonios prematuros forzados), así como el
derecho a divorciarse y volverse a casar, lo cual propicia las prácticas maritales
discriminatorias, como la obediencia de la mujer y la poligamia. Las leyes que
estipulan de manera explícita la “obediencia de la mujer” todavía gobiernan las
relaciones maritales en muchos Estados.
La discriminación hacia las mujeres es estructural. Este 51.4 por ciento de la
población mexicana (INEGI 2015a) históricamente ha sido víctima de exclusión en
México: en la escuela, en el trabajo, en el hogar, en las calles, en la política, en los
medios, en la academia y en las actividades científicas y tecnológicas, entre
muchos otros espacios.
En ese sentido, más de la mitad de la población del país es o ha sido discriminada
debido a su sexo. Los estereotipos de género en otras palabras, las ideas sobre lo
que “deben ser” los hombres y las mujeres han permanecido por generaciones.
Por ello, están enraizadas en la sociedad y en las instituciones, y moldean las
conductas y reglas sociales de trato entre las personas.
Esto significa que la discriminación hacia las mujeres no es aislada ni fortuita:
sucede diariamente en todos los ámbitos y se refleja en patrones de trato
desiguales, discriminatorios, generalizados y masivos.  

Temas prioritarios
Los temas más relevantes en la agenda de mujeres emanan de una serie de
estereotipos de género. Por una parte, dado que se les atribuye un papel
“doméstico”, las mujeres llevan a cabo la mayor parte del trabajo del hogar no
remunerado. Esto incluye el cuidado de niñas y niños, personas adultas mayores y
personas con discapacidad. Como resultado, las mujeres enfrentan mayor
dificultad que los hombres para insertarse en el mundo laboral formal. Por otra
parte, una vez que consiguen algún empleo, las mujeres se enfrentan con
prácticas y prejuicios que impiden su ascenso. Además, tanto en los espacios
públicos como en los privados, aún prevalecen altos índices de violencia de
género, que se expresa en fenómenos como el acoso, la violencia física y verbal o
los feminicidios.
Trabajo del hogar: no remunerado
Existe una percepción generalizada y errónea de que las mujeres “saben” hacer el
trabajo del hogar y que “por naturaleza” son las indicadas para llevarlo a cabo.
Estos estereotipos basados en el género fundan, reproducen y fortalecen una
división sexual del trabajo del hogar. Lo anterior se refleja en que las mujeres de
todas las edades se encargan de la mayor parte de las responsabilidades
domésticas. Lavar, planchar, cocinar y limpiar, entre otras, son actividades
realizadas primordialmente por mujeres. Las mujeres que realizan estas tareas en
su propia casa no reciben remuneración; además, invertir tanto tiempo en ellas
limita sus posibilidades de entrar, permanecer o ascender en los trabajos formales
y remunerados.
Trabajo remunerado
Incluso cuando las mujeres se insertan en el mercado laboral con un trabajo
remunerado, también enfrentan discriminación. Por ejemplo, mientras el trabajo
“masculino” se paga, el “femenino” se paga menos. De acuerdo con un estudio de
Conapred y la CEPAL, incluso cuando su empleo y educación son similares, los
hombres ganan en promedio 34% más que las mujeres (Solís 2017). Esto significa
que el principio de “a trabajo igual salario igual” no se respeta por razones de
género, poniendo en desventaja a las mujeres.
Violencia de género
La violencia contra las mujeres no es, bajo ningún concepto, una cuestión
biológica. Este fenómeno no se debe a que los hombres sean físicamente “más
fuertes” o “más grandes”; la explicación es cultural: los roles que se han asignado
socialmente a hombres y mujeres han definido la relación de poder entre ellos y
ellas. La causa de la violencia contra las mujeres es la discriminación de género
que se expresa en normas sociales y estereotipos que la perpetúan. La violencia
contra las mujeres es una práctica social ampliamente extendida y un problema
que atraviesa todo el país. 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más han
experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea violencia
emocional, física, sexual, económica, patrimonial, o discriminación laboral (INEGI
2011). Dicha violencia ha sido ejercida por gran variedad de agresores: la pareja,
el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, las
autoridades escolares o laborales, o incluso personas extrañas (INEGI 2011).

Los datos duros


 Trabajo del hogar no remunerado
• En México, más de un tercio de las mujeres entre 15 y 59 años (36%) se dedica
al trabajo del hogar no remunerado. En el caso de las que hablan una lengua
indígena, la proporción aumenta a casi la mitad (46%) (Conapred 2018).
• Las mujeres contribuyen con 86% del valor económico de la preparación no
remunerada de alimentos. Los hombres proporcionan el 14% restante (INEGI
2015c).
• El valor del trabajo del hogar no remunerado y de cuidados equivale a 24.2% del
Producto Interno Bruto (PIB) del país, siendo las mujeres quienes aportan tres
cuartos del mismo (INEGI 2015c).
 Trabajo remunerado
• La participación de las mujeres en actividades económicas es aún muy desigual.
Entre jóvenes de 15 a 17 años representan 13.5% de la PEA; entre los 18 y 29
años, 45.9% de la PEA y entre los 30 y 59 años, 56.7% de la PEA (Conapred
2018).
 Violencia de Género
• Una cuarta parte de las mujeres en México (24.5%) ha recibido reclamos por
parte de su pareja por la forma en que gasta el dinero, le han prohibido trabajar o
estudiar, o le han quitado dinero o bienes (terrenos, propiedades, etc.) (INEGI
2011).
•Dos de cada cinco mujeres en México (43.1%) han experimentado humillaciones,
menosprecios, encierros, la destrucción sus cosas o del hogar, vigilancia,
amenazas de que su pareja se vaya, de ser corridas de la casa o de ser
separadas de sus hijos, y amenazas con algún arma o con la muerte o con el
suicidio de la pareja (INEGI 2011).
• 14 de cada 100 mujeres en México han sido golpeadas, amarradas, pateadas,
tratadas de ahorcar o asfixiar, o agredidas con un arma (INEGI 2011).
• La pareja de siete de cada 100 mujeres (7.3%) les ha exigido o las ha obligado a
tener relaciones sexuales, o las ha obligado a hacer cosas que no les gustan
(INEGI 2011).
• Las mujeres asesinadas durante 2013 fueron predominantemente niñas,
adolescentes y mujeres jóvenes. Siete de cada 100 mujeres asesinadas eran
niñas de 0 a 14 años (INEGI2015e)
• Las mujeres y niñas son asesinadas predominantemente en sus viviendas
(29.4%). Sólo 10% de los varones fue víctima de homicidio en su vivienda (INEGI,
2015e).
• En 2013, 32 de cada 100 mujeres murieron ahorcadas, estranguladas,
ahogadas, quemadas, lesionadas con objetos punzocortantes o golpeadas con
objetos, mientras que la mayoría de los homicidios de hombres fue con un arma
de fuego (65.2%) (INEGI, 2015e).
• Para 54% de las mujeres de 18 años o más, sus principales problemas son la
inseguridad y la violencia (Conapred 2018).

Políticas públicas
Los avances
En relación con la discriminación en los centros de trabajo, el Conapred, Inmujeres
y la STPS impulsan actualmente la adopción de la Norma Mexicana en Inclusión
Laboral, la cual prevé que los hombres y las mujeres gocen de los mismos
derechos laborales. Al 10 de julio de 2018, se habían certificado ya 309 centros de
trabajo, en beneficio de más de 700 mil personas. De igual manera, el Programa
Nacional de Igualdad y No Discriminación 2014-2018 (Pronaind), coordinado por el
Conapred y obligatorio para toda la Administración Pública Federal, contiene
líneas de acción específicas relacionadas con las obligaciones del Ejecutivo
federal en materia de igualdad y no discriminación, así como de respeto a los
derechos de las mujeres. Además, como parte de las actividades educativas
presenciales de divulgación, sensibilización y formación, Conapred ha impartido
cursos, talleres y conferencias. Del mismo modo, ha hecho producciones
editoriales como los libros “Hacer visible lo invisible. Formalización del trabajo del
hogar remunerado en México: una propuesta de política pública” y “Discriminación
estructural y desigualdad social: Con casos ilustrativos para jóvenes indígenas,
mujeres y personas con discapacidad”.

Los desafíos
Existen muchos desafíos para combatir la discriminación y las desigualdades que
enfrentan las mujeres mexicanas. En primer lugar, es necesario fomentar un
cambio cultural que favorezca el respeto general hacia las mujeres y sus
derechos. Es necesario empezar por el derecho a una vida libre de violencia y a la
no discriminación para producir cambios en la vida cotidiana de las parejas y las
familias. En segundo lugar, es fundamental promover el derecho a la igualdad y no
discriminación en el mundo laboral. Además, el Estado debe impulsar la creación
de una política de cuidados, así como incentivos sobre igualdad de prestaciones
entre trabajadoras y trabajadores. Particularmente, es necesario revisar la Ley del
Seguro Social en lo que se refiere a los criterios que definen la protección de las
madres trabajadoras y de los servicios de estancias infantiles. Asimismo, se debe
generar estrategias que permitan eliminar y sancionar cualquier forma de
discriminación a las mujeres en el empleo, ya sea por embarazo, parto,
hostigamiento o acoso sexual y laboral, entre otras. Por último, es urgente
fomentar la implementación de políticas públicas que garanticen la seguridad de
las mujeres tanto en los espacios públicos como privados.

También podría gustarte