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JOSE MARIA VELASCO

José María Velasco nació el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México, según
se lee en su fe de bautismo, recibió los nombres de José María Tranquilino Francisco de
Jesús Velasco y Gómez-Obregón.1 Fue el primero de 5 hijos de don Felipe Velasco y de
doña María Antonia Gómez-Obregón de Velasco. En el año de 1849 su familia se trasladó a
la Ciudad de México, en donde a los 5 meses de su llegada murió don Felipe, padre de José
María, víctima de una epidemia de cólera morbo que asoló a la ciudad en el año de 1850. A
partir de la muerte de su padre, José María trabajó como dependiente de una tienda de ropa,
al mismo tiempo que hacía sus estudios en el Colegio Lancasteriano de Santa Catarina
Mártir, en donde empezó a sentir una gran afición por el dibujo y también a mostrar
grandes aptitudes. Mientras vendía rebozos entró a tomar clases a la Escuela de Bellas
Artes de la Academia de San Carlos en su horario nocturno. Ahí fue alumno del
italiano Eugenio Landesio que lo llevó por los caminos del realismo y el arte del paisaje.2
Ya en 1858, gracias a sus estudios, a los 18 años le otorgan la plaza de profesor en la
Academia de San Carlos en la materia de Perspectiva. Así continua sus estudios en
anatomía, zoología, geografía y arquitectura; conocimientos clave para plasmar en sus
pinturas realistas una técnica depurada, creando un estilo muy identificable. "Fue ese
sentido visual, su sensibilidad y sus conocimientos que le imprimieron a sus paisajes una
personalidad propia.
En el año de 1855 terminó sus estudios primarios y fue en este mismo año, por conducto
del señor Luis Ponce de León, en que José María pudo ingresar a la Real Academia de
Bellas Artes de San Carlos de México para estudiar, por las noches, lo que a él le
apasionaba.
Por otro lado, Humboldt también daba a la pintura de paisaje una misión similar:
Humboldt sostenía que las tres formas principales que han contribuido a difundir el
conocimiento de la naturaleza son la descripción verbal fresca y animada, el coleccionismo
de especímenes y la pintura de paisaje. Para Humboldt, un buen paisaje no era simple
“obra de imitación”: debía también ser fruto de la imaginación creativa. Requería del
artista la observación meticulosa de todos aquellos elementos que le otorgan un carácter
singular (o “fisionomía, como él lo llamaba) a una comarca específica del globo: el color
del cielo, la calidad de la luz, la forma de las nubes, el contorno de los montes, la índole de
los suelos y, sobre todo, la magnitud y variedad de las formas vegetales. Pero le exigía
asimismo la perfecta compenetración de estas observaciones, en lo interno de su
espíritu “para fecundizarlas con su poder… El gran estilo de la pintura de paisaje es el
fruto de una contemplación profunda de la Naturaleza y de la transformación que se
verifica en el interior del pensamiento”. Una buena pintura de paisaje había de ser, a un
tiempo, meticulosa en sus pormenores y grandiosa y sintética en su concepción global
“Puente rústico, formado sobre un aliso, en el río de San Ángel”. José
María Velasco
GERARDO MURILLO

Fue el hijo mayor del matrimonio formado por el farmacéutico Eutiquio Murillo y su esposa
Rosa Cornado. Nació en el barrio de san Juan de Dios en Guadalajara, Jalisco.3 Los distintos
intereses que asumió en su vida dificultaron la aprehensión de este artista, a esto, se sumaron
las diversas tendencias y posiciones artísticas, políticas, filosóficas y literarias. Hay quienes
resaltan ciertos paralelismos entre su personalidad y la de José Vasconcelos: ambos activistas
revolucionarios rechazaron el régimen porfirista, se involucraron de forma importante en la
reconstrucción del estado mexicano postrevolucionario e influenciaron en la revaloración de la
cultura popular. Con ello fortalecieron el nacionalismo: sin embargo, esta participación
sociocultural desemboca con el paso de los años en conductas totalitaristas e intransigentes.2
Tomó sus primeras lecciones de pintura a la edad de 19 años en el taller de Felipe Castro en
su ciudad natal. En 1895 se muda a la ciudad de Aguascalientes, donde continuó sus estudios
de preparatoria en el Instituto Científico y Literario del Estado. Posteriormente, regresó
a Guadalajara y frecuentó el taller de Félix Bernardelli. Viajó a la Ciudad de México para
estudiar en la Academia de San Carlos o, entonces, Escuela Nacional de Bellas Artes. En
1897 (con 22 años) obtuvo una beca de mil pesos otorgada por el gobierno de Porfirio
Díaz para ir a estudiar a Europa. El gobierno de Jalisco también lo apoyó económicamente.
Estos son algunas de las obras más populares de Gerardo Murillo Autorretrato, 1948

Este autorretrato es uno de los más peculiares. Aquí, Murillo se muestra imponente e
imperturbable como siempre, sin embargo, no porta chaqueta sino una camisa de cuadros.
Además, pese a que él es el centro del cuadro, irrumpe una mujer de apariencia tímida y un corte
triangular del lado izquierdo que convierte a la obra en algo inusual.Murillo desarrolló una gran
pasión por los volcanes tanto que además de desempeñarse como vulcanólogo, plasmó estas
estructuras geológicas en su obra pictórica. Uno de esos cuadros fue el Paricutín, donde el Dr. Atl
representaba al coloso mexicano que había hecho explosión en 1943.

Nahui Olin, 1922

Este es uno de los retratos más conocidos del Dr. Atl. En él se encuentra representada Carmen
Mondragón, mejor conocida como Nahui Olin. Ella, además de haber sido pintora y poetisa, fue la
musa y compañera de vida de Gerardo Murillo.

Nahui, 1922
Autorretrato,1948 Paricutín, 1943

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